La Construcción de Las Garantías0001
La Construcción de Las Garantías0001
La Construcción de Las Garantías0001
Abstract:
The text is about the differences. acording the law, bethween iguality and
freedon. The institucional distance bethween the public and the private is also
analysed. Howtothingthe
law asa process in which we preservethe real interest
of minorities is one of the most importa nt questions.
Keywords;
Resumo;
O objetivo do presente texto situa-se na busca da contextualzaco jurdica de
mecanismos de proteco das opress6es sofridas pelas minorias, por meio da
busca para a soluco dos seguintes itens: al a dicotomia,juridicamente
prevista,
entre a liberdade e a igualdade, b) a dicotom ia, juridicamente sancionada, entre
Este texto forma parte del libro de Joaqun Herrera Flores, De "habitaciones propias" y otros espacios
negados: una teora crtica de las opresiones patriarcales. Bilbao: Instituto de Derechos Humanos,
Universidad de Deusto, 2005.
Universidad
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Palavras-chave: liberdade.
entre sujeto poltico y sujeto social, entre individuo neutro, racional y libre e individuo
a la distincin
situado.
Mientras la tradicin
1.
concepto de libertad
la tradicin revolucionaria
contra la exclusin y las overlapping opressions, llevaron adelante sus luchas contra
How are we fallen! Fallen by mistaken rules
ventajas que otorgaba el reconocimiento jurdico de las mismas; pero lo hicieron sin
tomar en consideracin el marco poltico, es decir, la concepcin de la libertad que
individual. Esa falta de anlisis y comprensin del valor de la libertad (no reducible
a un solo significado terico y poltico), provoc el desprecio por la lucha jurdica e
institucional que tantos problemas ha suscitado a la lucha por los derechos humanos.
dogma de la exclusin.
Como afirm una y otra vez Gramsci, la diferencia entre la historia de las
Para tal fin, y en el marco del debate jurdico centrado tanto sobre la
de las desigualdades
clases dominantes y la de los sectores subalternos reside "en que mientras la primera
en las que se basan las overlapping opressions,3 hay que introducir el concepto de
puede reconstruir su pasado desde una cierta unidad de sentido, la historia de los
libertad, so pena de permanecer en una discusin ideal o, lo que puede llegar a ser lo
pueden ser satisfechas con el orden de cosas hegemnico que domina el mundo
jurdico-institucional
que no van a poder ser puestos en prctica; pero sin sta, sin la libertad, es decir, sin
contemporneo
no
puesta en marcha por Salvador Allende sin cambiar las bases ideolgicas que
sustentaban
de
de gnero,
globales. Sin nimo de resolver todos los problemas, queremos dar pasos adelante,
comenzando por un anlisis de las relaciones entre igualdad y libertad que provoque
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una ampliacin del contexto de los valores implicados en la lucha por la emancipacin:
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la conquista de la
el social yel poltico, los tres estrechamente imbricados en un bucle de tal complejidad
reconocimiento
El plano filosfico
la diversidad.
La problemtica hunde sus races en la figura clsica del "contrato"
En el plano filosfico,
hablamos
de las tensas
relaciones
entre
parece tener una clara raz econmica o mercantil (y, de hecho, es trada a la filosofa
poltica desde la economa), se sita en la separacin, fundamental
para el liberalismo
poltico, entre poltica y economa. Como afirman Rosanvallon y Fitoussi, a pesar de esa
proclamacin ideolgica de esferas separadas, es el mercado el que impone las lneas
de transformacin social que la poltica tiene que acatar," Qu mejor representacin
del orden poltico, pues, que la proporcionada por un modelo explicativo que "a la
vez que se articula sobre la organizacin capitalista de las relaciones sociales, elude
toda referencia a la economa?".'
(Fanon) o de las
que, al
separarse ideolgica y ficticia mente de los contextos donde se dan las situaciones
concretas entre los individuos y los grupos normalizan, legitiman y legalizan posiciones
previas de desigualdad con el objetivo de reproducirse infintamente.
una segunda
separacin
muy
-el espacio
Cfr. FRAISSE, Genevlve, Entre galt et libert. In: LA PLACE des femmes. Paris: EPHESIA; La Oecouverte,
1995.
BIRULS, F. El sueo de la absoluta autonoma: reflexiones en torno a la igualdad ydiferencia. In: GMEZ
RODRGUEZ, Amparo; TALLY, Justine. La construccin cultural de lo femenino. Sta. Cruz de Tenerife:
Centro de Estudios de la Mujer-ULL-Instltuto Canario de la Mujer, 1998. p. 19-29 Y HONIG, Bonnie.
Political theory and the displacement of po/itics. New York: Cornell Univ. Press, 1993. p. 76-125.
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1997.
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Id. Ibid., p. 119. En el mismo sentido, pero con acentos bastante ms materialistas,
siglo. Barcelona: Paids, 1989. p. 21.
