Este documento describe cómo la autora creció leyendo literatura occidental y escribiendo historias similares, a pesar de vivir en Nigeria. Más tarde descubrió autores africanos que le mostraron que personas como ella podían existir en la literatura. También cuenta experiencias en Estados Unidos donde se enfrentó a historias únicas y estereotipadas sobre África. La autora argumenta que este tipo de historias provienen de la literatura occidental y pueden dar una visión distorsionada si no se conocen otras perspectivas.
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Este documento describe cómo la autora creció leyendo literatura occidental y escribiendo historias similares, a pesar de vivir en Nigeria. Más tarde descubrió autores africanos que le mostraron que personas como ella podían existir en la literatura. También cuenta experiencias en Estados Unidos donde se enfrentó a historias únicas y estereotipadas sobre África. La autora argumenta que este tipo de historias provienen de la literatura occidental y pueden dar una visión distorsionada si no se conocen otras perspectivas.
Este documento describe cómo la autora creció leyendo literatura occidental y escribiendo historias similares, a pesar de vivir en Nigeria. Más tarde descubrió autores africanos que le mostraron que personas como ella podían existir en la literatura. También cuenta experiencias en Estados Unidos donde se enfrentó a historias únicas y estereotipadas sobre África. La autora argumenta que este tipo de historias provienen de la literatura occidental y pueden dar una visión distorsionada si no se conocen otras perspectivas.
Este documento describe cómo la autora creció leyendo literatura occidental y escribiendo historias similares, a pesar de vivir en Nigeria. Más tarde descubrió autores africanos que le mostraron que personas como ella podían existir en la literatura. También cuenta experiencias en Estados Unidos donde se enfrentó a historias únicas y estereotipadas sobre África. La autora argumenta que este tipo de historias provienen de la literatura occidental y pueden dar una visión distorsionada si no se conocen otras perspectivas.
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EL PELIGRO DE UNA HISTORIA NICA
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de Chimamanda Ngozi Adichie 2
Traduccin, notas y comentarios: Raffaela Cedraschi, Museo Nacional de las Culturas, Mxico 2011
Soy una cuenta cuentos y me gustara contarles algunas historias personales sobre lo que me gusta llamar el peligro de una historia nica. Crec en un campus universitario al este de Nigeria. Mi madre dice que comenc a leer a los dos aos, pero decir que a los cuatro sera ms apegado a la verdad. As que fui una lectora precoz y lo que lea eran libros infantiles ingleses y americanos.
Tambin fui una escritora precoz. Y cuando comenc a escribir, alrededor de los siete aos, cuentos a lpiz con ilustraciones pintadas con crayones que mi pobre madre estaba obligada a leer, escriba exactamente el mismo tipo de historias que aquellas que lea. Todos mis personajes eran blancos y de ojos azules. Jugaban en la nieve, coman manzanas y hablaban mucho sobre el clima, y se congratulaban que hubiera salido el sol. Eso a pesar del hecho que yo viva en Nigeria. Nunca haba salido de Nigeria. No tenamos nieve, comamos mangos y nunca hablbamos sobre el clima porque no era necesario.
1 Conferencia presentada en TED: Ideas Worth Spreading, Julio 2009. Original de la conferencia en ingls: www.ted.com/talks/chimamanda_adichie_the_danger_of_a_single_story.html Subttulos en espaol: Beverly Prez Rego. 2 Escritora nigeriana nacida en 1977, en la aldea de Abba, Estado de Enugu. Es conocida por sus cuentos y las novelas Purple Hibiscus (La flor prpura, 2005), sobre cierta intolerancia religiosa, y Half of a Yellow Sun (Medio sol amarillo, 2007), novela basada en la guerra entre Nigeria y Biafra, 1967-1970. Esta novela fue la ganadora del Orange Broadband Prize for Fiction en 2007, uno de los premios ms reconocidos en el Reino Unido, adjudicado a mujeres que escriben en ingls.
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Mis personajes tambin beban mucha cerveza de jengibre porque los personajes de los libros ingleses que lea beban cerveza de jengibre. No importaba que yo no supiera qu era la cerveza de jengibre. Y a lo largo de muchos aos sent un deseo desesperado por probar la cerveza de jengibre. Pero esta es otra historia.
