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Desarrollo sustentable:: un cisma ambiental y comercial
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Libro electrónico366 páginas5 horas

Desarrollo sustentable:: un cisma ambiental y comercial

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Información de este libro electrónico

Desde los años setenta del siglo pasado, el mundo desarrollado presentó la estrategia que permitiría salvar el planeta de la inminente destrucción a causa de la contaminación y la sobreexplotación de los recursos naturales. Pero los avances en materia ambiental han sido pocos y frecuentemente se nos informa sobre la urgencia de construir una relación equilibrada entre el hombre y su entorno. Mientras tanto, simultáneamente somos arrastrados por un modelo de crecimiento económico e impulsados por la fuerza coercitiva del mercado por su promoción del consumismo. Entonces, no aparenta ser tan claro el sentido de esta importante meta global: crecimiento y desarrollo parecen estar más lejos que cercanos de un posible equilibrio ambiental, entendiendo que vivimos en un planeta finito con recursos materialmente limitados. Sería bueno saber si existe un verdadero compromiso de países ricos por revertir, por ejemplo, el avance del cambio climático, y si el desarrollo sustentable se está convirtiendo en un edulcolorante discursivo para tratar de alinear determinados intereses globales.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento16 feb 2022
ISBN9789587464863
Desarrollo sustentable:: un cisma ambiental y comercial

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    Desarrollo sustentable: - William Sánchez Mendoza

    Desarrollo-sustentable_Portada-EPUB.png

    Catalogación en la publicación – Biblioteca Nacional de Colombia

    Sánchez Mendoza, William

    Desarrollo sustentable : un cisma ambiental y comercial (intenciones ocultas del crecimiento verde) / William Sánchez Mendoza. -- 1a ed. -- Santa Marta : Editorial Unimagdalena, 2022.

    (Ingeniería y Tecnología. Ingeniería Ambiental y Sanitaria)

    Contiene referencias bibliográficas.

    ISBN 978-958-746-485-6 (pdf) -- 978-958-746-486-3 (epub)

    1. Desarrollo sostenible 2. Problemas ambientales 3. Evaluación del impacto ambiental 4. Pobreza - Aspectos socioeconómicos I. Título II. Serie

    CDD: 338.927 ed. 23

    CO-BoBN– a1088928

    Primera edición, febrero de 2022

    2022 © Universidad del Magdalena. Derechos Reservados.

    Editorial Unimagdalena

    Carrera 32 n.° 22-08

    Edificio de Innovación y Emprendimiento

    (57 - 605) 4381000 Ext. 1888

    Santa Marta D.T.C.H. - Colombia

    editorial@unimagdalena.edu.co

    https://editorial.unimagdalena.edu.co/

    Colección Ingeniería y Tecnología, serie: Ingeniería Ambiental y Sanitaria

    Rector: Pablo Vera Salazar

    Vicerrector de Investigación: Jorge Enrique Elías-Caro

    Coordinador de Publicaciones y Fomento Editorial: Jorge Mario Ortega Iglesias

    Diagramación: Luis Felipe Marquez Lora

    Diseño de portada: Stephany Hernández Torres

    Corrección de estilo: Diva Marcela Piamba Tulcan

    Santa Marta, Colombia, 2022

    ISBN: 978-958-746-485-6 (pdf)

    ISBN: 978-958-746-486-3 (epub)

    DOI: 10.21676/9789587464856

    Hecho en Colombia - Made in Colombia

    El contenido de esta obra está protegido por las leyes y tratados internacionales en materia de Derecho de Autor. Queda prohibida su reproducción total o parcial por cualquier medio impreso o digital conocido o por conocer. Queda prohibida la comunicación pública por cualquier medio, inclusive a través de redes digitales, sin contar con la previa y expresa autorización de la Universidad del Magdalena.

    Las opiniones expresadas en esta obra son responsabilidad de los autores y no compromete al pensamiento institucional de la Universidad del Magdalena, ni genera responsabilidad frente a terceros.

