Historia Del Arte
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Hominizacin y arte La prehistoria es la etapa ms larga de la historia de la humanidad. Cerca de milln y medio de aos le cost al hombre llevar a cabo el proceso evolutivo anatmico que le otorg su aspecto actual. Hace un milln de aos empezaron a fabricarse en la zona oriental del continente africano, y poco despu s en !urasia, los primeros "tiles de piedra. Los autores de estas industrias fueron el Homo habilis, el Homo erectus y los presapiens, que se hab#an desarrollado en $frica %riental, &sia y !uropa. Las primeras manifestaciones art#sticas fueron realizadas, no obstante, much#simos milenios ms tarde, ya que el origen del arte se remonta a unos '(.((( aos a.C. )in embargo, no habr#a sido posible ni la fabricacin de "tiles ni la creacin art#stica, si el proceso evolutivo del hombre no hubiese comportado la liberacin de las manos. !ste fue, en efecto, uno de los Venus de Willendorf (Museo de Historia Natural, Viena, Austria) hechos ms sobresalientes del proceso de hominizacin, ya que con la adopcin de la posicin erecta las manos adquirieron otro tipo de prioridades aparte de las prensiles. !l hombre pod#a pues fabricar ob*etos y, tambi n, pintar, grabar y realizar toscas, pero significativas, esculturas. +uede, pues, decirse que la evolucin del hombre se materializ, tanto en la transformacin de sus "tiles como en las manifestaciones art#sticas. +or eso, progresivamente, y a medida que la inteligencia se fue desarrollando, las manos fueron logrando tambi n mayor precisin en la e*ecucin de los actos. ,uvo as# lugar, poco a poco, una evolucin tecnolgica, de modo que los "tiles fabricados fueron cada vez ms comple*os, adecundose con mayor precisin a las finalidades a las que estaban destinados. Los ritos funerarios aparecieron durante el +aleol#tico medio. !l hombre de -eanderthal fue el primero que enterr a sus muertos en aut nticas sepulturas, aunque stas eran todav#a
e.tremadamente sencillas y carec#an de a*uar funerario. Las sepulturas se realizaban, con preferencia, en fosas y los individuos se enterraban en posicin fetal, posiblemente para garantizar el retorno al seno de la madre ,ierra. !l arte naci hace unos '(.((( aos, en la fase final del +aleol#tico. )u autor fue el hombre de Cromagnon, un individuo parecido al hombre actual, que enterraba a sus muertos *unto a ofrendas rituales. !s obvio que cre#a en la vida despu s de la muerte. !l desarrollo de la produccin art#stica forma parte, por lo tanto, del con*unto de las manifestaciones espirituales y metaf#sicas, como por e*emplo el ya mencionado culto a los muertos, que distingue, sin lugar a dudas, al hombre de los animales. +ero, /por qu el hombre empez en el +aleol#tico a producir lo que nosotros en la actualidad denominamos arte0 El descubrimiento del arte prehistrico: el problema de la autenticidad
Bisontes de las cuevas de Altamira (Espaa)
!l descubrimiento del arte prehistrico es bastante reciente, se remonta al siglo 121, coincidiendo con el nacimiento de la +rehistoria como ciencia.
&l enfrentarse en la actualidad al arte paleol#tico se puede sentir una mayor o menor admiracin por l, pero se acepta su antig3edad y autenticidad. )in embargo, no siempre ha sido as#. !l primer hallazgo de arte parietal, acaecido en 4567, la cueva de <amira 8Cantabria, !spaa9, no slo fue puesto en tela de *uicio, sino que a su descubridor se le tach de falsario. &lgunos de los
ob*etos de arte mueble se consideraron falsificaciones o realizaciones contemporneas. La negacin de la autenticidad de estos hallazgos se fundamentaba en que era inadmisible que aquellos primitivos pudieran haber tenido una tecnolog#a o una habilidad que les permitiese realizar esas obras. )e adu*o que, al carecer de sistemas :modernos; de iluminacin, era imposible que hubiesen pintado en la oscuridad de las cavernas y que las pinturas, grabados y esculturas estaban demasiado bien hechos para ser de aquellos tiempos. Lgicamente, si se dudaba de la contemporaneidad del hombre y el mamut, /cmo admitir la autor#a de unas pinturas o grabados realizados con seme*ante maestr#a0 +osteriores descubrimientos en cuevas que hab#an estado selladas durante miles de aos por derrumbes, o en estratos arqueolgicos intactos, hicieron que la opinin variara y se reconociese la autenticidad y antig3edad de las primeras manifestaciones art#sticas del ser humano. La representacin de animales durante el Paleol tico Los animales fueron los modelos favoritos de estos artistas, pero tambi n aparecen signos y, en menor medida, representaciones humanas. -o hay paisa*e de fondo y, aunque las agrupaciones de animales pueden parecer caprichosas, en realidad stas responden a una composicin estudiada y preestablecida, tal como lo confirman los estudios de los prehistoriadores de prestigio internacional. &islados o en grupo, estticos o en movimiento, pastando o huyendo, sanos o heridos, los animales son muy abundantes tanto en el arte mueble como en el parietal. <isontes, caballos, ciervos y *abal#es son los ms frecuentes= algo menos los renos, elefantes, rinocerontes y osos, y muy poco los peces, reptiles y aves. Los sistemas de representacin son variados y van de la simple silueta inacabada, con el dibu*o de la cabeza y el lomo "nicamente, hasta las :figuras cerradas; con el interior policromo. La gran e.presividad en las posturas y gestos revela el dominio de la l#nea. -o se conoce con certeza de qu dependen los criterios con los que fueron seleccionadas las especies de animales representadas en las paredes de las cuevas. +robablemente, no todas las representaciones responden a la necesidad de buscar alimento. )in duda, la opcin de pintar a uno u otro animal debi corresponder a una necesidad simblica ms amplia y comple*a.
!l antecedente del actual caballo es la figura ms representada. )e han hallado restos seos de estos animales en importantes yacimientos arqueolgicos y hay representaciones de caballos en casi todas las cuevas. Cabeza de caballo relinchante hallada en Mas d'Azil (Francia)
!stas manifestaciones art#sticas muestran obvias diferencias con el caballo actual, que es ms esbelto y no tiene pelo abundante. >uizs uno de los ms bellos e*emplares se encuentra grabado en la roca del abrigo de Commarque 8?ordoa, @rancia9. !n este abrigo e.iste un gran relieve que reproduce la cabeza de un caballo, que mide casi dos metros. !l relieve sobresale mediante unas incisiones sutiles que marcan los rasgos m#nimos para que la figura emer*a de la pared. !l bisonte sigue al caballo en cuanto al n"mero de representaciones. ?estacan los famosos e*emplares de bisontes de la cueva de <amira 8Cantabria, !spaa9. %tro bvido muy representado es el uro o toro salva*e, de enormes vol"menes y oscuro pela*e, en contraste con las vacas, ms pequeas y de cromatismo ms claro. Los e*emplares ms grciles se encuentran en la cueva de Lascau. 8Aontignac, @rancia9. La cabra montesa aparece con frecuencia en el arte rupestre. !n @rancia, hay representaciones pictricas en +airBnonB+air y en la cueva de !bbou 8&rdeche, @rancia9. !n la pen#nsula 2b rica tambi n e.isten significativos e*emplares en la cueva de !l Castillo 8Cantabria, !spaa9. !l reno es el animal del que suelen hallarse mayor n"mero de huesos en los yacimientos arqueolgicos, de ah# que el +aleol#tico se denomine tambi n :!dad del Ceno;. Las astas de este animal se
utilizaban frecuentemente para la fabricacin de herramientas, que sol#an decorarse con grabados. Las reproducciones de ciervos con e.ageradas cornamentas son t#picas de la zona del mar Cantbrico. !n la cueva de Lascau., en Aontignac 8?ordoa, @rancia9, hay numerosas figuras de ellos. Cepresentaciones de hembras se encuentran en el abrigo de !bbou 8&rdeche, @rancia9 con formas esquemticas labradas en la roca, que describen la silueta con unas simples l#neas rectas. !l mamut es otro de los animales t#picamente prehistrico por sus enormes defensas en forma de colmillos curvados. Cuando se pensaba que el mamut apenas estaba representado en el arte paleol#tico, se hall en la cueva de Couffignac 8?ordoa, @rancia9 ms de un centenar de e*emplares, realizados en trazos negros de gran soltura. Los peces, en cambio, suelen por lo general representarse en el arte mobiliar. La pintura de si!nos y "ormas abstractas en el Paleol tico La abstraccin nace en el mismo momento en el que comienza el arte como forma diferenciada y complementaria de la representacin simblica figurativa. Los signos, de dif#cil y discutible interpretacin, con formas muy variadas, creando con*untos homog neos o mezclados con animales o seres humanos, ofrecen un variado repertorio grficoD puntuaciones en serie, l#neas cortas verticales u oblicuas, rectngulos con cuadr#culas en su interior 8tectiformes9, valos abiertos o cerrados, con una l#nea central en el sentido del e*e m.imo 8vulvas9, etc tera. )i en el caso de los animales se ignora el porqu de las representaciones, en el de los signos el problema es a"n mayor, pues su esquematismo y su abstraccin, son tales que su significado se nos escapa.