Creo que esto demuestra qu tan influenciables y vulnerables somos ante una historia, particularmente de nios. Porque yo slo haba ledo libros en los cuales los personajes eran extranjeros, y me haba convencido de que los libros, por su propia naturaleza, deban de tener extranjeros y tenan que contar cosas con las que yo no poda identificarme personalmente. Pero las cosas cambiaron cuando descubr los libros africanos. No haba muchos disponibles y no era tan fcil conseguirlos como los libros extranjeros.
Sin embargo, gracias a autores como Chinua Achebe 3 y Camara Laye 4 , sufr un cambio de mentalidad en mi perspectiva sobre la literatura. Me di cuenta de que personas como yo, nias con la piel de chocolate, cuyo cabello rizado no se poda amarrar en colas de caballo, podan tambin existir en la literatura. Comenc a escribir sobre cosas que reconoca.
3 Escritor nigeriano del grupo tnico y lingstico igbo, al igual que la autora, ganador del premio Booker International Prize en el 2007 y conocido principalmente por sus novelas que reflexionan sobre los periodos coloniales y postcoloniales de frica: Things Fall Apart (Todo se desmorona), 1958; Arrow of God (Flecha de dios), 1964; No Longer at Ease (Ya no ms paz), 1960. 4 Escritor guineano del grupo tnico malinke reconocido por sus novelas escritas en francs cuyos temas principales son las tradiciones ancestrales africanas: Lenfant noir (El nio africano), 1953, novela autobiogrfica de su infancia; Le regard du roi, 1954, novela inicitica sobre la sabidura africana; Dramouss, 1966, critica sobre el rgimen de Skou Tour (presidente de Guinea desde 1958 hasta 1984).
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Es cierto que yo amaba esos libros americanos e ingleses que lea. Avivaron mi imaginacin; me abrieron nuevos mundos. Pero la consecuencia involuntaria fue desconocer que personas como yo podan existir en la literatura. Entonces, el efecto que tuvo en mi el descubrimiento de los escritores africanos fue este: me salv de tener una historia nica sobre lo que son los libros.
Provengo de una familia nigeriana convencional de clase media: mi padre era profesor, mi madre administradora. Y as tenamos, como era lo normal, personal domstico que vena de pueblos rurales cercanos. Cuando cumpl ocho aos lleg un nuevo chico como criado. Su nombre era Fide. Lo nico que mi madre nos cont sobre l es que su familia era muy pobre. Mi madre le mandaba a su familia ames y arroz y nuestra ropa vieja. Cuando no me acababa mi cena, mi madre sola decir: Acbate tu comida! No sabes? Personas como la familia de Fide no tienen nada! As que yo senta una gran lstima por la familia de Fide.
Entonces un sbado, fuimos a su pueblo de visita y su madre nos mostr una bella cesta decorada de rafia teida, hecha por su hermano. Estaba sorprendida. No se me haba ocurrido que alguien de su familia siquiera pudiera hacer algo. Todo lo que haba escuchado sobre ellos era lo pobres que eran, as que se haba vuelto imposible para m verlos como algo ms que pobres. Su pobreza era mi historia nica sobre ellos.
Aos despus pens sobre esto cuando dej Nigeria para ir a la universidad en Estados Unidos. Tena diecinueve aos. Mi compaera de cuarto estadounidense qued impresionada al conocerme. Me pregunt dnde haba aprendido a hablar el ingls tan bien y qued confundida cuando le dije que el idioma oficial de Nigeria era el ingls. Pregunt si podra escuchar lo que ella llam mi msica tribal y, en consecuencia, fue una gran decepcin para ella cuando le mostr mi cinta de Mariah Carey. Tambin supuso que yo no sabra utilizar una estufa.
4 Lo que me desconcert fue eso: haba sentido lstima por m incluso antes de verme. Su posicin por omisin ante m, como africana, se reduca a una suerte de lstima condescendiente. Mi compaera de habitacin tena una historia nica sobre frica. Una historia nica de catstrofe. En esta historia nica no caba la posibilidad de que los africanos fueran parecidos a ella en alguna forma. Ninguna posibilidad de sentimientos ms complejos que la lstima. Ninguna posibilidad de conexin como seres humanos iguales.
