Fitzcarrald El Rey Del Caucho
Fitzcarrald El Rey Del Caucho
Fitzcarrald El Rey Del Caucho
!
'
t-
BASES
DEL
CLUB
DEL
. LIBRO PERUANO
FORMATO 18 X 12
Numeros hosfo de tOO Piig5.
P.ARA SOCIOS
II 5]. UO
PARA NO SOCIOS
a Sl. 2.50
EXTRANJERO
0.7.5 y 0.50 Oils.
Niimeros de miis
proporcionol
Pecfidos de provincios poqon
51. 0.20 miis por
cerfilicllcion
L11 no ocepl11ci6n
de 11lgiin niimero
cl!nc:elll el
privilegio de $ocio
Las edicioncs reservados no
: soil obligaforias
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Casil111 post11l 2438
Telefono
LIMA
FITZCAR RALD,
EL
RI!Y DEL -caUCHO
La cubierta es de
Apurim Ak,
sobre un disefio de
Victor Morey
Printed in Peril
Copyright by
P. Barranfes C.
Lima, 1942
ERNESTO REYNA
FITZCARRALD,
EL
REY
DEL CAUCHO
(Contri&uci6n Pcruana a( Ccntcnario dd Dcscu&rimicnto
. dd Rio Amazonas por EspaiioCes.-Afi.o Amaz6nico).
-
r. f,\'ift'd
'-- :. Jll tl n -
Taller Grafico de P. Barrantes C.-Fano 855, lima
Obras del Autor
.EL AMAUT A ATUS..
PARIA
(La su&Cevacion indigena de
Huaraz en 1885. l'rofoge
de Jose CarCos Mariategui.
Uustro Jose Sa&ogaC. E4.
cAmauta. 1929).
(Segunda Edicion. Ed . Fren-
te. de Ricardo Martinez ae
La Torre. 1932).
L 0 S TESOR0S D E (Rdato noveCado. Ed. cPe-
HUARMEY. ru ActuaC. 1936).
Por pubHcatse
.. LA TIERRA DEL DEAN
VALDIVIA
(Escrita como 6omenaje aC
lV Centenario ae Ca Fun-
dation EspaiioCa de Are-
quipa. 1940).
VIDA NOVELESCA DE cfe este cile&re
LUIS PARDO y romantico &adoCero).
ERNE.STO REYNA recorriendo los carr;inos
del hrroe civil para idenlificarse con a
y s.u ambienlc y asumir Ia exilosA
rcsponsabilidad de esle libro.
Nota del editor
Parlicipamos en Ia conmemoracion del IV Centena
rio del Descubrimiento del Rio Amazonas por espa
iioles, con un privilegiado aporle peruano y peruanis
ta, al publicar esle libra de Erneslo Reyna. que es
una YibraAte biografia del explorador peruano Carlos
fermfn Fitzcarrald. documentada y compenetrada con
su formidable personaje, ejemplo sin par de pe
ruano construdivo.
Ya en el aiio 19i7 habfa publlcodo el aulor al-
gunos articulos sabre Ia biografia del celebre pionero
de nuesho Oriente, y. por lo tanto, este libra tiene
prioridr.d sabre cualquiera pretension de cdescubri
mienlo I iterario del cautivante personaje.
Ernesto Reyna, consogrado aulor de eft Amouta
Atusparia , libra que tuvo Ia virlud de llama.- Ia a
tendon de Ia critica continental. no es un improvisa.
do en las tetras nacionales: con recato y discrecion
ha venido conquistando un merecido puesto en el es
tado mayor de n ~ s t r a inteledualidad.
Ademas d ~ su celebrado cfl Amauta . ha publip
cado clos T esoros de Huarmey , relata navelesco, y
5:11955
liene inedila Ia obra de caracter La .
Tierra del DeaR Valdivia. escrilo especialmenle en
honor del IV Centenario de Ia fundac16n espanola de
Arequipa. Asi mi&mo, iva rec-opitado las novelescas
avrnfuras del fomoso bondolero Luis Pardo. que qui
za publiquemos eo este Club.
