El Bracero
El Bracero
El Bracero
(Enrique Cisneros L.) No me mires con ojos desconfiados Hombre gringo, no soy una alimaa; Soy un hombre que el hambre ha impulsado A venir a implorar a tierra extraa Un mendrugo de pan para mis hijos, A cambio del sudor de mis espaldas. Es por ellos que sufro en silencio, Es por ellos que sufro la infamia De la ofensa que enciende mi orgullo Y el fuetazo de altiva mirada. Cuando escucho la burla infamante, El desprecio que se hace a mi raza, El dicterio que enciende mis venas, O el pual de acerada palabra, Pienso al acto que ya no debiera Soportar impasible esta infamia, Cuando tengo dos puos y en el cinto Escondida una daga. Pero el dlar me vence y prosigo Con la vista en el surco clavada, Y en mi boca mordiendo respuestas Que me pierden, si un da se me escapan. La miseria Maldita miseria!, A qu estado tan vil nos arrastran Los que slo pensando en s mismos Condenaron a miles de parias, A llevarle tan slo a sus hijos Un men de tortillas y lgrimas.
Pero el da ha de llegar en que todos Sin distingos de credos ni castas, Escuchando tan slo en la sangre El llamado y la voz de la patria. En fraterno conjunto ofendemos Nuestro esfuerzo fecundo en sus aras Para hacer este Mxico grande! El pas que yo sueo en mis ansias. El pas que no vea con tristeza Que sus hijos por hambre se marchan Al pas donde somos tan slo, Mercanca morena en subasta. Al pas donde slo nos quieren Como bestias de carga
Que haya guerra Escritor: Martha Alicia Qui Pas: Mexico Colombia llora sangre por su gente, nacin que han perturbado con secuestros donde matan sin piedad hermanos nuestros, Yo quiero que haya guerra inteligente! Y que estalle el progreso entre su gente sin armas de fusiles que asesinan, sin odios sin masacres que marginan, Yo quiero que haya guerra inteligente!. Mutilar vejacin de tanta gente, abrir surcos y enterrar la mala hierba, que en su infierno esa mala gente hierba, Yo quiero que haya guerra inteligente! Que escuche Dios el eco permanente del hijo, la esposa o madre que padezca cruel loza lapidaria y que amanezca a combatir porque haya libertad!, ir a las calles con jbilo y lealtad honrar a nuestra Patria bella hermana y cados de tierra Colombiana , mi voz uno en clamor de mexicana... Porque haya guerra de amor... inteligente!
Sembrando
De aquel rincn baado por los fulgores del sol que nuestro cielo triunfante llena; de la florida tierra donde entre flores se desliz mi infancia dulce y serena; envuelto en los recuerdos de mi pasado, borroso cual lo lejos del horizonte, guardo el extrao ejemplo, nunca olvidado, del sembrador ms raro que hubo en el monte. An no se si era sabio, loco o prudente aquel hombre que humilde traje vesta; slo s que al mirarle toda la gente con profundo respeto se descubra. Y es que acaso su gesto severo y noble a todos asombraba por lo arrogante: hasta los leadores mirando al roble sienten las majestades de lo gigante! Una tarde de otoo sub a la sierra y al sembrador, sembrando, mir risueo; desde que existen hombres sobre la tierra nunca se ha trabajado con tanto empeo! Quise saber, curioso, lo que el demente sembraba en la montaa sola y brava; el infeliz oyme benignamente y me dijo con honda melancola: Siembro robles y pinos y sicomoros; quiero llenar de frondas esta ladera, quiero que otros disfruten de los tesoros que darn estas plantas cuando yo muera. Por qu tantos afanes en la jornada sin buscar recompensa? dije. Y el loco murmur, con las manos sobre la azada: Acaso t imagines que me equivoco; acaso, por ser nio, te asombre mucho el soberano impulso que mi alma enciende; por los que no trabajan, trabajo y lucho;
si el mundo no lo sabe, Dios me comprende! Hoy es el egosmo torpe maestro a quien rendimos culto de varios modos: si rezamos, pedimos slo el pan nuestro. Nunca al cielo pedimos pan para todos! En la propia miseria los ojos fijos, buscamos las riquezas que nos convienen y todo lo arrostramos por nuestros hijos. Es que los dems padres hijos no tienen?... Vivimos siendo hermanos slo en el nombre y, en las guerras brutales con sed de robo, hay siempre un fratricida dentro del hombre, y el hombre para el hombre siempre es un lobo. Por eso cuando al mundo, triste, contemplo, yo me afano y me impongo ruda tarea y s que vale mucho mi pobre ejemplo aunque pobre y humilde parezca y sea. Hay que luchar por todos los que no luchan! Hay que pedir por todos los que no imploran! Hay que hacer que nos oigan los que no escuchan! Hay que llorar por todos los que no lloran! Hay que ser cual abejas que en la colmena fabrican para todos dulces panales. Hay que ser como el agua que va serena brindando al mundo entero frescos raudales. Hay que imitar al viento, que siembra flores lo mismo en la montaa que en la llanura, y hay que vivir la vida sembrando amores, con la vista y el alma siempre en la altura. Dijo el loco, y con noble melancola por las breas del monte sigui trepando, y al perderse en las sombras, an repeta: Hay que vivir sembrando! Siempre sembrando!...