Debo admitir que antes de ir a Estados Unidos, no me identificaba conscientemente como africana. Sin embargo en los Estados Unidos, cada vez que se mencionaba frica, la gente se diriga a m. No importaba que yo no supiera nada sobre lugares como Namibia. Sin embargo llegu a adoptar esta nueva identidad. Y de muchas maneras ahora pienso en m como africana. Aunque an me molesta bastante cuando se refieren a frica como a un pas. El ejemplo ms reciente fue en mi vuelo hace dos das, maravilloso por lo dems, desde Lagos, donde hicieron un anuncio durante el vuelo de Virgin sobre el trabajo de caridad realizado en India, frica y otros pases.
As que, despus de vivir unos aos en Estados Unidos como africana, empec a entender la reaccin de mi compaera de cuarto frente a m. Si yo no hubiera crecido en Nigeria y si todo lo que supiera sobre frica procediera de las imgenes populares, yo tambin pensara que frica es un lugar de hermosos paisajes, hermosos animales y personas incomprensibles, que libran guerras sin sentido, que mueren de pobreza y de SIDA, incapaces de hablar por s mismos, y esperando ser salvados por un extranjero blanco y gentil. Vera a los africanos de la misma manera que yo, como nia, vea a la familia de Fide.
Creo que esta historia nica sobre frica procede ultimadamente de la literatura occidental. Esta es una cita tomada de los escritos de un comerciante londinense llamado John Locke quien zarp para frica occidental en 1561 y escribi un fascinante relato sobre su viaje. Despus de referirse a los negros africanos como bestias que no tienen casas, escribe; son tambin personas sin cabezas y tienen la boca y los ojos en sus pechos.
Ahora bien, me ro cada vez que leo esto. Una no puede dejar de admirar la imaginacin de John Locke. Sin embargo, lo importante de sus escritos es que representa el comienzo de una tradicin en la narracin de historias africanas en occidente. Una tradicin donde frica subsahariana es un lugar de negativos, de diferencia, de oscuridad, de gente que, en las palabras del maravillosos poeta Rudyard Kipling, es mitad demonio, mitad nio.
De esta manera empec a entender que mi compaera de cuarto estadounidense debi de haber visto y escuchado, a lo largo de toda su vida, diferentes versiones de esta historia nica, al igual que un profesor, quien una vez me dijo que mi novela no era autnticamente africana. Yo estaba dispuesta a reconocer que haba varios defectos en la novela, que haba fallado en algunas partes. Pero para nada
5 me haba imaginado que la novela haba fallado en lograr algo llamado autenticidad africana. De hecho, yo no saba qu era la autenticidad africana! El profesor me dijo que mis personajes eran demasiado parecidos a l, un hombre educado y de clase media; que mis personajes conducan vehculos; no se moran de hambre. Por lo tanto, no eran autnticamente africanos.
Pero debo enseguida aadir que yo tambin soy igualmente culpable en este asunto de la historia nica. Hace unos aos visit Mxico desde Estados Unidos. El clima poltico de los Estados Unidos era entonces tenso. Haba debates sobre la inmigracin y, como suele suceder en Amrica, inmigracin se volvi un sinnimo de mexicanos. Haba incontables historias sobre mexicanos como personas que saqueaban el sistema de salud, que se escabullan a travs de la frontera, que eran arrestados en la frontera, y cosas as.
Recuerdo pasendome en mi primer da en Guadalajara, mirando a la gente ir al trabajo, amasando tortillas en el mercado, fumando, riendo. Recuerdo que primero me sent un poco sorprendida y despus me embarg la vergenza. Me di cuenta de que haba estado tan sumergida en la cobertura meditica sobre los mexicanos que se haban convertido en una sola cosa en m mente, el inmigrante abyecto. Haba credo en la historia nica sobre los mexicanos y no poda estar ms avergonzada de m misma. As es cmo se crea la historia nica, mostrar un pueblo como una misma cosa, como una sola cosa, una y otra vez, hasta que efectivamente se convierte en eso.
Es imposible hablar sobre la historia nica sin hablar del poder. Hay una palabra, una palabra en igbo 5 , que recuerdo cada vez que pienso en las estructuras mundiales del poder y es nkali. Es un sustantivo que se traduce como ser ms grande que otro. Al igual que nuestros mundos econmicos y polticos, las historias tambin se definen bajo el principio de nkali. Cmo se cuentan, quin las cuenta, cundo se cuentan, cuntas historias se cuentan, depende realmente del poder.
