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04 Esqui

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ESQUÍ

José María Vilamitjana Abadal


Técnico de Esquí
Federación Española de Deportes para Ciegos

Definición: esquiar sin ver


Es muy difícil describir lo que significa esquiar sin ver, ya que soy vidente.
En algunas ocasiones, he cubierto mis ojos con una máscara para intentar experimentar
la situación en la que se encuentran los esquiadores ciegos, y a pesar de intentarlo, sigo
sin lograr sentir lo que una persona ciega siente.
El vacío, el miedo a la oscuridad, a lo desconocido, la ansiedad, la sensación de pérdida
en el espacio, todo ello se une durante el tiempo que dura una bajada creando una
sensación difícil de describir.
Por lo tanto, sería una osadía por mi parte si intentara, como vidente que soy, definir lo
que significa esquiar para una persona ciega o deficiente visual, ya que las sensaciones
de una persona que ve y las de una que no ve, son muy diferentes.
Como técnico de esquí, involucrado en el trabajo con personas ciegas y deficientes
visuales, he de mostrar siempre una actitud abierta y y con Discapacidad Visual (GTSC),
que enseñaba la práctica del esquí. Gracias al trabajo conjunto con la oficina “Sport Toto
Canton Ticcino” se hizo posible la practica de más deportes.
xperimentar la situación en la que se encuentran los esquiadores ciegos, y a pesar de
intentarlo, sigo sin lograr sentir lo que una persona ciega siente.
El vacío, el miedo a la oscuridad, a lo desconocido, la ansiedad, la sensación de pérdida
en el espacio, todo ello se une durante el tiempo que dura una bajada creando una
sensación difícil de describir.
Por lo tanto, sería una osadía por mi parte si intentara, como vidente que soy, definir lo
que significa esquiar para una persona ciega o deficiente visual, ya que las sensaciones
de una persona que ve y las de una que no ve, son muy diferentes.
Como técnico de esquí, involucrado en el trabajo con personas ciegas y deficientes
visuales, he de mostrar siempre una actitud abierta y y con Discapacidad Visual (GTSC),
que enseñaba la práctica del esquí. Gracias al trabajo conjunto con la oficina “Sport Toto
Canton Ticcino” se hizo posible la practica de más deportes.
i intentara, como vidente que soy, definir lo que significa esquiar para una persona
ciega o deficiente visual, ya que las sensaciones de una persona que ve y las de una que
no ve, son muy diferentes.
Como técnico de esquí, involucrado en el trabajo con personas ciegas y deficientes
visuales, he de mostrar siempre una actitud abierta y y con Discapacidad Visual (GTSC),
que enseñaba la práctica del esquí. Gracias al trabajo conjunto con la oficina “Sport Toto
Canton Ticcino” se hizo posible la practica de más deportes.
eficientes visuales, he de mostrar siempre una actitud abierta y y con Discapacidad
Visual (GTSC), que enseñaba la práctica del esquí. Gracias al trabajo conjunto con la
oficina “Sport Toto Canton Ticcino” se hizo posible la practica de más deportes.
En Alemania, la “Carl-Strohl-Schule”, escuela de formación profesional para ciegos y
deficientes visuales, con el objeto de proporcionar a los alumnos la capacidad de
desenvolverse social y profesionalmente, puso en marcha en 1979 un programa de
deportes de invierno en el que han participado, desde entonces más de 500 jóvenes.
Estos son algunos ejemplos que ilustran los poco más de treinta años de existencia de
esta actividad. Actualmente, el esquí alpino adaptado a personas ciegas y deficientes
visuales se practica en muchos países donde la situación geográfica y las condiciones
meteorológicas lo permiten, como es el caso de casi todos los países europeos, América
del norte y del sur, Corea, Japón, Nueva Zelanda, Australia, etc.

La historia de las competiciones internacionales empezó en 1980 en Gelio (Noruega)


