Meditaciones sobre la vida cristiana con el evangelio de Lucas
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Meditaciones sobre la vida cristiana con el evangelio de Lucas - Ramón Rosal Cortés
INTRODUCCIÓN
1. Intenciones del autor
Esta información introductoria sobre el evangelio según Lucas, concretamente sobre la persona del autor y su contexto, será mucho más breve que la que ofrecí como introducción en el libro Meditaciones sobre la vida cristiana con el evangelio según Mateo. Efectivamente, la mayor parte de lo que comuniqué entonces coincide con lo que podría decir aquí. Las circunstancias o limitaciones con las que se encontró el evangelista Mateo, por el hecho de vivir entre los siglos I y II, eran las de una época en la que, para poder comunicar las propias experiencias y reflexiones, no existía la imprenta, ni siquiera el servicio de correos. Y para difundir estas experiencias y reflexiones a otras poblaciones y países, no existían todavía autobuses o coches, ni trenes ni aviones, sino que había que viajar a pie, o con burro, o mula, o a caballo, y excepcionalmente con embarcaciones peligrosas. Todas estas circunstancias con sus consecuentes limitaciones, en el tiempo en que transcurrió la vida de Lucas, eran las mismas en las que se encontraron Mateo y los otros evangelistas Marcos y Juan.
Tampoco voy a dedicar un apartado en informar –y repetir lo mismo- sobre las diferencias entre las meditaciones discursiva, afectiva, y contemplativa, para la utilización individual o en grupo, a partir de la lectura de las reflexiones (meditaciones discursivas) que ofrezco sobre los temas evangélicos de Lucas.
Para ofrecer una información introductoria sobre la persona y el evangelio deLucas me han servido, principalmente: G. Ricciotti, en su apéndice I titulado Los Evangelios y los Hechos de los Apóstoles, del volumen I de la Historia de la Iglesia (dirs. J.Lebreton y J. Zella) editada por EDICEP en1978; S.O.Abogunrin, (1999) en su capítulo sobre Lucas, de la obra de W.E. Farmer (dir) Comentario Bíblico Internacional. Comentario católico y ecuménico para el siglo XXI, pp. 1308-1369. También C. Vidal (1993) El documento Q. , y la obra de A. Fitzmyer, El Evangelio según Lucas (cuatro volúmenes con un total de más de 2800 páginas), a cuya consulta he tenido que acudir para aclarar algunos puntos sobre la persona de Lucas y su contexto, como también algunos textos evangélicos de difícil interpretación (exégesis).
2. ¿Quién era el evangelista Lucas?
Un párrafo de Fitzmyer me sirve para iniciar la respuesta a esa pregunta:
De la narración evangélica en si misma se deduce que el autor no fue testigo ocular del ministerio de Jesús, sino que depende de los que lo fueron directamente (lc. 1,2)- Se trata, más bien, de un cristiano de la segunda o tercera generación. Por otra parte, difícilmente se le puede considerar como nativo de Palestina: su escaso conocimiento de la geografía y de las costumbres locales es una clara prueba de su origen foráneo. Además se ve que es una persona culta, un buen escritor, familiarizado con las tradiciones literarias del Antiguo Testamento –especialmente, como lo presenta la traducción griega de la Biblia (LXX) - y con las técnicas literarias del helenismo. Por último, su diferencia con los otros evangelistas consiste esencialmente en su intención de relacionar la vida de Jesús no solo con el ambiente y la cultura contemporáneos, sino también con el desarrollo expansivo de la naciente Iglesia cristiana (Fitzmyer, 1986, p. 71).
El hecho de no haber sido testigo ocular del ministerio de Jesús, por no haber tenido la ocasión de escucharle, conocerle y acompañarle en sus recorridos evangelizares, los comparte con el evangelista Marcos. A diferencia de estos dos, los evangelistas Mateo y Juan sí fueron testigos oculares. La información de Lucas dependió mucho de su profunda y prolongada relación con Pablo, hasta la muerte de este, así como la de Marcos dependió mucho de Pedro. La opinión de algunos de que Lucas pudo ser uno de los setenta y dos discípulos de los que se habla en los evangelios no se compagina con esos datos.
