Ciencia Politica en Venezuela
Ciencia Politica en Venezuela
Ciencia Politica en Venezuela
Resumen
Abstract
This paper presents an overview of the main trends in Venezuelan political science. It describes the
domestic evolution of the discipline and it also assesses the strengths and weaknesses of the Venezuelan
political science scholarship. This article addresses both the theoretical evolution and the main
methodological debates. It also shows the institutional development of both research and teaching, along
with the main trends in the job market. We conclude that the process of institutionalization of the discipline
is currently threatened by both economic and political crisis.
I. INTRODUCCIÓN
La ciencia política es la disciplina académica de más reciente creación en las universidades vene-
zolanas. El primer centro de investigaciones, el Instituto de Estudios Políticos de la Universidad
Central de Venezuela, UCV, fue fundado en 1958. La primera escuela de ciencia política se inaugu-
ra en Caracas, en la misma universidad, hace poco más de 30 años. En las últimas tres décadas,
el estudio de la disciplina se ha extendido y multiplicado por todo el país, tanto al nivel de licencia-
tura como al nivel de postgrado. Igualmente han crecido tanto la cantidad de estudiantes como la
cifra de publicaciones especializadas, así como se han diversificado corrientes de investigación.
En las próximas líneas se presenta un apretado sumario de la historia, los logros, fallas y los retos de
la ciencia política venezolana. Se muestran las diferencias y puntos de coincidencia de las diferentes
escuelas y centros de investigación existentes en el país, así como las posibilidades de integración.
Concluyendo con un balance de los logros y faltas, así como con una llamada de atención sobre el
futuro inmediato de la disciplina en un contexto que pudiera llegar a serle adverso.
La fecha y lugar de nacimiento de nuestra disciplina no podía ser más propicia. La ciencia política
nace con la democracia venezolana, en 1958, y en la universidad más politizada y comprometida
con las luchas por la democracia: la Universidad Central de Venezuela, UCV. Desde ese momento,
el aumento, el desarrollo y el fortalecimiento de la disciplina han dependido del nivel de desarrollo
democrático del país. Es cierto que la evolución de toda ciencia se favorece con el clima de
libertades que auspicia la democracia, pero la ciencia política es tal vez la especialidad académica
que más depende del clima de libertad de expresión y de tolerancia a la crítica. Así entonces, la
ciencia política venezolana nace y crece al abrigo del desarrollo progresivo de libertades cívicas y
de la institucionalización de la autonomía universitaria.
La tarea docente del IEP se concentró, por décadas, en seminarios dirigidos a estudiantes de
derecho a nivel de licenciatura y en cursos de postgrado en el doctorado en derecho público. Estos
cursos irán poniendo los cimientos para la creación de un cuerpo de investigadores y docentes que,
en el transcurso de poco más de una década, serán el soporte de las primeras publicaciones
especializadas y las primeras de pregrado y postgrado. En 1971, el IEP crea la primera revista
académica de ciencia política: el anuario POLITEIA. Luego, en 1973, se crea la Escuela de Estudios
Políticos y Administrativos (EEPA), para la enseñanza que otorga el título de Licenciado en Estudios
Políticos en tres sub–especialidades: politología, relaciones internacionales y administración pública.
A nivel de postgrado, el Doctorado en Derecho Público es transformado en Doctorado en Ciencias
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LA CIENCIA POLÍTICA EN VENEZUELA: FORTALEZAS PASADAS Y VULNERABILIDADES PRESENTES
Políticas. Así, esos tres entes académicos (el IEP, la EEPA y el Doctorado en Derecho) junto a
POLITEIA serán los pilares del inicio del proceso de institucionalización de la disciplina.
La ciencia política venezolana, en sus orígenes, tuvo dos rasgos fundamentales: primero, un
deliberado empeño por evitar el “parroquianismo” y, segundo, un fuerte acento histórico–institucional.
La primera característica condujo a una tal vez exagerada concentración en el estudio de la
realidad institucional europea y al descuido de la realidad venezolana y latinoamericana. El segun-
do rasgo, llevó a la creación de una fuerte corriente historicista en desmedro de los métodos de
investigación empírica.