con la celebración de los segundos Juegos Paralímpicos de Invierno. Basándose en la
suposición expuesta por la organización encargada de la prueba: el esquí alpino no
ofrecía seguridad para los atletas ciegos, el único deporte para atletas ciegos fue el esquí
nórdico. Algunos de los competidores ciegos de esquí nórdico que, a su vez participaban
en el esquí alpino, participaron en diversas demostraciones con el fin de evidenciar que el
esquí alpino era seguro cuando se practicaba correctamente.
Los esquiadores ciegos en alpino participaron por primera vez oficialmente en los
Juegos Paralímpicos de Innsbruck’84 (Austria). Desde entonces, los Juegos se han ido
celebrando cada 4 años.
En 1992, con ocasión de los Juegos Olímpicos de Invierno de Albertville, se unificaron
las sedes olímpicas y paralímpicas, celebrándose los Paralímpicos unos días después de
finalizar los Olímpicos.
Los siguientes Juegos se celebraron en Lillehammer (Noruega) en 1994 con una
participación de 1000 atletas con distintas minusvalías.
Los mejores Juegos Paralímpicos de invierno fueron los celebrados en Nagano
(Japón) en 1998. Fue un éxito, tanto de participantes como organizativo. Sin embargo,
existe la fuerte convicción que en Salt Lake City 2002 (USA) los superará.
En España, esta actividad se inició en los años 70 cuando algunas personas ciegas y
deficientes visuales, por iniciativa propia, se desplazaban a la estación de esquí más
cercana a su lugar de residencia. Pero, la iniciativa de llevar a cabo salidas organizadas
fue de la Delegación Territorial de Cataluña de la Organización Nacional de Ciegos
Españoles (ONCE).
En 1984 se empezaron a organizar salidas recreativas, impulsadas desde un entorno
familiar por los afiliados a la ONCE. Rápidamente, este tipo de actividad se popularizó
entre los mismos, y la demanda fue en aumento. Así creció el número de practicantes, y
como consecuencia, el nivel técnico. Como fruto de esta mejora, surgió el interés por
participar en competiciones, que acabó exigiendo pasar, de lo que había empezado como
una organización familiar, a un modelo de dirección de las salidas más profesional,
reclamando un responsable en cada Delegación Territorial donde se practicaba el esquí,
que permitía la mejora de la práctica entre los afiliados.
En el año 2001 se crean las Federaciones Regionales que contribuyen aun más con el
perfeccionamiento del deporte, organizando carreras y creando un equipo autonómico,
eslabón que faltaba entre el Equipo Nacional y la práctica recreativa.
En 1988 se organizó el primer Campeonato de España. También ese mismo año se
participó por primera vez en una competición internacional con ocasión de la celebración
de los Juegos Paralímpicos de Innsbruck.
Finalmente hay que destacar que, desde la participación en el I Campeonato de
Europa de Esquí Alpino para Ciegos de Montebondonne (Italia) en 1991, se creó un
programa de competición para el Equipo Paralímpico Español.
Gracias a los éxitos que se han conseguido en las distintas competiciones
internacionales en las que se ha participado, con el tiempo se le ha dotado con toda la
infraestructura necesaria para llevar a cabo esta actividad durante todo el año. La
selección en la actualidad consta de: un director técnico, un entrenador, un skiman, un
preparador físico, un médico, un fisioterapeuta, un psicólogo y guías de alto nivel.
Actualmente este equipo está compitiendo dentro del circuito FIS (Federación
Internacional de Esquí), conjuntamente con IPC (International Paralympic Committee), en
la Copa del Mundo, que se celebra cada año.
Consiste en un circuito de unas ocho carreras por Europa y América.
Participan las tres categorías siguientes:

— Blind (ciegos y deficientes visuales)


— Sitting (sentados: los que van en silla de ruedas)
— Standing (de pie: los que presentan alguna amputación o anomalía en alguna de
sus extremidades).

La suma de los puntos que se obtiene en cada una de ellas determinará a los
campeones de dicha competición.

CLASIFICACIONES MÉDICO-FUNCIONALES

En el mundo del deporte para persona ciegas y deficientes visuales existen tres
categorías distintas, que son las identificadas con la letra B (letra inicial de la palabra
ciego en inglés). Estas categorías se han definido utilizando parámetros oftalmológicos,
siendo los más importantes la agudeza y el campo visual del deportista. Esta clasificación
permite agruparlos por similitud de grado de deficiencia visual, para que pueda
conseguirse la máxima igualdad en el ámbito deportivo.

B1: desde aquellas personas que no perciban la luz con ningún ojo hasta aquellas
personas que perciban la luz pero no puedan reconocer la forma de una mano a cualquier
distancia o en cualquier posición.
B2: desde aquellas personas que puedan reconocer la forma de una mano hasta
aquellas que tengan una agudeza visual de 2/60 y/o un campo de visión de un ángulo
menor de 5 grados.
B3: desde aquellas personas que tengan una agudeza visual de más de 2/60 hasta
aquellas con una agudeza visual de 6/6 y/o un campo de visión de un ángulo mayor de 20
grados.

Todas las clasificaciones se refieren a la visión de ambos ojos a la vez con la mejor
corrección posible.
En todas las competiciones deportivas de alto nivel se llevan a cabo reconocimientos
médicos previos, para verificar a qué categoría pertenece cada participante.

MATERIAL ESPECÍFICO

El material específico que se utiliza en la práctica del esquí alpino para ciegos y
deficientes visuales, es el uso de megáfonos, radiotransmisores, petos identificadores y
máscaras.

Megáfono

El megáfono se utiliza sólo con esquiadores de la categoría B1 o B2, este último con
muy poco resto visual, de esta manera la comunicación con la persona ciega puede ser
mucho más fluida y clara. A veces, la voz del guía es débil o el viento, incluso los cañones
de nieve artificial pueden distorsionarla. El uso de un megáfono es la solución ideal.
No existe en el mercado ningún aparato que sea específico para esta función, por lo
que se han tenido que hacer adaptaciones con materiales disponibles en las tiendas de
electrónica.
El megáfono que utilizamos tiene un amplificador de 10 vatios de potencia. La batería
que se usa es de 12 voltios y 3000 miliamperios para asegurar que durará toda la jornada
y evitar que el peso sea demasiado elevado. En cualquier caso, la alimentación del
megáfono también se puede hacer mediante pilas recargables lo que evita tener que
viajar con un cargador de baterías, mucho más grande y pesado.
En una mochila pequeña hemos puesto una tabla de madera a la que hemos
atornillado el amplificador. Este queda dentro de la mochila y el altavoz por fuera, para
que se escuche. Existen otras opciones a la hora de buscar un soporte para todo el
invento, como puede ser una riñonera.
El micrófono que utilizamos es de diadema. También utilizamos, aunque es un poco
más caro, un laringófono. De esta manera, el guía puede girar la cabeza para controlar a
su esquiador sin parar de darle instrucciones con la voz. En competición, es obligatorio
llevar casco (aconsejable a todos los niveles), en este caso el micrófono que se usa es
más pequeño y se coloca en la mentonera del casco.

