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Los indios en Cali: Siglo XVIII
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Libro electrónico384 páginas5 horas

Los indios en Cali: Siglo XVIII

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Información de este libro electrónico

El objetivo de esta investigación es identificar y analizar los diversos procesos sociales, económicos y políticos de los indígenas en Cali en el siglo XVIII, como un ejemplo de uno de los resultados de los procesos de negociación, adaptación y resistencia entre los sectores populares y las élites. Se tienen en cuenta los aspectos físicos y espaciales de los pueblos de indios, su demografía, el pago de tributos, las autoridades y las relaciones con otros estamentos de la sociedad. Se consultaron archivos de Cali, Popayán, Bogotá y Quito para la elaboración esta investigación.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento24 may 2012
ISBN9789585164215
Los indios en Cali: Siglo XVIII

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    Los indios en Cali - Héctor Manuel Cuevas Arenas

    El objetivo de esta investigación es identificar y analizar los diversos procesos sociales, económicos y políticos de los indígenas en Cali en el siglo XVIII, como un ejemplo de uno de los resultados de los procesos de negociación, adaptación y resistencia entre los sectores populares y las élites. Se tienen en cuenta los aspectos físicos y espaciales de los pueblos de indios, su demografía, el pago de tributos, las autoridades y las relaciones con otros estamentos de la sociedad. Se consultaron archivos de Cali, Popayán, Bogotá y Quito para elaboración esta investigación.

    HÉCTOR MANUEL CUEVAS ARENAS

    Nació en 1980 en Cali. Licenciado en Historia (2004) y Magíster en la misma disciplina (2010) de la Universidad del Valle. Se ha desempeñado en el magisterio y actualmente es docente de la Licenciatura en Historia en la Universidad del Valle, Sede Buga. Sus publicaciones han sido MITAS: FUNCIONAMIENTO Y CONFLICTO. CALI, SIGLO XVII en Revista Historia y Espacio No. 19. Julio - diciembre de 2002. Y LA REPÚBLICA DE INDIOS. UN ACERCAMIENTO A LAS ENCOMIENDAS, MITAS, PUEBLOS DE INDIOS Y RELACIONES INTERESTAMENTALES EN CALI. SIGLO XVII. Cali, Archivo Histórico de Cali, 2005. Obra ganadora del Tercer Concurso de Historia Local y Regional del Suroccidente Colombiano. Ha participado en varios congresos y encuentros de Historia local, regional y nacional.

    Cuevas Arenas, Héctor Manuel

    Los indios en Cali. Siglo XVIII / Héctor Manuel Cuevas Arenas. -- Cali : Programa Editorial Universidad del Valle, 2012.

    220 p. ; 24 cm. -- (Colección Artes y Humanidades)

    Incluye bibliografía.

    1. Indígenas - Historia - Cali (Colombia) - Siglo XVIII 2. Indígenas - Condiciones sociales - Cali (Colombia) - Siglo XVIII 3. Encomiendas indígenas - Cali (Colombia) - Siglo XVIII 4. Mitas - Cali (Colombia) - Siglo XVIII 5. Cali (Colombia) - Historia - Siglo XVIII I. Tít. II. Serie.

    986.0003 cd 21 ed.

    A1344344

    CEP-Banco de la República-Biblioteca Luis Ángel Arango

    Universidad del Valle

    Programa Editorial

    Título:Los indios en Cali. Siglo XVIII

    Autor:Héctor Manuel Cuevas Arenas

    ISBN:978-958-765-004-4

    ISBN-epub:978-958-5164-21-5

    Colección:Artes y Humanidades-Historia

    Primera Edición Impresa mayo 2012

    Rector de la Universidad del Valle: Édgar Varela Barrios

    Vicerrector de Investigaciones: Héctor Cadavid Ramírez

    Director del Programa Editorial: Omar J. Díaz Saldaña

    © Universidad del Valle

    © Hector Manuel Cuevas Arenas

    Diseño de carátula y diagramación: Hugo H. Ordóñez Nievas

    Corrección de estilo: Luz Stella Grisales Herrera

    Este libro, o parte de él, no puede ser reproducido por ningún medio sin autorización escrita de la Universidad del Valle.

