Bourdieu Los Herederos Los Estudiantes y La Cultura (CC)
Bourdieu Los Herederos Los Estudiantes y La Cultura (CC)
Bourdieu Los Herederos Los Estudiantes y La Cultura (CC)
jean-claude passeron
los herederos
los estudiantes y la cultura
pierre bourdieu
jean-cJau,de passeron
los herederos
los estudiantes y la cultura
~ siglo veintiuno
~ edi1ores
Tucumn 1621 7o
ndice
......
IX
. 9
Advertencia
l. La eleccin de los elegidos
11
Bourdieu, Pierre
Los herederos : los estudiantes y la cultura 1 Pierre Bourdieu y JeanClaude Passeron. - 2a ed. -Buenos Aires : Siglo XXI Editores Argentina,
2009. 11 216 p.; 2lxl4 cm.- (Biblioteca clsica de Siglo XXI)
47
81
Conclusin
101
Apndices
115
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183
1
2
liMW
RICARDO SIDICARO
lA SOCIOLOGA SEGN PIERRE BOURDIEU
XI
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RICARDO SlDICARO
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XV
RICARDO SIDICARO
slo por las miradas espontneas, sino tambin por otros tipos de
abordajes conceptuales.
Desde sus orgenes, la sociologa conoci numerosas discusiones
sobre la utilidad poltica y social de sus conocimientos. El clsico tema
de los efectos de la filosoa sobre la vida social se prolong, con justificadas razones, en el caso de la sociologa. La reflexin sobre la objetividad de las ciencias sociales y el problema de los valores haba sido
recurrente en las especialidades de la disciplina ms prximas a los
conflictos sociales y polticos, pero, tambin, en otros dominios en apariencia distantes de las opciones, las opiniones y los intereses que dividen las sociedades. Los primeros socilogos anunciaron que sus explicaciones deban desencantar las prcticas estudiadas al proponer
interpretaciones reidas, de un modo u otro, con las creencias socialmente aceptadas, y que eso afectara intereses y posiciones sectoriales.
Las grandes tradiciones iniciadas por Karl Marx, mile Durkheim
y Max Weber dieron respuestas que perduraron sobre los vnculos entre el conocimiento cientfico de la sociedad y sus efectos sobre la misma. Marx fue quien revel ms optimismo al considerar que sus estudios sobre la estructura de la sociedad y, especficamente, sobre el
carcter de la explotacin de clases proporcionaban elementos para
nutrir la conciencia de la clase obrera y f01jar su organizacin social
y poltica en las luchas para la destruccin de los regmenes capitalistas. Para Durkheim, el conocimiento sociolgico poda servir para mejorar las regulaciones sociales y para fortalecer la integracin social,
pues estimaba que las explicaciones del funcionamiento de la sociedad, especialmente de las patologas sociales, dotaran de elementos para perfeccionar o corregir la accin de los gobiernos y de los dirigentes polticos, lo que favorecera el "inters general", protegera las
situaciones de los sectores social y econmicamente ms dbiles y
afianzara la democracia republicana. Weber estableci explcitamente su clebre diferencia entre el poltico y el cientfico, pero en ningn momento ignor los efectos polticos de los conocimientos que
producan las ciencias sociales, y eligi sus objetos de investigacin
pensando en la utilidad social de sus anlisis, insistiendo por ello en
la necesidad de tratarlos con el mximo de rigor cientfico.
Fronteras y distinciones
La sociologa de . :&om;di~R s.e cara~teriz por destacar sus diferencias no slo con distintas escuelas anteriores o contemporneas,
sino, adems, por discutir la pertinencia de aquellas prcticas intelectuales o culturales que desvirtuaban los conocimientos sobre lo social. Las modalidades de construccin de los objetos de nvestigaci@n
les sirvieron a quienes compartieron la corriente bourdieusiana para establecer la separacin entre la sociologa y las aproximaciones
sociogrficas empiristas, carentes de teora y sin preguntas sobre la
constitucin social de los datos. Las especulaciones de quienes alimentan sus reflexiones con lecturas e introspecciones y desdean el
trabajo emprico sistemtico fueron otro blanco predilecto de sus crticas. Las denominadas ingenieras sociales al servicio de intereses burocrticos recibieron fuertes objeciones desde la ptica de Bourdieu
por su carcter de mecanismo de legitimacin de las estructuras de
poder. La propuesta respecto de mantener una estricta vigilancia epistemolgica en la labor de investigacin sociolgica puso una clara barrera con los diferentes tipos de prcticas ideolgicas, lo que, tomado formalmente, poda confundirse con una expresin de desinters
por los conflictos polticos y sociales circundantes. Por otra parte, el
nfasis que Bourdieu pona en algunos temas estimados poco nobles
en los consensos imperantes en la disciplina lo condujo a subrayar el
rigor conceptual y metodolgico para distanciar su obra del ensayismo diletante.
Una mencin aparte merece la estrategia de investigacin empleada por Bourdieu al buscar observables empricos de la vida cotidiana para proponer la explicacin y la comprensin de procesos sociales complejos. Como ilustracin, por dems elocuente, puede
servir un ejemplo tomado de La distincin. Criterios y bases sociales del
gusto: "A propsito de las clases populares, se podra hablar de comer
con franqueza igual que se dice hablar con franqueza. La comida est situada bajo el signo de la abundancia (lo que no excluye restricciones y limitaciones) y sobre todo bajo el signo de la libertad: se confeccionan platos 'elsticos', que 'abundan', como las sopas y las salsas,
las pastas y las patatas (asociadas casi siempre con verduras) y que servidas con cazo o cucharn evitan tener que medir o contar demasa-
XVI
RICARDO SIDICARO
9 Bourdeu, Pi erre, La distincin. Criterios y bases sQciales del gusto, Madrid, Taurus, 1998, p. 194. En esta cita hemos reemplazado "clases particulares" (error de
imprenta de la obra en espaol) por "clases populares", tal como dice la obra original La distinctum. Critique sociale du jugemtint, Pars, Minuit, 1979, pp. 21&-217.
1 Como nota marginal, cabe sealar que las referencias de Bourdieu a cuestiones empricas demasiado cercanas a las cosas diarias inspiraron crticas que invitaron a leer sus argumentos con prevencin y, por qu no, a objetarlos con un
poco de humor. Rayl!tond Boudon y Francois Bourricaud optaron por una constatacin desacartonada: "Recientemente, se descubri que los obreros franceses
tienen debilidad por las bananas y los burgueses por la endivia. Ningn mito cataloga, sin embargo, la endivia entre los alimentos de los dioses". Boudon, Raymond y Bourricaud, Francois, Diccilmario crtico de sociologa, Buenos Aires, Edicial,
1993, p. 247.
XVII
pleadas para analizar las relaciones sociales. De acuerdo con las conceptualizaciones de la accin social, se piensa el sentido y la eventual
consecuencia del sabttr,producido por la sociologa y, ms an, se entienden las fuerzas condicionantes o las resistencias de las estructuras o sistemas frente a las acciones que pretenden modificarlas. Por
otra parte, si bien, las preguntas sobre las relaciones entre el conocimiento y los cambios de la sociedad son anteriores a la sociologa;ra
~sta le toc hacerse cargo de ellas en una poca en que se aceleraron
los procesos de transformacin social y se consolidaron las instituciones especializadas en presentarse como agentes de intereses colectivos que plantearon, en trminos seculares, los conflictos sectoriales
por los predominios polticos, econmicos y culturales.
Pierre Bourdieu mantuvo permanentemente presente las preguntas sobre los usos polticos y sociales de la sociologa y sus respuestas se situaron en el centro de su perspectiva terica. En sentido estricto, nunca dej de hacer referencias a la importancia poltica y
social de los conocimientos sociolgicos orientados a revelar los mecanismos y las condiciones, ocultos a la percepcin dxica, que producen y reproducen las relaciones materiales y simblicas de dominacin sociaL La de Bourdieu es, de hecho, una sociologa de la
sociologa que, an en los casos en que no critica a otras corrientes
de modo explcito, construye conceptos y propone estrategias de investigacin que cuestionan los modos de trabajar ms consagrados y
generalizados de quienes se desempean en la disciplina. Por cierto,
los aportes de Bourdieu no fueron totalmente incompatibles con los
de otras corrientes de la polifona sociolgica de la segunda mitad del
siglo XX, pero la separacin fue franca y notoria en la respuesta a la
gran, y tan reiterada, pregunta: para qu socilogos?
En sus opciones tericas y epistemolgicas, la sociologa de Bourdieu se fij una meta prioritaria: explicar las estructuras de dominacin y la distribucin asimtrica de posiciones de poder existentes en
los ms variados campos de relaciones sociales. Sus recortes analticos suponan una definicin del mundo social que parta de una
perspectiva que, a una primera lectura, puede considerarse contradictoria con sus ideas sobre la utilidad de la sociologa: el funcionamiento de las relaciones sociales, adems de no ser transparente, dota a las personas de ideas y percepciones que las convierte en
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RICARDO SIDICARO
XIX
Los Herederos
Un buen ejemplo.def mters' por la labor cientfica ligada a la crtica poltica y social de la reproduccin de los mecanismos de dominacin es Los Herederos. En las representaciones imaginarias de la sociedad francesa, las instituciones escolares pblicas eran, desde larg<}.
data, el smbolo del afianzamiento de los principios republicanos y
democrticos, en tanto que para las ideas progresistas significaban la
ampliacin de la igualdad de posibilidades y sus funciones contribuan a superar las asimetras sociales de origen. mile Durkheim haba hecho su aporte a esas concepciones sobre los sistemas escolares
y, adems, a su organizacin en trminos administrativos. Si desde la
izquierda de la Tercera Repblica Paul Nizan haba defmido a los docentes e idelogos de los sistemas de enseanza, incluido Durkheim,
como perros guardianes del orden burgus, esa crtica no haba afectado
las concepciones que consideraban a la educacin pblica como un
factor de progreso cultural y material de los sectores sociales menos
favorecidos.
Pierre Bourdieu y Jean-Claude Passeron se propusieron demostrar que las instituciones escolares actuaban, de modo predominante, otorgando ttulos y reconocimientos educativos a quienes pertenecan a situaciones culturales, sociales y econmicas privilegiadas, y
que con su accin legitimaban y reforzaban desigualdades sociales de
origen, a las que les daban el carcter de dones naturales de inteligencia. As, el paso por las instancias educativas formales consagraba,
mayoritaria si bien no exclusivamente, a los estudiantes cuyas procedencias familiares -culturales, econmicas y de vinculaciones sociales-los colocaban en situaciones aventajadas, o de complicidad objetiva, ante la accin escolar "igualitaria", que valoraba positivamente
las sensibilidades, predisposiciones y conocimientos que traan de sus
hogares y trayectorias previas, en mltiples aspectos coincidentes con
los contenidos y destrezas impartidas como "nuevas" para todos pero
que algunos ya posean. De ese modo, los sistemas escolares reproducan y premiaban, bajo la adjudicacin de desigual capacidad intelectual o inters frente al conocimiento, lo que, en realidad, eran las consecuencias de las asimetras sociales que coronaban simblicamente.
En la ptica bourdieusiana, Monique de Saint Martn seal que "la
XX
RICARDO SIDICARO
escuela, lejos de borrar las desigualdades sociales, tiende a transformarlas en castas escolares".l 2
Sin duda, cualquier estudio sodogrfico sola captar fcilmente
en la poca las diferentes procedencias sociales de los estudiantes universitarios, o las dismiles preferencias de eleccin de carreras segn
los gneros, para nombrar slo las desigualdades ms notorias que,
con fines tcnicos o crticos, se registraban en la lectura superficial
de las informaciones estadsticas. 13 La diferencia del aporte realizado por el libro de Bourdieu y Passeron consisti en explicar los mecanismos de eleccin de elegidos y de produccin de las percepciones sociales de su justificacin y, por lo tanto, de aceptacin sumisa de la
seleccin social por los propios peijudicados. Recordemos que para
evitar una lectura determinista, o filtalista, de explicaciones basadas
en probabilidades estadsticas, Pierre Bourdieu se encarg en repetidas oportunidades de exponer aquellos rasgos de su trayectoria vital
y familiar que lo ponan en una situacin que para nada preanunciaba su carrera acadmica.
RaymondAron, en su autobiografa, que se convirti en un libro
de cabecera para los estudiantes de Mayo de 1968, se expresaba disgustado por los efectos polticos contestatarios de Los Herederos y afir maba, adems, que sus inconsistencias tericas haban facilitado su
aceptacin en el mundo estudiantil. 14 Por su parte, Louis Pinto reflexion sobre las molestias y los malos entendidos que producan las
argumentaciones bourdieusianas sobre el sistema educativo en "una
poca en que el progresismo poltico y sindical consista en poner
de relieve slo las desigualdades econmicas para dar cuenta de las
desigualdades de xito en la escuela, un anlisis de las diferencias sociales con base en las relaciones diferenciales con la lengua y con la
XXI
'
Pinto, Louis, Pierre Bourdieu y l<~. teora del mundo socia~ Mxico, Siglo XXI,
2002, p. 165.
16 Accardo, Alain, Une entrevue lectronique prpare par Richard Brun et
RaphaeJ Desanti pour la liste Champs,junio de 2003.
17 Bourdieu, Pierre, Capital cultural, escuela... , op. cit, p. 160.
15
XXII
RICARDO SIDICARO
sujetos, los que, adems, interiorizan sistemas de percepcin y de evaluacin dxcos que legitiman su reproduccin? En las perspectivas de
Bourdieu las respuestas distan de ser simples, y en ellas se combinan
aspectos de sus teoras que pueden considerarse contradictorios.
Cuando el autor generaliza sobre las potencialidades de las ciencias
sociales para construir conocimientos objetivos sobre la sociedad, por
lo tanto crticos, su contestacin a la pregunta es afirmativa y en elJa
liga el avance del saber sociolgico con el de las progresivas capacidades eventuales de los actores sociales para oponerse a los mecanismos reproductivos de la dominacin y de las desigualdades sociales.
Sin embargo, de la mayor parte de sus investigaciones y razonamientos surge la visin de estructuras de lo social cuyas propiedades fundamentales parecen difcilmente modificables y en las que los agentes,
favorecidos y desfavorecidos, se encuentran atrapados por prcticas
y mecanismos, conscientes e inconscientes, que operan en el sentido
de su reproduccin. Al respecto, las perspectivas de Bourdieu sobre
los sistemas polticos democrticos proporcionan elementos para
ejemplificar, pues all se exponen elaboraciones conceptuales centradas en anlisis diferentes cuyas conclusiones no son de fcil compatibilizadn.
Bourdieu resumi en 1995 sus ideas sobre la utilidad de los conocimientos sociolgicos para quienes quieren tratar de mejorar el
funcionamiento de los regmenes democrticos y sostuvo que la sociologa puede "contribuir a una accin poltica realmente democrtica, a un gobierno de todos los ciudadanos (definicin ideal de la
democracia) que pueda asegurar el bienestar de todos" . 18 En esa
oportunidad, estableci el nexo entre la labor de indagacin sobre
los mecanismos de dominacin social y la ampliacin del horizonte
terico y prctico de las acciones orientadas a la emancipacin de los
agentes a ellos sometidos; su ptica fue netamente antipopulista y
opuesta al culto a la sabidura popular que presume la posibilidad de
captar espontneamente el funcionamiento de la realidad social. Con
Gas ton Bachelard, Bourdieu volvi a recordar que "no hay ms den-
18 Bourdieu,
xxm
19
Ibdem, p. 106.
Bourdieu, Pierre, "La delegacin y el fetichismo de lo polticon, en Cosas
dichas, Buenos Aires, Gedisa, 1988, p. 161.
21
Bourdieu, Pi erre, "Espritus de Estado. Gnesis y estructura del campo burocrtico", en Sociedad, Facultad de Ciencias Sociales, Buenos Aires, abrill996,
nmeroS.
20
XXIV
RICARDO SIDICARO
de los sectores dominados, tema que abord frecuentemente y expuso en trminos claros y coloquiales en un intercambio terico con
Terry Eagleton, en el que sali al encuentro de una objecin habitual
a sus ideas: "Se dice que soy pesimista, que desanimo a la gente, etc.
Pero creo que es mejor conocer la verdad; lo cierto es que cuando vemos con nuestros propios ojos a la gente que vive en condiciones de
pobreza -tal como ocurra entre el proletariado local, los trab~ado
res de las fabricas, cuando yo era un joven estudiante- resulta eVIdente que tiende a aceptar mucho ms de lo que habramos podido creer.
Esta experiencia fue muy impactante para m: aguantaba mucho, y
esto es a lo que me refiero cuando hablo de doxa, a que hay muchas
cosas que la gente acepta sin saber ... Cuando preguntas a una muestra de individuos cules son los factores principales de xito en la escuela, cuanto ms abajo te desplazas hacia los extremos inferiores ~e
la escala social, ms creern en el talento natural o en los dones, mas
creern que los que tienen xito estn mejor dotados con capacidades intelectuales conced1-das por 1a natural eza".22
'
En respuesta a previsibles objeciones a sus planteos sobre la eficacia de las luchas sociales que se desenvuelven en los lmites de la
democracia capitalista, Bourdieu sostuvo en Meditaciones pascalianas
que "no hay contradiccin, pese a las apariencias, en luchar a la vez
contra la hipocresa mistificadora del universalismo abstracto y a favor
del acceso universal a las condiciones de acceso a lo universal, objetivo primordial de todo verdadero humanismo que tanto la prdica
universalista como la (falsa) subversin nihilista tienen en comn olvidar". 23 Sobre el papel del intelectual crtico y su relacin con las condiciones de sumisin de los sectores dominados, Bourdieu resalt la
funcin que poda desempear la investigacin sociolgica que el~
bora conocimientos sobre los mecanismos de legitimacin de la asimetra social, en ~la labor simblica necesaria para liberarse de la evidencia silenciosa de la doxa y enunciar y denunciar la arbitrariedad
22 Bourdieu, Pi erre y Eagleton, Terry, "Doxa y vida ordinaria", New Left Reuiew, enero de 2000, p. 222-223.
23 Bourdieu, Perre, 1\.feditacilmes pascalianas, Barcelona, Anagrama, 1999,
p. 97.
XXV
2
4
5
2
Ibdem, p. 247.
Sobre los debates intelectuales de esa coyuntura, vase Le Goff,Jean-Pierre y Caill, Alain, Le toumant de dcemfm, Pars, La dcouverte, 1996.
26
Bourdieu, Pierre, ''Combatir la tecnocracia en su propio terreno", Pierre
&urdieu, Seleccin de articulos de Le Mande diplomo.tique, Santiago de Chile, 2002,
p. 53
XXVI
,[
1
Al situar su presencia en la arena pblica, Bourdieu pareci ubicarse en la tradicin del modelo de intelectual francs nacido en
tiempos del Affaire Dreyfusy prolongado en el denominado "compromiso", del que Jean-Paul Sartre fue, a partir de la segunda posguerra,
la figura paradigmtica. No obstante, lo distintivo de la propuesta de
Bourdieu consisti en el hecho de colocar a la labor cientfica de investigacin en ciencias sociales en el epicentro de una tarea de esclarecimiento colectivo de la realidad social. Su posicin fue contraria
tanto a los discursos morales sobre los comportamientos sociales como a las filosofas de la historia especializadas en predicar la llegada
'l7 Bourdieu,
153
28 Bourdieu, Pierre, "Los investigadores y el movimiento social, en Pensamiento y accin, op. cit., p, 156.
1
1
1
XXVII
RICARDO SIDICARO
29
xxvm
RICARDO SIDICARO
dones de Marx distan de ser simples y as como es clara la incorporacin en su trabajo metaterico de muchos de sus aportes fundadores,
no es menos evidente el rechazo de las orientaciones deterministas o
economicistas, enraizadas en algunas de las tradiciones del marxismo. En un artculo de 1984, Bourdieu expuso varios de los ejes fundamentales de su teora contraponindolos a las doctrinas de los seguidores de Marx: "La construccin de una teora del espacio social
supone una serie de rupturas con la teora marxista. Ruptura con la
tendencia a privilegiar las sustancias -aqu los grupos reales de los
que se pretende definir el nmero, los lmites, los miembros, etc.- en
detrimento de las relaciones y, tambin, con la ilusin intelectualista
que lleva a considerar las clases tericas, construidas por el analista,
como una clase real, un grupo efectivamente movilizado; ruptura con
el economidsmo que conduce a reducir el campo social, espacio multidimensional, exclusivamente al campo econmico, a las relaciones
de produccin econmicas, constituidas as en las coordenadas de la
posicin social; ruptura, en fin, con el objetivismo que va junto con
el intelectualismo, y que conduce a ignorar las luchas simblicas libradaS' en los diferentes campos y que tienen por objeto de disputa
la representacin del mundo social y, particularmente, la jerarqua
en el seno de cada uno de los campos y entre los diferentes campos".31
Las diferencias y crticas que Bourdieu establece entre sus concepciones sociolgicas y las perspectivas marxistas no impidieron que,
con frecuencia, se le adjudicara ser continuador del marxismo vulgar, del que se esforzara en proponer una versin "distinguida". Raymond Boudon y Jeffrey C. Alexander, dos de los crticos ms conocidos de la obra de Bourdieu, se esmeraron en objetar tanto sus
explicaciones generales como en tratar de demostrar la inconsistencia de sus conceptos sistemticos. Ambos autores subrayaron la continuidad de su obra con el economicismo marxista.
Raymond Boudon es el autor que en el campo sociolgico francs critic con mayor perseverancia lo que caracteriz como la com-
32
31
XXIX
Boudon, Raymond, L 'idologie 01J l'origine des ide recues, Pars, 'Fayard, 1986,
p. 228. Para Boudon, el estilo expositvo de Bourdieu debera entenderse como
un conjunto de recursos retricos para neutralizar "eficazmente los efectos cmicos potenciales de sus teoras~, p. 227.