Radiotransmisores

El uso de los radiotransmisores está dirigido a los esquiadores de las categorías B2 y


B3, a los que su resto visual les permite saber dónde está el guía y recibir la información
necesaria a través del intercomunicador. Ésta, siempre será muy clara y concisa. Su uso
no es aconsejable para la categoría B1, ya que se guía desde delante y se tapan los
oídos, se aísla a la persona ciega del punto de origen del sonido por el que se guía.
Sin embargo, en competición, algunos ciegos totales lo usan en disciplinas rápidas
como el Descenso o el Super Gigante, si son guiados desde atrás.
Su uso está pensado más para la competición que para esquiar con un fin recreativo.
El mecanismo es simple pero aún está en fase de evolución. Los radiotransmisores que
se usan actualmente son los mismos que utilizan los motoristas para comunicarse entre
ellos de moto a moto.
Existen tres modelos distintos:

— El que se activa con la voz. Su eficacia no es del todo óptima ya que cuando
esquiamos se dan órdenes muy precisas en un corto período de tiempo. Con este
sistema, se pierde parte del mensaje pues necesita unas décimas de segundo para que
se active.
— El que siempre está activado, permitiendo una comunicación fluida entre guía y
esquiador, en caso necesario.
— El tercero es el mejor ya que se trata de unas simples emisoras. Cada vez que
queramos comunicarnos con el corredor apretaremos un botón con la mano. Éste tiene
un alargador que va hasta la emisora la cual, se lleva normalmente colgada de forma
segura en la espalda, dentro del traje de esquí. De esta manera también evitamos la
descarga de las baterías por el frío.

Actualmente este tipo de intercomunicadores también lo usan los clubes de esquí que
trabajan con personas que ven correctamente, ya que les permiten dar unas órdenes más
precisas a los alumnos, sin que el entrenador pierda la voz después de varias horas de
clase.
En competición sin embargo, y especialmente en disciplinas rápidas, como pueden
ser el Descenso o Super Gigante, hay problemas de transmisión debido a las altas
velocidades, el frío y turbulencias del viento. Es por este motivo que todavía se está
investigando sobre el tema, con el problema añadido que conseguir un intercomunicador
bueno y de reducidas dimensiones supone un coste muy elevado.

Dorsales identificadores

El uso de los petos o dorsales identificadores de “esquiador ciego o deficiente visual”


representa una gran ayuda en la tarea del guía ya que de esta forma todos los
esquiadores que se encuentran en las pistas pueden reconocerlos y no entorpecer
cruzándose entre el guía y el esquiador ciego o deficiente visual. En caso de accidente
con otra persona puede suavizar la reacción de ésta. Delante de un problema más serio,
al llevar el peto, el seguro (que es obligatorio cada vez que salimos a esquiar) nos cubre
con toda certeza.
Internacionalmente ha habido distintas iniciativas destinadas a estandarizar la
señalización de los petos para que todo el mundo conozca el significado de dichas
señales.
En Francia, Suiza y Austria se usan petos de color rojo o amarillo, con tres puntos
negros grandes, formando un triángulo. Debajo de ellos esta escrito la palabra “ciego”, en
cada uno de sus respectivos idiomas.
En España, al igual que en Estados Unidos los petos no contienen ningún símbolo
que permita identificar que una persona es ciega. Está escrito en un peto y con letras
grandes de fácil lectura para los otros esquiadores la palabra “esquiador ciego” o
“deficiente visual”.
En el caso de esquí de competición, el dorsal que utilizan los guías, lleva una “G”
grande (del inglés “guide”), de color negro sobre fondo amarillo.
En Italia, hay grupos en que el guía esquía con un traje rojo y el ciego con otro
amarillo, teniendo ambos en el pecho y espalda de su chaqueta una ancha línea
horizontal de color negro.
El color del peto también es muy importante, pues en esta labor de advertencia a los
otros esquiadores se hace necesario algo llamativo. Un color de estas características
cumple dos funciones básicas.
La primera, como ya dijimos, para llamar la atención, y la otra, en el caso de los
esquiadores deficientes visuales, el color del peto facilita la ubicación del guía. Los
colores fluorescentes (verde o naranja) son, normalmente, los que mejor distinguen las
personas con resto visual, por lo que es aconsejable que los petos sean de este color. Se
puede usar también un amarillo chillón, el mismo que exige el reglamento internacional
para identificar a los guías en competición. Todas estas variables existentes para dar a
conocer a los otros esquiadores que hay una situación de riesgo en las pistas.

Máscaras

Las máscaras, por reglamento sólo se usan en la categoría B1. Son simplemente
unas gafas de competición en las cuales pondremos encima del cristal una capa opaca,
pudiendo ser cinta adhesiva, pintura, etc. que garantice una oscuridad absoluta. De esta
manera se asegura las mismas condiciones visuales en dicha categoría, ya que algunas
personas deficientes visuales pueden percibir luz.

ESTRUCTURA DEPORTIVA

Tipos de competiciones

Actualmente la ONCE participa en todas las competiciones, tanto nacionales, como


internacionales. Las nacionales son tres: los Campeonatos de Cataluña, País Vasco,
Aragón, Valencia, etc., que corresponde al norte de España y que se organizan a través
de la Federación Catalana; los Campeonatos de Madrid, Granada, etc., a través de la
Federación Española; y los Campeonatos de España, que son sólo para ciegos y
deficientes visuales. En este último se hace una selección de los mejores 30 corredores y
guías.
En las competiciones internacionales se participa en la Copa del Mundo, unas 6 ó 7
carreras, celebradas la mayoría en Europa, las cuales, según el resultado van dando
puntos. El que tenga más puntos al final de esta liga se proclama campeón de la Copa
del Mundo.
Los Campeonatos del Mundo se celebran cada 4 años, intercalados con los Juegos
Paralímpicos de invierno, que se celebran unos días después de los Juegos Olímpicos,
usando toda la infraestructura de éstos.
También se participa en los campeonatos de Europa celebrados cada 4 años, sólo
para ciegos y deficientes visuales.