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rato
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donde se dan cita no slo los intereses econmicos de los sujetos "concretos", sus
de relaciones que los ligan a otros sujetos en el espacio domstico, las creencias
sigue utilizando el trmino "padre de familia", el sexo del que firma los contratos o del
El contractualismo
que puede decirse que es una persona representativa tiene mucha importancia: es
un criterio discriminador en beneficio de una sola de las partes. Ahora bien, en una
e invisible
sexual deja de ser algo relevante al tener todas las partes su cuota de participacin
la proliferacin de reivindicaciones
del principio de
entenderla como "diversidad", como mera desemejanza que, en el mejor de los casos,
no discriminacin.
hay que tolerar estableciendo medidas que permitan acercar al diferente al patrn
de erradicar lo sexual, lo tnico o lo racial del debate poltico, ya que todos tendran
universal que nos hace idnticos a todos" y no como un recurso pblico a fomentary a
la connotacin
El argumento ideolgico que se usa una y otra vez es que no se debe "contaminar"
inversin de la discriminacin
el debate filosfico jurdico con cuestiones como las sexuales, tnicas o raciales.
Cualquier argumentacin
1.2.
El plano social
e imponer una sola visin del mundo como la universal. Se trata ahora de contraponer
los conceptos de igualdad y desigualdad. En este nivel abandonamos
el terreno del
s CIRIZA, Alejandra. Democracia y ciudadana de mujeres: encrucijadas tericas y polticas. In: BORN,
Atilio A. (COmp.). Teora y filosofa poltica: la tradicin clsica y las nuevas fronteras. Buenos Aires:
CLACSO; Eudeba, 1999. p. 239. SASSEN, Saskia. Lo que no se ve: hacia un anlisis feminista de la
economa global actual. In:
Contrageografas
de la globalizacin: gnero y ciudadana en los
circuitos transfronterizos.
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Madrid: Traficantes
tengan menos capacidades para actuar que otros: sea por razones de etnia (Amlcar
"La diversidad es dbilmente democrtica: reconoce la mera desemejanza. Se podriadecir Que su padrino
intelectual es John Locke en su Letter on Toleration. Enfrentado a la diversidad de visiones de los grupos
religiosos adopt una tctica Que reduca el poder a religin organizada ... la religin era ante todo una
cuestin de creencias individuales y no de representaciones
colectivas", WOLlN, Sheldon. Democracia,
diferencia y reconocimiento. La Poltica, n. 1, p. 154, 1996. (cfr. asimismo, CIRIZA, Alejandra. op. cit., p.
de poder cultural
(Gramsci), de situacin geogrfica (Samir Amin) o, por poner un punto final, de "mala
suerte" (Ronald Dworkin). En este nivel se constata lo que podemos denominar "el
241).
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V.
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sern vistos como privilegios de los ciudadanos que tienen acceso a las condiciones
parecen alimentarse
de la explotacin y
desprecio por
Danilo Zolo-? intent dar salida a este malestar afirmando que mientras
un sexo, de una raza o de una etnia en perjuicio de los que no pertenecen al sesgo
reside en analizar las condiciones que posibilitan la riqueza y la libertad, pero sin
posiciones ante los derechos es el acceso a los recursos. Lo que nos lleva a una
reflexin sobre la igualdad y la necesidad de abstraccin que toda tarea jurdica
requiere. El derecho no reconoce necesidades, sino formas de satisfaccin de esas
necesidades en funcin del conjunto de valores que predominen en la sociedad de que
se trate. Al no formalizar necesidades sino formas de satisfaccin de las necesidades,
el derecho ostenta un fuerte carcter de abstraccin. El problema no reside en esto:
formalizar implica necesariamente abstraer. El problema reside en qu es lo que se
1.3.
El plano poltico
abstrae para poder llevar adelante la tarea de formalizacin sin profundizar en, o
crear nuevas, desigualdades. Si abstraemos las normas de la diferente situacin a la
hora de acceder a los recursos disponibles, los derechos, sobre todo los individuales,
Por esta razn, debemos aadir un tercer plano a los dos anteriores:
el plano poltico. En este nivel se trata de comprender
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ZOlO, D. la ciudadana
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de espacios sociales en los que los individuos y los grupos puedan llevar adelante sus
pues, ir ms all de la lucha por la mera igualdad formal. Como afirma Amartya Sen,
la libertad, entendida desde esta segunda interpretacin, tiene, a su vez, dos facetas:
la primera, y
una "constitutiva",
"poltica"
de condiciones que
como autonoma personal, como independencia radical de cualquier nexo con las
Sen, de "abordar el mundo con coraje y libertad": evitar privaciones como la inanicin,
la desnutricin,
en la que
la libertad, en este caso las libertades polticas, puedan servir como instrumento de
individual considerado como "lo universal". En ese espacio moral individual todos
quedar eclipsada por la instrumental, dado que desde aquella se posibilita que "...
individuos morales y racionales, sin cuerpo, sin comunidad, sin contexto. Este espacio
oportunidad
- si se les da la
del individualismo slo ser posible a medida que vayamos construyendo un espacio
la propuesta de independencia
"el malestar
del desarrollo y
un tipo de sujeto inmvil o pasivo frente a los diferentes y cambiantes embates que
las diferencias
en que necesariamente
dichos individuos
"racionales" se debaten. Para evitar - mejor dicho, para ocultar- la entrada de ese
un espacio moral-racional
ideal -definido
"mano invisible del mercado"- que permita la accin aislada y apoltica de individuos
dirigidos por sus propios e intocables intereses. La paradoja est servida: individuos
que se definen como "no situados", dependiendo de la "situacin" en la que viven.
pregunta
a la segunda
le radici femminlli
dell"autorit.
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2.1.
Qu igualdad?
