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Revista de Psicologa, Vol.

19, N 2, 2010

Identificacin melanclica y constitucin


de la identidad de gnero masculina.
Aportes del psicoanlisis a los estudios
contemporneos de gnero
Melancholic identification and male gender identity
constitution. Psychoanalytic contributions to
contemporary gender studies
Ariel Martnez1

Resumen
Desde la confluencia entre el psicoanlisis y los estudios de
gnero, este trabajo intenta delimitar algunos aspectos de la teora
intersubjetiva de Jessica Benjamin en relacin con el proceso de
constitucin de la identidad de gnero masculina hegemnica. A partir
de all, se presentan parte de las consideraciones conceptuales que
Judith Butler realiza en relacin con la melancola postulada por Freud,
y su conexin con la conformacin subjetiva del gnero para delimitar
el modo en que se conceptualiza la constitucin melanclica de la
identidad de gnero. Se concluye que, a partir del entrecruzamiento
de ambas autoras, se despliega una plataforma analtica que permite
avanzar hacia nuevas articulaciones que delimitan, nunca de manera
definitiva, una posible explicacin psicodinmica de la constitucin
de la identidad de gnero a partir del mecanismo de identificacin,
de modo tal que se incluyen niveles de anlisis que van ms all de
mecanismos individuales de funcionamiento.
Palabras
Heterosexualidad.

Clave:

Identificacin,

Gnero,

Identidad,

1 Ariel Martnez, Centro Interdisciplinario de Investigaciones en Gnero (CINIG) de la Universidad Nacional de La Plata / Comisin de Investigaciones Cientficas (CIC) de la Provincia de
Buenos Aires. Profesor de Psicologa y Licenciado en Psicologa, Facultad de Psicologa, Universidad Nacional de La Plata, La Plata. Argentina. amartinez@psico.unlp.edu.ar.

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Revista de Psicologa de la Universidad de Chile

Abstract
From the intersection between psychonalysis and genders
studies, this paper tries to delimit some aspects of Jessica Benjamins
intersubjectivity theory in connection with the process of constitution
of the hegemonic male gender identity. From that point, Judith
Butlers conceptual considerations are presented in relation to
melancholy, as postulated by Freud, and its connection with the
subjective conformation of gender, in order to circumscribe the
way in which the melancholic constitution of the gender identity is
conceptualized. It is concluded that from the intertwining of both
authors, an analytic platform is displayed allowing to move forward
to new articulations that define, never in a definite way, a plausible
psychodynamic explanation of gender identity constitution from the
identification mechanism so as to incorporates levels of analysis that
go beyond individual mechanism of operation.
Key words: Identification, Gender, Identity, Heterosexuality.

Planteamiento del tema a abordar


En las ltimas dcadas ha ido adquiriendo cada vez mayor
relevancia el debate respecto a la diferencia entre varones y mujeres. La
categora de gnero al interior de las Ciencias Sociales se ha tornado crucial
para el anlisis de las diferencias entre los sexos (Lamas, 1986). En trminos
descriptivos, se puede entender por gnero:
...la red de creencias, rasgos de personalidad, actitudes,
valores, conductas y actividades [construidas y asignadas
socialmente] que diferencian a mujeres y a hombres. Tal
diferenciacin (...) no solo produce diferencias entre los gneros
femenino y masculino, sino que a la vez, estas diferencias implican
desigualdades y jerarquas entre ambos. (Burin & Meler, 1998,
p.20).
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Identificacin melanclica y constitucin de la identidad de gnero masculina...

En este sentido, los estudios de gnero denuncian la lgica binaria


al tiempo que visibilizan la jerarqua intrnseca a tal ordenamiento ligado
a largos procesos histrico-sociales. Las relaciones entre varones y mujeres
no son abordadas en trminos naturales sino como resultado de un proceso
histrico que emerge y se reproduce por estructuras sociales patriarcales.
En este contexto, los recientes anlisis filosficos feministas apelan a la
teora psicoanaltica, centrndose fundamentalmente en la categora de
identificacin para dar cuenta del modo diferencial en que se constituyen
las identidades de gnero a nivel subjetivo.
Robert Stoller (1968), ha sido el primero en diferenciar los roles
de gnero conjunto de conductas socialmente atribuidas a mujeres y a
varones de la identidad de gnero sentimiento de pertenencia al conjunto
varn o mujer que se establece precozmente, antes del conocimiento
que cada nio/a tiene de la diferencia sexual anatmica y el papel de los
genitales en la reproduccin. Es decir, el sentimiento que el propio nio/a
tiene de ser varn o mujer (Lamas, 1986). En palabras de Emilce Dio
Bleichmar (1992), se trata del:
conjunto de prescripciones y prohibiciones para el ejercicio de
una conducta, as como un sentimiento del ser que se reconoce
(femenino o masculino) por desempear las actividades y
conductas propias de su condicin, y es reconocido por los otros
en tanto se ajusta a ese desempeo esperado (p.135).
En esta lnea, el presente trabajo intenta delimitar algunas de
las coordenadas culturales y polticas que subyacen a la constitucin de
las identidades de gnero. Para ello, se presentan algunos aspectos de la
teora intersubjetiva de Jessica Benjamin en relacin con el proceso de
constitucin de la identidad de gnero masculina en sus modalidades
hegemnicas. Luego, se presentan parte de las consideraciones filosficas
que Judith Butler realiza sobre el mecanismo melanclico, postulado por
Freud, y su conexin con la conformacin subjetiva del gnero, para luego
delimitar el modo en que conceptualiza la constitucin melanclica de
la identidad de gnero. Se enfatizan aquellos desarrollos de la autora que
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giran en torno a la categora de identificacin, ligada a la prdida sufrida