A finales de los 70 se produce una fuerte reacción anti–historicista y más favorable al estudio de
la realidad Latinoamericana y la venezolana, empleando de forma incipiente el razonamiento de
teoría de juegos. En el seno del propio IEP, Juan Carlos Rey lidera el desarrollo de una línea de
investigación que va a crear escuela: el estudio del sistema político venezolano (SPV) y, particular-
mente, del sistema de partidos, desde una perspectiva empírica. La visita a Venezuela, por los
años 70, de cientistas políticos norteamericanos, nombradamente Daniel Levine y Enrique Baloyra1,
también influirá en este giro de la ciencia política venezolana hacia problemas más inmediatos.
Como consecuencia, el enfoque conductista, en primer lugar y por poco tiempo, y más tarde y
con más impacto el enfoque neo–institucional, van a influir profundamente en la formación de los
estudiantes de las primeras promociones de la Escuela de Estudios Políticos.
De igual modo, desde mediados de los 70, la ciencia política venezolana va a sufrir un importante
y positivo “shock externo”. Como consecuencia del quiebre de las democracias del cono sur del
continente, un número importante de destacados profesores argentinos, uruguayos y chilenos
migran a Venezuela y traen consigo el énfasis en los estudios de América Latina desde una pers-
pectiva comparada. Paralelamente, en la misma UCV, el Centro de Estudios del Desarrollo (CENDES),
venía produciendo importantes estudios investigaciones sobre valores políticos de los venezola-
nos, bajo la dirección de José Agustín Silva Michelena2.
La convergencia de estos tres factores (un nuevo interés por la política venezolana en el IEP, la influen-
cia de profesores extranjeros, tanto latinoamericanos como norteamericanos, y los trabajos del CENDES)
van a revolucionar la enseñanza y la investigación de la ciencia política en el país. El cambio fue
profundo y duradero: desde entonces, el énfasis en los problemas venezolanos y, en menor medida de
los latinoamericanos, va a marcar la producción bibliográfica de los politólogos domésticos.
Esta tendencia produce, a la larga, dos efectos que aún están presentes. De un lado, una mayor
atención a los problemas domésticos de estabilidad, cambio y desarrollo político. En segundo
lugar, una incipiente preocupación por el uso de modelos formales y métodos empíricos. No
obstante, a la larga, la preocupación por el estudio del SPV ha conducido a un excesivo
“parroquialismo”. Por su parte, el virtual abandono de los métodos de investigación histórica no ha
sido compensado con un fuerte desarrollo de la investigación empírica en la UCV.
247
ANGEL EDUARDO ÁLVAREZ DÍAZ, SAID DAHDAH ANTAR
de Estudios Superiores de la Administración, IESA), así como en otras ciudades del país (la Escue-
la de Estudios Políticos de la Universidad de los Andes, ULA, y el Doctorado y el Instituto de
Ciencias Políticas de la Universidad del Zulia, LUZ). Por el contrario, pese a la multiplicidad de
centros de enseñanza y de investigación (ver Tabla 4 y 5), durante los últimos 25 años la ciencia
política se ha estado haciendo básicamente una misma pregunta: ¿Qué explica la estabilidad o,
desde 1993, la inestabilidad de la democracia venezolana?
Las respuestas, sin embargo, han variado de escuela a escuela. Mientras en el IEP de la UCV la
respuesta predominante ha sido de carácter institucional, usando básicamente herramientas ana-
líticas neo–institucionales e histórico–institucionales, la respuesta predominante en el CENDES ha
sido de tipo estructural y sociológico. Mientras el IEP ha enfatizado el rol de las reglas de juego
para manejar el disenso y construir lo que Rey bautizó como el “modelo populista de conciliación”3
y las razones históricas de la consolidación y crisis del sistema político4, el CENDES ha privilegia-
do siempre la asimetría de poder y el conflicto entre grupos sociales económica y culturalmente
heterogéneos5. En una línea parcialmente coincidente, Steve Ellner, desde la Universidad de Orien-
te (UDO), ha aportado explicaciones estructurales tanto de la estabilidad pasada como de la crisis
del sistema político venezolano6. Por otro lado, en la USB, los trabajos de Arístides Torres y, hoy
en día, los de Federico Welsh y José Vicente Carrasqueño, han enfatizado la búsqueda de respues-
tas en las actitudes y la cultura política7. En el IESA, por su propia naturaleza como centro de
estudios de políticas públicas, el énfasis ha estado siempre en las capacidades de gestión del
Estado, dados ciertos constreñimientos económicos (básicamente el modelo petrolero–rentista y
proteccionista de crecimiento8) e institucionales (el excesivo centralismo). Finalmente, en la LUZ,
José Enrique Molina ha mostrado la importancia de las reglas electorales, así como la
institucionalización y la desinstitucionalización del sistema de partidos9.