Cueva de El Castillo
significativas del arte paleol#tico 8Lascau. y <amira, situadas en @rancia y !spaa, respectivamente9 hay s#mbolos geom tricos trazados en ro*o, *unto a figuras de animales. &bundan, sobre todo, las l#neas paralelas, que se entrecruzan formando cuadr#culas, y las formas circulares. !n !spaa, aparecen signos y formas abstractas en las cuevas de la zona del Cantbrico como en !l Castillo, Las Chimeneas, La +asiega y en el sur de la pen#nsula 2b rica, en La +ileta 8Alaga9, donde hay un verdadero muestrario de l#neas curvil#neas, redondas y serpentiformes, que recuerdan los dibu*os del pintor contemporneo Eoan Air. !l investigador &. LeroiBFourhan cree que estas imgenes abstractas forman parte de un plan concreto de organizacin de los s#mbolos que tienen una funcin ritualBmgica. Ceduce los signos a dos categor#asD la masculina o la femenina. )eg"n esta interpretacin ser#an pues formas sustitutorias de la representacin de los rganos se.uales. !.iste, adems, otro tipo de abstraccin al que se llega como culminacin de un proceso de s#ntesis figurativa, eliminando los detalles no significativos de
aquello que se quiere representar. Gna serie de pequeos gui*arros encontrados en &bri Aurat 8Lot, @rancia9 muestran el resultado de este procedimiento. !n uno de ellos la forma de una cabra corriendo se ha reducido a simples l#neas entre las que se puede reconocer los cuernos y los trazos alargados que sealan las patas e.tendidas. La pintura paleol tica de "i!uras humanas
Venus de Brassempouy
!l con*unto de las representaciones humanas es el ms escaso dentro de este arte. )lo aparecen seres humanos realizados por medio de grabado o de figuras de bulto redondo Brar#sima vez en pinturaB y con menos realismo que los animales. ,anto las figuras masculinas como las femeninas aparecen desnudas, aunque en alguna ocasin estas "ltimas presentan alg"n tipo de ornamento personal. Aientras que en las masculinas se han sealado los rasgos faciales 8o*os, boca9, es muy raro en las femeninasD slo la cabecita de la Venus de Brassempouy 8Frotte du +ape, <rassempouy, @rancia9 muestra la nariz y las ce*as
Las #venus$ paleol ticas Las representaciones femeninas constituyen el grupo de las denominadas :venus;, aunque su anatom#a diste un tanto de ser el prototipo de la esbeltez. !stas mu*eres, grabadas o esculpidas, tienen muy desarrollados los pechos y las nalgas, mientras, en comparacin, la cabeza, brazos y tambi n piernas resultan delgad#simos. Los e*emplos de :venus; son muy numerosos en !urasia durante el +erigordiense. !stas estatuillas de marfil o de piedra, que a veces son tan esquemticas que son reducidas a dos tringulos opuestos, se encuentran desde )iberia a @rancia. %epresentaciones humanas en los relieves: la &enus de Laussel
Las incisiones de figuras labradas sobre la roca muestran los primeros intentos de representar en ba*orrelieves el cuerpo humano. !stos relieves han sido interpretados como s#mbolos de fertilidad. >uizs los de mayor significacin por su calidad plstica sean los encontrados en Laussel 8?ordoa, @rancia9, un hombre y una mu*er labrados sobre roca caliza. +ara el modelado del Venus de Laussel o Dama del cuerno cuerpo femenino de la (Museo de Aquitania, Burdeos) denominada Venus de Laussel 8Auseo de )aintB FermainBenBLaye, +ar#s9 se aprovech la curvatura natural de la roca, haciendo coincidir la zona del vientre con la concavidad de la pared rocosa, quedando as# ste e.traordinariamente acentuado.
La figura reproduce la tipolog#a frontal, com"n a las estatuillas de :venus;, esto es, se e.agera la representacin volum trica de la pelvis en desarrollo lateral. La mu*er tiene un brazo levantado hacia arriba, sosteniendo un cuerno, mientras la cabeza gira hacia ese punto, cayendo el pelo hacia el lado contrario. !l otro brazo descansa sobre el vientre sealando la zona p"bica. La presencia del cuerno redunda en la significacin de la :venus; como representacin simblica de la fertilidad. La cornamenta, forma fragmentaria por la que se alude a la totalidad del animal Bgarant#a de la abundancia de alimentoB, adquiere as# una significacin precisa. !l tronco est bien definido con senos grandes y ca#dos, el vientre es abultado y las piernas se adelgazan hasta llegar a unos pies reducidos al m.imo, apenas unos ap ndices indeterminados.
+ese a su posicin frontal, la cabeza de perfil, sin rasgos faciales Blo que indica ausencia de individualizacinB otorga algo de movimiento a la figura. !n el mismo abrigo que acoge la Venus de Laussel se halla un ba*orrelieve que representa una figura masculina. Las e.tremidades inferiores estn de perfil, mientras la parte superior del tronco aparece girada de frente con el hombro izquierdo hacia adelante y el brazo levantado. !sta con*ugacin de diferentes puntos de vista plasma el inter s por mostrar el cuerpo desde la forma ms completa posible. Las manos pintadas: positivos y ne!ativos &dems de las figuras de hombres y mu*eres, aparecen
representaciones de manos pintadas. !s frecuente que stas tengan el dedo anular o el medio ms corto de lo debido, por lo que se ha hablado de mutilaciones rituales, cosa que est por demostrar. ?esde pocas tempranas, ya en el &uriaciense, aparecen las primeras huellas de manos en las paredes de las cuevas de toda el rea pirenaica. Hay numerosos e*emplos de impresiones hechas con los dedos en forma de l#neas ms o menos paralelas. )in embargo, estos trazos son escasos si se comparan con la cantidad e.istente de impresiones de manos en color. )e han encontrado abundantes representaciones de manos, realizadas en colores ro*o y negro, sin que se conozca el significado de la variacin del color. !stas representaciones estn hechas mediante dos m todos diferentesD unas realizadas mediante la difusin de la pintura a trav s de una caa Butilizada a modo de r"stico aergrafoB y empleando de plantilla la propia mano. !l resultado obtenido es la impresin en negativo de la mano que queda silueteada con un halo de pintura de l#mites imprecisos.