Hoy, modeslio oparle, dom06 al pais, acas,o. el
mn estimulank t:Otedsmo de pel'tlaftidad que naclie le
baya ofreadado, coJDO eScrilor y aomo ed!tor, m los
islfimos aiios.
CARLOS FERMIN FITZCARRALD
en Ia etapa de su plenitud
CA.RLOS Fl TZCAR RALD,
EL REY DEL CAUCHO
UNA FAMILIA DE MARINOS
Mientras lnglaterra exista los Fitzgerald
ran familia de marinos. De Escocia pasaron a
lrlanda, y de alii emigraron a los Estados
dos de Norte America.
Williams Fitzgerald (podre) fue capitim de
velero que recorri6 los siete mares, y termin6
su gloriosa carrera en un tremendo naufragio.
En alta mar y sin rumbo, capeando un furio-
so temporal, se hundi6 el buque de su mando,
pereciendo . el capitan y Ia mayor parte de Ia
tripulaci6n.
Dej6 el valiente marino en un puerto de
Ia costa atlantica de los EE. UU., viuda y nueve
hijos, ocho varones y una mujer.
Williams Fitzgerald (Junior), el mayor de
los hermanos, siguiendo Ia gloriosa tradici6n de
su familia, tambien fue marino. Como tripulan-
te de un buque americana, lleg6 al Callao.
Sugestionado con Ia belleza de la ciudad
de Lima, encontodora ciudad de florida. y eter-
FITZCARRAL 'l
6
fSRN' ESTO <J?.EYNA El viajero, desde los primeros momentos
de su llegada a casa del Sr. Lopez, se sintio
no primavera, hizo el joven americano animo
1
turbado ante Ia presencia de Ia htja del duefio
de establecerse en el Peru. Como poseia algun de coso, una hermosa y timida jovencita que
dinero, viajo como turista por algunos lugares tenia el fascinodor nombre de Esmeralda.
de Ia Republica. visitand.o las ciu- . Poseido de un profundo y exaltodo amor,
clades, internondose en ctertas regtones mmeras !nocido, como en las novelas romanticas, a pri-
y selvaticas. .
1
mera vista, el americana expresole a Ia hermo-
En su condicion de viajero II ego al Calle- sa senorita los senfimientos que le embargaban.
de con el gran- Esmeralda, tambien turbado y presa de re-
dtoso d_e Ia Blanca. En penfino amor por el opuesto extranjero, que
Huarftz rec?g1o vahos_as sobfe l_as llegabo a la soledad de su corazon como el en-
fabulosos d<;l dtsfrJto tantador principe de sus ensuefios, correspon-
de San Lms de Huan, anhguo . de: los io equella pasion devoradora.
portugueses, el cuol habia temdo tanto famo, C t c. g , 1 t 1 bod t d,
l
1 d r ld on es e me o vro en o o a no ar o
9ue a cerro tzo
0
a
16
as se ex- en verificarse, transformilndose el romontico
hende lo_pobla.cton, se le conom con el nom- IWilliams, marino y viajero, en el pacifico Don
hre de. cP_otost .. . , . . (uillermo fitzgerald, comercionte, propietario y
El ammoso yanqm preparo una expedicton, t bl d 5 L d H
. . . . d ecmo no a e e an uts e uan.
emprendtendo un penoso vtaJe; recornen o una . . , .
region cuyos caminos eran sendas de cabras, . El muy feltz Y fecundo, ha-
pasando bravos cordilleras cubiertas de nieve. s1ete cuyos son:
IJegando
0
Ia hoy a del rio Marafi6n, hosta e1 fermm. Rosa Ita, . Lorenzo, Gnmalda. Del-
ignoto pueblo. . 1m, Fernando y Edelm1ra.
