La Radio Como Comunicacion
La Radio Como Comunicacion
La Radio Como Comunicacion
(1920-1935)
Entre 1920 y 1922, las radios que se organizaban para poner al aire
sus programas debían ser autorizadas por la Municipalidad de Buenos
Aires. Este tipo de autorización dependía del corto y limitado alcance
que las radios tenían en ese entonces. Después, fue el Ministerio de
Marina el encargado de dar a los radioaficionados el permiso. Esto se
mantuvo hasta que la responsabilidad fue asumida por el Ministerio
del Interior, en 1925. Se realizaba a través de la Dirección General de
Correos y Telégrafos (después, Telecomunicaciones) y las emisoras
eran veintiuna.
No hay que olvidar que el mundo cultural de los años veinte estaba
centrado en el teatro. Como medio cultural, el teatro dejaba poco a
poco de concentrarse en el genero criollo para hacerlo en el genera
español. El teatro español adquirió popularidad durante los años
veinte. Dejará de tenerla sólo a finales de la década, al ser
reemplazado por el star system nacional. Los autores de las obras de
teatro que convertían a los actores nacionales en estrellas tomaron
progresiva conciencia de la presencia y de la relevancia de la radio.
Con la radio, el teatro se transformó en radioteatro y llegó hasta un
público más amplio y diverso. En 1924, Federico Mansilla presentó la
obra de Belisario Roldan, El rosal de las ruinas. Mas adelante, produjo
un ciclo de obras de autores nacionales que pueden ser consideradas
un antecedente del radioteatro que se conoció en los años treinta.
Eran diferentes, ya que no contaban con la continuidad argumental
entre una y otra emisión, rasgo esencial y característico de ese
género.