XXX
RICARDO SIDICARO
SOCIOLOGA SEGN PIERRE BOURDIEU
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Para qu socilogos?
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Las perspectivas sociolgicas de Pierre Bourdieu abrieron mltiples debates en el campo de las ciencias sociales, y lo que pudo limitarse a las discusiones sobre teoras y mtodos se encontr, desde un
primer momento, totalmente articulado con sus prop~estas sobre !a
utilidad poltica y social de los conocimientos producidos por la disciplina. Ms tarde, sus intervenciones en la arena pblica, preocupado por enfrentar las iniciativas y las consecuencias de las polticas neoliberales en los ms dismiles mbitos de la vida social, lo condujeron
a participar en publicaciones, en foros y en discusiones con act~~s
en fos que intent llevar a la prctica sus prdicas sobre la relacwn
entre la sociologa y las luchas sociales. En muchos de sus escritos de
la dcada del 90 sobre las urgencias polticas no slo allan su estilo,
sino que, adems, perdi en profundidad para.situar los temas, q~e
lo convocaban, limitando sus respuestas a cuestlones mucho mas mmediatas que las abordadas en momentos anteriores.
Frente a una sociedad que se desestructuraba, las teoras de
Bourdieu y el oficio y las predisposiciones acumuladas en las condiciones sociohistricas precedentes parecieron poner lmites a la construccin rigurosa y sistemtica de nuevos objetos de investigacin y a
XXXI
XXXII
:;
RICARDO SIDICA.RO
Este ensayo se basa principalmente en un conjunto de investigaque hemos realizado en el marco del Centro de Sociologa Euy cuyos resultados completos han aparecido por otra va, 1 a parde estadsticas provistas por el INSEE y el BUS, y basndonos en
tltudios monogrficos o preinvestigaciones realizadas por nosotros
o, bajo nuestra direccin, por estudiantes de sociologa de Lille y de
Pars, constituidos en grupos de trab<Yo o de manera aislada: el conocimiento entre estudiantes (GTU de Lille), la ansiedad ante los exmenes (por B. Vernier), un intento de integracin (GTU de Lille), el
ocio entre los estudiantes (por G. Le Bourgeois), el estudiante visto
por los estudiantes (GTU de Pars), el grupo de teatro antiguo de la
Sorbona y su pblico (GTU de Pars).
Si no hemos recurrido ms que excepcionalmente a otras investigaciones referidas al coryunto de la poblacin estudiantil o a otras
facultades (los estudiantes y la poltica, los usuarios de la biblioteca
universitaria de Lille, los estudiantes de medicina, las estudiantes), en
resumen, si los estudiantes de letras ocupan un lugar particular en
nuestro anlisis es, como se ver ms adelante, porque reflejan de modo ejemplar la relacin con la cultura que hemos tomado como objeto. 2 Finalmente, no ignoramos que al elegir aislar un anlisis que privilegia lo cultural dentro de un co:tunto de investigaciones en curso
sobre la cultura y la educacin, nos exponemos a aparecer reducidos
a un nico universo de cuestiones posibles. Pero no es necesario correr ese riesgo para comprender el problema fundamental que el enfoque ritual del tema logra casi siempre disimular?
1
38
Ibdem, p. 163.
1
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Alcanza con comprobar y deplorar la desigual representacin de las diferentes clases sociales en la enseanza superior para cerciorarse, una vez ms, de las desigualdades ante la educacin? Cuando se dice y se repite que no hay ms q1;1e el 6% de hijos
de obreros en la enseanza superior, hay que sacar de esto la conclusin de que el medio estudiantil es un medio burgus? O cuando sustituimos el hecho por la protesta contra el hecho, acaso no
nos esforzamos, la mayor parte de las veces con xito, por persuadirnos de que un grupo capaz de protestar contra su propio privilegio no es un grupo privilegiado?
Sin duda, en el nivel de la enseanza superior, la desigualdad
inicial de las diversas capas sociales ante la educacin se muestra
ante todo en el hecho de que estn muy desigualmente representadas. Pero habra que observar que el porcentaje de estudiantes
originarios de las diversas clases refleja slo de modo incompleto
la desigualdad educativa, siendo las categoras sociales ms representadas en la educacin superior al mismo tiempo las menos representadas dentro de la poblacin activa. Un clculo aproximativo de las posibilidades de acceder a la universidad segn la
profesin del padre hace aparecer que van desde menos de una
posibilidad entre cien para los hijos de los asalariados agrcolas a
cerca de 70 para los hijos de industriales y a ms de 80 para quienes provienen de familias donde se ejercen profesiones liberales.
Esta estadstica hace evidente que el sistema educativo pone objetivamente en funcionamiento una eliminacin de las clases ms
desfavorecidas bastante ms total de lo que se cree. Pero es menos
habitual que se perciban ciertas formas ocultas de la desigualdad
ante la educacin, como la relegacin de los nios de clases infe-
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(1961-1962)
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--( 1) Se trata en ambos casos de categoras puramente estadlstlcas, que comprenden grupos so-
ciales muy diversos: la categoria de los agricultores agrupa a todos los productores agricolas, sean
cuales fuesen las dimensiones de su produccin; y la de los dueos de industria o de comercio
comprende, adems de artesanos y comerciantes, a los industriales, a quienes no se ~a podido
aislar en estos clculos pero de quienes puede decirse, por otro lado. que son fuertes consumdores de enseanza superior (d. Apndice 1, cuadro 1.9). Por lo tanto, una lectura prudente del
cuadro sugiere atenerse preferentemente a las categorfas ms homogneas.
Personas
activas
(total en millones)
Asalariados
rurales
Obreros
Personal de
servicio
Agricultores
Empleados
Patrones
(Industriales,
artesanos,
comerciantes)
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Profesiones
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*Agradecemos al seor Bertin por las representadon<;s grficas de las pginas 16, 17 y 18, que fueron establecidas en el laboratorio de cartografia de la Ecole pratique des hautes tudes.
Asalariados
rurales
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Empleados
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Patrones
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Niveles
medios
Profesiones
liberales y
mveles altos
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0,5
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0,7
14,8
Otras
categoras
Patrones
1,4
60,4
......
Sin profesin
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Eatudiantes
por cada mil personas activas
1,7
17
16
18
L-
MUJERES
Ciooclll
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3.6
15,5
37
Asalariados
rurales
44
Obreros
0,7
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7,4
18,8
25,3
Personal
de
Servicio
48
Agricultores
Empleados
Patrones
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artesanos,
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3,3
11
20,5
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Niveles
medios
Proles iones
liberales y
Niveles
superiores
En negro l;u dos tendentias rrr.!s fuems por dis(:iplina. La clasilitacin ~>':"" di~iplina ha sido e~
blecida
funcin del nmero de estudiantes matriculados en tada una, y la das~in de las c:ategonas
sotioprofesionalu segn la. tasa de probabilidad de acceso a la ensellanza supenor.
en
19
20
PASSERO~
hijas e hijos de sectores medios y de 74,3% y 59,3% para las hijas e hijos de los sectores superiores.
Es ms probable que la eleccin sea limitada cuando los estudiantes pertenecen a un medio ms desfavorecido. Se puede
ver un ejemplo de esta lgica -segn la cual se presenta una restriccin de elecciones ms o menos severa de acuerdo con el
origen social- en el momento de entrada en la enseanza superior en el caso de las mujeres de sectores medios y de las mujeres de sectores superiores. En efecto, es en el nivel de los cuadros medios donde las posibilidades de acceso de las mujeres se
igualan a las de los varones, pero al precio de un relegamiento
a las facultades de letras (61,9% de las posibilidades), mucho
ms evidente que en todas las otras categoras sociales (con excepcin de los asalariados rurales). Al contrario, cuando provienen de las capas sociales superiores, las mujeres, cuyas posibilidades de acceso son claramente iguales a las de los varones,
ven atenuarse el rigor de esta condenacin a las facultades de
letras (48,6% de las posibilidades).
Corno regla general, la restriccin de las elecciones se impone a la clase baja ms que a las clases privilegiadas y a las estudiantes ms que a los estudiantes, siendo la desventaja mucho ms marcada para las mujeres que provienen de un origen
social ms bajo. 4
En definitiva, s la desventaja vinculada al sexo se expresa
principalmente por el relegamiento a las facultades de letras,
la desvent::ya vinculada al origen social tiene consecuencias ms
evidentes pues se manifiesta al mismo tiempo por la eliminacin pura y simple de los jvenes surgidos de las capas desfavorecidas y por la restriccin de elecciones disponibles a aquellos
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21
edad modal (es decir, la edad ms frecuente en ese nivel) decrece a medida que se b.Ya hacia las clases ms desfavorecidas,
mientras que la participacin relativa de los estudiantes de origen bajo tiende a crecer en los grupos de edad ms elevada. 6
Si es verdad que la eleccin forzada de las facultades de ciencias y de letras es una manifestacin de la desventaja educativa propia de los sujetos de las clases inferiores y medias (aun cuando logren vivir ese destino como una vocacin), si es verdad que los
estudios de ciencias parecen menos ligados al origen social7 y si se
acuerda finalmente que es en la enseanza humanista donde la influencia del origen social se manifiesta con mayor claridad, parece legtimo ver en las facultades de letras el terreno por excelencia
para estudiar la accin de los factores culturales y de la desigualdad ante la educacin, cuyas estadsticas, operando un corte sincrnico, no hacen ms que revelar su resultado: la eliminacin, el
relegamiento y el retraso. En efecto, la paradoja quiere que los ms
desfavorecidos culturalmente sufran ms su desventaja all mismo
donde son relegados como consecuencia de sus desventajas.
Los obstculos econmicos no alcanzan para explicar que las
"mortalidad educativa" puedan diferir tanto de acuerdo con
las clases sociales. No habiendo algn otro ndice e ignorndose los
caminos mltiples y frecuentemente ignorados por los cuales la educacin elimina continuamente a los nios provenientes de los medios ms desfavorecidos, se encontrar una prueba de la importancia de los obstculos culturales que deben superar en el hecho de
que se comprueban, aun en el nivel de la enseanza superior, diferencias de actitud y de aptitudes significativamente vinculadas al origen social, aunque los estudiantes a los que separa hayan sufrido todos durante quince o veinte aos la accin homogeneizadora de la
educacin y aunque los ms desfavorecidos de entre ellos hayan potasas de
1!
dido escapar a la eliminacin gracias a una capacidad de adaptacin o gracias a un medio familiar favorable. 8
De todos los fac.tores de diferenciacin, el origen social es
sin duda el que ejer~e-;.ayor influencia sobre el medio estudiantil, mayor en todo caso que el sexo y la edad y sobre todo ms
que tal o cual factor claramente percibido, la filiacin religiosa,
por ejemplo.
Aunque la religin declarada da como resultado uno de los
clivajes ms evidentes y aun cuando la oposicin entre "talas",9
"no talas" y "antitalas" tiene una eminente funcin clasificatoria,
la filiacin religiosa e incluso su prctica asidua no determinan
diferencias significativas, al menos en lo que concierne a las actitudes en relacin con la educacin y con la cultura vinculada a
ella. Sin duda, la participacin en grupos o movimientos confesionales (en especial catlicos) les brinda a los estudiantes, y sobre todo a las estudiantes, la posibilidad de contactos organizados y regulares en el seno de grupos secundarios relativamente
integrados, "crculos", "hogares" o "asociaciones" que toman el
relevo del medio familiar. Los estudiantes catlicos que hicieron
sus estudios secundarios en establecimientos privados son ms
numerosos (51% contra 7% para los no catlicos). Los compromisos ideolgicos o filosficos estn significativamente ligados a
la confesin y al grado de prctica: de los catlicos que se reconocen en una escuela de pensamiento, el43% nombra al personalismo, slo el 9% al marxismo y el 48% adhiere al existencialismo, mientras que el 53% de los no catlicos nombran al
marxismo, apenas el 7% al personalismo y el 40% al existencialismo. Finalmente, los estudiantes catlicos parecen comprometerse con sus estudios y basan la representacin que se hacen de
su carrera futura en una tica de la buena voluntad y del servicio
al otro que encuentra una expresin particularmente lrica en
las mujeres. Pese a que sobre todo esto no hay dudas, en las conductas y actitudes propiamente educativas, la pertenencia religiosano determinajams diferencias estadsticamente significativas.
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Al defmir posibilidades, condiciones de vida o de trabajo completamente diferentes, el origen social es, de todos los determinantes, el nico que extiende su influencia a todos los dominios y a todos los niveles de la experiencia de los estudiantes, y en primer
lugar a sus condiciones de existencia. El hbitat y el tipo de vida cotidiano que le est asociado, el aumento de recursos y su reparto
entre las diferentes partidas presupuestarias, la intensidad y lamodalidad del sentimiento de dependencia, variable segn el origen
'
Estas diferencias son demasiado evidentes como para ponerlas en duda. Tambin es en la actividad universitaria de los estudiantes donde se suele buscar el principio de definicin que permita salvaguardar la idea de que la condicin de estudiante es una,
unificada y unificadora. En efecto, por ms diferentes que sean en
funcin de otros parmetros, los estudiantes considerados en su
rol propio tienen en comn el cursar estudios, es decir, en ausen11
lO
%7
28
12 Los estudios de B. Bernstein han mostrado el lugar que ocupa, entre los
obstculos culturales, la estructura de la lengua hablada en las familias obreras
(cf. "Social Structure, Language and Learning", Educational Research, 3 de junio
de 1961, pp. 163-176). Un test de vocabulario que pretenda comprender los factores que condicionan, entre los estudiantes de filosofa y sociologa, el xito en
29
diantes y los profesores (que suelen pensar a escala del ao lectivo) tienden a imputar al pasado inmediato, cuando no a las aptitudes o a las personas, dependen en realidad de orientaciones precoces que son, por de1lhtcin,tesultadodel medio familiar. As, la
accin directa de los hbitos culturales y de las disposiciones heredadas del medio de origen es redoblada por el efecto multiplica. Jlor de las orientaciones iniciales (producidas ellas mismas por las.~
~eterminaciones primarias) que desencadenan la accin de determinaciones inducidas de manera mucho ms eficaz y que se expresan en la lgica propiamente educativa bajo la forma de sanciones
que consagran las desigualdades sociales aparentarido ignorarlas.
En una poblacin estudiantil, no se accede ms que al resultado final de un conjunto de influencias que se vinulan con el
origen social y cuya accin se ejerce durante mucho tiempo. Para
los estudiantes provenientes de la clase baja que han sobrevivido a
la eliminacin, las desventajas iniciales han evolucionado, el pasa. do social se ha transformado en dficit educativo por el juego de
los diversos tipos de manejo de la lengua, desde la aptitud para la definicin hastala bsqueda de sinnimos pasando por la conciencia explcita de las polisemias,
deber tener en cuenta que la formacin ~lsica (latn y griego) constituye la variable de base ms fuertemente vinculada al dominio del lenguaje; esta ligazn es
tanto ms fuerte que el ejercicio con el que se mide el xito educativo, llegando
a su punto mximo con el ejercicio de definicin (cf. Rappart pdagogique et communication, Cahiers du Centre de sociologie europenne, no 2, Mouton, Pars,
1965; primera parte). As. la desventaja implicada en el origen social se encuentra principalmente subrayada por las orientaciones educativas, permaneciendo el
l!xito educativo en el ms alto nivel de los estudios ligado estrechamente al pasado educativo ms lejano. El anlisis detallado de los resultados del test muestra
adems que el xito de estudiantes provenientes de diversas clases sociales no puede ser comprendido si no se toma en cuenta la lgica segn la cual se opera la
conversin continua de la herencia social en herencia educativa en las situaciones de las diferentes clases. Es as, por ejemplo, que los resultados de los hijos de
los sectores altos tienden a repartirse de modo bimodal, revelando as que esta
categora estadstica disimula de hecho dos grupos diferenciados por sus orientaciones culturales y, sin duda, por caractersticas sociales secundarias, o incluso
que los estudiantes provenientes de las clases populares adjudican a todos los dems grupos la categora de latinistas, pues la rareza de una formacin semejante
Implica entre los estudiantes una sobreseleccin relativa (cf. Apndice II, 2.44).
31
ACTITUDES
ANTE LA
EDUCACIN Y LA CULTURA
PASADO
ESCOLAR
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en el
1 8ach.
Asisten
No poseen
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varios
cursos
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Niveles
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Artesanos
Comerciantes
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mecanismos sustitutos tales como las orientaciones precoces y frecuentemente mal informadas, las elecciones forzadas y los estancamientos. Por ejemplo, en un grupo de estudiantes de la facultad
de letras, la proporcin de estudiantes que cursaron latn en el secundario vara del41 %, para los hijos de obreros y de trabajadores
rurales, al83% para los hijos de los sectores altos y de miembros
de profesiones liberales, lo que alcanza para demos~ar a for_tiori
(se trata de literatos) la relacin que existe entre el ongen socml y
los estudios clsicos, con todas las ventajas educativas que stos
brindan. Se puede reconocer otro ndice de la influencia d~l medio familiar en el hecho de que la participacin de los estudiantes
que dicen haber seguido el consejo de su familia para la eleccin
de una determinada orientacin en la primera o la segunda parte
del bachillerato crece al mismo tiempo que se eleva el origen social, a pesar de que el papel del profesor decrece paralelamen~:
Se observan diferencias anlogas en las actitudes en relaCion
con la enseanza. 13 Sea que adhieran con ms fuerza a la ideolo-
13
Cf. aniba, cuadw lll. Cf. tambin Apndice 11. cuadro 2.6 a 2.13.
ga del don, sea que crean con mayor intensidad en su propio don
(yendo las dos actitudes juntas), los estudiantes de origen burgus,
reconociendo claramente y tambin tan unnimemente como los
dems la existencia d.~ tci1'ics de trabajo intelectual, muestran
un mayor desdn respecto de aquellas a las que habitualmente consideran incompatibles con la imagen romntica de la aventura intelectual, tales como la posesin de un fichero o de un horario-.
Slo las modalidades sutiles de la vocacin o del manejo de los estudios revelan el carcter gratuito de los compromisos intelectuales entre los estudiantes de clase alta. Mientras que, ms seguros
de su vocacin o de sus aptitudes, expresan su eclecticismo real o
pretendido y su diletantismo ms o menos exitoso en la tendencia a una mayor diversidad de sus intereses culturales, Jos dems
muestran una mayor dependencia con relacin a la universidad.
Cuando se les pregunta a los estudiantes de sociologa si prefieren
consagrarse al estudio de su propia sociedad, a la de los pases del
Tercer Mundo o a la etnologa, se percibe que la eleccin de temas y terrenos "exticos" se vuelve ms frecuente a medida que se
eleva el origen social. Del mismo modo, si los estudiantes ms favorecidos se inclinan con ms entusiasmo a las ideas de moda (por
ejemplo viendo en el estudio de las "mitologas" el objeto por excelencia de la sociologa), no es porque la experiencia protegida
que han conocido hasta all los predispone a aspiraciones que obedezcan al principio del placer y que e] exotismo intelectual y la
buena voluntad formal representan el medio simblico, es decir
ostentatorio y sin consecuencias, de liquidar una experiencia burguesa por medio de su expresin? Para que puedan expresarse
esos mecanismos intelectuales, no hace fulta que hayan estado dadas -y durante mucho tiempo-las condiciones econmicas y sociales de la libertad y de la gratuidad de la eleccin?
Si el diletantismo en la conducta de los estudios es ms particularmente propio de Jos estudiantes de origen burgus es porque,
ms seguros de mantener un lugar, aun ficcional, al menos en una
disciplina de refugio, pueden, sin riesgo real, manifestar un desapego que supone precisamente una seguridad mucho mayor: leen
menos obras directamente ligadas a los programas y obras menos
32
acadmicas; estn siempre ms dispuestos a realizar estudios mltiples y se ocupan de disciplinas alejadas o en facultades diferentes; son siempre los ms dispuestos a juzgarse con indulgencia, y
esta complacencia mucho mayor, que denuncia la estadstica de los
resultados educativos, les asegura en muchas situaciones -la oral
por ejemplo- una venuya considerable. 14 En efecto, hay que cuidarse de ver en la menor dependencia de los estudiantes burgueses hacia las disciplinas acadmicas una desvenuya que vendra a
compensar otros privilegios: el eclecticismo advertido les permite
sacar el mejor partido de las posibilidades ofrecidas por la enseanza. Nada impide que una parte (alrededor de un tercio) de los estudiantes privilegiados transforme en privilegio acadmico lo que
puede constituir una desvenuya para los dems pues, tal como se
ver, la institucin otorga paradjicamente los mayores lauros al
arte de tomar distancia de los valores y las disciplinas acadmicas.
14 Invitados a expresar su opinin sobre su propio valor como alumnos calificndose de acuerdo con una escala, los estudiantes provenientes de la burguesa rechazan ms que los estudiantes provenientes de clase baja las categoras medas (75% contra 88%) y se sitan con mayor entusiasmo en las categoras de los
"buenos" y "muy buenos" (18% contra 10%), mientras que los estudiantes de clase media muestran en todos los casos actitudes intermedias. Pero, en ese mismo
grupo, los estudiantes de clase baja tienen resultados acadmicos regularmente
mejores que los estudiantes de clase alta: 58% de entre ellos tienen al menos una
mencin en ex~J4enes anteriores contra 39% de los estudiantes de la clase alta y
la diferencia es an ms evidente en el grupo de estudiantes que han tenido al
menos dos menciones, pues los estudiantes de clase b,Ya son en esto proporcionalmente dos veces ms numerosos, es decir 33,5% contra 18%.