%tras, por el contrario, se obtienen mediante la huella de la mano impregnada de pintura y presionada sobre la roca, proporcionando una imagen en positivo de la misma. )on ms abundantes las manos en negativo que en positivo= as# mismo, es ms abundante la representacin de la mano izquierda que la de la derecha. Las manos se distribuyen a lo largo de las paredes de las cuevas a modo de frisos, en grupos o aisladas. Los e*emplos de formas aisladas, como ocurre en Fargas 8+irineo franc s9 o en la cueva de !l Castillo 8Cantabria, !spaa9, adquieren una impresionante fuerza mgica y, por supuesto, evocadora. Los tri'n!ulos p(bicos ?urante todo el per#odo auriacoperigordiense hay representaciones de vulvas, como abstraccin m.ima del rgano femenino reproductor. 2nscritas en la figura femenina, el tringulo p"bico aparece muy acentuado en las :venus; auriacoperigordienses y, posteriormente, en los ba*orrelieves magdalenienses. &l igual que las manos, las vulvas aparecen grabadas sobre rocas o pintadas, aisladamente o en compa#a de otros s#mbolos o signos abstractos. !n el abrigo de Le @errassie y en el &bri Castanet 8?ordoa9, ambos en @rancia, se hallan algunos e*emplos. )on vulvas aisladas grabadas en piedra. Gn caso singular es el de la cueva de ,ito <ustillo 8&sturias, !spaa9, donde hay un con*unto pictrico denominado :santuario de las vulvas;. Las representaciones de vulvas ofrecen una amplia tipolog#a que evoluciona desde un conte.to figurativo naturalista, inscritas en los cuerpos femeninos de los relieves de La Aagdeleine y Laussel 8?ordoa, @rancia9, hasta la m.ima abstraccin como s#mbolo aislado en las pinturas ro*as de ,ito <ustillo 8&sturias, !spaa9. )i!uras h bridas Las figuras h#bridas son, en su mayor#a, pinturas parietales que se hallan en las profundidades de las cavernas. !n menor cantidad se encuentran grabadas mediante incisin sobre ob*etos de uso cotidiano. Cronolgicamente, aparecen en las pocas ms antiguas del +aleol#tico superior, durante la etapa auriacoperigordiense, prolongndose hasta el Aagdaleniense. Las figuras h#bridas estn formadas por la fusin de rasgos humanos y rasgos animales. !l resultado es una imagen de carcter h#brido y
aspecto grotesco. !stas figuras estn e*ecutadas de un modo descuidado y tosco, si se las compara con las representaciones animales de la misma poca. )e observa, sobre todo, la inclinacin a plasmar rostros indeterminados. Hay numerosos e*emplares de figuras h#bridas. Gna de las ms caracter#sticas se halla en el santuario de ,roisB@rHres 8&riHge, +irineo franc s9. )e trata de una figura que presenta e.tremidades humanas y numerosos rasgos animales. ,iene la cabeza barbada con cornamenta de reno y o*os de lechuza, hocico de felino, cola de caballo y se.o de forma humana pero ubicado en el mismo lugar que el de los felinos. La posicin destacada de esta figura sobre el resto de las representaciones de animales de la misma cueva es elocuente. !llo permite afirmar que se le otorg, respecto a las otras pinturas representadas, un rango superior. %tro e*emplar relevante se encuentra en Lascau., en Aontignac 8?ordoa, @rancia9, situado en la profundidad de la cueva. !s una imagen curiosa, pues reproduce una escena, lo cual no suele ocurrir en el arte paleol#tico. Cepresenta a un hombre itiflico con cabeza de p*aro. La representacin es absolutamente esquemtica y se reduce a un tronco alargado con las e.tremidades en forma de palos acabados en l#neas. Contrasta con el bisonte que hay al lado, porque en ste se diferencia el pela*e y se capta la masa volum trica e.presada a trav s del contorno. !l animal se desploma herido con el vientre abultado ante el hombre. !ste acusado contraste entre la figura humana y la animal ser constante a lo largo de todo el +aleol#tico. La escena ha sido interpretada como un ritual mgico. )e cree que estas e.traas imgenes son personas ataviadas con mscaras y atributos animales, que se encuentran equipadas para realizar ceremonias rituales. Cepresentan al chamn de la tribu, un intermediario entre las fuerzas ocultas de la naturaleza y los hombres. )e consideraba, probablemente, que este persona*e estaba dotado de unos poderes fuera de lo com"n, que le permit#an establecer la necesaria comunicacin con las energ#as Binvisibles para el hombreB que rigen el universo. & trav s del chamn se deb#a mantener la armon#a que garantizaba la pervivencia del grupo. Las ceremonias tambi n ten#an relacin con la caza. )i!uras transparentes
Gno de los rasgos que se reiteran en las representaciones paleol#ticas es el uso de la transparencia. &s#, es posible observar el interior de los cuerpos de los animales, como si no hubiese densidad corprea. -o hay una e.plicacin clara para la interpretacin de esta prctica, pero debe relacionarse, posiblemente, con la magia del cazador. )e pintan pues los rganos vitales para que el cazador tenga acceso a ellos. !s, simplemente, una forma de garantizar el dominio sobre el animal. !n la cueva de !l +indal 8&sturias, !spaa9 hay un mamut silueteado con un corazn pintado en el interior. !n la cueva de -iau. 8+irineo franc s9 hay un bisonte silueteado en negro, que presenta las mismas caracter#sticas. !l animal tiene dibu*adas varias flechas en el interior del cuerpo que indican los lugares en los que ha sido herido.
