RUIZ ZAFÓN LA FÓRMULA INDESCIFRABLE
2011 no fue un año cualquiera para este amante de los dragones, los teclados musicales y las novelas de aventuras decimonónicas: se celebraba un decenio desde que viera la luz una obra que se convirtió en uno de los fenómenos editoriales más importantes de todos los tiempos: La sombra del viento. A su vez, Carlos Ruiz Zafón llevaba otros diez años consagrado a la literatura tras un debut exitoso en el mundo de la literatura juvenil, en 1993, con El príncipe de la niebla–premio Edebé–, a la que siguieron El palacio de medianoche y Las luces de septiembre, lo que llamó la Trilogía de la Niebla, para más tarde dar a conocer, en 1998, Marina, lectura habitual en los institutos de enseñanza secundaria. Atrás quedaba su licenciatura en periodismo y su trabajo como creativo en una agencia de publicidad (había cursado estudios de Ciencias de la Información). Empleos estos que, junto con el de guionista en Los Ángeles en los años noventa, iban a cimentar su modus operandi literario.
Y es que todo el que se enfrenta a un público adolescente o uno que busca una imagen instantánea sabe cuán resbaladizo y difícil territorio pisa: has de impedir que el joven lector tenga la ocasión de apartar la mirada; hay que atraerlo con intensidad, fuerza y misterio. Ese aprendizaje sería clave para el autor barcelonés, que consiguió ver publicada gracias a la insistencia de –el libro había sido presentado al premio Fernando Lara 2000–, que vio las
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