Lee todo en: SEMBRANDO - Poemas de Marcos Rafael Blanco Belmonte http://www.poemas-delalma.com/marcos-rafael-blanco-belmonte-sembrando.htm#ixzz2IMteEaCY
Es un chacal y al condenarlo en suerte que se cumpla la ley en su persona y si Dios su pecado le perdona Que la justicia le condene a muerte! Call el fiscal; la turba enardecida con rugido feroz grit al momento Muera, muera; pero antes al tormento! Que muera el indeseable matricida! Habla por fin el juez desde su estrado imponiendo silencio al ruido hecho y dice: todo ser tiene derecho que hable sobre el asunto el acusado. Anegados los ojos por el llanto la faz ajada hirsuta la cabeza jams he visto tan fatal tristeza, jams he visto sufrimiento tanto. Yo soy el asesino la he matado! y lo juro ante Dios no me arrepiento! si por ello me aplican cruel tormento por su dicha lo doy por bien empleado. Ms mienten los que dicen que con saa a mi madre mat, miente la plebe! yo la mat sin el dolor ms leve la mat con amor, y as no daa. La mat con ternura, suavemente se extingui su existencia tormentosa cual leve palpitar de mariposa y abandon la vida dulcemente. Dulcemente muri, cunto la quise! difcil es medir lo que es cario mat a quien me arrull cuando era nio sin embargo es amor; porque lo hice.
Cuntos de los hipcritas humanos a quien yo supliqu pidiendo ayuda hoy me escarnecen con terrible duda y todava pretenden ser cristianos! Cmo sufri mi madre pobrecita! con atroces dolores en el pecho implorndole a Dios desde su lecho sufriendo aquella enfermedad maldita! Jams he de olvidar aquella noche! en que gritando de dolor me dijo Mtame por piedad, mtame hijo! y no esperes de mi alma ni un reproche. Yo bendigo tu mano hijo de mi alma, Mtame ya! y dame sepultura yo bien s que mi mal no tiene cura, Mtame por piedad! dame la calma. Y ese grito salvaje y lastimero, que anhelaba la muerte suplicante taladraba mi alma a cada instante Mtame hijo! Dios mo por qu no muero? Y se ofusc la luz de mi conciencia, y dej de ser hijo fui verdugo! y le arranqu del sufrimiento el yugo yo le quit seores la existencia! Lo dems ya lo saben; qu tortura ya no soporto del dolor el peso! y aqu me encuentro ante vosotros preso y es mi nica pasin la sepultura. Mas no es la ley quien deber juzgarme, aunque s soy culpable de eutanasia no se van a rer de mi desgracia No lo harn! porque yo voy a matarme!
Una daga sac de la cintura que en el pecho clavse con violencia al cielo suplic Seor clemencia! y se borr en su rostro la amargura. Y as termina la existencia agita de un hombre que de amor es MATRICIDA! y deja en los anales de la vida UNA HISTORIA DE AMOR CON SANGRE ESCRITA!