Elefante de la Cueva de El Pindal
)i!uras superpuestas Las cuevas donde se encuentran las pinturas no eran los espacios destinados a la vida cotidiana del hombre. Las representaciones se hallan a menudo en lugares inaccesibles que cumpl#an la funcin de santuarios. )on, por lo general, las zonas ms oscuras y recnditas de las cuevas. !n la cueva de @ontBdeB Faume 8?ordoa, @rancia9 se hallan figuras de animales incisas y pintadas que pertenecen a pocas diversas, desde el &uriaciense hasta el Aagdaleniense. Auy cerca de este abrigo, en la cueva de La Aouthe, numerosas superposiciones de figuras, l#neas y raspados, forman una comple*a maraa que dificulta la visin n#tida de las figuras. !n la cueva de ,roisB@rHres 8&riHge, +irineo franc s9 la imbricacin de bisontes, renos, felinos, caballos y
figuras antropomorfas delata la impronta de*ada por sucesivos pintores. Las numerosas figuras superpuestas que se encuentran en Lascau., en Aontignac 8?ordoa, @rancia9, son fcilmente reconocibles por el contraste de tamao que hay entre ellas. &s#, entre los enormes bvidos destaca un rebao de ciervos de la etapa auriacoperigordiense. El Homo sapiens y el arte rupestre !n el +aleol#tico superior hacia el '(.((( a.C. el Homo sapiens sapiens, antecedente directo del hombre actual, irrumpi en la +rehistoria, alcanzando pronto una serie de grandes logros t cnicos, as# como art#sticos 8arte rupestre y mobiliar9 y espirituales 8ritos funerarios9. !l arte prehistrico Bdif#cil, sin lugar a dudas, de comprender y valorar adecuadamenteB pone adems de manifiesto el dominio de una comple*a habilidad art#stica y tambi n de un e.traordinario y desarrollado sentido est tico. ?e ah# el que se pusiese en tela de *uicio el primer hallazgo de arte rupestre y de que se tratase a su descubridor de falsario. %bviamente, costaba de admitir a fines del siglo 121 que el hombre prehistrico fuese el autor de obras art#sticas de tal calidad. !l +aleol#tico superior se subdivide en tres grandes per#odosD auriacoperigordiense, solutrense y magdaleniense. El arte rupestre del per odo auriacoperi!ordiense & lo largo del ciclo auriacoperigordiense 8'((((BIJ((( a.C.9 se produce un progresivo dominio del dibu*o en formas que sintetizan el contorno de los animales con espec#ficas caracter#sticas e.presivas. !s el momento de m.ima e.pansin del arte paleol#tico, e.tendi ndose en !uropa desde las zonas siberianas ms orientales hasta el Aediterrneo. !n el &uriaciense las primeras representaciones de animales consisten en dibu*os de siluetas. &lgunas partes del contorno se realizaron de un slo trazo, imprimiendo las huellas de los dedos sobre la arcilla blanda. !n un principio siguen direcciones al azar hasta que comienzan a regularizarse formando meandros o c#rculos. !n una de las galer#as de la cueva de <amira 8Cantabria, !spaa9 se aprecia un con*unto de l#neas muy largas Bllegan a los seis metrosB en las que todav#a no hay una forma definida. ?e estas improntas se han encontrado restos en numerosas cuevas, entre las que se puede citar Fargas 8+irineo franc s9, +echBAerle 8Lot, @rancia9 o La +ileta 8Alaga, !spaa9. !l hombre auriaciense
debi de observar que era sencillo deslizar las manos en la d"ctil arcilla y que pod#a repetir el gesto con una intencin concreta hasta obtener una silueta reconocibleD son los primeros contornos de figuras de animales. Gno de los e*emplares ms significativos se halla en la Sala de los Jeroglficos de +echBAerle 8Lot, @rancia9, en la que se represent un reno de enormes dimensiones. )e ha omitido cualquier detalle de la figura para destacar el contorno del cuerpo del que sobresale el asta que es tan grande como el tronco del mam#fero. )uperpuestos al animal hay surcos verticales que forman un numeroso con*unto de l#neas. !s habitual la combinacin de figuras animales y trazos lineales, como se aprecia en una de las galer#as de la cueva de <amira 8Cantabria, !spaa9, en la que una cabeza de cierva presenta numerosas l#neas sinuosas superpuestas. )e desconoce si stas obedecen a un significado simblico o si bien se tratan de bocetos sobre la arcilla blanda. !n ocasiones, se emplea la misma arcilla fresca de las paredes de las cuevas como materia pictrica. !n la cueva de La <aumeB Latrone 8sur de @rancia9 se hallan unas figuras de elefantes trazadas con este material, mezcladas con meandros lineales. As tarde aparecer#an los contornos incisos completos, aunque burdos y gruesos. ,al es el caso de <elcaure 8?ordoa, @rancia9 en el que una figura, de la que no se puede reconocer el animal representado, est grabada toscamente con surcos profundos sobre piedra caliza. !sta fase se prolonga y relaciona con el +erigordiense, momento en el cual las representaciones plasman los rasgos indispensables de las figuras. !s caracter#stica de este momento la llamada :perspectiva torcida;. Gn e*emplo muy significativo se encuentra en el abrigo de +echBAerle 8Lot, @rancia9, donde se reproduce una silueta de toro con los cuernos formando casi un c#rculo completo. ?e esta forma se acent"a la cornamenta al m.imo, sin omitir ninguna de sus astas. !n la cueva de La Aouthe 8?ordoa, @rancia9 se halla otro e*emplar, un pequeo bisonte inciso con trazos muy bien definidos, que se representa siguiendo el mismo esquema de cuerpo y cabeza de perfil, cornamenta y o*o de frente. %tro e*emplo que incluye una variacin en la cornamenta se encuentra en la cueva de La Clotilde 8Cantabria, !spaa9. )e trata de un bvido sobre arcilla en el que las astas estn reproducidas de frente y en proyeccin hacia adelante formando un ngulo de KJL . !ste modo de representacin se conoce como :perspectiva oblicua; o :semitorcida;. !s un recurso e.presivo frecuente, que se aplica en per#odos posteriores en numerosas pinturas de cuevas tan significativas como las de
+echBAerle 8Lot, @rancia9 o Lascau. en Aontignac 8?ordoa, @rancia9. ,ambi n en este momento hace su aparicin el uso del color, utilizado para marcar manos, as# como puntos gruesos que se estampan sobre las rocas con la ayuda de tampones. !n la cueva de Fargas 8+irineo franc s9 se hallan unas manos impresas en ro*o, consideradas unas de las ms antiguas del arte paleol#tico. !n el santuario de Le Combel, dentro de la galer#a de +echBAerle 8Lot, @rancia9 se aprecian puntos ro*os inscritos dentro y fuera de los contornos de figuras de animales. Con la t cnica del tampn se llegar#a ms tarde a trazar la silueta completa de figuras, tal como puede apreciarse en la cierva de contorno ro*o en el abrigo de Covalanas 8Cantabria, !spaa9. El arte parietal de la cueva de Lascau* Las pinturas ms representativas de este per#odo se encuentran en la cueva de Lascau., en el municipio franc s de Aontignac 8?ordoa, @rancia9, que es un verdadero templo del arte paleol#tico. )e trata de un comple*o de diversas galer#as en las que se encuentra un numeroso repertorio de figuras Balrededor de quinientasB formando un cosmos en el que estn representados animales pertenecientes a diferentes pocas. Las figuras, de distintos tamaos, se superponen. !n la Sala de los Toros hay cuatro figuras monumentales Balguna sobrepasa los cinco metrosB trazadas con un grueso perfil negro en combinacin con zonas del cuerpo cubiertas por manchas ro*as, pardas o negras difuminadas. +ara la representacin de las cabezas se ha empleado la :perspectiva semitorcida;. !l volumen del animal se acent"a en la parte delantera y las patas parecen cortas en relacin al cuerpo, lo que produce una sensacin de pesadez en las figuras. !stos toros colosales e.presan, me*or que ning"n otro e*emplo, el propsito del arte paleol#tico de que cada una de las figuras se imponga con independencia del resto del con*unto. +intura de un hombre con cabeza de p*aro *unto a un bisonte y un p*aro encontrada en el pozo de la cueva de Lascau. 8@rancia9
?etalle de la sala principal de la cueva de Lascau., @rancia, donde se observa un grupo de ciervos
Los relieves del per odo solutrense !l )olutrense 8IJ.(((B4J.((( a.C.9 es un per#odo dominado por el altorrelieve realizado con la t cnica del rehundido. Los relieves no se independizan nunca del soporte rocoso, por lo que no alcanzan el bulto redondo. +ara esculpirlos se aprovechan las
protuberancias naturales de la roca, eliminando la parte del saliente rocoso que distorsiona la silueta del animal. ?icho de otro modo, la morfolog#a del animal que se quiere representar est ya impl#cita en el muro de la cueva. Los efectos de luz y sombra potencian adems la individualizacin de la imagen haciendo que sta sobresalga de la pared. La cultura solutrense coincide con el perfeccionamiento de los utensilios de piedra. @ue entonces cuando se fabricaron herramientas con las que se consigui acentuar los vol"menes de los relieves y remarcar los detalles. Las principales manifestaciones art#sticas de este per#odo se encuentran en @rancia, como los bloques de piedra que representan bovinos 8vacas en este caso9 del abrigo Le @ourneau du ?iable, en el valle del <aume, cerca de ?ordoa. !ntre el con*unto de las representaciones destaca una vaca preada, cuyo modelado resalta las e.tremidades inferiores y la zona ms voluminosa del vientre. !l labrado acent"a las zonas de luz y sombra, individualizando as# la figura. La culminacin de la pintura rupestre: el per odo ma!daleniense !l Aagdaleniense 84J.(((B4(.((( a.C.9 es la "ltima fase del arte paleol#tico y supone la culminacin de este proceso. !n este per#odo se realizan las representaciones de mayor realismo. &dems, los ob*etos de arte mobiliar en hueso y marfil se multiplican y se decoran con dibu*os incisos de gran variedad temtica. & pesar de haberse encontrado muestras de arte magdaleniense en toda !uropa, los hallazgos se concentran en el sudoeste de @rancia, en el noroeste de !spaa Ben la cornisa CantbricaB y en algunos puntos del +irineo vascoBnavarro y central. )e puede, pues, hablar de arte :francocantbrico; como sinnimo de arte magdaleniense. !n @rancia la agrupacin ms importante de cuevas se halla en la regin de ?ordoaBM zHre. !ntre ellas Lascau. est considerada una de las ms significativas por el n"mero y calidad de las representaciones, que abarcan diferentes pocas. %tro abrigo importante es el de Cap <lanc, en el que se encuentran relieves magdalenienses de caballos organizados en un gran friso. !n el santuario de Laussel 8?ordoa, @rancia9 estn los relieves con representaciones humanas ms caracter#sticos de todo el arte prehistrico. @ontBdeBFaume 8?ordoa, @rancia9 tiene tambi n numerosas obras de varios per#odos del +aleol#tico con representaciones superpuestas de diversos animales.