33
DE25%
A 13%
estudiantes provenientes de medios diferentes, sin que la desigual, dad de ingresos pueda alcanzar para explicar las diferencias. El
privilegio cultural se vuelve evidente cuando se trata de la familiaridad con las obras que slo puede dar la frecuentacin regular
del teatro, de los museos o conciertos (frecuentacin que no es
organizada por la escuela, o lo es slo de modo espordico). Y es
ms evidente aun en los casos de las obras generalmente ms modernas, que son las menos "acadmicas". 15
En cualquier terreno cultural que se los mida -teatro, msica, pintura,jazz o cine-, los estudiantes tienen conocimientos mucho ms ricos y ms extendidos cuando su origen es ms alto. Si
no tiene nada de sorprendente la fuerte variacin en la prctica
de un instrumento musical, en el conocimiento de piezas dramticas por asistir al teatro o de la msica clsica en los conciertos
pues los factores culturales de clase y los factores econmicos acumulan aqu sus efectos, es notable que los estudiantes se sigan diferenciando claramente segn su origen social en lo que concierne a la frecuentacin de museos e incluso en el conocimiento de
la historia deljazz o del cine, que suelen presentarse como "artes
15
34
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de masa". Si se sabe que en el caso de la pintura, que no es objeto directo de enseanza, las diferencias aparecen en el conocimiento de los autores ms clsicos y van acentundose para los
pintores modernos, si se sabe tambin que la erudicin en materia de cine o de jazz (siempre ms rara que en las artes consagradas) est tambin desigualmente repartida segn el origen social,
se debe concluir que las desigualdades ante la cultura no estn tan
marcadas en otro lugar como en el terreno en el que, por ausencia de una enseanza sistemtica, los comportamientos culturales
obedecen a determinismos sociales ms que a la lgica de gustos
y pasiones individuales. 16
Los estudiantes de diferentes ambientes no se distinguen menos por la orientacin de sus intereses artsticos. Sin duda, los
factores sociales de diferenciacin pueden a veces anular sus efectos ms evidentes y el pequeoburgus serio puede compensar
la ventaja que brinda a los estudiantes de clase alta la familiaridad con la cultura acadmica. Pero los valores diferentes que
orientan comportamientos semejantes pueden revelarse indirectamente a travs de diferencias ms sutiles. Se lo ve particularmente bien con relacin al teatro que, a diferencia de la pintura o
de la msica, participa a la vez de la cultura enseada en la escuela y de la cultura libre y adquirida libremente. Los hijos de campesinos o de sectores medios, de obreros o de niveles superiores
pueden manifestar un conocimiento equivalente del teatro clsico sin por eso tener la misma cultura, incluso en ese terreno, pues
no tienen el mismo pasado cultural. Los mismos saberes no expresan necesariamente las mismas actitudes y no implican los mismos valores: mientras que demuestran en unos el poder exclusivo de la regla y del aprendizaje escolar (pues han sido adquiridos
15
35
en gran parte por medio de la lectura libre o educativamente obligatoria antes que por el espectculo), expres~n en los o~ros, al
menos tanto como labedienciaa los imperativos educattvos, la
posesin de una cultura que deben en principio a su medio familiar. As, cuando por medio de un test o de un examen se esboza
un panorama de los gustos o conocimientos en un momento da-,
do, se corta en un determinado punto una cantidad de trayectorias diversas.
Adems, un buen conocimiento del teatro clsico no tiene la
misma significacin entre los hijos de los niveles superiores parisinos, que lo asocian a un buen conocimiento del teatro de vanguardia e incluso del teatro de bulevar, que entre los hijos de obreros del Lille o de Glermont-Ferrand que, conociendo bien el
teatro clsico, lo ignoran todo del teatro de vanguardia o del teatro de bulevar. Se ve con claridad que una cultura puramente escolar no es slo una cultura parcial o una parte de la cultura sino
una cultura inferior porque los propios elementos que la componen no tienen el mismo sentido que podran adquirir en un contexto ms amplio. No exalta acaso la escuela en la "cultura general" todo lo opuesto de lo que denuncia como prctica educativa
de la cultura, entre aquellos cuyo origen social los condena a no
tener otra cultura que la que deben a la educacin? Por lo tanto,
cada conocimiento debe ser comprendido a la vez como un elemento de una constelacin y como un momento del itinerario cultural en su totalidad, con cada punto de la curva encerrando atoda la curva. Finalmente, es la manera personal de realizar actos
culturales lo que confiere la cualidad propiamente cultural: as ~a
desenvoltura irnica, la elegancia delicada o la certeza estatutana
que permiten la comprensin o un remedo de comprensin estn
casi siempre presentes en estudiantes provenientes de clase alta
donde esas maneras juegan el papel de un signo de pertenencia
a una elite.
36
Pero si las diferencias que separan a los estudiantes en el terreno de la cultura libre remiten siempre a los privilegios o desventajas sociales, no tienen siempre el mismo sentido cuando se
las refiere a las expectativas de los profesores: en efecto, los estudiantes ms desfavorecidos pueden, a falta de otro recurso, encontrar en las conductas ms acadmicas, como la lectura de
obras de teatro, un medio de compensar sus desventajas. Del mismo modo, si la erudicin cinematogrfica est distribuida de
37
17
La investigacin emprica no logra acceder jams a estas totalidades significativas salvo a travs de perfiles sucesivos pues debe recurrir a indicadores que
parcelan el objeto de anlisis.
38
39
18
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adquirirla cuando los estudiantes provenientes de las clases campesinas y obreras estn en desventaja: hasta una poca reciente incluso, no encontraban en su medio familiar la incitacin al esfuerzo
escolar que permite a los niveles medios compensar la desposesin
con la aspiracin a la posesin y se necesitaba una serie continua
de logros (as como los consejos reiterados de las autoridades) para que un nio fuera llevado al liceo y as sucesivamente.
Si hay que recordar parecidas evidencias es porque el xito de
algunos en superar sus desventajas culturales suele hacer olvidar
que ese logro no se debe ms que a aptitudes particulares y a ciertas peculiaridades de su medio familiar. El acceso a la enseanza
superior, que ha supuesto para algunos una serie ininterrumpida
de milagros y esfuerzos, y la igualdad relativa entre sujetos seleccionados con un rigor muy desigual pueden disimular las desigualdades que lo fundan.
El xito educativo alcanzara a los estudiantes provenientes
de la clase media al igual que a los estudiantes provenientes de
las clases cultivadas, quedando unos y otros separados por diferencias sutiles en la manera de abordar la cultura. No se excluye que
el profesor que opone al alumno "brillante" o "dotado" con el
alumno "serio" en muchos casos juzgue slo la relacin con la cultura a la cual estn prometidos unos y otros por nacimiento. Inclinado a comprometerse totalmente con el aprendizaje y a movilizar en su trabajo las virtudes profesionales que valora su medio
(por ejemplo, el culto al trabajo realizado rigurosamente y con dificultad), el estudiante de clase media ser juzgado con los criterios de la elite cultivada que numerosos docentes toman con entusiasmo como propios, incluso y sobre todo si su pertenencia a la
"elite" data de su ascenso al "magisterio". La imagen aristocrtica
de la cultura y del trabajo intelectual presenta tales analogas con
la representacin ms habitual de la cultura plena que se ~mpo~e
incluso a los espritus menos sospechados de complacencia hac1a
las teoras de la elite, impidindoles ir ms all de la reivindicacin de la igualdad formal.
La inversin de la tabla de valores que, por medio de un cambio de signo, transforma lo serio en espritu de seriedad y la va-
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9
1 Se pueden comprender las contradicciones que implica la conquista laboriosa del "don" en los dramas psicolgicos e intelectuales a que son condenadas las vctimas de ese ruilagro,,No fue acaso Pguy el que Jams pudo superar
la conciencia desdichada de su eleccin salvo transfigurndola en su obra, solucin mtica de su drama social?
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sigualdades establecidas en las posibilidades de acceder a la enseanza secundaria y a la enseanza superior: las tasas de escolarizacin varan de menos del 20% a ms del 60% segn los departamentos para la clase de edad de once a diecisiete aos y de menos
del 2% al 10% para la clase de edad de diecinueve a veinticuatro
aos, estando esas diferencias en funcin a la vez de la parte de la
poblacin activa empleada en la agricultura y de la dispersin del
hbitat. De hecho, el factor geogrfico y el factor social de desigualdad cultural no son jams independientes pues, como hemos
visto, las posibilidades de residir en una gran ciudad, donde las
oportunidades de acceso a la enseanza y a la cultura son mayores, crecen a medida que uno se eleva en la jerarqua social: es as
como se ve oponerse, en el terreno de los conocimientos arsticos, a los dos grupos extremos que constituyen, por una parte, los
hijos y nietos de los niveles superiores que pasaron su infancia y
adolescencia en Pars y, por otra, a los hijos y nietos de gente del
campo que ha pasado su infancia y adolescencia en ciudades de
menos de cincuenta mil habitantes.
As, ignorada o rechazada, se ejerce en el medio estudiantil la
influencia de los factores sociales de diferenciacin, pero sin seguir los caminos de un determinismo mecnico. Por ejemplo, hay
que cuidarse de creer que el patrimonio cultural favorece automtica e igualmente a todos los que lo reciben. En efecto, se han detectado al menos dos maneras de situarse con relacin al privilegio
y dos tipos de acciones del privilegio. La amenaza de la dilapidacin est encerrada en el hecho mismo de heredar, sobre todo
cuando se trata de cultura, es decir de una adquisicin donde la
manera de adquirirla es constitutiva de lo que se adquiere. Cuando se invierte en el placer superficial de los juegos de buena sociedad, esta herencia no rinde en la misma magnitud y en los diferentes niveles de estudio el beneficio educativo que les asegura
a los sujetos provenientes de clase baja su inclinacin forzada a
moverse hada los lugares ms seguros. Por el contrario, usada racionalmente, la herencia cultural favorece el xito educativo sin
atarse a los intereses, ms o menos estrechos, que define la escuela. La pertenencia a un medio cultivado e informado de las verda-
43
20
Hemos tomado prestado de S. Ferge, de la Oficina Central de Estadscas de Hungra, este ndice de posibilidades educativas a escala del grupo familiar, es decir tal como el sujeto puede percibirlo concretamente. La familia extendida comprenda a los abuelos, padres, hermanos y hermanas, hermanos y
hermanas de los padres y los primos en primer grado. La diferencia constatada
entre las posibilidades de cursar estudios superiores propias de un nivel social y
el nmero real de miembros de la familia extendida de los estudiantes que pertenecen a esta categoria que han cursado estos estudios es significativa a fortimi
pues la tasa de escolarizacin ha crecido regularmente de una generacin a otra.
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111
1
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cacin. En efecto, el sistema educativo puede asegurar la perpetuacin del privilegio por el solo juego de su propia lgica; dicho
de otro modo, pued~ ser~r.a los privilegiados sin que los privilegiados deban servirse de l: en consecuencia, toda reivindicacin
que tienda a autonomizar un aspecto del sistema de enseanza, se
trate de la enseanza superior en su totalidad o, por una abstraccin de segundo grado, de tal o cual aspecto de la enseanz superior, sirve objetivamente al sistema y a todo lo que sirve al sistema porque alcanza con dejar actuar a los factores, desde el jardn
maternal a la enseanza superior, para asegurar la perpetuacin
del privilegio social. Es as como los mecanismos que aseguran la
eliminacin de los nios de clases baja y media actuaran casi con
la misma eficacia (pero ms discretamente) en el caso en el que
una poltica sistemtica de becas o subsidios de estudio volviera
formalmente iguales ante la educacin a los sujetos de todas las
clases sociales; se podra entonces, con ms justificaciones que
nunca, imputar a la desigualdad de dones o a la aspiracin desigual a la cultura la representacin desigual de los diferentes niveles sociales en los diferentes niveles de enseanza.
En resumen, la eficacia de los factores sociales de desigualdad
es tal que la igualacin de los medios econmicos podra realizarse sin que el sistema universitario deje por eso de consagrar las desigualdades a travs de la transformacin del privilegio social en
don o en mrito individual. Mejor an, habindose cumplido con
la igualdad formal de posibilidades, la educacin podra poner todas las apariencias de la legitimidad al servicio de la legitimacin
de los privilegios.
2. JUEGO SERIO
Y JUEGO
DELO SERIO
"Robert Sorbon, en una especie de sermn humorstico que dirige seriamente a los alumnos de su colegio, no vacila en comparar el examen de la
Facultad de Artes con el Juicio Universal y llega hasta decir que los juicios
universitarios son mucho ms severos que los juicios del cielo.
"En Bologna no se profesaba ms que el Derecho; los estudiantes de Derecho eran hombres de una cierta edad, con frecuencia eclesisticos ya llenos
de beneficios. Semejantes oyentes no estaban dispuestos a dejarse regentear.
Formaron entonces una corporacin, una Universitas, distinta e independiente del colegio de los maestros; y era su corporacin la que, en razn de su fuerte organizacin, decida la ley e impona su voluntad a los profesores, que estaban por cierto obligados a ir por donde queran sus alumnos. Por ms
paradjico que les pueda parecer este tipo de organizacin acadmica, ha
existido en ms de un caso."
MILE Dl'RKHEIM,
Aunque las desigualdades ante la educacin siguen con frecuencia sin ser percibidas y sean siempre aquello de lo que menos
se habla cuando se habla de los estudiantes, sobre todo cuando los
estudiantes hablan de s mismos, tienen tanta evidencia, al menos
bajo su aspecto estrictamente econmico, como para obligar a buscarla unidad del medio estudiantil en la identidad de la prctica
universitaria ms que en la identidad de las condiciones de existencia. Pero adecuarse a las mismas reglas de derecho universitario, someterse a las mismas formalidades administrativas, inscripcin o examen mdico, experimentar juntos la falta de lugares, el
anonimato del anfiteatro o de las salas de examen, las esperas ante el restaurante universitario o la biblioteca, sufrir las exigencias
del mismo programa o las manas de los mismos profesores, disertar sobre los mismos temas o tratar las mismas cuestiones curriculares, alcanzar con todo eso para definir, aun vaga o negativamente, un grupo entero y una condicin profesional?
Es verdad que, generalmente, el anlisis de los rasgos especficos de la prctica profesional, de la organizacin social en la cual
se realiza, de sus ritmos, de sus instrumentos y de las exigencias
que imponen es una de las primeras condiciones de toda comprensin de las conductas, de las actitudes y de las ideologas de
un cuerpo profesional. Sin embargo, un grupo en perpetua renovacin, cuyos miembros difieren tanto por su pasado social como
por su futuro profesional y que, al menos hasta ahora, no viven como una profesin la preparacin para la profesin, con posibilidades de definirse ms por la significacin y la funcin simblica
que le confiere, casi unnimemente, a su prctica que por la unidad de su prctica.
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"S, pierdo mi tiempo tontamente, no s lo suficiente cmo organizar mi trabajo, entonces pierdo el tiempo y como el
trab,Yo est antes que el ocio, es normal, ya no tengo tiempo
para divertirme ( ... )" (hijo de clase alta, Pars). "Cuando ya no
tengo ganas de trabajar, cuando estoy ante la mesa, preparo lo
que voy a hacer durante la semana. Trato de armar un horario, pues al principio uso una planilla. Al principio, luego funciona o no, segn el tiempo, segn el humor del momento"
(hijo de clase alta, Pars). "Mi problema, me parece, es una
cuestin de organizacin (... ) Lo que pasa es que no logro darme una disciplina, es siempre la misma historia( ... ) soy incapaz de imponerme una disciplina, un mtodo de trabajo" (hijo de clase alta, Pars). "Pienso que eso tiene que ver ms con
el plano de la organizacin intelectual, algo que no funciona
y que no he logrado an coordinar. La jerarqua de las urgencias no aparece de manera clara; por ejemplo, tengo algo que
hacer en la casa, me desplazo para hacerlo y en el momento
en que me desplazo me doy cuenta de que tengo que hacer
otras cosas, es un poco como injertar sobre un iryerto ( ... ) Lo
sufro. Siempre tengo treinta libros para leer para el examen y
cada da tomo uno nuevo. Digo cada da, casi cada hora!, me
digo que tengo que leer eso, entonces tomo un libro, leo tres
o cuatro pginas y luego a la noche me atrapa otro libro y tomo otro" (hijo de comerciante, Pars).
Este uso libre y libertario del tiempo puede resultar propio
del estudiante, sin por eso resultar positivamente una condicin del
estudiante. A diferencia de los ritmos sociales que hacen a los grupos integrados -sometiendo las actividades de todos a las mismas
exigencias-, el tiempo flotante de la vida universitaria no une a los
estudiantes ms que negativamente, pues los ritmos individuales
pueden no tener en comn ms que el hecho de distinguirse diferentemente de los grandes ritmos colectivos.
Sin duda, en todas partes donde se desarrolla, la vida universitaria ha inscripto en el lugar sus hbitats, sus reas de desplazamiento y sus itinerarios obligados. Los lugares de residencia y de
ocio, aunque dispersos en el espacio urbano, tienen su originali-
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tre los propios estudiantes. De hecho, si el hbitat separado tiende por su naturaleza a crear condiciones negativas de integracin,
la intensificacin de las actividades colectivas y ms particularmente de las actividades de colaboracin, supone, en ausencia de los
mecanismos tradicionales de la integracin comunitaria, una institucin y un personal especializado en organizar el trabajo en comn y en ensear tcnicas de cooperacin. Y, en realidad, no aparecen signos de integracin en el medio estudiantil salvo cuando
un grupo se ocupa de organizarse por medio de una institucin
ya existente o cuando la cooperacin est impuesta por las exigencias acadmicas de aprendizaje. Por ejemplo, para las facultades
de letras, en ciertos institutos especializados.
Pero el ideal de cooperacin no encuentra ningn estmulo
en la tradicin de la universidad francesa y, desde la escuela primaria a la investigacin cientfica, el trabajo colectivo no se apoya
salvo excepcionalmente en las instituciones. Entre las tareas que
se asignan, los profesores suelen dejar en ltimo lugar la funcin
de organizacin que podra incumbides y muy particularmente la
tarea de encuadrar el trabajo colectivo de los estudiantes. Es ms,
la escuela inculca, desde la infancia, un ideal opuesto, el de la
competencia individualista. Tambin los estudiantes pueden oponer en la universidad el deseo de trabajo en equipo pero, formados por esa misma universidad, no estn preparados en absoluto
para inventar tcnicas que contradigan los valores interiorizados
durante tanto tiempo. As, el frecuente fracaso de los grupos de
trabajo universitario se debe a que los estudiantes, productos de
un sistema que impulsa la inclinacin a la pasividad, no pueden,
por un milagro de decisin, crear ex nihilo las nuevas formas de integracin.
En cuanto a las tradiciones que lograron integrar, al menos
simblicamente, el medio estudiantil del pasado, se han fragmentado y quedan hoy atadas a grupos marginales. Es en las pequeas
ciudades universitarias de provincia donde el "folclore" estudiantil, con sus cortejos y sus cantos, se ha perpetuado por ms tiempo,
ndice de integracin ms a la comunidad local que al mundo estudiantil. Esos signos de originalidad jams fueron tan marcados
55
como en las pocas en que la poblacin estudiantil no representaba ms que una clase de edad y en las que los estudios brindaban a los jvenes pr!\jl~gi~dosyna tre~a o un pasaje ritualmente preparados al costado de una carrera burguesa. Facultades
como la de derecho o medicina, tal vez porque siguen siendo las
ms burguesas, o porque se vinculan con profesiones ms tradicionales, constituyen hoy el ltimo refugio de los rituales corpQ.
rativos. Pero la importancia relativa de sus cifras -que han cado
regular e intensamente- ha hecho que dejen de dar el tono de la
vida estudiantil.
Los estudiantes de derecho y de medicina quienes, a principios del siglo XX, constituan ms del60% de la poblacin estudiantil, alcanzan hoy slo menos del 30% mientras que los
estudiantes de ciencias y letras representan hoy el65% de lapoblacin estudiantil contra menos del 25% en 1901. Tal inversin va a determinar naturalmente cambios cualitativos, tanto
en la percepcin que los grupos externos tienen de los estudiantes como en la percepcin que los propios estudiantes tienen unos de otros. El estudiante modal en la actualidad ya no
es el estudiante de derecho o de medicina, lo que no carece de
consecuencias cuando se piensa en el tipo de actitud que favorecen el reclutamiento ms burgus y las salidas profesionales
de esas dos facultades.2 1
21
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tigedad en la facultad o la inscripcin en una licenciatura determinan nada ms que categoras estadsticas. La ausencia de estereotipos recprocos o de relaciones optativas muestra la falta de
espritu de cuerpo v sobre todo lo inhabitual de los contactos v
de los intercambios'; de la misma manera, ms que jergas verd~
deras, slo se encuentran hbridos de jergas diversas, tomadas de
diferentes fuentes e incapaces de definir, aunque ms no fuera
a travs de la exclusin, la pertenencia a un grupo. Finalmente,
el conocimiento entre condiscpulos (y a Jortiori, entre estudiantes de diferentes disciplinas) resulta muy dbil, sobre todo en Pars. Naturalmente los intercambios son ms frecuentes entre los
estudiantes ms asiduos y, pareciera, los ms dependientes de la
enseanza; pero las nicas redes de interconocimiento que tienen alguna continuidad o alguna consistencia son los que surgen
de una escolaridad anterior o que se basan en vnculos sociales
externos, como el origen geogrfico comn, la filiacin religiosa
o poltica y sobre todo la pertenencia a las clases sociales ms acomodadas.