El omericano lleg6 a San Luis Huari,
alojandose en casa del principal vecino, don
Fermin Lopez, hijo de i.m ontiguo minero es-
pafiol. El famoso asiento minero de Jos portu-
gueses se encontraba abandonado. ' No se ex-
plotaba ninguna mina, y los vecinos descen-
dientes de aquellos legendarios lusitanos se de-
dicaban a Ia agricultura y Ia ganaderia.
EL PRIMOGENITO
El primogenito de Ia familia naeio el 6 de
Julio de 1862. lo bautiz6 el Cura Parroco,
don Mariano Rodriguez, con el nombre de Isaias
8
GRNESTO
Fermin, siendo los padrinos su abuelo materno,
don Fermin Lopez, y su tia dofia Patrocinia
Lopez de Pasco.
Por las venas de aquel nifio corria un tur-
bi6n de sangres conquistador.ris: Lati-
nos e Incas. Naci6 fuerte como un futuro hom
bre de acci6n.
A Ia edad de siefe afios fue llevado por.
su padre a Ia capJtal del departamento, la ciu-
1
dad de Huaraz, donde permaneci6 dos ofios,
cursondo su instrucci6n primoria en el Colegio.
Nacional. El sefior Fitzgerald, deseando esme-
rarse en la educaci6n de su hijo prediledo, 1
envio a Lima, al Colegio cLiceo 'PeruanO, qu
era considerado en provincias comq el mejo
colegio, por Ia disciplina y salida instrucci6
que alii se dabo a los educandos. El Dr. San
tiago Perez Figuerola este centro d
educaci6n.
El joven Fitzcarrald curs6 en este colegi
toda su. instruccion media, siendo uno de lo
alumnos mas distinguidos. Tenia como a_pode
rado al venerable doctor don . Santiago figue
redo. Algunos viejos exalumnos de la promo
cion de 1878 todavia recuerdan al inquid
Fitzgerald de rubio y rebelde cabello caido so
bre Ia frente, atletico y audaz, capitaneando
Ia muchachada bullanguera.
Su padre tenia puestas en el todas sus es-t
peranzas, deseando que siguiese la noble carreo
FITZCARRALD
9
ra de marino, como lo hicieron todos sus an-
tepasados sajones. Pero para en
Ia ingenieria naval, que fanta falfa hacfa a Ia
.joven republica peruana, Fitzgerald pensaba en-
viar a su primogenico a las escuelas nauticas
de los Estados Unidos.
Pero los deseos del buen padre se frusfra-
ron onte un inesperado aconfecimienfo que frun
c6 Ia carrera profesional de su hijo: aquel des-
cendi6 ol sepulcro, fras lo cual su idolatrado
viisfago se vi6 lanzado a Ia tremenda y audaz
aventura, en Ia que solo los hombres superio-
res dejan desfello de su gloria.
LA PUAALADA
En las vacaciones de 1878, Fitzcarrald, des-
pues de algunos ofios de ausencia, volvi6 a sus
lares nofivos. Su esfadia en San Luis pasaba
alegremente, rodeado dd carifio de sus padres
y hermanos menores y de Ia odmiraci6n de los
vecinos y conocidos, que no dejoban de- ala-
barlo por su inteligencia, hombr{a de bien, por-
te atletico y ofras prendas, tanto morales como
fisicas, que adornaban al joven estudiante:
Acompafiado de algunos amigos, empren-
dia caceri a de condo res, en las cercanas cor-
dilleras, o se internaba en !Qs tenebrosos soca-
bones de las abandom1das minas del Cerro de
10
G R N E s T 0 E y N A
mostrando un espiritu inquieto y otre-
vido para emprender cuolquiera riesgosa excur-
sion, con peligro de su vida.
Su padre, con ese sentido pradico de los
americanos, indujo a su primogenito a efeduar
im viaje a1 Maraii.on, llevando un late de mer-
caderias; a Ia vez obtendrio uria fuerte ganan-
cia con Ia venta de los generos. y el viaje le
permitiria conocer palma a p'almo Ia rica region
inexplorada. .