durante el proceso de formacin de la identidad.
Finalmente, se despliega una plataforma analtica que se propone
delimitar, nunca de manera definitiva, aspectos que conforman una posible
explicacin psicodinmica de la constitucin de la identidad de gnero a
partir del mecanismo de identificacin. Sin dejar de tener en cuenta las
condiciones culturales que configuran el contexto, se incluyen niveles de
anlisis que van ms all de mecanismos individuales de funcionamiento.
Desarrollo Terico
Jessica Benjamin (1996), psicoanalista norteamericana, aborda el
estudio del desarrollo del s-mismo en trminos de dominacin-sumisin
a travs de una teora intersubjetiva, lo que le permite entramar la variable
gnero en el proceso de constitucin subjetiva. La autora, ubicada en la
lnea del psicoanlisis de las relaciones objetales, se centra en los intentos
sistemticos por comprender las relaciones de gnero a partir de la
posibilidad de un reconocimiento mutuo en trminos dialcticos. A partir
de all se desprende su tesis central: la dominacin masculina y la sumisin
femenina son resultado de una ruptura de la tensin necesaria entre la
autoafirmacin del s-mismo y el reconocimiento del otro como un sujeto
igual. El mantenimiento de esta tensin permite al s-mismo y al otro
encontrarse como sujetos iguales.
La relacin entre la autoafirmacin y el reconocimiento es
concebida por Benjamin (1996) en trminos de una paradoja, pues en
el momento mismo en que se comprende la propia independencia, se
depende de otro que la reconozca. En este sentido Benjamin argumenta
que es necesario resistir a la resolucin de esta paradoja, pues la incapacidad
de sostenerla implica la cada del reconocimiento, por tanto la dominacin
y la sumisin.
Las lecturas que realizan Nancy Chodorow (1974, 1978) y,
posteriormente, Benjamin (1996, 1997) del modelo edpico freudiano
clsico, permiten comprender los vnculos existentes entre tal modelo
terico y los modos en que al interior de una organizacin social patriarcal
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Identificacin melanclica y constitucin de la identidad de gnero masculina...

se ordenan los vnculos. En esta lnea, Benjamin (1996) critica el supuesto


freudiano de que el s-mismo debe ser postulado en oposicin a un otro/
objeto. Benjamin no conceptualiza esta estructura sujeto-objeto que
subyace a la conformacin del s-mismo como una condicin natural,
sino como el producto del fracaso de las relaciones intersubjetivas. Sin
embargo, en tanto se trata de un modelo patriarcal, refleja las condiciones
de emergencia de la identidad masculina a partir del repudio y la exclusin
de lo otro/objeto ligado a lo femenino.
La teora intersubjetiva de Jessica Benjamin (1996, 1997, 1998)
ofrece los elementos conceptuales necesarios para comprender el modo
en que la identidad de gnero masculina hegemnica, que emerge a
travs de condiciones patriarcales legitimantes, se constituye a partir de
un repudio inaugural de lo femenino que captura, indefectiblemente, a
tal identidad en un entramado conflictivo. En este contexto, el supuesto
freudiano de un deseo fundamental de la negacin del otro refiere solo a
las particularidades que adquiere la masculinidad en un contexto cultural
que impone y exige identificaciones excluyentes y direcciones especficas
de deseo (Butler, 1990) en la constitucin identitaria.
La ficcin de la simbiosis y el problema de la desidentificacin
Freud ha referido a la vivencia de satisfaccin, producto del
encuentro entre la boca del infans y el pecho de la madre, como un primer
movimiento que inaugura un sentimiento de completud. En palabras de
Julia Kristeva (2009):
se tratara de la unin ntima del Yo con el mundo circundante,
sentida como una certeza absoluta de satisfaccin, de seguridad
(), y que remite a la vivencia del lactante que an no ha
establecido fronteras entre su Yo y el cuerpo materno. () Una
smosis jubilosa del sujeto en la carne comn de un an-no uno
mismo, tragado por un an-no mundo (p.19).
Jessica Benjamin (1997) retoma estas ideas y las vincula con el
misterio de la maternidad. Expone el modo en que el temor al poder
materno, en la base del temor inconscientemente arraigado que las mujeres
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Revista de Psicologa de la Universidad de Chile

despiertan en los varones (Rich, 1986), se pone al servicio de una amplia


gama de propsitos.
Tal como han sealado varias pensadoras entre ellas Kaja
Silverman (1988) y Hortense Spillers (1987), el psicoanlisis ha arrojado
un modelo que naturaliza la constitucin subjetiva de los/as nios/as
signada por una profunda dependencia inicial a la figura de la madre
(Driver, 2005). Sin embargo, este aterrador sentimiento ocenico generado
por las profundidades maternas encuentra, a nivel terico, su antdoto:
un padre omnipotente que posteriormente lleva a cabo la separacin y
quebranta esa mnada compacta y asfixiante que no permite la emergencia
de un sujeto en clave flica. Tal como afirma Kristeva (2009), la figura del
padre consigue despertar al nio de la hipnosis de lo materno arcaico a la
cual el beb parece sucumbir fcilmente.
A criterio de Benjamin (1997), tal unidad originaria es una
construccin terica del psicoanlisis para explicar el miedo a la regresin
hacia lo primario y desubjetivante. A travs de estos supuestos tericos
que giran en torno a la dependencia, la madre perdida es recodificada
retroactivamente como un otro peligroso.
En este contexto conceptual, Jessica Benjamin (1996) critica
el supuesto freudiano de que el objetivo normativo del desarrollo del
s-mismo sea la separacin, la cual supone una transicin desde un
estado de conexin o no diferenciacin hacia un estado de separacin o
independencia. El supuesto es que para constituirse en sujetos es necesario
romper con un estado de inmediatez o no diferenciacin con la madre
a travs de la internalizacin de la autoridad paterna. Jessica Benjamin
(1996), a partir de los aportes de Nancy Chodorow (1978), sostiene que
el desarrollo de las identidades de gnero masculinas y femeninas, y la
dominacin masculina y la subordinacin femenina, son producidos, al
menos en parte, por el lugar que la cultura patriarcal asigna a las mujeres
en la crianza de los nios.
Dice Benjamin (1996):
como en casi todas partes las mujeres han sido las cuidadoras
primarias de [los/as nios/as pequeos/as], tanto los nios como las
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Identificacin melanclica y constitucin de la identidad de gnero masculina...

