SIN LÍMITES
Menopausia.
Cosas que sé sobre mi mamá sin tener que preguntar: cómo ordena su café (capuchino descafeinado), cómo le gustan sus Gin & Tonics (fuerte con el gin, gracias por preguntar), la expresión facial que hace cuando quiere dejar una conversación (ojos más estrechos) y el número de veces que necesita decirme ‘bye’ antes de colgar el teléfono (cuatro en un buen día). ¿Una cosa que no sé? Cuándo inició su menopausia.
Mi mamá y yo somos cercanas. Hablamos casi todos los días. Pero, hasta hace poco, ni siquiera sabía que había pasado por la menopausia. De hecho, no pienso en ésta en absoluto. Es algo que les sucede a las mujeres viejas. Seguro, le pasará a mi madre, y a mí, supongo que en algún momento, pero eso no sería por mucho tiempo. Años. Posiblemente décadas. Y cuando sucediera, me imaginaba que sería algo relativamente sencillo. No más periodos, obvio. Tal vez un bochorno o dos. Pero principalmente: no más periodos. Fin de la historia. No podría haber estado más equivocada.
Oímos “menopausia” y la mayoría de nosotras pensamos en un imagen clave: una mujer con una toallita fría en la cara, o abanicándose
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