El poder es una capacidad no slo de contar la historia de otra persona, sino de hacer que esa sea la historia definitiva de esa persona. El poeta palestino Mourid Barghouti escribe que, si se quiere despojar a un pueblo, la forma ms simple de hacerlo es contar su historia comenzando con en segundo lugar. Inicien la historia de los pueblos nativos americanos con las flechas y no con la llegada de los ingleses, y obtendrn una historia completamente diferente. Comiencen la historia con el fracaso de los estados africanos y no con la creacin colonial de los estados africanos, y obtendrn una historia completamente diferente.
5 Igbo o ibo, en la forma inglesa, es un pueblo tnico del oriente de Nigeria, de donde es originaria la autora. Este pueblo fue el que protagoniz la guerra de secesin en contra de Nigeria a finales de los aos 60, a causa de los yacimientos petrolferos en los territorios de Biafra, cuyos resultados brutales y devastadores quedaron impresos en la memoria de numerosas generaciones de todas las latitudes.
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Hace poco di una conferencia en una universidad donde un estudiante me dijo que era realmente una pena que los hombres nigerianos fueran unos abusadores como el personaje del padre en mi novela. Le dije que acababa de leer una novela llamada American Psycho y que era verdaderamente una pena que los jvenes estadounidenses fueran asesinos seriales. Bueno, evidentemente estaba algo molesta cuando dije eso.
Jams se me habra ocurrido pensar que slo por haber ledo una novela donde un personaje fuera un asesino serial, que ste de alguna forma se volviera representativo de todos los estadounidenses. Ahora bien, eso no es porque yo sea una mejor persona que ese estudiante, sino que, debido al poder cultural y econmico de los Estados Unidos, yo tena muchas historias sobre Amrica. He ledo a Tyler y Updike, a Steinbeck y Gaitskill. No tena una historia nica sobre Amrica.
Hace algunos aos, cuando supe que se esperaba que los escritores hubieran tenido infancias realmente infelices para ser exitosos, comenc a pensar sobre cmo podra inventar un sin fin de cosas horribles que mis padres me hubieran hecho. Aunque la verdad es que tuve una infancia muy feliz, llena de risas y amor, en una familia muy unida.
Pero tambin tuve abuelos que murieron en campos de refugiados. Mi primo Polle muri por falta de atencin mdica. Una de mis amigas ms cercanas, Okoloma, muri en un accidente areo porque nuestros camiones de bomberos no tenan agua. Crec bajo regmenes militares represivos, que daban muy poco valor a la educacin, por lo que mis padres a veces no reciban sus sueldos. As que de nia, vi la jalea desaparecer de la mesa del desayuno; luego desapareci la margarina, despus el pan se volvi demasiado caro, luego se racion la leche. Y, sobre todo, una suerte de miedo poltico generalizado invadi nuestras vidas.
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Todas estas historias me hacen ser quien soy pero insistir slo en estas historias negativas, sera simplificar mi experiencia y omitir muchas otras historias que me formaron. La historia nica crea estereotipos, y el problema con los estereotipos no es que sean falsos, sino que son incompletos. Hacen que una historia se convierta en una historia nica.
Por supuesto, frica es un continente lleno de catstrofes; algunas de ellas inmensas, como las terribles violaciones en Congo y otras deprimentes como el hecho de que 5,000 candidatos apliquen por un puesto laboral vacante en Nigeria. Pero hay otras historias que no son sobre catstrofes y es muy importante, es igualmente importante, hablar de ellas.
Siempre he sentido que es imposible compenetrarse adecuadamente con un lugar o una persona sin entender todas las historias de ese lugar o esa persona. La consecuencia de la historia nica es esta: roba la dignidad de la gente. Dificulta el reconocimiento de nuestra igualdad humana. Enfatiza nuestras diferencias en lugar de nuestras similitudes.
As, qu hubiera sido si antes de mi viaje a Mxico hubiese seguido los dos polos del debate sobre inmigracin, el de Estados Unidos y el de Mxico? Qu si mi madre nos hubiera dicho que la familia de Fide era pobre s, pero muy trabajadora? Qu pasara si tuviramos una cadena de televisin africana que transmitiera
8 diversas historias africanas en todo el mundo? Lo que el escritor nigeriano Chinua Achebe llama un equilibrio de historias.
