El ejercicio de la función notarial implica para el notario estar expuesto a un sinnúmero de contiendas jurídicas. La mayoría de éstas, sin embargo, no versa sobre su actuación como notario, sino más bien sobre aspectos ajenos a ella.
Es importante distinguir entre la nulidad de un acto jurídico y la nulidad de un instrumento notarial.
La nulidad de un acto jurídico resulta de cuatro causas: de la falta de capacidad de ejercicio del autor o de alguna de las partes del acto, de la presencia de vicios de la voluntad o del consentimiento, de la ilicitud en el objeto, motivo, fin o condición del acto y del incumplimiento de las formalidades ordenadas por la ley para cada