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Memorias De Un Veterinario
Memorias De Un Veterinario
Memorias De Un Veterinario
Libro electrónico131 páginas1 hora

Memorias De Un Veterinario

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Información de este libro electrónico

Juro que la idea no ha sido ma.
La presin ejercida por mis dos hermosas hijas, mi mujer, y algunos parciales amigos y clientes ha vencido mi resistencia.
Todos ellos estaban seguros de que ha llegado el momento de compartir algunos selectos recuerdos, de entre los muchos que atesoro, de mis muy queridos pacientes de ayer y de hoy.
Me ha resultado muy difcil elegir de entre tantos y tan valorados apenas doce de ellos; pero soy conciente de que el espacio disponible as como la paciencia del potencial lector tienen sus lmites. Es por eso que no deseo sobrepasar ninguno de los dos.
As es como nacieron estas Memorias: son el resultado de una recopilacin de recuerdos confrontados con las historias mdicas de cada uno de sus participantes.
Yo soy nicamente el que relata; ellos fueron y sern por siempre sus verdaderos protagonistas.

Si logro transmitirte aunque sea un poco de la carga afectiva que me regresan al alma, y el dulce placer que me produce el hecho de revivir los momentos pasados con ellos, me sentir ms que satisfecho; y t tambin, considerando lo que has pagado por el librito
Todos los nombres han sido cambiados para respetar y mantener la privacidad de los protagonistas y de sus dueos.
Todas las historias son autnticas, y sucedieron tal y como las relato.
Obviamente, nada de lo relatado se utilizar para diagnosticar, tratar o pronosticar ninguna enfermedad, ya que eso es exclusivo patrimonio de los veterinarios que se encuentran distribuidos por todo el mundo.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento31 jul 2015
ISBN9781506505343
Memorias De Un Veterinario
Autor

Dr. Luis Kishon

El Dr. Luis Kishon naci en Buenos Aires, Argentina, gradundose de Mdico Veterinario en 1979. Desde el comienzo de su ejercicio profesional ha practicado Clnica y Ciruga de Animales Pequeos. Desde 1983 hasta 2002 ha residido y trabajado en Israel, formando parte de un reducido grupo de veterinarios que ejercen la Medicina Alternativa Veterinaria , difundiendo a travs de charlas y conferencias a colegas y al pblico en general las ventajas y usos de la Medicina Alternativa. Desde 2002 reside en Florida, E.E.U.U., atendiendo a sus pacientes con el mismo empeo y cario con los que comenz su camino y, segn l mismo afirma, lo seguir haciendo hasta que mis pacientes decidan que ya tienen bastante El Dr. Kishon reparte su demasiado poco tiempo libre entre su familia, sus mascotas y sus Bonsai (rboles enanos).

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    Memorias De Un Veterinario - Dr. Luis Kishon

    Copyright © 2015 por Dr. Luis Kishon.

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Las opiniones expresadas en este trabajo son exclusivas del autor y no reflejan necesariamente las opiniones del editor. La editorial se exime de cualquier responsabilidad derivada de las mismas.

    Fecha de revisión: 25/07/2015

    Palibrio

    1663 Liberty Drive

    Suite 200

    Bloomington, IN 47403

    709580

    ÍNDICE

    Buenos Aires, Argentina. 1979

    Cuántas vidas tiene un gato?

    Buenos Aires, Argentina. 1980

    Mentiras patas cortas

    Buenos Aires, Argentina. 1981

    La Princesa Tatiana

    Buenos Aires, Argentina. 1982

    La pequeña Isadora, esa gigante

    Kfar Saba, Israel. 1985

    La dulce Leila; el cierre del círculo

    Kfar Saba, Israel. 1987

    El increíble coraje de un conejo. Aliza

    Kfar Saba, Israel. 1999

    Qué se hace, Doctor?

    Kfar Saba, Israel. 2001

    Sencillamente, el alma de un Gato

    Miami, Florida. 2009

    Había una vez un perro

    Miami, Florida. 2010

    Mollie y Nala. Las simetrías de la vida

    Miami, Florida. 2011

    Dos gatos y un ratón

    Miami, Florida. 2012

    Blossom, la Greyhoung ganadora

    EPILOGO

    D edico esta obra a toda aquella persona que ha compartido su vida, o parte de ella, con una mascota, haya sido mi cliente, o no.

    Es a ella a quien debemos agradecer sus esfuerzos, sus desvelos, y sus amores para lograr que la vida de su mascota haya sido vivida en plenitud.

    Muchas gracias, a todos ustedes.

    Y , también…

    D edicado con todo nuestro amor a:

    Nan, Muff, Miss Piggy, Nan II, Wilson, Miss Lucy, Miss Lucy II, León, Lobo, Binie, Bau, Latush, Cartier, Piojita, Lola, Petunia, Titán, y a nuestro tan querido y adorable Tiger.