nias se han diferenciado en relacin con una mujer. Cuando consideramos el curso tpico de la diferenciacin masculina, vemos de
inmediato que crea una dificultad especial para los varones. Todos
los nios se identifican con su primer ser querido, pero los varones
deben disolver esta identificacin y definirse como el sexo diferente.
Al principio [los/as nios/as] se sienten semejantes a sus madres.
Pero los varones descubren que no pueden llegar a ser como ella;
solo pueden tenerla. Este descubrimiento conduce a una ruptura
de la identificacin, que las nias no tienen que sufrir. Los varones
afirman su masculinidad negando la identificacin o unidad original con sus madres (pp.98-99).
En efecto, los nios forman su identidad de gnero por desidentificacin de una mujer y, solo secundariamente, por la identificacin con el
padre. Benjamin (1996) contina:
El varn desarrolla su gnero y su identidad estableciendo una
discontinuidad y una diferencia respecto de la persona a la que
est ms apegado. Este proceso de desidentificacin explica el
repudio a la madre que subtiende la formacin convencional de la
identidad masculina. (pp.99-100).
El desarrollo del s-mismo del varn es descrito con precisin como
un proceso que supone represin, dominacin, y negacin del otro materno en un primer momento, de las mujeres posteriormente. Es necesario, entonces, disolver la identificacin con la madre para ser confirmado como un
sujeto/masculino. El logro de tal inteligibilidad ligada a una exitosa salida
del Edipo supone el hecho de no reconocer a la madre como un sujeto igual,
de modo que una actitud objetivante viene a remplazar las interacciones
afectivas anteriores (Weir, 1992), pre-edpicas, con la madre, en donde an,
al menos en la teora de Benjamin, era posible el reconocimiento mutuo.
En suma, Benjamin (1996) deja en claro que la identidad masculina hegemnica resulta de un proceso de separacin reactiva que trae consigo la dominacin de la madre, quien es relegada al campo de los objetos.
De aqu en ms, Benjamin (1996) da por sentado el mismo destino para
todas las mujeres, pues en tanto mujeres forman parte del gnero oprimido culturalmente. Esta vinculacin entre madre y mujeres, como recurso
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para explicar el modo en que se generaliza el temor y la dominacin, no


aparece plenamente explorada. Es posible pensar que en las argumentaciones
de Benjamin se filtra lo que Ana Mara Fernndez (2010) ha conceptualizado
como el mito mujer = madre. Sea como fuere, es posible pensar que las sociedades en su conjunto, al menos las occidentales, organizan sus universos de
significaciones en torno a este mito que instala la maternidad como destino
normativo de las mujeres. An as, tal ecuacin opera fluidamente en la cultura, lo que no desacredita el modelo terico de constitucin de la identidad
de gnero masculina, al que Benjamin (1996) sita claramente en el contexto
de un ordenamiento cultural de los gneros que naturaliza tal mito.
El modelo presentado permite a Benjamin (1996, 1997) pensar
una posible relacin entre la modalidad especfica en que se constituye la
identidad masculina hegemnica y la subordinacin de las mujeres como
una defensa compensatoria de la dependencia y envidia inicial en relacin
al aterrador poder materno de engendrar. El desprecio naturalizado, inconscientemente arraigado, hacia las mujeres es un efecto de lo que Benjamin (1997) denomina como transferencia del poder al padre solucin
paterna en trminos de Michel Tort (2008), nica va a travs de la cual
el nio puede liberarse de la omnipotencia de la madre pre-edpica. En este
sentido, para Benjamin (1996), la figura de la mujer/madre trae consigo
una fuerte carga regresiva que pone en peligro los lmites de la identidad
de gnero masculina altamente rgidos por constituirse reactivamente.
Por otra parte, tal como seala Silvia Bleichmar, el concepto de
identificacin ha ido adquiriendo una importancia capital en el psicoanlisis en tanto operacin fundamental que genera las condiciones para
instituir la subjetividad (Bleichmar, 1995, p. 201). Si se parte de la idea
de que la identificacin constituye subjetividad, entonces el intento del
nio por rechazar esa primera identificacin con la madre ser fallida. Las
consecuencias psquicas de lo femenino en tanto primer modelo identificatorio (Aulagnier, 2004) no pueden ser suprimidas. Por tanto, el rechazo a la
madre implica el rechazo y la negacin de un segmento de la propia vida fantasmtica del nio, un intento incesante de sepultar aquellos aspectos ligados
culturalmente a la feminidad que deben ser repudiados a cada instante para
el logro continuo de la masculinidad hegemnica en tanto identidad rgida,
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Identificacin melanclica y constitucin de la identidad de gnero masculina...

