n 2019 era coronado el actual emperador de Japón, Naruhito, y aunque en 1947 la Constitución nipona puso fin a la divinidad de los («Soberano Celestial»), promulgando la separación entre religión y Estado, el nuevo mandatario quiso rendir culto a una de las grandes divinidades de la tradición: Amaterasu, la diosa del Sol. El escándalo estuvo servido cuando saltó a los medios de comunicación que para tal evento, la «boda» mística de Naruhito y la deidad, el gobierno gastó 1.700 millones de yenes del erario público (unos
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Una consorte divina
Apr 26, 2024
3 minutos
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