    C uando un veterinario muere es posible, aunque no necesariamente probable, que arribe ante las puertas del Paraíso.

    Allí lo estará esperando San Pedro, rodeado por todos los animales que el veterinario atendió durante su vida profesional.

    Entonces el Poseedor de las Llaves preguntará a los animales muy seriamente y en alta voz, mirando al veterinario directa y fijamente a los ojos:

    -Decidme, Hijos Queridos: debemos dejar entrar a este hombre por el Gran Portal para que así os acompañe y vele por vosotros por toda la Eternidad? O le negaremos la entrada para que se queme en el Fuego Perpetuo del Infierno?

    -Decidid, Hijos Queridos!

    Cuál será la respuesta que recibiré yo?

    Cuál será la respuesta que tú recibirás, estimado Colega?

    Buenos Aires, Argentina. 1979

    Cuántas vidas tiene un gato?

    T odos hemos oído hablar sobre las varias vidas que tienen los gatos.

    Hay quienes hablan sobre siete, y otros les otorgan nueve. Hasta existe un alimento para ellos que nos las recuerdan.

    Nadie sabe porqué se les atribuye esa extraña pero envidiable virtud de poder vivir más de una sola vez como todos los demás mortales.

    Tal vez sea por su extraordinaria capacidad de adaptación a diversas circunstancias, o a su innata resistencia a algunas enfermedades que devastarían a cualquier otra especie. Como el Ave Fénix, hemos visto gatos que se encontraban en el peor de los estados físicos imaginables, por el cual nadie hubiera apostado ni un centavo, salir de esa situación sin aparentes señales de daños permanentes.

    Y es entonces que Jacinto, el incorregible, forma parte del relato.

    Cada vez que he recibido un gato como nuevo paciente no he podido evitar compararlo un poco con Jacinto.

    Cada animal es único; las vivencias que le han tocado en suerte, o en desgracia, vivir con sus dueños también lo son. Del mismo modo que no hay dos seres humanos iguales, tampoco hay dos animales con igual temperamento o actitud frente a la vida.

    No me animo a decir que hay un prototipo de gato, perro, o cualquier otro animal; pero si existe lo que llamaríamos un modelo de gato, ese era Jacinto.

    Nació por un desliz de la gata Siamesa del señor Barrechea cuando éste no se percató que la gata estaba en amores. El que sí se percató, y muy pronto, fue el gato barcino de sus vecinos.

    N acieron cuatro gatitos: Jacinto fue el primero en nacer, con los colores de la madre y todos los vicios de su padre que era conocido como el Casanova del barrio.

    El señor Barrechea, de edad pasada la jubilación, ocupaba su tiempo libre en atender sus jilgueros y cardenales, sus plantas y a la madre de Jacinto, que fue adoptado por él para acompañar a la Siamesa. Claro, no pudo prever lo que se avecinaba.

    De enorme cabeza, con toda la apariencia de la realeza Siamesa, y ojos azules que recordaban exactamente los de Sinatra, cuerpo color crema con los extremos de los miembros, hocico y cola marrón casi negro, y pesando cerca de los nueve kilos, heredó el toque de distinción siamesa de su madre, con una rara mezcla de la obstinada rebeldía de su padre. Era lo que se puede llamar un gato indómito.

    En la sala de consulta, cuando se dejaba convencer de que había llegado el momento de ir a verlo (el verlo era yo, obvio), apenas nos dejaba revisarlo para verificar que todo estaba lo suficientemente bien como para vacunarlo, tomar algunas muestras para examinarlas, y liberarlo de nuestras manos.

    A pesar de haberle sugerido a su dueño operarlo a los siete meses de edad con la esperanza de apaciguarle un poco las demostraciones de cuidar su territorio y sus ansias amorosas recién estrenadas, el Señor Barrechea se negaba rotundamente: -Así vino, Doctor; y así se irá.

    image001.jpg

    …y se había convertido en un gatazo de armas llevar…

    M ientras tanto Jacinto seguía manifestando sus voluntades como siempre, y se había convertido en un gatazo de armas llevar.

    Visitaba la casa tan sólo para comer por las tardes y dormir la borrachera de sus habituales correrías por el barrio, discutiendo airadamente con los demás gatos no precisamente sobre fútbol o política, y solía regresar con evidentes muestras de sus intercambios de opiniones, ya sea en forma de arañazos en la cara, orejas y cuello o, como la primera vez que vino no para sus vacunas, con la piel del pecho y dorso desgarrada en varias partes por acción de los dientes del perro del carnicero del barrio.

    Por esos tiempos era muy frecuente que los perros y gatos, incluso los que tenían dueño, vagabundearan libremente por las calles hasta que cada cual regresaba a su hogar si sobrevivían los riesgos que esas correrías deparaban. Y el perro del carnicero, un brioso Bóxer, se lo encontró demasiado cerca de su casa; Jacinto hizo lo que pudo para no echarse atrás, pero el perro pesaba tres

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