Basta poner un pie en el precioso edificio de estilo art déco, para ser testigos de su vasta iluminación proveniente de grandes muros blancos y del domo que cubre el patio central del que cuelgan diversos papalotes, fabricados en papel de china en llamativos colores, y figuras que resguardan alebrijes de gran tamaño. Sus tres plantas se encuentran repletas de las piezas en exhibición que, por sí solas, cuentan historias y tradiciones de comunidades indígenas.
“Yo venía de Egipto, un país rico en artesanía, pero no tanto como México. En aquel tiempo (1966), había mucha gente en la calle con trabajos no tan profesionales,