El Nuevo Periodismo
El Nuevo Periodismo
El Nuevo Periodismo
ahora, y el Nuevo Periodismo, en sus mltiples formas, utiliza este poder como nunca lo hiciera el periodismo tradicional y, esperanzadamente, lo hace para el bien de la humanidad. Michael L. Jonson, 1970 Hace casi cuatro dcadas que los ideales contraculturales y revolucionarios de los aos sesenta quedaron atrs. Pero aquellos mticos aos del rock y el amor libre, de los grandes movimientos sociales y culturales, quienes militaban bajo esa consigna representaban a toda una generacin, una postura poltica, social y cultural que revolucion en gran medida el siglo XX. La Norteamrica de los aos sesenta fue uno de los escenarios principales de la profunda tensin entre fuerzas opuestas que ocasion el surgimiento de importantes movimientos y nuevas tendencias. Lo contrario se puso de moda: contra el Estado, contra la poltica exterior, contra el capitalismo a ultranza, contra la represin, contra la censura, contra la cultura oficial y elitista. Lo convencional y lo progresista eran dos anttesis que se oponan desde casi todos los frentes. La batalla entre lo nuevo y lo conservador se vio reflejado tanto en lo social y poltico como en los vehculos de expresin cultural como la msica, el arte, la literatura. Y el periodismo no fue la excepcin. La contracultura se erigi como un escenario para nuevos actores y nuevos argumentos que demandaban un cambio en los medios de informacin. De modo que los jvenes, los estudiantes, los intelectuales y los periodistas protagonizaron esfuerzos innovadores dirigidos a romper con tabes y normas estancadas as como hacer efectiva una postura ideolgica que defendiera los ideales de una juventud que se revelaba ante la opresin, la desigualdad y las injusticias del sistema establecido. Los literatos, lejos de reflejar todo aquello, se replegaron en el academicismo y en la vuelta al clasicismo que poco deca a los jvenes de la poca. Esto dej el campo abierto para un gnero hasta entonces considerado menor en el campo de las letras: el periodismo. Y fue desde esta tribuna que numerosos escritores dieron voz a toda una generacin y su trabajo se convirti en el espejo de la contracultura.
Naci as el nuevo periodismo. Desde que Truman Capote escribiera su legendaria A sangre fra, que rompa las fronteras entre la ficcin y la realidad, entre el reportaje y la novela, un grupo de jvenes periodistas estadounidenses comenzaron a aplicar en sus trabajos recursos narrativos asimilados tradicionalmente a la literatura de ficcin. Con esto, otorgaban a los textos periodsticos una calidad estilstica y narrativa que estaban perdiendo, ante el predominio del modelo objetivo del periodismo norteamericano. Era una novedosa forma de acercarse al rico material que el contexto de la contracultura les ofreca. Pero, adems, esta nueva tendencia, denominada nuevo periodismo en las antpodas del periodismo convencional, recuperaba los viejos preceptos del buen periodismo de siempre: investigacin, denuncia, compromiso tico, pluralidad de voces y de contenidos. El periodismo de investigacin y denuncia, heredero de los trabajos que los periodistas crticos muckrakers realizaron a principios del siglo XX; la prensa underground, que atenda las necesidades de los marginados del sistema que la prensa convencional ignoraba, al igual que la novela de no-ficcin, que llevaba la realidad al campo de la ficcin, fueron las semillas de este nuevo movimiento que se gestaba desde el periodismo y para el periodismo. Una corriente que se funda con la literatura pero que iba mucho ms all, hacia una actitud renovadora, creativa y comprometida que, al menos por aquellos das, revolucion la profesin de los literatos menores: los periodistas. Numerosos reportajes, con sus revelaciones y denuncias, hicieron temblar al Poder. Los periodistas se convirtieron en actores sociales que participaban de los mismos hechos que narraban, involucrndose en las profundidades de los mundos y los personajes que daban vida a sus textos. Era un periodismo arriesgado y comprometido que, gracias a su valor literario, gener numerosas obras que trascendieron como libros que hoy en da an tienen actualidad. Muchas veces, la historia de cmo fueron concebidas son tan excitantes como las propias narraciones, y la forma en que muchas de ellas cambiaron el curso de los acontecimientos, tan sorprendentes como stos mismos. Y es que el periodismo, segn sus rebeldes hacedores, no era slo un oficio al servicio de otros, generalmente los dueos de los medios o las instituciones oficiales, sino una profesin al servicio de la sociedad que, sin tapujos, llegaba hasta donde tuviera que llegar en honor a la verdad. Escribir bien, tan extenso como fuera necesario, tan vvido como el hecho lo ameritara, tan profundo y tan honesto, comprometido con las causas de sus lectores y ameno, era la regla de oro de los nuevos periodistas.
