Cuando su hijo está herido: Cómo ayudar a su hijo en los días difíciles

¿Qué hace usted cuando…

su hija llora porque su mejor amiga la traicionó?

su adolescente se aísla y no quiere hablar?

un ser querido se enferma gravemente o fallece?

su ex no se presenta a una actividad con la cual se comprometió?

su hijo es intimidado por ser «diferente»?

descubre que su adolescente es sexualmente activo?

su hija de trece años —y cincuenta y dos kilogramos— piensa que está demasiado gorda y que necesita dieta?

su hijo expresa ira —por no irle bien con su equipo de fútbol— contra sus paredes y sus muebles?

aparece un comentario malo sobre su hijo en las redes sociales?

su hijo afirma que usted estaría mejor sin él?

su hija mayor dice que la odia y que quiere irse a vivir con su padre?

Estas son solo algunas situaciones que usted puede enfrentar como progenitor. El mundo de sus chicos es muy diferente de aquel en el que usted creció. Más aterrador aun, en muchos aspectos. De modo que, cuando sus hijos están heridos emocionalmente, ¿cuál es la mejor manera de ayudarlos?

Cuando su hijo está herido le guiará a través de los verdaderos problemas de la vida, los miedos y las heridas de su hijo, así como también los mecanismos naturales para enfrentar el estrés y el dolor. Con algunos de mis consejos —probados por el tiempo— que han funcionado para cientos de miles de familias, su hijo y usted no solo podrán superar esas difíciles experiencias por completo, sino que también desarrollarán un vínculo más profundo y una perspectiva saludable que les servirá en el futuro.

Lo garantizo.

© 2020 por Dr. Kevin Leman

Published by Revell

a division of Baker Publishing Group

PO Box 6287, Grand Rapids, MI 49516-6287

www.revellbooks.com

Edición de libros electrónicos creada 2020

Originalmente publicado en inglés con el título:

When Your Kid Is Hurting

Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada en un sistema de recuperación o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio —por ejemplo, electrónico, fotocopia, grabación— sin el permiso previo por escrito de la editorial. La única excepción son citas breves en revistas impresas.

Catalogación en la publicación de la Biblioteca del Congreso Los datos están archivados en la Biblioteca del Congreso, Washington, DC

ISBN 978-1-4934-2800-7

Desarrollo editorial: Grupo Nivel Uno, Inc.

Cualquier pregunta o solicitud relativas al precio o disponibilidad de este título de Baker Publishing Group en cualquier país o ciudad de Latino América, debe dirigirse a Whitaker House, 1030 Hunt Valley Circle, New Kensington, PA 15068; InternationalOrders@WhitakerHouse.com

A menos que se indique lo contrario, todos los textos bíblicos han sido tomados de la Nueva Versión Internacional® nvi® © 1999 por Biblica, Inc.® Usada con permiso. Todos los derechos reservados mundialmente.

Para todos aquellos que han sido heridos por la vida.

Que las palabras de este libro sean utilizadas por los que le aman mucho más de lo que usted sabe y le animen.

Contenido

Cubierta frontal    1

Reflexión de apertura    2

Anteportada    3

Página de título    5

Página de Copyright    6

Dedicatoria    7

Agradecimientos    11

Introducción: Mientras el mundo se retuerce    13

No es el mundo de su abuela, tampoco es el de usted. Los tiempos han cambiado mucho.

1. Situaciones «externas»    19

Cómo puede usted responder prácticamente a los temores que su hijo tiene en cuanto a los problemas del mundo real.

2. Cuando el dolor llega a casa    47

Los problemas no se vuelven realmente personales hasta que los sentimos en persona.

3. Los tres miedos básicos y sus antídotos    103

Comprenda esto y podrá manejar bien cualquier situación difícil.

4. ¿Por qué tiene el dolor un propósito?    115

Qué significa el comportamiento de su hijo y por qué responde de manera diferente a usted.

5. Vea a través de los ojos de su hijo    129

Descubra cómo se percibe su hija a sí misma y cómo puede usted conectarse mejor con ella.