+or "ltimo, en Les Combarelles, una cueva formada por dos estrechas galer#as, se halla uno de los grabados ms hermosos del arte paleol#tico. !n el n"cleo del +irineo franc s, el n"mero de cuevas es menor. )on representativas la de Fargas, en la que se encuentra un numeroso grupo de marcas de manos infantiles, y la de ,roisB @rHres 8&riHge, @rancia9, un laberinto de galer#as en el que abundan los grabados de animales. Las representaciones ms c lebres son dos figuras antropomorfas de hechiceros. !n otro santuario, Le ,ucBdN&udoubert 8&riHge9, se hallan unas figuras de bisontes moldeadas en arcilla, "nico e*emplo de esta t cnica. !n la cordillera Cantbrica 8!spaa9 el protagonismo de <amira 8Cantabria9 eclipsa los logros de las otras cuevas, pues se trata de la ms significativa del arte paleol#tico de la pen#nsula 2b rica. Contiene figuras de diferentes pocas, entre ellas los bisontes policromos que son los animales que me*or muestran el alto grado de verismo alcanzado durante el Aagdaleniense. Las figuras estn pintadas aprovechando las protuberancias rocosas para acentuar la sensacin de volumen. !n el abrigo de la cueva de !l Castillo 8Cantabria, !spaa9 tambi n las figuras policromas son las ms significativas, adems de los s#mbolos abstractos. Hornos de la +ea concentra numerosos grabados de diferentes pocas, desde el &uriaciense hasta el Aagdaleniense. %tras cuevas completan el repertorio, entre ellas La +asiega y tambi n La Clotilde. El +a!daleniense reciente La primera etapa magdaleniense est considerada un per#odo de formacin, caracterizado por el rigor del movimiento y el contorno cerrado. !n +echBAerle 8Lot, @rancia9 un dibu*o de bisonte con incisiones en algunas zonas representa al animal en actitud de embestir. !l silueteado seguro de la figura acent"a las gibas en relacin con la cabeza para reforzar la sensacin de movimiento. &bundan los dibu*os lineales negros en otras cuevas como <amira 8Cantabria, !spaa9, !l Castillo 8Cantabria, !spaa9, Le +ortel 8&riHge, @rancia9, -iau. 8+irineo franc s9 y @ontBdeBFaume 8?ordoa, @rancia9. El +a!daleniense medio !l Aagdaleniense medio corresponde a la fase que se
considera el punto de infle.in en el que comienza la poca de esplendor. !n ella se llega a la m.ima t cnica en la modulacin del contorno y la matizacin de la superficie cromtica. )e consigue, as#, un arte e.traordinariamente naturalista. La l#nea de la silueta se hace ms gruesa tal como ilustran las figuras de las cuevas de -iau. 8+irineo franc s9 y Le +ortel 8&riHge, @rancia9, donde el contorno del bisonte est recorrido por un denso trazado en negro y reforzado con l#neas grabadas sobre la roca en la zona del vientre y las patas. Gna vez dominado por completo el dibu*o del contorno, se aaden las cualidades e.presivas del detalle. %*os, pelos, pezuas son representados con toda minuciosidad. )e aaden tambi n pestaas a los o*os. !n el Saln Negro de -iau. 8+irineo franc s9, los bisontes se representan con trazos negros sin ning"n toque de color. ,odos los pormenores de pezuas y pelo estn e*ecutados con tal destreza que describen a la perfeccin la te.tura completa del pela*e de los animales. !l color, que ya hab#a sido utilizado en el ciclo auriacoperigordiense como silueta rellena que delimita el contorno, se modula ahora internamente, diferenciando gran diversidad de tonos. +oco a poco, se abandona la :perspectiva torcida; por una representacin ms naturalista, de mayor fidelidad a la realidad y aadiendo detalles 8como, por e*emplo, el de los o*os de perfil9. La cueva de Altamira o el esplendor del arte ma!daleniense La cueva de <amira 8Cantabria, !spaa9 agrupa la consecucin de todos estos logros, hecho que la convierte en el cenit del arte paleol#tico. !n el techo de la sala mayor, recubierto de arcilla, emergen los bisontes policromos alternando con manchas planas ro*as, de formas irregulares. !l cromatismo se ha ampliado a ocres, ro*os, pardos, amarillos y negros, que modulan las figuras limitadas por un contorno negro. La posicin de los animales es variada, unos parecen estar recostados en actitud de reposo, otros parecen mugir o estar a punto de embestir. !s asombroso el aprovechamiento de las fisuras naturales de las paredes rocosas para remarcar zonas volum tricas de las figuras, aplicando apenas las manchas de color que permiten reconocerlas. ,al es el caso de los bisontes recostados con el cuerpo perfectamente circunscrito a los salientes del techo. )in duda, el m rito indiscutible de los pintores de <amira fue aprovechar los salientes rocosos de la gruta para transformarlos en
imgenes llenas de vida. %tro de los importantes logros de este momento es, sin duda, que las figuras adquieren una precisin que las hace veros#miles. Los animales forman composiciones ms comple*as y aparecen organizaciones concretas como la sucesin de elementos, a modo de friso, o el enfrentamiento entre dos animales como se aprecia en la cueva de Lascau.. El +a!daleniense tard o !n el Aagdaleniense final o tard#o se aaden al contorno formas ornamentales que son los primeros s#ntomas de abstraccin. !n la cueva de La +asiega 8Cantabria, !spaa9, la silueta de un bisonte e.agera la ondulacin de la l#nea en el lomo, describiendo un par de gibas en un trazo sinuoso y suelto desde la cabeza hasta la cola. !l contorno est interrumpido, a diferencia del silueteado cerrado de la etapa anterior. !n la barba la l#nea dibu*a un rizo que enlaza con la pata delantera. !l cuarto trasero del animal se estiliza al m.imo. !n la etapa final del Aagdaleniense, la progresiva simplificacin de formas dar lugar a representaciones simblicas que se caracterizan por ser completamente abstractas. )e multiplican los ob*etos de arte mobiliar en hueso grabado y los gui*arros con formas incisas. !n un grabado sobre asta de ciervo, encontrado en la cueva de !l +endo 8Cantabria, !spaa9, la representacin de un #bice se ha reducido a dos l#neas que indican los cuernos. El arte mobiliar durante el Paleol tico
Los primeros ob*etos )i!ura de ciervo !rabada en un bastn per"orado que el hombre paleol#tico (+useo Ar-ueol!ico ,acional de +adrid) cre tuvieron una finalidad prctica. )e trataba de ob*etos de uso cotidiano, aunque en muchos casos se desconoce su utilidad. !stos ob*etos estn decorados desde el &uriaciense, pero es a partir del Aagdaleniense cuando la ornamentacin se generaliza. Cealizados en hueso o marfil, destacan los perforadores, cuchillos, buriles, raspadores, arpones y agu*as. Hay que mencionar los propulsores de azagayas, bastoncillos de asta de reno con un gancho en un e.tremo, formado por una figura de animal, y una perforacin oval en el otro. ?estaca el caballo saltando, encontrado en el abrigo de Aontastruc 8Farona, @rancia9. El arte del Paleol tico al ,eol tico Las manifestaciones art#sticas del +aleol#tico, que tanta calidad hab#an conseguido, no tuvieron continuacin en el !pipaleol#tico y el Aesol#tico. !n el !pipaleol#tico europeo el arte result muy pobre y escaso. )e limit a ob*etos de arte mobiliar 8&ziliense, Aaglemosiense9, con la e.cepcin de la zona mediterrnea espaola, donde se desarroll el segundo ciclo de arte parietalD el arte levantino. &s# mismo, fueron tambi n importantes las pinturas del norte de $frica. Los cambios climticos que tuvieron lugar hace, apro.imadamente, unos 4(.((( aos comportaron la modificacin de las formas de vida conocidas hasta entonces. !l retroceso de los glaciares y la estabilizacin de un clima mucho ms benigno, influy en la fauna y en la flora, as# como en el comportamiento del hombre, que transform sus hbitos y costumbres. Con el cambio climtico desaparecieron algunas especies animales como el mamut, el reno o el bisonte, siendo habitual, a partir de entonces, la caza de *abal#es y ciervos. )in embargo, el hecho ms importante de este momento fue la progresiva adopcin de la agricultura que
