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Amar tu paisaje de mujer: Confía en tu instinto  y reclama el poder femenino y salvaje de ELLA
Amar tu paisaje de mujer: Confía en tu instinto  y reclama el poder femenino y salvaje de ELLA
Amar tu paisaje de mujer: Confía en tu instinto  y reclama el poder femenino y salvaje de ELLA
Libro electrónico361 páginas6 horas

Amar tu paisaje de mujer: Confía en tu instinto y reclama el poder femenino y salvaje de ELLA

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Información de este libro electrónico

Hubo un tiempo, hace aproximadamente 5000 años, en el que los paisajes femeninos eran venerados. Una época en la que el espacio entre los muslos de una mujer se consideraba un portal de poder con una conexión directa a la Fuente.
Amar tu paisaje de mujer es un viaje de retorno y sanación a través del terreno de lo que realmente significa ser mujer. En sus páginas Lisa nos regala una miríada de herramientas y prácticas que nos ayudarán a liberarnos de la culpa y la vergüenza, explorar el autoplacer y la sensualidad, descubrir el arte sacro de recibir, y recuperar nuestra auténtica voz para expresar nuestras necesidades y nuestros deseos.
Una obra fascinante que invita a las mujeres a establecer una relación ferozmente amorosa y curativa con su cuerpo y les muestra cómo usar sus ciclos, en sincronía con los de la naturaleza, para crear una vida cargada de vitalidad, plenitud y creatividad.
Un libro poderoso y oportuno —cargado de humor, rebeldía y lucidez— que nos enseña cómo conectarnos con la sabiduría de nuestros cuerpos para sanar, reequilibrar y transformar nuestras vidas.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento7 nov 2022
ISBN9788419105875
Amar tu paisaje de mujer: Confía en tu instinto  y reclama el poder femenino y salvaje de ELLA

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    Amar tu paisaje de mujer - Lisa Lister

    portada

    La información contenida en este libro se basa en las investigaciones y experiencias personales y profesionales del autor y no debe utilizarse como sustituto de una consulta médica. Cualquier intento de diagnóstico o tratamiento deberá realizarse bajo la dirección de un profesional de la salud.

    La editorial no aboga por el uso de ningún protocolo de salud en particular, pero cree que la información contenida en este libro debe estar a disposición del público. La editorial y el autor no se hacen responsables de cualquier reacción adversa o consecuencia producidas como resultado de la puesta en práctica de las sugerencias, fórmulas o procedimientos expuestos en este libro. En caso de que el lector tenga alguna pregunta relacionada con la idoneidad de alguno de los procedimientos o tratamientos mencionados, tanto el autor como la editorial recomiendan encarecidamente consultar con un profesional de la salud.

    Título original: LOVE YOUR LADY LANDSCAPE

    Traducido del inglés por Elsa Gómez Belastegui

    Diseño de portada: Editorial Sirio, S.A.

    Maquetación: Toñi F. Castellón

    © de la edición original

    2016 de Lisa Lister

    Publicado inicialmente en 2016 por Hay House UK Ltd.

    Ilustración de la página 145 de Lisa Lister/Liron Gilenberg

    © de la presente edición

    EDITORIAL SIRIO, S.A.

    C/ Rosa de los Vientos, 64

    Pol. Ind. El Viso

    29006-Málaga

    España

    www.editorialsirio.com

    sirio@editorialsirio.com

    I.S.B.N.: 978-84-19105-87-5

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    Contenido

    Cubierta

    Créditos

    Prólogo

    Agradecimientos

    La llamada

    Cómo usar este libro

    ¿Qué es SHE Flow?

    Ceremonia de apertura

    Reclama tu paisaje de mujer

    La verdad reside entre tus muslos

    Cómo aprendí a amar mi paisaje de mujer

    Curiosidad por lo que ocurre «ahí abajo»

    Su historia

    Yo culpo al patriarcado

    Una nota sobre los hombres

    Es en la oscuridad donde echamos raíces

    El poder de ELLA

    Ser una chica llamada

    Mi conexión con ELLA

    Escucha con la matriz

    Confía en ELLA

    Redescubre el poder de ELLA que hay en ti

    Sentir para sanarnos

    Confía en tu medicina

    Es hora de sanar la herida femenina

    La historia de Mamá

    Sé una madre para ti

    Tu medicina de mamá

    Siéntelo todo

    Ten curiosidad y trátate con amor

    Quítate la máscara, sé vulnerable

    Lo primero es reclamar el poder de ELLA

    Tómate un respiro y baila

    Conoce tu paisaje de mujer

    Los ciclos de ELLA

    Siente el miedo

    El código femenino

    Los ciclos de la mujer

    La ROJOrevolución empieza aquí

    Nociones sangrientas básicas

    El ciclo lunar

    Fundamentos del ciclo

    Déjate llevar

    Nuestra naturaleza salvaje

    ¡Bruja!