    El autor

    William Adolfo Sánchez Mendoza es ingeniero ambiental y sanitario, egresado de la Universidad del Magdalena. Nacido en la ciudad de Santa Marta en 1990. Actualmente se desempeña como asesor externo de FIANZA LTDA y participó en la actualización del Plan de Saneamiento y Manejo de Vertimientos del Distrito en el 2018. Es conocedor de áreas como el derecho ambiental y un declarado defensor del ambiente desde sus primeros años de infancia.

    Contenido

    Introducción

    Contexto del debate ambiental mundial

    Parte 1

    Perjuicios de la economía sobre el ambiente

    Globalización económica: el presunto sendero hacia el desarrollo y la sustentabilidad

    ¿Y qué hay de la sustentabilidad ambiental?

    Las causas del caos

    Las importaciones: una fuerza coercitiva que abre la dependencia hacia el exterior

    El outsourcing: ¿solución ambiental o trampa comercial?

    Las externalidades: ¿responsabilidad y consecuencias?

    Estrategias de solución al problema de las externalidades.

    La deuda externa: una patología que perdura

    La deuda externa como freno del desarrollo sustentable.

    Parte 2

    La pobreza: una piedra en el zapato para el ambiente y la economía

    América Latina es una de las regiones más pobres y desiguales del mundo

    El hambre: la pata coja del desarrollo sustentable… (Una mesa sin servir)

    Las guerras: paradoja social y ambiental

    ¿Cuáles son los riesgos de la guerra? Especulaciones y certezas

    El impacto de la guerra sobre el medio ambiente

    Tóxicos gravitando por el ambiente

    Disputas por el ambiente

    Beneficios ambientales de la posguerra

    Faramallas políticas del desarrollo económico por la sustentabilidad ambiental

    Globalización y ambiente: regulaciones e intenciones ocultas del desarrollo económico

    Sensacionalismo en las corporaciones ambientales

    La herejía del cambio climático: rechazos a un dogma mundial y una visión oportuna de una fuente de energía inaceptable

    Más de lo mismo…

    Batidas de las campañas conservacionistas: un fraude que corroe la delgada pared entre la realidad ambiental y la irracionalidad comercial

    Sin la capa de ozono la vida en la tierra estaría en peligro

    No más pesticidas o nos moriremos todos de cáncer

    El plomo y los asbestos no deberían de existir

    Riesgos de la agricultura sobre el ambiente, y la censura ecologista hacia los transgénicos

    Un dogma religioso llamado ecologismo

    Clímax exorbitante de la ideología conservacionista

    La influencia del ecologismo nace desde la infancia

    ¿Discrepancia científica y consenso político?

    Paradigmas ambientales que arrastran elementos del neoliberalismo

    Resistencia ambiental: una puja por defender el patrimonio natural

    Epílogo

    Posdata: la horda ecocrática

    Evocando un caso bastante conmovedor

    Referencias bibliográficas

    Introducción

    Desarrollo sustentable: un cisma ambiental y comercial tiene como objetivo principal sembrar una duda razonable sobre algunos discursos ambientales que han provocado preocupación en el mundo. A la vez, busca generar sospechas sobre la generosa intención de países industrializados en la construcción de propuestas de desarrollo y equidad social. Por ese lado, este es un trabajo que ha sido concebido como herramienta intelectual para ayudar a forjar un pensamiento crítico sobre el manejo que ha tenido el concepto del Desarrollo Sustentable. Es también un libro que puede leer cualquier profesional que sienta preocupación por el estado actual del planeta o muestre interés por conocer al menos un poco del origen y los fundamentos históricos que han dado pie para la construcción de estrategias de solución de problemas ambientales.

    Para una mayor comprensión de las temáticas abordadas, el libro se encuentra dividido en dos partes fundamentales y cada una de ellas aporta información relevante para analizar el contexto de lo que se ha denominado cisma ambiental y comercial. Antes del desarrollo de las temáticas se contextualiza el sentido del debate mundial en relación con la sustentabilidad y el desarrollo, para tratar de orientar el enfoque de este libro.