comport, a su vez, grandes cambios, tales como la sedentarizacin del hombre y la construccin de los primeros poblados. Con la sedentarizacin y el urbanismo incipiente se desarrollaron nuevas t cnicas como la produccin de la cermica y el te*ido. &mbas tendr#an una importancia decisiva para el ulterior desarrollo del arte. !l hombre fue adoptando paulatinamente los recientes logros t cnicos. -o hubo pues una ruptura drstica con las formas de vida paleol#ticas ni con sus "ltimas manifestaciones art#sticas. & las etapas epipaleol#ticas y mesol#ticas sigui el per#odo denominado -eol#tico, que significa poca de la piedra nueva o pulimentada. ,iene sus or#genes en &sia Aenor, a partir del 5(((B 6((( a.C., en la e.tensin que abarca desde 2rn a ,urqu#a. La difusin hacia otras reas de !uropa tuvo lugar a lo largo de varios milenios. !llo significa que cuando el -eol#tico fue definitivamente adoptado en todo el mbito europeo, en +r.imo %riente y en el denominado Creciente @ rtil 8valle del Oufrates y del ,igris9 ya se hab#a entrado en la fase protohistrica e histrica 8mediados del 2M milenio a.C.9, con el descubrimiento de la escritura. ?e ah# que deba considerarse el -eol#tico una etapa histrica muy larga, en la que no se pueden establecer paralelismos cronolgicos sino culturales, que hacen referencia a la adopcin de un modo de vida y t cnicas similares. .ambios de orientacin en el arte Hacia el final del Aagdaleniense se intensifica la necesidad de captar la apariencia cambiante de las cosas a trav s de la representacin del movimiento en las figuras y de la simplificacin e.trema de los trazos. !n el arte parietal la continuidad de esta tradicin se desarrolla en culturas asentadas en la zona oriental de la pen#nsula 2b rica y en el norte de $frica. !l arte peninsular BAesol#ticoB se e.tiende desde el norte, Lleida, hasta el sur, &lmer#a, y se fusiona posteriormente con la cultura neol#tica. Los grupos viven pr.imos al mar, lo que permite el intercambio con otras culturas le*anas del -orte de !uropa y &sia %ccidental. )e aprecia un verdadero cambio de intencin en la imagen. &s#, a la magia simblica, propia del +aleol#tico, se le suma ahora la necesidad de e.presar lo que se vive cotidianamente. !l arte sale de las cuevas, las representaciones ya no se encuentran ocultas en los lugares ms recnditos de las cavernas sino situadas en las zonas e.ternas de los abrigos rocosos o bien al aire libre, en barrancos y acantilados. Hasta entonces la figura humana no era habitual plasmarla en
las representaciones pictricas. ,ampoco e.ist#a la narracin. !n este momento el hombre comienza a dominar el medio en el que vive y se siente protagonista. !l motivo principal de las representaciones es el hombre social, inmerso en un marco de relaciones de caza, de guerra o de actividades agr#colas. -o interesa pues tanto el hombre como individuo sino su pertenencia al grupo, es decir, la plasmacin de las figuras dentro de un con*unto. Con la domesticacin los animales perdern su posicin de ma*estad= el hombre se erige, entonces, centro y seor de la creacin. !n las representaciones la figura animal suele estar sometida al hombre en las escenas de caza. )in embargo, se mantiene el contraste formal entre la figura animal, naturalista y por lo tanto fiel a la realidad, y la humana, sometida a una e.trema estilizacin geom trica. Las particularidades del arte levantino durante el ,eol tico Gn variad#simo repertorio de figuras 8de animales y humanas9, ob*etos, actitudes y escenas animan unas manifestaciones art#sticas que resaltan por su dinamismo en las representaciones. Considerado inicialmente, cuando se descubrieron los primeros covachos pintados a principios del siglo 11, como una provincia mediterrnea del arte cantbrico, sus diferencias con ste eran lo suficientemente acusadas como para dudar del parentesco directo entre ambos. -o es slo una temtica distinta, en la que la figura humana adquiere un protagonismo que nunca tuvo en el +aleol#tico, sino tambi n una manera totalmente distinta de representar escenas o actitudes. )e utiliza, adems, otra t cnica, a base de tintas planas, que no dan relieve a la figura. !l grabado est prcticamente ausente y las pinturas son monocromas. !n las figuras ms simples se combinan l#neas verticales para el tronco con l#neas oblicuas para los brazos y piernas. !n otras ocasiones, el tronco se reduce a un tringulo o a una l#nea ondulada de los que se eliminan las e.tremidades. Las combinaciones ms diversas son posibles en este arte que se lleva a cabo con una total libertad. !s, sin duda, otro arte. Gn problema es su cronolog#a. &unque se puede afirmar que pertenece, en parte, a las culturas de predadores, tambi n es muy posible que perdurara hasta el -eol#tico avanzado. Los distintos investigadores no han llegado a un acuerdo, salvo que debe situarse cronolgicamente en poca posglaciar. +or si fuera poco,
al rev s de lo que sucede en el +aleol#tico, estas manifestaciones art#sticas no se encuentran normalmente asociadas a estratos arqueolgicos. Las covachas y abrigos rocosos en que aparecen carecen, por lo general, de relleno estratigrfico, con lo que su ad*udicacin a un momento dado es muy dif#cil. +or otra parte, la ausencia de arte mobiliar vinculado al parietal impide establecer relaciones. Hay a"n muchas cosas por dilucidar y aclarar respecto al arte levantino espaol. /0cnica1 tem'tica e interpretacin del arte levantino !l arte levantino no se e*ecuta en el interior de las cuevas sino en covachas de poca profundidad, casi al aire libre, en lugares de dif#cil acceso. )e utiliza un solo color para pintar, que puede ser ro*o, anaran*ado, negro o, pocas veces, blanco, siempre a base de tintas planas que nunca dan relieve mediante gradacin de color. Las figuras son, en t rminos generales, ms pequeas que las del +aleol#tico, presentan dinamismo y e.isten escenas propiamente dichas, en las que participan por igual animales y seres humanos. !stas representaciones tienen una interpretacin ms clara que en el arte paleol#tico. !n la mayor#a de los casos se trata de una escena de caza al o*eo o al acecho, guerrera, de danza 8/ritual09, de recoleccin o de animales pastando, en la que la indumentaria permite diferenciar, en muchos casos, las figuras femeninas de las masculinas. Los