coherente, monoltica. De este modo la identidad masculina hegemnica


constituida inicialmente por el repudio necesita apelar a tal rechazo en todo
momento en que se ve amenazada. Se trata de evitar caer por fuera de la inteligibilidad cultural, cifrada en clave patriarcal. Butler (1990a) permite pensar
el modo en que la identidad de gnero no se constituye en un momento
puntual, de una vez y para siempre, sino a cada instante.
Para Benjamin, el contexto de una cultura patriarcal equilibra la
economa psquica de la subjetividad masculina hegemnica a travs de
un temor inconsciente y un consecuente repudio hacia las mujeres. Este
repudio envuelve a la psique en procesos proyectivos () que intensifican
el miedo a la omnipotencia del otro, as como la necesidad de retaliar mediante la afirmacin de la propia omnipotencia (Benjamin, 1997, p.114).
La tensin se quiebra y lo otro, lugar en el que la mujer es colocada, se
torna depositario de las proyecciones masivas que al mismo tiempo conforman defensivamente un dique de contencin a los lmites de la propia
identidad de gnero masculina altamente rigidizada.
En la misma lnea, Jane Flax (1990) destaca el modo en que Freud
ubica a la madre como primer otro significativo durante la fase pre-edpica.
Sin embargo, posteriormente, el valor estructurante que el Edipo imprime
al desarrollo de la identidad masculina hegemnica en la subjetividad del
nio opera mediante un proceso defensivo contra las fantasas instaladas
culturalmente en torno a la feminidad (Rich, 1985).
Identidad de gnero y diferencia sexual en el pensamiento de Jessica
Benjamin
A criterio de Jessica Benjamin (1997), el significado de la diferencia
sexual ha comenzado a cambiar al interior de algunas corrientes del
psicoanlisis contemporneo. Si bien la tendencia naturalizante detectada
en el pensamiento de Freud se solapa de manera sutil, actualmente la
diferencia sexual ya no se considera producto de hechos anatmicos. Por otra
parte, la autora es sensible a las crticas que ciertos sectores del feminismo
contemporneo han esgrimido en torno a la categora de identidad. De
este modo, toma el problema de la identidad como un organizador central
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a partir del cual propone un modelo de desarrollo de los gneros centrado


en la lgica de la identificacin, en tanto proceso psquico interno. Tal
proceso se presenta como uno de los conceptos psicoanalticos privilegiados
para pensar la conformacin de la subjetividad, en general, y del anclaje
psquico del gnero, en particular, desde un punto de vista intersubjetivo
articulado con la problematizacin de la diferencia sexual.
Para explicar el modo en que se organiza la subjetividad del
ser humano antes de su paso por el Edipo, Benjamin (1997) retoma las
conceptualizaciones freudianas en relacin con la identificacin. Freud
(1921) dice:
Contemporneamente a esta identificacin con el padre, y quizs
antes, el varoncito emprende una cabal investidura de objeto
de la madre () Muestra entonces dos lazos psicolgicamente
diversos: con la madre, una directa investidura sexual de objeto;
con el padre, una identificacin que lo toma por modelo () Es
fcil expresar en una frmula el distingo entre una identificacin
de este tipo con el padre y una eleccin de objeto que recaiga
sobre l. En el primer caso el padre es lo que uno querra ser;
en el segundo, lo que uno querra tener. La diferencia depende,
entonces, de que la ligazn recaiga en el sujeto o en el objeto del
yo (pp. 99-100).
A partir de este aporte es posible deslindar el modo en que la
lgica de la identidad articulada por el Edipo freudiano se organiza en
torno a lo que Benjamin ha dado en llamar eje igualdad-diferencia. Es
as que, bajo este eje, la identificacin tiende hacia lo igual, al tiempo que
el abismo de la diferencia constituye las fronteras entre las identidades
opuestas (Campbell, 1997). Reconocer tal diferencia implica delimitar
el conjunto de representaciones, actitudes, sentimientos que quedan por
fuera del modelo social incorporado a travs de la identificacin, para luego
repudiarlo y circunscribirlo a aquello que uno no es, lo que uno nunca fue,
incluso lo que uno no podr ser jams. Esta concepcin de LA diferencia,
singular, y la concomitante direccionalidad impuesta a la identificacin,
conduce a las identidades genricas por la va de la coherencia, la
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Identificacin melanclica y constitucin de la identidad de gnero masculina...

