Revista de Derecho Del Trabajo #2
Revista de Derecho Del Trabajo #2
Revista de Derecho Del Trabajo #2
Derecho
del Trabajo
PRESIDENCIA DE LA NACIN
Consejo Acadmico
Eduardo lvarez
Mauricio Csar Arese
Csar Bechetti
Rodolfo Capn Filas
Graciela Cipolletta
Luisa Contino
Graciela Luca Craig
Horacio De la Fuente
Jorge Elas
Juan Carlos Fernndez Madrid
Daniel Machado
Oscar Massei
Susana Medina
Mnica Palomino
Victoria Prez Tognola
Ana Mara Salas
Claudia Salvatierra
Consejo Acadmico
VII
Editorial
Con gran satisfaccin venimos a presentar el segundo nmero de la revista
de Derecho del Trabajo de Infojus, el Sistema Argentino de Informacin
Jurdica pblico y gratuito, que se inscribe en el marco de las polticas
estatales tendientes a la igualdad y la insercin social.
La repercusin obtenida con el primer nmero, que fue recibido con gran
entusiasmo en los diversos puntos del pas, constituye un fuerte estmulo
para continuar desarrollando el trabajo hasta ahora realizado con afn de
perfeccionarlo e ir logrando paulatinamente una participacin cada vez
mayor. Ello a fin de contribuir con sentido democrtico a la comprensin y
construccin de un derecho social, como lo es el Derecho del Trabajo, que
sirva para afianzar ese bien intrnseco que es la justicia social, cuyo cumplimiento por mandato constitucional, el pueblo argentino ha encomendado
a todos los poderes del Estado.
En este nmero se busc dar tratamiento a lo que en hiptesis se plante
como una de las problemticas ms severas en el mbito de las relaciones
laborales: la clandestinidad total y parcial del contrato de trabajo y sus
efectos distorsivos.
Con esta ptica, planteamos la temtica desde la Direccin hacia el Consejo Acadmico integrado por prestigiosos profesionales representantes de las distintas regiones que componen nuestro territorio federal
expectantes de la respuesta que pudiramos obtener. La repercusin en
algn punto fue sorpresiva y nos llev a identificar dos grandes subtemas
Editorial
ramos conscientes, desde el inicio de esa bsqueda, que este nmero, habida cuenta de la cuestin que se sometera a estudio, deba ser
tratado con un enfoque amplio y pluridisciplinario para que se pudiera
apreciar ms cabalmente la incidencia de la clandestinidad laboral y as
poder mancomunadamente intentar descubrir los medios necesarios
para identificar, controlar, combatir, sancionar y finalmente erradicar este
mal que aqueja desde hace muchos aos a nuestra nacin.
IX
EDITORIAL
que componen en lo sustancial esta nueva publicacin que por necesidades editoriales se ver dividida en dos volmenes. El primero de ellos,
relacionado con las ms graves formas de trabajo clandestino y que se
vinculan con la explotacin del trabajo infantil y adolescente, la trata de
personas con fines de su explotacin como mano de obra y el trabajo forzoso; y la segunda que la hemos enmarcado dentro de un anlisis sobre
la Ley Nacional de Empleo, 24.013, durante sus veinte aos de vigencia.
Una de las situaciones que advertimos es que, frente al flagelo de la clandestinidad laboral, el Estado Nacional ha concentrado buena parte de sus
esfuerzos en combatirla con una visin amplia, mediante el estmulo a la
participacin de los sujetos colectivos, el control, la sancin y la reeducacin. Pero, a la vez, notamos que los avances logrados en las relaciones
de trabajo son todava insuficientes y la gravedad de la problemtica nos
exige, como sociedad, intensificar la ardua tarea desde los distintos lugares de trabajo.
En esa inteligencia, este nmero pretende ser un aporte para la clarificacin de algunas cuestiones que permita seguir avanzando hasta que el
trabajo digno sea una realidad efectiva de la que puedan gozar todas y
cada unas de las personas que habiten en suelo argentino.
Los directores
ndice General
Doctrina
p.
INDICE GENERAL
Proyectos legislativos
p.
259
Fuentes citadas
p.
283
ndice Temtico
p.
289
Doctrina
Las multas en
el contrato de trabajo
por ENRIQUE N. ARIAS GIBERT(1)
1 | Multas e indemnizaciones
Las denominadas indemnizaciones de los artculos 8, 9, 10 y 15 de la Ley
Nacional de Empleo, 80 LCT y 1 y 2 de la ley 25.323, constituyen (junto a la
multa del artculo 132 bis LCT, denominada sancin conminatoria) un grupo de normas que, a diferencia de las acciones resarcitorias que reparan
el dao real o presunto (las denominadas clusulas penales que importan
una indemnizacin tarifada del dao abstractamente considerado) agreden directamente el patrimonio del deudor teniendo como precedente
un hecho ilcito legalmente tipificado. La determinacin de la naturaleza
jurdica(2) de las normas en cuestin va a permitir entender sus condiciones
(2) El propio Hans Kelsen encabeza su Teora General del Derecho y del Estado (Mxico, Ed.
Universidad Nacional Autnoma de Mxico, 1988, p. 3) con la siguiente afirmacin: El derecho es un orden de la conducta humana. Un orden es un conjunto de normas. El derecho no
es, como a veces se dice, una norma. Es un conjunto de normas que tienen el tipo de unidad
a que nos referimos cuando hablamos de un sistema. Es imposible captar la naturaleza del
derecho si limitamos nuestra atencin a una sola norma aislada. Las relaciones entre las
normas de un orden jurdico son tambin esenciales a la naturaleza del derecho. nicamente
sobre la base de una clara comprensin de las relaciones que constituyen un ordenamiento jurdico, puede entenderse plenamente la naturaleza del derecho (el resaltado es del
original).
Doctrina
(1) Abogado (UNC), Doctor en Ciencias Jurdicas (UNLP), Juez de la Cmara Nacional de
Apelaciones del Trabajo, ex Juez Nacional del Trabajo, ex Juez del Trabajo de la Provincia de
Catamarca, ex Director de la Direccin Provincial del Trabajo, ex Coordinador Acadmico de
la carrera de Derecho de la Universidad Popular de Madres de Plaza de Mayo. Docente UBA
y UMPM. Ex docente de posgrado UNLP y UBA.
As, la ruptura de la relacin de trabajo implica no slo un hecho antijuridico (Justo Lpez lo caracteriza como un hecho vlido pero ilcito), sino la
existencia de un dao emergente de la prdida de la antigedad, concepto que engloba aspectos patrimoniales y morales tales como la prdida
de un grupo de pertenencia: el colectivo de trabajadores que integra la
institucin empresa(3).