Muy alegre y confiado salio el joven es-
tudiante: caballero eri buen caballo, teniendo ca.-
roo escudero o un criado de su confianza. Lo
se_6uian lo5 arrieros, que llevaban en las sufri-
das mulas los fardos de generos, envueltos en
telas impenneables.
En el pueblo de Llamellin hizo su prime-
ra pascana. iniciando sus transacciones comer-
dales con gran exito. Como en San Luis. pron-
to se vio rodeado de amigos que lo adulaban.
Dor con ellos. en las naches ma-
taba el tiempo jugando rocambor. .
En oquel tiempo . en el departamento de
Ancash el juego esta.ba muy pues
se jugaba no solo en continas, clubs sociales y
balnearios, sino en las casas particulares. T e-
niendo presente .esta aficion, no fue mal visto
que uno de los vecinos . invitase al joven Fitz-
gerald a una partida de cpinta>,
Se enccntraban presentes en Ia tenida ol;..
'FITZCARRALD II
gunos individuos de pesimos antecedentes, fa- .
hures de profesion, que, viendo al engreido cni-
de San Luis bisofio y con dinero, prefen-
dieron desplumarlo usando Ia arfirnaii.a de los
dodos cargados.
Tal como se proponfan los tahures, Fitz-
carrald perdia dinero, y hasta su caballo, pero
por Yno de los 'azores de Ia suerfe clas rnue-
las de Judas, como decta un curita pinfisfa
refiriendose o los dados, se rnostraron propicios
ol inexp'erto joven, empezando a recuperar con
creces su dinero.
La partida cobro mayor interes; solo se
oion las sacrarnentales voces: Llano. Pinta. Tre-
ces. Guinto. Sexto. Burro. Cuadrasl
Cuondo no. frases hurnorrsticas: .Llano,
de llano come el taita Cura y vive
cLos burros andan lerdos y pisan .Asi
me pinta Ia suerfe: -vino, mujeres y c Ti-
ras cuadras. en todol
Uno de los mirones, llarnado Benigno Iza-
guirre, individuo depravado. muy conocido en
lo region por sus perversos instintos, maton a
pesar de su ridicula figura, jugador de o6cio y
complice de los tahures, sin que mediara arnis-
tod alguna. y solo por hacerle Ia rna em-
pezo a molestar al afortunado fitzcarrald con
las palabros burdas y bromos de mal gusto.
El joven jugador no contestaba las indirec-
fas. limitondose a mirarlo severarnente de vez
12
oRNESTO
E Y N A
en cuanda". Izaguirre envalentonado por este
mutismo, con mayor sana y majaderia, sigui6
hacienda sus chisles groseros; hasta que ter-
minada Ia paciencia de Fitzcarrald, este se le-
vant6 impetuosamente, pidi6 permiso a sus com-
pafieros de juego y; ante Ia espedaci6n gene-
ral, se acerc6 a
El tal, en Iugar de amedrentarse, alz6 Ia
voz; entonces Fitzcarrald, acordfmdose de sus
habilidades de colegial trompeador y mataperro,
di6le al importune majadero tan estruendoso
soplamoco que lo bizo barrer materialmente
d suelo. '
Golpe .tan espedacular, de ruido que
de efedo, aprendido de los payasos del circe,
provoc6 las carcajadas de los circunstantes, y
mas hilaridad caus6 el humorismo saj6n de
Fitzcarrald al limpiarse las mans de un ima-
ginario mientras su maltrecho contender
tomaba las de villadiego con un aturdimiento
c6mico.
La interrumpida partida volvi6 a inlciarse
con mas calor, olvidandose del incidente. Pero
el mat6n, repuesto del susto, minutes despues
volvi6 como un perro apaleado, y, cuando me-
nos se pensaba, con traici6n alevosa y cobar-
de, por debajo de Ia mesa, asest6 a fitzcarrald
una feroz pufialada en el vientre.