inevitabilidad, singularidad y uniformidad. En este contexto conceptual


Benjamin (1997) afirma que la identidad opera como un destino.
En esta lnea, en donde solo se puede ser lo igual y tener la
diferencia, la autora se inclina por generar un relato contemporneo del
desarrollo del gnero por fuera del modelo edpico. Para ello privilegia
la categora de identificacin, pero no LA identificacin que entreteje
las identidades rgidas y normativas que arroja el Edipo dicotmico y
heterosexual freudiano, sino que deslinda la posibilidad de concebir
identidades inestables y mltiples (Gergen, 1992; Reinharz, 1992;
Thompson, 1992; Young, 1992) que permiten interrogar la diferencia
sexual al desenmarcarla de la estructura edpica convencional.
En este sentido, Benjamin (1997) revaloriza la identificacin con
la diferencia. A su criterio, tal afirmacin encierra una paradoja en relacin
con los criterios que ordenan las identidades al interior del eje igualdaddiferencia. La identificacin con la diferencia atraviesa la lnea demarcatoria
de lo idntico, de modo que incorpora algo de lo diferente en la formacin
del s-mismo. Simultneamente, Benjamin (1997) retoma a Fast (1990),
quien sita la bisexualidad freudiana en el plano identificatorio. Ya desde
las interacciones pre-edpicas las representaciones del s mismo se sostienen
en identificaciones sexuales cruzadas. En la fase pre-edpica, entonces, en
trminos de Benjamin (1998), los nios son sobre-inclusivos, es decir que
los nios y nias se identifican con progenitores de ambos sexos, entonces
la diferencia anatmica an no ha operado marcando los lmites de lo
permitido y lo prohibido en relacin con la direccin de la identificacin
y el deseo.
Benjamin (2002) destaca que, a diferencia de la fase sobre-inclusiva, la lgica binaria del Edipo separa tajantemente el amor de objeto tener y la identificacin ser, instaurando la ficcin de la inevitable exclusin entre ambos procesos. En efecto, el complejo de Edipo carga en s el
imperativo heterosexual, en donde ser y tener, identificacin y amor objetal deben permanecer separados. En esta lgica de la mutua exclusin, en la
que se sostiene la organizacin cultural heterosexual, solo es posible ser X
y tener Y o bien ser Y y tener X, identificacin y amor de objeto
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estn, entonces, separados. El funcionamiento escindido de ambos procesos asegura no solo la diferencia excluyente entre ambos gneros sino
su relacin heterosexualmente complementaria. Es as que, a partir de lo
que Judith Butler (1993a) ha dado en llamar como Matriz de Inteligibilidad Heterosexual, la conformacin de la identidad de gnero masculina
requiere no solo la identificacin con lo masculino, sino la eleccin de
objeto femenino. La identificacin a la base de cada uno de los gneros
requiere de la direccin especfica de deseo que le corresponde.
En suma, Benjamin (1997) destaca la especificidad de lo preedpico para cuestionar el ordenamiento actual de los gneros imperante
en nuestro sistema cultural. La intensa fase sobre-inclusiva por la que
transcurren los/as nios/as, en la cual se identifican con adultos de ambos
sexos, se opone a la lgica edpica heterosexual. Durante la fase preedpica, el reconocimiento de la subjetividad materna an era posible,
pues solo posteriormente las exigencias edpicas obligan a los varones
a desidentificarse de la madre y repudiar sus aspectos femeninos como
referentes identificatorios. La femineidad constituye una diferencia radical
a la cual solo se puede acceder va eleccin de objeto y no mediante
la identificacin. Repudio de la madre, identificacin con el padre,
constitucin de la identidad de gnero masculina, eleccin de mujeres
como objetos sexuales son procesos simultneos que responden a las
exigencias necesarias para la emergencia de un sujeto cifrado en clave flica
a partir de la lgica edpica que opera mediante la separacin entre amor
objetal e identificacin.
El nio resuelve la ambivalencia inherente a todo ser humano lase
bisexualidad constitutiva en Freud, o fase sobre-inclusiva en Benjamin
negando su primer vnculo significativo, mediante la proyeccin de los
aspectos negativos sobre la figura materna y mediante la dominacin de
temores a la regresin o a la reidentificacin con la madre mediante su
control y devaluacin. Estas defensas se ponen en marcha para distanciarse
y controlar al objeto peligroso, luego quitarle su poder, y as mantener
la diferencia lejos de los destinos identificatorios que contaminan la
coherencia identitaria y cuestionan sus lmites.
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Identificacin melanclica y constitucin de la identidad de gnero masculina...

La melancola de gnero en el pensamiento de Judith Butler


En El yo y el ello, Freud (1923) conceptualiza a la melancola como
un proceso a travs del cual el carcter del yo adviene a partir de las cargas
libidinales de objetos abandonados que, va identificacin, son internalizadas. El yo se constituye a partir de una sedimentacin de los objetos
amados y luego perdidos. Paradjicamente, la identificacin que opera en
la melancola preserva fantasmticamente el objeto perdido en la esfera psquica. Dicha incorporacin, entonces, se constituye en la condicin previa
que permite al yo desligarse del objeto perdido. En este sentido, siguiendo
a Freud, el objeto perdido recae sobre el yo, en cada una de las prdidas, a
modo de una de sus identificaciones constitutivas.
En esta lnea, es posible afirmar que si el objeto es preservado en el
yo, de modo que inevitablemente forma parte de l, entonces la prdida no
es total. Tal como seala Tammy Clewell (2004), se produce un trabajo de
sobreinvestidura que mantiene, al menos momentneamente, la existencia
de lo perdido en el espacio de la psique. A criterio de Clewell se trata
de la sustitucin de una ausencia real por una presencia imaginaria
(Clewell, 2004, p. 44).
Butler (1995) ubica el proceso de identificacin como un articulador nodal al momento de pensar el modo en que la norma social hegemnica
constituye subjetividad. Se centra en la identificacin melanclica y la ubica
como aquel proceso privilegiado a travs del cual el yo asume un carcter de
gnero al tiempo que se constituye como tal.
Butler (1990a, 1993a, 1995) inaugura la posibilidad de pensar la
formacin melanclica del gnero. Argumenta que la identidad de gnero
es producto de la identificacin melanclica. A su criterio, en el marco
de las culturas heteronormativas, el gnero y la melancola producen
anudamientos especficos, pues los dispositivos de control montados para
mantener la heterosexualidad obligatoria (Rich, 1980) prohben de entrada
la eleccin de objeto del mismo sexo como posibilidad legtima. De este
modo, el vnculo homosexual recae indefectiblemente sobre el yo, va
identificacin melanclica, habitndolo como una de sus identificaciones
constitutivas. El vnculo resignado no es abolido, sino preservado en la
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Revista de Psicologa de la Universidad de Chile