6. Lo que los padres hacen mal y lo que hacen bien    137

¿Qué clase de padre es usted?

7. Practique el juego de la vida con inteligencia    161

Cómo convertir traumas en situaciones ganadoras.

Pregúntele al doctor Leman: preguntas y respuestas    173

Respuestas directas a las preguntas clave que los padres hacen sobre cómo lidiar con los problemas difíciles de la vida real y con sus hijos heridos.

Los diez principios más importantes para lidiar bien con las heridas de la vida    279

Notas    281

Acerca del doctor Kevin Leman    283

Cubierta posterior     285

Agradecimientos

Gracias a:

Mi antiguo equipo de Revell.

Mi editora y amiga Ramona Tucker, por comprender mi pasión por ayudar a los chicos heridos y acompañarme en esta jornada.

Introducción

Mientras el mundo se retuerce

No es el mundo de su abuela, tampoco es el de usted. Los tiempos han cambiado mucho.

Sus hijos están creciendo en un mundo muy diferente a aquel en el que usted creció.

Pero usted no necesita decirse eso porque tenga recordatorios de esa verdad todos los días. El mundo de hoy es acelerado, tumultuoso, competitivo y a veces violento. Incluso si usted es un padre joven en sus veintes, mucho ha cambiado desde que se graduó de la escuela secundaria. Solo medite en la primera computadora y el teléfono celular que tuvo. Luego, eche un vistazo a todos los dispositivos tecnológicos que posee ahora y lo que pueden hacer.

La intensidad de ese ritmo afecta profundamente a su hija, aun en los mejores días de ella. Es por eso que los días malos y las experiencias difíciles pueden ser particularmente traumáticas si su hijo no tiene las herramientas para lidiar con esos acontecimientos.

Los chicos de hoy enfrentan diversos problemas a la misma vez. Por mucho que usted intente atenuarlos, se ven obligados a crecer más rápidamente a medida que son atacados por información y sucesos en todos lados. Agrupo esos problemas de la vida real en dos categorías: lo que está afuera o «externo» y lo que está adentro o «interno». A continuación veamos lo que quiero decir.

Vivimos en un mundo violento, con tiroteos en las escuelas y en las calles de la ciudad, violencia racial, terrorismo y ataques cibernéticos. Sus hijos enfrentan ese tipo de problemas actuales «afuera»: los sucesos de los que todos los humanos son conscientes a causa de la sociedad en la que vivimos. Debido al bombardeo de los medios de comunicación, los niños de hoy son más conscientes de esos tipos de acaecimientos que las generaciones anteriores. Con unos pocos clics de un ratón o deslizando el dedo en un teléfono inteligente, pueden conectarse a la gravedad y al terror de esas situaciones, sin la guía de los padres o las herramientas para lidiar con lo que ven y oyen.

¿El resultado? O se traumatizan y se enfocan en la vida con más miedo, o se insensibilizan con el dolor de los demás y no pueden lidiar con los suyos. Ninguna de las opciones anteriores es buena a largo plazo.

Sus hijos también se enfrentan a problemas «internos», dificultades relacionales y personales que los golpean frente a sus ojos psicológica, emocional y físicamente. Eso incluye a los padres separados, que se combinan entre las casas y los que tienen padres o madres ausentes. Usted puede ser la tía o el abuelo con el que viven actualmente. Lidiar con los asuntos judiciales y el sistema legal es una forma de vida que aceptan como normal.

En mi crecimiento, solo conocí a un niño cuyos padres estaban divorciados. Ese chico sentía que sobresalía como el único afligido entre todas las otras familias con dos padres. Pero pasemos rápidamente al mundo de hoy, donde muchos niños tienen apellidos que son diferentes del de sus hermanos o de los padres con los que viven. Muchos padres se han divorciado o nunca se han casado. Los niños pueden criarse en un hogar monoparental o vivir con un tutor.