Salidas recreativas

Actualmente existen distintos perfiles de practicantes con intereses y motivaciones


diferentes. Algunos se plantean esta actividad de forma lúdica, recreativa para hacer
deporte y disfrutar del tiempo libre, como una actividad organizada. Para otros es el inicio
que más tarde les puede llevar a un equipo nacional.
Cada Delegación Territorial (DT) de la ONCE tiene sus características propias. Por
regla general se organizan, durante la temporada de esquí, seis salidas de fin de semana,
intentando cambiar la estación de esquí para que cada salida sea distinta. También se
tiene en cuenta la proximidad de cada DT a dichas instalaciones, para no realizar un viaje
cansador y que el coste sea menor.
Para otro tipo de salidas se aprovechan días festivos unidos a fines de semana, para
disponer de más tiempo para poder practicar. En esos casos se aprovecha para realizar
las actividades en complejos invernales más lejanos.

FUNDAMENTOS TÉCNICOS

CÓMO HACER DE GUÍA DE UN ESQUIADOR CIEGO Y DE UN DEFICIENTE VISUAL

La tarea de guiar a un esquiador ciego o deficiente visual tiene, como función, suplir la
información visual que precisa dicho esquiador. Por esta razón el objetivo del piloto debe
ser el de elegir y comunicar la mejor línea de trazado, indicar el recorrido orientando con
la voz o a través de instrucciones, y si el esquiador conserva resto visual, hacer que siga
su silueta. A la vez debe avisar de todo aquello que pueda suponer un cambio repentino y
debe de mantener una distancia de seguridad adecuada entre él y su corredor, con
relación a los obstáculos.

Pueden diferenciarse cuatro factores distintos a los que debe atender:

1) Los elementos del entorno: trayectoria de otros esquiadores, obstáculos (pilonas,


señales, vallas, cañones de nieve, etc.) cambios de nieve (placas de hielo, nieve dura,
polvo, húmeda, etc.) cambios súbitos en el terreno (zonas de bams, pendiente fuerte,
llano, tubo, etc.) cambios de luz (zonas de sombra a sol) y puertas si se encuentra en
competición. Ante éstos, y según cada circunstancia, reaccionará alejándose, evitándolos
o informando de ellos.
2) Traza de su esquiador: observando a su corredor a fin de garantizar que le siga.
3) Su propia velocidad para mantener la distancia apropiada entre ambos y adaptada
a las posibilidades técnicas de su esquiador.
4) Movimientos técnicos de su esquiador: se podrán lograr en un perfil de piloto de
muy buen nivel técnico, ya que a más nivel del piloto mejor dominio de los puntos
anteriores y le sobra tiempo para observar con precisión la técnica de su esquiador, por lo
que tendrá opciones de hacer correcciones en el momento adecuado. Pero estas
correcciones técnicas también estarán en función del nivel del esquiador con deficiencia
visual, a más nivel de éste, más velocidad.

Todo esto se comunica a través de un código de sonidos, palabras cortas y señales


gestuales asociado a un sonido o señal a una situación del entorno previamente
predeterminada, o sea le damos un significado a un sonido.
Los pilotos suelen elegir sonidos que puedan ser transmitidos con la mayor brevedad
y sonoridad posible por encontrarnos en situación de descenso y disponer de poco tiempo
para comunicar lo que se aproxima. También he citado señales gestuales ya que, en los
casos de suficiente resto visual, el piloto puede complementar sus indicaciones o
sustituirlas por movimientos pronunciados realizados con el propio cuerpo o extremidades
superiores.
Por el momento, no se ha estandarizado ningún tipo de código. Cada pareja ha
desarrollado su propio sistema según su lógica y resto visual; caracterizados para evitar
complicaciones huyendo así de información innecesaria y persiguiendo un objetivo de
eficacia y rapidez.
Basándose todos en unas mismas necesidades de comunicación de los estímulos
visuales relevantes provenientes del entorno (primer factor de los citados anteriores) o
bien situaciones como:

— Momento de parada. Distinguiendo entre situaciones normales u otras de relación


inmediata, causadas por algún agente externo que pueda suponer peligro y diferenciando
consecuentemente entre ambas señales.
— Indicaciones, antes, durante y a la salida de los medios mecánicos. Trasmitidas con
pocas palabras o señales sonoras o gestuales.
— Momento de la curva (parte de la curva: inicio, máxima pendiente y final de la
curva) que va a realizar el esquiador o que esté realizando el piloto, con lo cual se deduce
el radio de la curva y el ritmo de ejecución de los distintos movimientos relativos a las
partes de la curva.