Respecto al origen étnico y religioso de Lucas, Fitzmyer informa sobre dos teorías diferentes, que sostienen respectivamente su origen paganocristiano o su origen judeocristiano.
Entre los datos que apoyan su origen paganocristiano, están:
La elevada calidad de su lenguaje griego
La omisión de las controversias de Jesús con los fariseos
El hecho de que Pablo nombre a tres colaboradores judeocristianos en la despedida de su carta a los Colosenses (4, 10-11)
Os saludan Aristarco, mi compañero de cautiverio, y Marcos, primo de Bernabé, acerca del cual recibisteis ya instrucciones. Si va a vosotros, dadle buena acogida.
Os saluda también Jesús, llamado Justo; son los únicos de la circuncisión que colaboran conmigo por el Reino de Dios y que han sido para mí un consuelo.
Separados de otros colaboradores que nombra junto con Lucas, supuestamente paganocristiano (4,12-14).
Os saluda Epafras, vuestro compatriota, siervo de Cristo Jesús, que se esfuerza siempre a favor vuestro en sus oraciones, para que os mantengáis perfectos cumplidores de toda voluntad divina. Yo soy testigo de lo mucho que se afana por vosotros, por los de Laodicea y por los de Hierápolis. Os saluda Lucas, el médico querido, y Demas.
Respecto a la teoría sobre el origen judeocristiano de Lucas, Fitzmyer introduce su reflexión crítica con este párrafo:
Se basa fundamentalmente en el manifiesto interés que la obra lucana muestra por el Antiguo Testamento y sus modos de expresión, en el carácter palestinense que se atribuye a su estilo personal y en la tradición que arranca de Epifanio […] y que sostiene que Lucas fue uno de los setenta y dos discípulos (Fitzmyer. 1986, p. 82).
Fitzmyer ve mejor fundamentada la teoría primera, según la cual Lucas era de raza semita –pero no judío- y había nacido en Antioquía, donde recibió una profunda influencia helenística.
Además hay una tradición que considera a Lucas como un griego nacido en Antioquía, ciudad que el historiador Flavio Josefo la considera la tercera gran ciudad del imperio Romano, con una población notablemente heterogénea, compuesta de macedonios, cretenses, chipriotas, sirios y también judíos, ex mercenarios del ejército seleúcida. Por la información ofrecida en Hechos de los apóstoles, puede comprobarse que
Lucas sabe que, en la ciudad de Antioquía, unos cuantos misioneros procedentes de Jerusalén, de Chipre y de Cirene provocaron conversiones en masa al cristianismo entre los paganos y judíos residentes en la ciudad; sabe también que precisamente en Antioquía, los discípulos recibieron por primera vez el nombre de cristianos
(Ibidem, p. 89).
Lucas sabe también que Bernabé fue enviado a Antioquía por los apóstoles desde Jerusalén, y que fue Bernabé el que envió a Pablo a Antioquía, donde le animó a implicarse en su viaje misionero.
Lucas es considerado, ya en su época, como historiador, como teólogo, y también como literato. Respecto a esto último ha sido elogiado especialmente por su prólogo al evangelio, que corresponde, por su estilo, a los encabezamientos usuales de esta clase de obras en la literatura griega contemporánea o muy cercana a la época de Lucas
(Ibidem, p. 188). De ahí que es algo reconocido por prácticamente todos los especialistas la superioridad de Lucas respecto a los otros evangelistas, en cuanto a la calidad literaria de su obra, y a su nivel cultural.
En concordancia con lo anterior, se comprende que los destinatarios principales de su evangelio sean pagano-cristianos que residían en ambientes predominantemente paganos, aunque hubiese también una minoría de judíos.
Tanto el Evangelio como el libro de los Hechos de los Apóstoles los dirige Lucas, preferentemente, a pagano-cristianos, incluido Teófilo, el personaje al que dirige explícitamente el evangelio en su prólogo, y que probablemente era un oficial del imperio.
