Casi todo lo que ha ocurrido en el Área 51 desde 1968 sigue siendo información clasificada, pero los hombres que han trabajado aquí coinciden por lo general en que cuando la guerra contra el terrorismo empezó, las pruebas de vuelo con drones nuevos en el Área 51 y el Área 52 fueron mucho más frecuentes. Esta nueva forma de dirigir ataques aéreos, desde un avión sin piloto en su interior, suponía una reconfiguración fundamental de la capacidad ofensiva de la Fuerza Aérea de EE UU y continuaría siendo de gran importancia para el avance de las operaciones de la Fuerza Aérea. Esto quería decir que un elemento destacado del programa de dron, es decir, el papel de la CIA en el diseño de estos vuelos, necesitaba volver rápida y discretamente a un estado «encubierto».
La Fuerza Aérea tiene un papel muy determinado que desempeñar en tiempos de guerra. Pero las operaciones de la CIA, que en el fondo es una organización clandestina, nunca pueden definirse abiertamente en tiempo real. Resultaba extraordinario que, después de casi cincuenta años, la CIA y la Fuerza Aérea volvieran a reunirse por un asunto de altos vuelos, y que moldeasen esa colaboración en los primeros proyectos de avión espía del Área 51. A medida que la guerra contra el terrorismo se ampliaba en numerosos ámbitos, los presupuestos para programas de drones pasaron de ser escasos a prácticamente ilimitados de la noche a la mañana.
Como ya no se usaba para el espionaje, el dron Depredador obtuvo una nueva denominación. Antes había sido el RQ-1 Predator (Depredador): La «R» de reconocimiento y la «Q» para referirse a que no está tripulado. Inmediatamente después del ataque en Yemen, el Predator pasó a llamarse MQ-1 Predator, con la M apuntando hacia sus múltiples usos. La empresa que construyó el Predator fue General Atomics, el mismo grupo que iba a lanzar la ambiciosa nave espacial de Ted Taylor a Marte, llamada Orión, desde Jackass Flats en 1958.
LOS ÁNGELES DE LA MUERTE
Un segundo Predator, que en un principio se llamaba Predator B, también estaba a punto de salir en su versión digitalizada. Descrito por los mandos de la Fuerza Aérea como «el hermano menor del Predator», aunque más grande y fuerte, necesitaba también un nuevo nombre. El nombre de Reaper (Guadaña) parecía encajar perfectamente por su asociación con la muerte. «Una de las mayores diferencias entre el Reaper y el Predator es que el Predator solo