    El contenido de esta obra corresponde al derecho de expresión del autor y no compromete el pensamiento institucional de la Universidad del Valle, ni genera responsabilidad frente a terceros. El autor es el responsable del respeto a los derechos de autor y del material contenido en la publicación, razón por la cual la Universidad no puede asumir ninguna responsabilidad en caso de omisiones o errores.

    Cali, Colombia, octubre de 2020

    Diseño epub:

    Hipertexto – Netizen Digital Solutions

    Al silencio… fiel cómplice de mis secretos, sueños y deseos

    CONTENIDO

    AGRADECIMIENTOS

    INTRODUCCIÓN

    CAPÍTULO 1

    LOS PUEBLOS DE INDIOS DE CALI (1680-1820)

    El espacio, las actividades económicas y los pleitos por tierra

    El espacio y su utilización

    Las actividades económicas en el llano inundable

    Las actividades económicas en el llano no inundable y en los demás espacios

    El Comercio, la arriería y la carga a espaldas

    El espacio físico de los pueblos de indios

    Las relaciones entre las tierras de indios, haciendas y estancias de españoles

    La comunidad, la tierra y los litigios

    Las extinciones de tierra de los indios, remates y agregaciones

    CAPÍTULO 2

    LOS INDIOS EN SUS PUEBLOS

    Demografía de los pueblos de indios de Cali (1680-1820)

    San Diego de Alcalá de los Yanaconas

    Nuestra Señora (de Yaguarcocha) de la Limpia Concepción de Ambichintes

    San Francisco de Arroyohondo

    San Sebastián de Yumbo

    San José de Pavas

    San Antonio de la Loma de las Piedras de los Chancos

    Santa María Magdalena de Riofrío

    San Sebastián de Roldanillo

    Balance general

    La cohesión y desunión comunitaria

    Los apellidos de los indios

    La estabilidad y la movilidad: criollos y forasteros

    CAPÍTULO 3

    EL TRIBUTO EN LOS PUEBLOS DE INDIOS DE CALI DURANTE EL SIGLO XVIII

    La crisis de la encomienda, los servicios personales y la mita

    La mita

    El Tributo

    Lo cuantitativo de los tributos

    San Diego de Alcalá de Yanaconas

    Ambichintes

    Arroyohondo y Loma de las Piedras

    Yumbo

    Riofrío

    Roldanillo

    Un balance final

    CAPÍTULO 4

    LAS AUTORIDADES INDÍGENAS LOCALES, LOS DOCTRINEROS, CORREGIDORES Y DEMÁS FUNCIONARIOS

    La institucionalidad alrededor de la república de indios en Cali

    Las autoridades indias

    El caso de Roldanillo

    Cajamarca, Riofrío, Loma de las Piedras

    Las litigantes autoridades de Yumbo

    Arroyohondo, Ambichintes y San Diego

    El cura doctrinero

    Los funcionarios españoles

    CONCLUSIONES Y CONSIDERACIONES FINALES

    BIBLIOGRAFÍA

    NOTAS AL PIE

    AGRADECIMIENTOS

    A lo largo de todo trabajo investigativo hay muchas personas que acompañan y trabajan al lado del autor en algún momento, ya sea con su colaboración, disposición, amistad, o simplemente, su atención en un momento fundamental. Con este texto les rindo tributo y les invito a gozar de las bondades de lo hecho aquí. Estoy muy agradecido con todos ellos y tengo unas deudas que siempre querré corresponder bien. Cabe anotar que todo error u omisión en este escrito es responsabilidad mía y de nadie más.

    Jorge Gamboa fue el director de este trabajo, el guía de la investigación y de la excelencia académica, a pesar de sus múltiples ocupaciones y compromisos. Siempre estuvo dispuesto a ayudar desinteresadamente y a compartir su amplia experiencia investigativa a lo largo de casi tres años de labor conjunta. Hubo momentos donde realmente corrió para entregar sus pertinentes comentarios y sugerencias, además de abrir múltiples perspectivas de conjunto. A él, muchas gracias.