En los casos de indemnizacin tarifada, la falta de necesidad de acreditar la cuanta del dao no puede confundirse con la existencia de dao.
As, por ejemplo, la supresin de las indemnizaciones tarifadas, no traera
como consecuencia un bill de indemnidad para daar, sino la justipreciacin caso por caso de los daos irrogados, con su carga de imprevisibilidad econmica para las empresas y un aumento del costo del servicio
de justicia(4).
Ello es as por cuanto la reparacin del dao tiene siempre raigambre
constitucional. Podrn analizarse alternativas diversas para la reparacin
del dao, pero no podr suprimirse sta. Al menos, bajo el actual rgimen
constitucional. La conclusin se hace ostensible teniendo en cuenta la
alta jerarqua normativa que se debe atribuir a la garanta de indemnidad,
ya que el hecho daoso implica siempre infraccin constitucional(5).
Ello es as por cuanto: a) el deber de indemnizacin reglamentado en el
Cdigo Civil no implica sino la consagracin del postulado general que
segn lo sostiene la Corte Suprema de Justicia de la Nacin echa races
en el propio art. 19 de la Constitucin Nacional, al prohibir a los hombres
(4) En forma coincidente se expresa Lpez, Justo La proteccin contra el despido arbitrario:
La indemnizacin por antigedad, su constitucionalidad y determinacin, validez de otros
sistemas alternativos, en Libro de ponencias del VIII Congreso Internacional De Poltica Social, Laboral y Previsional (FAES), op. cit. Sin analizar la naturaleza del poder del legislador,
pero estableciendo el lmite de la razonabilidad: Onaindia, Jos Miguel, La proteccin constitucional contra el despido arbitrario, en Libro de ponencias del VIII Congreso Internacional
de Poltica Social, Laboral y Previsional (FAES), op. cit., pp. 148 y ss.; y Capn Filas, Rodolfo
Lectura sistmica del convenio 158 de la OIT, en Libro de ponencias del VIII Congreso
Internacional De Poltica Social, Laboral y Previsional (FAES), op. cit., pp. 200 y ss.
(5) Stiglitz, Gabriel A, Daos y Perjuicios, Ed. La Rocca, Bs. As., 1987, p. 52.
Doctrina
(3) Con referencia a las distintas teoras respecto del dao indemnizado por la tarifa puede
consultarse de Arias Gibert, Enrique: Reparacin Extraforfataria en el Derecho del Trabajo.
en Derecho Laboral, Junio de 1990 y La indemnizacin por despido incausado, Libro de
ponencias del VIII Congreso Internacional De Poltica Social, Laboral y Previsional (FAES),
p. 189 y ss. Buenos Aires, 1996.
perjudicar los derechos de un tercero. Esto es, la regla del alterum non laedere, de raigambre constitucional(6); b) la reparacin del dao constituye
la puesta en marcha de una garanta de un derecho constitucional. Que
sta tramite procesalmente por vas ordinarias no hace cesar su funcin de
garanta del derecho de propiedad en sentido constitucional (art. 17 CN)
o de los derechos de la personalidad (derecho innominado de raigambre
constitucional emergente de la forma republicana de Gobierno; c) en el
caso particular de la indemnizacin por despido, si el artculo 14 bis de la
Constitucin Nacional establece la proteccin contra el despido arbitrario no puede interpretarse que el legislador puede desproteger contra el
acto especficamente considerado disvalioso por el constituyente(7).
rial). Con el criterio de la jurisprudencia laboral mayoritaria, las obligaciones de la seguridad social pasaban a ser una especie de no-obligaciones
sin fuerza vinculante para el deudor de la prestacin(8).
Advirtase que no se trata de la creacin de obligaciones (como por ejemplo, alterar judicialmente el contenido de la obligacin so color de razones
de justicia o compasin) sino de exigir el cumplimiento de las obligaciones nacidas del contrato. Tambin en el Rgimen de Contrato de Trabajo
existen obligaciones de seguridad social que tienen como causa directa
la existencia del contrato de trabajo (por ejemplo, las prestaciones de los
art. 208 y 212, prr. 4, LCT). Lo mismo sucede en la Ley de Riesgos de Trabajo (LRT) respecto del accidente in itinere. Su condicin de obligacin
de seguridad social no excluye la legitimidad de la accin destinada al
cumplimiento de la obligacin establecida por la ley o el contrato. Es que
los dos criterios de clasificacin permiten el entrecruzamiento de ambas
categoras.
Mientras el proyecto de reforma del Cdigo Civil tiende a la desaparicin de la utilidad prctica de la clasificacin de las obligaciones conforme
su causa formal, la distincin entre las causas materiales de la obligacin
mantienen su importancia en la medida que las condiciones de validez de
los distintos tipos de obligacin tienen vinculacin con las normas constitucionales que las imponen o ponen condiciones de validez.
(8) Empleadores y trabajadores durante las dcadas de los aos 60 y 70 del siglo pasado
pactaron la creacion de un fondo compensatorio de jubilaciones mediante el aporte de trabajadores activos y empresas. Al ser sometidas estas empresas al rgimen de privatizacin
por decisiones empresarias fueron suprimidos los fondos comensadores, por lo que los trabajadores accionaron peticionando: 1. La realizacin de las prestaciones comprometidas o,
en su caso 2. Los daos y perjuicios emergentes del incumplimiento de la obligacin. Los
reclamos fueron rechazados con el argumento de que se trataba de prestaciones de seguridad social.
Doctrina
posibilidad de una obligacin resarcitoria es la existencia de un dao antijurdico. Por el contrario, no es necesario para que este tipo de obligaciones sean vlidas que exista culpabilidad. De hecho, en la mayor parte
de los supuestos de resarcimiento se responde por causas objetivas. El
efecto de la obligacin de causa resarcitoria es extinguir la obligacin
que le dio origen. La indemnizacin no crea una nueva obligacin sino
que repara el efecto daoso del incumplimiento de una obligacin o de
un deber legal.
Las obligaciones de causa punitoria, por el contrario, producen necesariamente una agresin al patrimonio del deudor lo que implicara la inconstitucionalidad si su causa fuera resarcitoria que encuentra su lmite
en las dos condiciones que impone el rgimen constitucional para el ejercicio vlido de la punicin en un sistema republicano: Nulla poena sine
lege y nulla poena sine culpa. Al contrario que las obligaciones resarcitorias, la existencia de dao es indiferente. Obsrvese que las obligaciones
punitorias no sustituyen la obligacin originaria (que sigue siendo debida)
sino que crean una obligacin nueva.
