El Poder De Nuestra Cicatrización

CONTENTS

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Biografía

Recomendación

Prefacio

I: Lugares o niveles donde cicatrizamos: el poder de la enfermedad y de la salud

II: Quiénes son los pacientes: diferentes pacientes, diferentes necesidades

III: Éxitos y fracasos

IV: Mis experiencias como paciente

V: Quiénes somos y hacia dónde vamos

VI: Soy el paciente eterno

VII: Nuestra cicatrización

VIII: Reflexiones que nos invitan a meditar

IX: Autoafirmaciones

X: Referencias

BIOGRAFÍA

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Siempre he querido ser más.

Mientras vivo y amo esta oportunidad de vida

me siento completo y suficiente.

Nací en Surata, Colombia, en las montañas andinas de Sudamérica, en el año 1944. Los sentimientos, al igual que mi entendimiento acerca de la familia en la cual decidí nacer, me proporcionaron las posibilidades necesarias para que en esta vida pudiera crecer y siempre ser algo mejor.

Aunque toda la educación y experiencias en las que he participado en mi vida podrían ser consideradas como no ideales, me proveyeron los medios esenciales para llegar a ser lo que soy.

Fui expuesto al suficiente cariño, amor y entendimiento como para que pudiera tomar la responsabilidad de mis profundas necesidades y crecer espiritualmente. A pesar de todos los altibajos de mi vida, incluyendo mis difíciles y traumáticas experiencias durante el viaje por esta vivencia humana, cada vez más me doy cuenta de que no había otra forma para mí de poder alcanzar lo que soy. Hacia todas esas experiencias siento profundos sentimientos de gratitud. En otras palabras, mis experiencias pasadas me suministraron el fondo (background) que necesitaba para actualizar mis sueños de autocrecimiento.

Cuando empecé a darme cuenta de lo que necesitaba para despertar en lo que quería ser a través de la realización de mis sueños, siempre tuve la creencia de que había algo mejor. Mis tempranas necesidades de cicatrización y de autocrecimiento, combinadas con las futuras experiencias de autocicatrización en mi vida, me ayudaron a entender cada vez más que no solo estaba buscando bienestar físico, sino, principalmente, que quería satisfacer mis necesidades primordiales de autoseguridad, privilegiando la realización de mis más preciosas ambiciones positivas.

Al igual que para cualquier otro ser, mi infancia, mi adolescencia y mi temprana edad como adulto siempre me ofrecieron experiencias, incluyendo las contradicciones necesarias hacia una autorrealización que nunca se termina, pero que cada día se hace más fácil, interesante y satisfactoria. Como ejemplo, durante mi juventud y adolescencia, en cierta forma, encontré el soporte de amigos, pero al mismo tiempo encontré la dualidad de otros no muy amigables que, en lugar de proveerme de ese soporte, me ofrecieron experiencias amenazantes, no amigables, que incrementaban mi vergüenza.

A lo largo de mi vida siempre he querido reflexionar, encontrar lugares para hallar mi solitud, y dentro de mí siempre existió la profunda necesidad de mejorar el entendimiento y apreciación de mis experiencias. Encontré mis deportes, lo hice exitosamente, y ese éxito y triunfo que esperaba fueron bien retribuidos. Siempre quería hacer los goles y, como consecuencia, donde jugaba fútbol o mi deporte favorito, siempre era quien más goles hacía.

A propósito de mi amor por los deportes, con ignorancia pero con mi buena intención y creyendo que mis experiencias serían las más apropiadas para mis hijos, los introduje al fútbol o soccer —como se dice en los Estados Unidos—, que por ese entonces estaba en sus inicios. Estas experiencias con mis hijos muchas veces no fueron las más satisfactorias. Recuerden que yo creía que esas experiencias eran lo mejor para ellos, mi inocencia desconocía lo que mis hijos profundamente consideraban lo mejor para sí mismos. Más allá de los resultados, la verdad es que a esas experiencias cada día les encuentro un mayor significado beneficioso.

