LAS DESAPARICIONES
HILARIO J. RODRÍGUEZ
NEW CASTLE EDICIONES, 148 PP., 13 €
El 10 de septiembre de 1898, annus horri-bilis para la historia española, la emperatrizhorri-consorte de Austria era asesinada. Isabel de Baviera, conocida como Sissi, fue popularizada en el cine con el rostro angelical de Romy Schneider. Sus desórdenes alimenticios y vigorexia, sin embargo, han quedado algo más ocultos en los cajones de la historia.
, un anarquista italiano partidario de aquello tan radical de la propaganda por el hecho (es decir, de un gran atentado que quebrase el sistema), se convirtió de manera accidental en su verdugo. Él, en realidad, quería, pero éste partió prematuramente del Lago Leman en Suiza. Lucheni holgó entonces por allá hasta dar con Sissi, a quién apuñaló en un costado con un estilete tan fino que la herida pasó desapercibida (corsés de la época mediantes) hasta los poste-riores y fatales desmayos de la aristócrata.