SI AN HAY NIOS SIN ESCUELA Y HOMBRES QUE SUDAN POR HALLAR TRABAJO SI DE LA COSTA PISOTEADA HASTA LA SIERRA SE VE EL SEMBLANTE HUMANO HECHO PEDAZOS Y LAS MUJERES BENDITAS HEMBRAS REFLEJANDO VERGENZAS, CUBIERTAS DE HARAPOS. MXICO, NO CREO EN TI, Y ME HIERE TAN PROFUNDO ESTE SENTIMIENTO; PERO TENGO QUE PROTESTAR Y MIRAR HACIA ATRS, CONTEMPLANDO LOS IDEALES DE ESTE NOBLE MOVIMIENTO. TANTOS SURCOS MANCHADOS POR LA SANGRE TANTOS SURCOS, AH QUEDARON TAL VEZ LOS RESTOS DE LOS PADRES Y DE LOS HIJOS Y DE LA NOBLE MUJER QUE LLEVA EN SU VIENTRE OTRO PRODUCTO. NUNCA PIDIERON GUERRAS NI ENEMIGOS SOLO QUERAN COMER VER LOS HIJOS CRECER Y UN PEDAZO DE TIERRA. MXICO NO CREO EN TI PORQUE TANTAS MENTIRAS YA NOS ARTAN Y TANTAS PROMESAS NOS ABURREN, SOLO SENTIMOS QUE EL PRODUCTO SUBE Y LA TORTILLA CON SAL NO BASTA. SUBE EL MAZ Y EL FRIJOL. Y EL AZCAR NO LLEGA A NUESTRA CASA, QUE AUMENT EL TOMATE Y LA CEBOLLA QUE ESCASE EL ARROZ; Y DICEN QUE AUMENTAR EL PRECIO DE LA SOYA. CMO VOY A CREER EN TI, MXICO RARO, TAN LLENO DE DOLOR Y DE CONTRASTE? EN DONDE UN PATAN SE VUELVE SOLO POR SER DEL PRESIDENTE EN TURNO, SU COMPADRE. Y DICTA UNA ORDEN: QUE SE SIEMBREN LOS CAMPOS, QUE SOLO LOS CAMINOS QUEDEN SIN SEMBRAR; NUESTRA DEUDA EXTERIOR, NO ASCIENDE A TANTO, HAY QUE PEDIR PRESTADO, LA UNIVERSIADA LO VA A NECESITAR. QUE JUZGARON A OTRO MILLONARIO A UN TAL BARRA GARCA,
POR ROBO Y ESTAFA EN EL AGRARIO QUE NO ERA INCONDICIONAL PARA LA GRAN FAMILIA, NI COMUNISTA NI CAPITALISTA; SI NO TODO LO CONTRARIO, S, HAY QUE VOTAR POR CELESTINO, ES CANDIDATO A DIPUTADO Y NO ES DE PALABRAS REACCIONARIAS CREES QUE DEBA DE SER ELEGIDO? TIENE NUBE EN UN OJO Y MALO TIENE EL OIDO; TAN SOLO CURS EL SEGUNDO DE PRIMARIA Y LE INTRA DURO AL MEZCAL Y TAMBIN AL VINO. HA DE SER DIPUTADO, YA EST DICHO. MXICO, NO CREO EN TI, Y BUSCO EL ERROR DEL SEOR LOPEZ VELARDE, QUE DILUY EL HECHIZO ANTE LA TIERRA MADRE, PARA VER OTRO MXICO, SIN MANCHA DE DOLOR NI SANGRE CON ORO EN ABUNDANCIA Y SOAR EDNICO, CON TRINOS QUE SACIARN HAMBRES, PARASO PRETRITO DE FALSEDADES GRANDES, PORQUE SI EL DIABLO, NOS LEGO PETRLEO, POR GUARDIN, NOS IMPUSO AL PUEBLO YANQUI, CELOSO DE SU DEBER, PORQUE INFRAGANTI, VEMOS COMO SE LLEVA EL ORO NEGRO GRACIAS DAMOS SEOR, PORQUE EL GOBIERNO EN NOBLE ACTO DE F FIJO UN LETRERO; YA NO MALOS TRATOS AL MESTIZO QUE VIENE A LUCHAR COMO BRASERO, TRTALO CON AMOR, COMO A UN HIJO DEL SEOR AUNQUE NO SEA GERO. MXICO, NO CREO EN TI PORQUE TU NOMBRE SE ESCRIBI CON SANGRE Y AN EST FRESCA EN LOS PILARES, EN LAS ESCUELAS Y EN ROTOS VENTANALES Y EN TLATELOLCO, CUNA DEL DEBATE, Y LOS ALCOHONES HIENAS DEL COMBATE, ESTN AH, VIVEN AL ASECHO, ESPERANDO UNA ORDEN E INICIAR MASACRES Y REIR SU TRIUNFO AL MIRAR DESHECHOS CUERPOS DE CIVILES, CARAS DE ESTUDIANTES. MXICO, NO CREO EN TI, COMO CREER EN TI, EN TUS POLTICOS FLORILOGISTAS Y FOLKLORICOS, ABORTOS DE UNA REVOLUCIN SIN NOMBRE, FETOS EXPULSADOS POR LOS CLOCOS DE MUJERES ULTRAJADAS POR MIL HOMBRES, BASTARDOS DE LA MITOLOGA DE DAZ Y LANZADOS AL PODER POR MAGRA BOCA
FLUJO DE INTILES PALABRERAS Y EN CONTRASTE LA RISA Y EL DOLOR PROVOCAN. COMO CREER EN TI, NO ERES EL MXICO QUE PRESENCI DE NIO, NI LA CUNA DE LOS GRANDES HOMBRES; NI EL PARASO DE UNO Y MIL COLORES QUE CON ANHELO SE ESCRIBI EN LOS LIBROS, NI EL COLOSO DEL MAR PINTADO AL OLEO, NI DUEO DEL CAMPO, NI DEL TRIGO NI DEL BOSQUE ANCESTRAL, NI DE LOS ROS, NI SIQUIERA ERES DUEO DEL PETRLEO. CMO CREER EN TI, SI ERES UN PUEBLO EMBOSCADO ENTRE DEUDAS Y PRESIONES; CON BURCRATAS AGUIDOS E INEPTOS MOVIDOS POR EL DEDO DE SOLO HOMBRES, QUE SE MUEVE ENTRE AYUDANTES FTIDOS, VIDOS DE PODER Y DE BLASONES. Y T CREES QUE ERES MXICO? JAMAS, T NO ERES MXICO, ERES ESCLAVO DEL YANQUI, ERES LATIDO TTRICO, ERES FILO DEL SABLE DEL SABLE, MS NO ERES MXICO, ERES PAS POR LXICO, ERES VENA DE SANGRE MS NUNCA MXICO, ERES TIERRA DEL TIEMPO ERES FUEGO PORQUE ARDES Y ERES LA TIERRA MADRE; PERO T, NO ERES MXICO, T, NO ERES MXICO.