2.1.
particularismos
leyes y que albergo, como mujer, cierta desconfianza a priori hacia la justicia que
estas leyes deberan garantizarme, No s imaginarme una sociedad sin leyes y, sin
embargo, no consigo realizar esa operacin de reduccin de la vida, de reduccin de
las historias personales, que es necesaria para pensar una ley. Pienso -contina la
terica italiana- que mis razones de mujer son intraducibles en una ptica que quiere
mejorar las leyes, pero reconozco las leyes como uno de los tantos lugares posibles
de lucha para las mujeres. Considero humillante pedir ser reconocida como persona,
sin embargo, pienso que es necesario, aun cuando, obtenido ese reconocimiento, mi
vida no cambiar mucho en un mundo que no pone en discusin el conjunto de sus
criterios de valor"
y anticoloniales en general,
exige, pues, una ampliacin del concepto de derecho que sirva como instrumento
de lucha contra el sexismo, es decir contra la omnipresencia
y dominacin
de
los miembros de un sexo sobre el otro; o, lo que es lo mismo, la lucha contra los
privilegios econmicos, sociales y, por supuesto, jurdicos que hacen que un grupo
social ostente, por "naturaleza",
y se presenta como privilegio. El antisexismo - como efecto de las luchas contra las
relaciones patriarcales- se define, pues, como una denuncia de estos privilegios. Es
decir, como la afirmacin de la necesidad de superar los anlisis y las perspectivas
que encuentran
en las caractersticas
naturales/sexuales
el fundamento
de la
.14
con respecto
Por un lado, el
la
asuncin de unos criterios de valor que son ajenos, o cuando menos, conflictivos
con los intereses y anhelos de una mujer, y, tal y como estoy defendiendo, de otros
colectivos sociales que intentan una sociedad justa sin algn tipo de imposiciones
donde hombres y mujeres llevan adelante sus vidas, son propuestas sexistas - y, por
lo tanto, subjetivistas y particularistas- dado que se plantean en un marco donde un
sexo est sobrerrepresentado
basadas en
-disfrutando
BOCHETTI. A. 11 manfesto,
3-XI-1984
(Cursivas nuestras).
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mundo (la propiciada por el gnero masculino: lo que aqu hemos denominado la
gnero, como formulacin de un punto de vista diferente del que se reclama neutral
relacin patriarcal, Que ni siquiera se presenta como perspectiva, sino como mbito
al naturalizar una sola visin del mundo como si fuera la nica posible. Al contrario,
pertenencia
tampoco supone hablar slo de la mujer: hay tanto gnero femenino como gnero
dominante.
visible,
la que se comprenden las relaciones que se dan entre hombres y mujeres en espacios
mbitos fundamentales
este modo, cuando utilizamos la categora gnero, estamos ante lo que Marx en los
el predominio del depredador patriarcal; y, por otro, no nos hara avanzar mucho,
dado que dicha incorporacin se hara dentro de los marcos polticos, institucionales,
sociedad est basada en una estructura de gnero que mantiene a las mujeres, de
por la dignidad obrera, racial, tnica o de orientacin sexual. As, cuando utilizamos la
y relativamente,
con menos poder que todos los (varones)" Y tales situaciones han
categora "gnero" como una abstraccin determinada, podemos decir que estamos
ante una perspectiva aplicable a cualquier tipo de relacin social, dado que de ella
hemos extrado lo que es comn a todas las luchas que comparten el rechazo a la
subordinadas,
de "abstraccin
-que crea
De ah el secular
escepticismo
de las luchadoras
y luchadores
antisexistas con respecto al papel que pueda cumplir el derecho a la hora de evitar
el predominio de un sexo sobre otro. Es decir, las dudas de que se pueda erradicar
el sexismo del debate jurdiCO e institucional. An ms, los ejemplos de normas, de
sentencias y de interpretaciones
pues nos permite tomar conciencia de que las relaciones "concretas" que subyacen a
constantes en el campo jurdico que, aplicando las tesis de Marx en La Cuestin Juda,
se ha intentado comunicar a las mujeres el "no creas tener derechos" por el mero
social, histrica y polticamente entre los sexos y Que han instituido una visin del
las reglas que se introducen en el mundo, sobre todo porque los hombres las hicieron
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sin ellas" Y este es precisamente el nudo de la cuestin, el punto central desde el que
pivotan las posiciones sexistas dominantes: las leyes se hicieron, por un lado, sin las
mujeres o, como ocurre hoy en da, con una bajsima representacin en los rganos
dotados de autoridad
para debatirlas,
promulgaras,
interpretarlas
y enjuiciarlas;
y, por otro, sin contar con sus valores, sus perspectivas, sus reivindicaciones y sus
que luchar por un cambio institucional, jurdico y cultural que incluya radicalmente
por igual a ambos sexos en los crculos decisorios pblicos y privados, obligando a
bsica para el antisexismo no est, por tanto, en pretender que las leyes tengan sexo
compartir -se diga lo que se diga desde posiciones liberales de libre eleccin del
o que el sexo sea una variable fundamental en los diferentes discursos yestamentos
modo de vida-, asimismo, radicalmente por igual, las cargas y tareas que impone el
jurfdlcos: precisamente, el hecho de que las leyes se hicieran sin las mujeres (no slo
radicalmente antisexista que parta del siguiente lema: sexo no, gnero s.