Pasados los aos y bien entrados los setenta, las agitadas aguas de la contracultura se calmaron, y los mejores das del nuevo periodismo quedaron atrs. No obstante, ste sembr las semillas de nuevos esfuerzos, propuestas y tendencias que trascendieron dicho contexto, permaneciendo como prototipo de un mejor periodismo. Pero comencemos por el principio. A sangre fra, publicada de forma seriada en The New Yorker en 1965, fue iniciadora del gnero de no-ficcin, pues el autor, haciendo uso de su mirada periodstica a la vez que de sus dotes literarias, llevara a cabo la reconstruccin minuciosa de un caso real, aparecido entre las notas diarias de la seccin policaca del peridico, utilizando recursos de la ficcin, para darlos a conocer como si se tratase de la trama de una novela. Subtitulado como Relato verdadero de un asesinato mltiple y de sus consecuencias, el reportaje, de tema ms que nada periodstico, se centra en el asesinato sin mvil aparente de la familia Clutter, unos granjeros de Kansas, cometido en 1959 por Eugene Hickock y Perry Smith. El caso fue cuidadosamente cronicado por Capote, luego de una profunda investigacin de campo, un anlisis detallado de los registros oficiales y largas entrevistas con los involucrados. Los periodistas comenzaron a aplicar en su trabajo las tcnicas y procedimientos de la ficcin. El nuevo periodismo creci como una epidemia: fue adoptado por la mayora de los peridicos underground que proliferaron en aquella poca, por grandes escritores, por algunos periodistas y medios tradicionales que poco a poco se fueron abriendo a estas nuevas posibilidades. Hacia 1969, como apunta Wolfe, prcticamente no exista nadie en el mundo literario que se permitiese desechar llanamente al nuevo periodismo como un gnero literario inferior. En realidad, la tendencia novoperiodstica se creaba no tanto a travs de la novela, ni del cuento, ni de la poesa, como a travs del propio periodismo. Naca como una especie de anti-estilo que se opona cada vez con mayor fuerza al status quo informativo del momento. Ante todo, el nuevo periodismo buscaba traspasar los lmites convencionales del diarismo. Por primera vez, se pretenda mostrar en la prensa algo que hasta entonces slo se encontraba en las novelas o cuentos: la vida ntima o emocional de los
personajes. Un reporte se poda leer igual que una novela; un artculo se poda transformar en cuento fcilmente, o una nota tener una dimensin esttica y novelada. En todos los casos, los requisitos ms importantes para llegar al nuevo periodismo era la apertura creativa, que sumada a las cualidades de honestidad, visin y estilo, tena que ver ms que nada con un fuerte compromiso con la comunicacin eficaz de la informacin y con conceptos ticos acerca de la realidad social que se viva. Michael L. Johnson sostiene que los nuevos periodistas eran aquellos autores que planteaban: La necesidad de una nueva forma tcnica para la informacin y para quienes una nueva conciencia de los hechos de la realidad humana no es slo la razn para el nuevo periodismo sino un producto de l. En los aos en que comenzaron a circular, los trabajos novoperiodsticos causaron una verdadera conmocin porque su escritura tena poco o nada que ver con las pautas de composicin y estilo propias del periodismo convencional, caracterizado por el uso de procedimientos diseados institucionalmente para satisfacer las pretensiones de objetividad en las que se apoyaba y todava se apoya hoy el discurso periodstico hegemnico. Pero adems, los nuevos periodistas, a travs de la funcin que desempeaban, se convertiran en personajes clave dentro de los procesos sociales y polticos. Como dijera Naomi Feigelson: Los representantes del nuevo periodismo se ven a s mismos como reeducadores de la juventud norteamericana y como unificadores y solidificadores del movimiento revolucionario. En definitiva, la nueva tendencia no se limita a informar, sino que est haciendo una revolucin. Es cierto que, en sus inicios, el nuevo periodismo pec de optimismo. Las expectativas eran muy grandes: se esperaba que esta frmula sustituyera al periodismo convencional. Sin embargo, en el futuro, que es hoy el presente, el nuevo periodismo se ira cooptando y difuminando como tal, a pesar de que ha prevalecido exitosamente como una opcin estilstica por la que an optan algunos medios y periodistas. Claramente en Mxico, el nuevo periodismo quiz ha tardado en manifestarse y no cuenta con demostraciones numerosas. Pero los autores saben que propuestas como sta integran una nueva y prometedora posibilidad que se les ofrece, y la acogida de los
lectores ha sido generosa. Por ello no es arriesgado pronosticar que en el futuro nos encontraremos con muchas ms obras en esta lnea, lo que permitir desarrollar sus posibilidades y conocer todo lo que puede dar de s esta forma de colaboracin entre la literatura y el periodismo. Ante todo, el nuevo periodismo ha dejado un sello de creatividad en el periodismo, y no dejar de dar ejemplo de que una prensa amena, profunda, comprometida, crtica e independiente ha sido posible. El nuevo periodismo es posible por que ya fue posible. Tom Wolfe escriba en 1973 las siguientes palabras: La posicin del nuevo periodismo no est asegurada por ningn concepto. En algunos terrenos, el desprecio que inspira carece de lmites Si no hay suerte, el nuevo gnero jams ser santificado, jams ser exaltado, jams tendr una teologa Pero el nuevo periodismo no deber ser ignorado en un sentido artstico.