Con una pata colgando, despojo de una pedrada, pas el perro por mi lado, un perro de pobre casta. Uno de esos callejeros, pobres de sangre y estampa. Nacen en cualquier rincn, de perras tristes y flacas, destinados a comer basuras de plaza en plaza. Cuando pequeos, qu finos y giles son en la infancia, baloncitos de peluche, tibios borlones de lana, los miman, los acurrucan, los sacan al sol, les cantan. Cuando mayores, al tiempo que ven que se fue la gracia, los dejan a su ventura, mendigos de casa en casa, sus hambres por los rincones y su sed sobre las charcas. Qu tristes ojos que tienen, que recndita mirada como si en ella pusieran su dolor a media asta. Y se mueren de tristeza a la sombra de una tapia, si es que un lazo no les da una muerte anticipada. Yo le llamo: psss, psss, psss. Todo orejas asustadas, todo hociquito curioso, todo sed, hambre y nostalgia, el perro escucha mi voz, olfatea mis palabras como esperando o temiendo pan, caricias o pedradas, no en vano lleva marcado un mal recuerdo en su pata. Lo vuelvo a llamar: psss, psss. Dcil a medias avanza moviendo el rabo con miedo y las orejitas gachas. Chasco los dedos; le digo: ven aqu, no te hago nada, vamos, vamos, ven aqu.
Y adis la desconfianza. Que ya se tiende a mis pies, a tiernos aullidos habla, ladra para hablar ms fuerte, salta, gira; gira, salta; llora, re; re, llora; lengua, orejas, ojos, patas y el rabo es un incansable abanico de palabras. Es su alegra tan grande que ms que hablarme, me canta. Qu piedra te dej cojo? S, s, s, malhaya. El perro me entiende; sabe que maldigo la pedrada, aquella pedrada dura que le destroz la pata y l, con el rabo, me dice que me agradece la lstima. Pero t no te preocupes, ya no ha de faltarte nada. Yo tambin soy callejero, aunque de distintas plazas y a patita coja y triste voy de jornada en jornada. Las piedras que me tiraron me dejaron coja el alma. Entre basuras de tierra tengo mi pan y mi almohada. Vamos, pues, perrito mo, vamos, anda que te anda, con nuestra cojera a cuestas, con nuestra tristeza en andas, yo por mis calles oscuras, t por tus calles calladas, t la pedrada en el cuerpo, yo la pedrada en el alma y cuando mueras, amigo, yo te enterrar en mi casa bajo un letrero: aqu yace un amigo de mi infancia. Y en el cielo de los perros, pan tierno y carne mechada, te regalar San Roque una muleta de plata. Compaeros, si los hay, amigos donde los haya,
mi perro y yo por la vida: pan pobre, rica compaa. Era joven y era viejo; por ms que yo lo cuidaba, el tiempo malo pasado lo dej medio sin alma. Y fueron muchas las hambres, mucho peso en sus tres patas y una maana, en el huerto, debajo de mi ventana, lo encontr tendido, fro, como una piedra mojada, un duro musgo de pelo, con el roco brillaba. Ya estaba mi pobre perro muerto de las cuatro patas. Hacia el cielo de los perros se fue, anda que te anda, las orejas de relente y el hociquillo de escarcha. Portero y dueo del cielo San Roque en la puerta estaba: ortopdico de mimos, cirujano de palabras, bien surtido de intercambios con que curar viejas taras. Para ti un rabo de oro; para ti un ojo de mbar; t tus orejas de nieve; t tus colmillos de escarcha. Y t, -mi perro rea-, t tu muleta de plata. Ahora ya s por qu est la noche agujereada: Estrellas luceros? No, es mi perro cuando anda con la muleta va haciendo agujeritos de plata.