3. Cómo comprender mejor el mensaje de Jesús a través de Lucas
Desde mediados del siglo XX, a partir del Concilio Vaticano II, han progresado las teorías de la Crítica bíblica que nos permiten un conocimiento más auténtico del marco del Nuevo Testamento. Se han sucedido tres teorías principales sucesivas –integrando la segunda a la primera, y la tercera a las dos anteriores- para poder comprender el mensaje de los evangelios.
Han sido denominadas: 1) la crítica literaria y de las fuentes; 2) la crítica de las formas; y 3) la crítica de la redacción. Veamos cómo resume un especialista en un párrafo, los objetivos de cada una:
Para reconstruir la historia o génesis de los evangelios, no basta con remontarse a Jesús (como hizo la crítica literaria y de las fuentes)o a la comunidad (como hizo la crítica de las formas, descubriendo las pequeñas unidades que luego configuraron el Evangelio y que sirvieron para la liturgia, la catequesis, la polémica con los adversarios, etc. en aquellas comunidades primitivas), sino que hay que llegar a los evangelistas, como verdaderos autores que, sin romper con el Jesús de la historia ni con la comunidad desde y para la que escribían, re-escribieron y re-crearon, a la luz de la experiencia de la fe de aquellas comunidades, las tradiciones o textos recibidos, intentando ser fieles, por una parte, al mensaje de Jesús y, por otra, adaptarlo a las nuevas circunstancias de la evangelización (Peláez, 2005, p. 352).
Por ello actualmente, en la lectura y comentario de los evangelios –por ejemplo, aquí el de Lucas- convendrá que aspiremos a unir los tres polos de la investigación sobre su formación, evitando el puro historicismo de la crítica de las fuentes; o el sociologismo de la crítica de la comunidad o de la forma, sino que tengamos en cuenta, además de lo anterior, la peculiaridad y originalidad de cada evangelista.
A la hora de aspirar a comprender el mensaje de Jesús a través del evangelista Lucas, la crítica de las fuentes –que busca llegar al conocimiento de Jesús de la historia, contrapunto del Cristo de la fe (de los Evangelios)- nos ha informado de que este evangelista estuvo influido por los evangelios de Marcos y de Mateo. Pero un 60% del evangelio de Lucas no tiene paralelo en Marcos y un 35% tampoco lo tiene respecto a Mateo. Lo que no se encuentra en Marcos ni en Mateo, es original de Lucas.
Asimismo, además de la fuente principal de Lucas –al parecer el evangelio de Marcos- está la que viene denominándose el documento Q
que se refiere a una colección de dichos y hechos de Jesucristo, recogidos en pequeñas unidades por tradición oral o escrita.
Pero para mí, a la hora de tratar de comprender el mensaje de Lucas, lo que más me interesa es lo peculiar de este evangelista. Más que conocer la colección de escritos de Marcos, Mateo, o del documento Q, lo que me interesa es lo peculiar del conjunto original del texto evangélico a través de la personalidad y las circunstancias de Lucas. Me interesa Lucas como autor peculiar de un evangelio; no como mero recopilador y transmisor de materiales recibidos por él. Tal como escribió Jáuregui:
Ahora se quiere investigar la redacción de los Evangelios. Mientras que antes se concentraba el estudio en las unidades pequeñas, ahora se consideran los Evangelios en su totalidad. Se cae en la cuenta de que los evangelistas no son solamente recopiladores y transmisores del material recibido, sin que en su misma labor de redactores de ese material ponen de relieve una personalidad de verdaderos autores literarios y consiguen expresar su propia teología y la teología de determinados grupos y direcciones de la cristiandad primitiva (Jáuregui, 1976, p. 25).
A partir de esto, y consecuencia del contexto social y cultural en el que vivió Lucas, se comprende la importancia que se concede en su mensaje sobre Jesús, a todo lo relacionado con la difusión del evangelio entre personas –principalmente paganas- no integradas en la fe cristiana.
El redactor [Lucas] quiere trabajar para la causa del cristianismo y así se dirige a gentes de fuera, pero no a los completamente ignorantes –pues sus libros no serían comprensibles sin un previo conocimiento del judaísmo y del cristianismo-, sino a simpatizantes y a no cristianos interesados. Su exposición histórica, que satisface las exigencias de los literariamente educados, pretende demostrar la verdad del Cristianismo. En este contexto se incardina también la apología política observada frecuentemente en Lc. y Hch. En la exposición del proceso de Jesús y del de Pablo los romanos son exonerados de culpa, al contrario que los judíos (González Ruiz, 1993, p. 858).