hombres, desnudos, con pantaln semicorto o con faldell#n, suelen llevar adornos en la cabeza, posibles penachos de plumas, y en los brazos y piernas, a modo de brazaletes y tobilleras. & menudo, empuan arcos y lanzas, llevando las flechas en la cintura. Las mu*eres, casi siempre con el torso desnudo, portan largas faldas hasta los tobillos, y en las manos o brazos, posibles palos cavadores o cestos. Gna de las pinturas ms conocidas se halla en Aorella la Mella 8Castelln, !spaa9. La escena muestra a un grupo de hombres en combate. )on figuras de tamao diminuto en comparacin con las monumentales composiciones paleol#ticas. Los cuerpos han quedado reducidos a l#neas con la voluntad e.presa de eliminar cualquier motivo que desv#e la atencin de lo que se considera esencial, en este caso el relato de un acontecimiento. Los trazos ro*os de las figuras definen, por lo tanto, con soltura la accin que se est llevando a cabo. &dems, la posicin fle.ionada y en avance de una pierna en cada una de las figuras indica el instante de m.ima tensin con el arco dispuesto a lanzar una flecha. !n una escena de la Cova Cemigia 8Castelln, !spaa9 se representa la caza del *abal#. !l
medio de e.presin que se ha empleado ya no es el contorno sino la mancha, tambi n muy simplificada, pero dando importancia a lo que resulta ms e.presivo de un cuerpo en movimientoD las e.tremidades inferiores. !stas se han e.agerado, son gruesas y enormemente largas en relacin al tronco, que se ha simplificado en un tringulo. La cabeza es apenas un ap ndice. )e ha intentado, pues, en esta pintura destacar aquellos aspectos que producen mayor sensacin de vida y movimiento. Los animales tambi n muestran sus patas e.tendidas, e.presando la carrera. !n la Coca dels Aoros en Cogul 8Lleida, !spaa9 se representa una escena ritual en la que un grupo de mu*eres danza alrededor de una figura masculina desnuda itiflica. Las siluetas negras de las figuras son sinuosas y alargadas, algunas de ellas constituyen casi abstracciones puras de color. ?e cariz muy diferente es la escena del abrigo de La &raa en <icorp 8Malencia, !spaa9. !n esta escena una figura humana sube un risco para recoger la miel de una colmena silvestre. & su alrededor revolotean las abe*as.
Baile e!enino rodeando a un ho!bre en una "intura de la #oca dels Moros de Co$ul (%leida) &intura de !u'er recolectando !iel (Co$ul, %leida)
Las pinturas neol ticas del norte de 2"rica: el /assili !n el norte de $frica e.iste un arte parietal importante. ?estaca, especialmente, el con*unto pictrico del altiplano sahariano del ,assili, situado al nordeste de &haggar. Las pinturas ms antiguas datan del M2 milenio a.C., por lo que se las relaciona con las pinturas del Levante espaol con las que presentan analog#as. Las representaciones plasman las especies animales salva*es que habitaban la zona antes de desertizarse 8elefantes, b"falos, *irafas9 y animales dom sticos 8bvidos9. )e trata de escenas narrativas, en las que se describe la vida de cazadores y pastores. La representacin se sirve de la delineacin de la silueta de las figuras, rellenas de color Ben una gama reducida de ocresB y de la yu.taposicin de las figuras sobre la superficie. Hacia el 2M milenio a.C., las escenas de caza se sustituyen poco a poco por escenas de rebaos de bvidos. Los rasgos pictricos son ms fieles a la realidad. +osteriormente, se simplifican hasta esquematizarse por completo a lo largo del 22 milenio a.C. !n general son escenas de menor dinamismo que las del Levante ib rico.
Escena de los "rescos del /assili (Ar!elia)
El arte mobiliar neol tico La produccin de arte mobiliar durante el Aesol#tico es escasa pero interesante, porque guarda muy poca relacin con el arte realizado en el +aleol#tico superior. !s cierto que durante esta etapa e.isti un estilo abstracto en pintura y en grabado, pero no es comparable con lo que se crea en el &ziliense. +or otro lado, la escultura de bulto redondo e.enta, de este per#odo, tambi n se aparta de la precedente, y no slo por su materia prima, el mbar, sino por el tamao y la forma de representar los animales. Los gui*arros azilienses son cantos planos en cuya superficie se han pintado, en ro*o o en negro, unos signos abstractos que
suelen tener forma de gruesos puntos irregulares o de anchas l#neas que se cruzan o que rodean el gui*arro. Las construcciones prehistricas3 Los monumentos me!al ticos Las construcciones megal#ticas son los primeros restos arquitectnicos del pasado que se conservan en %ccidente. )e distribuyen por toda !uropa, desde mediados del M milenio a.C. para desarrollarse ampliamente en el 222 milenio a.C., poca de transicin hacia la !dad del <ronce. )e trata de construcciones monumentales que, en su forma ms elemental 8menhir9, consisten en piedras de gran tamao clavadas en la tierra. Con la cultura neol#tica surge una nueva espiritualidad que modifica la visin que el hombre tiene de su propio universo. Las creencias del hombre agricultor tienen que ver con los elementos naturalesD lluvia, sol, viento, tierra, de los que depende para garantizar su subsistencia. La di"usin del me!alitismo !stas nuevas convicciones se materializan en la construccin de megalitos, un modo de e.presar las primeras manifestaciones religiosas y plasmar la idea del renacimiento eterno. Los menhires act"an como mediadores entre el hombre y las fuerzas poderosas del cosmos. )on elementos simblicos permanentes, que el hombre erige con una voluntad e.presa de eternidad. La mayor#a de menhires aislados que se conservan tienen una altura considerable que oscila entre tres y seis metros. ,ambi n hay con*untos de menhires alineados paralelamente como el con*unto de Carnac, en @rancia, lo que denota un plan general bien diseado. >uizs estos menhires conduc#an hacia un lugar de culto. Gno de los primeros santuarios en suelo europeo es la construccin megal#tica de la localidad de )tonehenge 8Ceino Gnido9, del 22 milenio a.C. )e trata de un con*unto colosal de per#metro circular con estructuras adinteladas que dibu*an una planta de herradura con un altar en el centro. La orientacin de este con*unto coincide con el punto de salida del )ol en el solsticio de verano, que inunda con sus rayos el altar. La relacin simblica con el astro podr#a hacer referencia a la idea de renacimiento, gracias al calor del )ol, astro que genera vida. Las estructuras p treas estn organizadas con una distribucin ordenada, siguiendo normas de regularidad y simetr#a !n este momento aparecen nuevas creencias en relacin con la