A UNA MADRE RAMERA Sin querer or siquiera este dilogo escuchaba, de una hija que culpaba a su madre de Ramera! T! la mozuela le dijo, has manchado nuestro nombre rodando de hombre en hombre por la pendiente del vicio. Me avergenza tu presencia me subleva tu descaro de ti, que fuiste el faro de mi msera existencia. No digas que eres mi madre! no me humilles ms la vida; tu vergenza est perdida si lo supiera mi padre! Cuando paso por la acera toda la gente me evita y si no tambin me grita: tu madre es una Ramera! Hay veces en que quisiera no existir, no haber nacido no conocerte siquiera! y nunca haberte querido! Calla, por dios hija ma! tus palabras son puales no acrecentes ms mis males no me juzgues, tan impa! Es cierto lo que t dices soy eso, mas no por vicio! es de mi vida el suplicio y aparte t me maldices. Tu padre, el padre tuyo al que puro tu mente halla conmigo fue ruin, canalla; fue el verdugo de mi orgullo.
El destruy mi pureza, mis ilusiones, mi vida, por su culpa soy perdida y me embarga la tristeza. l! me abandon a mi suerte cuando al mundo t viniste, y me dej sola y triste sola, deseando la muerte. Mas de pronto o tu llanto! pidindome de comer y sin saber lo que hacer me invadi duda y espanto. En vano busqu trabajo y limosna supliqu a veces hasta robe y luego ca ms bajo. Y nadie a m se acerc por afecto verdadero y el que me dio su dinero a cambio me envileci. Y de que sirvi mancharme! si hoy me desprecias y humillas juro ante Dios de rodillas, que esta pena va a matarme. Es cierto que yo pequ, mas fue por tu hambre y la ma! y por la cruel cobarda de aqul a quien tanto am. Tu padre mancho mi honor, el cielo nunca me escucha cierto que mi mancha es mucha pero es ms grande mi amor! Yo te perdono hija ma! ya nada mi vida espera pero recuerda (si un da) el pesar te desespera, que tu madre, aunque RAMERA por ti, la vida dara!
Y yo que estaba escuchando sent dolor por su pena rogu a Dios por su alma buena y luego me fui llorando. EFRAIN ALATRISTE NAVA
Cielo de mi patria, cielo mo, cielo Que apenas las nubes decoran y manchan; matinal prodigio de turquesa y oro, milagro nocturno de zafir y plata; t, que eres radiante como el sueo, y eres en fosforescentes visiones de ncar, misericordioso como la plegaria; t, que eres divino como es la esperanza; t, que siempre pones un anhelo, y una luz, sobre las frentes que a ti se levantan, y a los negros antros del dolor te inclinas a romper las sombras y a irisar las lgrimas; mientras que el Ocaso diluye sus prpuras quiero hablarte a solas; necesito hablarte, cielo de la patria! Te acuerdas? Un da hace muchos siglosViste a unos hombres que peregrinaban, hoscos y gallardos, de msculos recios, de carnes morenas y ojos de obsidiana, llegaron, quin sabe de dnde. La tierra era hermosa y frtil; fragantes las auras, azules los lagos, espesos los bosques, y asombrosamente bellas las montaas. Desgarr los aires un grito de jbilo; un temblor extrao sacudi las almas, y la tribu, llena de polvo y fatiga, detuvo la marcha. Primitivo orculo cumpli la promesa! Y el genio fecundo de toda una raza, realiz el oscuro destino; los dioses
tuvieron altares. Y as fue el Anhuac, sacerdotal, spero, guerrero y altivo Te acuerdas, radiante cielo de la patria? Y otro da, unos centauros feroces, vestidos de hierro, pisaron las playas ardientes del Golfo. Venan hambrientos de rapias locas y de absurdas ansias. El sol les pona fugaces centellas en las hojas de las desnudas espadas, en la flor plomiza de los arcabuces y en la enhiesta y firme punta de las lanzas. El sol era un velo que los envolva; joyel diamantino de escudos y armas, cimera de rayos en los capacetes, y rosa de fuego sobre las corazas. Hijos del sol eran aquellos centauros de ceudos rostros y de blondas barbas, que en sus estandartes de guerra trajeron la piadosa insignia de la cruz cristiana. Fatdico orculo, cumpliose tu augurio! Lo vio el sacerdote cuando en lontananza una tarde augusta, Vspero suba como luminosa culebra con alas. En el arns frreo se embot la flecha; en mantos de plumas entr la alabarda; y as la codicia su sed de tesoros templ en sangre de hroes. Y fue la Nueva Espaa claustral, pintoresca, sumisa y devota Te acuerdas, radiante cielo de la patria? Cielo de mi patria, te acuerdas? Teas el oriente con el rosicler del alba. Entre las estrellas cristalinas, nunca brill ms hermosa la de la maana. En la sacrista de un templo de aldea, al parpadeante fulgor de una lmpara, el cura medita. Y una milagrosa luz, nimba la dulce nieve de sus canas. Y en lo alto, en la torre que arrojan las nieblas, grit: -Despertaos!- la vieja campana, primero a las aves, despus a los fieles,