en los
rganos decisorios y aplicadores del derecho, hace que estemos ante una cultura
jurdica sexista en la que el sexo ocupa el lugar de variable fundamental, ya que son
del fenmeno [urldlco" que nos permita, primero, visibilizar las relaciones de gnero
los pertenecientes a un sexo (los varones), los que han podido promulgaras y los que
dentro del derecho, y, segundo, sentar las bases para una concepcin antisexista del
estn sobrerrepresentados
mismo.
edificio jurdico, ni siquiera se presenta como tal, sino que pretende hablar desde
lo universal y para la humanidad, sin tener en cuenta (u ocultar) que habla desde
Esta
o lo hace en menor medida que la suya. Tal y como afirm Erwing Goffman el mero
tambin de una visin muy estrecha de las prcticas jurdicas. El derecho, como todos
nivel en que sta se asienta:" y ese nivel, esa estructura es profundamente sexista.
Esto no quiere decir, como decamos ms arriba, que las normas no tengan sexo y
costumbres e
inercias axiolgicas. Esto no quiere decir que estemos ante una herramienta neutral:
en primer lugar, el derecho es una tcnica de dominio social particular que aborda los
normas, las sentencias y las doctrinas jurdicas no deben tener sexo, y que ste deje
de ser esa variable hegemnica que hace que los hombres decidan y las mujeres
lugar, es una tcnica especializada que determina a priori quin es el legitimado para
15
GOFFMAN, Erving. The presentation of self in everyday life. New York: Ooubble-Oay Anchor, 1959. Versin
castellana, La presentacin de la persona en la vida cotidiana. Buenos Aires: Amorrortu, 1993 y, del
mismo autor, Stigma: notes in the management of spoi/ed dentty. New Jersey: Englewood Cliffs, Prentice
Hall, 1963. Versin en castellano, Estigma, la identidad deteriorada. Buenos Aires: Amorrortu, 1994.
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Los textos en los que se inspiran los prrafos siguientes son los de Juan Ramn Capella, Elementos de
anlisis jurdico. Madrid: Trotta, 1999; y FRUTA prohibida. Una aproximacin histrico-teortica
al estudio
del derecho y del Estado. Madrid: Trotta, 2001.
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fuerza del que controla - en otras palabras, del que est dotado de autoridad para
instltuclonal/estructural
yel poltico/cultural;
como el
lugar, "leemos" el mundo desde las claves que el presente nos ofrece, es decir, desde
relacional,
determinados:
no fragmentaria
dado que no
de una misma
que es lo mismo, desde las claves que la accin social, opositiva o legitimadora frente al
formal/normativo,
status quo, nos ofrece: estamos ante la posicin poltica. Pues bien, la cultura jurdica
jurdico",
"ordenamiento
determinados comportamientos
relegando otros a lo
tipo de "lectura" del fenmeno jurdico. En primer lugar, es una lectura "no ideolgica",
la cual tiene una versin fuerte, que es la que niega la influencia de las ideologas en
la produccin, interpretacin y aplicacin del derecho; y una versin dbil, que afirma
y regulacin
de quien ostenta
que las normas jurdicas son producto de una lectura determinada de las relaciones
simultneamente,
componentes estructural/lnstltucional
paralela y
no consiste
tutelan. Tambin hay que hablar del "contenido" que dichas instituciones
interpretarlas,
cualquier
les dan
aplicarlas e
impone la tendencia a otorgar los hijos a las madres en los procesos de separacin y
componentes
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que constituyen el
invisibilizando
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o difuminando,
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FACIO, Alda. Cuando el gnero suena cambios trae: una metodologa para el anlisis de gnero del
fenmeno legal. San Jos de Costa Rica: ILANUD, 1999; HACIA otra teora crtica del derecho. In: FACIO,
Alda; FRIES, Lorena. (Eds.), Gnero y derecho. Santiago de Chile: LOM Ediciones; La Morada, 1999y de
la misma Alda Facio el sorprendente texto DECLARACiN Universal de los Derechos humanos. Texto y
comentrios inusuales, ILANUD, 2001.
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razonable, bien, por el recurso planteado por los sectores "sociales" legitimados para
ello. Por tanto los tres componentes del fenmeno jurdico hay que entenderlos en
pblica o la de justicia)
nicamente desde la actividad del rgano dotado de jurisdiccin (es decir, desde las
constitucional-
por duda
estrecha interrelacin
Sin embargo, hay que insistir sobre el nivel formal de lo jurdico, ya que
hechos y a las normas en funcin de la cultura jurdica que predomine y los objetivos y
A pesar de
y las mismas dudas del mismo Kelsen en relacin con el carcter de mero supuesto,
actividad formal.
en relacin con otras normas, por lo que el proceso jurdico se percibe como un
mecanismo automtico que sigue las pautas de alguna entidad omnisciente) sigue
doxolgico
para los operadores jurdicos. El trato con las normas jurdicas como si
estas formaran parte de una mquina autosuficiente hace pensar al que legisla, aplica
intelectuales,
remedio que considerar como parte del contenido de la ley, si es que no queremos,
slo si existe otra norma que corrobora el enunciado, sin apenas reflexionar acerca
y condiciones de factibilidad
de su actuacin jurisdiccional
conservadores.
