El asesinato de Calvo Sotelo, ¿el desencadenante del levantamiento?
Más de 80 años después del fin de la Guerra Civil española, muchos libros de texto y no pocos ensayos siguen recogiendo como un mantra que el detonante de la sublevación que inició la contienda fratricida fue la muerte el 13 de julio de 1936 del diputado de Renovación Española José Calvo Sotelo, y que apenas cinco días después, el 18 de julio, se produjo el golpe. El asesinato a sangre fría del político derechista fue sin duda un hecho muy grave que aceleró los acontecimientos, clara evidencia de la enorme polarización que vivía la sociedad: el día antes, 12 de julio, cuatro pistoleros de extrema derecha habían acabado también en la capital con la vida del teniente y guardia de asalto José del Castillo, y el asesinato de Calvo Sotelo en su casa fue una vendetta por aquel crimen perpetrado por el socialista Luis Cuenca Estevas, que descerrajó al parlamentario dos tiros en la nuca.
La sublevación llevaba gestándose bastante tiempo, no existió un detonante «en caliente» como tal
Tan brutal acto causó gran conmoción en los sectores conservadores de la sociedad, y animó a otros generales otrora titubeantes a sumarse a la sublevación. Pero la sublevación no fue espontánea, un acto de valentía y sacrificio por la salvaguarda de España ante el caos, el