Aprovechando Ia confusion, e\ criminal y
sus amigos se dieron a Ia fuga, llevandose el
F I T Z C A R R A L D 13
dinero. El duefio de casa y las auforidades de
Llomellin enviaron propios en busca de medicos,
encontrando providencialmente en Huacrachuco
ol doctor Carlos Guijes, quien lleg6 esa misma
neche a Llamellin, enconfrondo al herido sin
habla y agl)nico.
Este medico, que algunos aseguran solo
era un curandero, logr6 reanimar ol herido,
tuando los delicadas curaciones del case, sol-
dando intestines y hacienda una operac16n
digna de un experto cirujano.
La herida fue fan que los peri6dicos
de Huaraz y Lima, al publicar en breve
cia . el heche . de sangre, dabon al joven fitz-
carrald como fallecido.
Don Guillermo recibi6 Ia friste nueva de
labios del paje, e inmediafomenfe se fraslad6 a
Llamellin y enfreg6 ol doctor Guijes .500 soles
para que siguiera curando a su hijo.
Despues de fres meses de coma y
nuos curaciones.. Ia nafuraleza de fierro de
carrald pudo reaccionar, y enfonces don Gui-
llermo lo fraslad6 en litera a su casa de San
Luis, donde el herido permaneci6 ofros tres
meses en coma, al cuidado de su familia.
f.l gclpe moral que sufri6 don Guillermo
con este tragico suceso lo afed6
te, pues idolatraba a su primogenito. Una
ta dolencia cardiaca lo puso al borde del
pulcro.
14
R .N E S T 0 E Y N A
Entonces su hijo, apesar de lo debilidad y
su estado delicadisimo, llevado _ por el omor ol
padre. emprendi6 un viaje a Huaraz, en busco
de facultativos y medicamentos.
Cuando volvia del viaje, tan largo y pdi-
groso, con d medico y los remedios, recibi6
en el camino Ia infausto noticio de que su
idolatra4o padre habia muerto.
Fitzcarrald, lleno de pesadumbre, por el
fallecimiento prematuro del autor de sus
se creia culpable, y, viendo a su madre 1\orosa,
a sus hermanos huerfanos, Ia casa con fune-
bres crespones, siente un amargo dolor por
aquella silenciosa acusaci6n que cna ver en c-1
duelo de su casa.
Al pequefio pueblo lo vi6 miserable, a las
gentes odiosas, y, como se sentia
quiso htiir a otros mundos nuevas.
-EN CAP ILL A
. Pidi6 Ia bendici6n de su buena madre,
a la que no . volveria a ver; abraz6 a sus her-
manitos, cubri6 de flares Ia tumba de su pa-
dre, y, sin mas bagaje que unos mapas de la
de los bosques, -mapas que habian per-
tenecido a su padre, quien como marino, era
algo cart6grafo-, se alej6 de su pueblo par
siempre.
Ueg6 sin novedad a Ia ciudad de
F I T Z C A R R A L D 15
co, donde se enter6, sorprendido, de que habia
estallado la guerra con Chile,
.Lleno de fervor a pesar de no
edad rnilitar, sa dirigi6 a Cerro de Pasco,
para presentarse como voluntario, en un regi-
miento que se estaba formando.
En el camino le sucedi6 una aventura, que
luego iba a tener desastrosas consecuencias.
Se top6 con una partido de soldados que lle-
vaban omarrados a muchos indios. Extrofiado,
pregunto que delito habian cometido esos infeli-
-ces para que los llevasen asi, y recibio Ia ina u-
respuesta de que era un contingente de
voluntarios que en via_ ban a Cerro... Alma noble
y gt"nerosa, fitzcarrald se indign6 con tal
proceder de los abusivos cachacos, les orden6
que quifaran las amorras a los cautivos; y, ex-
plic6 a los. indios, en quechuo, Ia obligaci6n
del ciudadano peruano de defender Ia patria
amagada por una invasion extranjera. Como
los indios .se quejaran de maltrafos y agravios,
reprob6 a los soldados su conduda.
De pronto aparece un alcoh6lico cmayor
de guardias (zapatero remend6n, . im_provisado
milttar) y. encarandose con el. joven Uuijote, le
pide agriamente sus popeles de identidad.
