CORRÍA EL AÑO 1475, EL MISMO EN QUE SE INICIÓ LA GUERRA CIVIL POR LA SUCESIÓN DE LA CORONA DE CASTILLA ENTRE LOS PARTIDARIOS DE JUANA DE TRASTÁMARA, HIJA DEL DIFUNTO MONARCA ENRIQUE IV, Y LOS DE LA FUTURA REINA ISABEL, hermanastra de este último, cuando Vasco Núñez de Balboa nació en Jerez, Badajoz –hoy Jerez de los Caballeros–, por entonces una villa perteneciente a la Orden de Santiago por concesión real.
Hijo de Nuño Arias de Balboa, "hidalgo y de sangre limpia", Vasco no tardó en entrar a servir como criado en casa de Pedro Portocarrero, señor de Moguer, donde se educó en letras, modales y armas. Portocarrero desempeñó un importante papel en la empresa colombina, y el joven debió de asistir a todos los preparativos, lo que intensificó su afán de conseguir un futuro mejor.
CARRERA NAVAL
A finales del siglo, se trasladó a Sevilla y, en 1500, se enroló como escudero en la expedición organizada por el escribano público de Triana Rodrigo de Bastidas y el cartógrafo y piloto mayor Juan de la Cosa. Bartolomé de las Casas lo describió por aquel entonces como "bien alto y dispuesto de cuerpo, y buenos miembros y fuerzas, y gentil gesto de hombre muy entendido, y para sufrir mucho trabajo".
La expedición, formada por una nao, una carabela y un bergantín, partió de la ciudad Cádiz hacia marzo de 1501 y llegó a Coquibacoa o la Guajira. Desde allí, durante cinco meses, navegó lentamente hacia Occidente, descubriendo la actual costa atlántica colombiana y panameña. Al pasar por el golfo de Urabá, Vasco vio por primera vez el Darién, la región selvática donde ganaría la gloria.
El mal estado de las naves a causa de la broma –un molusco lamelibranquio que perfora las cuadernas de roble de los buques–, obligó a que la expedición se