Evangelio de Juan: Jesús el Dios/Hombre
Por Mike Mazzalongo
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Este estudio del cuarto evangelio por el Apóstol Juan expone el caso de la naturaleza dinámica de Jesús como el Dios/Hombre y las diversas reacciones que tuvo la gente cuando se enfrentó a esta asombrosa realidad.
Mike Mazzalongo
Mike Mazzalongo has been a Bible teacher and preacher since 1979. He has served as Dean of Students at Oklahoma Christian University. Mike’s first book was published in 1995 by College Press and he has written over 40 other books since that time. He presently serves as the Media Minister for the Choctaw Church of Christ located in the Oklahoma City area. Mike is married to Lise and together they have 4 children and 12 grandchildren.
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Evangelio de Juan - Mike Mazzalongo
1. Prólogo
JUAN 1:1-18
El libro de Juan se atribuye al apóstol Juan, de ahí su denominación. Existen gran número de evidencias internas y externas que lo respaldan y nunca ha sido cuestionado seriamente, de modo que no nos detendremos en argumentos relacionados con su autoría.
Contamos con un buen perfilado de Juan en las mismas Escrituras:
Hijo de un pescador adinerado (Zebedeo) - Marcos 1:20
Tenía un hermano, Jaime (Santiago; no el escritor de la epístola) - Mateo 4:21-22
Era cercano a Jesús, de su círculo íntimo (Transfiguración) y se dice que Jesús lo amaba - Mateo 17; Juan 21
Celoso, impaciente, intolerante - Lucas 9:54
Jesús le confió a María para su cuidado - Juan 19:26-27
Trabajó con Pedro en Jerusalén - Hechos 3
También contamos con escritores de la época que se refieren a Juan en sus escritos y nos aportan más información acerca de él. Policarpo, obispo de Esmirna, revela que:
Estableció su hogar y trabajo en Éfeso tras la destrucción de Jerusalén en el año 70 DC, lo cual fue una influencia clave para él y sus escritos.
Desde allí escribió este evangelio y tres de sus epístolas, hacia el año 80 DC.
Finalmente, fue exiliado a la Isla de Patmos por el emperador romano Domiciano, alrededor del 94-96 DC y desde allí escribió el libro de Apocalipsis.
Propósito del evangelio de Juan
Cada escritor del evangelio tenía un propósito al escribir sus libros:
Mateo escribe pensando en los judíos, para mostrar que Jesús es el Mesías/Rey.
Marcos y Lucas tienen en mente a los gentiles, para mostrar que Jesús es el Redentor que las naciones anhelaban.
Juan escribió cuando la diferenciaentre judíos y gentiles había desaparecido (tras la destrucción de Jerusalén y el templo, en el 70 DC). Escribe desde Asia Menor donde doctrinas falsas como el gnosticismo estaban desafiando las afirmaciones del cristianismo y, por lo tanto, su propósito es mostrar a Jesús como el Hijo de Dios y que la salvación se logra solo a través de la fe en Él.
Este propósito se resume en Juan 20:30-31...
Y muchas otras señales hizo también Jesús en presencia de sus discípulos, que no están escritas en este libro; pero estas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios; y para que al creer, tengáis vida en su nombre.
...y lo desarrolló a lo largo del libro utilizando 3 temas principales (pensemos en el trenzar del cabello de alguien):
Jesús se presenta como un verdadero hombre y también como el Hijo divino de Dios.
El surgimiento y desarrollo de la fe.
El surgimiento y desarrollo dela incredulidad.
Estos temas no se presentan en orden secuencial, sino más bien como tres hebras, que se trenzan juntas para formar una sola narrativa.
Hebra 1: Demuestra la humanidad y la divinidad de Jesús mostrándolo de forma alterna como un hombre, haciendo cosas humanas (comer, llorar) y como divino (haciendo milagros).
Las otras 2 hebras: Entreteje las otras dos hebras - creencia e incredulidad - describiendo cómo la gente reaccionó ante Jesús con fe o rechazo al ser testigos de Su naturaleza dual humana/divina.
El evangelio de Juan describe el objeto de la fe (Jesucristo) y por qué debe ser considerado como tal (milagros, resurrección). También describe el desarrollo de la creencia o la incredulidad a partir del modo en que la gente reacciona ante Él.
Esquema
Cuando entendemos esta idea de trenzar estos tres temas, el esquema del libro adquiere sentido.