    La píldora anticonceptiva

    Sangrar en sintonía con la luna

    La aventura de conocer nuestro ciclo

    Celebremos los ciclos de ELLA (y de la vida)

    Poder pélvico

    Tu sede de poder femenino

    Introducción a la anatomía de ELLA

    El paisaje femenino interno

    Conecta con tu cuenco medicinal sagrado

    Este es un anuncio cervical público

    Cuidados de ELLA para «ahí abajo»

    Ritos de la matriz

    SHE Flow: masaje abdominal, de tripa y de matriz

    «Pulsar» el vientre

    El poder de las tetas

    Sánate, sana al mundo

    Ama tu paisaje de mujer

    Sensualidad a lo grande

    El chakra khan

    Vergüenza y culpa

    Exploremos el paisaje

    Huevos vaginales

    Mimemos y sanemos el ioni

    La tienda de ELLA

    Puja en honor a ELLA

    La respiración

    El descanso es imprescindible

    Descanso profundo y relajación

    Mandala de cristales de cuarzo para la matriz

    Vapor curativo para tu ioni

    Compresas de aceite de ricino

    Bailar con la Divinidad

    Medicina menstrual

    El cacao

    Un total SHE BANG

    Recupera la conexión con tu cuerpo

    Ceremonia de cierre

    Recursos

    La ELLA descarada (The SASSY SHE)

    Sanación y bienestar para tus partes femeninas

    El paisaje femenino desde dentro

    Brillantes productos menstruales ecológicos

    Al paisaje de mujer le encanta

    Ama tu paisaje de mujer: que empiece la exploración

    Sobre la autora

    Le dedico este libro a ELLA

    Prólogo

    En cuanto una mujer oye la llamada que Lisa describe tan vivamente en estas páginas, una fuerza, una energía a la que Lisa llama con tanto acierto ELLA , empieza a dirigir su vida. En mi caso, gracias a Lisa me he dado cuenta de que ELLA ha estado al frente de mi vida desde la primera vez que vi un parto, siendo estudiante de Medicina, y me deshice en lágrimas ante la maravilla que estaba presenciando. Fue un momento sagrado, tan extraordinario, tan poderoso que marcó para mí un antes y un después. Supe al instante que aquello era a lo que me quería dedicar: a acompañar a las mujeres durante el proceso del parto y ayudarlas a dar a luz. Fue tan obvio y natural como que estaba respirando.

    Aquella fue mi iniciación no solo a la obstetricia y la ginecología modernas, sino también, como iría descubriendo poco a poco, a la anonadante ostentación de poder que conocemos con el nombre de patriarcado.

    No habría podido explicar con palabras lo que sentí mientras presenciaba aquel nacimiento, pero sabía con cada fibra de mi ser que estaba ante un acto de poder sagrado, que aquella matriz era un portal rebosante de magia y misterio cuyo poder era tan formidable como para transformar a todos los presentes. Y, sin embargo, ni a la mujer que estaba dando a luz ni a su bebé se los trató con el respeto y la admiración que merecían. En vez de honrar aquel primer contacto entre la madre y el bebé fuera de la matriz, aquel encuentro para el que su instinto más básico les había preparado a los dos, se pinzó y cortó de inmediato el cordón umbilical, y al bebé se lo llevó rápidamente a la sala de recién nacidos para «limpiarlo» y cuidar de que no se enfriara, lo cual no habría sido necesario si se le hubiera dejado quedarse sobre el pecho de su madre.

    La lista de atropellos que se cometen sistemáticamente contra ELLA es interminable. No porque la gente sea mala, sino porque la energía de ELLA no ha despertado aún en su interior. Pero las cosas están cambiando. Y a gran velocidad. ¡Amar tu paisaje de mujer llega al rescate!

