Bromas Del Sueño
Por Marco Fogliani
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Bromas Del Sueño - Marco Fogliani
DESPERTAR
LAS MINAS DE PAPA NOEL
. Fuerza Tomaso, métete a la cama. Sabes que si no estas dormido Papá Noel no viene.
Los dos hermanos, en la oscuridad de la habitación, preparando para enfrentar la Noche Santa de una manera completamente diferente. El más pequeño y prudente, debajo de las sabanas, estaba ya casi durmiendo, soñando con encontrar mañana en la mañana debajo del árbol los juguetes que le había dicho a su mamá en su cartita.
El mas grandecito y el más pícaro tenía otros pensamientos. Hubo un rumor entre sus compañeros de clase de que Santa no existía que era toda un teatro montado por sus padres o de algunos parientes cómplices y él esa noche estaba dispuesto a verificarlo. Por eso había dejado, campanitas y chinchines en cada orilla, y estaba terminando de preparar algunas trampas más en algunos puntos estratégicos de su cuarto, aproximadamente a una pulgada del suelo, en particular entre las orillas de la puerta, así como cada navidad, alguien había dejado debajo de su cama sus regalos, tendría por fuerza esta vez que hacer algún ruido que lo pudiera despertar y entonces él podría descubrir la verdad.
Se metió debajo de las sabanas cauteloso, con su linterna eléctrica en la mano, decidido quedarse despierto lo más que pudiera. Después de un rato, durante la noche, él pensó que realmente escuchó ruidos viniendo de las escaleras. Tomasso abrió el armario y se metió adentro, dejando la puerta medio abierta para ver qué pasaba afuera.
Paso mucho tiempo adentro, que se pudiera decir que fue un milagro que no se quedara dormido. Cuando sucedió esto que estoy por contarles, Tomasso se sorprendido tanto que casi no pudo reaccionar. Un hombre grande y gordo, vestido de rojo y con un larga barba blanca, abrió el armario, tomo a Tomasso como si fuera un muñeco y lo metió en una gran bolsa"
Aqui esta, otra pieza más de la lista de los malos, que otro regalo se merece, este me quería hacer tropezar , y como mínimo me mandaba al hospital, un pobre viejito como yo.
No, espera. No quería hacer daño
, dijo Tomaso.
Es inútil que grites. Igual, nadie te puede escuchar en esta bolsa mágica. Y yo tampoco te creo.
Es seguro que deben pasar muchos años antes para que llegue a ser tan viejo y mimado como para dejarme engañar por un mocoso como tú"
Tommaso se da cuenta que no está solo dentro de la bolsa. tu quien eres? Qué haces aquí adentro?
, le pregunta a otro niño compañero de esta desventura.
Soy Mirko. Cuando èl vino a mi casa busqué la manera de tirarlo por las escaleras pero no lo logre
,respondió el niño. Luego sintió que se levantaba el saco, y se movía más y más rápido como si estuviera en un tren, o incluso en un avión."
Y después de un rato los dos niños tuvieron la sensación de caer en el vació y sintieron que los empujaron a la derecha y a la izquierda y siempre más abajo mientras la bolsa bajaba por una especie de tubo largo y liso, como un tobogán de los del parque de diversiones.
Cuando pararon fueron ayudados a salir de la bolsa por otro chico alto mas o menos como ellos (Como dicen? Si a caso tenía las orejas con puntas y un vestido y un sombrero rojo y verde? Pues las orejas no sabría decirles, pero un sombrero estoy seguro que no tenía).
Fuerza, tenemos que recoger cuanto cosa sea posible y los más rápido que se pueda, de lo contrario, algunos niños no encontrarán dulces para comer en el calcetín y debajo del árbol. Este año estamos en un gran retraso.
Agrego - mientras nos entregaba un canasto grande, una linterna y un especie de cincel
En esta zona hay turrones y chocolate, allá en el fondo carbón de azúcar. Pero si no creen poder hacerlo, en aquel otro túnel, encontraran algo más suave: como galletas, pandoro y panettone. (una especie de pan suave italiano) Los puntos de recolección están bien señalados. Ah, se me olvidaba decirles: mientras mas recojan, mas rápido pueden regresar a sus casas.
Mirko había comenzado inmediatamente a estornudar
Perdónenme pero debo alejarme. Soy alérgico al chocolate y aquí hay demasiado" me explico
Tomaso, todavía incrédulo, se había ya metido a la operación primaria con las manos desnudas, luego ayudándose de un martillo y el cincel sacó de la pared un pedazo de turrón con pistacho
Mmmm, esta rico
, le confesó a una niña que se encontraba en aquella parte y que había casi llenado su canasto. escucha: tu estas aquí desde mucho tiempo?
