Cuando se cuenta la historia de una parte de la naturaleza, como el mar, el historiador tiene que mirar un mundo mucho más grande que al ser humano, que, técnicamente, es el sujeto de la historia en su sentido más etimológico. Se nos obliga a mirar a periodos más largos. Por eso la historia del mar comienza con la idea de que los hombres son simplemente una parte de una historia más amplia, que es una historia geológica. Y esta historia más amplia implica la percepción del hombre como especie entre las especies. Al hacer esto, el historiador necesita comprender los problemas científicos que supone una historia de un tamaño tan grande, y se empieza reflexionando sobre una idea de tiempo diferente. Un tiempo en que el hombre es una parte muy pequeña de una historia más profunda, donde nosotros, como hombres, somos una nada casi absoluta. Si fuese posible reducir toda la historia del mundo a la historia de un año solar, la historia del hombre sería la historia de los últimos segundos del treinta y uno de diciembre. Por eso, en ese sentido, contar la historia del mar es percibir al hombre como una parte muy pequeña de un proceso muy largo. Y es muy útil para un historiador reflexionar sobre esas diferencias de tamaño entre nuestra propia historia como especie y la historia profunda.
¿Hasta qué punto ha sido decisivo el mar en la evolución humana?
El mar ha sido crucial porque el mar es la mejor manera de conectar mundos y civilizaciones diferentes. Es decir, es cierto que