Las obligaciones que tienen origen en la Seguridad Social, por su parte,
se diferencian de las dos anteriores por la inexistencia de autora como
elemento necesario de su constitucin. En el 212, prr. 4, por ejemplo, el
empleador no es autor de la incapacidad absoluta del trabajador. Es una
obligacin tpicamente de la Seguridad Social, lo mismo que las contingencias sociales de vejez o de enfermedad. Obviamente al no existir o ser
indiferente la autora, el factor de atribucin es necesariamente objetivo,
sea por previsin de la ley o por previsin contractual. Es necesaria la
aparicin de un dao, pero del dao como contingencia social, no como
dao injusto. En este sentido, es errneo considerar a los accidentes de
trabajo como si fueran prestaciones de la seguridad Social. Con excepcin del accidente in itinere, se resarce un dao injusto por un factor de
atribucion especial establecido en la LRT, pero no es una obligacin de
Seguridad Social. Entre el dao y quien deba responder no hay ningn
tipo de vinculacin. Y lo que aparece ac como indiferente es la antijuridicidad. Puede ser antijurdico que un trabajador quede incapacitado
por un accidente pero esto no quita que el empleador no deba responder por el artculo 212, prr. 4. La contingencia social es indiferente a la
antijuridicidad del hecho que lo causa y crea una nueva obligacin igual
8
Causa Resarcitoria
Causa Punitoria
Factor de atribucin
objetivo o subjetivo
Contingencia daosa
Antijuridicidad ex ante
(pena y legalidad)
Indiferencia de la
antijuridicidad
Reemplaza una
obligacin preexistente
(es siempre sustitutiva)
Culpa y sancin
(art. 18 CN)
Reparacin de
contingencia social
(art. 14 bis CN)
Autora
No hay autora
Propiedad
(art. 17 CN)
Autora
Debe sealarse tambin que en las obligaciones que emergen de los actos jurdicos la causa de la obligacin es el ttulo mismo y no pueden ser
confundidas con las obligaciones resarcitorias que presuponen un ilcito
lato sensu (incumplimiento contractual o ilcito stricto sensu).
Doctrina
ticipa de todas las caractersticas del sistema penal clsico, incluidos los
mtodos para la individualizacin de la pena(9).
Por otra parte, si las indemnizaciones tuvieran en cuenta solamente el
estado de zozobra en que coloca al trabajador clandestinizado, el 25%
de las remuneraciones no registradas parece un precio demasiado alto a
pagar por el empleador y, en tanto resarcimiento, irrazonable. Del mismo
modo que no es admisible que el legislador convierta en ilusoria la compensacin tarifada por el dao causado con la ruptura del vnculo, tampoco es admisible que por un dao menor se establezca una tarifa exorbitante. En ambos casos entra en juego el art. 17 de la CN(10). Es que las normas
en estudio no tienen en cuenta el dao sino la conducta del empleador.
Son multas cuya funcin no es compensar el dao sino castigar y prevenir
conductas tpicas subjetivamente reprochables.
Toda la inteligencia de las normas en tratamiento impone esta conclusin.
En efecto, ello se puede observar al puntualizarse los siguientes aspectos
sobre los que volveremos ms adelante: 1) al establecer la ley en sus art. 8,
9 y 10 que el importe de la indemnizacin ser equivalente al 25% de las
remuneraciones devengadas no registradas durante toda la relacin labo-
(10) La Corte de Casacin Francesa en fallo del 22 de Octubre de 1982 (Labb et autres)
ha sostenido que el binomio irresponsabilidad ms ausencia de reparacin es contrario a la
Constitucin Francesa y que el Estado slo puede establecer clusulas de irresponsabilidad
ms ausencia de reparacin es contrario a la Constitucin Francesa y que Estado slo puede
establecer clusulas de irresponsabilidad para sujetos o hechos determinados a condicin
de prever para las vctimas del dao otro sistema de reparacin: En ciertas materias, el legislador ha instituido regmenes de reparacin que derogan parcialmente el principio segn
el cual todo del hombre que cause un dao a otro por la propia falta est obligado a repararlo. En estos casos, en reemplazo o junto con el autor del dao se cita la responsabilidad en
garanta de otra persona fsica o moral. Pero lo que es inadmisible es que el dao sufrido por
la vctima permanezca sin ser indemnizado.
Doctrina
(9) Foucault, Michel, Vigilar y Castigar, Ed. Siglo XXI, Mxico, 1995, pp. 98/107, analiza las reglas del castigo en la concepcin clsica del derecho penal sistematizndolas en: a) Regla de
la cantidad mnima: Se comete un crimen porque procura ventajas. Si se vinculara la idea del
crimen a la idea de una desventaja un poco mayor, la idea del crimen dejara de ser deseable;
b) Regla de la idealidad suficiente: Si el motivode un delito es la ventaja que de l se representa, la eficacia de la pena est en la desventaja que de l se espera; c) Regla de los efectos
laterales: La pena debe obtener sus efectos ms intensos en aquellos que no han cometido
la falta, que deben figurarse la posibilidad de castigo; d) Regla de la certidumbre absoluta:
Es preciso que entre el delito la pena exista la idea de un vnculo necesario que nada pueda
romper (la recompensa al denunciante fortifica la idea de la inexorabilidad de la sancin); e)
Regla de la especificacin ptima: Se pretende que la naturaleza de la pena se ajuste a la
naturaleza del delito, individualizndola respecto de las conductas de cada infractor.
11
de las multas de los art. 8 a 10 LNE, postura que tuvo recepcin en algunos
fallos aislados de la CNAT en su anterior integracin. Un argumento similar
podra plantearse con respecto a la prestacin que emerge del art. 132 bis
LCT si el incumplimiento dura ms de dos aos de finalizada la relacin
laboral.
En realidad, al tratarse de multas, no hay dao que analizar pues el plazo
de prescripcin empieza a correr desde el momento en que se produce
el presupuesto normativo. Y este presupuesto normativo se produce por
la interpelacin requerida por la mayora de las normas o por el cese de
la relacin laboral en los supuestos de los art. 1 de la ley 25.323 y 15 LNE.
1.4.2. Admisibilidad del error de hecho
(11) Capn Filas, Rodolfo, Ley de Empleo, Librera Editora Platense, La Plata, 1992, pp. 40/49,
especialmente los pargrafos 46 y 61. Si dentro del plazo de treinta das corridos el empleador soluciona la clandestinidad, queda liberado de la indemnizacin. Esta liberacin se opone a la Constitucin Nacional tanto en lo que refiere a la propiedad privada del trabajador
afectado como en lo que respecta a la proteccin del Mundo del Trabajo, razn por la cual
contradice los artculos 14 y 14 bis. Violenta la propiedad privada porque la indemnizacin a
percibir es consecuencia de la clandestinidad cometida en el pasado. El nico sujeto que podra condonar la deuda sera el afectado, si no tuviera impedida tal conducta por el principio
de irrenunciabilidad. No se advierte la razn que legitimara la introduccin confiscatoria de
la norma en la esfera privada del afectado.