no se reduce al mero
conocimiento que la ciudadana tenga de las leyes. Est claro que si no conocemos
debe saber situarse en los lmites de esa "norma bsica" que se finge aceptar como
la dadora originaria de validez y que permite separar los tres componentes de todo
redaccin formal. Del contenido concreto que cada comunidad le d a los principios y
con respecto a un mero texto concebido, por obra y gracia de esa norma fundamental,
mucho de
de trabajo",
de actuacin
jurdicos concretos. Una ley o una norma por muy vlida que sea, en el sentido formal
del trmino, no podr ser interpretada o aplicada por las autoridades jurisdiccionales
derecho sin tener que recurrir a alguna entidad externa a l; y, asimismo, se basa
mquina autosuficiente que camina por s sola al otorgarse a s misma los criterios que
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la convierten en vlida para todos los que van a regularse por ella. La omnisciencia del
sino que la ficcin cultural que est en la base de las normas, sobre todo de aquella
ydel intrprete/descubridor
de lgicas inmanentes,
de la maquinaria jurdica,
en aquella hiptesis o ficcin. Si analizamos las normas (o, lo que es muy importante,
y utpicos
marginados de las
ventajas que supone la adopcin de aquella ficcin) y las teoras o reflexiones sobre
de las relaciones tcticas de poder, y pasar a entender las normas como enunciados
patriarcalismo
Grundnorm,
nos quedaramos
nicamente
con la descripcin
de dicha hiptesis,
de hechos o de
ficcin o, mejor an, de dicha cultura jurdica dominante. Si la burguesa tuvo xito
positivo, sino quese acaba construyendo un discurso poltico o una ideologa acerca de
cmo debe ser concebido el Derecho, esto es, una concepcin apriorstica del mismo.
una apertura del procedimiento jurdico para que otros colectivos puedan constituir
en un sistema jurdico-estatal
unificado,
no slo a una clase social, la que triunfa con las revoluciones burguesas, sino a
autopoiticamente
amputados los hechos y las mismas relaciones de poder. Lo dice muy bien Antonio
marginados de la ficcin
hegemnica:
indgenas,
Tabucchi, utilizando para ello la "ficcin" literaria: "es una proposicin normativa -
que certifica
Derecho. Pero es el fruto de la imaginacin del estudioso, una pura hiptesis ...Si
desigualdades
o discriminaciones
se trata de un asunto autntica mente kafkiano, es la norma que nos enreda a todos
seorito que se cree con derecho a azotar a una puta. Las vas de la Grundnorm
ficciones que imponen un nico punto de vista, una lectura particular y parcial de la
realidad como si fuera la nica y la universal. Y para ello se necesita una concepcin
democrtica
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2.1.
b) La dialctica igualdad-diferencia
53
al ser dicho por el artfice del garantismo jurdico - en las posiciones que reducen los
procedimientos normativos a espacios privatizados.
garantismo jurdico
en el debate en el que deben centrarse las reflexiones sobre, por ejemplo, el garantismo
ser entendido como Estado democrtico de derecho. Esta concepcin tiene mucho
que ver con la situacin actual en la que (sobre)viven los pueblos del Tercer Mundo
apego al contexto social - lo cual no parece que ocurra con los derechos civiles y
ven esquilmadas sus reservas y riquezas para el obligatorio pago del monto e intereses
de una deuda que sobrepasa cualquier criterio tico, e incluso financiero; mientras
que el pas ms endeudado del mundo, los Estados Unidos de Norteamrica manejan
teniendo presente
los que nos hemos acercado al problema, con el objetivo de evitar, en la medida de
de las diferencias.
Se ignoran las
diferencias
utilizar las indicaciones de luigi Ferrajoli, tal y como han sido descritas e interpretadas
concepciones, la igualdad aparece como un hecho emprico. Todos somos iguales ante
el gnero suena, cambios trae. Metodologa para el anlisis de gnero del fenmeno
lega/.22 Ferrajoli publica en 1993 un trabajo titulado La diferencia sexual y las garantas
la excepcin que confirma la regla general. Es decir, la igualdad sera la regla general
de la igualdad.
Para estas
contenido material, desarrolla las intuiciones del muy citado y ledo captulo 5 de su
en ltima instancia, se plantea como norma, como futurible. Llegaramos alguna vez
Diritto e ragione.23 En este texto, el autor italiano afirma que entre la igualdad y la
diferencia pueden establecerse, cuanto menos cuatro posibles relaciones, todas ellas
1 a_ La indiferencia jurdica
de las diferencias.
concepcin, la igualdad ya no aparece como un hecho. Estamos ante una norma, ante
una propuesta normativa que debe ser garantizada por el derecho. Todos los seres
una concepcin de la identidad sobre las otras y, asimismo -esto es muy relevante
como una excepcin, sino como un hecho que debe ser tratado por el derecho a travs
de polticas de igualdad. Esto, siempre segn Ferrajoli, no tiene por qu conducir
a la homogeneizacin
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Sevilla-Mlaga:
n. 2,1993.
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Situadas
en pleno
de la diferencia,
y las
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a las
que de hecho conduce el ascenso por antigedad, cuando se aplican a colectivos que
la igualdad de oportunidades,
tenga por resultado la desigualdad supone aceptar que cuando a una mujer se la
trata igual que al hombre, y ese trato la inferioriza, ste es discriminatorio aun cuando
Las discriminaciones
viene empaando
de los derechos
es preciso situar,
el debate
acerca de la contextualizacin
humanos?