    A mis padres les agradezco el creer en mis capacidades, especialmente mi Sra. madre, que en algunos instantes fue trascriptora, así como mis hermanos José Luis y Julio. Marcos Sánchez y Carlos Benites leyeron y comentaron los borradores del trabajo, en función del buen criterio historiográfico y la amistad. Diana Bonnett, Marta Herrera y Margarita Garrido me escucharon y abrieron perspectivas alternas en la etapa inicial del trabajo, las cuales se complementaron con los importantes aportes académicos de sus trabajos.

    A María Cristina Navarrete, Amanda Caicedo, Iván Espinosa, Erika Burbano, Omar Obando y Zoraida Jiménez, sin su hospitalidad, amistad y desprendimiento hubieran sido más difíciles las labores para producir este texto. A todos los demás que han creído en mí, gracias. Cabe destacar al personal de archivos que en función de su trabajo me atendió muy bien, especialmente Diana Rodríguez y Noreida del Archivo Histórico de Cali. También debo mencionar la buena labor del personal del Archivo Histórico Nacional del Ecuador y de Yolanda, del Archivo Central del Cauca.

    A los directivos de Santa Cecilia y los compañeros del Brasil, gracias por los amplios permisos y por cubrirme la espalda. Con los profesores bugueños (Raúl, Felipe, Carolina, Judith y Bernardo) celebro ahora mis alegrías historiográficas. También agradezco al programa Editorial de la Universidad del Valle por este espacio de difusión. Si alguien falta en esta lista…excusen mi mala memoria, o al aguardo de posteriores agradecimientos.

    INTRODUCCIÓN

    Lo que se conoce como sociedad colonial fue un vasto y heterogéneo conjunto de gentes que se articularon inicialmente en torno a lo autóctono, por un lado, y a lo hispánico, por el otro, para luego dar paso a formas híbridas donde el elemento europeo era el predominante, según el caso. La sociedad colonial se complica aun más cuando se intentan ver las especificidades regionales y locales que se generaron a partir de dos variables: la complejidad de las sociedades indígenas y la presencia de un producto que articulara directamente la comarca con la economía imperial¹. Aparte de lo anterior, esta sociedad fue cambiante y dinámica en el transcurso del tiempo tanto por factores endógenos como exógenos.

    Dicha sociedad, formada en parte por los mecanismos de dominación, adaptación, negociación y resistencia entre las élites y los sectores populares, dividía a los individuos y sus familias en varios segmentos diferenciados, inicialmente: blancos, indios y esclavos, luego, se agregaron mestizos, mulatos, zambos y otras mezclas; finalmente, la totalidad de los segmentos se homogeneizó para instituir una población de libres de todos los colores. De ellos, los indios y los esclavos eran los estamentos más diferenciados, por motivos culturales y fenotípicos, los cuales marcaban otras diferencias jurídicas, sociales y laborales. Estos segmentos de la población son fácilmente identificables documentalmente.

    Los objetivos de esta investigación son identificar y analizar los diversos procesos sociales, económicos y políticos de uno de los segmentos de la sociedad colonial –los indios– en una región específica, como ejemplo de uno de los resultados de los procesos de dominación, adaptación, negociación y resistencia entre las élites y los sectores populares a finales del periodo colonial. Se toma como objeto de estudio la población indígena de la jurisdicción de la ciudad de Cali por no haber sido estudiada historiográficamente de manera profunda en el siglo XVIII². Además, este sector ofrece un panorama de cambios, rupturas y continuidades en sus relaciones con la sociedad mayor más fácil de rastrear documentalmente, debido a la distinción meticulosa procurada por las autoridades y otros sectores respecto a esta población en registros y documentos de caracter judicial. Sumado a lo anterior, las instituciones y obligaciones creadas para ellos ofrecen un marco de estudio interesante en una época donde son considerados residuales del primer periodo colonial, teniendo en cuenta la capacidad de cambio que tenían los indios, como los demás sectores populares, la cual les permitía apropiar y dar vida a los elementos que les favorecían colectiva e individualmente.