Prólogo - 1:1-18
En esta sección inicial, Juan presenta a Jesús como el Hijo de Dios, el Dios/Hombre. Traza la existencia de Jesús desde la era de la creación hasta Su encarnación como ser humano.
Prueba de su divinidad a través del ministerio - 1:19 - 12:50
La siguiente gran sección del libro simplemente trenza las dos hebras de los episodios de creencia e incredulidad en torno a la descripción de Su ministerio. Juan presenta relatos de Sus enseñanzas y milagros con respuestas alternas de creencia e incredulidad.
Prueba de su divinidad a través de su muerte, entierro y resurrección - 13:1 - 21:25
En los capítulos finales, Juan utiliza la misma técnica de descripción de las respuestas alternas de creencia e incredulidad, pero esta vez éstas se establecen en el contexto de Sus últimos días cuando es arrestado, juzgado, torturado, crucificado, enterrado y resucitado.
El enfoque adoptado por Juan en este evangelio fue bastante concreto. Tanto Jesús mismo como quién era son presentados junto a toda una serie de respuestas de creencia e incredulidad de las personas que se hallaban a su alrededor. La idea es que el lector no solo vea a Jesús, sino también a sí mismo reflejado en la reacción de las distintas personas.
Prólogo - 1:1-18
Comenzamos por tanto nuestro estudio con el llamado prólogo
, porque no es una narración sobre la vida o las acciones de Jesús sino una descripción de Él antes de venir a la tierra en forma humana.
Aquí es donde Juan resulta diferente. Empieza con una afirmación declarando abiertamente la naturaleza divina de Jesús, mientras que los otros tres escritores de los evangelios permiten al lector concluir lo mismo a partir de las evidencias que presentan en sus evangelios.
Existía un cierto concepto de la idea de Verbo/logos
en ese momento:
Para los judíos: el Verbo/Logos (griego) era una revelación de Dios. Era algo para ser entendido, puesto en práctica y ser respetado.
Para losgentiles/griegos: el Verbo representó la gran Razón
o Poder
o Fuerza
como diríamos hoy. Estar en consonancia con el Verbo/Poder era tener una vida feliz y equilibrada.
Juan, en su prólogo, explica que el significado completo de este concepto es revelado a través de Cristo: Él es el Verbo, Él es el Logos, Él es la Fuerza.
Vs. 1 – En el principio ...
Esto refiere al momento antes de la creación, esa dimensión que existía antes de que el espacio/tiempo continuo en el que vivimos fuera creado.
Juan lleva al lector a ese punto en el que uno está parado en el comienzo del tiempo y mirando hacia atrás en la eternidad.
... existía el Verbo ...
El Verbo
es un título para Jesús. Los judíos verían la 'revelación de Dios'. Los gentiles leerían 'fuerza / poder'. Juan usa Verbo
para Jesús porque lo que uno dice es un reflejo de lo que está en su corazón y en su mente. Este título de apertura para Jesús describe la expresión perfecta de la mente de Dios en forma humana.
... y el Verbo estaba con Dios, ...
No es un poder que viene de Dios, como cosa creada o atributo de Dios. No. Es Jesús como persona que coexiste con Dios en un mismo fundamento. En otras palabras, cuando Dios habla, cuando el poder se realiza, Jesús es lo que es dicho, lo que es expresado.
... y el Verbo era Dios.
El Verbo era Dios / Dios era el Verbo.
Juan, un judío devoto, nunca diría: ... y el Verbo era un dios ...
como afirman los testigos de Jehová en sus traducciones del Nuevo Mundo. Ello violaría su creencia monoteísta, para él sería idolatría. Y así en el primer verso, Juan pregunta y responde algunas preguntas básicas:
¿Quién es el Verbo? Dios es el Verbo.
¿Por qué el Verbo es Dios? Porque es eterno (anterior al tiempo); coexiste con Dios; su naturaleza es divina.
Juan, por tanto, da cuerpo a esta idea de Verbo/Logos, mucho más allá de lo que los judíos o gentiles habían pensado:
El Verbo es Dios Todopoderoso.
Dios se expresa en el Verbo.
Dios y el Verbo son uno.
Vs. 2 – Él estaba en el principio con Dios.
Una vez hecha la conexión entre Dios y el Verbo, Juan comienza ahora a conectar a Jesús con el Verbo.