    A lo largo de los años, he visto la cantidad de aspectos de la salud femenina a los que no se les tiene ninguna consideración, y sé que es responsabilidad mía hacer algo al respecto. Así que me he pasado décadas creando un lenguaje de la salud femenina, arreglándomelas a la vez para encajar en una profesión patriarcal, al menos durante un tiempo. He intentado explicar y demostrar todos los aspectos del cuerpo de una mujer que pueden fortalecerse y recuperarse, en lugar de hacer lo que me enseñaron, que es sobre todo a eliminar los escombros del paisaje ruinoso en que han quedado convertidos nuestros cuerpos a consecuencia del patriarcado, para el que todo lo que es femenino y suave debe someterse a lo que es duro y masculino.

    Esto es perjudicial no solo para las mujeres, y para la propia Madre Tierra, sino también para el alma femenina de los hombres. ¿Cómo explicar, si no, que en una cultura (en la estadounidense, al menos) más del treinta por ciento de los partos sean operaciones de derivación vaginal (cesáreas) y que a una de cada tres mujeres se le haya practicado una histerectomía antes de los sesenta años? ¿Crees que los hombres tolerarían alegremente que a uno de cada tres se les extirparan los testículos y la próstata antes de cumplir los sesenta?

    Todo esto ya se ha dicho, y no ha cambiado nada. Pero Amar tu paisaje de mujer ofrece un nuevo camino. No hay mapas, pero hay pistas. Y Lisa te mostrará cómo reconocerlas.

    Este libro es la medicina que TODAS esperábamos.

    Desde hace siglos.

    No necesitamos más diatribas sobre lo que está mal. Ya lo sabemos. Es hora de regresar al único pozo que nos calmará la sed. A nuestra verdadera fuente de poder. La que a todas se nos ha animado a olvidar. E incluso a profanar. Porque nuestro verdadero poder reside precisamente en aquellos aspectos de nosotras que más se nos ha enseñado a temer. Como nuestro ciclo menstrual. ¡Ah!, te tengo que contar esto: ¿sabías que la sangre menstrual es la fuente más abundante de células madre conocida por la humanidad? ¿Te das cuenta de lo que eso significa? Prueba a añadir una pequeña cantidad de sangre menstrual a la tierra de tus plantas, y verás lo que pasa. Yo no me pude resistir.

    Así que volvamos a aquel primer parto que presencié hace tantos años.

    Al fin he comprendido, después de leer este libro, que el altar ante el que deberíamos habernos arrodillado siempre, entonces y ahora, era y es el altar contenido entre las piernas de aquella mujer que daba a luz. Y de todas las mujeres que dan a luz hoy. Ya demos a luz a un bebé, un libro o un jardín.

    Y de eso trata Amar tu paisaje de mujer. De cómo rendir culto ante el altar y centro de poder que hay entre tus piernas. Te hayan practicado o no una histerectomía. Sangres todavía o no. Tengas o no tengas pareja. Hayas tenido o no hayas tenido hijos. Estés en la situación que estés. Nada de eso importa.

    Porque el poder que hay entre tus piernas está presente siempre. Susurrando o gritando, según lo que exija la ocasión.

    Hoy sé que la práctica de la ginecología moderna es, en definitiva, un intento por calmar los gritos. Así que, por favor, no esperes a que suenen a todo volumen.

    Empieza a escuchar a tu precioso cuerpo ahora mismo. Este libro te mostrará cómo hacerlo.

    Una cosa más. Algo está esperando a que lo dejes guiarte, y no es precisamente tu intelecto. Así es, al fin y al cabo, como yo conocí a Lisa Lister. La propia Diosa orquestó que nos conociéramos. El año pasado cumplí al fin mi sueño de peregrinar a Glastonbury, en Inglaterra. En realidad, no conocía demasiados detalles sobre el lugar, ni siquiera había caído en la cuenta de que Glastonbury es el Avalon de las famosas Las nieblas de Avalon, uno de los libros que más me han impactado en mi vida. Solo sé que algo me atrajo hasta allí. El día que íbamos a visitar la abadía, cuando estábamos a punto de llegar apareció al otro lado de la calle una presencia deslumbrante, que luego sabría que era Lisa, con una enorme flor roja en la lustrosa cabellera oscura e irradiando alegría por los cuatro costados.

