SIN LÍMITES
Las batallas en el desierto 5-12 de Para cortar a la epopeya un gajo...valoraciones:
Longitud:
28 minutos
Publicado:
6 abr 2021
Formato:
Episodio de podcast
Descripción
Rosario Castellanos Figueroa (Ciudad de México, 25 de mayo de 1925-Tel Aviv, Israel, 7 de agosto de 1974).
Fue una escritora, periodista y diplomática, considerada una de las literatas mexicanas más importantes del siglo XX. Durante su infancia vivió en Comitán (Chiapas), de donde procedía su familia. Rosario Castellanos cursó estudios de letras Universidad Nacional Autónoma de México, en Madrid complementó su formación con cursos de estética y estilística.
Trabajó en el Instituto Nacional Indigenista en Chiapas y en la Ciudad de México. En 1961 obtuvo un puesto de profesora en la Universidad Autónoma de México, donde enseñó filosofía y literatura; posteriormente desarrolló su labor docente en la Universidad Iberoamericana y en las universidades de Wisconsin, Colorado e Indiana, y fue secretaria del Pen Club de México. Dedicada a la docencia y a la promoción de la cultura en diversas instituciones oficiales, en 1971 fue nombrada embajadora en Israel, donde falleció a la edad de 49 años, a consecuencia de una descarga eléctrica, provocada por una lámpara cuando acudía a contestar el teléfono, al salir de bañarse. Sus restos descansan en la Rotonda de las Personas Ilustres desde el 9 de agosto de 1974.
Una absoluta sinceridad para poner de manifiesto su vida interior, la inadaptación del espíritu femenino en un mundo dominado por los hombres, la experiencia del psicoanálisis y una melancolía meditabunda constituyen algunos elementos definitorios de su obra. Su poesía, en la que destacan los volúmenes Trayectoria del polvo (1948) y Lívida luz (1960), revela las preocupaciones derivadas de la condición femenina, y llamó pronto la atención de poetas y ensayistas como Octavio Paz y Carlos Monsiváis.
En los trabajos tardíos de este género habla de su experiencia vital, los tranquilizantes y la sumisión a que se vio obligada desde la infancia por el hecho de ser mujer. Hay en sus poemas un aliento de amor mal correspondido, el mismo que domina el epistolario Cartas a Ricardo, aparecido póstumamente. Su poesía completa fue reunida bajo el título de Poesía no eres tú (1972).
Rosario Castellanos escribió también volúmenes de cuentos situados en el mismo registro: Ciudad Real (1960), Los convidados de agosto (1964) y Álbum de familia (1971). Estas piezas revelan, en una dimensión social, la conciencia del mestizaje, y en una dimensión personal, la sensación de desamparo que surge tras la pérdida del amor. Sus ensayos fueron reunidos en la antología Mujer que sabe latín (1974), título inspirado en el refrán sexista: “mujer que sabe latín, ni encuentra marido ni tiene buen fin”, que puede considerarse representativa de su vida, su obra y su visión de la realidad.
Su mundo narrativo toma muchos elementos de la novela costumbrista.
En Los convidados de agosto, retrata las tradiciones y costumbres mexicanas, elige un poblado llamado Comitán y la celebración del santo patrono: Santo Domingo de Guzmán, para explorar la vida de Emelina y de su familia. Emelina -como sucede con las jóvenes solteras en los pueblos- acostumbra salir a disfrutar de la feria y conocer al que podría ser el hombre de su vida; sin embargo, Castellanos convierte este sitio y esta celebración en un lugar y un momento para las adversidades, las desavenencias, la conquista de la libertad y, por supuesto, el sufrimiento de la mujer.
Fue una escritora, periodista y diplomática, considerada una de las literatas mexicanas más importantes del siglo XX. Durante su infancia vivió en Comitán (Chiapas), de donde procedía su familia. Rosario Castellanos cursó estudios de letras Universidad Nacional Autónoma de México, en Madrid complementó su formación con cursos de estética y estilística.
Trabajó en el Instituto Nacional Indigenista en Chiapas y en la Ciudad de México. En 1961 obtuvo un puesto de profesora en la Universidad Autónoma de México, donde enseñó filosofía y literatura; posteriormente desarrolló su labor docente en la Universidad Iberoamericana y en las universidades de Wisconsin, Colorado e Indiana, y fue secretaria del Pen Club de México. Dedicada a la docencia y a la promoción de la cultura en diversas instituciones oficiales, en 1971 fue nombrada embajadora en Israel, donde falleció a la edad de 49 años, a consecuencia de una descarga eléctrica, provocada por una lámpara cuando acudía a contestar el teléfono, al salir de bañarse. Sus restos descansan en la Rotonda de las Personas Ilustres desde el 9 de agosto de 1974.
Una absoluta sinceridad para poner de manifiesto su vida interior, la inadaptación del espíritu femenino en un mundo dominado por los hombres, la experiencia del psicoanálisis y una melancolía meditabunda constituyen algunos elementos definitorios de su obra. Su poesía, en la que destacan los volúmenes Trayectoria del polvo (1948) y Lívida luz (1960), revela las preocupaciones derivadas de la condición femenina, y llamó pronto la atención de poetas y ensayistas como Octavio Paz y Carlos Monsiváis.
En los trabajos tardíos de este género habla de su experiencia vital, los tranquilizantes y la sumisión a que se vio obligada desde la infancia por el hecho de ser mujer. Hay en sus poemas un aliento de amor mal correspondido, el mismo que domina el epistolario Cartas a Ricardo, aparecido póstumamente. Su poesía completa fue reunida bajo el título de Poesía no eres tú (1972).
Rosario Castellanos escribió también volúmenes de cuentos situados en el mismo registro: Ciudad Real (1960), Los convidados de agosto (1964) y Álbum de familia (1971). Estas piezas revelan, en una dimensión social, la conciencia del mestizaje, y en una dimensión personal, la sensación de desamparo que surge tras la pérdida del amor. Sus ensayos fueron reunidos en la antología Mujer que sabe latín (1974), título inspirado en el refrán sexista: “mujer que sabe latín, ni encuentra marido ni tiene buen fin”, que puede considerarse representativa de su vida, su obra y su visión de la realidad.
Su mundo narrativo toma muchos elementos de la novela costumbrista.
En Los convidados de agosto, retrata las tradiciones y costumbres mexicanas, elige un poblado llamado Comitán y la celebración del santo patrono: Santo Domingo de Guzmán, para explorar la vida de Emelina y de su familia. Emelina -como sucede con las jóvenes solteras en los pueblos- acostumbra salir a disfrutar de la feria y conocer al que podría ser el hombre de su vida; sin embargo, Castellanos convierte este sitio y esta celebración en un lugar y un momento para las adversidades, las desavenencias, la conquista de la libertad y, por supuesto, el sufrimiento de la mujer.
Publicado:
6 abr 2021
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Episodio de podcast
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