Todos los tests sociorntricos muestran que los intercambios fuera del aula e incluso el simple conocimiento de los nombres son extremadamente raros. Si, corno lo sugieren diferentes ndices, los intercambios ms habituales y los ms diversos
se deben sobre todo al hecho de tratarse de estudiantes provenientes de clase alta, es sin duda, corno miles de otros hechos
lo muestran, porque estn ms a gusto en el medio universitario y tambin, tal vez, porque deben a su educacin las tcnicas
de sociabilidad que convienen a ese medio. Un sondeo restringido realizado en Lille parece indicar que, siendo iguales en todas las dems cosas, son los estudiantes y las estudiantes provenientes de los niveles ms acomodados los ms conocidos por
sus camaradas y quienes, aunque en menor grado, conocen a
un mayor nmero de stos. Y, del mismo modo, teniendo en
cuenta el hecho de que se ubican ms o menos cerca del frente -lo que puede ser considerado un signo de comodidad y seguridad-, no es sorprendente que, sea cual fuese el tipo de enseanr.a emprendido (desde el simple conocimiento de vista
hasta la cooperacin), el nmero de condiscpulos conocidos
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Todo conduce entonces a dudar de que los estudiantes constituyan de hecho un grupo social homogneo, independiente e
integrado. Si es verdad que la situacin del estudiante encierra suficientes caracteres especficos como para justificar que en un cierto nivel de anlisis uno se esfuerce por relacionar con esa situacin las actitudes implicadas de manera ms directa en ella, el
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59
Por lo tanto, todo ocurre como si, ms all de un cierto umbral, las expectativas razonables, demasiado evidentemente desmentidas y denunciadas por la realidad, debieran ceder su lugar
a la resignacin en el malestar o a la utopa milenarista. Sin duda
no es casual que los estudiantes parisinos, condenados por el sistema actual a la pura coexistencia espacial, a la asistencia pasiva y
a la competencia solitaria por el diploma, aplastados por la experiencia del anonimato y por la agresin difusa del nmero, tiendan a sustituir la crtica realista de lo real por el terrorismo conceptual de las reivindicaciones verbales que se satisfacen muchas
60
Por diferentes que sean, por mayores que puedan ser las desigualdades que los separan, tanto en sus condiciones de existencia como en sus posibilidades de xito, los est'-'diantes tienen al
menos en comn el realizar, aunque ms no sea sosteniendo el mito de la unidad antes que el juego de la diversificacin, la identificacin individual con algo que, sin ser un modelo, es menos que
un ideal y ms que un estereotipo, y que define una esencia histrica del estudiante. El esfuerzo por comprender algunas de las actitudes profundas de los estudiantes a partir de la forma genrica
de la situacin del estudiante se justifica en la medida en que esa
situacin encierra, al menos como posibilidad objetiva, la tentacin de su relacin con la condicin de estudiante y con los estudios que vale como tipo histrico, aun cuando no sea ms que desigualmente cumplido por las diversas categoras de estudiantes.
Si es en vano esperar descubrir modelos de comportamiento
propiamente estudiantil b~o los conformismos espordicos y cambiantes, ya sean de vestimenta, cosmticos o ideolgicos, es tal vez
porque los estudiantes se parecen sobre todo por la naturaleza de
61
Las tasas de no respuesta a la pregunta vinculada a la profesin de los padres es siempre particularmente alta en una poblacin de estudiantes.
62
Cuando una conducta muestra una regularidad o una frecuencia que se codea con la banalidad (se trate de cmo usar el
impermeable o de la admiracin por Cannonball Adderley), deja
en la conducta que la rechaza su poder de diferenciacin. Distinguirse en tanto estudiante es en efecto distinguirse de la esencia
del estudiante en la que se encierra a los dems.
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"Soy un caso particular, no correspondo a eso que se llama estudiante" (estudiante de arqueologa, veinte aos). "Yo
no soy estudiante" (estudiante de psicologa, veintisis aos).
"El estudiante tipo es el estudiante independiente ( ... ) Hay
una moda, corrientes intelectuales, pero es nada ms que algo
seguido por aquellos que tratan de incorporarse al gnero estudiante" (estudiante de sociologa, veinticuatro aos). "La
imagen del estudiante de la Sorbona: tiene mala cara, est pendiente de Le Monde, discute en los cafs ( ... ) protesta contra la
Sorbona porque all no se es feliz" (estudiante de etnologa,
veintin aos).
Toda relacin con una exigencia, sea cual fuese, tiende aqu a
realizarse segn la lgica de la transfiguracin simblica de la necesidad en libertad. Si la experiencia del espacio y del tiempo es
tan irreal como sea posible, es porque los estudiantes reinterpretan simblicamente sus obligaciones para as elegirse como estudiantes. Algunos lugares pueden ser frecuentados exclusivamente
por los estudiantes, como los restaurantes universitarios, o mayoritariamente por ellos, como ciertos cafs, sin por eso acercar socialmente a los pequeos grupos que all se codean: si, a diferencia del
caf popular donde los intercambios abarcan a todos los "habitus", la unidad elemental de los cafs de estudiantes pasa por la
simple asistencia, es porque muchos estudiantes se llegan hasta all
para consumir ante todo las significaciones simblicas de las cua-
6S
les est investido el caf y el trabajo solitario en el caf. Lejos de situarse y de situar en un espacio de comunicacin o de cooperacin, el caf -como el cineclub o la sala de jazz- forma parte de
un espacio mtiC(~.donde los. estudiantes llegan para encontrar al
estudiante arquetpico ante todo porque no es all donde lo encuentran. Hasta la "pieza de estudiante", espacio impuesto porrazones econmicas, puede prestarse al juego de las transfiguraciones simblicas. Por oposicin a la pieza "en casa particular" o e el
hogar, se inscribe -incluso para aquellos que deploran estar reducidos all- en un espacio literario que privilegia los extremos opuestos, lo alto y lo bajo, la cueva y el granero, y muestra, en su propia
pobreza, los riesgos de la vocacin y el precio de la libertad.
Los estudiantes son parcialmente irreductibles a su clase de
origen, e incluso a su condicin y su prctica (siempre estrechamente ligadas a su origen), porque, novicios de la inteligencia, se
definen por la relacin que mantienen con su clase de origen, su
condicin y su prctica y porque, aspirantes a intelectuales, se esfuerzan por vivir esa relacin segn los modelos de la clase intelectual, reinterpretados por la lgica de su condicin. Como reaccin contra la disciplina del secundario, se afirman como sujetos
de un libre albedro cultural. El estudiante frecuenta el cineclub,
compra discos y tocadiscos, decora su pieza con reproducciones,
descubre la vanguardia literaria o cinematogrfica. Se trate de discusiones polticas y culturales o de prstamos de libros y de disn)s,
los intercambios no son siempre tan informados para que se pu<'da
hablar de educacin mutua, pero parecen tener al menos como
efecto favorecer el reconocimiento de los valores de la cultura. Intercesores e intermediarios, losmayores convertidos en expertos
entrenan a los ms jvenes en la adhesin obligada a un universo
cultural que de otra manera correra el riesgo de aparecer como
herencia de adultos o de mandarines.
Adolescente y aprendiz, el estudiante est ms que cualquier
otro en la bsqueda de maestros en pensar y en vivir; por eso es muy
particularmente sensible al prestigio de los ejemplos que, futuro intelectual, no podra encontrar ms que en el mundo intelectual, y,
64
65
en jazz y cine. Por ejemplo, teniendo que citar el nombre de directores de una serie de pelculas, el 94% de los politcnicos lograron dar al menos un nombre contra nicamente el 69% de
los estudiantes detrrenciattif'a: Del mismo modo, el 73% de los
politcnicos muestran un conocimiento mnimo de jazz contra
nicamente el49% de los estudiantes de licenciatura.
Se conoce lo inhabitual de las empresas culturales propiamente estudiantiles, grupos de teatro o crculos de poesa, que
no alcanzan cierta continuidad salvo cuando se apoyan en las
instituciones universitarias o responden a exigencias acadmicas. As, en la Sorbona, el grupo de teatro antiguo y el grupo
de comedia moderna deben el ser mantenidos y desarrollados
a un deslizamiento al cuasi profesionalismo, percibido como tal
por la mayora de los estudiantes que no conocen sus producciones ms que en la medida en que les sirven a su preparacin
acadmica.
Dado que los estudiantes juegan a discutir, en sus opiniones
declaradas o en sus actitudes superficiales, la eficacia de la accin
acadmica, dado que quieren probar que la enseanza no influencia a nada ni a nadie, se olvida que la enseanza logra, en una gran
medida, suscitar entre los alumnos la necesidad de los productos
que provee. En efecto, el profesor tiene siempre por tarea crear la
propensin a consumir el saber al mismo tiempo que la satisface.
Puede ser que en la tradicin universitaria francesa la accin de la
enseanza sobre el mercado de los bienes culturales aparezca ms
claramente. El carisma profesora} es una incitacin permanente al
consumo culto: la exhibicin de virtuosismo, el juego de alusiones
elogiosas o de silencios despreciativos alcanzan para orientar, muchas veces de manera decisiva, la prctica del estudiante. Se suele
sealar, no sin irona, que ms de un estudiante se ha credo "filsofo" por haber tenido un profesor de filosofa prestigioso, pero
no se percibe con tanta frecuencia que la influencia de los profesores se extiende a terrenos que no forman parte de la enseanza. 24
2 4 En respuesta a una pregunta abierta, las tres cuartas partes de los estudiantes asocian el acontecimiento ms importante de su biografia artstica a un profesor.
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~ho,
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profesin b::Yo el modo de "hacer como si", como diceJean Chateau respecto del nio, como si las tareas del intelectual pleno fueran, bajo cierta relacin y para ciertas categoras de estudiantes,
una de las condiciones de la adhesin a los valores que dominan
el mundo intelectual. A la manera del colegial de la belle poque, el
estudiante de letras o de filosofa puede, an hoy, vivir los tiempos de estudio como retiro inicial que prepara para una vida exclusivamente intelectual y puede ser que se necesite (o se necesitara hasta aqu) que sea as. Lejos de ser considerado como un
simple medio, el aprendizaje es un fin en s mismo. A consecuencia de la autonomizacin actual de los estudios y al precio de una
doble negacin del terminus a quoy del terminus ad quem,25 se puede tener la ilusin de vivir plenamente la vocacin intelectual. A
partir de esto, el aprendizaje del juego y del doble juego con los
determinismos sociales aparece como una buena preparacin profesional pues asegura la adquisicin de tcnicas por las cuales el
intelectual podr darse la experiencia, real o ficcional, de la freischwebende Intellgenz. 26
Acaso esta ilusin no est favorecida por la irrealidad misma de la prctica universitaria? Lo es hasta el punto que las sanciones y obligaciones especficas resultan amortiguadas y debilitadas. Por una complicidad tcita entre estudiantes y profesores,
la disciplina universitaria no puede ser impuesta ni sufrida como
imperiosa e impiadosa: el fracaso no alcanza jams, aunque se lo
viva como un drama, la gravedad de una expulsin. Por la propia naturaleza de la sancin ms seria que encierra -el examen-,
el sistema universitario est sin duda ms cerca del juego que del
trabajo. Pero se sabe que, impulsado por la inquietud de ser algo o alguien, el estudiante est dispuesto a la interrogacin permanente sobre s y que, impregnados del espritu esencialista que
habita una institucin encargada de establecer jerarquas indiscutidas, los profesores se sienten encargados de juzgar a los estudiantes ms que nada en el ser que aparece en su produccin,
exposicin o disen.aci -:-las formas del ejercicio-, un ''hacer"
ficticio cuyo nico fin es manifestar las aptitudes virtuales y definitivas, es decir esenciales. Se comprende entonces que el estudiante est condenado a buscar en el valor que el juicio de la
Educacin adjudica a sus "obras" el nico signo indiscutible Be
la eleccin. Profesores y estudiantes pueden percibir la irrealidad de las pruebas y las sanciones acadmicas o burlarse de ellas
sin dejar de comprometerse con los valores teatrales de la salvacin personat.2 7 La disertacin es unnimemente considerada como pretexto, pero pretexto para juzgar a los hombres o, por lo
menos, al hombre universitario que existe en todos los hombres
de nuestras sociedades y que los universitarios no son los nicos
en considerar como el hombre completo. Si el universo acadmico evoca por ms de una caracterstica el universo del juego,
campo de aplicacin de reglas que no valen hasta tanto se acepte jugar con ellas -espacio y tiempo limitados y arrancados al
tiempo real donde pesan los determinismos-, es porque, ms que
cualquier otro juego, propone o impone a aquellos que lo juegan la tentacin de meterse en el juego haciendo que crean que
su ser est en juego.
Y el cuestionamiento de la universidad y de la cultura de la
universidad, no obedece tambin al modelo universitario por
excelencia, el del rechazo cmplice y ficcional de la disputatio de
quolbet2 8 o de la dssertatio de omni re scribi, ejercicios sumamente
formales por los cuales la institucin ensea, plantendolos como
exigencia, el ejercicio de la libertad intelectual? En efecto, c-
21 Es
2
';
26
69
en las clases preparatorias de los grandes colegios y ms especialmente los literarios, donde la mstica del xito educativo como signo de salvacin personal es llevada a su paroxismo. Se conocen los dramas que determinan ciertos
fracasos y, no en menor medida, ciertos xitos.
28 Ejercicio de origen medieval en el cual se elige un tema libre para una exposicin oral. La disertacin es el mismo ejercicio, pero realizado por escrito. (T.}
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71
Tambin el porcentaje de estudiantes que, dicindose de izquierda, rehsan reconocerse en un partido de izquierda es mayor en
Pars que en provincias; y aquellos que, para definirse polticamente, experimentan tatreces:idad de crear etiquetas originales, como
"trotskismo renovado", "anarquismo constructivo", "neocomunismo revolucionario", son parisinos en sus dos tercios. Ms generalmente, si, en sus elecciones estticas que se suelen dirigir hac~ la
vanguardia, o sus elecciones polticas, frecuentemente extren.listas, los estudiantes parisinos estn y se pretenden en ruptura, SI se
comprometen o pretenden comprometerse contra la _corrient~ y
contra la moda, obedeciendo al conformismo del anticonformismo, es porque los valores del diletantismo y de la desenvoltura que
los estudiantes burgueses importan al medio estudiantil y que se
imponen, sobre todo en Pars, al conjunto del medio estudiantil,
estn en afinidad con los valores que entran en el ideal intelectual
de una inteligencia sin ataduras y sin races.
Es por eso por lo que tienden ms que todos los dems a confundir las rupturas simblicas de la adolescencia con una realizacin intelectual. As, numerosos estudiantes para quienes tantas
elecciones siguen regidas por los modelos ms tradicionales construyen la imagen que se hacen del intelectual sin ataduras desatndose de las normas sexuales. El alto rendimiento simblico de estas libertades se revela por las inversiones formales que autorizan:
"A la valorizacin de la virginidad ( ... ) le ha sucedido otra msti. precio
. "29y
ca: la de la virginidad que hay que perder a eualqmer
.
el encanto de ciertos compromisos polticos suele deberse, al menos en parte, a que permiten consumar simblicamente la ruptura con el medio familiar bajo la forma a la vez menos costosa y ms
escandalosa. El juego tpicamente intelectual de la toma de distancia respecto de todas las limitaciones, se trate del origen so_cial o
del futuro profesional y de los estudios que lo preparan, sostiene y
apela al juego de la disimilacin por la disimilacin misma. Cuan-
29
Mme.
MLIDO LvY-V.'Il.E:-<S!,
72
to ms se mantengan en silencio las diferencias que se deben al origen social, ms se las expresa deliberadamente en las opiniones,
mientras que los gustos son manifiestos y manifestados. Son pocas
las sociedades donde las sectas se oponen, se componen y descomponen tan rpidamente y segn mecanismos tan complejos; pocos
grupos en los que el juego de las polmicas movilice tantas energas y suscite tantas pasiones. As, los minoritarios de una agrupacin pueden oponerse a la mayora de esa agrupacin sin por eso
unirse a la posicin de la mayora de una agrupacin ms vasta
donde aquellos que se diferencian son ellos mismos minoritarios. 30
Aunque la mayora de los estudiantes no participan ms que
de lejos en esos debates y no suelen reconocerse en ellos ms que
con bastante dificultad, las ideas polticas o los valores estticos
que oponen y por los cuales se oponen en discusiones interminables obedecen a la misma lgica. La voluntad de distinguirse puede hallar un terreno frtil tanto en el orden poltico como en el
filosfico o el esttico: un trotskismo se opone a otro y de otro modo que se opone al maosmo mientras que los admiradores del primer Antonioni se oponen a los seguidores del segundo, y una y
otra capilla se ponen de acuerdo para ejecutar a Bergman pero
por razones diferentes. De hecho, la bsqueda de la diferencia supone el consenso sobre los lmites dentro de los cuales se puede
jugar al juego de las diferencias y sobre la necesidad de jugarlo
dentro de esos lmites. Pero existiendo la dificultad de que hay
que buscar verdaderas diferencias sin salirse de los lmites del consenso, las oposiciones corren siempre el riesgo de ser ficticias o
formales y uno se expone a no discutir nunca lo esencial porque
hay que estar de acuerdo sobre lo esencial para poder discutir.
Es en Pars donde es ms manifiesta la alianza del consenso y del disenso dentro de los lmites del consenso. La proliferacin de grupsculos opuestos y los conflictos de las tendencias
so ste es el modelo simplificado de las relaciones ms frecuentes en el seno de la burocracia sindical, por ejemplo las relaciones de una direccin de grupo parisino en la FGEL y de la FGEL en la direccin de la UNEF.
73
rivales no deben disimular que el 79% de los estudiantes de letras de Pars se dicen de izquierda contra el 56% de los literatos
provinciales y que slo el 20% se dicen hostiles a toda participacin sindical cotl'-a'35% en 'provincias. El cuerpo de opiniones
obligadas permanece generalmente idntico aun cuando recibe tonos diferentes segn las escuelas de pensamiento: por
ejemplo, si bien los "compromisos" se expresan a travs de conductas y vocabularios muy diversos, la regla de juego es que no
hay que cuestionar jams la necesidad de "comprometerse" y,
ms precisamente, de "comprometerse concretamente". Del
mismo modo, los estudiantes pueden entrever el carcter ldico de sus discusiones sin cesar por completo de tomarlas en serio: "Las discusiones, son tiles o intiles? Ocupan mucho
tiempo pero hacen parte del traqueteo cotidiano" (hijo de clase alta, Pars). "Hay toda clase de reuniones, discusiones en los
cafs, que valen la pena, que no son forzosamente idiotas por
completo, adems, pueden ser polticas o sociales; generalmente no aportan gran cosa, pero, en fin, toman cierto tiempo" (hijo de comerciante, Pars). "Cada da en el caf puede considerarse como ocio; en fin, es un momento de esparcimiento, una
manera de considerar las cosas que se discuten directamente en
clase" (hijo de clase alta, Pars). "El domingo a la noche en un
cuarto: hago venir a los compaeros para discutir; eso es ocio,
s se lo quiere ver as" (hijo de clase alta, Pars).
La presin ejercida directamente por el medio no puede explicar ni la fuerza del consenso ni el gusto por las oposiciones formales en los lmites del consenso, pues, se lo ha visto, el mundo
estudiantil est en Pars menos integrado que en cualquier otra
parte. Sin duda, los juegos ideolgicos no son ms que un aspecto de toda una actitud con relacin a los estudios y a la vida intelectual que est normalmente autorizada por la situacin de privilegio. Al no poder distinguir con claridad las condiciones de
existencia y las condiciones de trabajo, se suele ignorar que las
condiciones de existencia de los estudiantes parisinos son sensiblemente mejores que la de los estudiantes provincianos: es en Pars donde el porcentaje de estudiantes provenientes de las clases
ms favorecidas es ms elevado as como lo es el porcen~e de es-
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75
76
que los esfuerzos o las astucias para hacerse notar por el profesor
("hacerse ver bien") o su contrario, el sarcasmo y la denigracin,
los debates ideolgicos estn entre los medios de escapar a esta
cuasi experiencia del desamparo.
Si el mito de la autoeducacin, utopa aristocrtica propia de
los pequeos grupos de elegidos que pretenden determinar por
s mismos los fines de su actividad, ha conocido recientemente tal
xito es tal vez porque esa ideologa llegaba para colmar las expectativas ms profundas y ms inconfesadas de los estudiantes de literatura parisinos y burgueses, instaurando una fiesta permanente: a travs de la fiesta, un grupo puede afirmar su integracin
intensificando ficticiamente los intercambios simblicos. Se pueden as saborear ms plenamente las gratificaciones que provee la
integracin dndose a s mismo en espectculo como grupo integrado, sin que ese juego de integracin tenga otro fin que el refuerzo de la integracin. 31
31
Si tocamos aqu este debate, es slo porque, en las oposiciones entre organizaciones cientficas y literarias, parisinas o provincianas, el anlisis sociolgico aprehende algo que es distinto y ms que el enfrentamiento de tesis que pueden e\'aluarse slo desde el juicio poltico. Es evidente que esos conflictos expresan
si no intereses realmente opuestos, al menos diferencias de espritu estrechamente ligadas a las diferencias sociales entre los grupos en conflicto.