Los chicos también lidian con la depresión y la muerte de sus seres queridos por cáncer, accidentes y suicidio. Son traicionados por amigos y se enfrentan a la intimidación y al acoso cibernético. Se les dice que son estúpidos, gordos o «del color equivocado». Pueden convertirse en presa de los depredadores sexuales y de las personas que necesitan poder y control.

Sí, podemos y debemos enseñar a nuestros hijos a protegerse por sí mismos. Por ejemplo, podemos enseñarles habilidades básicas de autodefensa y sobre «desconocidos peligrosos». ¿Pero qué hace usted si el peligro real viene de adentro? La mayoría de los abusos físicos, sexuales y verbales ocurren dentro de la familia nuclear o la familia extendida. ¿Y qué pasa si su hija revela inocentemente detalles sobre sí misma, su ubicación y sus hábitos en Internet y es blanco de compañeros vengativos o de un acosador en línea?

¿Cómo responde usted cuando un amigo de su hija se suicida? ¿Su mejor amigo murmura de ella? ¿Termina ella embarazada? ¿Su cónyuge militar muere en acción y su hijo dice que también quiere morir?

¿Cómo reacciona cuando su hijo está devastado porque no formó parte del equipo y no quiere hablar al respecto? ¿Cuando su hija se niega a comer porque alguien la llamó «gorda»?

En tales situaciones y en muchas otras, ¿cómo puede el padre proteger el corazón y la mente de su hijo del daño perdurable que podría afectar su autoestima y sus relaciones en el futuro?

Es fundamental que los padres ayuden a los hijos a encontrar nuevas formas de procesar información y sentimientos de manera saludable. Ese enfoque no tiene que ver simplemente con enfrentarlos; les permite crecer en la forma de entender la vida y sus realidades. Los colocará firmemente en el camino a convertirse en un adulto que pueda retribuir al mundo, en vez de ser uno que arremete contra otros en represalia o que deserta para vivir en un caparazón de miedo.

Cuando su hijo está herido le ayudará a navegar a través de esos problemas de la vida real, los de «allá afuera» y los de «aquí adentro»; le ayudará a entender el mundo, las experiencias y los miedos de su hijo; y sabrá cómo sufre su hijo. Descubrirá cómo atravesar experiencias negativas con una perspectiva saludable y equilibrada que perfeccione sus habilidades y las de su hijo para tratar no solo esos hechos, sino también los que pueden ocurrir en el futuro.

Estos son solo algunos de los temas que exploraremos en este libro:

¿Cómo puede saber lo que realmente está pensando su hijo?

¿Cómo puede hablar de una manera que él quiera escuchar, aun cuando parezca que le está ignorando?

¿Cuál es la mejor manera de reconocer lo que lo aflige? ¿Qué debe y qué no debe usted decir? ¿Hacer y no hacer?

¿Cómo puede abordar un hecho, en particular, sin hacerle sentir una víctima?

¿Cómo saber si su comportamiento es normal o si se requiere ayuda profesional?

Si un ser querido está enfermo, ¿cuánto debe decirle a su hijo? ¿Qué pasa si él no puede enfrentarse a eso?

¿Cuál es la mejor manera de apoyar a su hijo durante un tiempo difícil?

¿Dónde está esa delgada línea entre proteger y sobreproteger a su hijo?

¿Cuándo debería, su hijo, involucrarse en una situación con sus compañeros y cuándo debería alejarse de ella?

¿Cómo puede usted convertir ese trauma en una lección que lo beneficie en el futuro?

¿Cuál es la mejor manera de guiarlo a través de esa experiencia negativa? ¿Y ayudarle a levantarse nuevamente cuando lo han derribado?

Los primeros capítulos le guiarán a través de una descripción general de los problemas externos más grandes y los «internos» que enfrentan los hijos y los padres de hoy. Aprenderá formas prácticas de responder a las preguntas, heridas y preocupaciones de su hijo.

El capítulo 3 aborda los miedos básicos que tiene cada niño y los antídotos bajo su control.

