En un trabajo sobre el autor, Stefan Zweig, un aristócrata judío en el corazón de Europa, de 1999, título que en la versión española fue modificado para poner el énfasis en una de las obras del austríaco —El candelabro enterrado, sobre el robo del candelabro de siete brazos del Templo de Salomón en plena caída de Roma—, hasta nombrarlo Zweig y el candelabro. Destino y judaísmo, Jean-Jacques Lafaye estudiaba la condición judía como un destino irremisible: el del mismo Zweig y el de tantos otros que se vieron obligados a exiliarse o a sufrir el acoso y la muerte a manos de los nazis.
El ensayista francés califica a Zweig