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lan y perpetan las disciplinas, el contacto con el mundo intelectual favorecido por la residencia en Pars y la libertad sin riesgos
que autoriza un orig<::,n..~ot;:il ~~9moddo. Aparece entonces comola imagen recobrada de su condicin la representacin que se
hace el estudiante de su condicin y que rene ese conjunto de
rasgos -es decir el literato parisino hijo de intelectual tomado como tipo ideal del estudiante-. Cambiando el a favor por el contra;
la sociologa de las ideologas revela la identidad que disimulan las
diferencias proclamadas y las diferencias que se esconden bajo la
identidad proclamada. 32
Si es verdad que el determinante fundamental de las actitudes es el origen social, si es cierto que los estudiantes provenientes de la burguesa siguen siendo la mayora y que los valores que
deben a su medio continan imponindose a ellos, y a travs de
ellos, a los estudiantes provenientes de otras clases, se puede considerar legtimamente que el medio estudiantil debe muchas de
sus caractersticas al grupo que sigue all dominante, numrica y
estatutariamente. Los novicios de la inteligencia se reclutan sobre
todo entre los estudiantes de origen burgus porque los juegos de
la inteligencia libre suponen que los estudios sean vividos como
un juego que excluya toda otra sancin salvo la definida por la regla del juego y no como un aprendizaje sometido a la prueba del
xito profesional. En consecuencia, uno se alejar de la descripcin ideal-tpica que presta al conjunto de los estudiantes las caractersticas del grupo dominante a medida que se acrecienta la
proporcin de estudiantes provenientes de las clases populares,
portadores de nuevos valores y condenados a una experiencia ms
realista de la situacin de estudiante. Aunque este cambio no resulte tan rpido, porque los estudiantes de origen burgus podrn
dejar de ser mayoritarios numricamente sin que las normas y valores que han legado al medio estudiantil dejen de ser considerados, incluso por las categoras recin llegadas a la enseanza superior, como inseparables de ese medio.
:>2 Vase
78
CUADROS
IDEOLOGA
de donde resulta
Diversidad y diversificacin poltica, ideolgica, esttica, etctera.
DIFERENCIAS PROCLAMADAS
IDENTIDAD OCULTA
Preponderancia numrica y estatutaria de los estudiantes de origen burgus
Diferenciacin de la condicin
estudiantiBas condiciones de vi-
da tanto como las actitudas y expectativas respecto de la educacin o de la cultura dependen del
origen social
SOCIOLOGA
79
La condicin de estudiante no condena indistinta y uniformemente a todas las categoras de estudiantes a una experiencia
irreal y ldica. En las preguntas que se plantean a propsito de su
rol actual y futuro, los estudiantes muestran, sobre todo despus
de algunos aos, una seriedad indiscutible y no es indiferente que
se planteen explcitamente la cuestin de la seriedad de sus reivindicaciones. Pero la irrealidad de la condicin de estudiante o
se desvanece por la sola virtud de la intencin de seriedad. Mejor
an, no ser de un sentimiento agravado de la irrealidad de la experiencia acadmica de donde nacen tanto las preguntas serias sobre la seriedad de la condicin de estudiante como las preguntas
irreales sobre los problemas reales?
En efecto, hay que distinguir la irrealidad que la experiencia
del estudiante debe al hecho de que su condicin no es un oficio
ms que por analoga del irrealismo al cual predisponen desigualmente las condiciones de vida ms o menos favorables. La inclinacin al irrealismo no es exclusivamente funcin de la parte de
irrealidad que encierra la situacin: as, la experiencia ftil y frvola que el estudiante burgus tradicional (hijo de escribano, seguro de que ser escribano) podra tener de sus estudios colabora
en una mnima parte con la irrealidad constitutiva de la condicin
de estudiante. Por el contrario, los actuales estudiantes de letras
pueden ignorar por completo la experiencia folclrica de los estudiantes del pasado y sin embargo sentir la irrealidad del futuro
que demuestran sus conductas ms evidentes y a la que apelan con
sus deseos ms intensos; pueden incluso, si son de origen pequeoburgus o popular, experimentar la irrealidad de una enseanza poco transformada en sus mtodos y a veces en su contenido,
porque est poco adaptada a las expectativas y a los intereses que
deben a su medio o tal vez porque aspiran a un futuro profesional sobre el cual tienen una preocupacin ms realista. Por otra
parte, la indiferencia a las realidades no da jams como resultado
que las conductas no se organicen, consciente o inconscientemente, con referencia a las posibilidades objetivas de alcanzar el lugar
para el que uno se prepara. As, el grado de adhesin al juego intelectual y a los valores que implica no es jams independiente del
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origen social. En nombre de la "seriedad" se disimulan por lo tanto dos maneras de vivir la condicin de estudiante. Una es caracterstica sobre todo de los estudiantes de origen burgus, quienes
hacen de sus estudios una experiencia en la que no entran problemas ms serios que aquellos que ellos introducen all. La otra
expresa la inquietud por el futuro propia de los estudiantes provenientes de los sectores sociales ms alejados de la cultura acadmica y condenados a vivirla irrealmente. Se sigue de esto que las
denuncias de irrealidad no tienen para todos la misma seriedad y
que las experiencias ms serias de irrealidad no predisponen necesariamente al realismo.
3. APRENDICES
O APRENDICES
DE BRUJO?
...-' ........
"La necesidad de ser educado existe entre los nios como un sentimiento que les es propio por no estar satisfechos con ser lo que son. ( ... ) La pedagoga del juego trata al elemento pueril como algo vlido por s mismo, lo
presenta a los nhios como tal y rebaja para ellos lo que es serio. La propia pedagoga tiene una forma pueril, poco considerada hacia los nios. Al representarlos como acabados siendo que se sienten en estado de inacabamiento,
al esforzarse as por mantenerlos contentos, perturba y altera su verdadera
necesidad espontnea, que es mucho mejor. Tiene p~r efecto el desapego
por las realidades sustanciales, del mundo espiritual, y en principio el desprecio a los hombres, que se presentan ellos mismos como pueriles y despreciables para los nios y. finalmente,la vanidad y la confianza de los nios plenos de la sensacin de su propia distincin."
F. W. HEGEL,
84
33
Se podra objetar que no definimos aqu ms que una de las racionalidades posibles de la enseanza, muy particularmente la de la enseanza superior.
El tipo racional de relacin con los estudios, del que esbozamos algunas caractersticas, no es ms que el tipo ideal de aprendizaje intelectual al cual se puede criticar con toda la razn del mundo por reducir los estudios. Pero esta definicin
nnima est puesta aqu en primer plano porque en la representacin carismtica de los estudios que tienden a hacerse estudiantes y profesores es aqulla la ms
completamente rechazada. Se ver ms adelante que los vestigios tradicionales o
carismticos pueden tener una funcin positi\>a, sobre todo en las disciplinas ms
tradicionales como letras o filosofia.
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86
Del mismo modo que todo el mundo acuerda en definir al estudiante como alguien que estudia, sin sacar de eso las mismas
consecuencias, tambin se convendr con certeza que ser estudiante es prepararse a travs del estudio para un porvenir profesional. Pero no es superfluo desplegar todas las implicaciones de
esta formulacin. Es en principio decir que la accin de estudiar
es un medio al servicio de un fin que le es exterior, es decir luego
que la accin presente slo adquiere sentido con referencia a un
futuro que ese presente no prepara sino preparando su propia negacin. Se sigue de all que una condicin que se define como provisoria no puede deber su seriedad ms que a la condicin para la
que se prepara, o, en otros trminos, que el presente no tiene realidad salvo por procuracin o por anticipacin. Tambin, a condicin de llevar la lgica a su extremo, la manera ms racional de
cumplir con el oficio de estudiante consistira en organizar toda
la accin presente con referencia a las exigencias de la vida profesional y en poner en prctica todos los medios racionales para alcanzar, en el menor tiempo posible y lo ms perfectamente posible, ese fin explcitamente asumido.34
La realidad es muy diferente. Todo sucede como si los estudiantes, beneficindose en esto de la complicidad interesada de
sus profesores, trabajaran inconscientemente en disfrazarse la verdad de su trabajo separando su presente de su futuro y a los medios de los fines a los que se supone que deben servir. Si lo que hacen los estudiantes, es decir lo que se les hace hacer, les suele
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parecer un "fingimiento" o un "hacer como si", es porque el trabajo no se acompaa, como en otras partes, de las gratificaciones
serias y palpables que se continan directamente de las tareas profesionales. Un fu'tttroligado al prflsente por demasiadas mediaciones corre siempre el riesgo de ser considerado como ficticio y de
manera ficticia. La autonomizacin de un estado esencialmente
provisorio y transitorio permite al estudiante olvidarse como tal al
olvidar su futuro. Con ese fin, la tradicin universitaria le propo. ne dos grandes modelos que, en apariencia contradictorios, estn
igualmente probados, "el animal de exmenes" o el "diletante".:~;
El primero, fascinado por el xito acadmico, pone al servicio del
examen el olvido de todo lo que est ms all de l, comenzando
por la calificacin que supone que garantiza el examen. Al estudiante "obsesionado" por el horizonte limitado de los plazos acadmicos se opone, en apariencia, el "diletante", que no conoce ms
que los horizontes indefinidamente postergados de la aventura intelectual. La ilusin del aprendizaje como fin en s mismo cumple
con la aspiracin a la condicin de intelectual, aprendiz eterno,
pero slo de manera mgica, pues debe negar los fines a los que
sirve realmente el aprendizaje, a saber el acceso a una profesin,
aunque sea intelectual. En ambos casos, es el mismo esfuerzo por
inmovilizar de modo ficticio -eternizndolo o autonomizndoloun presente que apela objetivamente a su propia desaparicin.
Estas dos maneras de vivir la vida de estudiante sin vivirla no
conviven tan felizmente entre los estudiantes, y a veces dentro dd
mismo estudiante porque son producidas y estimuladas por todo
34
88
36 Esto resulta an ms cierto en la enseanza literaria, pero nunca del todo falso en otras partes: la enseanza cientfica puede tambin dar lugar al carisma, el virtuosismo de las bellas soluciones tiende a dar escaso espacio a los recorridos pacientes y a las manipulaciones subalternas.
37 Se encontrar un anlisis ms sistemtico de la relacin pedaggica como
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Pero no todos los estudiantes mantienen con su condicin actual una relacin,igy.almente .amaada, porque el futuro no es
igualmente irreal, indeterminado o desencantador para todos. La
distancia con relacin al proyecto racional es funcin de las posibilidades objetivas del futuro ms intensamente esperado. Las posibilidades difieren fuertemente segn la naturaleza del futl:fro
profesional anhelado y segn la situacin actual de cada categora
de estudiantes. La imagen de la profesin corre siempre el riesgo
de ser ms indeterminada para un estudiante de letras que para
uno de medicina o un alumno de la ENA. En el propio interior de
las facultades de letras, las disciplinas con salidas .inciertas, como
la sociologa, parecen atraer a los estudiantes cuya vocacin es ms
incierta al mismo tiempo que favorecen la incertidumbre vinculada a la vocacin. Cuando el porvenir profesional est ligado de
manera clara y cierta a la situacin actual de los estudios, el ejercicio universitario est inmediatamente subordinado a las tareas
profesionales que le proveen un sentido y una razn de ser. Por el
contrario, acechado por la inquietud de un futuro que resulta inquietante por ser incierto e informulable, el estudiante de letras
est condenado, si quiere salvar el sentido de su empresa, a confundir el ejercicio acadmico con una aventura intelectual. Si el
estudiante de filosofa no se imagina ni puede imaginarse como
futuro profesor de filosofia es que necesita olvidar esa salida laboral para poder esperarla. Aqu, la experiencia mistificada es una
de las condiciones de la adhesin a los valores implicados en la
propia prctica. Las imgenes ms ilgicas del trabajo no estn,
por lo tanto, desprovistas de toda lgica para las disciplinas literarias en las cuales la intencin de racionalizar los medios corre
siempre el riesgo de aparecer como incompatible con la natura-
intercambio cmplice de imgenes prestigiosas as como de la tolerancia al malentendido lingstico que le es solidario en la introduccin del segundo :nmero de los Cahiers du centre de sociologie europenne, op. cit., pp. ll-36.
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leza de los fines, ms tradicionales que racionales, o, al menos, como capaz de quitar tanto a los estudios como a la carrera intelectual para la que preparan ]o que, a falta habitual de cualquier otra
gratificacin, ]e provee todo su encanto.
Dado que la entrada en una profesin es particularmente improbable para ellos, ]os estudiantes estn tambin condenados al
esfuerzo por disimularse un futuro que amenaza con quitarle todo el sentido a su presente o de conferirle un tono completamente opuesto al que quieren encontrarle. Pero su porvenir objetivo
se impone tan claramente que, en su caso, la mistificacin nunca
puede imponerse por completo, de manera que ]a clave de muchos de sus comportamientos no puede encontrarse sino en la verdad objetiva de su situacin. La diferencia entre los sexos no aparece nunca tan de manifiesto como en las conductas o las
opiniones que implican la propia imagen o la anticipacin del futuro. Aunque las condiciones de vida y de trabajo de los estudiantes tienden a acercarse a las de las estudiantes, aunque las estudiantes profesen ms que cualquier otra categora femenina el
rechazo a la condicin tradicionalmente propuesta de la mujer en
la sociedad, habra que cuidarse de concluir que todas las estudiantes estn igualmente alejadas, en todos los terrenos, de todos
los modelos tradicionales. Demasiado manifiestamente asociados
a un rol rechazado, los modelos ms evidentes tienen mayor posibilidad de suscitar resistencia o rebelin, mientras que los modelos no menos tradicionales pero menos claramente percibidos
pueden seguir actuando subterrneamente porque continan determinando el porvenir objetivo y colectivo.
Las estudiantes y sobre todo aquellas provenientes de la
burguesa tienen una aprehensin confusa del porvenir. "Me
gusta enormemente ser estudiante, es el momento de la vida
en que se es ms feliz, se hace lo que se quiere( ... ) Ests disponible para todo, es el momento en que debes enriquecerte" (estudiante, Pars, veinte aos, hija de editor). "Me gusta ser estudiante, ests muy disponible" (estudiante, Pars, veinte aos,
hija de mdico). "El estudiante va hacia cualquier lado, es una
espera, lo importante es sentirse productiva" (estudiante, Pars,
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veinte aos, hija de embajador). "Ser estudiante es el momento de la vida en que una se orienta; se puede ser estudiante toda la vida, es un tipo de trabajo como cualquier otro: se es responsable de 1~ <Jue se hace y se busca un progreso intelectual"
(estudiante)>iris, veitiun aos,' hija de un profesor universitario). "Los estudiantes no tienen buena conciencia con relacin a lo que aprenden ( ... ) No tengo la sensacin de ser til
en este momento( ... ) Es que yo, como francesa, podr asumir un da lo que he adquirido en esta sociedad tal como fuciona hoy? Desde un punto de vista estrictamente profesional,
lograr desenvolverme, pero segn una perspectiva ms amplia, no estoy segura" (estudiante, Pars, veintin aos, hija de
clase alta). La referencia al porvenir objetivo de la categora parece muy precoz pues se la encuentra, desde el liceo, en muchachas de catorce a quince aos, no slo a tfavs de la eleccin de profesiones llamadas "femeninas" -profesora,
psicopedagoga, decoradora- sino tambin a travs de la preocupacin, con frecuencia planteada explcitamente, de reservarse para las tareas familiares cumpliendo un trabajo de medio tiempo.
Si los varones y mujeres de una misma categora social difieren menos por sus posibilidades objetivas de acceder a la enseanza superior que por sus posibilidades de cursar tales o cuales tipos
de estudios, es porque en gran parte los padres y ]as propias muchachas continan adhiriendo a una imagen de las "cualidades" o
de los "dones" especficamente femeninos que sigue dominada por
el modelo tradicional de la divisin del trabajo entre los sexos.:;.
Del mismo modo, se puede suponer que las diferencias que separan a los estudiantes de las estudiantes al nivel de las condiciones
de existencia (del hbitat, por ejemplo) no dejan de reflejar la imagen que se hacen los padres y las propias estudiantes de las libertades que corresponden a varones y mujeres. Ms generalmente, es
en los comportamientos o las actitudes ligadas a los aspectos menos conscientes de la imagen de s donde son ms marcadas las di-
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tual y las dificultades a las cuales se enfrenf!in cuando se esfuerzan por recomponer una imagen unificada de su rol que el estilo de su planteo sobre el "compromj.so". Participando ampliamente del conS'etl~t1 ideolgico propio del medio estudiantil,
ellas se dicen (los dos tercios) "comprometidas" y las que no lo
son se excusan por ello. Pero todo su planteo traiciona la fidelidad a una definicin de las tareas tradicionales de la mujer. No
se encuentra ms que excepcionalmente una justificacin utili- "
tarista o racional del "servicio al otro" y abundan las metforas
que exaltan el ideal de sacrificio, vestigio de la tica tradicional.
El vocabulario del contacto y de la relacin alterna con el de la apertura al otro, del enriquecimiento y de la plenitud o con el vocabulario moral del deber de presencia: "tener relaciones humanas enriquecedoras." "Tener numerosos contactos e interearnbios con
los extranjeros, los estudiantes." "Ms contactos con los dems."
"Un contacto directo con los dems." "Contactos humanos." "El
sentido de los dems." "Cooperacin con los dems." "Ocasin
de numerosos contactos y dilogos." "Me permite darme a los
dems." "Descubrir a los dems." "Plenitud, apertura hacia los
dems." "Un intento de apertura hacia los dems." "Ayudar a
los dems; enriquecimiento personal." "Sentirme de acuerdo
con los que me rodean, expandir mi personalidad." "Expansin
de la personalidad, contactos." "Plenitud y encuentros." "Que
me ayude a abrirme a los dems." "Una mejor comprensin de
los dems y una formacin de m misma." "Enriquecerme y enriquecer a los dems." "Algo a descubrir y a aportar." "Enriquecimiento personal." "Medio para darme." "Plenitud personal por
el don." "Afirmarme y realizarme, ponerme a prueba, dar consistencia a un ideal abstracto." "Enriquecimiento moral." "Enriquecimiento de aquellos de los que me ocupo y enriquecimiento personal." "Es una parte importante de la vida." "Punto de
estabilidad en mi vida." "Incentivo, eje de mi trabajo." "Algo serio e indispensable." "Uno de los modos esenciales de participar
en el ejercicio de la trascendencia humana." "Medio concreto
de asumir las responsabilidades." "Mi lugar est al servicio de los
dems." "Responsabilidad de los dems." "Objetivo hacia el que
tiende lo Humano." 'justicia. Paz. Virtud. Libertad. Amor."
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li
que hacen porque tienen menos posibilidades de olvidar que podran no haberlo hecho.
Si por lo tanto la condicin de estudiante no puede deber su
seriedad ms qu~-arpo-rvenir profesional para el que se prepara
o mejor dicho, al hecho de tomarse en serio esa preparacin y si
es verdad que, por diferentes razones y por medios muy diversos,
los estudiantes y sobre todo los ms favorecidos de entre ell~ se
disimulan generalmente la verdad objetiva de su situacin, se comprende que pocas veces se vean impulsados a organizar racionalmente su prctica con referencia a las tareas profesionales que tendrn que realizar y que, manteniendo con su trabajo una relacin
frecuentemente mistificada, no otorgan ms que un escaso inters y un escaso valor a la adquisicin de tcnicas; es decir de recetas, que les permitiran organizar metdicamente su aprendizaje
en vistas a un fin racional, planteado de manera explcita y unvoca. Por ejemplo, profesores y futuros profesores se suelen poner
de acuerdo en despreciar la pedagoga, es decir uno de los saberes ms especficamente ligados a lo que hacen y a lo que habrn
de hacer. Del mismo modo, todo esfuerzo por reintroducir una
disciplina "educativa" en la enseanza superior es inmediatamente percibido por los estudiantes y los profesores como atentatorio
contra la dignidad de unos o como incompatible con la maestra
de los otros.
All tambin estudiantes y profesores concuerdan en el intercambio de imgenes prestigiosas: el profesor que quisiera ensear
las tcnicas materiales del trabajo intelectual, por ejemplo, la manera de hacer una ficha o de constituir una bibliografa, abdicara de su autoridad de "maestro" para aparecer a los ojos de los estudiantes atrapados en la imagen de s mismos como un maestro
de escuela extraviado en la enseanza superior. Todo estudiante
contiene dentro de s un Pguy, aquel al que Mauss llamaba "caja
de fichas". Cuando se enteran de la existencia de las tcnicas intelectuales, como la aptitud para definir los conceptos utilizados o
los principios elementales de la retrica y de la lgica, los estudiantes suelen considerarlas obligaciones insoportables o ayudas indignas, atentatorias contra la imagen romntica del trabajo intelec-
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tual como creacin libre e inspirada. Encontrndose rota toda relacin racional con el futuro probable, el presente se convierte en
el lugar de una fantasa que excluye la misma idea de tcnicas eficaces y de la eficacia de las tcnicas.
No es por lo tanto casual que las "tcnicas" profesionales ms
frecuentemente observadas en el medio estudiantil participen casi siempre de la magia. Al estimular la pasividad y la dependencia,
la lgica del sistema tiende a ubicar al estudiante en una situacin
que no puede manejarse completamente por medios enteramente racionales: por ejemplo, al devaluar el rol de las recetas de xito e ingenindose a veces para disimular las tcnicas materiales e
intelectuales que hacen a su prestigio (y a veces a todo su prestigio), omitiendo o evitando mostrar con toda claridad los criterios
de sus juicios, los maestros en carisma no pueden sino reforzar entre los estudiantes la sensacin de impotencia, de arbitrariedad o
de predestinacin al fracaso. Por su parte, dado que les gusta ms
y les cuesta menos creer en el carisma que manejar laboriosamente las tcnicas, los estudiantes se condenan a una imagen del xito acadmico sobre la cual, en ausencia del talento, slo puede actuar la magia.