Fitzcarrald no tenia estos documentos, pues
todavia no era ciudadano, y su prirtida de bau-
tismo y cert.ficodo de cole6io los habia olvi-
dado.
16 G R N E S T 0 ~ E Y N A
Buscaron su equipaje, y, al encontrar los
mapas, el mayor de guardias lo acus6, sin mas
prueba, de c:espia chilena... .
Lo tomaron preso y fue remitido bajo es-
colta a Ia carcel de Cerro de Pasco, a pesar de
las profestas del joven, que aseguraba ser
Isaias Fermin Fitzcarrald, natural de San Luis,
Provincia de Huari, Departamento de An-
cash.
Como San Luis no estaba conedado a Ia
red telegrafica de Ia Republica, e1 Prefedo de
Cerro envi6 par correo un exhorto a las au-
toridades . de Ancash, pidiendo datos sabre el
presunto espia. Aunque, en el mapa, San Luis
y Cerro de Pasco parecen no estar separados
par mucha distancia, Ia falta de caminos y
pastas y Ia desorganizacion de los itinerarios
con motivo de l1:1 guerra hicieron que aquel do-
cumento oficial llegara a San Luis tres meses
,despues, hacienda un recorrido en ferrocarril
hasta Lima, en vapor haslo Casma, a lomo de
mula hasta Huaraz, de ahi por chasquis a
Huari, y, finalmente, par .. propios"' hasta su
destino.
Mientras llegaba Ia respuesta, somelieron al
preso a interrogatorios y careos. Como habion
trobajando en las mmas de Cerro muchos obre-
ros huarinos, para abreviar el sumario lo hicieron
reconocer. Estos trabajadores, entre los que se
encon!raba seguramente su heridor, por malicia
FITZCARRALD
17
o de buena fe, no lo reconocieron, manifesfan-
do unanimemenfe que eJ _prisionero era un im-
postor, puesto que Isaias fermfn Fitzcarrald ha-
bla muerfo asesinado; para probar su aserfo,
mostraron el recorfe del peri6dico donde se
publico Ia noticia;
Ante esfa prueba concluyenfe, se form6
un consejo de guerra y los jueces milifares lo
, condenaron a ser pasado por los armos, sin
esperar Ia respuesfa de las auforidades de An-
cash.
Puesfo en capilla, llamaron a un Padre
de Ia Tierra Santa, Hamada Fray Carlos, para
que cumpliese su sagrado minisferio de dar
los ultimos auxilios espirituales al infmtunado
joven.
El prisionero no perdia Ia confianza en
Ia Divina Providencia, y, a pesar de esfar en
capilla, fenia fe en que al fin resplandeciese su
inocencia o se produjera algun aconfecimienfo
'mprevisfo que lo sacara de fan dificil sifua-
ci6n.
Su madre le habia regalado una esfampa
e San Carlos Borromeo, y el 4 de . noviem-
re de 1879, dia consagrado al san{o de su
evoci6n, dicen que se produjo el milagro.
AI _ver Fitzcarrald ingresor a Ia celda al
Carlos lo reconoci6 como uno de los
misioneros que hacia un t ~ f i o hablan
alojados en su casa de San Luis. Pe-
18
8 R N B S T 0 B Y N A
dian limosna para Ia Tierra Santa, vendian ro-
sarios y santo cristos, y obsequiaban estam_pos
y medallas. Cabalmente Ia estampo de Son Car-
los era un obsequio que habion hecho a su
madre. '
El fraile, aunque no lo reconocio de imme- ,
diato, por Ia palidez de su semblante y Ia en-
deblez de su cuerpo, . en el que hablo hecho
estragos Ia larga enfermedad y sus recientes
infortunios, .en el trascurso de la confesi6n pu-
do comprobar plenamente, por las preguntas
que le hizo, que efedivamente se tratabo del
hijo primogenito de su finado amigo don Gui-
llermo Fitzcarrald, vecino de San Luis.