psique a travs de esta internalizacin, que paradjicamente forma parte


del mecanismo de su rechazo. Es as que la particular dinmica de la
melancola niega y preserva, de manera simultnea, la homosexualidad en
la produccin del gnero dentro del marco heterosexual. La identificacin
adviene en lugar de una relacin con el objeto del mismo sexo, por lo tanto
identificarse con uno de los gneros supone el funcionamiento melanclico
que interioriza al objeto prohibido.
Si la prohibicin cultural de la homosexualidad es, no obstante,
incorporada y preservada ineludiblemente por va melanclica como
mecanismo del rechazo de tal opcin prohibida, el vnculo homosexual
prohibido no se pierde completamente. Aquello prohibido contina
operando de manera eficaz, por tanto los dispositivos de sujecin/
subjetivacin encuentran sus fallas, la ausencia es presencia, los silencios
gritan, la homosexualidad renegada se filtra entre los intersticios y las
fisuras de un sistema heteropatriarcal que contrarresta tal amenaza con
dispositivos de desigualacin (Fernndez, 2009).
En sintona con los aportes de Benjamin, Butler (1993a, 2001)
denuncia al modelo de subjetivacin edpico como dispositivo de sujecin
de la cultura heterosexual, como productor de una identidad masculina
que no solo es rgida, coherente y delimitada de modo tal que excluye
aspectos que recaen bajo el signo de la diferencia desigualada y repudiada,
sino tambin produce una identidad signada por un mandato que le
es inherente: el cumplimiento y la realizacin de la heterosexualidad
obligatoria. La posicin de gnero masculina, fijada a travs de la produccin
de tal identidad, exige, entonces, el logro de la heterosexualidad. Sin
embargo, tal logro depende de la prohibicin de ciertos vnculos (homo)
sexuales que, en tanto perdidos, son recuperados en la esfera psquica como
fantasmas constitutivos de la subjetividad (Bleichmar, 1992, 2006) que
amenazan de manera constante la heterosexualidad.
Para Butler (1990a), los gneros no son una disposicin que
condiciona el devenir subjetivo de una vez y para siempre. Lejos de esta
concepcin, la autora permite pensar la masculinidad y la feminidad en
trminos de posiciones que emergen como un logro de manera conjunta
con la consecucin de una heterosexualidad siempre precaria, construida
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Identificacin melanclica y constitucin de la identidad de gnero masculina...

sobre una prohibicin continua que implica el repudio de un segmento


de la propia vida fantasmtica al acatar las normas de gnero (Butler,
2004). El ordenamiento dicotmico de gnero, que el Edipo reproduce,
se alcanza y se estabiliza mediante el posicionamiento heterosexual. Desde
esta perspectiva, queda claro que la identidad de gnero funciona como
virtualmente normativa, regulativa y con fuertes consecuencias polticas,
opera como un sistema de control y regulacin de las subjetividades de
manera que los individuos responden a los patrones establecidos (Femenas,
2003). En estos trminos, las identidades de gnero son entidades plenas,
distintas y opuestas entre s, ajustadas a modelos culturales que tienen por
funcin separar a los sexos y establecer el privilegio absoluto de uno sobre
el otro.
Sin embargo, Butler y otras pensadoras preocupadas por las
vinculaciones entre los gneros y las identidades sexuales (Benjamin,
1997; Chodorow, 1978; Rubin, 1975) dejan en claro que existen mltiples
formas de vivir el gnero y la sexualidad ms all de los lmites de la
lgica edpica que estabiliza los gneros a travs de la complementariedad
heterosexual.
No sorprende que, en el marco de una cultura heteronormativa,
los sujetos elijan vivir en, o actuar la, opcin heterosexual debido al
miedo a la castracin, es decir el temor a la feminizacin fuertemente
asociada a la homosexualidad masculina en las culturas heterosexuales.
En efecto, a criterio de Butler (1993a), el fantasma normativo de una
heterosexualidad obligatoria que opera a travs de la naturalizacin y la
reificacin de normas heterosexistas sobrevuela las conceptualizaciones
freudianas que intentan dar cuenta de la identificacin y de la direccin
del deseo. Valindose de la categora de restricciones constitutivas, Butler
(1993a, 1995) reflexiona acerca de las formas en que la sexualidad est
construida en virtud de demandas simblicas apremiantes y constitutivas
profundamente instaladas. Es as que pensar en trminos de demandas
simblicas de asumir una determinada posicin sexuada conduce, junto a
Butler, al intento de comprender la complejidad de la trama que entreteje
el mbito en el que se imponen las restricciones sobre el sexo y la
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Revista de Psicologa de la Universidad de Chile

sexualidad en otras palabras, los lmites de lo que puede y de lo que no


puede construirse. La autora devela las bases de una heterosexualidad
normativa no examinada. A partir de all, visibiliza el modo en que a la
articulacin entre complejo de castracin y complejo de Edipo subyacen
tanto una demanda simblica como una amenaza de castigo, como las
dos caras de una misma moneda, que determinan la constitucin de una
fuerza obligatoria que fija los lmites de un desarrollo normal vale decir
una posicin heterosexual, y ms all del cual se ubican las posiciones
rechazadas como abyectas vale decir las posiciones de gay y lesbiana,
entre muchas otras (Martnez, 2009).
Es as que Butler (1993a) recurre al relato freudiano que explica
el modo en que el complejo de Edipo y el miedo a la castracin son las estructuras principales que ordenan la identificacin y la direccin del deseo.
El recurso a la teora psicoanaltica le permite argumentar que la homosexualidad, en trminos de identificacin melanclica dirigida hacia el mismo
sexo, precede y produce a la heterosexualidad. A partir de esta perspectiva, el
concepto de identificacin nos permite reflexionar acerca de las condiciones
en las que se asumen las posiciones genricas y sexuadas (Frosh, 1997). Asumir dichas posiciones supone, para Butler (1990a, 1995), identificarse con
una ubicacin dentro de la esfera simblica, en relacin con los esquemas
reguladores. Para la autora, identificarse implica imaginar la posibilidad de
aproximarse a dichos esquemas, a travs de los cuales la imposicin heterosexista opera mediante la regulacin de la identificacin fantasmtica. En
suma, un supuesto heteronormativo poco examinado atraviesa el modelo
edpico freudiano, el cual presupone un deseo entre sexos opuestos. En ese
contexto, Butler (1990a, 1993a, 1995) toma las ideas de Freud en relacin
al funcionamiento de la melancola para afirmar el lugar central del proceso
identificatorio en la produccin subjetiva del gnero. Al mismo tiempo, dicha produccin, supone siempre una prdida ya que el objeto culturalmente idealizado no puede ser incorporado plenamente en el sujeto. En efecto,
tal como ha sealado Benjamin (1997), como producto esperable del modo
en que opera la dinmica del Edipo emerge un sujeto heterosexualizado
identificado con la figura parental de su misma morfologa corporal, el cual
toma como objeto de amor a la figura parental de diferente sexo.
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Identificacin melanclica y constitucin de la identidad de gnero masculina...