Doctrina
En definitiva, las prestaciones a que nos referimos, no son indeminizaciones porque no tienen en cuenta el dao sino la culpabilidad del agente incriminado de la conducta reputada ilcita. Son multas que, sobre la
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base del elemento subjetivo del obrar antijurdico del agente, aplican una
pena(12).
No empece a esta calificacin que la multa sea percibida por un sujeto
distinto del Estado, ya que ello obedece a razones de poltica legislativa
que se justifican por s solas ya que si fuera el Estado el beneficiario de
las multas, no se obtendra ninguno de los fines que el ordenamiento penal persigue: a) la prescripcin y prevencin de las conductas reputadas
nocivas y; b) el castigo a quien, con culpa o dolo, hubiere incurrido en las
conductas previstas por el tipo.
Que sea el trabajador quien percibe las multas no implica enriquecimiento
sin causa, puesto que el enriquecimiento sin causa es el enriquecimiento
que obedece a causa torpe, que carece de causa fuente. En el caso de las
multas de la ley de empleo, la causa fuente es la ley.
Ello, por supuesto, no obsta a la competencia de los tribunales del trabajo,
materia de legislacin local, ya que en la mayora de los ordenamientos
procesales de los Estados que integran la Repblica la competencia de los
tribunales laborales est atribuida a todos los conflictos emergentes del
contrato y la relacin de trabajo.
La ndole penal de la materia no altera la aptitud jurisdiccional del rgano
laboral. As, por ejemplo, la competencia sobre ejecucin y revisin de
multas de la polica del trabajo en materia federal o provincial.
2 | Problemas en la
interpretacin de las multas
En este captulo se pretenden analizar algunos de los temas que han motivado discusiones con relacin a la aplicacin de las distintas multas. Lo
que debe ser tenido en cuenta para orientacin en el tema es que todo
(12) En contra, Capn Filas, Rodolfo, op. cit., p. 32: Dado el trmino empleado (indemnizacin) la suma a percibir por el afectado no es una multa a su favor sino la reparacin
econmica estructuralmente penal pudiendo abrirse para sub/sumir cualquier figura de clandestinidad, utilizando la analoga.
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Del mismo modo que no hay indemnizacin sin dao, en las multas el dao
resulta indiferente. De hecho, en el supuesto del art. 2 de la ley 25.323 de
falta de pago de las obligaciones de dar sumas de dinero por parte del
empleador el contenido originario de la obligacin y la compensacin de
la mora son objeto de las obligaciones originarias y de la aplicacin de intereses, por lo que el dao producido est plenamente compensado. Lo que
hace la multa es producir un desequilibrio patrimonial en perjuicio de quien
se hace responsable de una situacin considerada jurdicamente disvaliosa.
Doctrina
15
los art. 137 y 149 LCT por cuanto se refieren a la obligacin de dar sumas
de dinero. De hecho, todos los tribunales establecieron al condenar a la
entrega de certificado de trabajo un plazo especial para el cumplimiento
de la obligacin al determinar el tiempo de cumplimiento de la condena
(en mi caso, utilizaba un plazo de quince das).
Luego de la sancin de la ley 24.013, que establece un plazo para dar
cumplimiento a la obligacin de regularizar sin consecuencias punitivas
de treinta das, el legislador ha establecido un plazo mediante el cual considera razonable el cumplimiento de la obligacin de hacer. Norma que
debe ser aplicada por analoga. En consecuencia, el decreto lo nico que
hace es poner certeza en una situacin que ya viene determinada por el
plexo normativo. Es obvio que no se puede punir (la multa del art. 80 LCT
tiene funcin punitiva y no resarcitoria porque no reemplaza la obligacin
originaria) por la falta de cumplimiento de una obligacin no vencida.
Obsrvese que de no concordarse con el criterio de constitucionalidad del
art. 3 del decreto 146/01 la obligacin del art. 80 requerira de constitucin en
mora por tratarse de un plazo indeterminado. Vencido el plazo constitutivo
recin entonces el actor podra realizar la intimacin a que se refiere la norma. Por supuesto, la adopcin de este criterio tendra como consecuencia la
discusin sobre la suficiencia del plazo por el cual se interpela por la mora.
Si el plazo no estuviere expresamente convenido, pero resultare tcitamente de la naturaleza y circunstancias de la obligacin, el acreedor deber interpelar al acreedor para constituirlo en mora.
Doctrina
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g. Dems datos que permitan una exacta evaluacin de las obligaciones a su cargo.
h. Los que establezca la reglamentacin.
De esto surge que cualquier incumplimiento de la carga de registro (aun
as no se trate de pago de salarios de modo clandestino) est comprendido en la categora ms amplia de registro inadecuado que sirve como antecedente de la sancin punitoria establecida por el art. 1 de la ley 25.323.
Ello incluye cualquier falta de registro de la remuneracin debida, aun as
no fuera abonada por el empleador.
Como se ha dicho precedentemente, la definicin de relacin laboral registrada viene determinada por la norma del art. 7 LNE que establece
Doctrina
Como nota aclaratoria debe sealarse que ninguna relacin tiene el registro de remuneraciones con las constancias que surgen del recibo de
sueldo. Por el contrario, el recibo de sueldo acredita el cumplimiento del
dbito salarial por parte del empleador, no el registro regular. Viceversa,
el registro regular no acredita el cumplimiento del dbito salarial. No es
posible confundir los instrumentos especficos para eludir el cumplimiento
de una obligacin legal.
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mial, o de miembros de sociedades mutuales o cooperativas, o por servicios y dems prestaciones que otorguen dichas entidades, y al momento
de producirse la extincin del contrato de trabajo por cualquier causa no
hubiere ingresado total o parcialmente esos importes a favor de los organismos, entidades o instituciones a los que estuvieren destinados (...), a
abonar una sancin conminatoria mensual equivalente a la remuneracin
que se devengaba mensualmente a favor de este ltimo al momento de
operarse la extincin del contrato de trabajo, importe que se devengar
con igual periodicidad a la del salario desde la disolucin de la relacin laboral hasta que el empleador acreditare de modo fehaciente haber hecho
efectivo el ingreso de los fondos retenidos.