    Iba del brazo de su marido, el Vikingo, que, como pronto sabría también, es enfermero y tiene una filosofía médica muy similar a la mía. Congeniamos de inmediato. Lisa condujo a nuestro grupo al altar de la Magdalena, descubierto hacía poco, donde rezamos y depositamos una ofrenda de rosas, y luego nos llevó hasta una piedra sobre la que durante siglos las mujeres acostumbraban a sentarse y sangrar durante su luna nueva.

    Cuando nos despedimos, Lisa hizo algo que le agradeceré siempre: me honró por haber abierto camino en el viaje de vuelta a ELLA y me dijo lo mucho que la había ayudado mi trabajo. La ­sororidad. Tan preciosa. No hay nada igual. Nos vimos el alma la una a la otra. Nos honramos mutuamente. Lisa, como yo, tiene un par de ovarios y un corazón enorme para equilibrarlos. Hay que tener ovarios y un gran corazón cuando se trabaja para la Diosa, «porque este no es trabajo para las pusilánimes».

    Estoy encantada de pasarles la antorcha a ella y a sus hermanas, las diosas descaradas y elocuentes que están dispuestas a sostener la antorcha aún más alto. Desvergonzadas y con gran sentido del humor, pero que no están para tonterías. Deja que Amar tu paisaje de mujer te guíe de vuelta casa. A tu placer. A tu diosa interior. Y al poder que nunca te fallará ni te hará daño. Nunca más.

    Bendita seas.

    Christiane Northrup

    Autora de Cuerpo de mujer, sabiduría de mujer

    y Las diosas nunca envejecen

    Agradecimientos

    Profundas reverencias, choca esos cinco y besos con lápiz de labios rosa chillón Truly Outrageous de Jem y los Hologramas : *

    A ELLA. Siempre.

    A mi paisaje de mujer: mi matriz, mis ovarios y mi vagina, maestra, oráculo, creadora y receptora de placer. Os amo.

    Al Vikingo, por atreverte a acompañarme en esta aventura de eterno descubrimiento de mi Paisaje de Mujer, pese a no saber nunca a dónde nos llevará. Por darme espacio para explorar el patriarcado, por darme espacio para explorar la feminidad. Por tus increíbles clases de yoga nidra de los viernes por la noche, que han sido la mejor medicina para escribir un libro. Por prepararme comidas deliciosas, por los viajes en coche, por quererme, apoyarme y ser mi compañero en esta vida. Tengo la fortuna de amarte y de que me ames.

    A Mamá. Te echo de menos. Te quiero. Todos los días.

    A la familia Lister. MUCHAS gracias por todo vuestro cariño y apoyo, por vuestros paquetes regalo llenos de bombones y abrazos y besos de mis deliciosos sobrinos. Es una bendición ser parte de esta familia.

    Al equipo del café Southsea, por los desayunos superalucinantes de los viernes, vuestra amistad, las cabezaditas a media mañana y el wifi gratuito mientras editaba este libro. ¡OS QUIERO A TODOS!

    A Ani Richardson, por tu cariño, tu escucha, tu risa, y por ser tan valiente y una inspiración tan grande para quienes te conocen. TODO mi amor.

    A K Dot. Estás hecha de magia, señora, y tengo la gran fortuna de que seas mi amiga.

    A Sarah Durham Wilson, por echarle ovarios a la vida, por la desnudez de nuestras conversaciones, las risas y la hermandad. Te quiero, lady, gracias por ser mi hermana y amiga.

    Al equipo de Hay House, por creer en este libro y en mí. ¡Sois lo más!

    A David Wells, por las carcajadas, las ideas, los desayunos. Por ser mi animador. Cuánto te quiero, astrologuito. En especial cuando te enfundas en tu traje de licra y agitas de arriba abajo los pompones.

    A Andrew Stark, por ser como un hermano, por tu cariño, por tu habilidad para hacerme llorar y partirme de risa, y por regalarme los más preciosos cristales de cuarzo. Te quiero.

    A las SSS: Hollie Holden, Amy Kiberd y Rebecca Campbell, por las copas de prosecco, los viajes espirituales por carretera, los rituales, vuestra animación bulliciosa, la superabundancia de emojis en cada conversación de WhatsApp y vuestra amistad indescriptible. Profundas reverencias, masajes matutinos y todo mi amor para vosotras, preciosas mujeres.

    A Aimee Richards-Welton y Sue Rains, por ser mis amigas del alma, por conocerme tan bien y quererme pase lo que pase.