    La primera parte de este documento intenta explicar cómo históricamente los intereses de la economía han jugado en contra de los intereses ambientales. El primer capítulo de esta primera parte es titulado Perjuicios de la economía sobre el ambiente. En este se cuenta de forma breve cómo desde sus inicios el comercio y la industrialización provocaron numerosos impactos ambientales, ocasionando la pérdida de ecosistemas relevantes de la vieja Europa, y cómo pese a estas evidencias una ideología capitalista ha venido ejerciendo soberanía en la explotación de los recursos naturales del planeta. El segundo capítulo versa sobre la globalización económica, sus pretensiones y la intensión que representa el discurso de líderes mundiales por su imperiosa apropiación y su aparente compatibilidad con el desarrollo sustentable. Para este, fueron utilizados postulados de autoridades académicas de reconocido prestigio. El tercer capítulo de este primer momento del libro nos brinda una introducción a las propuestas económicas que han acompañado desde sus inicios las leyes de mercado y que forman parte de los principios funcionales del sistema económico dominante. En ese sentido, se ofrece un aparte especial a las importaciones, en donde se explica la forma como las corporaciones trasnacionales limitan el crecimiento de países sedentarios por medio de la absorción de materias primas y la restricción en la exportación de sus bienes y productos, debido a supuestas formas nocivas de producción. Además, se menciona cómo los notables impactos ambientales que ha generado la movilización de productos a mercados transfronterizos son operaciones reguladas por normas ambientales artificiosas, provenientes de países industrializados.

    En seguida se abordan temas como el outsourcing productivo y cómo esta herramienta de mercado ha sido meticulosamente utilizada para soslayar responsabilidades ambientales por parte de industrias multinacionales, para seguirse apropiando de capital natural en los países tercerizados. Luego se aborda el tema de las externalidades, en donde se trata de evidenciar los perjuicios que dichas decisiones han tenido sobre el ambiente y la salud, como un efecto secundario del modelo económico actual, y la forma como ha relegado en el tiempo la conformación de un desarrollo equitativo. La primera parte del libro cierra con el tema de la deuda externa. En este capítulo se pone de manifiesto un fenómeno antrópico que ha limitado el crecimiento económico del tercer mundo y muestra los grandes problemas sufridos por los países endeudados al desarrollar estrategias de protección ambiental, a causa del desvío de recursos en el pago de sus compromisos con instituciones financieras extranjeras.

    La segunda parte de este trabajo explica de forma contemporánea otros temas que, de acuerdo con el planteamiento principal del texto, también se han relegado a países que avanzan en propuestas de desarrollo para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. Además, se plantea cómo los problemas ambientales reales han sido de alguna manera desdibujados o alterados para tratar de obtener ventajas sobre otras naciones. Es así como se aborda el tema de la pobreza desde el que son analizados, a la luz de informes mundiales, los perjuicios que ocasiona la desigualdad en el mundo, su progresivo aumento en muchos países pese a los esfuerzos por superarla, y se comenta, además, sobre su relación con los problemas de contaminación y deterioro ambiental. También se dedica un capítulo especial a las guerras en el mundo, en el que, desde una visión biocéntrica y menos antropocéntrica, se expone la manera como los conflictos bélicos han causado espantosos desastres ambientales y simultáneamente se relativiza con evidencias, que todos los efectos hayan sido meramente perjudiciales para el ambiente.