En la actualidad, la investigación y enseñanza de ciencia política en Venezuela cuenta con una oferta
de espacios de publicación. Once revistas hacen posible la exposición y el debate de las propuestas
de los cientistas políticos. Los 374 ejemplares registrados en la Tabla 1, con una periodicidad que se
concentra entre lo semestral y cuatrimestral, abandonando la anualidad de los comienzos, indican la
presencia de una producción editorial que permite la expresión y, en consecuencia, el conocimiento
de los enfoques manejados por las distintas orientaciones para explicar la realidad política. En este
3
Rey, Juan Carlos (1972).
4
Urbaneja, Diego Bautista (1978).
5
Silva Michelena, José A. y Heinz R. Sonntag, (1979); José A. (coord.) (1987); Sonntag, Heinz R. y Thaís, Maingón (1992);
López Maya, Margarita (1989).
6
Ellner, Steve y D. Hellinger (eds.) (2003); Ellner, Steve (1998).
7
Arístides (1982); Welsh, Federico (1992); Jose Vicente (1994).
8
Naim, Moisés y Ramón Piñango (1984); Kelly, Janeth (2003); Kelly, Janeth (1995).
9
Molina, José E. y Carmen Pérez Baralt (1999); Molina, José E. y Carmen Pérez Baralt (1998).
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LA CIENCIA POLÍTICA EN VENEZUELA: FORTALEZAS PASADAS Y VULNERABILIDADES PRESENTES
sentido, es necesario precisar que, aunque el promedio de tiraje sea de mil ejemplares por edición,
el sistema de distribución de los mismos presenta deficiencias considerables.
Politeia y la Revista Venezolana de Ciencias Políticas, por ejemplo, son revistas donde predominan
los trabajos neo–institucionales e histórico–institucionales. Cuadernos del Cendes, la Revista Ve-
nezolana de Ciencias Políticas, la Revista de Ciencias Sociales y la Revista Venezolana de Ciencias
Sociales son espacios editoriales propios del enfoque estructural y de evaluación de las políticas
públicas. Cuestiones Políticas es una publicación con una tendencia favorable a los estudios empí-
ricos y a la evaluación de las condiciones del sistema político, de partido y electoral. Una revista
como Ciencias del Gobierno, finalmente, presenta trabajos que comprenden el área de las políti-
cas públicas.
10
El registro cuenta con 97 revistas aproximadamente. Las publicaciones en Ciencia Política representan entonces casi el
10%. Consultar: http://www.fonacit.gov.ve/publicaciones/indice.asp
249
ANGEL EDUARDO ÁLVAREZ DÍAZ, SAID DAHDAH ANTAR
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LA CIENCIA POLÍTICA EN VENEZUELA: FORTALEZAS PASADAS Y VULNERABILIDADES PRESENTES
Finalmente, las revistas acreditadas están presentes en índices como: 1) Clase, de la UNAM–
México; 2) el Dare Data Bank, de la UNESCO; 3) el Censo de Revistas Iberoamericanas de Cultura,
de la Asociación de Revistas Culturales de España; 4) el Servicio de Información al día en Gestión
Pública del CLAD; 5) el Índice y Directorio de Revistas Venezolanas de Ciencia y Tecnología
(REVENCYT); 6) el Ulrich’s Internacional Periodicals Directory; 7) Internacional Political Science
Abstracts; 8) el Sistema de Registro de Información en Línea para Revistas Científicas de América
Latina, el Caribe, España y Portugal (Latindex); 9) la Red de Información Socio–Económica (REDINSE);
10) el Índice Español de Ciencia y Tecnología (ICYT); 11) Sociological Abstracts; 12) el Documentation
Politique Internationale Paris IPSA–AISP; 13) Hispanic American Periodical Index USA (HAPI); 14)
Fondo Bibliográfico de América Latina (FOBAL).
Sobre esto último, es necesario precisar que, como parte de la política que ejecuta el Centro
Nacional de Tecnología e Información (CNTI), todas las publicaciones que constituyen el Registro
de Publicaciones Científicas del FONACIT, y por tanto las revistas de la Tabla 1, formarán parte del
Scientific Electronic Library Online (Scielo). De hecho, Scielo incluye a Venezuela en la actualidad
bajo la figura de iniciativas en desarrollo11.