No lo se exactamente. Pero diría que no, pero si quieres saber cuanto tiempo nos quedaremos no sabría decirte . Alguien me dijo que esta noche regresaremos todos a nuestras casa, pero aquel chico alla abajo me dijo que él está aquí desde hace ya varios meses. Pero yo no le creo, creo que es un mentiroso
Te digo algo?
le decía Tommaso mientras el ruido de otra bolsa anunciaba la llegada a la mina de otro niño. yo no tengo toda esa prisa por regresar a casa. Aquí hay cosas buenísimas y muy ricas, no veo porque tengo que cansarme tanto para darle a otros niños dulces esta Navidad, yo mientras comenzaré a dar una vuelta y privaré todo lo que encuentre. Luego veré lo que hay que hacer
Y así lo hizo.
Había explorado ya diferentes cubículos había probado diferentes tipos de turrones, como también de chocolate . En un cierto momento se paró allá donde el turrón era blanco y más duro, y se quedó un buen rato tratando de esculpir con martillo y cincel el rostro de Papá Noel.
Me hace falta un poco de rojo
había dicho casi dentro de él pensando de hacer el sombrero.
Si vas allá al fondo encontrarás la gelatina de frutas
le dijo un chico que pasaba por ahí con el cesto casi lleno. Y como Tomasso con las gelatinas de frutas, que eran su pasión, no sabía resistirse. Comió y comió hasta el final, de todos los sabores y colores, y paro solo cuando no podía más, pero igual era demasiado tarde.
Había iniciado a recogerla en su canasto, pensando que de cualquier modo tendría que llevársela o dársela a su hermano más pequeño y quizá comérsela más tarde en su casa; o tal vez regalarle a cualquier amiguito. Había tanta Gelatina en aquel lugar! Pero justo cuando empezaba a tener estos pensamientos bondadosos, había también comenzado a sentir un fuerte dolor de estómago.
Tomaso quiso hacer como si no pasara nada; pero el dolor fue tan fuerte que no le fue posible fingir o ignorarlo, se dobló en dos del dolor y se tiró al piso. Ay!, qué dolor, qué dolor de estómago!
Alguien lo vio y lo atendió, desafortunadamente esto sucedía de vez en cuando, lo que se debía hacer en estos casos era que el niño se daba de baja y se regresaba a los cuidados y al afecto de su mamá. Y Tomaso no era la acepción, en poco tiempo, sin ni siquiera acordarse como ni donde, fue regresado a su cama. Parecía todo un recuerdo lejano: la espera en el armario, el viaje en la bolsa con Mirko, la mina, solo el dolor de estómago había quedado, más fuerte y terrible que nunca.
Ay, ay que dolor!
Tomaso! Qué te pasa?
, preguntó la mamá y luego el papa acudió a sus lamentos
Con el tiempo había comenzado a hacerse de día, pero dentro de todo eso Tomaso, preso de sus dolores, no puso ni siquiera atención al regalo apoyado al lado de la cama de su hermano
Pero la mamá fue más observadora, que mientras ponía su mano con la mano de Tomaso. La vio sucia de chocolate y la sintió pegajosa de miel y azúcar.
Pero qué hiciste con las manos? Ah, ya entiendo! Te has indigesto de dulces. Quien sabe de donde los habrás tomado.
Hoy tendrás que comer en blanco. Y nada de dulces
agregó el papá. Que pecado, Papa Noel te había traído una bolsa entera de gelatina de fruta de las que tanto te gustan."
Se las regalo todas a mi hermano
respondió Tomaso, provocando en sus padres, con su respuesta inesperadamente generosa, una absoluta preocupación por su estado de salud. Y papá Noel no ha traído algo más para mí?
Preguntó Tommaso preocupado!"
Le respondió el papá, que el día anterior no había logrado encontrar el regalo que tenía en mente y no sabía con certeza cuando abrían el negocio otra vez. Han dejado escrito que por motivos técnicos tu paquete llegaría con al menos un día de retardo. Siempre y cuando te portes bien, naturalmente!
Y fue así que ese año Tomaso, increíblemente obedeció, no solo se limito con los dulces y regalo todas sus gelatinas de fruta a su hermano, se puede decir que, al menos hasta el final de las vacaciones de Navidad se comportó como un niño muy bueno
APRENDÌ A VOLAR
Mamita, mamita querida: No veía la hora de contártelo! Sabes, tal vez no me lo creas, pero lo hice, lo logre, en verdad! Aprendí a volar!
Justo como lo haces tú, todas las noches, cuando vienes a verme mientras duermo, es ya toda una vida que esto pasa, es nuestro pequeño gran secreto. Es toda un vida que cada noche espero que llegues mientras duermo. Cuando mis problemas cotidianos se agrandan en mi mente, Comienzan a aturdirme junto a tantas otras imágenes y resultan pesados, insoportables, angustiosos. Es ahí cuando comienzo a ver hacia arriba con la esperanza de ver tu rostro relajante y sonriente, y la esperanza cada noche