Al encontrarnos con distintos tipos de afectación ocular consecuentemente se nos


definen distintas necesidades informativas del esquiador con deficiencia y de acción por
parte del piloto.
Las necesidades de recibir información para un B2 de visión focalizada difieren mucho
de las de un B2 con visión periférica y aun más de las de un ciego total. Así por ejemplo,
en el caso del esquiador de visión focalizada, al disponer de suficiente resto visual para
enfocar la silueta o parte superior del cuerpo del piloto precisa únicamente que se le avise
de toda aquella información relevante que no cubra dicho foco de visión. Tal vez sólo nos
solicitará información referente a los cambios de nieve, del terreno, de dirección durante
el descenso, y si guardamos una distancia de seguridad constante y relativa a su
profundidad de visión será suficiente.
Con el esquiador con visión periférica, la dificultad de pilotaje ya será mayor, puesto
que al tener visión periférica (no ver por el centro pero sí por los lados), seguir la silueta
del piloto significará girar la cabeza a cada curva, con lo cual hay un momento que pierde
el punto de referencia del piloto, o sea, hay como una intermitencia en dicho seguimiento.
En este caso, aparte de la información del ejemplo anterior, el esquiador puede que
solicite información referente al momento de inicio de su propia curva, por lo que el piloto
situado delante del esquiador guardará la distancia idónea constante y emitirá el sonido
correspondiente al inicio de la curva de su esquiador ajustándolo a un momento de su
propia curva.
Con el esquiador ciego la tarea del piloto será primordial ya que deberá transmitirle
toda aquella información relevante para el seguimiento del piloto. Cambios súbitos del
terreno de la nieve y momento de la curva que vaya a realizar el corredor o situación del
piloto.
En la forma de guiar, el piloto se encuentra delante por lo que es preciso mantener la
vista delante y detrás y orientar por el sonido a su esquiador. Dentro de este mismo
sistema cada esquiador ha adoptado sus propias particularidades, así nos encontraremos
algún piloto que guía a su corredor a través del ruido que emite al golpear sus palos de
esquí, convirtiéndose en un gesto mecánico de brazos y permitiéndole a la vez más
libertad para comunicar la información relevante del entorno (sobre todo tipo de
desniveles y cambios de nieve) el esquiador se orientará, seguirá dicho ruido que le
vendrá focalizado. Otros emitirán un sonido constante, pero éste no podrá ser tan dirigido
porque cuando el piloto gire la cabeza para mirar hacia delante, el esquiador percibirá el
sonido mucho más débil. Para solucionar este problema, utilizaremos el altavoz.
En el sistema en el cual el piloto se sitúa delante, algunos guías cometen el error de
no situarse en la misma línea de trazado que su corredor, lejos y en un punto de la curva
erróneo, dan instrucciones para que su corredor vaya por donde ellos quieren, como si los
teledirigiera. Como consecuencia, el esquiador ciego, que está acostumbrado a
orientarse por el sonido, busca su foco de voz, y recorta la curva dirigiéndose hacia la
posición del piloto.
También tenemos que recordar que casi todos los esquiadores de clase B1 tienden a
derivar en la curva hacia el exterior de la misma.

Normas generales del guía

1) Al guía se le exige un buen nivel técnico, siempre superior al del esquiador.


2) El guía debe conocer los límites y grado de discapacidad del esquiador que guiará.
Nunca debe sobrevalorar el nivel técnico de su esquiador, evitando situaciones que
comporten riesgo.
3) Hay que evitar la sobreprotección al esquiador. Siempre hay que intentar
establecer una relación de trato normal.
4) El guía tiene que tener claras sus acciones. Debe tener capacidad de previsión y
anticipación en todos los aspectos.
5) Respetar siempre que sea posible la voluntad del esquiador, en lo referente a la
intensidad de la práctica y elección de las pistas.
6) Saber administrar pautas de recuperación física y psíquica, ya sea a favor de su
propia labor que exige mantener un grado elevado y continuo de concentración.
7) Conocer la información que el esquiador desea que se le comunique e intentar
transmitirla de forma simple.
8) Transmitir las órdenes o el código preestablecido con seguridad, aportando
sensación de confianza. Mantener el control y la seguridad aunque exista una situación
de riesgo.
9) Respetar todas las indicaciones de las pistas así como las decisiones del
responsable del grupo.
10) Cuidar y responsabilizarse del material tanto suyo como de su pareja. El material
en mal estado, reduce la eficacia del trabajo.

Antes de iniciar el descenso

Es muy importante que el esquiador con deficiencia visual o ciego, al descender por
una pista que no conozca, pueda disponer de una situación global de ésta. Debemos
describir principalmente los distintos desniveles que afrontarán y el nivel de dificultad de
la pista, verde, roja etc., el tipo de nieve, la afluencia de esquiadores e, incluso, el paisaje.
De esta forma se configurará una imagen de sensaciones que le permitirá ser más
efectivo en su descenso.

