ARQUEOLOGÍA PARANORMAL
Cuando era un zahorí muy joven estuve más de media hora diciendo a un grupo de eminentes arqueólogos profesionales de Edimburgo que debían adoptar la radiestesia como ayuda en su trabajo. ¡Por supuesto, no llegué a ninguna parte! La generación a la que pertenezco es escéptica y siempre pide pruebas de que la radiestesia funciona. Los jóvenes mantienen un espíritu abierto y están dispuestos a probar y utilizar el método, pero los organismos oficiales no lo aceptan». Esta era la queja de James Scott Elliot (1902-1996) en su obra One man´s way (1977), donde describía detalladamente cómo había aplicado la radiestesia en un campo al que se dedicó por entero tras jubilarse como alto oficial del Ejército británico en 1956.
Durante la siguiente década, Scott Elliot obtuvo algunos éxitos notables con el método conocido como radiestesia cartográfica, en la que el zahorí coloca el péndulo sobre un mapa de la zona de una potencial excavación para localizar los puntos más idóneos de posibles hallazgos. En 1966, por ejemplo, tras haber identificado en un mapa tres áreas de posibles asentamientos de la Edad de Bronce en un lugar montañoso del condado de Dumfries, seleccionó una de las zonas para excavación y obtuvo resultados inmediatos in situ: destapó la parte superior de una trinchera empalizada y agujeros para postes, así que decidió seguir haciendo radiestesia en el área. La investigación posterior del lugar reveló, entre otras cosas, una importante cantidad de madera carbonizada. Cuando se fechó por radiocarbono, resultó ser del año 1010 a. C. (+/- 90 años), una fecha aceptada en Escocia como la Edad del Bronce tardía.
Es innegable que el buen resultado obtenido por Scott Elliot se debió a la ayuda del péndulo en un mapa, pero en este campo de la arqueología psíquica no hay consenso y muchos escépticos la menosprecian, como apunta el divulgador de paraciencias y miembro de la Sociedad Española de Investigaciones Parapsicológicas (SEIP) J. Carlos Chavez Domínguez: «La diferencia de opinión es obvia, pero también puede darnos idea del interés creado alrededor de estas técnicas. Personalmente creo que el tiempo nos deparará sorpresas interesantes. Es normal que en todo campo de investigación existan dos vertientes totalmente opuestas, aunque considero que, como ha explicado Mario Varvoglis, presidente, las pruebas a favor de la radiestesia o la psicometría, entre otras técnicas, la avalan lo suficiente como para tenerla en cuenta en el estudio de la arqueología»