No Le menciona por su nombre, sino que usa el pronombre personal - Él - para conectar a Jesús (a quien mencionará por nombre más adelante) con el Verbo y finalmente con Dios.
Su razonamiento es bastante matemático:
Si A (Dios) = B (Verbo)
Y B (Verbo) = C (Jesús)
Entonces A (Dios) = C (Jesús)
En el próximo verso se completa esta ecuación.
Vs. 3 – Todas las cosas fueron hechas por medio de Él, y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
Los judíos atribuyeron la creación al poder del Verbo de Dios (Sea la luz...
en Génesis 1:3). Dios literalmente llamó la creación a la existencia. Los gentiles también vieron el poder de la fuerza
como agente de la creación.
En este versículo, Juan está conectando el Verbo con la persona de Jesús, haciendo de Él y el Verbo, Uno. La idea es que Jesús, en forma de Verbo, fue el agente de la creación. Esta enseñanza la presenta también Pablo en Colosenses 1:16: "Porque en Él fueron creadas todas las cosas, tanto en los cielos como en la tierra..."
Vs. 4-5 – En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la comprendieron.
Aquí, Juan enlaza la divinidad con la humanidad en tres pasos:
Dios es el Verbo en la eternidad.
El Verbo es Jesús creando el universo.
Jesús es la vida que trae luz al mundo.
Juan también resume el ministerio terrenal de Jesús:
Él es la vida (la esencia de Dios).
Su vida trae luz (la verdad de Dios).
SuPalabra no está en desacuerdo con nada verdadero, pero revela la respuesta final a todas las preguntas sobre Dios, la salvación, etc.
Juan explica brevemente, al comienzo de su evangelio, lo que sucede al final de su evangelio: Jesús trae la verdad y es rechazado.
Vs. 6-8 – Vino al mundo un hombre enviado por Dios, cuyo nombre era Juan. Este vino como testigo, para testificar de la luz, a fin de que todos creyeran por medio de él. No era él la luz, sino que vino para dar testimonio de la luz.
En estos versículos, Juan describe el papel de una de las principales figuras en el ministerio de Cristo: Juan el Bautista. Más tarde describe el trabajo de Juan y la conexión con Jesús, pero en este punto resume el propósito de Juan. Juan fue un testigo, según las Escrituras, para preparar al pueblo en la venida de la luz/verdad. La mayor parte del ministerio de Juan fue alertar a la gente de que el Mesías iba a venir. Al final, tras bautizar a Jesús, comenzó a señalar directamente al Señor como el Uno que debía venir. A su muerte, la mayoría de sus discípulos comenzó a seguir a Jesús.
Vs. 9-11 – Existía la luz verdadera que, al venir al mundo, alumbra a todo hombre. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por medio de Él, y el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.
En este pasaje, Juan repasa y amplía lo mencionado brevemente en el versículo cinco. Efectúa tres puntualizaciones importantes:
Él trajo -consigo y en Él- la capacidad de llevar, a cada persona, al conocimiento de la verdad (luz).
Aun con esta habilidad, el mundo que Él creó lo rechazó.
El pueblo (los judíos) que Él había bendecido especialmente fueron particularmente duros y se negaron a aceptarlo.
Vs. 12-13 – Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en su nombre, que no nacieron de sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios.
Este es el evangelio en forma encapsulada.
No explica todo en detalle, sino que ofrece más bien una vista de pájaro acerca de lo que Jesús logró en algunos. Para aquellos que lo recibieron (creyeron), Él los transformó en seres espirituales. No creados por medios reproductivos normales sino por la voluntad de Dios.
Los detalles se dan más adelante, por ahora simplemente resume el hecho de que algunos Lo rechazaron y otros Lo aceptaron. Y para estos, la bendición fue convertirse en una nueva creación que denomina hijo de Dios
.
Vs. 14 – Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
El Verbo hecho carne es la encarnación: De Dios/Verbo a Verbo/Jesús, a Jesús/Hombre. Jesús = el Dios/Hombre. En pocas palabras Juan proclama que Dios Todopoderoso asumió devenir un cuerpo humano.
En este momento habla de su propia experiencia acerca de esto. Nosotros (los apóstoles/Juan) vimos (experimentamos) esta gloria (Dios/Hombre) – una clase de gloria que solo el Hijo (Dios/Hombre) podía irradiar. Y la sustancia de Su gloria (que era lo que hacia de Él glorioso) era Su naturaleza, gracia y verdad divinas (la mente de Dios claramente expresada). El unigénito del Padre.