muerte y se organizan rituales funerarios que requieren la construccin de verdaderas tumbas llamadas dlmenes. )e trata en realidad de sepulturas colectivas, compuestas por dos monolitos p treos verticales, que sustentan una losa horizontal, y cubiertos de tierra. !n el sur de la pen#nsula 2b rica se encuentran numerosos sepulcros de este tipo, que permiten conocer su evolucin y tambi n su tipolog#a. !ntre ellos, destaca el de la cueva de !l Comeral, en &ntequera 8Alaga, !spaa9 uno de los ms monumentales que se conocen, con una cmara mortuoria de IJ metros de profundidad. !stos espectaculares con*untos de piedras se regularizan y adoptan una estructura en la que el acceso a la cmara sepulcral vendr precedido por un corredor, por lo general estrecho, que conduce a un espacio amplio, normalmente circular y cubierto por una falsa bveda, obtenida mediante el sistema de apro.imacin de hiladas, como en la cueva de !l Comeral. !stas construcciones anteceden en varios milenios a los tholoi mic nicos. La cultura megal#tica se e.tendi tambi n por el oeste y norte europeo, de*ando sepulcros gigantescos en Ceino Gnido, 2rlanda y <retaa. Aientras tanto, la zona del Aediterrneo %riental, baada por las aguas del mar !geo, iniciaba una poca de esplendor gracias al desarrollo del comercio. La escultura y los relieves neol ticos Las primeras manifestaciones escultricas neol#ticas estn relacionadas con los cultos funerarios y tienen un carcter simblico. !n los yacimientos de Eeric y Patal H3y3Q abundan los crneos humanos y animales, decorados con incrustaciones de conchas y cubiertos de arcilla pintada con ocre ro*o. )i!uras "emeninas Las representaciones femeninas relacionadas con la maternidad se encuentran tanto en la zona del +r.imo %riente como en el mbito europeo. ?el yacimiento de Patal H3y3Q 8&natolia, ,urqu#a9 proceden las primeras figuras realizadas tanto en piedra como en arcilla. )e trata de figuras femeninas desnudas que reproducen mu*eres 8en ocasiones embarazadas9 con senos y caderas prominentes. %tras :esculturas; representan el momento del parto con la figura situada sobre un solio flanqueado por figuras zoomorfas. %tra tipolog#a escultrica es la que representa la madre con el hi*o en brazos. La madre e.hibe formas generosas en las
zonas de nalgas y pechos y muestra una cabeza muy esquemtica con o*os incisos y min"sculos. )e ha hallado este tipo de figuras en, el yacimiento de Hacilar 8oeste de ,urqu#a9. !n !uropa, la cultura de Fumelnitsa 8Cumania9 tambi n desarrolla esta tipolog#a de rasgos bien definidos, pero ms esquemticos. !n los yacimientos ms recientes 8hacia el 2M milenio9 del sudeste europeo B)ervia, Cumania, ,raciaB se desarrolla un tipo de figuras con tendencia hacia la esquematizacin geom trica. !ntre las ms representativas se encuentran las procedentes de Cumania, en el yacimiento de Cernavoda cuyas formas se han reducido a lo esencial 8figuras cnicas y esf ricas9. )on figuras sedentes con los brazos sosteniendo la cabeza o apoyados sobre las rodillas. La cabeza descansa sobre un vigoroso cuello y el rostro es una esfera con nariz cil#ndrica. %tro grupo de figuras proceden de Minca 8)ervia9. !n este caso las representaciones escultricas se simplifican en planos triangulares. )e articulan la cabeza y los diferentes miembros del cuerpo y e.isten perforaciones en diferentes puntos, que deb#an servir para incorporar alg"n elemento. Los detalles estn grabados, dibu*ando el contorno de o*os con l#neas, as# como los dedos de las e.tremidades. Estelas antropomor"as
!n el sur de !uropa se encuentra un tipo de escultura de carcter monumental, en relacin con la cultura megal#tica. )e trata de estatuas menhires en las que abunda, sobre todo, la representacin femenina, en menor cantidad la masculina y otras de se.o indeterminado.
!stas estatuas prolongan la tradicin de decoracin incisa y policromada de l#neas sinuosas, que se desarrollaba en el interior de algunos dlmenes en @rancia, 2talia y +ortugal. Los rasgos anatmicos se marcan en algunos casos como en la estatua de )aintB)ernin 8Auseo de )aintBFermainBenBLaye, +ar#s9, en la que se diferencian o*os, nariz y e.tremidades= o se anulan por simplificacin, insinuando tan slo la prominencia de los senos, tal es el caso de la :diosa neol#tica; de la gruta de Coizard 8@rancia9. La invencin de la cer'mica durante el ,eol tico Gna espectacular novedad t cnica del -eol#tico consisti en la invencin de la cermica. !.ist#an desde muy antiguo los recipientes de piedra, pero las vasi*as propiamente dichas para contener no se fabricaron hasta este momento. !l dominio del barro y su empleo para producir alfarer#a, seguramente, como otros grandes inventos de la humanidad, fue fruto de la casualidad. Auy pronto la cermica se generaliz en todas las culturas neol#ticas, sirviendo para diferenciar sus distintas fases, pues, las modas impusieron cambios en la decoracin 8impresa, incisa, e.cisa, pintada9, la forma o el n"mero de asas, e incluso la de la vasi*a en s#.
Los precedentes cer'micos Las primeras vasi*as, siguiendo una tradicin t cnica ya antigua, fueron de piedra. +ero no se trataba de toscos receptculos, sino que eran vasos realizados con todo cuidado, delicadamente pulidos, elaborados con materiales duros o semiduros, como el alabastro, el mrmol o la piedra volcnica, y que a veces ten#an paredes de una finura incre#ble, sobre todo si se tiene en cuenta que su fabricacin consist#a en vaciar un bloque de piedra por frotacin, usando piedras abrasivas o arena mo*ada. !sta primera fase del -eol#tico, con vasi*as de piedra, pero a"n sin alfarer#a, es la que recibe el nombre de -eol#tico precermico. La cer'mica inicial
&aso campani"orme procedente de Azuheros (.rdoba1 Espaa)
realizadas sin torno imitando las formas de ve*igas, calabazas y cestas que sirvieron, a su vez, para imprimir las primeras huellas decorativas. !stas t cnicas introducen los nuevos repertorios de geometr#as en forma de dientes, sierras, zigBzags, l#neas, etc tera, que se combinan con los diseos esquemticos derivados de formas animales. +ara imprimir sobre la arcilla se utilizan las t cnicas ms diversas empleando conchas marinas 8cermica cardial9 o esptulas y ob*etos punzantes. %tras t cnicas e.tra#an arcilla blanda para introducir otro material 8como pasta blanca9 y lograr, as#, un contraste cromtico de gran efecto decorativo. Las primeras vasi*as eran lisas o bien ten#an una decoracin muy sobria, con motivos lineales que, a partir del M2 milenio a.C., se enriquecieron con decoracin pintada. !n la zona de los <alcanes penetra la influencia oriental con motivos geom tricos
monocromos, sobre fondo ro*o o blanco. %tra v#a de difusin neol#tica tiene lugar a trav s del ?anubio. )iguiendo el curso de este r#o el -eol#tico se e.tiende por el centro de !uropa, llegando hasta &lsacia y < lgicaD es la cermica de bandas, con incisiones curvil#neas muy sencillas que, posteriormente, evolucion hacia formas rectil#neas. La cermica caracter#stica del %ccidente europeo se produce a partir de mediados del 222 milenio a.C., en la zona ms meridional de !uropa 8!spaa, @rancia e 2talia9, con decoracin organizada en bandas regulares incisas sobre la arcilla blanda. )e conoce como cermica campaniforme y est en relacin con la cultura megal#tica. & partir de mediados del 222 milenio a.C., momento en que el mbito europeo permanece rezagado en su entrada al per#odo histrico, se consolidan los imperios agr#colas en los valles del -ilo, el ,igris y el Oufrates. !s, pues, el per#odo de m.imo esplendor cultural del +r.imo %riente, del Creciente @ rtil y, tambi n, del Aediterrneo %riental.