Aprendizaje

Existe la teoría de que, en primer lugar, debe enseñarse el esquí de fondo y después
el esquí alpino. En algunos casos se puede optar por esta fórmula pero no hay ningún
problema, y se garantiza el mismo éxito, si se empieza primero por el alpino, siempre y
cuando haya un correcto proceso de enseñanza. Las sensaciones de deslizamiento, en
ambos casos, es la misma.
El sistema de enseñanza es igual al método normal y en niños, se avanza muy
paulatinamente a fin de evitar que se produzcan situaciones donde se pueda coger
miedo.
La única diferencia, es que se precisa un mayor tiempo para la descripción de los
ejercicios. Es imprescindible en el proceso de aprendizaje un análisis y conciencia previa
a la ejecución. Debería ser norma en la enseñanza del esquí en personas deficientes
visuales o ciegas que, antes de la ejecución de los ejercicios, se garantice la comprensión
del concepto que se va a transmitir y se proceda dando instrucciones de la forma más
clara y concisa posible.
Se precisa también contacto corporal directo o indirecto. Por ejemplo colocarlo en
posición correcta, modelando su postura con las manos del piloto, corregir todos aquellos
fallos acompañando las manos haciéndole ver el movimiento correcto de aquellas partes
del cuerpo, o segmento corporal.
Las ayudas técnicas auxiliares, como los palos de enseñanza, son muy importantes,
ya que en el esquí alpino previamente es beneficioso hacer todos los ejercicios de forma
asistida y después cuando se está completamente seguro de que el movimiento ha sido
adquirido, ir eliminando la ayuda hasta que se practique de una forma completamente
autónoma. Avanzar con la seguridad y la certeza de que el escalón anterior se ha
superado; no precipitar situaciones, de no ser así, las consecuencias pueden ser muy
negativas incidiendo en la frustración del esquiador ciego o deficiente visual.
Se puede aprender mucho si el guía pone gran atención en sus palabras y acciones.
El aprendizaje no tiene porqué ser más lento que el de las personas sin disminución,
ya que los alumnos son muy diligentes, están muy motivados, actuamos sobre sentidos
que ya tienen muy desarrollados en su vida cotidiana y cabe destacar la gran capacidad
de concentración que estos esquiadores tienen.
El esquí se aprende por sensaciones, tanto en el ámbito de las personas que ven,
como en el de las personas ciegas, la única diferencia es que estas últimas, por el hecho
de no ver, prestan más atención a aquéllos detalles que puedan ser puntos de
información y desarrollan una mayor sensibilidad táctil sobre la nieve.

REGLAMENTO DE IBSA

Reglas generales

Serán de aplicación las reglas de la FIS (Fédération Internationale de Ski) con las
ampliaciones establecidas en estas reglas.
En caso de que surja algún malentendido a la hora de interpretar las modificaciones
de IBSA a las mencionadas reglas internacionales, prevalecerá la versión inglesa.
IBSA es la responsable de las reglas en colaboración con su Comité Técnico.
IBSA acuerda considerar cualesquiera enmiendas propuestas por la FIS.

Pruebas

Los atletas de todas las categorías establecidas por IBSA (B1, B2 y B3) podrán
competir en todas las disciplinas.
Las pendientes de las pistas, tanto mínimas como máximas, en todas las
competiciones sancionadas por IBSA, corresponderán a las especificaciones de la FIS
para pruebas femeninas.
Las pruebas de competición aprobadas por IBSA son:

Descenso (FIS 700)


Eslalom (FIS 800)
Eslalom Gigante (FIS 900)
Super Gigante (FIS 1000)
Reglas técnicas de competición

El comité organizador no deberá seleccionar una prueba que pueda poner en peligro
al participante. No se deberá sobreestimar la capacidad de un esquiador medio.
Igualmente, cada prueba deberá ser elegida por los entrenadores para ajustarse a la
capacidad de su equipo y/o deportistas.
El Jurado podrá excluir a cualquier participante si se considera que su técnica
constituye un peligro para sí mismo y/o que es inadecuada para el nivel de la
competición.
Todos los participantes deficientes visuales y sus guías deberán haber sido
entrenados e inscritos por sus respectivas Federaciones Nacionales de Ciegos para las
Pruebas de Esquí Alpino.
El estadio de competición estará a disposición de los participantes al menos un día
antes del inicio de la competición, con el fin de permitir a cada participante la oportunidad
de familiarizarse con la pista.
A todos los participantes y sus guías, se les permitirá deslizarse en paralelo, o hacer
cuña, a baja velocidad por las puertas, durante la inspección oficial. A los guías se les
permitirá inspeccionar la pista de la carrera sin su esquiador.
Los cascos serán obligatorios para los esquiadores y sus guías, de acuerdo con las
reglas de la FIS.
Todos los participantes de la categoría B1 deberán llevar antifaces durante la
competición. El modelo de gafas negras quedará a la discreción del esquiador, pero
deberá haber sido aprobado por el Juez de Salida antes de que se inicie el descenso.

GUÍAS

Será obligatorio ir acompañado de un guía en todas las categorías de competición de


IBSA (B1, B2 y B3). El participante deficiente visual y su guía vidente serán considerados
como un equipo.
Todos los guías deberán llevar el peto de competición. En la parte delantera del peto
deberá figurar la letra “G” impresa en negro (para identificarlos como guías), y el peto
deberá ser de color verde fluorescente o amarillo fluorescente. No deberá taparse la parte
delantera del peto del guía durante la competición; sin embargo, la parte trasera podrá
cambiarse de color para ajustarse a las necesidades del participante deficiente visual. No
se permitirá ningún anuncio no oficial durante la competición.
El guiaje podrá realizarse desde cualquier posición.
Existirá en la salida un espacio adecuado para el guía con relación a la primera
puerta.
El guiaje deberá efectuarse por voz. Se tolerara la comunicación por radio, la
ampliación de voz y ruidos golpeando los bastones. No se permitirá ninguna otra clase de
comunicación durante la carrera de Esquí Alpino. Tampoco se permitirá contacto físico
entre el guía y el participante durante la carrera, salvo en caso de caída. En tal caso, se
permitirá la asistencia de un Ayudante de Pista o del guía, pero sólo en cuanto a
entregarle sus esquís y/o bastones.
El guía deberá, aunque no es estrictamente obligatorio, para la línea de la puerta,
pasar por el mismo camino que su esquiador deficiente visual. Se considerara que una
puerta ha sido pasada correctamente cuando las puntas de ambos esquís y ambos pies
del corredor hayan cruzado la línea de la puerta. Si el esquiador pierde un esquí sin
incurrir en falta, es decir que no pasa por fuera una pierna, el esquí restante y ambos pies
deberán cruzar la línea de la puerta.
En el caso de que el guía se cayera, el esquiador deficiente visual puede continuar,
pero tendrá que terminar la carrera sin su guía.
Ante el caso de lesión o enfermedad del guía, se le permitirá al esquiador deficiente
visual cambiar de guía. Tales cambios deberán comunicarse al Delegado Técnico de
IBSA.
El nombre del guía deberá incluirse en la lista oficial de resultados, y recibirá los
mismos honores que su esquiador.