Según el Reglamento del Programa de Promoción del Investigador (PPI)12, las publicaciones cien-
tíficas en Venezuela se clasificarían en dos niveles: las tipo A, revistas que, en el caso de las
ciencias sociales, pertenecen a índices como Clase y Latindex13; y las tipo B, publicaciones que no
forman parte de los índices mencionados y que se ubican en y por encima del percentil 50, según
un listado aprobado por el FONACIT, en su reunión 98 del 5 de mayo de 200514.
Si se busca otro punto de referencia para un acercamiento a la calidad de los productos en ciencia
política en Venezuela, y quizá por ello al prestigio de sus revistas, el indicador de las publicaciones
de investigadores venezolanos en el Social Science Citation Index posiblemente arroje una pers-
pectiva. El promedio anual de trabajos reseñados en este índice, sin contar con la información
necesaria para discriminar por área, es de 42,78 (tabla 2), es decir, unos 3,5 artículos mensuales.
11
Consultar: http://www.cnti.ve y http://www.scielo.org
12
Consultar: http://www.ppi.org.ve
13
Las revistas número 1, 2, 4, 5 y 10 de la Tabla 1.
14
No se cuenta con el listado para la clasificación de las publicaciones 3, 6, 7, 8 y 9 de la Tabla 1.
251
ANGEL EDUARDO ÁLVAREZ DÍAZ, SAID DAHDAH ANTAR
Un último ángulo de visión de la calidad de las investigaciones en la disciplina puede hallarse en los
premios a la productividad que otorga la Fundación para la Promoción del Investigador (FVPI), otra
institución adscrita al Ministerio de Ciencia y Tecnología. El ya mencionado Programa de Promo-
ción al Investigador (PPI) es una política pública que ofrece incentivos para la publicación en
revistas indexadas (Tabla 3). Las convocatorias del PPI son anuales y, en general, consiste en un
sistema de acreditación pública con evaluación de credenciales por pares. El PPI clasifica a los
investigadores en seis grupos: los candidatos, los niveles del uno al cuatro y los eméritos. Los
criterios de clasificación son varios. El central fue referido: haber publicado en años recientes un
acumulado de artículos en revistas tipo A y B. Otros lineamientos no menos importantes son: tener
título de maestría y doctorado; ser responsable o estar adscrito a un programa de investigación
científica financiado; contribuir a la formación de investigadores; demostrar evidencia de indepen-
dencia en las tareas de investigación; tener el reconocimiento de experticia en el campo; y promo-
ver o liderar grupos de investigación en asuntos de alto impacto en el ámbito nacional o regional15.
Para el 2004, de los 3189 investigadores adscritos al PPI y de los 889 que constituyen el grupo
de ciencias sociales, 67 fueron catalogados como cientistas políticos. Éstos, a su vez, fueron
reclasificados por líneas de investigación, con base en un clasificador temático desarrollado por la
Unesco. Las cifras son entonces las siguientes: 7 investigadores en relaciones internacionales,
26 en ciencias políticas, 0 en ideologías políticas, 3 en instituciones políticas, 9 en vida política,
10 en sociología política, 0 en sistemas políticos y en teoría política, 5 en opinión pública, 2 en
sistemas políticos en el área americana, 3 en otras especialidades y 2 no pudieron ser discrimina-
dos. Sobre estos politólogos puede decirse que: 34 son del sexo masculino y 33 del femenino; 63
son de Venezuela, 2 de Alemania, 1 es de los Estados Unidos y 1 es de Ecuador; 33 residen en el
15
Conultar: http://www.ppi.org.ve/programa/convoca2005/reglamento.htm
252
LA CIENCIA POLÍTICA EN VENEZUELA: FORTALEZAS PASADAS Y VULNERABILIDADES PRESENTES
Por último, un total de 14 de tales investigadores en ciencia política fueron ubicados por los comités
de evaluación como candidatos (21%), 17 en el nivel 1 (25%), 20 en el nivel 2 (30%), 11 en el nivel
3 (16%) y 5 en el nivel 4 (7%)16. Para obtener una visión adecuada del comportamiento de los
cientistas políticos, cabe decir que las tendencias generales, tanto la población de investigadores
adscritos al PPI como del grupo de cientistas sociales acreditados por el PPI para el 2004, indican
que hay 983 y 370 candidatos (30,8 y 41,6%), 1205 y 226 en el nivel 1 (37,7 y 25,4%), 602 y 176
en el nivel 2 (18,8 y 19,7%), 231 y 67 en el nivel 3 (7,2 y 7,5%), 155 y 49 en el nivel 4 (4,8 y 5,5%),
así como 13 profesores y 1 profesor emérito (0,4 y 0,1%)17. Los politólogos reflejan una orientación
contraria a las tendencias de ambos grupos: se hallan con preferencia en los sectores centro y
superior o, dicho de otro modo, se concentran menos en el segmento bajo de la clasificación.