Algunos nunca se convierten en hijos de Dios.
Otros se convierten en hijos por adopción, cuando Dios perdona y los limpia del pecado y los adopta como Sus niños.
Jesús, sin embargo, es Hijo por naturaleza. Él es el único (unigénito) relacionado con Dios por tener una naturaleza idéntica.
Juan también recuerda a sus lectores la increíble presencia
que tenía Jesús, lo que hace que el rechazo a Él fuera un pecado terrible.
Vs. 15 – Juan dio testimonio de Él y clamó, diciendo: Este era del que yo decía: «El que viene después de mí, es antes de mí, porque era primero que yo».
Reforzando esta idea del impacto de la presencia de Jesús, el escritor del evangelio se remonta y habla de la obra de Juan el Bautista. Dice que incluso Juan el Bautista, en su testimonio, testificó acerca de la calidad eterna y la posición preeminente del Uno que iba a venir. Por ejemplo, ... el Uno que vendrá fue anterior ...
y Juan fue concebido antes que Jesús. Juan el Bautista sabía y predicó sobre el estatus de Dios/Hombre de Jesús.
Una vez más, la implicación es que su rechazo constituyó un pecado grave porque habían tenido mucha preparación acerca de Su venida y a través de una fuente creíble.
Vs. 16 – Pues de su plenitud todos hemos recibido, y gracia sobre gracia.
Jesús es el Verbo y el Verbo es divino y por eso el Verbo está completamente lleno. No puedes agotar el suministro de verdad y gracia que proviene del Verbo/Jesús/Dios al igual que no puedes agotar el suministro de oxígeno al respirar al aire libre. No se puede agotar la cantidad de gracia y verdad que Jesús/Verbo/Dios tiene hacia los pecadores que respiran la gracia y la verdad de Dios a través de la fe en Jesucristo.
Vs. 17 – Porque la ley fue dada por medio de Moisés; La gracia y la verdad se realizaron por medio de Jesucristo.
Moisés recibió la Ley (que contenía la promesa de la gracia y verdad que estaba por venir - Hebreos 10:1) y administró dicha Ley.
Jesús es la sustancia de las promesas que fueron contenidas en la Ley. Sería como la diferencia entre tener la imagen de un artículo que has pedido a través de un catálogo o de internet y tener el producto en tus manos, finalmente.
Juan habla a los judíos aquí dándoles una ilustración gráfica para mostrarles la diferencia entre el Antiguo Testamento y el nuevo Testamento. El uno es promesa (Antiguo Testamento) y el otro es presencia (Nuevo Testamento).
Vs. 18 – Nadie ha visto jamás a Dios; el unigénito Dios, que está en el seno del Padre, Él le ha dado a conocer.
Ningún hombre ha visto jamás a Dios. Moisés habló directamente y vio la espalda de Su gloria. Pero Jesús, el Dios/Hombre, nos brinda una experiencia de Dios no disponible hasta el momento. Él es capaz de hacerlo debido a su conocimiento íntimo de Dios, teniendo la misma naturaleza y siendo parte de la Deidad con Él. Jesús es capaz de relatar al hombre lo que sabe acerca de Dios, por experiencia de primera mano, como ser divino dentro de la Deidad misma.
Resumen
Juan comienza su evangelio estableciendo el hecho de que ha podido experimentar con sus propios ojos a Dios tomando naturaleza humana para dar al hombre una experiencia íntima y un conocimiento de Él mismo. Como nosotros no podríamos transferirnos a Su reino, Él se transfirió al nuestro.
Llama a este conocimiento verdad
/luz
. Llama a esta experiencia vida
. Dice que, en su mayor parte, los hombres rechazaron este conocimiento y experiencia. También enumera 3 testigos que proclamaron este conocimiento/experiencia pero no se les creyó:
Juan el Bautista y su testimonio de predicación.
Jesús mismo y su testimonio de milagros y enseñanzas.
Juan el apóstol y su testimonio ocular.
Con el prólogo, Juan establece las tres hebras de su evangelio.
La presencia de Jesús el Dios/ Hombre.
Reacciones de creencia.
Reacciones de incredulidad.
A partir del versículo 19, comenzará a entrelazar estas tres hebras para componer su registro evangélico.
2. Testimonio de Juan
JUAN 1:19:34
Estamos estudiando el libro de Juan y en este evangelio Juan presenta tres temas o hilos que entrelaza para crear una narrativa única.