    El siguiente capítulo habla sobre las trampas que la economía de mercado abierto ha logrado construir para integrarse a la visión global del Desarrollo Sustentable, adaptando un discurso ambiental a las nuevas propuestas de crecimiento. También, se ofrece un capítulo denominado Globalización y ambiente, en el cual se pretende mostrar cómo la tesis del Desarrollo Sustentable puede conceptualmente ser incompatible con las pretensiones de la globalización del desarrollo. En este apartado, expertos afirman que crecer económicamente parece ser opuesto a los objetivos de conservación, preservación y recuperación de ecosistemas terrestres. Luego de estas temáticas, el libro dirige su contenido hacia otros temas que apoyan las reflexiones que han dado pie en la construcción de este pensamiento. Para ello se aborda un capítulo sobre las campañas conservacionistas, en el que se discute su papel como impulsadoras de la conciencia ambiental mundial. También, se comenta cómo muchas de ellas han jugado un rol distorsionador de la realidad científica por la naturaleza de sus reclamos y la incorporación de elementos subjetivos en las denuncias que proclaman. Luego se ofrece un capítulo titulado La herejía del cambio climático, que es un aparte especial que versa sobre los efectos del calentamiento atmosférico. Este habla sobre la óleo-dependencia y sus perjuicios sobre el ambiente, y se relativizan las certezas científicas que describen el verdadero origen de este fenómeno y sus aparentes efectos sobre el planeta. En esa misma línea se discute sobre las energías renovables, como un auspicioso avance en la reversión del calentamiento global, y se ofrece una visión hacia una fuente de energía limpia como la energía nuclear. El capítulo siguiente trata nuevamente sobre el movimiento ecologista y sus causas, sus reclamos y sus pretensiones ideológicas con las denuncias y las objeciones en contra de muchas prácticas comerciales e industriales. También habla de cómo el apoyo mediático recibido por el movimiento legitima sus acciones de protesta.

    En otro capítulo se explica cómo desde el pasado el movimiento ecologista ha venido adoptando una posición dogmática e intransigente en su necesidad de proteger la biodiversidad del planeta. Se habla sobre el extremismo de sus acciones y de los intereses que persigue con sus luchas. Los últimos dos capítulos de esta segunda parte explican a manera de apoyo y confirmación los capítulos expuestos. El capítulo titulado Paradigmas ambientales que arrastran elementos del neoliberalismo cuenta sobre cómo la economía desarrollista ha logrado integrarse a las nuevas estrategias y modelos ambientales en una forma de ganar aceptación en medio del clamor mundial por la pérdida de biodiversidad y la contaminación, pero operando bajo los mismos mecanismos de acumulación y crecimiento del pasado. El último capítulo, Resistencia ambiental, explica cómo países del primer mundo pretenden acaparar la administración de los recursos naturales, usando llamativas propuestas de sustentabilidad ambiental, y de cómo los intereses del primer mundo se han enfocado en la creación de acuerdos y convenios mundiales para controlar el capital natural de países pobres y en vías de desarrollo.

    Se ha redactado entonces un libro que abre una puerta hacia el pensamiento crítico y escéptico sobre la consigna del Desarrollo Sustentable, con base en trabajos y publicaciones de especialistas y científicos que han puesto objeciones razonables sobre la verdadera intención o el rumbo que ha tomado esta importante misión global. Este libro brinda la oportunidad de generar sospechas al discurso progresista del mundo desarrollado, que postula la estrategia del desarrollo económico verde como la única solución para salvarnos del colapso mundial a causa del consumismo y la industrialización. Además, reúne los principales argumentos de esa corriente de pensamiento disidente en un intento por ampliar la visión de los discursos que escuchamos sobre temas ambientales y que, muchas veces por desconocimiento o por temor a discrepar, asumimos como certezas. Sin embargo, vale la pena analizar cuáles han sido los precursores ideológicos y conceptuales de que no exista en la práctica un verdadero compromiso de gobiernos y ante todo de países ricos por avanzar hacia un desarrollo equilibrado con el ambiente.

    Al realizar una meticulosa búsqueda de sucesos y hechos históricos fueron apareciendo elementos claves que han permitido despertar suspicacia sobre la intención que emerge detrás de la propuesta del Desarrollo Sustentable. Dicha búsqueda incluyó la revisión de publicaciones científicas internacionales de expertos en ciencias ambientales y biodiversidad, humanistas y economistas ambientales, así como la consulta de libros en medios físicos y digitales de académicos y líderes mundiales que en algún momento han expresado su posición frente al modelo de desarrollo dominante. Otro de los aportes fundamentales en materia de información para la construcción de este trabajo fueron los análisis de videoconferencias de autores de reconocido prestigio en el ámbito periodístico, económico y político; entrevistas realizadas por medios televisivos y programas de radio, que han validado información de interés y que incentivaron muchas de las reflexiones y argumentos que aquí se explican. Así mismo, se aplicó información encontrada en portales web, revistas electrónicas y demás material de base en sitios virtuales importantes.