    El periodo a estudiar se concentra en el siglo XVIII desde una perspectiva de larga duración, que incluiría las dos últimas décadas del siglo anterior y las dos primeras del posterior. Desde 1680 porque hasta ahí se ubicó un trabajo anterior³, además, indica el comienzo del segundo ciclo minero de la región, el cual modificó la economía regional y marcó la consolidación de la hacienda como unidad productiva con su expansión sobre las tierras de indios desocupadas. También se vivió un auge económico que atrajo mucha población forastera a la región, entre ellos muchos indios, quienes se articularon a los pueblos existentes. Hasta 1820 porque el concepto de indio fue una construcción colonial y, al acabarse en la localidad las guerras de independencia, acababa el sustento ideológico que diferenciaba a esta población, dando paso a otro concepto de indio bajo nuevas condiciones discursivas y objetivas en el periodo republicano inicial.

    La antigua jurisdicción de la ciudad de Cali en dicho periodo, corresponde a buena parte de la mitad del actual Departamento del Valle del Cauca, desde el actual corregimiento de Timba en el sur; el municipio de Roldanillo en el norte; los de La Cumbre, Restrepo, El Darién, parte de Dagua, hacia el occidente, y el río Cauca al oriente. Se selecciona este espacio ya que representa una unidad administrativa, lo cual facilita la consecución de información desde el referente de su cabecera –Cali– en los diferentes archivos a consultar, además, resulta ser más o menos equivalente a un corregimiento en el Altiplano cundiboyacense por la cantidad de pueblos de indios y la capacidad de integrarlos a la cabecera de la jurisdicción. Cabe recordar que ésta era una zona de transición dentro de un virreinato, igualmente, de transición entre las regiones centrales del Imperio (los Andes, el México central y el Caribe) y las regiones marginales y de frontera⁴. Las regiones centrales de la Nueva Granada eran el Altiplano cundiboyacense, el Puerto de Cartagena, en alguna medida las ciudades y villas del actual Santander y, finalmente, la ciudad de Popayán, de la cual dependía Cali, como una comarca intermedia donde se obtenían productos agrícolas para las regiones periféricas y mineras del Chocó, Noanamá y Raposo.

    La imagen clásica que se tiene de la región del Valle del río Cauca se representa con la rápida extinción de los indígenas en el siglo XVI para darle paso a las haciendas, al esclavismo y al mulataje como características distintivas en el siglo XVIII. Para aquel entonces ya no habían indios o, en su defecto, eran individuos residuales de los procesos vividos dos siglos antes⁵. La historiografía regional ha avanzado en matizar esa imagen, pero la visión sobre la supervivencia de lo indígena-colonial todavía es presentada como residual, pues se sigue buscando una continuidad en lo prehispánico⁶. Consciente o inconscientemente, esta visión no tiene en cuenta que lo indígena, para el periodo colonial en la región, es una construcción dentro de lo hispánico, sobre todo en el siglo XVIII. Este trabajo pretende efectuar los análisis pertinentes en el marco de esta caracterización para dar nuevas visiones sobre fenómenos que se consideran ya resueltos, como el mestizaje y su capacidad de sobrepasar lo indígena.

    En cuanto a las fuentes consultadas, se acudió a los acervos documentales del Archivo Histórico de Cali (AHC); el Archivo Central de Cauca (ACC), en Popayán*; el Archivo Nacional del Ecuador (ANE), en Quito, y el Archivo General de la Nación en Bogotá (AGN), especialmente, el Archivo Histórico Arzobispal de Popayán (AHAP), que se encuentra microfilmado en esta institución. Se consultaron todo tipo de documentos que hicieran referencia a los individuos y colectivos designados como indios dentro de la nomenclatura sociorracial.