Unas ideas finales que bien sirven de referencia, a pesar de que los datos no discriminan a los
cientistas políticos. El PPI aplicó una encuesta entre octubre de 1996 y abril de 1997, entre la
población de investigadores adscritos y no adscritos al programa18. En los datos recabados se halló
que el PPI propicia el desarrollo de la carrera de investigador científico: sí (70%), no (17%), no opina
(11%). El PPI da más reconocimiento que la institución de origen: muy de acuerdo (36%), algo de
acuerdo (31%), en desacuerdo (20%), no opina (10%), no responde (3%). Uno de los efectos del PPI
ha sido el aumento del número y calidad de las revistas científicas nacionales: muy de acuerdo
(19%), algo de acuerdo (28%), en desacuerdo (32%), no opina (19%), no responde (2%). El PPI
fomenta la publicación en revistas internacionales de impacto: muy de acuerdo (52%), algo de acuer-
do (28%), en desacuerdo (7%), no opina (9%), no responde (3%). El PPI propicia la publicación en
revistas de alto impacto para dar mayor visibilidad y legitimidad a la investigación nacional: muy de
acuerdo (37%), algo de acuerdo (32%), en desacuerdo (17%), no opina (10%), no responde (3%).
Otros datos de interés señalan que: Los criterios de ingreso y permanencia en el PPI reflejan la produc-
tividad y calidad de la investigación reciente, más que el historial del investigador: muy de acuerdo
(44%), algo de acuerdo (33%), en desacuerdo (11%), no opina (9%), no responde (3%). El PPI debe
aplicar un escalafón similar al universitario por el que sólo se asciende: muy de acuerdo (16%), algo de
acuerdo (18%), en desacuerdo (63%), no opina (3%), no responde (1%) El hecho de tener un nombra-
miento de profesor o investigador en una institución nacional califica para ingresar al programa: muy de
acuerdo (8%), algo de acuerdo (13%), en desacuerdo (75%), no opina (2%), no responde (2%).
Los entrevistados consideraron, además, que el monto de la beca es adecuado: muy de acuerdo
(15%), algo de acuerdo (28%), en desacuerdo (47%), no opina (8%), no responde (2%). El sistema
universitario debería utilizar criterios similares a los del PPI para revertir la homologación remune-
rativa a la comunidad académica: sí (71%), no (16%), no opina (10%), no responde (4%). Las
decisiones erróneas del PPI son más la excepción a la norma: muy de acuerdo (32%), algo de
acuerdo (27%), en desacuerdo (8%), sin opinión (32%), no respondió (2%). En relación con la
revisión periódica de credenciales, se está: muy de acuerdo (73%), algo de acuerdo (22%), en
desacuerdo (1%), sin opinión (3%), no respondió (1%).
16
Consultar la Base de Datos de Investigadores Activos, en la Base de Datos/ Conexión On–Line, en http://www.ppi.org.ve
17
Tomado de: http://www.ppi.org.ve/programa/resultados/estadisticas/index.htm
18
Datos consultados en: http://www.ppi.org.ve/investigadores/index.htm
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ANGEL EDUARDO ÁLVAREZ DÍAZ, SAID DAHDAH ANTAR
Por otra parte, la tarea de describir con detalle el estado de la enseñanza de ciencia política en
Venezuela se deja mirar a veces como una empresa infinita. Tantas universidades poseen varias
facultades de ciencias sociales y humanidades que abren cada semestre distintas materias pro-
pias de la disciplina. La delimitación se hace inevitable y esta sección se centró en las ofertas de
pregrado y postgrado que tenían al Estado como problema principal.