Esta caracterstica de proyeccin en el tiempo futuro de las sanciones conminatorias, gnero al que la multa del art. 132 bis LCT pertenece, obliga a
replantear la aplicabilidad de la norma procesal citada, como as tambin,
las diferencias especficas entre las sanciones conminatorias del art. 666
bis del Cd. Civ. y las del artculo 132 bis LCT. En primer trmino, deben tenerse en cuenta las diferentes caractersticas de la sentencia que declara la
aplicacin de una y otra sancin conminatoria. Mientras que la resolucin
judicial que ordena la aplicacin de sanciones conminatorias es constitutiva de la obligacin modal en que consiste la sancin conminatoria, el fallo
que accede a la multa en los trminos del art. 132 bis LCT es esencialmente declarativo. Declara la existencia de una conducta tipificada por la ley
y previamente sancionada, por lo que se reconocen las consecuencias del
incumplimiento que preceden a la declaracin judicial. En este sentido, el
mbito de proyeccin de la condena mira hacia el pasado. Implica esto
Doctrina
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Bibliografa
Doctrina
AA. VV., Libro de ponencias del VIII Congreso Internacional De Poltica Social, Laboral y
Previsional (FAES), Buenos Aires, Fundacin
de Altos Estudios Sociales, 1996.
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Trabajo no registrado:
un abordaje desde la
negociacin colectiva
por GUIDO AROCCO(1) y MAGAL TROYA(2)
1 | Nociones previas
El sistema de relaciones laborales en Argentina desde 2003 se ha caracterizado por una creciente reactivacin, que progresivamente ha ido consolidando las instituciones laborales regidas desde el Estado Nacional bajo
un rol coordinador, afianzndose as un nuevo mecanismo de relaciones
laborales que se contrasta con los principios y directrices de las dcadas
anteriores.
(1) Lic. en Relaciones del Trabajo, UBA. Asesor de la Subsecretara de Relaciones Laborales
del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nacin.
(2) Lic. en Relaciones del Trabajo, UBA. Asesora de la Subsecretara de Relaciones Laborales
del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nacin.
Doctrina
Abordaremos en el presente artculo un panorama sinttico sobre el empleo no registrado y las herramientas eficaces que se instauraron para
erradicar y combatir la informalidad laboral desde el mecanismo de la negociacin colectiva. Claramente, el empleo no registrado es un fenmeno
socioeconmico globalizado y an presente en un modelo de crecimiento econmico que ha priorizado la inclusin y proteccin social mediante
mecanismos protectorios y centralizados bajo el concepto del trabajo decente. En particular, en nuestro pas (...) el sistema de relaciones laborales
opera sobre el empleo asalariado, por lo que la magnitud de ste es un
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indicador de su cobertura emprica. La heterogeneidad del empleo asalariado suscita adems la necesidad de establecer el tipo de empleo donde puede identificarse la relacin laboral articulada con las garantas de
diversos institutos, que denominaremos empleo asalariado formal, para
diferenciarlas de las ocupaciones donde esas garantas se diluyen(3).
A partir de 2003 se presentan cambios y tendencias que han marcado un
descenso en el largo plazo en el empleo no registrado; diversas herramientas que fueron consolidndose paulatinamente con el rgimen de
empleo articulado luego del perodo de crisis econmica y laboral. Sin
duda, puede observarse un pasaje acompasado de la evolucin del mercado de trabajo que se hered de una crisis del empleo sin magnitudes,
devenida de la convertibilidad y su colapso socio-econmico en el 2001.
Notoriamente, el descenso de la tasa de desocupacin abierta y la paulatina reduccin del trabajo no registrado permiti lograr al primer trimestre
de 2012 una tasa de desempleo del 7.1%(4).
Cabe destacar que la problemtica del trabajo no registrado, como as
tambin la informalidad y la economa oculta, son temticas interrelacionadas que han estado presentes en la estructura del mercado de trabajo argentino. Sin embargo, esta incidencia se ha reducido notoriamente.
Verificndose por medio de la tasa de empleo no registrado de personas
de 18 aos y ms, en el tercer trimestre de 2003 se ubicaba en 48,4% y al
cuarto trimestre del 2011 se encuentra en 33,8%(5). Esta serie histrica es
elaborada con datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), y se
excluye de la poblacin asalariada a los ocupados identificados con actividades no visualizadas como trabajo, es decir formas ocultas de ocupacin; tales como los trabajadores cuentapropistas o los beneficiarios de
planes de empleo. Se considera as un universo diferente, no excluyente
de los trabajadores de la economa informal puesto que se trata de una
tasa de empleo no registrada, entendindose como la relacin entre empleo no registrado y el total de los asalariados.
(3) Palomino, Hctor, El fortalecimiento actual del sistema de relaciones laborales: sus lmites
y potencialidades, Buenos Aires, Jorge Baudino Ediciones, 2010, p.211.
(4) Fuente: Instituto Nacional de Estadsticas y Censos de la Repblica Argentina
(5) Fuente: Direccin General de Estudios y Estadsticas Laborales del Ministerio de Trabajo,
Empleo y Seguridad Social de la Nacin.
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2 | Algunas definiciones
de trabajo no registrado
Antes de desarrollar las formas de combatir el trabajo no registrado en
la actualidad argentina, procederemos a exponer brevemente en primer
lugar, algunas definiciones sobre la temtica abordada.
Segn Julio Neffa, () el empleo no registrado comprende a aquellos
trabajadores en relacin de dependencia a los cuales no se les realizan
aportes y contribuciones que estn estipulados en el Sistema Integrado
de Jubilaciones y Pensiones ()(7).
Segn la Organizacin para la Cooperacin y el Desarrollo Econmico
(OECD), () el empleo no registrado o no declarado, se define como
aquel que ser ilcito en s mismo no est declarado a una o varias autoridades que deberan tener conocimiento de l, y por este hecho se sustrae a
la reglamentacin o a los impuestos o lleva a una reduccin de las prestaciones de la seguridad social()(8)".
Segn Lpore, Roca, Schaleter y Schelesser: () la nocin de trabajo no
registrado surge del concepto estadstico de asalariado sin jubilacin,
utilizada por la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC. Esta nocin
alude a los asalariados que no son registrados por sus empleadores en la
seguridad social y, en lneas generales, se adapta bien a la idea de pre-
Doctrina
(6) Palomino, Hctor, La instalacin de un nuevo rgimen de empleo en Argentina: de la precarizacin a la regulacin, Buenos Aires, Jorge Baudino Ediciones, 2010, pp.179.