    El trabajo está dividido en cuatro capítulos para una mejor articulación temática, buscando un orden explicativo coherente. El primero tiene un carácter introductorio, estudia panorámicamente los pueblos de indios de la jurisdicción en términos numéricos y de localización. Posteriormente estudia todo lo concerniente al espacio físico, económico y social en donde se ubicaron los pueblos de indios y su relación con otros entornos y segmentos de la población. Hace referencia a lo material en la existencia colectiva e individual (que giraba en torno al acceso y uso de la tierra como medio de producción de una economía agrícola y campesina), así como a las construcciones y herramientas comunitarias, objetivas y subjetivas, creadas para defender los espacios que les pertenecían. También se hace referencia a las identidades colectivas, generadas principalmente en torno al usufructo de la tierra y la protección legal diferenciada a través del término indio. Metodológicamente se quiso hacer una síntesis explicativa a preguntas tales como el manejo del espacio, la descripción del espacio físico, las actividades económicas, las estrategias de defensa de la tierra y la extinción de pueblos de indios. Se apeló a la comparación con otros colectivos indígenas utilizando bibliografía secundaria sobre otras áreas del Imperio Español: el Altiplano cundiboyacense, la costa Caribe, Yucatán, México central y los Andes, para establecer diferencias y semejanzas en los procesos que se estudiaron respecto a los indios caleños, y por querer identificar nuevos elementos en el debate sobre los cambios y procesos de los indígenas coloniales.

    El segundo capítulo comprende un análisis cuantitativo de la población indígena en cada pueblo de indios, acompañado de un análisis cualitativo y de los factores que propiciaron o no la adopción de estrategias de adaptación colectiva: la cohesión comunitaria a través de lo local, lo estamental y el usufructo de una tierra, y la desunión a través de la participación individual en una economía monetarizada. También se hace un estudio sobre los apellidos que llevaban los indígenas, los cuales resultan ser elementos cambiantes a lo largo del periodo conforme a la estabilidad y movilidad de los individuos en estos poblados.

    El tercero se concentra en las instituciones de la encomienda y la mita, continuidades del periodo inicial de la colonia que estaban en franca decadencia, pero aun así fueron vehículo de transformaciones y adaptaciones que crearon, de los restos de lo prehispánico, a los indios coloniales. También se ocupa del tributo y las características de su cobro, así como del peso de este impuesto en las economías individuales y familiares. Al final se hace un estudio del recaudo de esta imposición en cada pueblo de indios para observar sus variables, cambios y continuidades.

    El cuarto capítulo se centra en la institucionalidad, la cual era diferenciada para los indios a través de sus funcionarios, tales como las autoridades indígenas locales, los corregidores, los curas doctrineros y otros, que de una u otra manera influyeron en su vida individual o colectiva. Se optó por abordar el tema de esta manera, ya que en la región no hubo instituciones dedicadas exclusivamente a los asuntos indígenas, al estilo de un juzgado de indios en la Nueva España o en los corregimientos cundiboyacense o peruano. Actuaban sólo funcionarios los cuales, entre sus muchas funciones, tenían alguna responsabilidad sobre los indios. Respecto a los indígenas, en la región no hubo cabildos en los pueblos de indios porque nunca se instituyeron.

    Por último, en las conclusiones se recogen varios hallazgos y análisis resultantes de la investigación y se hacen acotaciones sobre algunos temas en los que hacen falta estudios historiográficos y nuevos enfoques que enriquezcan la historia colonial regional.

    CAPÍTULO 1

    LOS PUEBLOS DE INDIOS DE CALI (1680-1820)

    EL ESPACIO, LAS ACTIVIDADES ECONÓMICAS Y LOS PLEITOS POR TIERRA

    Los pueblos de indios, más que unos núcleos de población, eran en conjunto una institución en donde se trataba de organizar y concentrar la vida colectiva de grupos específicos de indígenas según los criterios españoles de vivir a son de campana y policía⁷. Los pueblos eran unidades administrativas sustentadas en el carácter local de sus autoridades indias y el cura doctrinero, quienes supervisaban, junto a los demás agentes de la monarquía española, todos los aspectos y obligaciones de las comunidades indígenas⁸.