luego a las ocultas rebeldas trgicas. Qu voz son entonces, que fue una promesa, que fue una caricia, que fue una amenaza y puso en los hombres cleras de monstruos y alados anhelos de voraces guilas? Fue una voz excelsa, fue una voz magnfica, fue una voz solemne, fue una voz sagrada; la tierra la sabe, los labios la dicen, y el estremecido corazn la canta. Libertad! La sangre de los hroes bullecomo vino en una transparente crtera, cual leo, en un vaso litrgico- en esa divina palabra. Madre generosa, tremenda sibila, Libertad, cumpliose tu presagio Santa y amorosamente te acercaste a un pueblo a decirle: -Es hora; levntate y anda! Y fue, desde entonces, Mxico impaciente, inslito, hbrido, formando de bravas regresiones y de viejos ideales que recalentaron juveniles ascuas. Qu luchas! qu penas! qu vacilaciones! qu desbordamientos de vida en la infancia! qu ciegos impulsos! qu arrebatos locos! y qu dolorosas inquietudes prvulas! Labor escondida de grmenes nuevos, Tenaces y oscuros trabajos de savia que pugna en la tierra por echar al aire las flores, los frutos, las hojas, las ramas! Qu prncipe intruso lleg, rodeado de gente traidora, de dolo y de infamia, en un torbellino de ambicin, que era efmera nube de faustos y galas? El kaleidoscopio, que herva en colores, en azul de Viena y en rojo de Francia, a un golpe de sombra se apag de pronto, como el juego de una comedia de magia. Un indio severo y un criollo astuto forjaron las ltimas escenas del drama Pobre Habsburgo, pobre Max infortunado, flor de muerte de una tragedia dinstica! Y el Destino, artista tenaz, en el bloque de un pueblo segua labrando la estatua
El progreso tiene fecundas bondades, aciertos sublimes y fuerzas titnicas. Es hijo de Jpiter; est condenado a cargar los mundos sobre las espaldas; y as caminamos, a travs del tiempo, sobre los seguros hombros de aquel Atlas, en pos de los sueos que nos prometas, oh maravilloso cielo de la patria! Trfagos de hormiga, zumbidos de abeja, hay en la Repblica que jams descansa; el yunque chispea, el martillo bate, y sopla en las lumbres del fierro, la fragua. Es la lanzadera del telar, pjaro travieso que cruza la urdidumbre y la trama; y, libertadora del esfuerzo humano, obediente y rtmica, labora la mquina. El molino insomne, colmado el granero; un mar rumoroso de espigas en grana; risueos los campos, las glebas feraces, y, sobre la altura de la paz mecnica, en vigilia grave y enrgica, un hombre que es a un tiempo hroe, tirano y patriarca. De pronto, unas voces, dbiles y oscuras, unironse al himno claro del hosanna. Y decan: nunca seremos felices si la prometida libertad nos falta. Las voces crecieron como una marea, como un cataclismo, como una borrasca, y las multitudes, ebrias por el canto, a sentir volvieron las furias selvticas. Verdad que lo viste, brillante y piadoso cielo de la patria? Cielo mo, yeme, ya que mis hermanos, por la pasin ciegos, sordos por la rabia, no ven sino rojas visiones de sangre, no oyen sino el ronco fragor de las balas! yeme: despiertan primitivas cleras, crueles y feroces instintos de raza; el dios de la tribu pide sacrificios y la tribu vuelve sacerdotal y spera. yeme: la vieja clera de aquellos centauros ceudos, de amarillas barbas, se mezcl a la ira de los hombres fuertes,