    A Cat y Leo, por ofrecerme una habitación y una soleada azotea en Malta donde poder trabajar. Algunas de las partes de este libro que más me gustan están escritas bajo el cálido sol de diciembre. Y por tener un corazón tan grande y generoso, siempre anhelante de compartir.

    A Maya Hackett: me conquistaste con aquello de «estemos una en la vida de la otra para siempre». Te quiero, y adoro tu visión de la vida, mujer.

    A Sephora, por hacer el lápiz de labios rosa chillón Truly Outrageous de Jem y los Hologramas. TODA... MI... GRATITUD...

    Al equipo ELLA: queridas, vosotras sí que tenéis ovarios. Gracias por compartirme vuestras experiencias. Maria Fanoele, Keeley, Mel Oborn, Stephanie, Silvana Perelli, Lucie, Amy Biondini, Vanessa @womanspace, Bethany Barrow, Claire Bradford, Jane Caunce, Melonie Syrett, Leanne Lyndsey, Meghan Genge, Nikki Willis, Jocelyn Schade, Kylie Connell, Johanna Meriweather, Georgina Cooper, Laura, Amara Pinnock, Amy Perry, Luna Love, Emma Beal, Naomi Long Srikrotriam, Marleen Smit, Megan McGill, Orlagh Costello, Audrey Meissner, Bronwyn Nash, Sigrid Kleinjans, Ollie Neveu, Katie Hope, Ceryn Rowntree, Tallulah Moonshine, Ebonie Allard, Grace Quantock, Mara Koch, Emily Roberts, Matilda Lundin, Clare Fairhurst, Ali Baker, Kirstie Wilkins, Sarah Starrs, Hannah Lo, Katy King, Cassy Fry, Anna Sansom, Vesna, Vickie Greer, Laura Slowe, Stina Glaas, Jamie Lyn y Lucy Sheridan.


    * N. de la T.: Serie de dibujos animados estadounidense creada en 1985, cuya acción se desarrolla en el ambiente musical de los años 80, mostrando su moda, estética y cultura juvenil.

    Introducción

    La llamada

    «Siempre has tenido el poder de volver a casa, querida».

    Glinda, la bruja buena, en El mago de Oz

    Hubo una época, hace unos cinco mil años, en la que reinaba el poder de ELLA y se veneraban los paisajes de la mujer.

    Se construían templos en honor de nuestras curvas, con estatuas de diosas de tres metros de altura. La entrada, cuya forma emulaba las piernas abiertas de una mujer, era un poderoso vórtice de energía para conectar directamente con la Divinidad. Era bien sabido que en la matriz y el abdomen de una mujer residía la energía que alimentaba su intrepidez: la creatividad, la intuición y la capacidad de manifestación. Como lo oyes, ese lugar protegido entre los muslos de una mujer era un portal energético, un oráculo, un canal de adivinación, de conexión directa con la fuente.

    Pero desde hace ya más de dos mil años, nuestras experiencias, nuestras verdades, nuestra sabiduría como mujeres se han ­distorsionado, censurado, quemado y acallado. Vivir en un patriarcado nos ha enseñado a despreciar la poderosa energía de nuestra matriz. Hemos aprendido a ignorar nuestra conexión con Mamá Naturaleza, con los ciclos lunares y las estaciones, y a relacionarnos con nuestro ciclo menstrual como si fuera algo «sucio» o «­vergonzoso».

    En la actualidad, no escuchamos la voz de nuestra sabiduría esencial porque ya no confiamos en que sabemos. Así que buscamos las respuestas fuera de nosotras. Sustituimos la sensualidad creativa por una sexualidad destructiva y herida. Gastamos tiempo y dinero tratando de encontrar un nuevo camino, una práctica espiritual, una comunidad, algo que pueda ayudarnos a comprender a la mujer que somos, pero nada nos sirve. Cuando nos emocionamos o expresamos sin reservas lo que sentimos, al instante nos disculpamos por nuestras lágrimas, reprimimos la ira, preocupadas por que puedan pensar que somos unas «histéricas». Y cada vez que hacemos ESO, luego corremos a anestesiarnos con cualquier cosa que nos insensibilice al dolor de que no se nos quiera oír: drogas, comida, alcohol, compras y más compras (puedes tachar lo que no proceda).