    Los antecedentes de los pueblos de indios en Cali comienzan con la conquista de la región, sobre la base del reparto en encomiendas de los distintos grupos prehispánicos bajo sus respectivos caciques, a estos se sumaron pronto los distintos grupos de yanaconas que se establecieron en los puntos dispuestos por los españoles⁹. Muy pronto ocurrieron los traslados de individuos y grupos indígenas de sus sitios de origen hacia estancias y demás lugares en función de los intereses de sus encomenderos, quienes controlaron directamente la mano de obra indígena sin la intermediación efectiva de caciques u otro tipo de autoridad étnica¹⁰. Para finales del siglo XVI y comienzos del XVII los indios (criollos, yanaconas y demás inmigrantes), en su mayoría, estaban ubicados en tierras de sus encomenderos o en aquellas donadas por ellos, con poca protección ante estos, por el despojo de sus tierras y la amenaza de expulsión de las que ahora ocupaban. Por ejemplo, los indios de Bitaco fueron sacados de las montañas por su primer encomendero para reasentarlos en la zona plana, luego, hacia 1608 su nuevo encomendero, Antonio Rodríguez Migolla, les donó tierra en Cañasgordas y, a la postre, instituyeron allí un pueblo de indios¹¹. Otro ejemplo de esta situación la registró el visitador Antonio Rodríguez de San Isidro cuando llegó al pueblo de Yumbo en 1636:

    Los indios que están poblados en el pueblo de Yumbo, encomendados en el capitán Pedro Álvarez, están todos poblados en tierras y estancias del dicho su encomendero por no tenerla, como no las tienen propias, respecto de que los encomenderos antiguos del dicho repartimiento era por quitar a los dichos indios de algunas invasiones de los de fuera, ora por tenerlos más cerca de sí para su aprovechamiento, los sacaron y retiraron de su origen, con lo que los han tenido y tienen con más opresión y sujeción, amenazándolos muy ordinario, con lo que les han de quitar las dichas tierras en que al presente hacen algunas rocillas para su sustento¹².

    En 1636 y 1637, la necesidad de dinero, junto con la composición de tierras y la organización de las obligaciones de los indios, hicieron que el visitador Antonio Rodríguez de San Isidro Manrique reagrupara y refundara varios asentamientos de la jurisdicción, con lo cual se hizo la institucionalización de los pueblos de indios de la región¹³. En dichos pueblos se asentaron comunidades de origen prehispánico desarraigadas de su territorio, junto a indios migrantes de distintas partes: Quito, el sur y Anserma, mayoritariamente, y en menor medida del Altiplano cundiboyacense, se organizaron en comunidades con poca solidaridad y cohesión en donde se compartía la vida con mestizos, mulatos, zambos y blancos pobres¹⁴. Al parecer, Diego de Inclán Valdés no fundó ningún pueblo en la visita de 1668, él menciona unicamente los preexistentes en Cali, sólo se dedicó a amparar a los indios y a tomar medidas para fortalecer los pueblos¹⁵.

    Para el estudio de los pueblos de indios de la jurisdicción en el periodo concerniente se elaboró la siguiente tabla. En ella, se señala con una × si hay alguna referencia al respecto en las fuentes consultadas, también se especifica el año de la última referencia escrita de cada pueblo:

    Tabla 1.1. Existencia de los pueblos de indios en Cali (1680-1820) según las fuentes consultadas

    Nota: no se cuenta en los totales el pueblo de Cajamarca, al pertenecer a la ciudad de Toro.

    Observando la tabla anterior, se concluye que 1680-1700 fue un lapso crítico para la institución de los pueblos de indios por la extinción en este periodo de cuatro de ellos, en términos porcentuales, el 36,36% de un total de 11. Entre 1700-1760 se mantiene estable la cifra y más tarde se reduce a 5 pueblos, finalizando en 1820 con Yumbo, Roldanillo y Riofrío. El periodo 1680-1700 es de continuidad con el panorama del siglo XVII: pueblos de indios ocupados por comunidades con poca solidaridad interna, sometidas al servicio personal, al pago de tributos y su consecuente dispersión, al intenso mestizaje y el desdén administrativo de las autoridades españolas¹⁶. Para el periodo 1700-1760, inicialmente, se puede decir que los pueblos se estabilizaron por un mayor interés de las autoridades en su protección –al menos por la gran cantidad de documentación en el periodo, específicamente acerca de los tributos–; posteriormente, hacia el final de la encomienda de particulares, cerca a 1720, la estabilidad sobrevino con el consecuente aumento de la autonomía económica para los pueblos, junto a una mayor cohesión interna de las comunidades, un mejor conocimiento del aparato burocrático para defender sus intereses –o postergar decisiones en su contra– y una demografía, aunque a la baja, más estable a la de otros periodos. Para el periodo 1760-1820, se puede afirmar que el problema de la falta de ejidos en Cali¹⁷ afectó directamente las tierras de los pueblos de indios más cercanos a la ciudad (véase Figura 1.1) porque los terratenientes con propiedades aledañas pidieron esas tierras en compensación por las que les iban a expropiar y a comprar; de hecho, a posterioridad se adueñaron de ellas, minando la base de los pueblos de indios: el acceso a la tierra. Así, se evidencia fácilmente que lo ocurrido en los periodos señalados, más que al mestizaje al interior de los pueblos, perjudicó a las tierras y, por consiguiente, a los pueblos de indios¹⁸. Para el final del periodo, la agitación política y social de las Guerras de Independencia agravó la situación con la extinción y agregación de Yumbo al resto de los pueblos cercanos a Cali.

