El libro blanco del psicoanálisis: Clínica y política
Por Varios Autores
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Este Libro blanco del psicoanálisis recoge una serie de documentos relacionados con el reciente debate sobre la regulación del mundo «psi». La chispa que lo inició vino de Francia, con la aprobación por parte de la Asamblea -en octubre de 2003 - de una enmienda conocida hoy como la Enmienda Accoyer, que se demostró como el cabo de un hilo que llevó a una madeja de nudos nada simples de desanudar. Detrás de esa enmienda se perfilaba una estrategia de evaluación de las prácticas psicoterapéuticas a nivel europeo, pero importadas en realidad de una ideología higienista transatlántica (del Quebec para ser más precisos), con una apariencia de cientificidad que se postula de forma tan evidente y transparente en su forma como opaca y anónima en su finalidad.
La carta de Jacques-Alain Miller, publicada el 29 de ese mismo mes en Le Monde, «De la utilidad social de la escucha», y que incluimos como documento al final de este volumen, significó el origen de un movimiento de respuesta y de debate que se continúa hoy tanto en Europa como en otros países transatlánticos donde el psicoanálisis de orientación lacaniana tiene extensión y posición firme. Siguieron después varios Forums des Psy, que tuvieron su eco en España con la organización del Foro Psi de Barcelona, en febrero de 2004. El lector encontrará en este volumen varias de las intervenciones allí realizadas que siguen teniendo toda su actualidad.
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El libro blanco del psicoanálisis - Varios Autores
© ELP-Escuela Lacaniana de Psicoanálisis, 2006.
© de esta edición digital: RBA Libros, S.A., 2018.
Diagonal, 189 - 08018 Barcelona.
www.rbalibros.com
REF.: GEBO514
ISBN: 9788424938277
Composición digital: Newcomlab, S.L.L.
Queda rigurosamente prohibida sin autorización por escrito del editor cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra, que será sometida a las sanciones establecidas por la ley. Todos los derechos reservados.
Índice
PREFACIO
I. EL SISTEMA «PSI»
LAS BUENAS NOTICIAS DEL PROGRESO
EL SISTEMA «PSI» Y SU VACÍO
ESA METÁFORA MARAVILLOSA
LA CADENA PSICOTERAPÉUTICA
LA SALUD MENTAL Y EL DERECHO A LA TRANSFERENCIA
NUEVO RÉGIMEN DEL CAMPO «PSI»
II. LA IDEOLOGÍA DE LA EVALUACIÓN
EL GRAN SECRETO DE LA IDEOLOGÍA DE LA EVALUACIÓN
IMPERIO DEL NÚMERO Y PULSIÓN DE MUERTE
EL AGUJERO DE LA EVALUACIÓN
LA PUERTA DE COMARES
III. LA POLÍTICA «PSI»
LA POLÍTICA NO ES ALGO AJENO AL MUNDO «PSI»
EUROPSY
EL ESTADO «PSI»
NOTAS SOBRE LA ACTUALIDAD DEL PSICOANÁLISIS
IV. LOS «PSI» EN EL ESTADO ESPAÑOL
LA REGULACIÓN DEL ÁMBITO «PSI» EN ESPAÑA
SOBRE LA REGULACIÓN DE LAS PRÁCTICAS «PSI» EN ESPAÑA
CONFIGURACIÓN DEL CAMPO «PSI» EN ANDALUCÍA
SITUACIÓN DEL CAMPO «PSI» EN ARAGÓN
UN CAMBIO DE CULTURA PROGRESIVO
LOS ESPIGADORES DE LA PALABRA
EL PANORAMA «PSI» EN MADRID
EL AUTORITARISMO INCORPÓREO
EL PANORAMA «PSI» EN VALENCIA
BIG BROTHER CONTRA EL VELO DEL PUDOR
LOS NUEVOS APESTADOS
V. LOS CENTROS DE PSICOANÁLISIS APLICADO
CENTRO PSICOANALÍTICO DE CONSULTAS Y TRATAMIENTO DE BARCELONA
LA CLÍNICA DEL CAMPO FREUDIANO EN LA CORUÑA: HISTORIA, FUNDAMENTOS, FUNCIONAMIENTO Y FUTURO
LA RED ASISTENCIAL DE LA ELP EN MADRID
VI. DOCUMENTOS
DE LA UTILIDAD SOCIAL DE LA ESCUCHA
POR UNA CARTA DEL PSICOANÁLISIS
PARA UNA COORDINACIÓN «PSI»
NOTAS
PREFACIO*
MIQUEL BASSOLS
Este libro es el resultado de un despertar y de un contraataque. El despertar es el de los propios psicoanalistas, a veces demasiado enfrascados en la organización interna de sus instituciones, en las formas de transmisión de su experiencia y de su discurso, siempre tan particular como el sujeto que tratan, ya sea en la privacidad de su consultorio o en los servicios de salud mental. Es un despertar provocado esta vez desde algo que parecía exterior a su dominio y a su experiencia: desde la política y desde una voluntad de regulación de las prácticas «psi» que supone una homogeneización del campo, tan variado como