El primer hilo es lapresentación de Jesús como el Hijo divino de Dios que se ha encarnado en forma de Jesucristo. Juan establece este tema inmediatamente en los primeros 18 versículos de su evangelio, llamado prólogo. Llama a Jesús el Verbo
y explica que Jesús, el Verbo divino, creó el mundo y luego entró en Su propia creación como hombre.
El siguiente hilo es la creencia. Juan menciona brevemente en su prólogo que algunos creían que Jesús era Dios y su fe les condujo a la vida y la verdad.
El tercer hilo es la incredulidad.En el prólogo Juan también menciona que, a pesar de que Jesús proporciona pruebas/testimonios de Su identidad, Su pueblo y la mayoría no creyeron.
Como mencioné anteriormente, Juan toma estas tres ideas y las entreteje para mostrar a Jesús en varias situaciones: enseñando, realizando milagros (como prueba de Su divinidad) y las reacciones de creencia e incredulidad de aquellos que presencian estas cosas.
Una vez Juan establece el modelo de su evangelio en el capítulo 1:1-18, comienza con la introducción de un importante nuevo personaje del testamento, Juan el Bautista. Juan lo denomina así porque así lo llamó Jesús en Mateo 11:11.
Siguiendo el patrón de cómo está escrito el libro, Juan sirve como primera respuesta de creencia: Juan cree que Jesús es el Mesías e incluso comienza a dar testimonio de ello.
Juan el Bautista era el primo segundo de Jesús. María era la prima de Elisabet, la madre de Juan (otra traducción al español de Elisabet es Isabel). Isabel y Zacarías (su padre) y su esposa Elisabet eran muy mayores y no tenían hijos cuando un ángel se apareció a Zacarías mientras ejercía el ministerio en el templo (era sacerdote). Este ángel anunció que Elisabet concebiría un hijo y se llamaría Juan.
Desde muy joven, Juan el Bautista fue apartado para un ministerio especial que, a medida que crecía, se definió como el de quien prepara el camino del Señor. Esto estaba en consonancia con lo que el ángel dijo acerca de él y lo que el Antiguo Testamento señalaba sucedería antes de que viniera el Mesías. De acuerdo con los profetas (Malaquías 3:1-3) Dios enviaría un mensajero, un profeta al estilo o espíritu de Elías, para anunciar la inminente venida del Mesías de Dios. Juan y su ministerio supusieron el cumplimiento de esa profecía y promesa de Dios.
De modo que Juan (el escritor del evangelio) pone a Juan (el Bautista) como el primer ejemplo de alguien que creyó. Jesús no se había mostrado ni había realizado milagros antes de su bautismo y, por lo tanto, la fe de Juan y su creencia en Jesús se fundamentaba en una señal especial que le daría Dios para poder saber quién era el verdadero Mesías. En Juan 1:33, Juan el Bautista dice que Dios le reveló que aquel sobre cuya cabeza apareciera una paloma tras su bautismo, ese sería al que está preparando el camino. Esta es una de las razones por las que Jesús tuvo que ser bautizado, para dar testimonio a Juan y que pudiera cumplir su misión. Sabemos que esto es exactamente lo que sucedió cuando Jesús fue bautizado, como una señal para Juan, entre otros.
Juan creyó en esta señal y comenzó a señalar a Jesús como el Mesías, aquel para quien estaba preparando el camino. Juan el evangelista presenta a Juan y su historia como el primer ejemplo de aquellos que creyeron.
Reacción de un creyente
Tomemos entonces el testimonio del primer creyente, Juan el Bautista en el capítulo 1, versículo 19.
Vs. 19 – Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron sacerdotes y levitas de Jerusalén a preguntarle: ¿Quién eres tú?
El escritor del evangelio presenta a Juan el Bautista enfocando telescópicamente sobre un enfrentamiento que hubo entre él y los sacerdotes/levitas del momento, recayente en su verdadera identidad. Los padres del Bautista y la conexión con la familia de Jesús es detallada por Lucas en su evangelio, por lo que Juan omite todo eso y se dirige directamente a este evento de su ministerio público.
Los Judíos
eran los líderes religiosos (Fariseos). Estos eran escribas, celosos en guardar y hacer cumplir la ley. Los Sacerdotes y los Levitas eran los que ministraban en el templo.