Otros dos contenidos peculiares de su evangelio que destaco en el apartado siguiente son las actuaciones de Jesús respecto a las mujeres, y la relevancia de la actitud misericordiosa en su ética y espiritualidad.
4. Dos contenidos peculiares de su evangelio
Coinciden la mayoría de los expertos en diferenciar ocho partes en el evangelio de Lucas, a saber:
Lucas 1,1-4. Prólogo
Lucas 1,5 -2, 52. Relatos de la infancia
Lucas 3,1 – 4, 13. Preparación del ministerio público
Lucas 4, 14- 9 ,50. Ministerio de Jesús en Galilea
Lucas 9, 51 – 10, 27. Relato del viaje de Jesús a Jerusalén
Lucas 19, 28 – 21, 38. Ministerio de Jesús en Jerusalén
Lucas 22, 1-23, 56a. Relato de la pasión
Lucas 23, 56b - 24, 53. Relatos de la resurrección
(Vid. Fitzmyer, 1986, p. 227).
Entre los contenidos peculiares del evangelio de Lucas que lo diferencian de los otros evangelistas, me limitaré a destacar dos:
4.1. La importancia de las mujeres en el evangelio de Lucas
Hay una serie de mujeres que solo aparecen en este evangelio, a saber:
en 2, 36-37, la profetisa Ana
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad avanzada; después de casarse había vivido siete años con su marido, y permaneció viuda hasta los ochenta y cuatro años; no se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día en ayunos y oraciones. Como se presentase en aquella misma hora, alababa a Dios y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.
en 7, 11 y ss. la viuda de Naím
en 7, 36 y ss. la pecadora anónima
en 10, 88 y ss la servicial Marta, la hermana de María
en 11, 27-28, la mujer que exclamó Dichoso el vientre que te levó y los pechos que te amamantaron
en 23, 277 y ss. las mujeres del camino del calvario
aparte de muchas mujeres que aparecen en los Hechos de los Apóstoles
Habiéndose referido a esta peculiaridad de Lucas por su observación empática de esta variedad de mujeres, aparte de María –la madre de Jesús- e Isabel, la madre del Bautista, y otras que aparecen también en otros evangelistas, el biblista y arqueólogo Giuseppe Ricciotti comenta lo siguiente:
Estos cuadros, tomados en conjunto, constituyen una pinacoteca que presenta la mujer bajo un prisma totalmente nuevo a como aparecen en la sociedad pagana de entonces (Ricciotti, 1978, p. 518).
Hay que tener en cuenta la cantidad de límites y normas a las que se encontraban sometidas las mujeres –tanto judías como paganas- en tiempos de Jesucristo; limitaciones de las que él prescindió, por ejemplo:
no facilitar la lapidación de una mujer sorprendida en adulterio (impidiendo que se aplicase injustamente la ley de Moisés)
permitir que María, la hermana de Marta, se mantuviese a los pies de Jesús escuchando sus palabras
condenar no solo a las mujeres adúlteras, sino también a los hombres
Otra de las injusticias o limitaciones respecto a la mujer era consecuencia de la presencia de población de militares paganos y sus familias, circunstancia que provocó abundantes violaciones de mujeres judías por parte de militares romanos. En este caso, un judío religioso rechazaba todo compromiso matrimonial con una mujer violada.
El factor militar es importante porque después de Alejandro Magno Palestina fue ocupada al menos siete veces. La presencia de tropas extranjeras hizo estragos, ya que la población local tenía que proveer a las diferentes necesidades de la ciudad ambulante
. Mujeres y niños eran capturados, y las mujeres estaban expuestas a ser violadas. Esto creaba un problema especial para las mujeres judías, porque si una de ellas corría el peligro de ser violada, un judío piadoso no debía dormir con ella, pues podía haber sido deshonrada (Abogunrin, 1999, p. 1245).
