SIN LÍMITES
SACAR los COLORES
Marta Álvarez
Monterroso (Lugo)
Ulloa es el centro geográfico de Galicia y, desde hace seis años, el centro neurálgico del movimiento queer rural. Una revolución de la diversidad que comenzó en Monterroso, en concreto, en la aldea donde se sitúa Granxa Maruxa, el proyecto vital de Marta Álvarez Quintero.
Marta nació en Vigo hace 49 años y se trasladó de la ciudad al mundo rural en su veintena llevando consigo aires de cambio. Salir del armario en la adolescencia le costó, pero sentía que era su "responsabilidad". Los primeros en saberlo fueron sus hermanos y, después, su madre. El último fue su padre. "Recuerdo perfectamente su reacción cuando se lo conté. Me dijo: 'Martiña, si antes te quería, ahora te quiero mucho más', y me dio un abrazo inmenso. Fue tan bonito", cuenta esta gallega, que repasa su vida con el agradecimiento de quien resume su novela favorita.
Desde entonces, su vida continuó con "total naturalidad", que es como hay que vivir, dice ("ni normalizar ni nada, nosotros somos naturales"). En el colegio tuvo algún problema aislado ("hay gente muy reprimida. Luego resulta que esas personas eran lesbianas, ¡sorpresa!"). Estudió empresariales en Lugo y, antes de terminar la carrera, quiso pasar una temporada en Monterroso, el pueblo natal de su padre, que tenía allí una granja para la cría de vacas lecheras. "La granja estaba arrendada por una familia y yo me quedé en una casa cercana. Un día las vacas se escaparon y yo las llevé de vuelta. Bueno, yo pensaba que las estaba guiando pero en realidad estaban volviendo a casa ellas solitas", reconoce con humor. La
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