indefinible desde el exterior, que recubren. Porque, en efecto, ¿qué define y cómo se evalúa hoy una práctica «psi»? La pregunta ha hecho despertar a los propios psicoanalistas cuya práctica ha sido definida, por otra parte, como «la madre de todas las psicoterapias». Y no porque sea una pregunta que no esté en el centro de su experiencia diaria. El psicoanálisis no ha hecho otra cosa desde su nacimiento que practicar una suerte de evaluación continuada en la discusión de caso por caso. Desde la enseñanza de Jacques Lacan, la pregunta «¿qué es un psicoanalista?» está en el centro de su Escuela y de los diversos dispositivos de formación y de control de la práctica analítica. No, no es la novedad de la pregunta lo que ha hecho despertar a los psicoanalistas sino la voluntad expresa de imponer una forma normativa y cuantificadora de evaluación que repugna a lo más intrínseco de su experiencia.
Es que además la pregunta no ha venido sola. Ha venido acompañada de un ataque contra el psicoanálisis en su conjunto, con argumentos tan antiguos como su propia práctica, pero en algunos casos con una ferocidad y una voluntad de aniquilación tales que lo repetido de los argumentos no puede explicar esa misma voluntad de desaparición. El contraataque sirve aquí como exposición de principios, de afirmación de existencia irreductible, más que como defensa. El psicoanálisis debería saber, desde Jacques Lacan, que en este combate su éxito completo equivale a su desaparición, que conviene mantener entonces la condición de síntoma del propio psicoanalista, de signo de lo que nunca anda bien, para que su disciplina y su ética no sean olvidadas.
Entonces, bienvenido el ataque.
La chispa que abrió el fuego vino del país vecino, de un episodio que parecía menor para la Asamblea que aprobó en Francia —era en octubre de 2003— una enmienda conocida hoy como «la enmienda Accoyer» y que se demostró como el cabo de un hilo que llevó a una madeja de nudos nada simples de desanudar. Detrás de esa enmienda se perfilaba una estrategia de evaluación de las prácticas psicoterapéuticas a nivel europeo, pero importadas en realidad de una ideología higienista transatlántica (de Quebec para ser más precisos), con una apariencia de cientificidad que se postula de forma tan evidente y transparente en su forma como opaca y anónima en su finalidad. La carta de Jacques-Alain Miller, publicada el 29 de ese mismo mes en Le Monde, «De la utilidad social de la escucha», y que incluimos como documento al final de este volumen, significó el origen de un movimiento de respuesta y de debate que se continúa hoy tanto en Europa como en otros países transatlánticos donde el psicoanálisis de orientación lacaniana tiene extensión y posición firme. Siguieron después varios Forums des Psy, que tuvieron su eco en España con la organización del Foro Psi de Barcelona, en febrero de 2004. El lector encontrará en este volumen varias de las intervenciones allí realizadas que siguen teniendo toda su actualidad en el debate sobre la regulación del mundo «psi».
La publicación de este Libro blanco, proyectada ya con este título a partir de la celebración de aquel Foro Psi, se ha visto hoy más acertada todavía después de la publicación a finales de 2005 de un Libro negro que, también desde el país vecino, ha querido verter un lodo sobre el psicoanálisis difícil de imaginar en un verdadero debate científico. El anuncio de su traducción en España justifica más si cabe el tono de contraataque anticipado que el lector encontrará en estas páginas.
El primer apartado —El sistema «psi»— sitúa las contingencias en las que se ha configurado el campo llamado «psi», sus prácticas y sus discursos, así como el lugar, interior y exterior a la vez, que el psicoanálisis tiene en él. El título del texto de Jacques-Alain Miller que lo abre, «Las buenas noticias del progreso», indica ya la ironía necesaria con la que el psicoanálisis de orientación lacaniana responde a las promesas de felicidad que inundan hoy el mercado de las prácticas «psi».