En el capítulo 4, hablaremos acerca de por qué los niños sufren de manera diferente y qué significa su comportamiento.

En el capítulo 5 descubrirá cómo se ve su hija para que pueda conectarse a nivel de ella.

El capítulo 6 revela tres tipos característicos de padres y cómo afectan sus enfoques a sus hijos lastimados, para que los pueda identificar y luego adaptar su propio estilo si es necesario.

En el capítulo 7 aprenderá las mejores estrategias para convertir los traumas de su hijo en un plan de juego que lo beneficiará cuando surjan otras situaciones difíciles (y surgirán, ¡así es la vida!).

A ningún padre le gusta ver a su hijo lastimado. Es por eso que he proporcionado una sección importante «Pregúntele al doctor Leman», seré su compañero de sillón. Esa sección incluye las preguntas más importantes que los padres me hacen todo el tiempo y mis respuestas comprobadas. Aun cuando las situaciones específicas descritas no coincidan con las suyas, los principios y sugerencias que doy en referencia al tema deberían serle útiles.

Si no encuentra una respuesta que se relacione con su área de interés, no dude en enviarme su pregunta a Facebook (www.facebook.com/DrKevinLeman), y será un honor ayudarle. Si se cuestiona al respecto, probablemente también lo estén haciendo cientos o miles de otros padres.

El juego de la vida no siempre es fácil de dominar. Si está leyendo este libro, es probable que su hijo esté experimentando un giro sorpresivo que ninguno de ustedes esperaba. Cuando su hijo está herido le mostrará cómo atravesar ese suceso negativo de forma que su hijo se convierta en una persona resistente, optimista y competente de la que se enorgullezca de llamar hijo o hija.

1

Situaciones «externas»

Cómo puede usted responder prácticamente a los temores que su hijo tiene en cuanto a los problemas del mundo real.

Vivimos en un mundo violento. Los trágicos eventos que suceden en nuestro país y en todo el mundo confirman que suceden cosas malas… incluso a las personas buenas. Los tiroteos masivos, la discriminación racial y de género, la violencia criminal, el terrorismo, enfermedades como el virus del Ébola y el corona virus, el abuso, los intentos de suicidio y la intimidación son solo algunas de las tristes realidades en el mundo de hoy.

Cuando, como padres, vemos que ocurren esos acontecimientos aparentemente sin sentido, el instinto de protección nos hace querer asegurar los cerrojos y mantener a nuestros hijos protegidos a nuestro lado las veinticuatro horas del día. Creemos que así estarán a salvo. Sin embargo, eso no es humanamente posible. (Además, para un número creciente de padres, la violencia ocurre dentro de su propio hogar, el cual debería ser una zona segura).

De modo que, ¿cómo lidiamos con esos grandes problemas «externos» sobre los que no tenemos absolutamente ningún control, los cuales son como un disparo al aire?

¿Alguna vez ha visto a un pequeñín temeroso de un monstruo imaginario que está debajo de su cama? ¿Qué suele hacer él? Se tapa los ojos. Si no puedo verlo, razona, entonces no existe y no puede asustarme.

Algunos padres tienen una maestría en negación. Aquellos que usan este enfoque ocultan sus cabezas en la arena para negar que puedan ocurrir acontecimientos violentos en su entorno. Persisten en pensar: Vivimos en un pueblo pequeño. Nada de eso sucederá aquí. Nuestros niños están a salvo. Pero luego sucede lo inimaginable, como la tragedia de la escuela primaria Sandy Hook, y los padres y los niños no están equipados para lidiar con eso.

Otros padres juegan a mamá gallina, cobijando a sus polluelos debajo de sus alas y no les permiten cohabitar con otros polluelos. El problema es que esos chicos no pueden permanecer bajo las alas de mamá para siempre. ¿Qué sucede cuando están solos y tienen que vivir en un mundo más grande?

Hay una mejor manera. Comienza con estar informado y atento.

Los grandes problemas de hoy

Existen numerosos problemas «externos» que afectan negativamente a los niños a medida que crecen en la sociedad actual. En esta sección, le daré una visión general de los más grandes problemas que los padres afirman que les quitan el sueño.