Procedimientos de la salida

El guía no pasará por la puerta de salida. Todos los participantes deficientes visuales
deberán pasar por la puerta de salida.
Los esquiadores B1 serán siempre los primeros en participar en la competición,
seguidos por los de la clase B2 y los de la clase B3. Esta regla también se aplicará a
todas las competiciones de clases combinadas.
El orden general de competición deberá determinarse según las siguientes
agrupaciones:

Grupo de salida 1: un participante por clase y por país. Es imprescindible que éste
sea el mejor deportista de su país.
Grupo de salida 2: un máximo de dos participantes por clase y por país.
Grupo de salida 3: un máximo de dos participantes por clase y por país.
El sorteo para determinar el orden en que competirán los esquiadores tendrá lugar el
día anterior a cada competición para cada grupo en cada clase.
El orden de salida para la segunda bajada será decidido por el jurado después de
conocerse los resultados de la primera.
Para cada una de las distintas clases B, los intervalos entre salidas deberán equivaler
al tiempo que se requiere para recorrer, como mínimo, la mitad de la pista de carrera.
Entre clases, los intervalos deberán ser algo mayores.

El jurado

Ningún participante podrá formar parte de un jurado.


El Jurado de Competición estará formado (de acuerdo con la regla 603.1 de Esquí
Alpino de la FIS) de la siguiente manera:

Miembros Nombrado por:

Delegado Técnico de la FIS Delegado FIS


Técnico de IBSA Comité Técnico de IBSA
Juez Reunión de Capitanes de Equipo
Juez Adjunto (Sólo para SG y D) Reunión de Capitanes de Equipo
Jefe de Carrera Comité Organizador

El Jurado Médico comprenderá:


el presidente del Comité Médico nombrado por el comité organizador
un médico autorizado por IBSA
una persona nombrada por el Subcomité de Esquí Alpino de IBSA.
Varios

En el caso de una caída con resultado de pérdida de equipo, se recomienda que el


participante abandone la carrera.
Los sistemas de megafonía, máquinas de nieve, cañones de nieve artificial y demás
ruidos, deberán mantenerse al mínimo a lo largo de toda la carrera para que los
esquiadores deficientes visuales puedan oír a sus guías.
El equipo de cronometraje en la zona de meta deberá estar preparado para la
posibilidad de que el guía atraviese la línea de meta, tanto antes, como después del
esquiador deficiente visual.

REGLAMENTOS IPC

1. Reglamentos básicos
2. Clasificación de los competidores
3. Grupos por clase
4. Grupo para oficiales, técnicos y personal médico
5. Grupo de los entrenadores
6. Reglamento técnico
7. Características técnicas
8. Reglas Administrativas

1. REGLAMENTOS BÁSICOS

1.1. Se aplicará el reglamento y las normas de la FIS junto con las siguientes
enmiendas:

2. CLASIFICACIÓN DE LOS COMPETIDORES

2.1. Todos aquellos deportistas que cumplan con las normas de las clasificaciones
médicas según lo establecido en la sección V, Capitulo 1.
2.2. Clasificación (véase Sección V, Capítulo 1).
2.3. Todas las clases, incluyendo las B1, B2 y B3, podrán competir en todas las
disciplinas alpinas (descenso, super-gigante, slalom gigante y slalom).

3. CUPOS POR CLASE


3.1. Un país podrá inscribir un máximo de tres (3) deportistas por clase y prueba
(descenso, super-gigante, slalom gigante, slalom).
3.2. Para que una clase sea válida debe cumplir los siguientes requisitos:

Hombres: deportistas de dos continentes y cinco países, mínimo ocho esquiadores.


Mujeres: deportistas de dos continentes y cuatro países, mínimo seis esquiadores.

4. -CUPOS PARA OFICIALES, TÉCNICOS Y PERSONAL MÉDICO


4.1. Personal médico y de apoyo:

2 por cada 5 esquiadores de pie


1 por cada 2 esquiadores sentados
1 por cada B1, B2, B3

5. CUPOS PARA ENTRENADORES

3 por cada 1-10 deportistas


5 por cada 11-22 deportistas

6. REGLAMENTO TÉCNICO PARA DISCAPACITADOS

6.1. Los corredores de las clases LW2 y LW9 que esquíen con un solo esquí no
podrán utilizar las extremidades libre en contacto con la nieve para aumentar la velocidad
o mantener el equilibrio. Cualquier incumplimiento de esta norma será causa de
descalificación.

6.2. En la clase B el deportista y su guía son considerados un equipo. Por lo tanto, los
deportistas y su guía deben ser inscritos en las pruebas de esquí alpino por sus
federaciones nacionales.

6.3. El guía es obligatorio para los B1. En las clases B2/B3 se recomienda el guía.

6.4. El guiaje debe ser sólo mediante la voz. Se acepta la comunicación por radio y
amplificación de la voz entre guía y corredor. No se permitirá ningún otro medio de
comunicación durante las competiciones alpinas.

6.5. No se permite el contacto físico entre guía y corredor durante la carrera, sólo en
caso de caída se permitirá la ayuda del guía o del control.

