QUÉ HACER EN CASO DE… DOLOR DE CABEZA
MUCHAS CAUSAS
Desequilibrio hormonal, síndrome de la articulación temporo-mandibular (TMJ), hambre, presión en los senos nasales, tensión muscular, trauma en la cabeza, deficiencias nutricionales, consumo de alcohol, medicamentos o tabaco, fiebre… Se considera que alrededor del 90% los produce la tensión muscular y que el 6% son migrañas. En este último caso, los provoca la mala circulación sanguínea hacia el cerebro. Otra variante son los dolores de cabeza en cluster (cefalea en racimos, histamínica), los dolores severos y recurrentes que afectan cada vez a más personas.
SI SUCEDE A MENUDO
Si se presenta de forma frecuente suelen ser señal de que existe un problema de salud latente. Por ejemplo, el dolor puede ser una reacción a determinados aditivos alimentarios el glutamato monosódico o los sulfitos (utilizados en bares y restaurantes, y presentes en vinos y espumosos, así como en los frutos secos envasados y la bollería y repostería industrial). Y también en algunos alimentos: trigo, chocolate, azúcar, salchichas ahumadas, carnes en conserva, lácteos, frutos secos, ácido cítrico, alimentos fermentados (quesos, crema agria, yogur), alcohol, vinagre y/o alimentos marinados.
Otras posibles causas son anemia, trastornos intestinales, trastornos cerebrales, bruxismo (rechinar de dientes), hipertensión, hipoglicemia (bajo nivel de azúcar sanguíneo), sinusitis, columna vertebral torcida, dosis excesivas y tóxicas de vitamina A, deficiencia de vitamina B y enfermedades de los ojos, la nariz y la garganta.
UNA SEÑAL
El dolor de cabeza en sí no es ninguna enfermedad, sino una señal de que algo no funciona bien en el organismo. La frecuencia con que se producen los dolores de cabeza, así como su banalidad, hace muy difícil que se tomen estas señales de alerta con la seriedad que merecen. Y no hay en medicina ningún síntoma que esté tan dejado de la mano y menospreciado como el dolor de cabeza; muchas veces al paciente no le queda más remedio que buscar por sí mismo su propio tratamiento. Suele recurrir entonces a las aspirinas y otros fármacos supresivos de síntomas, lo que constituye un gran error.
Imaginemos un conductor de automóvil que alrompe las tres luces. Tras ese rudimentario gesto ya puede seguir conduciendo sin molestias… Algo parecido son los fármacos del tipo de las aspirinas: martillos que apagan las señales de alarma que en forma de dolores de cabeza emite nuestro cuerpo. Para hacer las cosas correctamente, lo más aconsejable es comenzar por un tratamiento natural, pues los fármacos combaten los dolores de cabeza, pero no su causa real.