    Definitivamente, este es un texto que tipifica el debate mundial actual y centraliza la responsabilidad ambiental desde una visión pragmática, basada en hechos reales, para esclarecer un poco el sentido de la problemática. Seguramente será un detonante conceptual para otras vertientes de pensamiento, pero es un planteamiento que está lejos de ser una acusación conflictiva: discrepar, rebatir o discutir están en la base de la formación como profesionales y ofrecen la oportunidad de ondear más en la participación y, por ende, influir en la toma de decisiones. Esta es una herramienta intelectual que alienta a que las siguientes generaciones de profesionales comiencen a opinar sobre el contenido de los discursos ambientales globales, que a menudo son anunciados y divulgados por la prensa y algunos gobiernos del primer mundo o desde tribunas tan creíbles como Naciones unidas. Lo que podría resumirse en: empezar a pensar con cabeza propia. Se trata de un libro que hace un llamado a la reflexión de muchas de las consignas desarrollistas que se reciben y adoptan alegremente, sin detenerse a meditar sobre la naturaleza de sus planteamientos. Es una manera también de hacer sentir las voces de especialistas y autoridades científicas que por su posición han sido calificados como malvados, antimoralistas o incluso insurrectos. Algunos de ellos desvinculados de la burocracia del medio ambiente.

    Se espera que este trabajo pueda servir también como herramienta de revisión para estudiantes del área de ciencias ambientales y otras facultades de formación. Al final del texto se aporta información bibliográfica para quienes quieran profundizar en los temas y analizar los argumentos que han generado suspicacia sobre el manejo de algunas propuestas de desarrollo. Bastará con indagar con un poco de audacia para sembrar una duda responsable en el lector, quien además podrá decidir si aceptar o rechazar la opinión del autor.

    Contexto del debate ambiental mundial

    Luego de que se constatara el deterioro ambiental sostenido que afectaría gran parte de la biosfera, las Naciones Unidas convocaron una asamblea con la comisión mundial de medio ambiente y desarrollo a comienzos de los años setenta del siglo pasado. Dicha reunión tuvo lugar en Estocolmo, con el concurso de los líderes de los gobiernos más poderosos del mundo, quienes se mostraban dispuestos y comprometidos a trabajar por la conservación ambiental y la necesidad de avanzar hacia una forma de desarrollo más armónico y equilibrado. Curiosamente, al año siguiente de esta reunión, países como Alemania, Bélgica, China, Japón y Estados Unidos, en un acto de olvido temporal, mejoraron su aparato productivo y el cumplimiento de las metas allí fijadas tuvieron un avance sustancial. Al menos esto se vio en el desarrollo y la industrialización, porque la sustentabilidad ambiental quedó estancada y no mostró ninguna evolución de fondo, aunque comenzó a hacer parte del discurso político de los países desarrollados.

    En 1992, otro notable congreso (Cumbre de la tierra) en Rio de Janeiro actualizó el diagnóstico ambiental y rápidamente despertó el interés del tercer mundo en hacer parte del consenso (ONU, 1992). Atraídos por la vistosidad del discurso comenzaron a hacer encausados en ese proceso, desconociendo muchas de las problemáticas generadas por la contaminación ambiental. Pero esta peligrosa inserción internacional tuvo un resultado desfavorable para muchos de estos países pobres, que poco a poco fueron cayendo en un círculo perverso de políticas y recetas globales, desarrolladas con el propósito de defender los intereses del primer mundo. Muchas de las regulaciones que se materializaron jamás pudieron ser implementadas por estos países.

    Esta visión dominante continuó generalizando la idea de trabajar por la sustentabilidad ambiental, hasta que en el 2002, diez años después de los compromisos pactados, se consolidaron los esfuerzos por generalizar la problemática ambiental con una visión globalizada de los procesos de degradación (Naciones Unidas, 2002), tratando de encontrar más culpables.