27
3 | Marco normativo
nacional e internacional
En el plano internacional la relevancia de la cuestin del empleo no registrado ha sido de gran importancia y desarrollado por la OIT, en particular
en la 90 Conferencia Internacional del Trabajo, en donde fue enunciada la
siguiente premisa: (...) cooperar con los Estados miembros a fin de elaborar y ejecutar, en consulta con las organizaciones de empleadores y de trabajadores, una poltica nacional tendiente a incorporar a los trabajadores
(9) Lpore, E.; Roca, E.; Schachtel, L. y Schlesser, D. Evolucin del empleo registrado y no registrado en el perodo 1990-2005, Buenos Aires, SSPTyEL-MTEySS, 2006.
28
Doctrina
ley 26.476. Regularizacin Impositiva. Parte pertinente: Titulo II, cap. I. arts.
11-24.
29
(11) Galn P. y Novick, M., La precarizacin del empleo en Argentina, Buenos Aires, Centro
Editor de Amrica Latina, 1990.
30
Empleadores formales con capacidad contributiva: con trayectoria en cotizaciones a la seguridad social, con modalidades de contratacin elusivas o vinculados
comercialmente con empleadores que operan fuera de la normativa.
Refiscalizacin de establecimientos en los que se hayan detectado irregularidades.
Segn los empleadores, las causas que se invocan ante una inspeccin
que detecta estas irregularidades son, por ejemplo: la elevada proporcin
del salario indirecto, la fuerte presin fiscal sobre el volumen de ventas, la
superposicin de impuestos nacionales y provinciales y en caso de despedir a un trabajador el pago del preaviso e indemnizaciones que son establecidas en las normas laborales. De tal forma, el trabajo no registrado es
considerado como un recurso utilizado por las empresas ms dbiles para
sobrevivir en un mercado cada vez ms competitivo(12).
5 | Estadsticas laborales
El boletn de estadsticas laborales compila una serie de estadsticas provenientes del Ministerio de Trabajo y el INDEC. Analizando la cantidad
de trabajadores registrados y no registrados (medidos en miles) para momentos clave del mercado de trabajo argentino, podemos apreciar lo siguiente(13):
TABLA 1
Trabajadores
Registrados
Trabajadores
No Registrado
1 - 2003
4.649
4.243
4- 2004
5.154
4.962
1- 2007
6.419
4.560
Doctrina
Perodo/Condicin
31
All se observa que el empleo asalariado registrado sigue una firme tendencia ascendente hasta la actualidad, en tanto el empleo no registrado
se estanca y empieza a disminuir en trminos relativos.
Se permite observar que entre el IV trimestre de 2004 y I trimestre de
2007, los asalariados registrados se incrementaron en 1.265.000 ocupados, mientras que los asalariados no registrados disminuyeron en 402.000
ocupados. Esta evolucin implica que desde una situacin casi idntica
registrada en el IV trimestre de 2004, cuando la brecha entre empleo registrado y no registrados era de menos de 200 mil ocupados. Se observa
hoy una brecha que se aproxima a los 2 millones de ocupados en favor del
empleo registrado.
El P.N.R.T ha demostrado eficacia como poltica pblica tendiente a mejorar el registro de trabajadores en relacin de dependencia y concientizar
a los empleadores sobre la problemtica de la informalidad. Podemos observar los siguientes valores acumulados de trabajadores relevados por el
P.N.R.T. durante los perodos 2005-2011(14).
TABLA 2
Trabajadores
No Registrados
Trabajadores
Registrados
Cantidad de
Trabajadores
745.728
1.945.342
Distribucin
porcentual
27.7%
72.3%
Actividades/aos
2005
2007
2009
2011
20,2%
27,9%
30,3%
34,1%
10,3%
41,4%
30,2%
41,4%
Industria manufacturera
32,2%
39,7%
37,1%
41,2%
Construccin
35,2%
35,7%
29,6%
36,4%
31,7%
38,3%
38,4%
43,0%
Hoteles y Restaurants
33,9%
44,8%
45,1%
50,8%
Transporte
22,3%
23,5%
26,6%
28,3%
Intermediacin financiera
23,4%
26,3%
28,0%
35,7%
Enseanza
19,5%
34,6%
39,3%
42,8%
Doctrina
TABLA 3
33
Doctrina
En un contexto de revitalizacin Nacional del sistema de relaciones laborales y con la expansiva y creciente dinmica negocial descripta, deviene
necesario abordar la temtica del enriquecimiento de la negociacin colectiva, buscando incorporar nuevos contenidos negociales o reformulando contenidos tradicionales. Tal es as que desde el ao 2009 la cartera
laboral, a travs de la Subsecretara de Relaciones Laborales, organiza talleres sobre Nuevos Contenidos de la Negociacin Colectiva. En estos
seminarios se invitan a representantes sindicales, empresarios, estatales,
acadmicos y expertos en temticas laborales para debatir y analizar las
propuestas de contenidos a incorporar o reformular en la negociacin
colectiva.
35
empresas que posean en situacin irregular y/o no cumplan con las metas
de blanqueo que se pauten.
Estipular plazos para el cumplimiento de las referidas metas.
Establecer mecanismos que contemplen la participacin de los delegados sindicales en el control del cumplimiento de las normas relativas a la
promocin del trabajo no registrado y decente; por ejemplo a travs de la
figura del delegado fiscalizador.
7 | Relevamiento de acuerdos
y convenios colectivos de trabajo con
clusulas sobre trabajo no registrado
Con el objeto de obtener una perspectiva ms profunda sobre el abordaje
de la problemtica del trabajo no registrado que los actores sociales han
convenido mediante la negociacin colectiva, hemos realizado un relevamiento de convenios y acuerdos colectivos de trabajo que incluyen clusulas relativas a informalidad laboral y trabajo no registrado.
Dicho relevamiento se realiz utilizando la base de datos informtica de
convenios y acuerdos colectivos de trabajo registrados en el Ministerio de
Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nacin, mediante la bsqueda
de instrumentos a partir de palabras clave y el nomenclador de contenidos que la base de datos provee.
A continuacin destacaremos los principales instrumentos relevados:
La intersindical radial, compuesta por el Sindicato nico de Trabajadores del Espectculo Pblico y Afines (SUTEP), la Sociedad Argentina de Locutores (SAL) y la Asociacin Argentina de Trabajadores de las Comunicaciones (AATRAC) ha venido incluyendo en sus acuerdos salariales desde el
ao 2006 clusulas relativas a la lucha contra el trabajo no registrado. stas
pueden observarse en sus ltimos acuerdos salariales con la cmara em-
Doctrina
37
Doctrina
39
Su artculo 5 establece las reglas de interpretacin del cuerpo convencional, dentro de las cuales se destaca: El incumplimiento por parte del
empleador de llevar la documentacin laboral que establece la legislacin del trabajo y dems obligaciones que surgen del presente Convenio
Colectivo de Trabajo, har operativa la presuncin dispuesta por el art.