de carnes morenas y ojos de obsidiana, y form una sola violencia de monstruos, un solo apetito de voraces guilas. Mira, cielo mo, campos y ciudades; la vida est triste, silenciosa y pvida; la crueldad impera, la injusticia re, y un temblor de muerte sacude las almas. Quin creyera, oh, cielo, que vamos de prisa rumbo a los jardines de la democracia! Quin entre el tumulto de los oradores, y entre las arengas revolucionarias, al pensar en toda la sangre que vierten los odios inicuos, las manos anrquicas, con un hondo acento de melancola, nos dir cual Hamlet: "palabras, palabras!..."? Es preciso, cielo, que t nos ayudes, y al servicio pongas de la noble causa, tus luces sublimes que todo lo alegran, tus serenidades que todo lo encalman, y tus matinales prodigios de oro, y tus vespertinos milagros de gata, y de tus auroras los rojos hechizos y las maravillas de tus noches difanas. Cielo mo, diles a los hombres: cesen vuestros freneses y vuestras venganzas; la Libertad huye, con horror, de todas las manos violentas, que estrujan y matan. Ante los despojos de Abel, la divina Libertad no viene si Can la llama. Cielo mo, diles: mi sol es fecundo, mi luz es sedante, yo soy la esperanza, yo soy la belleza, yo soy la justicia, yo soy el ensueo, yo soy la plegaria. El amor es santo, la vida es hermosa; dejad vuestras tristes y fieras vesanias llenad los talleres, volved a los campos Labrador: tu madre, la tierra, te aguarda; obrero: no olvides que es tu compaera y muda e inmvil, te invoca la mquina. Benditos los hombres de bondad y aliento, y los que consuelan, y los que trabajan T, que sabes poner un anhelo, y una luz sobre las frentes que a ti se levantan, oye nuestras quejas, mira nuestros males, cura nuestras llagas, rompe nuestras sombras,
seca nuestras lgrimas, limpio, radiante, profundo, sereno misericordioso cielo de la patria! To Sam acecha tiene un gesto ambiguo, que parece una nota diplomtica; To Sam es fuerte; su fuerza es el dlar; To Sam desde hace tiempo se prepara; To Sam espa desde la frontera, fraguando quin sabe qu oculta amenaza. Ay, si proseguimos en estos horrores! Ay, si prolongamos estas luchas trgicas! Si, desenfrenados los libertinajes, de una nacin libre hacen una esclava. Lgubre presagio! Vendran los modernos centauros, los hijos de la Yanquilandia? Y, entonces? Entonces, vulvete tinieblas, y tu enfurecida tempestad desata, y tu sol esconde, y haz de tus luceros antorchas que humeen, extintas y nufragas. Que las nubes bajen, y a los ocanos les pidan sus aguas, y sobre la tierra que se precipiten, arrastrando mundos en sus cataratas! Entonces, entonces, tus rayos enciende, vomita tus fuegos, tus astros apaga, cubre con tus sombras todas las vergenzas, hiere con tus iras todas las infamias, trnanos al caos, y luego desplmate oh, maravilloso cielo de la patria!
Carta(post-umbra) Con letras ya borradas por los aos, en un papel que el tiempo ha carcomido, smbolo de pasados desengaos, guardo una carta que sell el olvido. La escribi una mujer joven y bella. Descubrir su nombre? no!, no quiero! pues siempre he sido, por mi buena estrella, para todas las damas, caballero. Qu ser alguna vez no esper en vano algo que si se frustra, mortifica? Misterios que al papel lleva la mano, el tiempo los descubre y los publica. Aquellos que juzgronme felice, en amores, que halagan mi amor propio, aprendan de memoria lo que dice la triste historia que a la letra copio: Dicen que las mujeres slo lloran cuando quieren fingir hondos pesares; los que tan falsa mxima atesoran, muy torpes deben ser, o muy vulgares. Si cayera mi llanto hasta las hojas donde temblando est la mano ma, para poder decirte mis congojas con lgrimas mi carta escribira. Mas si el llanto es tan claro que no pinta, y hay que usar de otra tinta ms obscura, la negra escoger, porque es la tinta donde ms se refleja mi amargura. Aunque no soy para sonar esquiva, s que para soar nac despierta. Me he sentido morir y an estoy viva; tengo ansias de vivir y ya estoy muerta. Me acosan de dolor fieros vestigios, qu amargas son las lgrimas primeras! Pesan sobre mi vida veinte siglos, y apenas cumplo veinte primaveras. En esta horrible lucha en que batallo, aun cuando dbil, tu consuelo imploro, quiero decir que lloro y me lo callo, y ms risuea estoy cuanto ms lloro.
