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Motel California
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Libro electrónico138 páginas1 hora

Motel California

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Información de este libro electrónico

Spencer perdió su trabajo como cantante de rock en Los Ángeles. Continuando con su vida, se corta el cabello y acepta el puesto de encargado de un motel. Cuando aparece la señorita Rose, las cosas se tornan salvajes. El detective Miller de Long Beach, investiga un asesinato, un caso de drogas, a la mafia y a todos los demás en el motel Villa. Spencer se vuelve amigo de Miller. Juntos cazan al asesino que está detrás de un tesoro. Scarface, Reagan, la mafia, un zorrillo y un golpeador de niños son solo algunos de los que pasan por el estacionamiento. Llena de humor, sospecha, sexo y rock and roll, una lectura rápida para una tarde lluviosa en California.

 

IdiomaEspañol
EditorialBadPress
Fecha de lanzamiento11 abr 2020
ISBN9781071501658
Motel California

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    Motel California - Roach Spell

    Motel California

    Roach Spell , Roger Specker

    ––––––––

    Traducido por Mel Blumen 

    Roach Spell  , Roger Specker

    Motel California

    Escrito por Roach Spell , Roger Specker

    Copyright © 2020 Roach Spell , Roger Specker

    Todos los derechos reservados

    Distribuido por Babelcube, Inc.

    www.babelcube.com

    Traducido por Mel Blumen

    Babelcube Books y Babelcube son marcas registradas de Babelcube Inc.

    ¡Por el amor de Dios, Spencer!

    Hazlo de nuevo. Esta vez, por favor canta la línea correspondiente y pégale a la nota. ¡‘Joven Élite,’ toma 39!

    Las luces del estudio de grabación se encendieron, un fuerte bajo al ritmo de una contundente batería, seguidos de vibrantes acordes metálicos de guitarra.

    Ambas manos en los auriculares del estudio, sus labios anhelando el gran micrófono, Spencer dejó salir un largo grito de  Oh sí, vamos que sonó bien, y luego cantó desafinadamente la desastrosa primera línea de la canción, haciendo recordar a los demás a una blanca-imitación de una danza espiritual hindú que fue interrumpida por un lobo aullando en el desierto, todo bajo la influencia de hongos mágicos.

    La luz roja de la habitación de control se volvió a encender. ¡Basta! ¡Basta, Spencer!

    Detrás del vidrio a prueba de sonido, frenéticamente, cuatro cabezas con muchísimo cabello rodeadas de humo comenzaron a discutir mientras Spencer tomó su Corona y un cigarrillo, y caminó lentamente hacia la habitación de control.

    ¿Qué pasa? preguntó Spencer.

    Ocho insensibles ojos lo miraron en la habitación llena de humo en el estudio de  North Hollywood. Eran las dos a.m. Había un toque de queda en las calles de L.A., el escándalo de Rodney King había sucedido hacía poco, y Keith, el mánager de la banda de  Spencer, estaba a punto de despedirlo.

    ––––––––

    Oye muchacho, dijo Keith. Eres genial en escena, lo sabes. Te amamos, muchacho,  y realmente esperábamos terminarlo esta jodida vez, pero realmente apesta, muchacho.  Realmente no tienes un maldito sonido limpio en el estudio de grabación. Tenemos que dejarte ir, muchacho, porque tenemos que terminar este jodido álbum debut, y contigo esto no está yendo a ningún lado. Ya tenemos a tu reemplazo. Sabíamos que podía pasar, así que hemos puesto un cartel de Se busca cantante principal en la revista BAM hace unas semanas. Encontramos un nuevo talento – tu reemplazo.

    El guitarrista puso su mano sobre el hombro de Spencer. Lo siento, amigo, le dijo. Tuvimos momentos geniales con grandes shows, especialmente en el Roxy. Rockeamos, y nos trajo hasta aquí con un contrato de grabación en mano. Gracias, amigo. Siempre hiciste un gran trabajo sobre el escenario.

    Spencer sólo dijo, ¡Yo lo conseguí! ¡Cabrones!

    Tomó a su rubia en tacones de la mano, escupió un pedazo de chicle sobre el panel de grabación, y dejó el estudio, totalmente atento a que los disturbios callejeros se estaban acercando desde el este de L.A. Esos disturbios no le significaban nada por el momento.

    ––––––––

    C:\Users\rsp003\Desktop\IMG_3094.JPG

    Toma 1

    Córtalo. Córtalo, Mario. Todo.

    Largos pedazos de cabello cayeron al costado de su cabeza. Era el final del rock and roll para Spencer.

    Estaba cansado de intentar seguir su gran sueño. Desde que se había mudado de su casa en Escocia siendo todavía un joven, había estado intentando lograrlo como músico. Hace años, había escapado de ese lago, dejando a la destilería de whisky de su padre y besando a su pelirroja madre de Highland a modo de despedida.

    Ahora sus pensamientos eran tan cortos como su pelo, que caía al piso en pedazos en la Barbería Italiana de Mario en Magnolia Boulevard.

    ¿Qué haré ahora?

    Mario estaba tan animado como Danny DeVito, parado junto a él con un espejo. Dijo, ah bello, ahora te ves como ese actor. Comosi dice?

    Volver al Futuro... sí, Michael J. Fox, replicó Spencer, riendo. Si si Mario, grazie.

    Luego Spencer miró de reojo un anuncio en el Los Ángeles Times, en la sección de trabajos. Bueno, continuó. Ahora puedo convertirme en un actor.