Y, de hecho, la investigacin etnolgica descubre que los
estudiantes oponen a la angustia del examen todo un grupo de
"trucos", cbalas y tcnicas, en parte herencias de los antiguos
estudiantes, en parte inventadas por cada uno, para manejar, o
mejor dicho conjurar las mismas amenazas. En ese contexto,
los procedimientos en apariencia racionales se convierten en
movimientos a ciegas que siguen la lgica del formalismo mgico: las revisiones afiebradas de las vsperas de examen no suelen ser otra cosa que ritos propiciatorios; el tomar notas que no
sern reledas es una tcnica para reconfortar al espritu ms
que de acumulacin razonada. "Cuando se termina de trabajar
estamos hasta la coronilla. Ya no se repasa el curso, adems resulta ilegible" (estudiante de letras, veintids aos, Pars, hija
de clase alta). Se transmite como una de tantas recetas colocar
su copia del examen despus de la de un mal estudiante conocido o pasar en el momento justo delante del examinador. Un
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Al mantener con su futuro una relacin contradictoria, el estudiante puede unir el desprecio a los medios racionales que permitiran manejarlo con la adhesin vergonzante a las recetas y trucos, ms mgicos que tcnicos, que le permiten exorcizar las
amenazas.
As, resulta grande la distancia entre el modelo de una conducta estudiantil o profesoral acorde a la racionalidad y la conducta real de estudiantes y profesores. Tal vez estudiantes y profesores tengan en comn la oscura intencin de salvar las ventajas
ocultas que les procura el sistema actual beneficindose absolutamente de las ventajas manifiestas que les asegurara el sistema
opuesto, que es incompatible en tanto tal con el sistema actual. Del
mismo modo que los profesores pueden lamentar la pasividad de
los estudiantes sin ver que es el precio de la seguridad que deben
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,,
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Aqu se hace necesario distinguir entre las funciones que cumple un sistema educativo y los medios de los que se vale para cumplirlas. En efecto! ~l.:v.n~~!o__que se ~stablece en los hechos entre
los valores ms tradicionales y la tradicin pedaggica de la maestra hace olvidar que se podran poner recursos tradicionales al
servicio de fines ms alejados de aquellos que implica el aprendizaje de tareas profesionales estrictamente definidas. La racionalizacin del arte de transmitir la adhesin a los valores de la cultura, por ejemplo en la enseanza de las letras o de disciplinas
artsticas, no es ms inconcebible, despus de todo, que la racionalizacin de la vida religiosa, en el sentido en que la entenda
Max Weber. En todo caso, al debatirse los fines de la educacin
ms til a los intereses de las clases desfavorecidas, se sigue que,
en el estado actual del sistema y de los objetivos que lo orientan,
la racionalizacin de los medios y de las instituciones pedaggicas
est siempre inmediatamente conforme a los intereses de los estudiantes ms desfavorecidos.
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CONCLUSIN
La ceguera frente a las desigualdades sociales condena y autoriza a explicar todas las desigualdades -particularmente en materia de xito educativo- como desigualdades naturales, desigualdades de talentos. 42 Similar actitud se halla en la lgica de un sistema
que, basndose en el postulado de la igualdad focmal de todos los
alumnos como condicin de su funcionamiento, no puede reconocer otras desigualdades que aquellas que se deben a los talentos
individuales. Se trate de la enseanza propiamente dicha o de la
seleccin, el profesor no conoce ms que alumnos iguales en derechos y deberes: si, en el curso del ao lectivo, le sucede adaptar
su enseanza a algunos, es a los "menos dotados" a quienes se dirige y nunca a aquellos a los que su origen social convierte en ms
desfavorecidos. Del mismo modo, si, el da del examen, toma en
cuenta la situacin social de tal candidato, no es porque lo perciba como miembro de una clase social desfavorecida sino que, por
"Recuerden ustedes, seores, el hermoso relato de Juan Crisstomo sobre su entrada en la escuela del rector Libanius en Antioqua.Ubanius tena
por costumbre, cuando se presentaba un alumno nuevo en la escuela, preguntarle por su pasado, sus padres, su pas."
ER.'\"EST RENA""'!, La Rijfff7TIC intellectmlle et morale.
42 No est en nuestras intenciones, al subrayar la funcin ideolgica que cumple en ciertas condiciones el recurrir a la idea de la desigualdad de talentos. discutir la desigualdad natural de las aptitudes humanas, quedando entendido que
no se ve razn para que los azares de la gentica no distribuyan igualmente esos
dones desiguales entre las diferentes clases sociales. Pero esta evidencia es abstracta y la investigacin sociolgica debe sospechar y revelar metdicamente la desigualdad cultural condicionada socialmente bajo las desigualdades naturales aparentes pues no debe apelar a la "naturaleza" ms que a falta de otra causa. Por lo
tanto, jams habr posibilidad de estar seguro sobre el carcter natural de las desigualdades que se constatan entre los hombres en una situacin social dada y, <'ll
la materia, hasta que no se hayan explorado todos los caminos a travs de lo~ llllt'
actan los factores sociales de desigualdad y que no se hayan agotado todos lm
medios pedaggicos para superar su eficacia. Es mejor dudar demasiado ctu <Ir
masiado poco.
104
CONCLUSIN
105
43 No es casual que cuando se intenta discutir la ideologa de los talentos naturales uno se encuentre con la lgica por la cual la tica kantiana del mrito se
opona a la moral antigua de las virtudes innatas, patrimonio de los hombres bien
nacidos.
44 Cf. Apndice 11, cuadro 2.39.
101
CONCLUS IN
107
vent:<.Ya como un destino personal . No hay acuerdo acaso en reconocer en la precocid ad una duplicac in del talento? Es un hecho banal pero cargado de implicac iones ticas el asombro admirativo con el que s;e-,gratii<>a al bachille r de quince aos, "el
agregad o ms joven" o "el politcn ico ms joven de Francia". Las
innumer ables etapas del cursus honorum permite n adems a algunos el prodigio de una eterna precocid ad, pues se puede tambin
ser el acadmi co ms joven. Es incluso en las clases ms desfavorecidas, donde tradicion almente se percibe con ms intensid ad la
herencia social de las aptitude s -se trate de pericia para trabajar
con las manos o de habilida d para los negocio s-, donde a veces se
encuent ra la expresi n ms paradji ca de la ideolog a carismtica: se suele ver invocar la interrup cin de los estudios para salvar,
en ausencia de todo xito, la virtualid ad del talento individual, segn la misma lgica por la cual la clase alta puede comprob ar que
su talento se evidenci a en el xito.
Los estudian tes son mucho ms vulnerab les al esencial ismo
porque, adolesce ntes y aprendic es, estn siempre a la bsqued a
de lo que son y por eso resultan profund amente afectado s en su
ser por lo que hacen. En cuanto a los profesor es, que encarna n el
xito educativ o y que se ocupan del juicio continuo de las aptitudes de los dems, es parte de su moral y de su moral profesio nal
consider ar como talentos personal es las aptitude s ms o menos
laborios amente adquirid as y que imputen al ser de los dems las
aptitude s adquirid as y la aptitud para adquirir aptitude s, y esto
mucho ms cuando encuent ran en el sistema educativ o todos los
medios de evitarse el giro reflexivo sobre s mismos que los conducira a cuestion arse como personas y tambin como miembro s
de la clase instruida., Con frecuenc ia provenie ntes de la clase meda o surgidos de familias de docentes , son mucho ms afectos a
la ideolog a carismt ica, construi da clarame nte para justifica r lo
arbitrari o del privilegio cultural, pues es slo como miembro s de la
clase intelectu al como participa n, aunque sea parcialm ente, de
los privilegios de la burgues a. Si el concurs o de agregaci n genera defensor es tan tenaces es tal vez por ser uno de los privilegios que pueden aparece r como ligados exclusiv amente al mrito
108
CONCLUSIN
109
la falta de talento. En efecto, son los nios provenientes de la clase baja las vctimas elegidas y constantes de estas definiciones
esenciales en las cuales los docentes mal dispuestos (o poco inclinados, como se ha 'Visro, a la relativizacin sociolgica de sus juicios) encierran a los individuos. Cuando la madre de un alumno
dice de su hijo, y con frecuencia delante de l, que "no es bueno
en lengua", se hace cmplice de tres rdenes de influencias deJfavorables: en primer lugar, al ignorar que los resultados de su hijo estn directamente relacionados con la atmsfera cultural de la
familia, transforma en destino individual lo que no es ms que el
producto de una educacin y que todava puede ser corregido, al
menos parcialmente, por medio de una accin educativa; en segundo lugar, por falta de informacin sobre aspectos de la educacin, a veces por la ausencia de algo que oponer a la autoridad de
los maestros, deduce de un simple resultado escolar conclusiones
prematuras y definitivas; finalmente, al darle su aprobacin a este
tipo de juicio, refuerza en el nio la sensacin de que es de tal o
cual manera por un designio de la naturaleza. As, la autoridad legitimadora de la educacin puede multiplicar las desigualdades
sociales porque las clases ms desfavorecidas, demasiado conscientes de su destino y demasiado inconscientes de los caminos por los
cuales se realiza, contribuyen de este modo a su realizacin.
Dado que siempre sigue siendo parcial e incompleta, la percepcin de las desigualdades frente a la educacin conduce a veces a los estudiantes a reivindicaciones difusas que no son ms que
el reflejo invertido de la casustica por la cual los profesores introducen en su juicio, a la hora del examen, la situacin de maestro
de internado en primer lugar, de pupilo de la nacin en segundo
o de poliomieltico en el tercero. La excepcin al sistema sirve aqu
a la lgica del sistema, el miserabilismo generado por el paternalismo. Habiendo ignorado las desventajas sociales en el curso del
aprendizaje, no hay problema en reconocerlos a la hora del examen (pero slo bajo la forma de "casos") porque uno no se obliga ms que a la generosidad. En resumen, tanto entre los estudiantes como entre los profesores, la primera tentacin podra ser la
de usar la invocacin de la desventaja social como coartada o ex-
no
CONCLUSIN
lll
45
La docimologa es una rama de las ciencias de la educacin que estudia
la forma de evaluar los exmenes. (T.)
CONCLUSIN
113
los juicios profesorales se inspiran en criterios particulares, variables segn los profesores y, como en la 'justicia del cad", permanecen directameqt~ UgaAQ:i'! los cas.l)s particulares. Se comprende que los estudiantes estn habitualmente condenados a descifrar
augurios y a penetrar en los secretos de los dioses, con todas las posibilidades de engaarse. Se ve que no hay necesidad de tomar en
cuenta expresamente la desvenuya social de los candidatos paratacionalizar el examen y trab~ar por la racionalizacin de la actitud
respecto del examen, asilo privilegiado de la irracionalidad. En
efecto, los estudiantes de las clases cultas son los mejor (o menos
mal) preparados para adaptarse a un sistema de exigencias difusas
e implcitas pues tienen, implcitamente, el mediq de satisfacerlas.
Por ejemplo, a raz de la afinidad evidente entre la cultura acadmica y la cultura de las clases cultas, los estudiantes originarios de
esa clase pueden manifestar, en este encuentro personal que es
el examen oral, cualidades imponderables que no necesitan ser
percibidas por el profesor para entrar en el juicio profesora!. Las
"pequeas percepciones" de clase son mucho ms intensas que la
percepcin consciente y explcita de los orgenes sociales, que siempre tiene algo de escandalosa.
As, cada progreso en el sentido de la racionalidad real, se trate de la explicitacin de las exigencias recprocas de los docentes
y los alumnos, o incluso de una organizacin de los estudios lo mejor armada posible para permitir a los estudiantes de las clases desfavorecidas superar sus desventajas, sera un progreso en el sentido
de la equidad: los estudiantes provenientes de la clase baja, que son
los primeros en sufrir todos los vestigios carismticos y tradicionales y que estn ms predispuestos que los dems a esperarlo todo y
a exigirlo todo de la enseanza, seran los primeros en beneficiarse de un esfuerzo por liberar a todos de este conjunto de "talentos"
sociales que constituyen la realidad del privilegio.
114
Septiembre de 1964
APNDICES
Apndice 1
Los estudiantes en Francia
Datos estadsticos desde 1900
hasta 196346
46 Esta documentacin
ha sido estableeida en el Centre de Sociologie Europenne a partir de datos provistos por el INSEE y el BUS.
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2.040
2.864
825
2.680
3.171
4.370
4.016
6.894
7.665
7.531
8.054
12.070
14.592
16.752
29.020
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112.144
:48.517
)6.843
~76.590
:11.250
72.215
118.170
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950
1900-01
252 2.119
803
1.264
1910-11
794
239 2.620
482
1915-16
291
948
80
1.596
1920-21
266 2.640 1.055
1.971
1925-26
458 3.000 1.180
2.988
1930-31
571 4.254 1.828
3.169
1935-36
451 3.932 1.317
1940-41
5.550
388 3.657 1.832
5.496
1945-46
745 6.242 2.624
7.556
1950-51
933 8.147 3.083
9.679 1.157 9.511 3.826
1955-56
1960-61 ( 1) 15.486 2.217 12.267 6.357
1961-62
19.020 2.889 13.805
1962-63 (2) 22.160 3.361 16.440 8.478
299
278
135
467
621
1.077
1.025
2.014
2.007
2.108
2.758
4.731
669
1.043
240
744
1.015
1.397
1.047
864
1.172
1.820
2.426
3.706
4.578
6.028 5.254
!-----
el nmero de
estudiantes <e ha
multiplicado por
oI:
23
13
11
20
566 1.209
1.272 1.893
587
64
2.737 1.475
2.931 2.420
3.197 3.748
2.180 3.221
3.560 2.475
3.954 6.225
4.199 6.382
4.685 7.406
10.007' 11.503
10.471 13.101
12.951 14.612
.
--- ------
23
12
1.610
2.028
654
2.615
2.428
3.810
3.126
4.900
5.091
5.685
7.054
10.509
13.361
15.802
----- --
1.027
1.886
356
2.002
2.554
4.287
3.105
1.158
3.894
4.602
5.231
8.294
8.682
9.830
12.381
17.326
5.522
21.232
25.123
31.886
32.577
23.352
53.427
58.958
64.151
77.796
81.617
90.354
1.028
1.314
428
1.238
1.578
2.107
1.969
2.626
3.118
4.127
4.546
6.843
6.310
7.412
1.609
1.995
651
1.946
1.929
2.850
2.647
4.207
5.032
6.343
7.161
11.092
9.253
9.323
10
2.458
3.091
881
3.409
3.575
4.965
4.998
6.695
6.958
7.865
9.258
13.315
15.351
17.230
2.889
3.255
2.760
2.543
4.520
5.069
~34.408
5.343
152.246
214.672
8.479
11.686
244.814 (3)
276.848 (3)
12.444
- - - - - - ----- ----- :------ e---------
--
( 1) A partir de 1961, los nmeros comprenden a todos los estudiantes de las universidades; es decir, los inscriptos en facultades ms los no inscriptos que pertenecen
a establecimientos vinculados a universidades o facultades.
Para 1962-63.1os resultados son provisorios; los resultados definitivos hicieron aparecer nmeros algo superiores a los registrados. .
total comprende tambin a los estudiantes de las universidades de Nantes.Orleans y Reims,o sea 7.147 en 6,62 y 8.417 en 62-63.
120
~ ~ ~ ~~~ ~ -~ ~
__ PROVINCIAS
EN CONJUNTO
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1
1910-11
1915-16
1920-21
1925-26
1930-31
1935-36
1940-41
1945-46
1950-51
1955-56
1960-61
1961-62
117.326
5.522
' 21.232
25.123
31.886
32.577
1 23.352
53.427 :
58.9581'
64.151
1 72.449 i
76.707 :
2.121112,2
1.447 J 26,2
3.200 15,1
5.445 21,7
8.487 26,6
9.251 28,4
9.020 38,6
18.357,34,3
20.227 35,3
23.638 ! 36,8
31.028,42,8
32.882 42,9
23.864
: 7.044
28.195
33.119
1 46.438
: 41.201
: 49.963
67.488
75.135
88.095 i
130.9261'
155.903
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Parfs -
Provincias _
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1.833 7,7
41.1901 3.954 14,7
1.761,25,0
12.566
3.208 25,8
4.100 14,5
49.727
7.300 6,0 1
1
6.7871 20,5
58.242 ~ 12.232 25,5
11.701 25,2
78.324 20.188 21
11.030 26,8
73.778 20.281 27,51
15.811 32
72.715 24.831 34,1
20.268 31,4 117.915 38.625 32,7 '
1
25.384 33,8 134.093 : 43.611 34
31.752 136,5 1 152.246 55.390 136,4
52.540140,1 203.375. 83.5681 41,1
63.932,41
!232.610 1 96.814. 41,6
121
La participacin de mujeres en el conjunto de la poblacin universitaria ha pasado del6% en 1906 al41,6% en 1962. Si se hace abstraccin
de los cambios debidos a las dos guerras, esta progresin es regular.
En 1906, las estddiantes-ernn proporcionalmente dos veces ms numerosas en Pars que en provincias, pero esa diferencia se ha vuelto insignificante a partir de 1916y, desde entonces, pese a algunas irregularidades
de las cuales la ms importante coincide con la guerra de 1939-1945, la
feminizacin de las universidades ha progresado, en trminos generles,
del mismo modo en Pars que en provincias. El ligero porcent<Ye (constantea todo lo largo de la progresin) a favor de las estudiantes de Pars
podra indicar que la resistencia al abandono de los modelos tradicionales es ms fuerte en provincias. El fenmeno es perceptible sobre todo
en la primera fase de acceso de las estudiantes a la universidad, es decir
antes de 1911. En 1962, las estudiantes representan et 43% de la poblacin total en Pars y el41% en provincias.
Contrariamente a la impresin que suscita la creencia sobre el nmero de estudiantes parisinos (para un grupo que se ha mantenido ms
o menos idntico), la participacin de Pars en el conjunto de la poblacin estudiantil ha variado muy poco desde 1900 hasta 1955, siendo del
42,7% en 1900-1901 y del43,9% en 1950-51 (por causa en parte de una
fuerte desercin debida a la guerra y a la ocupacin), luego decreci regulannente del42,1% en 1955-56 al 32,5% en 1962-63 (pasando por el
39,2% en 1957-58,37,9% en 1958-59,35,9% en 1959-69,35,6% en 196061 y 33,0% en 1961-62).
122
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63O~t----------------------------------
123
El crecimiento global de las cifras que, pasando de 29.759 en 190001 a 266. 556 en 1962-63, se ha multiplicado por nueve, afecta de manera diferenciada a las distintas facultades. El nmero de estudiantes en
las facultades de fani:i~cia, pasai:iao de 3.'347 en 1901 a 10.174 en 196263, se ha multiplicado por tres. En el mismo tiempo, el nmero de estudiantes de derecho, pasando de 10.152 a 45.511, se ha multiplicado por
cuatro, del mismo modo que el nmero de estudiantes de medicina (o
sea de 37.633 contra 8.627). La evolucin de las cifras es sin embargo m's
irregular en derecho que en medicina. Las cifras han tenido una evolucin paralela en ciencias y en letras a pesar de ciertas irregularidades. En
efecto, estas dos disciplinas han visto multiplicarse sus cifras por veintitrs entre 1901 y 1963, pasando los estudiantes de ciencias de 3.910 a
88.175 y los estudiantes de letras de 3.723 a 85.063. Desde 1956, las dos
curvas tienden incluso a confundirse. Si el abandono de derecho y de
medicina se explica claramente por el hecho de que sus salidas laborales
estn poco desarrolladas, el hecho de que las letras continen incrementndose debe imputarse parcialmente a la inercia cultural.
Es despus de 1945 cuando las cifras, muy cercanas entre las diferentes facultades y relativamente estables (sobre todo entre 1921 y 1941),
muestran un crecimiento global, muy desigualmente repartido segn las
facultades. Las tasas de crecimiento de la poblacin no han dejado de
elevarse desde 1946, habindose multiplicado por tres las cifras en ese
perodo. Como lo observa Raymond Aron, 47 el crecimiento de la demanda social de educacin se debi por varios aos a la aceleracin del crecimiento econmico en el conjunto de Europa occidental, cuyas repercusiones en el nivel de vida no fueron perceptibles hasta despus de 1950.
(Vase el grfico de la pgina siguiente.)
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1.4. La evoluddn'~latlistrlbudn
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1900-01
1905-06
1910-11
1915-16
1920-21
1925-26
1930-31
1935-36
1940-41
1945-46
1950-51
1955-56
1960-61
1961-62
1962-63
----
DERECHO
CIENCIAS
LETRAS
MEDIO NA
FARMAOA
33,9
42,9
41,8
27,9
34,9
29,9
26.6
29,4
28.2
34,4
27,5
23,3
16,5
16,5
17,1
13,2
16,8
14,8
21,7
21,9
21,6
19,8
15,4
19,9
18,6
19,5
25,2
33,5
32,4
33,1
12,6
14,7
15,2
19,2
15,9
21
23,5
23,4
25,8
23,6
26,2
27,5
30,7
31,5
31,9
28,9
19,6
24,1
26
22,8
21,1
23.1
24,1
17,9
16,6
21,7
19,2
15
15,6
14,1
11,4
6
4,1
5,2
4.5
6.4
7
7,7
8,2
6,8
5,1
5,0
4,3
4,0
3,8
TOTAL
100
100
100
100
100
100
100
100
100
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100
100
100
100
100
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lf-f' Ji
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El anlisis de las participaciones relativas de las diferentes facultades hace aparecer una inversin que las cifras absolutas (en aumento para todas las disciplinas) no revelan tan claramente. Los estudiantes de
las facultades de letras y de ciencias representan hoy el 65% de la poblacin estudiantil, mientras que no constituan ni la cuarta parte a comienzos del siglo XX. En el mismo tiempo, las facultades de derecho y
de medicina conocieron una evolucin simtrica e inversa, decreciendo
ligeramente la participacin de farmacia. (Vanse los grficos de la pgina siguiente.)