55 de Ley de Contrato de Trabajo. Tambin en referencia a la jornada
de trabajo de los trabajadores se presumir que el dependiente cumple
jornada laboral completa; lo cual es no slo en defensa de los derechos
de los trabajadores, sino que tambin con la finalidad de combatir el empleo no registrado y/o parcialmente registrado, y las consecuencias que
de ello se deriva para los trabajadores, sistema de previsin y seguridad
social.
Es dable destacar la presuncin que el convenio establece sobre la jornada laboral completa, lo cual nos demuestra que la actividad posee una
problemtica en lo relativo al parcial registro de los trabajadores, y se revela como una eficaz herramienta convencional para el combate contra
este flagelo.
Doctrina
41
establece que los empresarios, los propietarios y los profesionales, cuando se desempeen como constructores de obra que contraten contratistas o subcontratistas que no hayan acreditado su inscripcin en el Registro
Nacional, sern, por esa sola omisin, responsables solidariamente de las
obligaciones de dichos contratistas o subcontratistas respecto al personal
que ocuparen en la obra y que fueren emergentes de la relacin laboral
referida a la misma.
el mbito territorial pactado entre las partes, las mismas acuerdan crear
una comisin integrada por dos integrantes por cada parte signataria que
ser la encargada de analizar los casos de personal cuyo vnculo jurdico
con las empresas comprendidas en el presente, rena caractersticas que
dificulten la calificacin de su naturaleza, a los fines de determinar en un
plazo mximo de 12 meses desde la entrada en vigencia de este convenio,
si corresponde la incorporacin de dicho personal al presente. En ese sentido, ambas partes acuerdan en establecer que la incorporacin en condicin de empleado en relacin de dependencia de mdicos que pudieron
haber prestado servicios para la misma empresa con anterioridad bajo la
modalidad de locacin de servicios profesionales, no importar reconocimiento expreso o tcito de que los servicios prestados por el mdico con
anterioridad revestan naturaleza laboral.
Doctrina
El CCT 467/06 (Trabajadores de Peluqueras para Caballeros, Nios y Unisex), concertado entre la Federacin Nacional de Trabajadores de Peluqueras, Esttica y Afines (FeNTPEA), por la parte sindical, y el Centro
de Patrones Peluqueros de Buenos Aires, la Confederacin General de
Peluqueros y Peinadores de la Repblica Argentina, y la Federacin Bonaerense de Peluqueros, Peinadores y Afines, por la parte empresaria.
Este convenio en su art. 42 establece una presuncin de la existencia de
relacin de trabajo, al establecer: En los supuestos en que el trabajador
no hubiese sido denunciado por el empleador como dependiente o no
hubiese sido registrado como tal la existencia de un recibo, cualquiera
fuere su forma, mediante la cual se acreditar un pago por trabajos realizados, har presumir la existencia de la relacin de dependencia y servir
adems para presumir la fecha de ingreso del trabajador por la fecha o el
perodo abonado.
43
Doctrina
45
8 | Reflexiones finales
El trabajo en la economa informal y la informalidad en el mbito del trabajo es un problema grave que afecta el mundo laboral y la economa
argentina. Sus consecuencias incluyen la carencia general de derechos y
beneficios que brinda la seguridad social, la invisibilidad de colectivos de
trabajo, y la exclusin social. El empleo no registrado, o deficientemente
46
Doctrina
47
48
1 | Introduccin
El tema sobre el que nos hemos propuesto reflexionar, para esta nueva
edicin de Infojus, (una iniciativa de socializacin del conocimiento, que
debe sealarse casi como revolucionaria en los trminos en que lo efec-
Doctrina
(1) Abogado Laboralista. Postgrado en Derecho Notarial (Universidad Nacional del Litoral).
Especializado en Derecho del Trabajo (Universidad de Castilla La Mancha. Espaa). Publicista. Docente invitado de postgrado. Representante de trabajadores y asesor sindical.
49
(4) El trmino usinas est tomado en el mismo sentido que lo utiliza el Dr. Ral Zaffaroni,
en su obra antes citada.
50
2 | Situacin del
trabajador no registrado
El obrero sin registrar puede permanecer, segn nos lo indica nuestra propia experiencia, largo tiempo en esa condicin, sin reclamar la inscripcin
y/o registracin de su contrato.
Permanece en situacin de clandestinidad registral, en situacin de fraude
a la ley laboral, tolera esta situacin, por temor a la represalia, que en un
sistema en que las agencias judiciales y las usinas ideolgicas de transmisin del conocimiento, se han ocupado de adjudicarle eficacia extintiva
al despido, no obstante su carcter de ilcito, teme que dicha conducta termine con su trabajo. Como seala agudamente Moiss Meik(6), el
(6) Meik, Moiss, El sano juicio. El largo debate sobre irrenunciabilidad, indisponibilidad de
derechos, imperatividad normativa y orden pblico laboral, Revista Crtica de Derecho Social N 3, Buenos Aires, Editores del Puerto SRL, 1999: El sujeto sometido a esa medida, por
su estado de necesidad, conciente de su impotencia y desigualdad negocial, posterga, inhi-
Doctrina
(5) La dimensin de la importancia del actor colectivo, resulta imprescindible por cuanto,
como bien seala David Duarte, es la verdadera forma de lucha contra la opresin y porque,
en definitiva, es la ltima trinchera de resistencia del obrero, en forma organizada, cuando
la norma heternoma, subproducto de la democracia representativa de los intereses de la
burguesa, se torna, por regresin, o por falta de progresin, en un embate a los derechos
conquistados por las luchas y reivindicaciones al decir del maestro Luigi Ferrajoli.
51
be, su natural y lgica expresin de desaprobacin del hecho que lo perjuidica. Su conciencia,
su sano juicio, le permite comprender traslcidamente el dao que le ha ocasionado desde su
sitial de poder fctico, el empleador. Calla por impotencia. Resulta un despropsito considerar
esa muestra de impotencia como una normal o regular manifestacin de la autonoma de la
voluntad. El trabajador silencia su repudio, su condicin objetiva de agraviado, frente a un
cambio sustancial que le fue impuesto y que el daante consum en forma gratuita. El trabajador lo padece sin respuesta ostensible, por riesgo de sufrir un mal mayor, el despido, que no
puede dejar de representarse como una amenza implcita, en un sistema legal donde la segregacin definitiva e incausada del trabajador, si bien es considerado un hecho ilcito, adquiere
plena eficacia extintiva. El trabajador no podra jurdicamente, obtener un pronunciamiento
que desmonte la eficacia de esa segregacin patronal segregatoria. No podra rescatar la vigencia del contrato y la consiguiente regularizacin de las prestaciones inherentes al mismo.