Como ya se ha sealado, Butler (1990a) enlaza la incorporacin


de aquello perdido, por un lado, y el gnero, por otro, a travs de la
dimensin del tab. Freud deja en claro el modo en que la prohibicin
del incesto ordena la intensidad de las identificaciones y del deseo al
interior del complejo de Edipo. En esta lnea, la autora menciona que
al perder a la madre como objeto de amor, el nio incorpora tal prdida
identificndose con ella. Sin embargo, tal como afirman Chodorow (1978)
y Benjamin (1996), para constituir su masculinidad, el nio debe rechazar
este segmento que, va identificacin, ha constituido su propia identidad.
La masculinidad hegemnica, entonces, est signada por un rechazo a
s misma. En este sentido, la identificacin que constituye la identidad
de gnero masculina requiere tanto la exclusin de las mujeres como el
rechazo de cualquier homoerotismo que pueda amenazar la masculinidad
culturalmente idealizada. Como afirma Butler (1995), esta identidad
masculina heterosexual claramente se cultiva a travs de prohibicin
de las posibilidades homoerticas. Entonces, en un mundo en que la
organizacin dicotmica, rgida y excluyente de los gneros es subsidiaria a
una Matriz de Inteligibilidad Heterosexual (Butler, 1993b), los varones que
portan identidades masculinas hegemnicas no pueden vincularse sexual o
amorosamente con otros varones. Como el vnculo homosexual tambin
se encuentra prohibido, para el varn, la eleccin de objeto heterosexual
exogmica es, entonces, una formacin de compromiso. En el mismo
movimiento evade a la mujer concreta prohibida por el tab del incesto
la madre y toma como eleccin de objeto sexual otra/s mujer/es todas
son iguales a los fines de acatar la prohibicin de la homosexualidad.
Dos prohibiciones se anudan en la identidad masculina hegemnica.
Los varones tramitan y resuelven, con diferentes niveles de magnitud,
sus temores, sus posibilidades de vida prohibidas no llevadas a cabo y sus
prdidas no lloradas (Butler, 2006) al interior del vnculo heterosexual.
Los lmites rgidos de la organizacin de los gneros ocultan la
prdida de un objeto y de una modalidad de amor a criterio de Butler,
originales, que al ser prohibidos culturalmente nunca terminan por ser
aceptados ni resueltos. Como la identificacin no sustituye por completo
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Revista de Psicologa de la Universidad de Chile

el objeto perdido, los efectos originados por la prdida no pueden ser


eliminados completamente. Es posible pensar que la experiencia directa
de la investidura de objeto difiere de la experiencia llevada a cabo desde
la identificacin, pues el objeto real es inaccesible para la identificacin.
La sustitucin absoluta es imposible y la identificacin melanclica da
cuenta de la problemtica implicada en la constitucin identitaria a causa
de esta incorporacin limitada. Entonces, la prdida conforma una parte
constitutiva de la identidad que guarda en s un conflicto que persiste, sin
poder ser resuelto completamente, y amenaza su coherencia interna.
Gayle Rubin (1975) ya ha mencionado el modo en que la prohibicin del incesto presupone la prohibicin, ms sutil y solapada, de la homosexualidad. Butler (1995) sugiere que las formas culturales de vida, interpretadas desde una matriz de inteligibilidad heterosexual, se encuentran
impregnadas de una ansiedad de gnero continua, ms especficamente de
un miedo al deseo homosexual que infunde pnico a mujeres y varones,
por temor a la prdida inminente de la feminidad y de la masculinidad
respectivamente. Los fantasmas homosexuales incorporados melanclicamente retornan y activan la amplia gama de aspiraciones libidinales cercenadas desde los mandatos heteronormativos. El cuestionamiento de la
complementariedad heterosexual se torna insoportable, pues la emergencia
de fantasmas homosexuales desdibuja aquello que el Edipo ha separado
tajantemente: la identificacin y la direccin del deseo.
En sntesis, es posible afirmar que somos lo que no podemos
tener a causa de prohibiciones culturales. Tal como afirma Jay (2007), en
sintona con Butler, feminidad y masculinidad constituyen la vestimenta
funeral que utilizamos en homenaje a nuestras posibilidades homoerticas
perdidas.
Conclusin y discusin
Si bien el psicoanlisis freudiano no utiliza explcitamente los
conceptos de gnero e identidad, al menos en el sentido que se le da en
este contexto, los aportes de Benjamin y Butler abren una va de acceso a
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Identificacin melanclica y constitucin de la identidad de gnero masculina...