Siempre he buscado un mejor conocimiento, independientemente del campo en donde haya decidido experimentar. En este caso, decidí ayudar a mis hijos y a sus amigos con una mejor experiencia durante sus actividades con el fútbol. Busqué más conocimiento y pude obtener la licencia de entrenador de más crédito para ese entonces, que fue la otorgada como «A» por la Federación de Fútbol de Estados Unidos.

La Facultad de Medicina, en la Universidad del Valle, en Cali, con sus enseñanzas me ayudó a navegar una experiencia cada día más integral y holística de la medicina, experiencia que, en lo profundo de mi mente, siempre estuve listo para recibir y compartir. Estoy orgulloso de decir que fui uno de los mejores estudiantes de la Facultad de Medicina y uno de los mejores jugadores de fútbol en los diferentes equipos donde jugué, incluyendo lo que llamamos ahora «college», durante mis tiempos universitarios y durante mi estadía en la Facultad de Medicina. En un momento de mi vida me ofrecieron la oportunidad de seguir la carrera profesional de fútbol, después de jugar en uno de los torneos nacionales y cuando estaba jugando con el equipo de la Universidad del Valle en Cali, Colombia. Con gratitud decidí la experiencia de mi vida en forma diferente y continué mis estudios de medicina.

Antes de viajar a los Estados Unidos me casé y, fruto de ese matrimonio, tengo la suerte de estar acompañado por tres varones, con quienes, junto con mi esposa, continuamente nos proveemos de las experiencias necesarias para poder hacer de la familia aquel nido de cariño, de amor y de un mundo mejor que siempre deseé.

Llegué a los Estados Unidos para continuar mi especialización en medicina y lo hice en parte en el Lutheran Medical Center (Centro Médico Luterano), en un hospital asociado con el Case Western Research, y mi especialización en obstetricia y ginecología la hice en uno de los hospitales más tradicionales y famosos de los Estados Unidos: el Hospital de la Caridad, de Nueva Orleans, Luisiana, con mucha fortuna en la división de la Universidad Tulane. Mis deseos por algo más integral fueron adormecidos por lo quirúrgico, racional y material de la cultura médica, que en ese momento en la sociedad, en la comunidad y en el ambiente médico existían. Puedo decir que mis sueños románticos, mi atracción hacia lo profundo y etéreo, fueron expuestos a la complejidad de una sociedad y unas políticas médicas, primordialmente dirigidas al cuerpo físico, que libremente acepté con mucha curiosidad, gratitud y responsabilidad. Esa realidad me ofreció la oportunidad para un mejor entendimiento de lo complejo que somos. No digo que fue correcto o incorrecto, yo diría que fue apropiado para aprender y tener más herramientas para seguir aprendiendo. Al igual que otras experiencias en mi pasado, la oportunidad que tuve durante mi entrenamiento en los Estados Unidos trae hacia mí grandes sentimientos de agradecimiento, que me ayudaron a darme cuenta de los infinitos roles que podemos jugar durante nuestras vidas.

La vida me suministra y me ha suministrado multitud de experiencias, incluyendo las que he tenido como paciente. Algunas de ellas han sido difíciles, pero cada día más apreciadas. Puedo decir que mi coraje, mi voluntad, mi disciplina, mi esperanza y algo mucho más dentro de mi ser, me ayudaron a beneficiarme en mayor medida de esas experiencias.

Independientemente de las diferentes formas de entrenamiento y práctica de mi medicina —incluyendo mi práctica privada, por más de cuarenta años, prácticas en otras clínicas de medicina general, de urgencia en diferentes niveles socioeconómicos tales como el Ninth Ward en Nueva Orleans—, mi curiosidad por explorar niveles más integrales y espirituales de cicatrización me ha ayudado a ir más allá de mi oficio como obstetra y ginecólogo. En Colombia, en diferentes lugares —incluyendo el año de práctica que hice en una de las zonas rurales del país, y que era requerido por el gobierno antes de obtener la licencia para practicar medicina—, fui expuesto a otras formas de cicatrización que dependían del nivel idiosincrásico de la población. Mi naturaleza siempre ha sido la de encontrar sistemas alternativos y más fáciles de cicatrización. Una vez que estuve bien establecido en el campo de la obstetricia y la ginecología, empecé a expandir, y con mucho éxito, mi entrenamiento y práctica a otros campos de la medicina, incluyendo lo que hoy se llama medicina integral, profundicé en la hipnoterapia médica y, recientemente, en lo que se llama medicina regenerativa y retardo del envejecimiento (antiaging).