6.6. Es obligatorio el uso del casco para corredores y guías de la clase B, en todas
las competiciones.

6.7. Los corredores de la clase B1 deberán llevar el cristal de las gafas cubierto
durante la competición. El modelo de gafas es de libre elección pero deberá ser
examinado y aprobado por el juez árbitro antes de la salida de la prueba.

6.8. El guía puede guiar desde cualquier posición.

6.9. El guía no debe pasar por el portillón de salida, el corredor sí.

6.10. El equipo de cronometraje de la llegada ha de registrar el paso del guía al


franquear la línea de meta ya sea antes o después del corredor. El cronómetro deberá
leer solamente el tiempo del corredor.

7. CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS

7.1. Desniveles verticales máximos según el reglamento FIS para damas.


7.2. Descenso (FIS 700)

7.3. Super-Gigante (FIS 1000)

7.4. Eslalom Gigante (FIS 900)

7.5. Eslalom (FIS 800)

8. REGLAMENTO CONJUNTO PARA PRUEBAS ALPINAS

8.1. (FIS # 219) Sorteo y orden de salida


El orden de la salida de las clases se decidirá en la primera reunión de jefes de
equipo. La clase B saldrá en primer lugar en todas las competiciones.
En descenso, super-gigante y eslalom gigante los corredores de silla deberían salir
tras la clase B.

8.2. (FIS # 220) Pruebas médicas


Para las clasificaciones véase el reglamento Médico del IPC

8.3. (FIS # 603) Jurado


Delegado Técnico ADD – IPC con pleno derecho de voto

8.4. (FIS # 603.4.2) Obligaciones del Jurado


El Jurado podrá eliminar a un corredor si considera que su nivel técnico no es el
adecuado al nivel de la competición.

8.5. (FIS # 603.10.1) Experto en seguridad.


Además del experto en seguridad, se podrá consultar con una persona discapacitada
con amplia experiencia en competiciones internacionales. No tendrá derecho a voto.

8.6. (FIS # 611.2.1) Portillón de salida.


El portillón de salida debe ser ajustable para que los esquiadores en silla puedan
colocarse en ella. (LW10, LW11 y LW12).

8.7. (FIS # 616) Micrófonos


Los sistemas de megafonía, máquinas de nieve y otros ruidos deben mantenerse a
niveles mínimos en la salida, la llegada y a lo largo de toda la pista de competición, para
que los corredores de la clase B puedan oír a sus guías.

8.8. (FIS # 622) Intervalos de salida


El tiempo de los intervalos en las salidas de la clase B, LW1 y LW3 deberá
establecerse de acuerdo a la habilidad de cada corredor. Los intervalos de la clase B
deberán ser, como mínimo, de la mitad del recorrido de la carrera.

8.9. (FIS # 624) Interrupción de la carrera


Preparación de la pista.
El equipo responsable de la preparación de la pista deberá hallarse capacitado para
prepararla según las necesidades de los descapacitados. En eslalom debe mantenerse
limpia de acumulación de nieve al palo de giro, el cual ha de ser articulado.
8.10. (FIS # 840) Reclamaciones
Clases: reclamación sobre clasificaciones médicas, (consultar el manual del IPC).

8.11. (FIS # 611.3) Asistencia


Los competidores no deben recibir ningún tipo de ayuda durante la carrera, excepto
las clases LW5/10/11/12, B1, 2, 3, cuando se pueda dar, y sólo por los oficiales de la
competición, si se solicita.

8.12. (FIS # 661.4) Paso de puertas


Paso correcto: se pasa una puerta de forma correcta cuando las espátulas de ambos
esquís y pies del corredor han pasado la línea de puerta. Si un corredor pierde un esquí,
sin cometer una falta, es decir, sin haber enganchado un palo, la espátula del esquí que
queda y ambos pies deben haber pasado la línea de la puerta. En esquí en silla, todo el
esquí de espátula a cola debe cruzar la línea de la puerta.

8.13. A todos los corredores de la clase LW se les permite derrapar entre las puertas.

8.14. Todos los corredores de la clase B y sus guías podrán deslizarse lateralmente o
derrapar a baja velocidad.

8.15. La clase B será la primera en reconocer el trazado de la competición.

8.16. El reglamento FIS correspondiente a la altura de las fijaciones se aplicará


solamente a las siguientes clases: LW4, 5/7, 6/8, B 1, 2, 3.

8.17. Todo mono-esquí debe tener un dispositivo de freno.

8.18. El reglamento del 80%, para la segunda manga, debe ser aplicado en la lista de
salida de la primera manga a menos que una clase no tenga suficientes inscripciones, es
decir ocho (8) hombres, seis (6) damas. El reglamento del 80% se aplicará en la
combinación de clases pero no en las clases individuales dentro del grupo combinado.

8.19. Resultados: el panel de resultados situado en la zona de llegada debe mostrar


claramente el dorsal de cada corredor, el tiempo real, el tiempo compensado y la
clasificación, según el tiempo compensado.
8.20. Una vez publicadas las listas de clasificación no se aceptarán reclamaciones
después de transcurridas 24 horas. El tiempo límite para la presentación de
reclamaciones será la reunión de los Capitanes de Equipo de la primera carrera.

PIES DE FOTOS

Un esquiador y su guía.

Gigante de la Copa del Mundo. Suiza 2001.

Zona de salida de una competición.

Un esquiador recibiendo atención de un fisioterapeuta.

Un esquiador y su guía en el momento de la salida.

José Vilamitjana y Silvana Mestre entrenadores del equipo nacional.

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