Segundo, y como consecuencia
concretar o contextualizar
de lo anterior,
o debilidad de
que les impide
necesidades que han pasado por el filtro del sistema de valores que "contamina"
culturales.
toda ley. Si en este proceso se cae en lo que Marcela Lagares denomina el "terrorismo
Y, tercero, es preciso detenerse en la determinacin de las causas y las
competitivos, jerrquicos y hegemnicos, hay que traspasar las barreras del derecho
As, como defiende Alda Facio, para decidir si una leyes discriminatoria
de carne y hueso.
21
Analizando el ordenamiento jurdico-Iaboral francs (Ley sobre igualdad de remuneracin de 1972, Ley
sobre no discriminacin en la contratacin de 1975 y Ley sobre igualdad profesional de 1983). Margaret
Maruani se acerca a estos planteamientos al constatar "...que esas leyes no funcionan, que no impiden
la discriminacin en la contratacin, ni las desigualdades de salario y en la carrera profesional, y que la
voluntad de promover la igualdad de oportunidades slo existe sobre el papel. Todo el mundo conoce
el balance de esas tres leyes, pero no se ha adoptado ninguna medida para modificar. transformar. o.
ms sencillamente,
para hacer cumplir las disposiciones legislativas y reglamentarias'
en MARUANI.
Margaret; ROGERAT,Chantal; TORNS, Teresa (Coords.). Las nuevas fronteras de la desigualdad: hombres
y mujeres en el mercado de trabajo. Barcelona: lcarla, 2000. p. 19. Cfr. Asimismo, CHARLESWORTH,
Hllary. Femlnlst methods in international law. The American Journal of International Law. Washington,
v. 93, n. 2, p. 379394, 1999; cfr. asimismo las reflexiones que sobre el tema legal realiza Genevive
Fraisse en el peridico Le Monde 20 jul. 199B.
28
todo sus efectos. Aunque estemos ante una redaccin normativa perfectamente
constitucional, cuyo objetivo haya sido proteger los derechos de una determinada
colectividad, si el resultado al que se llega es discriminatorio,
24
LIBRERA de mujeres de Milan. No creas tener derechos. Madrid: Ed. Horas y Horas, 1991.
25
BOCHETTI. Alessandra. Lo que quiere una mujer: historia, poltica, teora: escritos, 19811995. Madrid:
Ed. Ctedra; Universitat de Valencia,1999;
y HOLMAAT, Rikl. The powerof legal concepts: the development
of a feminist theory of law. International
26
1996.
perspectives.
Philadelphia:
University of Pennsylvania,
v. 2, n. 4
1994.
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v.2.
n.4
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57
es preciso
cuando, al juzgar sobre el caso Marshall, afirm: "el hecho de que dos candidatos
las acciones que dentro y ms all del debate jurdico son necesarias para implementar
remuneracin por el desempeo del mismo puesto de trabajo aparece, primero como
propuestas.
aplicacin de una ley, pero tambin como una obligacin vinculada a un resultado
que deben satisfacer los gobiernos, los jueces y las mismas partes en el proceso de
La jurisprudencia
atencin a los resultados, a las consecuencias de la aplicacin de una ley para dirimir
y culturales
que
en los epgrafes siguientes: la lucha por la igualdad necesita que los actores sociales
jurisprudencia
el derecho a la igualdad. Esta exigencia es hoy ineludible dadas las dificultades que
el contexto econmico del nuevo orden global viene imponiendo sobre las polticas
indirectas
producidas por los obstculos que el contexto social, econmico o cultural impongan
El procedimiento
que el Tribunal de Justicia propone para evitar que las trabajadoras
sujetas a
discriminacin
no se queden sin medios jurdicos para luchar contra las mismas es el siguiente: 1)
el juez debe analizar el impacto de medidas legales, aparentemente
neutras, teniendo en cuenta el
contexto en el que van a aplicarse: situar la demanda Individual de una asalariada en el contexto del
grupo en el que se halla inserta y contrastarla con la situacin que disfrutan los hombres en la misma
empresa. 2) el juez tiene que decidir si los datos estadtstcos que ha recibido son significativos; si es
as, declara la presuncin de discriminacin; 3) en este momento se invierte la carga de la prueba: es
el empleador, no la empleada, el que tiene que justificar la poltica salarial o de empleo que aplica y sus
razones de no discriminacin; y 4) eljuez ejerce un control de legitimidad de las justificaciones
alegadas,
teniendo en cuenta el criterio de control de proporcionalidad
de los hechos. Este procedimiento, basado
esencialmente en dos principios: el de discriminacin
indirecta y el inversin de la carga de la prueba,
constituyen, en palabras de Marie Tnrse Lanquetln -cuvos argumentos estn la base de lo que venimos
expresandoen las ltimas pginas- "instrumentos de anlisis y accin para reducir la brecha que separa
el ideal expresado por el principio abstracto de la Igualdad y su aplicacin concreta" en LANQUETIN,
Marle-Thrse. La igualdad profestonal: el derecho bajo la prueba de los hechos. In: MARUANI, Margaret;
ROGERAT,Chantal; TORNS, Teresa (Coords.). op. cit., p. 183. A la hora de luchar contra las discriminaciones
no caben ni justificaciones
meramente jurdicas, ni explicaciones que aleguen la eficacia industrial o
determinadas leyes mercantiles, ni unas ni otras "...son sensibles a la igualdad sustancial que persigue
la denuncia de las discriminaciones indirectas', LYON CAEN, A. t'galit et la diffrence dans l'ordre du
droit. In: LA PLACE des femmes. Paris: EPHESIA, La Ocouverte,
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v.2,
1995.