La influencia generalizada de los medios y las redes sociales

La televisión, las películas, los dramas de la «vida real» y las redes sociales magnifican la violencia, el sexo, los actos destructivos y la muerte, insensibilizando a los espectadores sobre lo que verdaderamente es la muerte y cómo el dolor y la pérdida —en realidad— afectan a los individuos a corto y largo plazo.

Esta «experiencia hollywoodense» infunde en las mentes jóvenes expectativas poco realistas sobre cómo debería ser la vida: una fiesta las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana, con mucha bebida, sexo y la pastilla del día después para resolver cualquier efecto secundario no deseado. Incluso los actos dañinos, viciosos y peligrosos no son graves. Se pueden deshacer haciendo clic en una flecha en reversa en una pantalla. No hay compromiso ni responsabilidad.

¿Por qué otra razón una joven de dieciocho años —como se informa en las noticias— manejaría bajo la influencia de alguna droga mientras transmitía en vivo simultáneamente en Instagram, con su hermana de catorce años y la amiga de esta en el automóvil? Cuando el auto perdió el control, la hermana de catorce años salió expulsada del auto y murió. Las imágenes capturadas por un espectador muestran a la conductora cantando junto con la música tras hacer una panorámica con el teléfono para capturar la imagen del cadáver de su hermana al costado de la carretera. Todo lo que se le ocurrió decir fue: «Esto es lo último que quería que sucediera».1

Sí, probablemente estaban sucediendo otros problemas en la vida de esa joven de dieciocho años, pero ¿cómo explica usted que un adolescente grabe sin mostrar emociones una imagen como esa? La insensibilidad de tal acto es asombrosa y horrible.

También lo es el hecho de que un grupo de adolescentes filmó a un hombre discapacitado ahogado y no hizo nada para ayudarlo. Cuando desapareció bajo el agua, uno de los adolescentes simplemente dijo: «Oh, acaba de morir». Los adolescentes, entre catorce y dieciséis años, ni siquiera llamaron a la policía para reportar el ahogamiento.2

La verdad es que el bombardeo de los medios y las redes sociales ha servido para distanciar aun más a nuestros hijos de la realidad en vez de hacerlos más conscientes y capaces de lidiar con ella. Para muchos chicos, la vida es como ver una película. No es real.

Por ejemplo, uno ve que los actores mueren en una película y en la siguiente, vuelven a la vida. Pero la hermana de esa niña no lo hará. Ni tampoco el hombre que se ahogó.

Además, el predominio de la emoción intensa en las redes sociales insensibiliza a los niños ante el dolor. Ellos esperan violencia y muerte en los videojuegos y las películas. Sin eso, no hay suficiente acción. Después de todo, tener éxito se trata de obtener más visitas en YouTube y más «me gusta» en Facebook. La sobreabundancia y la facilidad para acceder a imágenes fuertes inducen a niños superficiales y despreocupados que no entienden el dolor de la vida real o no tienen las herramientas para hacer frente a las dificultades cuando les ocurren cosas malas.

La mayoría de las noticias también yerran a favor del sensacionalismo. Cubren y exageran todo lo malo, lo que lleva a los chicos a creer que ya no hay nada bueno en el mundo. No muchas noticias se centran en los actos inspiradores de los héroes, personas que querrá que emulen sus hijos. La saturación de noticias negativas no puede evitar producir negatividad en las generaciones que las consumen.

Los chicos también son asaltados con imágenes corporales poco reales a través de revistas, películas, Instagram, Facebook y tabloides sobre sus estrellas favoritas. ¿Qué adolescente promedio no se sentiría fabulosa vistiendo lencería de Victoria Secret? Y si lo que se necesita para que una chica lo quiera y desee acostarse con usted es beber el tipo correcto de cerveza o vodka, ¿qué adolescente lo pensaría dos veces antes de pagar por una identificación falsa?