126
127
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0,1
0,6
0,9
3,7
4,9
8,6
12,3
14,5
20,3
22,3
26,2
28,5
29,1
29,3
2.5
5,4
7,4
26,9
12,1
13,0
20,0
22,7
28,4
26,7
24,8
27,5
32,2
32,1
LETRAS
MEDlClNA
FARMAClA
5,9
6,9
11,5
23,4
12,5
17,6
18,7
21,6
23,6
21,3
22,4
22,9
25,2
25,6
2,3
2,8
3,3
25,3
23,2
31,8
36,6
44,0
52,8
53,0
54,5
55,3
59,3
59,8
.
6,5
22.2
34.4
58,4
40,3
47,0
49,5
47,9
54,0
54,1
54,7
57,1
62,4
63,3
TODAS lAS
DlSClPUNAS
3,2
6,0
9,6
25,5
14,7
21,0
25,8
27,6
33,9
32,7
34,0
36,4
41,1
41,6
..
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...
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1
1901
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DERECHO
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1900..01
1905-06
1910-11
1915-16
1920-21
1925-26
1930-31
1935-36
1940-41
1945-46
1950-51
1955-56
1960-61
1961-62
10 ~o,
16
21
26
31
36
...
-...
""-
41
46
51
56
62.
61 63
Derecho
Medicina
Ciencias
Letras
Farmacia
Estas cifras reconstruyen las etapas de una verdadera mutacin cultural, la que en medio siglo ha llevado la representacin de las estudiantes del3% al41 %. 48 Pero la progresin de las tasas de estudiantes ha sido variable segn las disciplinas.
No todas las disciplinas han tenido una feminizacin tan precoz, tan
rpida, tan sostenida; es a las facultades de letras a donde se han dirigido
en principio las estudiantes: la proporcin de mujeres fue all del34% desde 1911 mientras que en todo el resto permaneci inferior al15%. Es en
derecho donde su aparicin es ms tarda: en 193llas mujeres no representaban ms dell2%. Las ciencias, a diferencia de letras o de farmacia,
han tenido un crecimiento regular superior al de derecho y medicina.
Ms all de las fluctuaciones en el corto plazo, se notar que a escala de medio siglo, la estructura del medio estudiantil ha cambiado radicalmente, como lo muestra el esquema aqu abajo:
>30%
LETRAS O
CIENCIAS
> 15%
DERECHO O
MEDICINA
48
FARMACIA
128
129
..H
60
! ..
--
,
. ... ...
,
,
... ...
.
.
. _.
55
::
:
:
:
:
50
45
40
35
30
~':.
':.
....
..
25
20
15
10 ...
06
11
16
21
11
26
31
36
41
46
51
56
62
61 63
- - Derecho
Medicina
Ciencias
Letras
Farmacia
Medicina y farmacia deben ser consideradas por separado. Farmacia se ha feminizado desde 1911 y a un ritmo muy rpido, que ha alcanzado en 1941 el de letras (constituyendo las mujeres en uno y otro caso
la mitad de la poblacin estudiantil). En cuanto a medicina, que es hoy
la menos femenina, ha tenido sin embargo desde 1901 a 1911 un porcentaje de mujeres superior al de ciencias, derecho o farmacia, pero su tasa
de crecimiento se debilit muy pronto.
130
AO
POBLACIN
POBLACIN
TASA
FRANCESA
ESTUDIANTIL
DE ESCOLARIZACIN
( 19-24 ANOS)
(19A24ANOS)
f--
50
1911
1936
1946
1954
3.707.000
3.285.000
3.760.000
3.770.462
1957
1958
1959
1960
1961
1962
1963
3.650.000
3.613.144
3.591.047
3.509.000
3.409.171
3.383.600
3.420.700
..
.
.
..
...
.2
"O
25.940
46.488
76.810
92.341
0,7
1,4
2,0
2,4
104.330
118.295
126.021
126.596
129.535
148.699
172.611
2,8
3,3
3,5
3,6
3,8
4,4
"'
E
~
.o
VI
.,
o
oc
.,"'
-~
.t:l
Vl
5,0
Se trata de una estimacin aproximada que ha sido obtenida relacionando la ~oblacin estudiantil de diecinueve a veinticuatro aos en el conjunto de
la franJa _d~ edad correspon?~e~_te. Para los aos 1911, 1936 y 1946 no se dispone
?e estad1sucas que den la dn'lsiOn por aos de los estudiantes. Dado que la franJa_ de edad de diecinueve a veinticuatro aos representa, en promedio, para los
anos 1950 a _1962 el 65% de la poblacin estudiantil, se ha supuesto que represe~taba la mtsma proporcin en los aos anteriores al igual que para 1960 y 1963
(anos en los cuales las estadsticas de la divisin por edad no estn disponibles).
Por otra parte, la tasa de escolarizacin as obtenida es ligeramente menor pues
no t~ma en cuenta a los alumnos de ciertas grandes escuelas y de los institutos
asociados a facultades o universidades, as como tampoco a los alumnos de la ensea~za secundara que pertenecen a la misma categora.
31
Estando la franja de edad de diecinueve a veinticuatro aos de la poblacin francesa en ligero retroceso, de 3. 707.000 en 1911 a 3.420. 700 en 1963.
52
La participacin de los estudiantes de diecisiete aos o menos representa menos del 3% de las cifras de la enseanza superior.
131
CATEGORAS
SOCIOPROF(SIONALES
1----
DERECHO
CIENCIAS
-----H
EN
----
-~
Asalariados rurales
Agricultores
CONJ.
-EN CONJ.
1------
LETRAS
MEDICINA
--,--
--f---.-------
"
NI
EN CONJ.
1~
...
------
EN CON].
FARMACIA
GENEMl
EN
--- i--
1-----------
TOTAL
TOTALES
CON].
- - 1------
EN CON).
1-------
107
39
146
314
140
4S4
S4S
39
12
SI
12
697
Sil
1.208
1.234
608
1.842
3.112
1.395
4.507
1.586
2.229
3.815
941
251
1.192
162
273
7.03S
4.7S6
11.791
Penonal de servicio
183
17
260
581
230
811
Bl
331
562
136
67
203
18
1.140
714
1.854
Obreros
Ll25
540
1.665
4.m
1.743
6.096
1.939
2.765
4.704
750
258
1.008
63
125
188
8.230
5.431
11.661
Empleados
2.216
1.044
1260
4.419
2.079
6.498
1.414
2.566
3.980
1.728
757
2.485
176
270
446
9.953
6.716
16.669
Dueos de industria
y de comercio
3.904
1.908
5.812
8.172
3.787 11.959
4.233
8.141
12.364
3.962
1.469
5.431
776
1.193
n.m
965
458
1.423
1.245
1.102
2.352
1454
871
442
1.313
171
277
Niveles medios
1926
1.657
5.583
7.638
4.m 11.895
3.008
1.151
4.159
463
741
37.921
Ntveles altos
6.291
1041
9JJ2 12.290
7.189 19.479
4.971
8.042
3.239 11.281
1.481
2.410
60.374
2.464
984
1448
1860
1.681
5.541
1.641
2.348
3.989
1.075
348
1.421
164
204
368
9.204
5.565
14.769
Otras categorias
2.157
1.017
3.174
2.383
1.187
3.570
1.660
2.364
4.024
3.701
U78
5.079
114
136
250 IO.OIS
6.082
16.097
8.930 J2JI2
3.413
5.168
Industriales
Total general
1.782
11.420 16.391
21.607 10.915 34.522 47.122 23.688 78.810 22.950 42.504 65.454 23.382
448
4.354
4.066
8.420
~
=
o
e::
e::
o<
'---
IJl
15
z
DERECHO
CATEGORiAl
~OOOPROFESIONALES
LETRAS
11EDICINA
FARMACIA
------ - - - - -
EN CON.
fN CON.
"
EN CON).
"
EN CONI.
fM
CONJ.
EN CONI.
----------
0.45
0,35
0,4
0,7
0,6
0,6
1,0
0,7
0,8
0,2
0,1
0,2
0.1
0,1
0,1
0,6
0,6
0,6
Agricultores
5,2
5,6
5,3
6,6
5,9
6,3
6,9
5,2
5,9
4,0
2,8
3,7
4,8
5,1
5,0
5,8
-~52
5,6
Personal de servicio
0,8
0,7
0,8
1,2
1,0
1,1
1,0
0,8
0,9
0,6
0,7
0,6
0,3
0,2
0,2
1,0
0,8
0,9
Obreros
4,8
4,9
4,8
9,2
7.3
8,6
8,4
6,5
7,2
3,2
2,9
3,1
1,8
2,35
2,2
6,8
5,9
6,4
Empleados
9,4
95
9,4
9,4
8,8
9,1
6,2
6,0
6,0
1,4
8.5
7,7
5,2
5,0
5,0
8,3
: 7,3
7,9
16,5
17,5
16,8
17.3
16,0
16,9
18,4
19,2
18,9
16,9
16,5
16,8
22,7
22,25 22,5
17,4
18,0
17,7
4,1
4,2
4,1
2,6
2,3
2,5
4,8
5,5
5,3
3,7
4,9
4,1
5,0
5,2
5,1
3,6
'M
4,0
Industriales
Niveles medios
16,65
15,2
16,2
16,2
18,0
16,9
22,0
23.6
23,0
12,9
12,9
12,9
13,6
13,8
13,7
16,7
19,5
17,8
Niveles altos
26.65
27,85 27,1
26,1
30,3
27,6
21,7
26,9
25,1
34,3
36,3
34,9
43,4
44,9
44,2
21,5
29.9
28,5
Rentistu, sin
profesin
10,4
8.2
7,1
7,8
1,2
5,5
6,1
4,6
3,9
4,4
4,8
3,8
4,2
7.6
6,1
7,0
8,3
6,7
Otras categoras
Total%
Nmero total
de estudiantes
9,15
100
9,1
9,3
1100
10,0
9,2
100
5,1
100
5,0
100
5,1
100
7,2
100
5,6
100
6,1
100
15,8
100
15,4
100
15,7
3,3
100
1
2,5
100
2,9
100
100
.,
;l
[JJ
l:'l
Asalariados rurales
Dueos de industria
y de comercio
CIENCIAS
100
1100
7.
7,6
100
-::::
134
CATEGORIAS
DISTRIBUCIN DE
ESTUDIANTES
PoBLACiN
ACTIVA
SOCIOPROfESIONALES
(1961-62)
(CENSO DE 1962)
CIFRAS
CiFRAS
NMERO
DE ESTUDIANTES
POR CADA
MIL PERSONAS
ACTIVAS
DE LA CATEGORIA
DE ORIGEN
%
~
1.208
829.600
43
1,4
11.791
56
3.011.600
157
3,9
1.834
1.042.020
54
1,7
Obreros
13.661
64
7.024.040
367
1,9
Empleados
16.669
79
2.416.300
126
6,8
Dueos de industria
y de comercio
- Industriales
-Artesanos
- Comerciantes
Patrones pesqueros
37.535
8.420
1.376
20.739
177
40
104
1.996.560
78.780
611.000
1.287.340
19.440
18
106,8
13,7
16,1
Niveles medios
37.921
178
1.490.500
78
25,4
Niveles altos
Profesiones liberales
- Profesores
Niveles administrativos
superiores
60.374
20.900
11.464
91
168
285
761.040
124.340
126.040
40
6
79,3
168
91
28.010
55
510.660
27
55
14.769
70
Asalariados rurales
Agricultores
Personal de servicio
Otras categoras
Total
39
98
16.097
76
592.800
211.879
1.000
19.164.460
'
4
32
66
135
31~
1.000
-----
11
------
NOTA METODOLGICA53
53 Por
136
mos el da de su nacimiento) de acceder normalmente a la enseanza superior, siendo conocida la profesin de su padre.
El estado civil de las generaciones que vieron a cierta cantidad de
sus miembros entrar en la universidad en 1961 proveera, con ciertas
reservas, una respuesta al problema planteado pues se encontrara all la
profesin del padre al momento del nacimiento del nio y por lo tanto
la distribucin por categora socioprofesional de los nios nacidos vivos.
Habitualmente, las declaraciones de profesin dejan aparecer imprecisiones siempre peligrosas, pero sobre todo desviaciones sistemticas
mucho ms graves, inspiradas por la bsqueda de denominaciones eufemsticas: de estudios actualmente en curso en el Ministerio de Educacin
nacional surge que se deben formular las ms expresas reservas sobre el
tema de las declaraciones de alumnos del liceo sobre la profesin de sus
padres.
En una sociedad donde la estructura social fuera estacionaria y los
comportamientos lo suficientemente estables en el tiempo, las relaciones A tal como se las define ms abajo se acercaran bastante a la probabilidad buscada:
Las relaciones
137
B1 pueden escribirse:
Bl Bl
+Rl
B l_
1 + 2 t " ... " ''"'ic
Siendo B1 la proporcin original de la categora socioprofesional
no k, de manera que el nmero de estudiantes que, a su nacimiento, pertenecan a la categora social n k es:
1 N2 B2k+...... Nk B k
k
N I B k+
Donde
NI
1:.
54
A=
es la expectativa matemtica de paso de k a 1 para un hombre que pertenece a k en la edad en que puede ser padre.
En la medida en que las mutaciones de categoras sociales no pudieran tener ya lugar despus de esa edad se tendra evidentemente:
~--~-~--~~--.~-~-~-.-~--~~--~~~-----~~
y:
De manera aproximada es el caso de las categoras cuya entrada est determinada por:
la posesin de un patrimonio (industriales, comerciantes)
la posesin de un ttulo universitario (niveles altos)
54
En sentido demogrfico.
138
139
En compensacin, para las categorias en las que el pasaje no es obligatorio no podra suceder igual y A ~ B. Corno no se puede actuar ms
que estimando los rdenes de amplitud, los dos conceptos pueden considerarse equivalentes.
HfS 19
M
o
Mk
~~--
en todo estado de duda el sistema en A no puede ser completamente resuelto en general (sistema den ecuaciones con n 2 desconocidas).
Las relaciones B son de un valor operacional realmente superior a
la relacin A; son suficientes para determinar la expectativa subjetiva vivida en la poca en que nos ubicarnos (es decir la probabilidad de acceder a la enseanza superior tal corno se la puede estimar por medio del
conocimiento cotidiano).
Por lo tanto, slo es posible una estimacin de By aun as muy imperfecta:
A.
}:Hf
es la cifra de una cohorte de nios provenientes de una categora
social correspondiente.
Apndice'2
Algunos documentos
y resultados de encuestas55
55
ORIGEN
DE LOS RECURSOS
<
:,
"'
CSP
%
DEL PADRE
:0
"'~
I'
~ ;1:
"''
:::>
1-
z~"'~
Gl =
~ ~
~~
~
1- +
16,5
100
(48)
l9
lOO
(18)
27
14,5
21
21
Artesanos, comerciantes
22
22
11
Ejecutivos y docentes
12,5
37,5
12,5
15
22.5
100
(40)
11,5
58
1,5
11
18
100
(71)
(30)
(67)
( 18)
(25)
(37)
"'
~
~
---
f--..
Niveles altos
(177)
Estudiantes de sociologla
ORIGEN
DE LOS RECURSOS
<
;1:
'
:::>
CSP
DEL PADRE
"'
~
~ ~
~ "'
~ ;1:
<'
"'~:0
1-
t-+
"'~
f~
g
1-
%
-
23
10
13,5
43,5
10
15
45
Niveles medios
15
39
Niveles altos
13,5
so
(33)
(88)
".~~
B" .
(41)
19,5
(21)
(31)
100
(30
100
(40)
-----
100
(46)
100
(98)
(214}
144
Se ve en los cuadros 2.1. y 2.2. que la participacin de los estudiantes q~~ ~btienen sus recursos de una beca o de un trabajo personal (por
opos1c10n a aquellos que viven gracias a la ayuda de sus familias) estn
en funcin del origen social pero ese vnculo parece ms fuerte en Jos
grupos de filsofos que en el de socilogos.
.. _..., ....,,.
~
E
2.3. El alojamiento
145
TRABAJO
NO TRABAJO
ToTAL
36
64
100
Artesanos, comerciantes
25
75
100
Niveles medios
25
75
100
Niveles altos
11
89
100
TRABAJO
NO TRABAJO
TOTAL
TIPO DE ALOJAMIENTO
!:!Cl
f
~
g
z
u
o
CSP
DEL PADRE
<(
:::>
Estudiantes de sociologa
12
~
-'
f
<(
29,5
56
14,5
100
(95)
53,5
46,5
100
-------
Artesanos, comerciantes
34
57
100
(65)
Niveles medios
35
53
12
100
(91)
Niveles altos
50
37
13
(177)
(208)
(55)
100
( 189)
Artesanos, comerciantes
28
100
72
- -1---
Niveles medios
24,5
75,5
100
-----
Niveles altos
25,5
74,5
100
(440)
La resi~encia ~o_n los padres, que determina una experiencia particular de la VIda cotldtana y del trabajo, es mucho ms frecuente cuando
el origen social de los estudiantes es ms alto. La dependencia ms completamente aceptada o ms intensamente experimentada suscita entre
los estudiantes que viven con su familia conductas, actitudes y opiniones
completamente originales.
146
147
Estudiantes de sociologa
~
it
1
::>
C1
UJ
.~
~
1
~ ~
-'
:!:o
CSP
%
DEL PADRE
6,8
Rurales. obreros,
~-
---
20,5
16
4,2
--
51
20
33
100
100
41
~.-
Artesanos, comerciantes
1,5
12,5
48,5
24
35
7,8
29,5
Si
TOTAL
44
lOO
56
--~
45
SS
100
Niveles medios
42
58
100
Niveles altos
32
68
lOO
--
Empleados, niveles
subalternos
No
100
--~-
Niveles medios
Niveles altos
11,5
58
1,5
13
28
100
11
18
lOO
-'-
Una disciplina como la sociologa que puede entrar, a ttulo de cornel "diplemen to, en los program as de estudio s ms diversos, deja ver que
dr los
bre
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Se ve que tanto en un grupo de socilogos como en uno de estudiantes mujeres, la tasa de adhesin al sindicato es claramente ms fuerte para los estudiantes o las estudiantes provenientes de clase baja. Pero
la diferencia parece desaparecer en el caso de la participacin en una responsabilidad sindical: los estudiantes provenientes de la clase alta y de los
sectores medios reencuentran una representacin que no corresponde
a su tasa, ms dbil, de sindicalizacin.
150
151
Desde la entrada a la facultad, el histograma que representa la distribucin de edades para los estudiantes provenientes de las diferentes clases hace aparecer que la parcipacin de los estudiantes originarios de estas clases que enen la edad educava modal (en relacin con el conjunto
de estudiantes originarios de esa clase) se eleva a medida que se va a las
categoras ms favorecidas; o, lo que resulta ser lo mismo, que la distribucin es mucho ms regular cuando el origen social es ms elevado (vase
deb:Yo el cuadro que presenta las diversas etapas y las variaciones de las
distribuciones de edad en primero y segundo ao segn el origen social).
La distribucin de la edad para los estudiantes de clase baja es ligeramente bmodal. A medida que se avanza en el cursus acadmico, las distribuciones toman caracteriscas cada vez ms diferentes. En el caso de las
clase baja, las edades mnimas dejan de estar representadas ms rpido.
Aparece tambin en los lmos aos una tendencia al aumento de la parcipacin relativa de los estudiantes provenientes de clase baja. Se descubre aqu otra desventaja de estos estudiantes. El estancamiento en la
carrera acadmica que, condenndolos a estudios ms prolongados, les
da en las estadscas globales sobre el origen social un peso relavo mayor y desdibuja en parte el fenmeno de eliminacin del que son vcmas.
Para explicar el estancamiento propio de los estudiantes de clase
baja (presencia creciente de la edad modal de estos estudiantes) hay que
usar aqu el mismo razonamiento que lo que concierne a la representacin de los estudiantes en las disciplinas-refugio (cf. p. 18-19).
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La simple comparacin de los promedios muestra que el nmero de obras vistas en escena se eleva cuando se pasa
de la clase baja a la media y alta. En todos los casos, la media se sita de cuatro a ocho, pero un,.a parte (un cuarto) de
los hijos de clase alta obtiene resultados superiores al promedio de la categora y al promedio de la poblacin global.
No hay diferencias sensibles para el acceso al teatro por medio de la radio y la televisin; para todas las categoras
la lectura es el modo ms frecuente de acceso al teatro.
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El conocimiento de los tipos de arte ms consagrados (particularmente por la educacin) es el ms fuertemente representado cualquiera que sea el origen social.
Pero la estructura de los diversos gneros de conocimiento vara segn el origen social: para la clase baja (hijos de trabajadores rurales y de
obreros), las diferencias marcadas aparecen entre los gustos por los tipos
de arte ms consagrados educacionalmente (clsicos y modernos con~a
grados) y los intereses artsticos menos ligados a la educacin; a mtdida
que el origen social se eleva la disparidad se atena y alcanza su mnimo
entre los hijos de niveles altos.
Se ve el sentido de este desplazamiento de constelaciones de conocimientos: dado que los estudiantes de clase baja y de clase media estn
reducidos al acceso mediato organizado principalmente por la educacin
(la lectura), es normal que sus gustos se dirijan a las obras ms escolares;
esta tendencia no podra ms que reforzarse por la actitud respecto de
la educacin y la cultura que deben a su medio.
La disparidad segn el origen social es mxima en el caso del teatro
de vanguardia donde la diferencia es estadsticamente muy significativa entre la clase b,Ya, la media y la alta (X2 =15, significativa en P.Ol.).