El estado de la disciplina revela un crecimiento en el país. La enseñanza dejó de ser una cuestión
exclusiva de la capital. Ésta se encuentra en regiones como Aragua, Carabobo, Lara, Mérida,
Táchira, Trujillo y Zulia. La cantidad mayor de ofertas de estudio se reporta en el postgrado y
sobre ello cabe afirmar dos ideas. La preocupación central en este ámbito es el gobierno y la
tendencia apunta hacia el profundizar la especialización: de las maestrías en gobierno y políticas
públicas, se ha pasado a las especializaciones en gerencia pública y luego a los diplomas en
gerencia de programas sociales o en auditoria del Estado. Por último, el mayor número de docen-
tes y estudiantes está en el área de pregrado. Es decir, cada vez más cursantes de pregrados
tienen más oportunidades de participar en postgrados en el país.
Estudiantes
Docentes
Universidad Título
Los consejos de desarrollo científico y humanístico de las distintas universidades venezolanas es,
para los cientistas políticos, otra fuente de financiamiento de estudios de postgrado. El CDCH de
la Universidad Central de Venezuela21, por ejemplo, presenta la siguiente oferta de programas:
una beca sueldo nacional o exterior, para profesores que deseen realizar maestrías, doctorados y
post–doctorados; una beca académica para egresados, la cual cubre los postgrados a nivel na-
cional; una subvención matrícula, para profesores que se capaciten en la misma universidad; una
beca sabática y una subvención de pasantía de estudio para profesores.
19
Ver: http://www.fgma.gov.ve, http://www.mes.gov.ve
20
Consultar: http://www.miproyecto.gov.ve, http://www.mct.gov.ve/, http://www.fonacit.gov.ve
21
Consultar: http://www.cdch–ucv.org.ve/
22
Consultar: http://embajadausa.org.ve
23
Ver: http://www.programalban.org y http://desarrollo.universia.es
24
Ver: http://www.educoas.org/portal/es/becas/acerca.aspx?culture=es y http://www.mpd.gov.ve/
256
LA CIENCIA POLÍTICA EN VENEZUELA: FORTALEZAS PASADAS Y VULNERABILIDADES PRESENTES
Con el fin de cursar estudios de postgrado en el Reino Unido, la embajada británica presenta los
programas de becas Chevening y Royal Holloway25. El primero es una iniciativa financiada por el
Foreign and Commonwealth Office (FCO), con respaldo de universidades de ese país, y cubre los
gastos de matrícula hasta por un año; el último, en cambio, forma parte de las políticas de subven-
ción de la Royal Holloway, University of London. La Fundación Alexander von Humboldt desarrolla el
programa Becas Humboldt y Georg Forster26, las cuales financian la realización de proyectos en
algún centro de investigación en Alemania y se dirige por ello a los cientistas con grados académi-
cos equivalentes a doctorados. De último se encuentra la Fundación Carolina y los Programas de
“Becas MAE–AECI” del Ministerio de Asuntos Exteriores de España27. El uno sirve de apoyo a los
estudios de postgrado e investigaciones en ese país, a través de cuatro programas: el de formación,
el de investigación, el internacional de visitantes y el de responsabilidad social. El otro contempla
becas para estudios de postgrado en centros universitarios públicos y privados de España.
Ello sorprende más si se considera que el principal empleador de los politólogos en Venezuela es
el Estado. Las instituciones del gobierno nacional, la Asamblea Nacional y el Consejo Nacional
Electoral han sido espacios tradicionales de trabajo para los politólogos. La descentralización de
1989 en Venezuela tuvo, en este sentido, repercusiones favorables en el campo laboral: ahora es
usual hallar a los politólogos ejerciendo la profesión en alcaldías y gobernaciones.
Salvo encuestadoras y consultoras políticas, que no son muchas en el país, es difícil encontrar a
un politólogo que ejerza la profesión en el sector privado. Las asociaciones civiles, las fundacio-
nes o incluso las empresas privadas son territorios donde la profesión tiene escasa visibilidad y
aceptación. Además, no es extraño acudir, por ejemplo, a una institución financiera y tener que
seleccionar la opción otros al introducir el dato de la profesión.