    Lo peor de todo es la epidemia de dolor y mal-estar que sufrimos «ahí abajo»: tensión premenstrual, síndrome premenstrual, ovarios poliquísticos, endometriosis, fibromas... El agobio, el estrés, la ansiedad y la infertilidad nunca habían sido tan altos, y muchas intentamos reducir con hormonas sintéticas el sangrado menstrual, lo cual nos priva de hacer plenamente nuestro el poder de ELLA.

    Así que choca esos cinco, golpe de puños: mi profunda reverencia a ti por abrir este libro y oír la llamada (tendrás ocasión de leer más sobre la llamada aquí →), porque oírla no siempre es fácil.

    En 2005, yo era básicamente una cabeza andante: funcionaba y tomaba todas las decisiones con la cabeza, completamente ­desconectada de la sabiduría de mi cuerpo. Trabajaba en un programa de televisión británico que emitían los sábados por la mañana. Los horarios eran una locura y tenía una vida acelerada y divertida. Bebía mucho, no dormía apenas, me daba atracones a escondidas, sentía aversión por el cuerpo en el que estaba y me pasaba el día esforzándome todo lo posible por «alcanzar» el siguiente objetivo y por «hacer» aquello con lo que conseguiría que la gente me valorara, me elogiara o quisiera acostarse conmigo. (Uy. Nunca antes había dicho esto en voz alta).

    En definitiva, no escuchaba a mi instinto.

    No confiaba en mi intuición.

    E indudablemente, no me permitía sentir.

    Así que, como es lógico, tampoco reconocía ninguna de las señales que me enviaba mi cuerpo pidiendo socorro. Pensaba que los dolores de regla que cada mes me dejaban hecha un trapo, el sangrado torrencial y la irascibilidad del síndrome premenstrual eran ni más ni menos que un puto fastidio. Pensaba que el dolor durante el coito y el no tener orgasmos formaban parte de ser una chica. Resuelta a ignorar los veinticinco kilos de más que llevaba puestos a modo de armadura, le corté la etiqueta de la talla a cada prenda de ropa y la sustituí mentalmente por la talla «gorda, divertida y dicharachera».

    Hizo falta un episodio que parecía sacado de Carrie, de Stephen King, en el que la mancha de sangre que acababa de dejar en el sofá de mi amiga iba extendiéndose de forma bastante espectacular, y muy embarazosa, para que me decidiera finalmente a averiguar por qué en cada ciclo menstrual eran más los días que sangraba que los que no.

    Al cabo de muchos meses, y de un diagnóstico equivocado tras otro, un tipo con bata blanca me dijo que tenía, por un lado, síndrome del ovario poliquístico y, por otro, endometriosis. ¿Qué me propuso? «Verás, como no vas a poder tener hijos, lo más sensato sería que te lo quitáramos todo».

    Al oírlo, me di cuenta al instante de dos cosas:

    De que aquel médico tenía cero habilidades comunicativas.

    De que, en mi inconsciencia, había dejado que otros prestaran más atención a mis partes de mujer (de una manera interesada y no siempre respetuosa) de la que yo nunca les había prestado.

    Fue entonces cuando oí la llamada. La llamada que desde entonces me ha guiado en la aventura de explorar, sanar y amar mi paisaje de mujer. La llamada que significó dejar mi carrera de periodista para dedicarme por entero a enseñar a otras mujeres a explorar, sanar y amar también sus paisajes de mujer.

    Tal vez la llamada que a ti te ha traído hasta aquí no ha sido un mal-estar de «ahí abajo». Puede haber sido:

    La falta de sensualidad, de deseo sexual o de pasión por la vida.

    Una interrupción del embarazo espontánea o ­intencionada.

    El malestar durante la menstruación o en la menopausia.

    El estrés, la ansiedad o la depresión, o las tres cosas juntas.

    El enfado porque sangrar significa una vez más que no estás embarazada.

    Comer en exceso o abusar de cualquier sustancia para no sentir o para llenar un vacío.

    La falta de inspiración y el bloqueo creativo.

    Una baja autoestima y una sensación de desagrado hacia tu cuerpo.

    La incapacidad para expresar tu verdad.

    Una reducción de la intimidad con tu pareja.

    Sentirte desconectada de ti misma, de tu cuerpo, de los demás y del espíritu.

    O quizá haya sido algún otro de los trillones de variantes con que ELLA (que es mi forma de referirme a la Diosa, la Feminidad Divina, todo lo que es, el espíritu) te está llamando de vuelta a la profunda y deliciosa comunión con tu cuerpo: a amar tu paisaje

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