    Estas convenciones globales fueron tal vez las voces de alerta más importantes para el diseño de soluciones que pudieran corregir el curso del desarrollo. En el encuentro de Copenhague en el 2009, las pautas se mostraron aparentemente muy exigentes para los países miembros, pero los acuerdos al final fueron un tanto vagos; en Bon, Alemania, en el 2010, la discusión pudo centrarse en la necesidad de mitigar emisiones antrópicas para impedir el ascenso del calentamiento global, entre otros temas sobre los que tampoco hubo mucha simpatía. Hoy las convenciones de estos países se siguen retroalimentando en discursos cada vez más llamativos y con metas más ambiciosas.

    El mismo efecto han tenido las cumbres mundiales sobre cambio climático. La cumbre de Rio +20 dejó ver intenciones perversas detrás del meticuloso discurso de la situación del planeta. El Tratado de París también generó un debate marcado por voces disidentes en círculos científicos que se oponían a muchas de sus sentencias. En el 2017, Bon, Alemania, nuevamente congregó la presencia de centenares de delegados de los gobiernos del mundo para seguir desarrollando políticas y mecanismos que pudieran ayudar a avanzar en los acuerdos pactados en París (Planelles, 2017). Esos avances solo quedaron en un papel y en un elegante estrechón de manos, porque el comercio y el desarrollo al parecer transitan por carriles opuestos. Bajar la temperatura de la tierra 2o C por debajo de los niveles preindustriales sigue siendo un acuciante desafío para estos países (por lo menos para los grandes emisores de CO2). Posiblemente en septiembre de 2021 la nueva cumbre internacional organizada por las Naciones Unidas intentó continuar el debate después de la entrada en vigor del acuerdo de París. Sin embargo, el panorama no aparenta ser para nada favorable, pues existen razones políticas y económicas muy fuertes que hacen pensar en la permanencia de un círculo vicioso, con metas cada vez más austeras, pero con compromisos cada vez más volátiles.

    Veremos cuáles son los óbices que dificultan un verdadero avance de la sustentabilidad ambiental y la maltrecha relación arribista del comercio sobre la naturaleza. Me gustaría escuchar cómo vamos a detener el aumento de emisiones antes de 2020 y a reducir drásticamente las emisiones para lograr el objetivo de emisión cero para mediados de siglo (Guterres, 2019, párr. 6).

    Pero hagamos un recorrido intelectual por los orígenes políticos y económicos que le dieron forma a las propuestas globales de desarrollo y cómo los perjuicios ambientales se han convertido en cruzadas financieras para soslayar responsabilidades y compromisos de países ricos que, anunciando sofisticados discursos con mensajes apocalípticos sobre el futuro del mundo, pretenden exigir a las sociedades el cumplimiento de pautas y lineamientos ambientales. O, por ejemplo, de cómo la tesis del desarrollo sustentable se ha transformado en un edulcorante de las prácticas económicas actuales.

    Parte 1

    Perjuicios de la economía sobre el ambiente

    Durante la Edad Media la sociedad civil y demás agremiaciones primitivas estaban absolutamente convencidas de que, para cada individuo, la condición de pobreza tenía un origen preestablecido por Dios, al igual que la opulencia y el acceso al poder. Pero con el tiempo comenzaron a surgir rápidamente otros individuos denominados burgueses y empezaron a cambiar el esquema tradicional con la introducción de la idea de mercado y de negocio. Se iniciaron entonces los viajes y con ellos el comercio (compra y venta de bienes). En poco tiempo, personas que eran pobres abandonaron su estado de pobreza, aparentemente por designio divino. A partir de ese momento nació el irrenunciable interés del hombre por el crecimiento y el poder. Además, esto impulsó la absorción de capitales por pequeños grupos que monopolizaban los mercados locales creados por ellos mismos. El ambiente adquirió valor en función de su capacidad de proveer bienes y servicios, al tiempo que su degradación comenzó a sentirse en muchas partes. De inmediato, se constituyó como meta central la explotación de los recursos naturales (Historia Universal, 2017).