25
Ver: http://www.britishcouncil.org/es/venezuela
26
Ver: http://portal.cnti.ve/estudiantes.html
27
Ver: http://www.fundacioncarolina.es y http://becas.universia.edu.ve/
28
Ver: http://censompd.no–ip.org/
29
Ver: http://www.asambleanacional.gov.ve/ns2/leyes.asp?id=508
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ANGEL EDUARDO ÁLVAREZ DÍAZ, SAID DAHDAH ANTAR
V. CONCLUSIÓN
La ciencia política venezolana reproduce las más notables líneas de división existentes en la discipli-
na en muchos otros países y, particularmente, de la Ciencia Política norteamericana. No obstante, al
compartir una misma pregunta (los problemas de estabilidad del SPV) existen oportunidades para la
integración o, al menos, la complementación de los distintos enfoques. El más notable de estos
esfuerzos se ha realizado mediante la creación de la Red de Estudios Políticos (REDPOL) que, con el
apoyo financiero del Estado venezolano, ha podido realizar los tres más recientes estudios de cultu-
ra y comportamiento político, incluida la última ola de la Encuesta Mundial de Valores30.
30
La Red de Estudios Políticos (REDPOL) está constituida por varias universidades venezolanas: IEP–UCV, CENDES–UCV, IESA,
USB y LUZ. REDPOL ha funcionado gracias al patrocinio del hoy llamado Fondo Nacional de Investigaciones Científicas
(FONACIT). Esta Red de Estudios Políticos ha coordinado investigaciones en materias como el comportamiento electoral y la
cultura política del venezolano. En especial, ha trabajado tanto en la aplicación de encuestas de opinión como en la elabora-
ción de bases de datos estadísticos. Un producto de este esfuerzo de integración es la obra siguiente: Carrasquero, José V.,
Maingón, Thaís y F. Welsch (2001).
258
LA CIENCIA POLÍTICA EN VENEZUELA: FORTALEZAS PASADAS Y VULNERABILIDADES PRESENTES
A esto se suma el hecho de que, tanto por su tradicional “parroquialismo” como por la importancia de
la crisis y los cambios políticos que viene sufriendo el país desde 1993, los científicos políticos venezo-
lanos no han podido prescindir de inmiscuirse en el análisis de las coyunturas y, en consecuencia, sus
posiciones han influido y se han visto influidas por los agudos y polarizados debates políticos e ideoló-
gicos que dividen a las elites y a los ciudadanos. En este contexto de precariedad financiera, de aguda
polarización y de severa amenaza a las libertades cívicas, el futuro de la disciplina resulta incierto.
Sin embargo, hay espacio para una nota final en clave de optimismo. Las consecuencias de las
condiciones adversas que enfrenta la ciencia política actualmente en el país, podrían apuntar
hacia un fortalecimiento de la conciencia sobre la importancia que tiene la política para la socie-
dad. Los resultados de la confrontación política, y la amplitud de sus efectos, quizás contribuyan
a que los venezolanos miren en el futuro qué puede hacer la ciencia política para mejorar los
diseños institucionales y, en consecuencia sus vidas como ciudadanos. La polarización política y
las dificultades de sostener las libertades cívicas posiblemente está despertando el interés de
cada vez más venezolanos por la ciencia política que puede dar respuesta a los agudos proble-
mas institucionales del país. Por ello, no sería sorprendente un impulso de la disciplina en el
mediano plazo, una vez superada la coyuntura actual.
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Ángel Álvarez Díaz es profesor de ciencias políticas y administrativas de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Ex
director del Instituto de Estudios Políticos de la UCV, fue también Jefe de la Cátedra de Teoría Política de la Escuela de
Estudios Políticos y Administrativos de la UCV. Coordinador del Postgrado en Procesos y Sistemas Electorales del Centro de
Estudios de Postgrado de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la UCV, ha sido Profesor Visitante en la Universidad
de Salamanca, España, en varias oportunidades entre el año 2000 y el 2002. Actualmente goza de licencia y se encuentra
realizando estudios en la Universidad de Notre Dame, en Estados Unidos.
(E–mail: aalvare3@.nd.edu)
Said Dahdah Antar es Licenciado en Ciencias Políticas y Administrativas de la Universidad Central de Venezuela (UCV),
investigador del Instituto de Estudios Políticos de la UCV, profesor de la Escuela de Estudios Políticos de la UCV y profesor del
Programa de Comunicación Social de la Dirección de Estudios de Postgrado, de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).
(E–mail: sda07@hotmail.com)
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