Asimismo, solo Lucas informa de que había muchas mujeres que ayudaban con sus bienes al mantenimiento de Jesús en sus recorridos evangelizadores:
Y sucedió a continuación que iba por ciudades y pueblos, proclamando y anunciando la Buena Nueva del Reino de Dios; le acompañaban los Doce,.y algunas mujeres que habían sido curadas de espíritus malignos y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios, Juana, mujer de Cusa, un administrador de Herodes, Susana y otras muchas que les servían con sus bienes (Lucas 8, 1-3).
4.2. La importancia de la misericordia
En relación con la protesta, por parte de Jesús, contra la despreocupación respecto a las personas o colectivos marginados, y tratados injustamente, incluidos los esclavos, en una situación de diferencias escandalosas de situación económica, Jesús exige el cultivo de la actitud misericordiosa .Lo mismo contra la dureza de los juicios farisaicos respecto a los publicanos y pecadores. El mensaje de evangelizar –comunicar la buena nueva- a los pobres es destacado por Lucas con especial intensidad.
El evangelio de Lucas tiene como programa presentar la buena nueva
de la misericordia y la bondad: programa que se realiza con sutiles artificios y que aparece resumido en esa grandiosa parábola del hijo pródigo que es referida solo por Lucas. Hasta el propio Dante Alighieri puso de relieve este hecho, al llamar a Lucas scriba mansuetudiinis Christi
(De Monarquia
, I, 16) y de Dante se hará eco Renán, varios siglos después, al definir el evangelio de Lucas como el libro más bello que existe
(Riccioti, 1978, p. 517).
Dentro de esta línea, es característica de este evangelista presentar un Jesús como la esperanza de los desesperanzados. Refiriéndose a este contenido de su evangelio, un teólogo africano lo resume así:
Lucas presenta a Jesús como la esperanza de los desesperanzados. El Magnificat lo afirma claramente: Dios lucha a favor de los pobres y ensalza a los oprimidos. Los relatos del perdón del a prostituta, la curación de la hemorroísa, la resurrección de la hija de Jairo y del hijo único de la viuda de Naím, la curación de los diez leprosos, la historia de Zaqueo y Leví, y las parábolas del buen samaritano, del hijo pródigo, del fariseo y el publicano, todo ello recuerda la misión de la Iglesia en un mundo cargado de enfermedades y de prejuicios raciales y religiosos (Abogunrin , 1999, p. 1246).
Donde en el evangelio según san Mateo se señala como ideal propuesto por Jesucristo, en el sermón de la montaña, el resumido en la frase Sed perfectos como vuestro padre celestial es perfecto
, en Lucas aparece así: Sed misericordiosos como vuestro padre celestial es misericordioso
. Con lo cual viene a concluirse que la actitud misericordiosa viene a considerarse como la esencia de la perfección cristiana.
En relación con ella, Jesús se refiere también a la actitud que podemos denominar empática, comprensiva y acogedora que contribuye a facilitar la conversión del pecador. Relacionando esta actitud con la propuesta de Jesús a Pedro de ser pescadores de hombres
, el pensador hindú y cristiano Paramahansa Yogananda se expresa en su libro La segunda venida de Cristo (tres volúmenes de meditaciones sobre los evangelios) en este párrafo:
Se considera que el más elevado de los deberes hacia la humanidad es el servicio que brinda al prójimo un alma reformada –unida al Espíritu- que inspira a otra alma fugitiva a retornar a Dios. Bienaventurados son aquellos que pescan almas en cumplimiento de esta actividad espiritual, la más noble que se pueda realizar en la tierra. La hazaña de pescar almas buscadoras de la verdad en la red de la convicción personal de la verdad y de la devoción divina, con el propósito de llevarlas a Dios, atrae las bendiciones de la Divinidad hacia el pescador de almas y termina finalmente por liberarlo (Paramahansa Yogananda, 2011, vol. 1, p. 446).
Otro ejemplo, entre muchos, de esta actitud misericordiosa de Jesús se refiere a su relación con paganos, en concreto con el centurión (capitán) del ejército romano dominante de Israel. Jesús reconoce actitudes valiosas –verdaderas virtudes cristianas-