    Tal vez sea importante destacar la gran ola de escepticismo que provino de algunas poblaciones de esa época que afectadas por la contaminación (como consecuencia de estas extracciones y emisiones), decidieron tomar cartas en el asunto y manifestar su oposición sistemática a la irrupción productivista y los terribles impactos causados por la sobreexplotación. También, se oponían al amenazante plan de conquista, cuyo punto más alto lo conformó la revolución industrial, que tuvo lugar en los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado.

    Este fue quizá el posicionamiento más claro del desarrollo económico sobre un mundo que comenzaba a recibir los terribles golpes de un sistema dominante, basado en extracción, producción y consumo. Pero antes de ese periodo ya habían aumentado las tecnologías extractivas para acceder con mayor facilidad a los tesoros de la naturaleza, hasta que a finales del siglo XIX a muchas comunidades les comenzó a escasear el agua limpia, el aire se tornó irrespirable y muchos de sus cultivos dejaron de ser viables. De inmediato aparecieron las muertes de decenas de miles de personas a causa de enfermedades como la fiebre tifoidea, el cólera y otras generadas por microorganismos patógenos presentes en el agua que usaban para el consumo.

    Muchos de los ecosistemas emblemáticos en varias ciudades de la Europa antigua desaparecieron irremediablemente por la contaminación ambiental. Los efectos adversos de estas actividades se hicieron más agudos y se profundizaron los esfuerzos de la era industrial por colonizar nuevos ambientes y territorios no intervenidos. Pero incluso hasta en ese momento los impactos ambientales fueron locales y solo fueron percibidos por las comunidades y los ecosistemas afectados (Latchinian, 2009)¹. Sin embargo, con el tiempo estos efectos comenzaron a trascender ámbitos locales para hacerse presentes en buena parte de la biosfera. Empezaron a emerger conflictos (protestas y levantamientos sociales en contra de la contaminación), lo que permitió la intervención de los gobiernos y líderes mundiales representantes de los países más afectados.

    Pese a lo anterior, la economía se fortaleció: comenzó a ser venerada por el capitalismo y por las leyes de mercado; se trasformó en un discurso progresista y desmedidamente centralizado, dirigido por gobiernos influyentes. Lamentablemente, el rumbo que tomó esta revolucionaria propuesta dejó al descubierto la arrogancia egocéntrica de aquellos personajes que patentaban e instauraban el famoso concepto económico. Esto se debió a que la historia mostró la cantidad de artilugios que trataban de disimular el aberrante objetivo de base, enfocado hacia el poder, el crecimiento, la acumulación y la expansión.

    Tal vez, estos destacados críticos de la teoría económica (el gigantesco edificio construido por los neoclásicos), Philip Smith y Manfred Max-Neef (2011), hacen visible los adornos y trucos que disfrazaron durante décadas las intencionalidades perversas que entraña este concepto, a través de la publicación de la obra La economía desenmascarada. En ella revelan el completo despropósito que constituyó la idea dominante de crecer indefinidamente, entendiendo crecer como captar, adquirir y acumular bienes de consumo.

    Smith y Max-Neef (2011) afirman que a los economistas neoclásicos les dio un tremendo complejo de inferioridad por no ser físicos (científicos impecables) y esto permitió la adopción de una postura intransigente de transformar la economía en una nueva ciencia, sustentada en los modelos matemáticos, que les permitió describir un mundo ilusorio y absolutamente dogmático. Domesticando a toda la humanidad con sus fascinantes hallazgos: la ley de la utilidad, el principio de Pareto, las externalidades. Todo para hacer parecer la economía como la estrategia imprescindible para alcanzar la felicidad.

    Este obsesivo deseo de estos economistas tuvo tal impacto en la sociedad, que generalizó el discurso efectista que haría al hombre obtener más y gozar desmedidamente de esos irresistibles bienes de consumo suministrados por la naturaleza, en esa estrepitosa y afanosa búsqueda del bienestar y la mejora de la calidad de vida. Sin embargo, lo curioso de esto es que los beneficios de este mundo imaginario se concentraron en torno a empresas y grupos más influyentes de la sociedad, lo que además profundizó la brecha entre los países ricos y los países pobres, marginando del acceso a recursos a grandes sectores de la población. Pero obviando estos terribles efectos, y lejos de cualquier discrepancia que

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