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Se percibe aqu con qu fuerza puede actuar el medio social de origen sobre el comportamiento cultural de los estudiantes.
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elevadas (flechas gruesas) o segn que los dos lo sean al mismo tiempo
(diagonal del cuadro) sin o tambin, para un valor ftio de cada una de las
dos variables, la otra tiende, par si misma, a jerarquizar los resultados: dicho de otro modo, a abuelo equivalente, los resultados tienden a ser mucho ms altos cuando la posicin del padre es ms elevada (lectura por
lneas) y, a padre equivalente, la posicin del abuelo tiende tambin ajerarquizar los resultados (lectura por columnas).
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Total general
Aqu tambin la simple comparacin de los promedios muestra que el nmero de obras escuchadas en concierto se
eleva cuando se pasa de las clases baja y media a los hijos de la clase alta. La comparacin de los promedios indica que el
acceso directo a travs del oncierto es ms raro que el acceso indirecto a travs del disco. Por otra parte, para los h~jos de
la clase alta, la distribucin entre conocimientos a travs del concierto es claramente bimodal: clase Oy clase de "4 a 10"
(un tercio de los individuos de esta categora tienen un resultado igual o superior al promedio ms alto). Se constata aqu
una tendencia caracterstica de la categora de los hijos de clase alta: una fraccin apreciable de la c:ltegora (un tercio o
un cuarto) se distingue por su alto desempeo del resto de la categora y del COJ!junto de la poblacin estudiantil. Esto
parece indicar que los privilegios culturales aqjudicados a un alto origen social no funcionan en todos los casos.
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2.26. El trabajo
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En numerosos casos y segn la edad, se constatan variaciones de sentido inverso entre los estudiantes de sociologa y los de filosofia. Mientras
que entre los estudiantes de filosofia la filiacin religiosa crece cuando se
va de los ms jvenes a los ms adultos, decrece entre los socilogos: inversamente, las opiniones polticas de extrema izquierda decrecen entre
los primeros mientras que crecen entre los segundos. Para explicar estas
extraezas aparentes, hay que pensar en principio que, en oposicin a la
filosofia, licenciatura de enseanza, la sociologa es una disciplina de salida laboral relativamente incierta; as resulta un refugio de estudiantes
que suelen venir de disciplinas ms clsicas. Si se recuerda por otra parte que la antigedad acadmica es un ndice de fracaso o de menor adaptacin a la universidad, se puede concluir que la antigedad en este grupo representa la verdad tendencial del grupo, al lmite de la patologa. Si
finalmente se sabe que muchos ndices demuestran que los estudiantes
de sociologa adhieren ms fuertemente que los dems a los valores de la
inteligentsia, se comprende que los ms veteranos de entre los socilogos
presenten la forma ms acentuada del tipo "intelectual".
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lnteligentsia
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2.39. El origen soda/ de los candidatos admitidos en primer ao de facuhad (de 1951-52 a 1961-62)58
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Se ve que a partir de l957la participacin relativa de los estudiantes de origen obrero (o campesino) aHmitidos en
la facultad deja de ser sistemticamente superior a la participacin de candidatos de la misma categoria social. Se ve incluso comenzar una tendencia a la reduccin del contingente de hijos de obreros y campesinos que entran en la universidad: de 30 a 27% para los obreros y de 24 a 19% para los campesinos. Se puede sealar, por otra parte, que incluso en el caso de una poltica que busca favorecer la educacin de los sectores populares, el medio rural sigue
relativamente desfavorecido con relacin a los obreros: la participacin de 168 hijos de obreros admitidos en facultades es regularmente superior a la de los hijos de campesinos mientras que, en la poblacin activa, los trabajadores de
la industria y de la construccin representan el 28% y los trabajadores de la agricultura el48%. 60
58
59
La primera cifra indica el porcenlli!ie de candidatos de la categora con relacin al conjunto de candidatos; la segunda cifra,
el porcenlli!ie de los estudiantes de la categora que han sido admitidos con relacin al conjunto de los caddidatos admitidos.
60 Fuente: Roa.nik statystycz.ny 1962: Distribucin de la poblacin activa en Polonia en 1960.
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Se ve que las posibilidades de acceso a la enseanza son regularmente ms altas para los hijos de los sectores superiores y que este porcentaje es an ms marcado cuando el grado de educacin es ms elevado: en
efecto, los hijos de la clase alta tienen dos veces y media ms de posibilidades de entrar en el liceo y cuatro vecerms de entrar en la universidad que
los hijos de obreros. Por otra parte, el tipo de estudios secundarios permanece tambin ligado al origen social, encontrndose que son esencialmente los hijos de obreros los que realizan estudios secundarios en escuelas tcnicas.
61
SANDORNE,
Statisztikai sz.emie,
Niveles superiores,
intelectuales
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Total de niveles
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Obreros calificados
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13
17
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Obreros especializados
34
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17
16
11
23
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29
14
17
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Peones. etc.
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173
EN LOS LICEOS
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Porcentaje de alumnos de una categora social que hayan obtenido las mejores y las peores notas con relacin al total de alumnos de la categora.
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Si la desventaja debida al origen social es revelada por las orientaciones educativas, es normal que los hijos de los
niveles superiores obtengan los mejores resultados cuando han recibido la formacin ms clsica o menos dsica mientras que los estudiantes provenientes de la clase ba,ja la adquieren en el subgrupo de los latinistas porque sin duda deben de haber cursado latn por una particularidad de su medio familiar y porque, perteneciendo a una categora donde esa orientacin es menos habitual, han debido manifestar cualidades particulares para recibir esa orientacin y
perseverar en ella. Es un fenmeno anlogo al que se observa en el subgrupo definido por la formacin ms clsica,
donde los estudiantes provenientes de la clase baja tienen resultados sensiblemente iguales al conjunto de los estudiantes que han hecho latn y griego (61,5% contra 62% del conjunto) y ligeramente inferiores a los de los estudiantes de
la clase alta (73,5%), lo que se explica por el hecho de que se mide en ese subgrupo a la fraccin de estudiantes acomodados que han aprovechado por completo su privilegio y sacado todo el partido posible de su orientacin educativa gracias a las mil ventajas que procura la pertenencia a un medio culto.
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2.45. y 2.46. E.l manejo de la lengua segn el origen social y la residencia parisina o provincial
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Si se lleva la lgica a su extremo, hay que esperar que la relacin entre la jerarqua de los resultados lingsticos
y la jerarqua de los medios de origen tienda progresivamente a invertirse a medida que la seleccin de las clases desfavorecidas se vuelve ms rigurosa. Y, de hecho, si, cualquiera que sea el medio al que pertenezcan, los estudiantes parisinos obtienen resultados superiores a los estudiantes de provincias, es entre los estudiantes de origen popular donde la diferencia es ms marcada (o sea, 91% contra 46%, en lugar del 65% y 59% para la clase alta), los es,tudiantes
originarios de la clase baja obtienen en Pars los mejores resultados, seguidos por los estudiantes de clase media y los
estudiantes de clase alta. Para comprender esta inversin de la relacin habitual, hay que considerar que la .itrnsfera
cultural vinculada a la residencia parisina est asociada por una parte a ventajas lingsticas, por otra a una :seleccin
ms rigurosa. Si se definen en valores relativos(+ o-) las ventyas lingsticas que se deben al medio familiariy el rigor
de la seleccin en los diferentes casos, se ve que alcanza con componer esos valores para dar cuenta de la jerkrqua de
los resultados en el ejercicio de la lengua. (Vase pgina siguiente.)
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PARIS
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Provincias
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Los+ y los definen los valores relativos que sitan, con relacin al fenmeno considerado en una columna, la posicin respectiva de los tres
grupos, definiendo el O la posicin intermedia.
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Los porcentajes estn calculados por columnas; se ha subrayado la tendencia ms fuerte por linea en cada una de las tres divisiones.
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Hasta la aparente excepcin est comprendida dentro de la lgica de la relacin entre el grado de seleccin y el
grado de xito. Mientras que los varones que no han hecho ni latn ni griego;'o slo latn, obtienen resultados superiores a las chicas con la misma formacin, son las mujeres las que obtienen los mejores resultados en el grupo de helenistas (64% de entre ellas contra 57% de los varones que obtienen una nota superior a la media). Esta inversin de
la diferencia habitual se explica indiscutiblemente por el hecho de que las mujeres tienen menos posibilidades que los
varones de recibir esta formacin, de manera que quienes la reciben se encuentran por eso ms seleccionadas que
los varones con la misma formacin.
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NJVEL UNGISTICO
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EN EL INGRESO
EN lA UNIVERSIDAD
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Clase
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La expresin de los niveles relativos de seleccin en + o - es la traduccin aproximada de los datos provistos por el clculo de
las posibilidades de acceso a la universidad y de las probabilidades condicionales de acceso a la facultad de letras en los diversos subgrupos (cf. supra p. 15).
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Los hijos de obreros estn ms representados en la facultad de ciencias que en la facultad de letras; por otra parte, son las facultades de ciencias
las que se han beneficiado, ms que todas las dems, de la democratizacin relativa del reclutamiento observable entre los aos 1960 y 1965: el
porcentaje de hijos de obreros ha pasado en esas facultades del 8,5% al
15% mientras que, durante el mismo perodo, pas del 7 all1% en el conjunto de la enseanza superior. Pero no se podra explicar completamente ese fenmeno haciendo abstraccin de otras carreras acadmicas que
se ofrecen a los cientficos, comenzando por las clases preparatorias en las
grandes escuelas. Si los hijos de obreros, cuyas posibilidades de acceso a
la enseanza superior son muy dbiles, tienen, cuando acceden, ms de
una posibilidad sobre dos de cursar estudios de ciencias, hay que sealar
que no asisten ms que excepcionalmente a las clases preparatorias de las
grandes escuelas donde no representan ms que el 6% de los alumnos; y
en las mismas grandes escuelas su representacin es an ms dbil: 1,9%
en la cole Normale suprieure y el2% en la cole polytechnique. As, el
carcter aparentemente ms democrtico del reclutamiento de las facultades de ciencias disimula en realidad un efecto de relegacin.
PII.EPARATO~IAS
ENS
CIENCIAS
(1964-65)
(1963-64)
(1965-66)
'!(,
'!(,
'!(,
8,5
3,'1
2,9
6,0
1,9
CLASES
Agricultores
--~~-
13,5
Obreros
-
--~~-
Empleados
9,5
Art.y com.
13,5
~--~
6,2
2,9
-
--
e----~-
Niveles medios
Niveles altos
7,2
8,9
16,0
16,0
--
22,0
33,0
61.2
67,4
-~~
Total
100
100
2.53. Lo seccin
2.52. El estobledmiento
_,, .,.en. ~~1?.
100
en sexto
1.
CEG
EsrAI!l.
LiCEO
MooEmA
'!(,
PRIVADO
'!(,
'!(,
'!(,
CLAsiCA
'!(,
r----::-~
Agricultores
51,5
20.0
28,5
73,0
27.0
Obreros
59,0
5,5
35,5
80,0
20.0
Empleados
'16,0
68,5
31.5
68,0
32,0
Art.y com.
Niveles medios
'10,0
11,5
---
17,5
'12,5
--
'12,5
35,0
10.5
5'1,5
63,0
Docentes
33,5
3,5
Niveles altos
1'1,0
24,0
Niveles cientfficos
15,5
18,5
56.0
Profesores
7.5
12.0
80,5
.........-.--~-
61,0
...- - -
..
63,0
37,0
'19,0
51,0
31.5
68,5
36,5
63,5
16,5
83,5
.........-.--
....____._
----
18!
MPC
"
"
Agricultores
JI
45
24
Obreros
23
49
28
24
49
27
Art.y com.
24
47
29
Niveles medios
25
41
34
Docentes
23
40
37 ..
Niveles altos
24
39
37
64
MGP
"
~~
Empleados
-
--
-~-
Niveles cientfftcos
21
31
48
Profesores
21
23
56
El propio efecto de relegacin se sigue observando dentro de las facultades de ciencias: la jerarqua de los prestigios adjudicados a las diferentes secciones tal como lo establece el consenso acadmico coincide
grosso modo con la jerarqua de los orgenes sociales; as los estudiantes
provenientes de la clase baja estn mucho ms representados a medida
que se desciende en la jerarqua de los prestigios de las diferentes secciones. Estos pocos ejemplos alcanzan para mostrar que los mecanismos que
aseguran la transmisin de la herencia cultural no son diferentes en su
~rincipio a aquellos que han sido descriptos para las facultades de letras,
mduso aunque tomen una forma especfica.63
:;
cin de P.
yL
bajo la direcBOUIDIEU, Les tudmzts 1m scitmces du premier cycle, Pars, CSE, 1966.
Cf.
M. DE SAINTMARTIN
BERNSTEIN (B.),
28-29.
Bibliografa, 95, 110-111 (v. Tcnica
del trabajo intelectual).
Bimodal (distribucin), 34, 155, 161
(v. Utilizacin de la herencia).
Buena voluntad cultural, 36, 39 (v.
Ethos de clase).
e
Calendario, 31 (v. Tiempo).
Capilla, 72.
Carismtica (ideologa). 64, 95-96,
103, 106-109;funcin de~ 84,8889, 104; carismaprofesoral, 6465,
88, 96, 110-112, ll3 (v. Don).
Carrera educativa ( curm.~. ntrrkulum) 14, 19,21-22. 2R-31, 107.
Catlicos, 23-26, 58-59, 163-161 (v.
Religin).
Celo educativo, 92 (v. Dependencia;
Modelo del rol femenino).
Cine, 33-34, 36, 6465, 67; cineclub,
37, 63, 70.
Clases sociales: V. Origen social; fm-
64 Las pginas a las que remite este ndice pueden tratar del tema sin con te
ner la misma palabra que la designa aqu.
184
185
.
'
'.t
1
Desvent<Ya (social), 22-23, 26, 36, 104107, 109-110; cultura~ 19, 21-22,
28-29, 39-40, 44-45; (v. Legado
cultural); aictirtae la,'1:8;'32.
Determinismos sociales, 33-34, 44,
68, 77, 108 (v. Origen social);
primarios e inducidos, 29 (v. Acumulativos).
Devocin cultural, 36 (v. Prctica cultural).
Diferenciacin (del medio estudiantil)
13, 22-30, 58, 42, 77, 79; voluntad de, 62, 70-73, 75-77.
Dilapidacin (de la herencia), 42; (v.
Bimodal, utilizacin de la herencia).
Diletantismo (de los estudiantes), 31,
34,41,71, 73,87, 148.
Disciplina (diferenciacin segn las),
55, 89; (v. Porvenir, Facultad);
de refugio, 20-21.
Disenso, 72; (v. Consenso, voluntad
de diferenciacin).
Disertacin, 69, 1ll.
Docilidad acadmica, 92, 94 (v. Dependencia, modelo del rol femenino).
Docimologa, 112-113 (v. Pedagoga
racional).
Don (intelectual), 29-31, 38, 40-41,45,
88,96-97, 103-104, 105, 106-111;
(v. ideologa carismtica); (dones) femeninos, 91; (v. Modelo
del rol femenino).
186
F
Facultades (comparacin entre), 55-56,
122-129.
Familiaridad, 33-34,35, 64 (atmsfera cultural); (v. Herencia, heredad).
FERGE (Mme. S.), 43.
Ficha, 31, 95 (v. Tcnica del trabajo
intelectual).
Folclore estudiantil, 54, 79.
H
Herencia cultural, 28-29, 36-37, 3940, 44, 107-109; utilizacin de
la, 42; (v. Bimodal, dilapidacin).
I
Igualdad formal e igualdad real, 45.
Imago profesora! (desdob:J,miento de
la), 64; (v. Aprendiz de intelectual).
Ingresos, 45 (becas o subsidios); (v. Condiciones de vida).
Iniciacin cultural, 39-40 (v. Legado
cultural); difusa, 36; en la escuela, 63-67; (v. Conformidad con
las exigencias acadmicas).
Integracin (ausencia de), 52-54; nostalgia de la, 57, 76.
Intelectual; (v. Juego); estudiantes como aprendices de (intelectuales),
63-64, 70-71, 77, 84, 86-87; (v.
Aprendizaje); libertad, 62-63, 6871.
Interconocimiento, 55-57, 153.
Irrealidad (sensacin de), 69, 92; y origen social, 38-39, 79-80; y condicin de estudiante, 27-28, 67-70;
(v. Condicin de estudiante).
Izquierda, 70-73 (v. Consenso, juego).
187
Condicin
de estudiante).
Jerarqua, 69, 106 (v. xito educativo).
Mrito,
45,
104,
107-108 (v. Don).
Jerga, 53, 56 (lenguaje habitual).
Modelo
(universitario
tradicional), 69Juego (intelectual), 68-72, 73-75, 77,
de
2 c:J,se intelectal, 51,
70,
87;
79-80; de 2s diferencias (v. Volun63, 67, 70-71; del rol femenino, 19,
tad de diferenciacin); de privi58-59, 71, 90-94; adaptacin a los
legio, 38.
educativos, 28-30 (cullurales); de la
conducta racional, 83 (v. Racionalidad).
K
Msica, 33-35"(v. Cultura libre).
o
L
M
Maestro en sabidura, 64, 88, 112; (v.
Carisma).
Magia, 96 (v. Rito); negacin mgica
del aprendizaje, 85-88; (v. Cari&mtico).
Mala fe, 111.
Marxismo, 26.
MAUSS (Y!.), 95.
188
41, 95.
Personal ismo, 23, 26.
Pintura, 33-35 (v. Cultura libre).
Poltica, 26, 45, 63, 70-73, 92, 163,
165, 167-168.
Populism o, 109-110.
Porveni r (objetivo para una categora
social) (v. Posibilidades); profesional, 49, 71, 79, 86, 89, 91-95; segn la disciplina, 55, 89-90; segn el sexo, 91-94; segn elr.rrigrm
social, 40, 44, 94; relacin mistificada con, 67-68, 92-93.
Posibilid ades (de acceso a la enseanza
superior) 13-22, 43-44, 135-139,
169-170; y esperanza subjetiva, 19;
en Polonia y en Hungra, 169-170;
(v. Porvenir , clases sociales).
Prctica cultural, 32-45, 155-162 (v.
Cultura libre, incitaci n cultural, origen social).
Precocid ad, 29, 67; (v. Don, ideologa carismt ica); orientaciones
precoces, 29, 107 (v. Carrera educativa, desventa ja).
Privilegi o (cultural), 41-42, 73, 104,
106-108 (v. Herenci a cultural) ;
accin del, 35-36; Pl!'f'/Jetuacin del,
44-45 (v. Legado) .
Probabil idades (objetivas, condicionales) 14-19; (v. Posibilid ades).
Profeca (lgica de la) , 108.
Profesor es: 53-54 V. Expectativas, criterios de juicio, carisma, complicidad , conserva durismo , etnocentri smo, pedagog a.
Profesin , 71, 86, 93 (v. Porvenir ).
Propiciat orios, 96 (v. Magia, ritos).
PGUY (G.),
Raciona lidad (y racionalizacin), 8386; conducta racional; racionalizacin de la pedagoga, 98-99, 111,
114; (v. Pedagog a); distancia
con la racionalidad, 85-95.
Relacin pedagg ica, 85; disimetra de
la, 97; rendimiento diferencial de
los tipos de, segn el origrm social,
111-112.
Relevo (mecanismos de), 29 (v. Len-
gua).
Relegaci n (en una disciplina) 14, 21,
22-23.
Religin, 23-26, 58, 163-164.
Resignac in, 59.
Retrica , 75-76, 84, 110.
Ritos (ritual), 55, 96, 111; lamentacin
ritual, 104.
Rutina, 64, 70.
189
SZCZEPANSKI
.), 169.
u
Utopa, 59-60,75-76, 83-85,98.
T
V
Tecnocr tica (enseanza), 114.
Terroris mo conceptu al, 59; (v. UtoVanguar dismo (poltico y esttico), 71
pa).
(v. Diletanti smo).
Tercer Mundo (pases del), 31 (v. Exomo (proeza) , 41,88-89 ,110Virtuosis
tismo intelectu al).
112.
Tiempo (universitario), 50-53.
12,21-22 ,31,67-6 8,89,92.
Trabajo (colectivo); 54 (v. Grupo); in- Vocacin,
telectual (represe ntacin del),
40, 54, 84, 89, 95, 106, 112; tcnicas de, 31, 92, 95, 112;jiter a de W
los estudios, 26-27; de lo negativo,
WEBER (M.), 99.
85-88 (v. Magia).
pierre bourdieu
jean-claude passeron
los herederos
En este libro, publicado originalmente en 1964, los autores
abordan el tema de la construccin de poder y los mecanismos
de dominacin en el mbito de la cultura. Y lo hacen empleando
una metodologa en la que confluyen la indagacin emprica
con la crtica poltica y social en un enlace de proporciones justas.
Valindose de estadsticas y estudios de campo, Pierre Bourdieu
y Jean-Ciaude Passeron demuestran aqu que las instituciones
escolares, lejos de afianzar los principios democrticos y de formular
posibilidades igualitarias, actan otorgando ttulos y reconocimiento
a quienes pertenecen a sectores socioculturales y econmicos
privilegiados, mientras que ponen en funcionamiento la exclusin
de las clases ms desfavorecidas o su estancamiento en ciertas
disciplinas a partir de la restriccin de eleccin. En este sentido,
el sistema educativo reproduce y refuerza las desigualdades sociales
de origen, a las que concibe como dones naturales irreversibles.
Los herederos. Los estudiantes y la cultura interesa hoy ms
siglo veintiuno
"""-' editores
11111111111111~11111111111111
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