El segundo apartado —La ideología de la evaluación—, analiza el trasfondo del furor evaluador que el mundo «psi» recibe hoy para justificar su entrada en el cientifismo moderno. El lector verá por qué el psicoanálisis tiene hoy más razones todavía para interrogar a la ciencia desde su centro mismo, por qué su experiencia sigue significando el retorno del sujeto en su seno, sin ceder ni un palmo a lo que se nos vende bajo el nombre de ciencia como un mero uso de la cuantificación y de la estadística.
El tercer apartado —Política «psi»—, da algunas razones para entender por qué la práctica clínica supone siempre una política, por qué la historia de la clínica es inseparable de la política, por qué Jacques Lacan definió al psicoanálisis como una política del síntoma, política de la que debían depender su estrategia y su táctica.
El cuarto apartado —Los «psi» en el Estado español—, dará al lector una visión, no exhaustiva pero sí muy indicativa, de la situación del campo psi en distintas ciudades y comunidades autónomas, con sus coyunturas a veces particulares en las que la práctica de los psicoanalistas de orientación lacaniana tienen lugar.
El quinto apartado —Los Centros de Psicoanálisis Aplicado—, exponen la experiencia en marcha de los Centros de consulta y tratamiento psicoanalítico creados y proyectados por la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis en varias ciudades de España. En el momento de escribir este prefacio, estos Centros han establecido un convenio de colaboración y financiación con la Secretaria de Estado, siendo declarados de interés público.
Finalmente, el sexto apartado incluye tres documentos de especial interés, dos de Jacques-Alain Miller y otro de Bernard-Henri Lévy dirigido a los psicoanalistas, para quien quiera seguir el debate que se desarrolla a nivel europeo y que implica al discurso del psicoanalista en aquello que parecía, según decíamos al principio, como algo exterior, el campo de la política, y que se revela entonces como el más interior al campo en el que se desarrolla su práctica.
No hay, en efecto, clínica sin política. Las páginas que siguen dejan al lector la tarea de interpretar esta afirmación que el psicoanálisis hace hoy presente en el mundo «psi».
I
EL SISTEMA «PSI»
LAS BUENAS NOTICIAS DEL PROGRESO*¹
JACQUES-ALAIN MILLER
OPTIMISMO
Me ha sorprendido, y ha contribuido a mi optimismo, escuchar en un debate del Senado a un senador que reprochaba su higienismo al Ministro de Sanidad, y al Ministro, lejos de asumir lo que es evidentemente su práctica higienista, defenderse. Subsiste una gran distancia entre estos fantasmas autoritarios por un lado y lo que es común por otro².
Es cierto que una elite administrativa determinada llega a instalar procedimientos en contra del gusto común. Pero el mero hecho de enunciarlo, de entristecer a toda la asistencia, es al mismo tiempo potencialmente el resorte de un rechazo.
EL RETORNO DEL SUEÑO DE HARTMANN
Tomar en cuenta un nuevo objeto, el cerebro, autoriza, no a eliminar al psicoanálisis —lo que es un movimiento ya antiguo—, sino por el contrario a reformularlo en términos de procesos que son experimentalmente localizables. El periodista que lleva la sección de «Ciencias» de Le Monde dramatiza cada tanto este tipo de buenas noticias. No se trata en absoluto de rechazar al psicoanálisis. Es explicar que lo que Freud había abordado de una manera intuitiva y sin los métodos de la imaginería moderna puede encontrar ahora un fundamento científico. El inconsciente se convierte en un tipo especial de proceso cognitivo, y entonces tanto el desconocimiento como la represión son susceptibles de ser localizados de manera objetiva. Es una operación que ya estaba en marcha pero hay una intensificación de la potencia de esta retranscripción neurocientífica del psicoanálisis.
En otra vertiente, se observa asimismo una retranscripción comportamentalista del psicoanálisis. Esta psicología científica tiene un concepto fuerte de la causalidad psíquica en términos de condicionamiento, en términos neopavlovianos. Considera al sujeto no como un efecto del significante, un efecto del contexto, sino como un efecto del ambiente, un efecto del los acontecimientos que se han producido. Este sujeto efecto del acontecimiento es finalmente el viejo sujeto empirista, el sujeto de la tabula rasa de John Locke: el sujeto no es nada al principio, es una pura superficie de inscripción. Es lo que debe ser modulado por la inscripción biológica. En general, son invariantes que deben considerarse como biológicas. En su modelo puro, lo psicológico es un efecto de lo social, considerado como el ambiente.