El J:>adre Carlos present6 inmediatamente
ante Ia Corte Marcial una solicitud en la que
declaroba, bajo juramenta, que el prisionero era
Isaias Fermin Fitzcarrald.
I
CAMBIO DE HOMBRE
Con Ia declaracion del sacerdote, Ia
Marcial di6 condicionol al prisionero
y le otorg6 un csalvo condudo.
Como se dudara todavia de su
arguyendo que Isaias Fermin hobio muerto:
te en un arranque, manifesto llamarsc; Ca
Fernando Fitzcarrald, tomando e\ primer no
bre como una prueba de gratitud y
miento imperecedero al Padre Carlos, que
F I Z T C A R R A L D 19
hobio solvodo Ia vida, ol Dr. Carlos Guijes
que Jo habia curado, y en honor de San Car-
los Borromeo, de quien era devoto; y el nom-
bre de Fernondo en recuerdo del menor de sus
herman as.
Segun el Padre Fr. Gabriel Sola, cFitz-
carrald se mud6 el nombre de Fermin por el
de Carlos, debido a dos rozones: Ia primera
es reservoda; Ia segundo por que pasando par
Ouillasu (Huoncabamba) un padre misionero
que esfoba alii, Fr. Juan Jose Mass, lo libr6
de un grove peligro, por cuya rozon, pensando
que el referido padre se llamaba Carlos, se
cambi6 de nombre en sefial de o par-
que esfo sucedi6 el dia de Son Carlos Borro-
meo. La primera causa segun me hon dicho,
es alga semejonfe o eso segundo. Lo cierfo es
que esfe senor FitzcarraJd nos tiene a los mi-
sioneros un corifio ilimitado,.. .
piadosas de las que interprefa-
ban cualquier hecho como una
palpable manifestocion divino, .dicen que aquel pa-
dre misionero, de Ia Tierro Santa, que salvo a
Fifzcnrrald de Ia muerte, era el San
Carlos, y que el cambia de nombre se debio
a inspiraci6n providencial.
Como en el salvo condudo provisional se
le hacia fodovra aparecer como ciudadano chile-
no, Fifzcarrald con este documento compromete-
dor lerna cortado su ferviente deseo de
20 G R N E S T 0 E Y N A
tarse en el ejercito y luchar por Ia libertad de F
1
T z c A R R A L u
21
su patria. c f
Siguiendo las insinuaciones del Padre Car- co,. d lei os colones hablan de un indio bla _
los y las de su propia voluntad, se inferno en aparece as fcayeceras dt! Ucayali, que se hac7
Ia tierra prometida de Loreto, a buscar entre an e os campas como hijo del Sol
0
Ia inmensidad de los bosques, entre el primiti- curacas indios fodavfa 11 I
vismo de los salvajes, Ia felicidad que le \tabian , born re Carlos,, en recuerdo de evah e
negado los civilizados. b re que. convivio con las err
Resentido contra aquella sociedad injusta . .dandoles ejemplos de virfud n b{s ,n-
que lo habia condenado ' a muerfe siendo ino- JUS ICia. . '
0
eza Y
cenle, contra sus que lo habian ne- Hay presunciones de que e1 H"
gado, llego su resenlimiento por el cruel mun- de los campas, que vivio diez - '1 del Sol
do que habia dejado atras hasta olvidarse de los Fifzc:arrald; enviado ellos,
suyos y de su mente el recuerdo de su mdolog1co padre Carlos. . rprefe del
pequefio pueblo nato!. que antes habia amado. En el afio 1888 f ..
Solo Ia religion servia de consuelo a este pas de que habia nohc1ados los com-
solitario vagabundo de nuestras selvas. del Sacramento un :;.recldho por las Pampos
a ., d I I J mac engua, o reenc
E L H Ll 0 D E L S 0 L emep uan Santos Afahuallpa.
. ren Ieron una largo camin f
Diez afios se perdio todo rastro de Fitz- lrse en el sifio -
0 0
a reu-
carrald. Algunos hacendados de Hua-