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intereses que resulta de la confrontacin entre las normas y principios de los que est
compuesto y las situaciones de hecho que van a determinar tanto su legitimidad como
prctica social. Como afirma Bochetti32 "la ley no es un principio activo, es un principio
pasivo, inerte, no comunica fuerza, a no ser que esta fuerza ya exista en la realidad".
igualdad.
Ahora bien, si abandonamos la lucha jurdica, ser imposible registrar los grandes
cambios que se han ido sucediendo en las ltimas dcadas. La lucha poltica por
2.2.
Igualdad de qu?
registrar legalmente esa rica experiencia sirve para convertir "en lengua que todos
hablen" lo conseguido en la prctica social. Por eso, la pregunta por la igualdad debe
En esta lnea podemos situar las reflexiones del premio Nbel hind de
economa Amartya Seno En trabajos recientes, y, sobre todo en el volumen Desarrollo
hacerse desde dentro y desde fuera del derecho, planteando la siguiente frmula:
"igualdad de qu?".33
y Iibertad30, Amartya Sen aborda esta problemtica desde el plano econmico y nos
permite ir acercndonos
jurdico del debate. Sen defiende que no se puede, ni se debe, hablar de la igualdad
"en abstracto", tal y como hacen las propuestas liberales, sobre todo, en el marco
como hechos sociales que deben tener relevancia jurdica, poltica y, por supuesto,
del neo-contractuallsrno
econmica: es decir, como realidades con las que tenemos que convivir y, por supuesto,
esencialmente
las capacidades
fsicas o mentales.
- diferente vulnerabilidad
la igualdad sobrepasa con mucho las premisas de la igualdad ante la ley. El derecho
- discriminaciones
pues, como afirman Bochetti y Facio, lo jurdico hay que entenderlo como uno de
los instrumentos
ms importantes
los
resultados de las luchas por la igualdad. Pero, tanto para una como para otra, la
econmicas
pregunta por la igualdad va ms all de la jurisprudencia. En ese sentido, gran parte del
feminismo de procedencia jurdica cuestiona la identificacin total que comnmente
31
so
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when dlscourses
1992.
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61
de nuestro premio Nbel se sita en otro contexto: "cules son las diversidades
Basndose
grado de morbilidad
mortalidad entre hombres y mujeres," Sen concluye que, a pesar de ciertas ventajas
se preocupa por reconocer las causas que en nuestro mundo hacen posible que un
biolgicas y sobre todo sociales: las mujeres no van a la guerra y estn menos
ausentes", mujeres que no pueden aprovechar sus ventajas, sus recursos, a causa de
y la diferencia, y cmo hay que caminar para su resolucin, son las preguntas que se
debe plantear todo aquel que no quiera ni esencializar las diferencias ni eternizar
las desigualdades.
indriscriminadamente
El trmino
"igualdad de oportunidades"
- cuando se incluye
aqu cabra situar el debate entre igualdad y diferencia-, no hay que fijarse nicamente
en la falta de "medios", bienes prirnanos," dira Rawls, sino tomar en consideracin:
de "posibilidades
de funcionamiento
o de
social, sexual, tnica y territorial del hacer humano, como entre diferentes tipos de
ms que una tctica para desviar la atencin sobre el hecho de la diferencia como
-evitar mortalidad
desigualdad."
-evitar mutilaciones
tema del gnero y la situacin de la mujer tanto en el primer como en el tercer mundo.
-eleglr ocupaciones
asamblea originaria -al estilo de John Rawls- o en una, quizs indeseable, subasta
35
36
37
34
Cfr. HOM, Sharon K. Repositioning human rghts discourse on Asian perspectives. Buffalo Journal of
International Law, n. 3, p. 209-234,1996;
y KIM, N. Toward a femlnist theory of human rlghts: straddling
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hipottica ceguera ante las desigualdades reales que existen en la misma har que,
igualdad formal de todas y todos ante la ley. De este modo, no tenemos otro remedio
divisin social, sexual, tnica o territorial del hacer humano que privilegia a unos en
de los recursos, estamos ante una sociedad injusta. Por mucho que, desde diferentes
corrientes contemporneas,
posibilidades reales al formular una constitucin, y que dicha sociedad ser justa slo
por el hecho de tener tal norma fundamental y todo un sistema de recursos judiciales
lo ms adecuadamente
subordinacin de un grupo con respecto a otro." Por esta razn, tal y como sostiene
Seyla Benhabib."
una vida digna, esa sociedad seguir siendo injusta, tenga o no tenga una constitucin
responsabilidad;
constitucional"
43
debe complementar
la reclamada
bienes materiales e inmateriales para llevar adelante una vida digna. O es que acaso
ello habr que denunciar una vez ms las polaridades irreconciliables entre los sexos"
Para
acceso a tales bienes? Si una constitucin o cualquier otra norma jurdica, son ciegas
en la lucha por el derecho. De este modo, debemos reinterpretar la frmula "no creas
41
Cfr., ONG, Aihwa. Spirits of resistance and capitafist discipline: factory women In Malaysla.
