Cuando discutíamos (hace veinte años) en el grupo Centro de Información sobre el Fenómeno OVNI (CIFO), en aquellas tardes de vuelo intelectual, entre mate y mate, los alcances de esa teoría que algunos de sus miembros denominaban «THAT» (del inglés, «el Aquello») para aplicar al fenómeno OVNI, y cuando articulábamos lo que más tarde daríamos a conocer como Ufología Racional, lejos estaba de imaginar que un personaje famoso, a quien desconocía por completo en esa época (pero que luego se convirtió en un referente), había escrito ideas muy similares en un libro que circulaba, recientemente traducido al castellano. Claro, me era desconocido porque no era este personaje un ufólogo y porque su libro no era un tradicional libro del tema. No, este señor, de nombre Terence McKenna, era un reputado miembro de la generación de la contracultura psicodélica de la década de los años sesenta, y dicho libro se titula The Archaic Reviva! (1991), aunque la editorial lo retituló en castellano como La nueva conciencia psicodélica.
¿Y qué tenía que ver la psicodelia con los OVNIs y con nuestra postura frente a la investigación de este fenómeno? Mucho, según sabría después. De hecho, este libro, que había caído en nuestras manos por intermedio (como siempre) del Dr. Néstor Berlanda, contenía un capítulo que prometía ser muy interesante: Una conversación sobre los platillos voladores.
MITOS QUE SE HACEN REALES
Pues bien, allí se nos presenta este erudito, visionario y teórico, proveniente de un área de estudio tan disímil con la ufología tradicional como lo era McKenna, hablándonos de nuestros conocidos platillos: «Me parece que con los alucinógenos triptamínicos en general, y especialmente con la psilocibina, realmente experimentamos un estado de la mente muy parecido al que se describe en los contactos con dichos objeto…
…Los estados de la mente chamánicos y los contactos con OVNIs tienen perfiles que pueden registrarse uno como la silueta del otro. A niveles activos, la psilocibina induce imaginación visionaria de naves espaciales,