Juan estaba atrayendo multitudes, proclamando la inminente venida del Reino de Dios, el Mesías de Dios, y al hacerlo estaba agitando a la gente. Los líderes religiosos, temiendo la pérdida de su posición o una reacción violenta de las autoridades romanas, envió una delegación para ver a este predicador/profeta. En respuesta a su pregunta, Juan da testimonio y confesión de fe en El que está por venir.
Vs. 20-21 – Y él confesó y no negó; confesó: Yo no soy el Cristo. Y le preguntaron: ¿Entonces, qué? ¿Eres Elías? Y él dijo: No soy. ¿Eres el profeta? Y respondió: No.
Le hacen 3 preguntas:
Le preguntan si cree que es el Mesías (porque hubieron muchos radicales religiosos que afirmaron esto), y él responde que no.
¿Eres Elias? Esta fue una referencia a Malaquías 4:5. donde el profeta del Antiguo Testamento dijo que Elías regresaría como precursor del Mesías. Muchos judíos creían que Malaquías quería decir con ello en realidad que Dios resucitaría a Elías y lo enviaría a la gente. En Mateo 11:14, Jesús explicó que Juan el Bautista era la persona de la que habló Malaquías, que Juan el Bautista era un profeta en espíritu
de Elías: predicador poderoso; hombre del desierto; hombre de visión. Y por tanto Juan, conociendo su confusión, responde que no, no es el Elías resucitado (a pesar de que es la culminación de la profecía de Malaquías).
¿Eres el profeta? En Deuteronomio 18:15 Moisés dijo que un día Dios elevaría a un profeta para dirigir el pueblo tal como él (Moisés) había dirigido al pueblo. Querían saber, ¿se consideraba a sí mismo como ese profeta? Juan responde no, que no es ese profeta. En realidad, Jesús es ese profeta. Él es el cumplimiento de esa profecía y promesa (Hechos 3:22-23 - Pedro).
Vs. 22 – Entonces le dijeron: ¿Quién eres?, para que podamos dar respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?
Se han quedado sin preguntas y posibilidades respecto de su identidad según las Escrituras. Esta era la clave: quien era según la profecía. Si no es Cristo, Elías o el profeta, entonces ¿quién? Los fariseos querían saber (probablemente para poder planear un ataque para desacreditarlo).
Vs. 23 – Él dijo: Yo soy la voz del que clama en el desierto: «Enderezad el camino del Señor», como dijo el profeta Isaías.
Juan responde que él es dos cosas:
Una voz. El significado es que es un proclamador y mensajero. En el desierto. Se refiere a que él no es un mensajero popular y tampoco parte del estamento.
Unoque endereza. Los desafía. Va contra la convención. Está aquí para preparar un nuevo camino (el antiguo estaba torcido). Su ministerio fue mencionado por Isaías, este le señaló.
Vs. 24 – Los que habían sido enviados eran de los fariseos.
Juan agrega un comentario editorial para poder plantear sus preguntas y motivos en contexto.
Vs. 25 – Y le preguntaron, y le dijeron: Entonces, ¿por qué bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni el profeta?
Su pregunta muestra su reacción frente a Juan el Bautista y su testimonio: no creen. ¿Ves cómo se teje la tercera hebra aquí?
Les pica su mensaje porque si hubiera dicho que era Cristo, le habrían acusado de blasfemia o de ser un lunático o impostor. Si hubiera dicho que era Elías, le habrían exigido pruebas a través de milagros, ya que Elías hizo milagros. Si hubiera dicho que era el profeta, le habrían denunciado como un alborotador y habrían dado cuenta a los Romanos.
En cambio, afirma que la fuente de su ministerio era el profeta Isaías, quien escribió extensamente sobre la venida del Mesías y las circunstancias que rodearon este evento.
En este punto se ponen a la defensiva. No responden con creencia, por el contrario, cuestionan su autoridad para bautizar. Si no eres Elías ni el profeta, dicen, ¿qué te da derecho a bautizar?
Cuando nos desafían con la verdad, solo hay 3 formas responder:
Ponerte a la defensiva. Enojarse, huir, rechazar, negar.
Racionalizar. Darte buenas razones para no creer o desobedecer.
Entregarse. Escuchar con atención, obedecer a laverdad, hacer lo correcto.
La reacción de los Sacerdotes y Levitas y, por extensión, los Fariseos, era ponerse a la defensiva y poner en tela de juicio el derecho de Juan a bautizar, que en esencia era un desafío y un rechazo de su