    ¡Urgente: se necesita encargado de motel!

    ¿Puedo usar tu teléfono, Mario? preguntó Spencer, a pesar de que ya había comenzado a llamar.

    Habla Terry, diga, dijo la voz del otro lado de la línea. Spencer había llamado al número que aparecía en el anuncio.

    Comenzó a hablar y a decir muchas cosas convincentes. Spencer era bueno para ese tipo de llamadas y sonaba muy profesional, hablaba en el tono correcto, y usaba las palabras correctas. La conversación había resultado mucho mejor que sus habilidades musicales. Luego de dos cortos minutos, la cansada voz de Terry dijo, bueno, tienes el trabajo. Vente mañana por la mañana. Trae tus pertenencias y llévalas al apartamento que conecta con la recepción. Tendrás el apartamento como parte de pago. Te estaré esperando a las nueve a.m.. Luego Terry colgó el teléfono.

    Mario, que estaba intentando escuchar la conversación, levantó sus manos en el aire como si estuviese haciendo una pizza.

    Mamma mia, ¿cómo conseguiste un trabajo tan rápido? ¿Tan fácil era?

    Tiene razón, pensó Spencer, eso era un poco extraño y había sucedido muy rápido.

    Bueno, Mario, dijo, como indica la oferta del periódico, necesitan a alguien urgente. Así que aquí estoy, a punto de convertirme en encargado de un motel. O sea, ¿por qué no? Grazie, ciao. Nos veremos de nuevo, pero el motel está algo alejado de L.A. Está cerca de San Diego en la autopista Pacific Coast. Mi destino es un pueblo llamado Dana Point.

    Luego Spencer volvió a la calle, donde vio a algunos policías y guardias militares parados detrás de barreras de ladrillo. Es un buen momento para alejarme de esta zona de guerra, pensó Spencer.

    Por última vez, volvió a su departamento en Studio City; empacó sus cosas y le dio un beso de despedida a la rubia, deseándole lo mejor con su sueño de convertirse en la sexy mujer en la portada de la revista Hustler.

    Todos tenemos nuestros sueños mientras enfrentamos la realidad de sobrevivir, pensó, disfrutando sus gigantes y pronto-famosos pechos.

    ––––––––

    Toma 2

    Spencer ya no podía pagar su viejo Mustang negro. Tendría que venderlo al llegar a  Dana Point.

    Las pesadas ruedas giraron a la derecha en Sunset Boulevard, dirigiéndose al sur.  Spencer estaba manejando en una mañana con poca onda, en un horario no-muy-rock-and-roll, y quería al menos intentar disfrutarlo. Sintonizó la genial estación de radio KNAC en el auto, bajando la ventanilla con un cigarrillo pegado a sus labios. Un nuevo tipo de vida y nuevas razones lo esperaban.

    ––––––––

    C:\Users\rsp003\Desktop\IMG_3102.JPG

    Newport Beach, Laguna Beach – se detuvo en lo alto de la colina por una hamburguesa y unas papas fritas, en un lugar que ignoraba al mar y desde donde podía ver Avalon.

    Se escuchaba el sonido de Home Sweet Home de Mötley Crüe. Spencer pensó en este trabajo que lo esperaba – un trabajo que nada tendría que ver con la vida de rockero que había vivido todos estos años. Un destello de tristeza apareció en sus ojos.  No más whisky tarde a la noche en el Rainbow o el Troubadour, pensó. No más chicas o chicos que pertenecían a la familia del glamour. Bueno, a la mierda, y adiós.

    Llegó a Dana Point y se dirigió a una gran, y muy mal señalizada, intersección a la derecha. Era el Villa Motel, el lugar del que se encargaría desde ese día.  

    Maldita sea, era mucho más grande de lo que esperaba.  

    Había un inmenso estacionamiento, un restaurante mexicano, y muchas habitaciones de huéspedes de dos plantas en un edificio de estilo Hacienda.  

    Esto fue una sorpresa al principio, este pequeño escondite, pero pronto Spencer se percató de que habría muchos amantes viniendo por rapiditos de dos horas y dejando las llaves en la habitación al irse.

    Terry, hola, dijo Spencer. Me alegra conocerte.

    Spencer sonrió y estrechó su mano con un alto, delgado y pálido hombre cincuentón.

    Terry parecía no haber estado expuesto al sol de California en su vida. Esto no era ningún asombro, ya que Terry era una persona nocturna y poseía varios clubs en el área.

    Este es Jim, dijo Terry, presentándole a Spencer a un hombre con un bigote como  John Wayne. Él es el hombre de mantenimiento del motel, y estaba temporalmente a cargo de la recepción.

    Pero ahora estás aquí, Spencer, continuó Terry. Vamos a mostrarte el lugar. Luego podrás firmar el contrato y mudarte a tu nuevo hogar.

    Había cuarenta y ocho habitaciones en el motel, muchas de ellas tenían cocina y dos habitaciones adicionales incluidas, con la disposición de un apartamento. Jim y otras dos personas del equipo vivían allí a tiempo completo: Harper, el jardinero negro, y Esperanza, que venía de México y se ocupaba de la limpieza.  

    Todos vivían en sus habitaciones privadas al final del estacionamiento, cerca de la casa de Terry. Spencer tendría pronto su primera reunión con ellos, y conocería a las personalidades de su equipo.  Qué cambio de carrera, de roquero holgazán de pelo largo a encargado del Bates Motel.

    Bertha también estaba allí, una grande señora, empapada en

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