Y qu si mi compaera de cuarto hubiera sabido de mi editor nigeriano, Mukta Bakaray, un hombre extraordinario, que dej su trabajo en un banco para seguir su sueo y fundar una casa editorial? Ahora bien, la sabidura convencional era que los nigerianos no leen literatura. l no estaba de acuerdo. Pensaba que la gente que poda leer leera, si la literatura estaba disponible y era asequible.
Poco despus de haber publicado mi primera novela fui a una estacin de televisin en Lagos para una entrevista. Una mujer que trabajaba all como mensajera se acerc y me dijo: Realmente me gust tu novela, pero no me gust el final. Ahora tienes que escribir lo que sigue y esto es lo que pasar . Y sigui contndome qu debera de escribir en la secuela. No slo estaba yo encantada, sino muy conmovida. Estaba frente a una mujer perteneciente a las masas ordinarias de nigerianos, que se supona no eran lectores. No slo haba ledo el libro, sino que se haba adueado de l y se senta con derecho a contarme qu debera de escribir en la secuela.
Y qu pasara si mi compaera de cuarto hubiera conocido a mi amiga Fumi Onda, una mujer osada, conductora de un programa de televisin en Lagos, determinada a contarnos las historias que nosotras preferimos olvidar? Y si mi compaera de cuarto hubiera sabido sobre la ciruga de corazn realizada en un hospital de Lagos la semana pasada? Qu, si mi compaera de cuarto conociera la msica contempornea de Nigeria? Gente talentosa que canta en ingls y pidgin, en igbo, yoruba e ijo, mezclando influencias desde Jay-Z hasta Fela, desde Bob Marley hasta sus abuelos. Y si mi compaera de cuarto supiera de la abogada que recientemente fue a la corte en Nigeria para desafiar una ley ridcula que requera que las mujeres tuvieran la aprobacin de sus maridos para poder renovar sus pasaportes? Y qu tal si mi compaera de cuarto conociera a Nollywood 6 , lleno de gente innovadora, haciendo pelculas a pesar de grandes limitaciones tcnicas? Pelculas tan populares que son realmente el mejor ejemplo de que los nigerianos consumen lo que producen. Y si mi compaera de cuarto conociera mi maravillosa y ambiciosa trenzadora de cabello quien acaba de iniciar su propio negocio de venta de extensiones para pelo? O supiera de millones de otros nigerianos que comienzan un negocio y a veces fracasan, pero siguen teniendo ambiciones?
Cada vez que regreso a casa debo confrontarme con las mismas causas de irritacin para la mayora de los nigerianos: nuestra infraestructura fallida, nuestro gobierno fallido. Pero tambin con la increble maleabilidad de la gente que prospera a pesar del gobierno y no gracias a l. Cada verano dirijo talleres de escritura en Lagos
6 Nollywood es la industria de cine de Nigeria y es la segunda ms grande en el mundo, detrs de Bollywood (industria cinematogrfica de la India) y por delante de Hollywood.
9 y es impresionante para m ver cunta gente est ansiosa por escribir, por contar historias.
Mi editor nigeriano y yo acabamos de empezar una asociacin sin fines lucrativos llamado Farafina. Tenemos grandes sueos de construir bibliotecas y abastecer las bibliotecas ya existentes, y proveer de libros a las escuelas estatales que no tienen nada en sus bibliotecas, y tambin organizar muchos, muchos talleres de lectura y escritura para todos los que estn ansiosos por contar nuestras muchas historias. Las historias importan, muchas historias importan. Las historias se han usado para despojar y calumniar, pero las historias tambin pueden ser usadas para dar poder y humanizar. Las historias pueden quebrar la dignidad de un pueblo, pero las historias tambin pueden reparar esa dignidad rota.
La escritora estadounidense Alice Walker escribi sobre sus parientes sureos que se mudaron al norte. Les presenta un libro sobre la vida surea que dejaron atrs; Se sentaron por all, ellos mismos leyendo el libro, escuchndome leer el libro, y recuperamos una suerte de paraso. Me gustara terminar con este pensamiento; que cuando rechazamos la historia nica, cuando nos damos cuenta de que nunca hay una historia nica sobre ningn lugar, recuperamos una suerte de paraso. Muchas gracias.