York: SUNY Press, 1987; CARRASCO. Cristina (Ed.). Mujeres yeconomia: nuevas perspectlves
y viejos problemas. Barcelona: Icaria, 1999; HARRIES, Catherine. Daughter of our peoples:
feminism meets ugandan law and custom. Columbia Human Rights Law Review, n. 25,
42
BENHABIB, Seyla. Una revisin del debate sobre las mujeres y la teora moral. Isegora: revista de fllosofa
1994.
todos los preceptos y reglamentos formales que la hacen vlida ante la sociedad, su
39
En este caso. Sen analiza estas diferencias en el marco de lo que llama "conflictos cooperativos":
conflictos que no surgen entre adversarios irreconciliables,
sino conflictos que se dan en el marco
de la necesaria cooperacin en la vida pblica y privada. Gran parte del problema de la desigualdad
entre los sexos es una cuestin de libertades divergentes encubiertas bajo el manto de la necesaria e
irrenunciable igualdad de derechos. Cfr. tambin McCOLGAN, Aileen. Women under the law: the false
promese of human rghts, London: Longrnan, 2000.
40
Cfr., SMITH, Joan; WALLERSTEIN, Immanuel. (Eds.). Creating and transforming households: the constraint
of the world economy. Carnbridge-Pars: Cambridge University Press y Maison des Sciences de I'Homme,
1992; SASSEN, Saskia. G/obalization and its discontents: essays on the mobility of people and rnoney.
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para nuevos
Internatlonal
p. 493-539,
44
45
Vase por ejemplo las tesis de la proliferacin irrestricta de gneros en la obra de BUTLER, Judith Gender
trouble: feminism and the Subversion of Identity. New York: Routledge, 1990.
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renunciar al derecho tout court, sino a un derecho sexuado." Si las normas jurdicas
material que niega la neutralidad de las voces y de las producciones culturales (entre
favorecen sistmicamente
las que destaca, en este momento, el derecho), dado que todo producto cultural se da
tales normas estn repletas de sexo; mientras que si se tiende hacia la igualdad real
siempre en espacios y mbitos concretos donde se desarrollan las vidas y las luchas por
jurdico como de los anlisis de los y las juristas. Un derecho no sexuado consistira,
el antagonismo
cuenta lo que Celia Amors denomina, por un lado, las esferas de los y las iguales
(esferas de autonoma) y, por otro, las esferas de las idnticas (esferas de heteronoma
de las
relaciones jurfdcas."
que
no hay oposiciones
absolutas.
Como
decimos, son las dos caras de una misma moneda. Aunque, como en todo lo que
tiene que ver con lo cultural y con lo socio-poltico, entre ambas categoras se dan
tensiones, muchas de ellas difciles de extirpar, y que repercuten en la construccin
de ese espacio de lucha por la dignidad humana, entendido como el supremo bien
social a perseguir. Como sentenci Herclit053 es necesario que el pueblo luche por
El demos, sobre todo el compuesto por los que Calicls denominaba los
dbiles, es decir, los alejados de los centros de poder poltico, econmico y cultural,
difcilmente va a encontrarse con la ley, sino que tiene que constituirla en esa lucha, ya
social, sexual, tnica y territorial del hacer humano (que jerarquizan el acceso a los
bienes necesarios para una vida digna) y en las formas -funcionales o antagonistas-
la muralla, entendida sta, no como el obstculo que cierra las posibilidades de lucha
Lled, en su reinterpretacin de
y transformacin,
de encuentro en el lmite de las normas de la ciudad, sino como ese espacio comn
de lucha por la dignidad; ese espacio instituyente y garantizador de toda una lgica
46
No caigamos en cinismos, las normas jurdicas no tienen sexo, pero s lo tienen los valores que subyacen
a las mismas. De esta forma, la inane polmica acerca de si las normas tienen o no tienen sexo, debera
desplazarse a un anlisis ms efectivo acerca de la tendencia del sistema de valores que hacen que
tengamos estas normas y no otras, y que dichas normas privilegien a unos en perjuicio de otros.
47
48
BENHABIB, Seyla; CORNELL, Drucilla. Teora feminista y teora crftlca: ensayos sobre la poltica de gnero
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51
52
53
Digenes Laerclo,
moral en Arlstteles.
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p. 29 - 71
jul./dez.
2007
66
de valores
que pugnan
por imponer
67
acerca de la vida
coecnva."
BOCHETII, Alessandra. Lo que quiere una mujer: historia, poltica, teora: escritos, 1981-1995.
Desde
el feminismo
realidad
reside
impone.
La perspectiva
combate
materialista
ms bien en la diferencia
no es el producto
materialista
la igualdad,
yen
no es un hecho;
las diferenciaciones
del feminismo,
la
que el contexto
nos recordar
de una accin
pues,
siempre
por la igualdad
que el
y la libertad,
en el espacio,
BUTLER, Judith Gender troub/e: feminism and the Subversion of Identity. New York: Routledge,
y en la historia.
Y en ese combate
vamos construyendo
1990.
o debe consistir,
y contra
las diferenciaciones,
la muralla
en
CAGATAY, Nilufer; OZLER, Sule. Feminization
la democracia.
development
of long term
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