una amplia gama de sentidos que giran en torno a estas categoras. Ambas
autoras permiten pensar la constitucin subjetiva del gnero a partir de la
identificacin. Butler (1993a, 1993b, 1995) ofrece elementos filosficos
que permiten una mayor comprensin del modo en que el nio se enfrenta
con contradicciones que amenazan su propia configuracin identitaria. Se
trata de un choque, mencionado anteriormente, entre, por un lado, los
mandatos culturales de la heterosexualidad obligatoria como premisa
definitoria de la masculinidad que exigen que el varn tome como objeto
de amor a mujeres y, por otro, la necesidad de repudiar y denigrar la
feminidad amenazante para mantener los lmites rgidos de la identidad
masculina hegemnica.
Es necesario seguir explorando la produccin del gnero en
vinculacin con la eleccin sexual de objeto en el contexto de posibilidades
erticas perdidas. Tanto a criterio de Butler (1993a, 1995, 2004) como
de Benjamin (1996, 1997), las restricciones culturales que limitan la
masculinidad y la feminidad como entidades diferenciales definen, al
mismo tiempo, aquello que se pierde al quedar excluido en la construccin
de uno u otro gnero.
En repetidas ocasiones Freud (1905) enfatiza las modalidades
infantiles de satisfaccin no diferenciadas y la gama de placeres difusos
que se restringen de acuerdo con las exigencias de la sociedad. A pesar de
ello, Butler (1990a) presta demasiada atencin a la dimensin cultural del
gnero, en la que solo existen dos opciones disponibles como referentes
identificatorios. Si Butler pusiera mayor nfasis en el relato freudiano de la
sexualidad infantil que en las exigencias de las identidades culturalmente
hegemnicas, podra situar a la identificacin como un mecanismo que
guarda gran potencialidad a la hora de pensar nuevas formas de ser que van
ms all de aquellas culturalmente impuestas. En su intento de reivindicar
la homosexualidad como opcin legtima, Butler (1990a, 1993b, 1995)
restringe su narrativa a solo dos destinos de la identificacin, que aseguran
a priori el anclaje subjetivo de las identidades de gnero culturalmente
ofrecidas. Por qu restringir el debate a los trminos de varn, mujer,
homosexual y heterosexual, como si estas fueran las nicas opciones
posibles?
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Revista de Psicologa de la Universidad de Chile

En esta lnea, si no perdemos de vista el carcter polimorfo de


la sexualidad, las restricciones que ponen en marcha la identificacin
melanclica son mucho ms amplias que la homosexualidad. Por otra parte,
si bien es posible pensar que cualquier identificacin constitutiva de las
identidades de gnero implica al mismo tiempo el fracaso de una gama de
placeres, tampoco debemos perder de vista que en el marco de una cultura
heteronormativa dominante algunas prdidas cuentan ms que otras. An
as, si enfatizamos el funcionamiento del mecanismo de la identificacin
en sentido estricto, tanto la heterosexualidad como la homosexualidad son
melanclicas, pues cualquier restriccin de placeres implica una prdida.
Es decir, si somos, como afirma Freud, perversos polimorfos, la construccin
subjetiva del gnero, varn o mujer, y de la sexualidad, homosexual o
heterosexual, necesariamente implica renunciar a elementos que dan lugar
a tales identificaciones.
Claramente, Butler (1990a) se propone derribar la idea de
identidades de gnero hegemnicamente delimitadas como normales.
Basndose en conceptualizaciones freudianas propone una interpretacin
del gnero en tanto resultado precario, logrado a partir de una exclusin
continua que se realiza a un costo significativo. Si bien el proceso de
identificacin restringe los placeres polimorfos propios de la sexualidad
infantil, inscribir tal restriccin en los trminos del binario heterosexualidad/
homosexualidad supone introducir a priori en los argumentos una gama
de prohibiciones que impiden pensar otras formas de gnero ms all del
binario varn/mujer.
Los aportes de Butler no dejan de ser importantes a la hora
de desenmascarar el sistema heteronormativo como productor de
deseos naturalizados. Sin embargo, al centrarse exclusivamente en la
homosexualidad, no lleva hasta sus ltimas consecuencias la potencialidad
de sus propias ideas.
Resulta valioso pensar la produccin de gnero en trminos
de identificacin y de eleccin de objeto, y no como una condicin
ontolgica del ser. La categora de identificacin devela el modo en que
se constituye la identidad, al mismo tiempo que tal mecanismo introduce
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Identificacin melanclica y constitucin de la identidad de gnero masculina...

aquello a lo que el sujeto debe renunciar para sostener la exigencia cultural


de coherencia. Es as que la concepcin freudiana de identificacin
melanclica da cuenta del complejo giro mediante el cual se constituye
la identidad de gnero, culturalmente ofrecida, a nivel subjetivo. Las
exigencias culturales imponen auto-renuncias de otras posibilidades de
habitar el gnero y la sexualidad.
La originalidad de Butler a la hora de plantear la identidad de gnero
como producto de la interiorizacin eficaz del tab de la homosexualidad
es notable. Situar el mecanismo de la melancola como respuesta subjetiva
ante la prdida del objeto del mismo sexo en los primeros tiempos de la
vida psquica, y a la vez anudar tal prdida a una prohibicin sostenida por
la contingencia de una norma social, supone transversalizar el psicoanlisis
con una dimensin histrico-social y poltica poco tenida en cuenta. De
este modo, Butler logra conectar aquellos mecanismos de funcionamiento
psquico con determinaciones que exceden las coordenadas individuales.
Sus aportes permiten poner a funcionar la potencialidad explicativa de la
teora psicoanaltica a la hora de explicar, en su mayor complejidad posible,
la constitucin subjetiva del gnero sin dejar a un lado las tensiones de
poder que circulan entre sus conceptos.

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