Rosario de La Liberación
Rosario de La Liberación
Rosario de La Liberación
Si, por ejemplo, oro por mi mismo, diré (en cada cuenta del Padrenuestro): Si
Jesús me libera, seré verdaderamente libre. Si oro por mi familia, diré: Si
Jesús libera a mi familia, será verdaderamente libre. ¡Se esta proclamando la
Palabra de Dios!
¡Jesús, libérame!
Si oras por una persona, por ejemplo, José, harás de la siguiente forma:
La intención que coloques, Jesús la oirá. Ten seguridad de que el Señor Jesús
oirá tu clamor y atenderá a tus peticiones por que la Biblia dice que la
Palabra no vuelve a Dios sin producir su fruto (Is 55,11). Cuando tu
proclamas la Palabra del Señor con fe y arrepentido de tus pecados, a través
de la oración- ¡Jesús, ten piedad de mí!- ciertamente una victoria muy
grande de Jesús, de Su Sangre redentora y de Su Palabra se manifestara en
tu vida y en la vida de aquellos por los que tu has orado. ¡Jesús vivo te
sanara, salvara y liberara!
Oremos:
Jesús es el único nombre que tiene poder para salvar, sanar y liberar, pues
“no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros
debamos salvarnos”(Hch4,12). La misericordia de Dios se ejerce a favor de
la humanidad a través de Jesucristo y del poder de Su Sangre redentora. En
el Calvario, Jesús, al morir por nosotros, pago el precio de nuestro pecado y
nos libero de la maldición de la ley. Resucitando de entre los muertos, Jesús
venció al pecado, al diablo y a la muerte. El nos dio la victoria y obtuvo la
vida eterna para nosotros, abriendo las puertas del cielo para toda la
humanidad. Esta fue la parte de Dios. El Rosario de la Liberación no es una
fórmula mágica y si la proclamación con fe de la Palabra de Dios. Tomando
posesión, por la fe, de esa Palabra conseguiremos mover la mano de Dios a
nuestro favor. Es la Palabra de Dios la que nos afirma que ya fuimos sanados
gracias a las llagas de Jesús. Es suficiente entonces, asumir personalmente y
en la fe la obra que Jesús realizo en el Calvario a nuestro favor, con su
muerte, resurrección, ascensión al cielo y glorificación sentado a la derecha
del Padre, para que la cura, la salvación y liberación de Dios, se concreten en
nuestra vida.
Oración:
¡Ven, Espíritu Santo de Dios! ¡Ven en nombre de Jesús! Ven y torna viva
dentro de nosotros la Palabra de Dios proclamada a través de la oración del
Rosario de la Liberación, y que el opere en cada corazón la gracia de la cura,
salvación y liberación, en nombre de Jesucristo Nuestro Señor. Amen.