Lo que produce la enfermedad mental es que el circuito estímulo/respuesta se encuentra inhibido y se trata de desinhibirlo. La cura analítica misma puede entonces transcribirse como una experiencia de descondicionamiento.
Estamos en un estadio mucho más sutil que el de poner al psicoanálisis fuera de juego. Veremos nacer, esbozarse, un psicoanálisis cognitivo-comportamentalista. Es un falso psicoanálisis, por supuesto, pero que aplica a los conceptos fundamentales del psicoanálisis nociones psicológicas. Aquel viejo sueño de Hartmann, antaño criticado por Lacan, el de la reabsorción del psicoanálisis en la psicología general —ese ideal que hacía reír en el momento en el que se desmoronaba la ego-psychology—, pues bien, no ha quedado abandonado y vuelve medio siglo después, apoyado en el lenguaje de las neurociencias y en el vocabulario cognitivo-comportamentalista.
VICTORIAS
Sloterdijk señala que las buenas noticias del progreso son emblemáticas de la época. Somos informados periódicamente de que una vez más ha sido franqueada una nueva frontera. Estas buenas noticias consisten en lo siguiente: el saber se muestra con la capacidad de dominar lo que antes se le escapaba. Estos progresos se sitúan todos en el eje S2 → a. De aquí brotan y se expanden las buenas noticias. El significante le cuenta a la humanidad su progreso y su plus-de-gozar no deja de vencer. Al mismo tiempo éste se convierte en algo cada vez más inquietante. Constatamos cómo se acumula en los bolsillos, cómo da lugar a descontentos específicos, a revueltas extrañas o a crímenes monstruosos, al mismo tiempo que siguen las buenas noticias. La conexión entre el continuo raudal de buenas y de malas noticias no se hace en ningún momento.
Eric Laurent se ha apoyado en el matema lacaniano S(A), lo no calculable esencial, para justificar la democracia: «Si hay algo que no es calculable, entonces hay que negociar, hay que hablar juntos». Hace tiempo habíamos tomado esto de una manera más irónica. Habíamos deducido del Otro que no existe la proliferación de los comités de ética, que deben discutir sobre los valores ya que no hay valores absolutos. Tomábamos este reverso como el del Otro que no existe en vez de hacernos los defensores por nuestra parte de la cháchara democrática. Añadiendo al mismo tiempo que es el peor sistema con exclusión de todos los demás, cláusula que viene regularmente a colación, pero tal vez con menos fe en la democracia que la de un economista como el Sr. Fitoussi, cuya última obra³ está habitada por el sueño de una democracia que llegaría a dominar al mercado, o que sería la tirita de la paradoja del mercado. Cosa que también parece una buena noticia falaz.
UN INDIVIDUALISMO ANÓMICO
Eric Laurent ha citado las palabras de Emerson, que alguien como Richard Rorty reivindica todavía como su maestro, a la manera de un pragmatista anarquizante. Emerson formula el imperativo no simplemente de «pensar por sí mismo», que es el imperativo kantiano, sino «pensar diferenciándote de cualquier otro», «pensar lo que te es propio». La crítica subyacente de Nietzsche se ha convertido en la regla del conformismo contemporáneo, es decir, todo el mundo está invitado a ser original. La fórmula de este individualismo es sensiblemente diferente del que Lacan podía llamar, hace tiempo, el individualismo humanista. Tenemos ahora un individualismo anómico, pero que es al mismo tiempo una fórmula de reivindicación contemporánea de libertad: «Mi cuerpo es mío, mis ideas son mías, mi ropa es mía». Opone en efecto a la afirmación de la gran individualidad el verdadero no conformismo de alguna manera obligatorio. El no conformismo de la gran individualidad que no se define por el narcisismo.
Hay en efecto una oposición entre Nietzsche y Emerson. La originalidad de Nietzsche es perfectamente compatible y al mismo tiempo se sostiene en la admiración de los clásicos, por ejemplo. Ponía por encima de los románticos y de su búsqueda de la originalidad una originalidad ya emersoniana, narcisista, la originalidad superior del clásico que no tiene necesidad de buscar la originalidad por sí misma.
METALENGUAJE UNIVERSAL
Ampliando el panorama que al principio estaba concentrado en una persona, en un diputado de la Asamblea, hemos descubierto progresivamente un continente. Hemos llegado a reformular un fenómeno de la civilización y tenemos que comprender este fenómeno para saber cómo guiarnos en él, cómo conducirnos.