He sido afortunado y he podido tener las más altas calificaciones y, en el momento presente, soy certificado por las siguientes entidades:

—Diplomado del American Board Obstetrics and Gynecology (Consejo Americano de Obstetricia y Ginecología)

—Miembro del American College of Obstetrics and Gynecology (Colegio Americano de Obstetricia y Ginecología)

—Diplomado de la American Board of Medical Hypnosis (Junta Americana de Hipnosis Médica)

—Diplomado de la American Board of Urgent Care Medicine (Junta Americana de Medicina de Atención de Urgencia)

—Fundador Diplomado de la American Board of Holistic Medicine (Junta Americana de Medicina Holística)

—Diplomado de la American Academy of Pain Management (Academia Americana para el Tratamiento del Dolor)

—Diplomado de la American Board of Antiaging and Regenerative Medicine (Consejo Americano de Antienvejecimiento y Medicina Regenerativa)

También he sido certificado por el Dr. Deepak Chopra como Instructor de meditación de sonido primordial y creación de la salud.

Siempre he querido compartir mi conocimiento y lo he hecho en la radio, la televisión, los periódicos, las revistas y en artículos, la mayoría de ellos en español. Continúo siendo parte del personal de Clínica de Tulane en el departamento de Obstetricia y Ginecología, como profesor clínico asistente. Hoy continúo en el mismo sendero de encontrar más fáciles y más eficaces formas de cicatrizar.

La ciencia y el arte de cicatrizar son muy complejos, tanto como lo somos los seres humanos. Mi esperanza es que eventualmente podamos entender más en el nivel de la experiencia que la salud es una elección de nuestra conciencia. Sueño con el tiempo en que podamos sentir esa mejor elección de conciencia y podamos darnos cuenta de que, aunque esa elección sea suficiente para ese momento, siempre vamos a estar impregnados de satisfacción, de gozo y con la probabilidad de que exista una mejor elección.

A través de mi travesía en mi experiencia humana, he estado en diferentes lugares y en diferentes tiempos, pero dentro del profundo núcleo de mi ser siempre ha existido la necesidad de una mejor relación conmigo mismo, con mi realidad, al igual que con mi alma, mi espíritu, mi poder superior y mi divinidad. Mi travesía a través de mi eternidad y de mi infinidad me sigue dando oportunidades para autocicatrizar y, por consiguiente, poder hacer más fácil y mejor el poder compartir ese bienestar que automáticamente es inherente a nuestro proceso de autocicatrización.

RECOMENDACIÓN

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La información contenida en este libro solo tiene el propósito de educar y no debe usarse como sustituto de un consejo, de un diagnóstico o de un tratamiento profesional médico. Siempre busque el consejo de un médico o de un profesional calificado cuando tenga preguntas referentes a su condición médica.

PREFACIO

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Después de muchos años de experiencia en el campo de la medicina, he decidido recopilar las conclusiones más profundas de lo que significa evolucionar dentro del cambio hacia el bienestar que todos deseamos. He recibido mi propia experiencia de vida de mis seres queridos, de quienes aprendí más directamente y, más allá del oficio o de la profesión, de personas y pacientes que me han dado la oportunidad de captar campos más profundos dentro de ese proceso evolutivo hacia un mejor bienestar.

He experimentado el conocimiento y las prácticas de diferentes culturas, desde las más simples hasta las más sofisticadas, y dentro de ellas he podido integrar la igualdad y la diferencia de las personas, al igual que lo único que la sociedad, la humanidad y la espiritualidad representa para cada una de ellas. Dentro de esas diferencias e igualdades, he podido también recibir las enseñanzas más profundas, pero semejantes en posibilidades a las que existen en cada uno de nosotros.

Cuando me refiero a