    Nota: se incluyen Cajamarca (de Toro) por ser anexo eclesiástico de Roldanillo y el pueblo de Tuluá (de Buga) que quiso ser trasladado en 1803 a Riofrío.

    Figura 1.1. Mapa de ubicación de los pueblos de indios existentes en Cali (1680-1820) según las fuentes consultadas

    Fuente: elaboración propia.

    Para una mejor ubicación espacial de los pueblos referidos en la Tabla 1.1, se presenta el siguiente mapa.

    Lo más importante observado en el mapa es la evidente concentración de los pueblos en las cercanías de Cali, son 8 de 11 (12 si se cuenta a Cajamarca), resultado del traslado de indios desde sus territorios tradicionales en las montañas hacia el Valle del río Cauca debido a los intereses económicos de los encomenderos, hecho que demuestra la ineficacia al separar las repúblicas de españoles e indios, pero también la no aplicación de dicha medida para el caso de los yanaconas que migraban a la región¹⁹, quienes se adscribieron a los pueblos más cercanos al centro urbano, especialmente a San Diego de Alcalá. Alonso Valencia concluye al respecto que los pueblos de indios sólo sirvieron para conservar críticamente la institución de la encomienda, pero no garantizaron la supervivencia de las comunidades indígenas. No obstante, fueron una alternativa para consolidar una sociedad campesina frente a la establecida en las ciudades y punto de partida para que grupos de mestizos formaran en los siglos XVIII y XIX la trama urbana del actual Valle del Cauca²⁰.

    Los pueblos de indios de Cali fueron una construcción de los intereses de los encomenderos en los siglos XVI y XVII con poca base prehispánica, al contrario de lo ocurrido en otras regiones, como en el Altiplano cundiboyacense o en México central, entre otros lugares en donde hubo fuerte presencia indígena y el poblamiento fue principalmente determinado por la ubicación de los asentamientos anteriores a la conquista²¹. La situación de los pueblos en Cali fue el corolario de la destrucción de grupos prehispánicos en la región en el siglo XVI y de la adición de individuos y familias afectadas por el proceso anterior, junto a los inmigrantes, a la condición sociorracial de indios, estos debieron asentarse en un territorio designado por las autoridades españolas para vivir en comunidad. A primera vista, fueron comunidades impuestas para garantizar el control del tributo y el trabajo de los varones²², así como la doctrina y la moral cristiana en ellos y sus familias. Pero lo singular del caso es el por qué y el cómo subsistió esta institución de bases tan endebles en Cali hasta el inicio del periodo republicano. Además, debe cuestionarse por qué, si languidecían, no se acabaron a la velocidad con la que lo hicieron, hasta 1700. La respuesta estaría en los procesos asociados a las tierras de indios²³, junto a la interiorización de las obligaciones y prerrogativas de su estamento, que generarían prácticas sociales, económicas, culturales y políticas con miras a la conservación de las tierras por parte de las comunidades que las usufructuaban, así como a la protección legal, individual y colectiva, por parte del Estado. A raíz de esto, se desdibuja un tanto el carácter de comunidad impuesta, siendo el rastreo de dichas prácticas uno de los objetivos de esta investigación.

    La institución de los pueblos de indios era la forma de vida colectiva ideal concebida para los individuos y comunidades indígenas, quienes, desde ahí, disfrutaron, usufructuaron y disputaron una de las principales fuentes de riqueza de aquel entonces: la tierra. Además,

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