El imperativo de la evaluación se presenta y con frecuencia se recibe como evidente. Es algo que me ha sorprendido. Hay una evidencia de la evaluación de la que hay que encontrar las raíces. ¿Cuál es este imperativo? Podría ser un imperativo epistémico y axiológico, que concierne a los valores en el sentido moral, espiritual, pero es un imperativo que es epistémico y económico. Hay que saber cuánto vale esto. Lo que resulta bastante conmovedor, cuando abrimos ahora los tratados de psiquiatría contemporáneos —ya sea el tratado de psiquiatría bio o psicosocial o el manual de psiquiatría del año 2000 aparecido recientemente—, es que la economía de la salud entra de lleno en la teoría psiquiátrica misma, y hace surgir el uno por uno de la clínica como algo demasiado costoso. No he verificado en mi viejo manual de psiquiatría de Henri Ey⁴ si existe un capítulo —pero no lo creo— de economía de la salud mental en el sentido de la racionalización de los costes y de los beneficios en salud mental.
Hemos creído y hablado durante mucho tiempo de la psiquiatría que se organizaba entorno a los efectos del medicamento, pero estamos ahora ante una psiquiatría cuya clínica se organiza en función de los costes financieros. Es una novedad. La codificación no está reservada simplemente a un tipo de psicoterapia, la codificación está ahora para reducir al mínimo el tiempo empleado. Es la entrada del cálculo económico que le dice a la clínica, como Tartufo: «Te toca a ti salir del paso». El aplomo con el que se formula es sobrecogedor. Hemos escuchado lo mismo, con una sonrisa, al tan simpático Bernard Kouchner cuando ha venido a visitarnos: «Tendrán que tomar muy en cuenta el coste financiero». ¿Y quién podría no estar de acuerdo?
A través de estos fenómenos, la transformación se consuma —y tal vez sea el colmo, un acmé del proceso, algo que toca ahora al psicoanálisis— en lo que todo es comparable por su valor. Sentimos el peso, la presión de lo que se consuma, como la fabricación de un universo homogéneo. Y para que este universo sea homogéneo, es preciso que —en su lenguaje— las emociones, los comportamientos, las conductas pasen por ahí, y el lenguaje también. Es preciso que sea homogeneizado y comparable.
Sentimos la presión de un metalenguaje universal —dudo incluso en decir metalenguaje porque se presenta como lenguaje objeto— de un lenguaje preliminar del ciframiento, de la contabilidad, y con la evidencia que siempre se vincula a las matemáticas.
Es así como Heidegger, en «La pregunta por la cosa», define ta mathemata. Antes incluso de que llegue la ciencia matemática, ta mathemata es lo que se sabe siempre con antelación sobre qué es el mundo. Ta mathemata es lo que existe de manera más evidente en lo que podemos percibir del mundo. Es en este nivel donde se sitúan los procesos a los que asistimos, a pesar de su sofisticación.
UN SABER (SAVOIR) SOBRE EL TENER (AVOIR)
Lo que se denuncia como mercantilización es, más profundamente, esta homogeneización generalizada. Es algo tal vez ahora especialmente sensible en Europa, porque la construcción de un espacio europeo común con viejas naciones que tienen viejas tradiciones, que tienen lenguas diferentes, hace particularmente urgente para el gobierno, y al mismo tiempo asombroso para los sujetos, esta homogeneización. Es algo que ahora está llegando a la enseñanza superior, por ejemplo, donde se constituye un espacio europeo y donde los procesos de evaluación en curso en cada país deben internacionalizarse. Tenemos aquí un esfuerzo prodigioso, un esfuerzo donde se puede reconocer un momento del espíritu, como diría Hegel, para realizar la homogeneización en este espacio.
Y, al menos por el momento, debemos constatar que es un bello sueño, una bella pesadilla, ya que esto no funciona. Hay que añadir a todas estas descripciones que Eric Laurent ha dado del codicilo: «Y esto no funciona». Los agentes que están ellos mismos atravesados por este movimiento también añaden: «Todavía no funciona». Es una buena noticia.
En Francia gozamos de diversos comités de evaluación. Lo que hay en común es esto: todavía no funciona. Hay que decir que como forma es algo muy joven. Esta transformación del ser en valor comparable es una transformación del ser en saber. Este saber es a la vez un saber (savoir) ante todo del tener (avoir). Pido disculpas por estas asonancias que no son traducibles en todas