Por qu te conoc? Cuando temblando de pasin, slo entonces no mentida, me llegaste a decir: "te estoy amando con un amor que es vida de mi vida". Qu te respond yo? Baj la frente, triste y convulsa te estrech la mano, porque un amor que nace tan vehemente es natural que muera muy temprano. Tus versos para m conmovedores, los juzgu flores puras y divinas, olvidando, insensata, que las flores todo lo pierden menos las espinas. Yo, que como mujer, soy vanidosa, me vi feliz creyndome adorada, sin ver que la ilusin es una rosa, que vive solamente una alborada. Cuntos de los crepsculos que admiras pasamos entre dulces vaguedades; las verdades juzgndolas mentiras las mentiras creyndolas verdades! Me hablabas de tu amor, y absorta y loca, me imaginaba estar dentro de un cielo, y al contemplar mis ojos y mi boca, tu misma sombra me causaba celo. Al verme embelesada, al escucharte, clamaste, aprovechando mi embeleso: "djame arrodillar para adorarte"; y al verte de rodillas te di un beso. Te bes con arrojo, no se asombre un alma escrupulosa y timorata; la insensatez no es culpa. Bes a un hombre porque toda pasin es insensata. Debo aqu confesar que un beso ardiente, aunque robe la dicha y el sosiego, es el placer ms grande que se siente cuando se tiene un corazn de fuego. Cuando toqu tus labios fue preciso soar que aqul placer se hiciera eterno. Mujeres: es el beso un paraso por donde entramos muchas al infierno.
Despus de aquella vez, en otras muchas, apasionado t, yo enternecida, quedaste vencedor en esas luchas tan dulces en la aurora de la vida. Cuntas promesas, cuntos devaneos! el grande amor con el desdn se paga: Toda llama que avivan los deseos pronto encuentra la nieve que la apaga. Te quisiera culpar y no me atrevo, es, despus de gozar, justo el hasto; yo que soy un cadver que me muevo, del amor de mi madre desconfo. Me engaaste y no te hago ni un reproche, era tu voluntad y fue mi anhelo; reza, dice mi madre, en cada noche; y tengo miedo de invocar al cielo. Pronto voy a morir; esa es mi suerte; quin se opone a las leyes del destino? Aunque es camino oscuro el de la muerte, quin no llega a cruzar ese camino? En l te encontrar; todo derrumba el tiempo, y t caers bajo su peso; tengo que devolverte en ultratumba todo el mal que me diste con un beso. Mostrar a Dios podremos nuestra historia en aquella regin quiz sombra. Maana he de vivir en tu memoria...? Adis... adis... hasta el terrible da. Le estas lneas y en eterna ausencia esa cita fatal vivo esperando... Y sintiendo la noche en mi conciencia, guard la carta y me qued llorando.
rer llorando Viendo a Garrick, actor de la Inglaterra, el pueblo al aplaudirlo le deca: Eres el ms gracioso de la tierra y el ms feliz. Y el cmico rea. Vctimas del spleen los altos lores, en sus noches ms negras y pesadas, iban a ver al rey de los actores y cambiaban su spleen en carcajadas. Una vez ante un mdico famoso, llegose un hombre de mirar sombro: -Sufro -le dijo- un mal tan espantoso como esta palidez del rostro mo. Nada me causa encanto ni atractivo; no me importan mi nombre ni mi suerte; en un eterno spleen muriendo vivo, y es mi nica pasin la de la muerte. -Viajad y os distaeris. -Tanto he viajado -Las lecturas buscad -Tanto he leidoQue os ame una mujer - Si soy amado! -Un ttulo adquirid -Noble he nacido. Pobre seris quiz? -Tengo riquezas - De lisonjas gustis ? - Tantas escucho! -Que tenis de familia?...-Mis tristezas -Vais a los cementerios?... -Mucho, mucho. De vuestra vida actual tenis testigos? - S, mas no dejo que me impongan yugos; yo les llamo a los muertos mis amigos; y les llamo a los vivos mis verdugos. -Me deja- agrega el mdico -perplejo vuestro mal, y no debo acobardaros; Tomad hoy por receta este consejo: slo viendo a Garrick podis curaros. -A Garrick ? -S, a Garrick...La ms remisa y austera sociedad lo busca ansiosa; todo aquel que lo ve muere de risa; tiene una gracia artstica asombrosa ! -Y a m me har reir?-Ah, s, os lo juro !; l, s, nada ms l...Mas qu os inquieta?... -As -dijo el enfermo -no me curo: Yo soy Garrick ! Cambidme la receta. Cantos hay que, cansados de la vida, enfermos de pesar, muertos de tedio, hacen reir como el autor suicida sin encontrar para su mal remedio! Ay ! Cuntas veces al rer se llora!.. Nadie en lo alegre de la risa fe, porque en los seres que el dolor devora
el alma llora cuando el rostro rie! Si se muere la fe, si huye la calma, si slo abrojos nuestras plantas pisa lanza a la faz la tempestad del alma un relmpago triste: la sonrisa. El carnaval del mundo engaa tanto; que las vidas son breves mascaradas; aqu aprendemos a rer con llanto y tambin a llorar con carcajadas.