Con el énfasis excesivo en el sexo, los chicos de hoy —más que nunca— están haciendo sexting con sus teléfonos (enviándose fotografías o mensajes de texto con contenido sexual). También están viendo muchas imágenes que no son apropiadas para su edad. Por ejemplo, su hija de primer grado —que ama a los gatitos— está buscando en Internet algunas imágenes lindas de ellos. De repente, ve un titular que le hace pensar que está a punto de ver algunas de esas pequeñas criaturas, sus mejores amigas. Ella hace clic en el título y ve… bueno, no exactamente lo que esperaba. Hay una imagen que no sabe cómo interpretar, pero que se imprime en su cerebro para siempre. Si no me cree, pregúntele a cualquier chico que conozca si alguna vez ha visto pornografía. Noventa y nueve de cada cien muchachos dirán que sí. Pregúntele si puede recordar cuándo fue la primera vez que vio eso. Lo más probable es que pueda decírselo exactamente. Una vez que imágenes impactantes como esa golpean nuestro cerebro, se quedan grabadas para siempre.

Es por eso que insto a los padres a ser cuidadosos al darles teléfonos inteligentes a los chicos pequeños y que estén atentos a su acceso a Internet. Los niños de hoy pueden ser más conscientes, pero aún necesitan vivir su infancia.

¿Qué puede usted hacer con este nuevo Goliat? La tecnología y los medios llegaron para quedarse. Usted lucha una batalla muy difícil y sería ridículo que intente ignorarlos. Es humanamente imposible que usted mismo escape de esas imágenes negativas o que pueda apartarlas de sus hijos. Entonces, ¿cómo puede enseñarlos a manejarlas de manera positiva, tomando decisiones inteligentes? ¿Cuánto debe usted controlar lo que influye en sus hijos y cuánto debe simplemente desempeñar el papel de guía mientras ellos exploran diversos aspectos de los medios?

Gran parte de lo que ve su hijo y la forma en que interpreta esa información tiene que ver con lo que experimenta en casa. El tipo de relación que tiene con usted puede marcar la diferencia. ¿Es receptivo, afectuoso y sin prejuicios? Si es así, será mucho más probable que le cuente lo que está viendo.

Tiroteos masivos en aumento

Cada día nuestra nación se torna más amenazante. En 2012, veintiocho personas murieron, veinte de ellas niños de primaria, en la masacre de Sandy Hook Elementary School. En tiroteos masivos en 2013, cinco personas fueron asesinadas en Santa Mónica, California; y otras doce en Washington, D. C. En 2014, tres fueron asesinadas en Fort Hood, Texas, y otros seis en Isla Vista, California. En 2015 hubo cinco tiroteos masivos, con cuarenta personas muertas. En 2016, cincuenta individuos fueron asesinados en un club nocturno. Fue el tiroteo masivo más mortal en la historia de los Estados Unidos. En abril de 2017, un hombre abrió fuego dentro de una escuela primaria en San Bernardino, California, asesinando a tres personas, incluidos un niño de ocho años y él propio asesino.3

Las escuelas, las iglesias, los centros comerciales, los clubes, lugares que alguna vez se consideraron seguros, se enfrentan a las ondas de choque después de este tipo de acontecimientos. Los disparos aleatorios pueden ocurrir en cualquier momento y en cualquier lugar, causando daños incalculables. Los niños inocentes que simplemente caminan por una calle pueden quedar atrapados en medio de los disparos.

Sí, su escuela puede instalar dispositivos de protección. Pueden proporcionar sesiones de capacitación en crisis para estudiantes, maestros y empleados administrativos con el departamento de policía o el equipo SWAT [Special Weapons And Tactics] de la localidad. Pero ningún dispositivo o entrenamiento puede detener por completo a una persona airada que desea vengarse de un mundo desprevenido porque no está contenta con la forma en que la vida la trata.

La única solución real para el odio y la ira es un trasplante de corazón para todas las partes. Por desdicha, eso no es probable que suceda pronto. Pero hay algo que puede hacer: modelar