(7) La calificacin de brutal corresponde a la Comisin de Expertos en aplicacin de Convenios y recomendaciones de la O.I.T. con motivo de la interpretacin del Convenio N 158.
(8) Meik, Moiss, El derecho al trabajo proyectado como un derecho fundamental de proteccin contra el despido arbitrario, en El Derecho del Trabajo y la Constitucin Nacional,
ponencia a las XXXIIIas Jornadas Nacionales de Derecho Laboral, Asociacin de Abogados
Laboralistas, Mar del Plata, 2008; pp. 147 y ss.
52
Y que luego de transitar dicho laberinto, frente a la casi segura y frecuente negativa del contrato por parte del empleador, slo puede romper el
contrato, rescindir el vnculo y reclamar una serie de indemnizaciones, que
tambin se encuentran predispuestas, tarifadas de antemano, en una lgica absolutamente funcional a la previsibilidad del capital(9). El obrero debe
romper el contrato y, al final del camino, de la ruptura, se encuentra con
la tarifa como premio, otro de los sacrosantos dogmas que ha instalado el
discurso jurdico: el carcter transaccional de las normas del derecho del
trabajo, y la consiguiente imposibilidad de cuestionar su lgica.
El premio que el universo normativo le otorga al obrero, por haber transitado correctamente este camino, es la tarifa, que, ahora, excede la menguada del art. 245, y le aade, generosamente siempre y cuando logre
acreditar la existencia del contrato de trabajo otras indemnizaciones,
tambin tarifadas y predispuestas; las que, seguramente ya habrn sido
presupuestadas por la lgica empresaria, tendrn su lugar en algn rubro
del estado de resultados.
Es decir, en buen romance, el obrero sin registrar, como asimismo todo el
camino transitado por el mismo tendiente a obtener la registracin, ha podido ser prolijamente previsto por la lgica economicista de la empresa,
reducida a un item en el estado de resultado.
Se puede advertir que esta lgica de garanta del trabajador sin registrar,
o si se prefiere, estos mecanismos diseados con el explcito y confesado
propsito, desde la exposicin de motivos de la ley 24.013 y de sus sucesivas y anlogas reformas; no puede tener, al menos en trminos generales,
impacto sobre el empleo sin registrar.
(9) Resulta altamente revelador, como ha sealado el Dr. Juan Lombardi, que la reforma por la
regla estatal de la dictadura, que mutil la enorme obra del enorme Norberto Centeno derog 27 y modific 92 artculos de la originaria LCT; no haya, sin embargo, tocado el art. 245,
que comprenda absolutamente funcional a la lgica de la previsibilidad de los costos, por
parte de las empresas. Ello sin perjuicio de otras crticas que, en diferentes latitudes, puedan
efectuarse al art. 245 LCT, como asimsimo a su interpretacin por parte del discurso jurdico
tradicional, las que exceden el objeto del presente trabajo.
Doctrina
53
rado la difusin por parte del discurso jurdico, del derecho del trabajo,
como veremos seguidamente.
La estrategia que proponemos, radica en que, frente al desconocimiento
del contrato, en lugar de romper el mismo se reclame su cumplimiento
efectivo. Que el obrero, luego de transitado el engorroso iter epistolar
previsto en la ley 24.013, o alguno con anloga finalidad, que termina
siempre con el consabido niego relacin de trabajo, no rompa el contrato, no denuncie el vnculo, como ocurre regularmente frente a la negativa
del contrato, sino que, en su lugar, reclame su cumplimiento, fundado en
el art. 78 LCT, que coloca en cabeza del empresario una obligacin fundamental de dar trabajo.
El lector desprevenido, a esta altura de la lectura, nos podr efectuar una
serie de objeciones argumentales, entre las cuales se nos podra advertir
que la hiptesis antes planteada, exige romper como sealamos con
algunos dogmas del derecho del trabajo y, por tanto, colocarse en el terreno de la provocacin, de la hereja jurdica para el paladar estructurado
de quienes no admiten la evolucin del conocimiento jurdico por sta
anclados, encorsetados en lo que la jurisprudencia tiene resueltoo la
doctrina ensea desde siempre(10).
Esa es la idea, luego de formular a modo de breve sntesis, como premisas
de razonamiento, determinadas formulaciones que han sido desarrolladas con mayor detenimiento en otras oportunidades, proponer un camino
alternativo a la ruptura contractual frente a los casos de trabajo sin registrar; concluiremos de esta manera, reiteramos, que el obrero, al final del
camino epistolar por el que intima la registracin, no debe sumergirse
necesariamente en el oscuro final de la ruptura contractual, lo que implica
validar la lgica de la violacin del derecho fundamental al trabajo, y que
lo reconduce a la lgica transaccional de pedir, de pretender un resarci(10) El Dr. Jorge Peyrano refleja irnicamente este modo de pensar de los hombres de
derecho, que ms que un modo de pensar se traduce en un modo de estar y ser en la
vida, en un antiguo artculo de su autora que comienza con una poesa de Alfonsina
Storni: Doctrina de las cargas probatorias dinmicas, en La Ley1991-B, 1034: Casas
enfiladas, casas enfiladas, casas enfiladas cuadradas, cuadradas, cuadradas. Casas enfiladas. Las gentes ya tienen el alma cuadrada, ideas en fila y ngulo en la espalda. Yo
misma he vertido ayer una lgrima, Dios mo, cuadrada. Tambin el maestro Mosset
Iturraspe se quejaba de la falta de apertura de los juristas, de la reaccin adversa a todo
cambio, apegados nostlgicos a lo que enseaban Domat y Pothier.
54
Doctrina
Desarrollaremos a continuacin nuestra propuesta, que, tal como la sintetizamos, radica en proponer que el obrero, luego de finalizado el camino
de intimacin registral, en lugar de romper el contrato exija judicialmente
su cumplimiento a travs de un proceso de conocimiento, declarativo de
la existencia del contrato y de condena a registrar el mismo, dar trabajo
efectivo y, en su caso, con la condena accesoria al pago de los salarios de
tramitacin o salarios cados.
55
relativa, que de tan relativa y de tan impropia, termina siendo la negacin misma de la estabilidad. Porque, como bien sealaba el maestro Capn Filas, se es estable o no se es.
Del mismo modo que no se puede estar un poquito embarazada; no se puede tener, un
poquito de estabilidad. La estabilidad en el trabajo es real, con todas sus consecuencias, o
lisa y llanamente no es estabilidad. Por tanto, escapamos de la trampa del lenguaje antes
mencionada, para referirnos directamente a la estabilidad real.
(13) Bechetti, Csar,La nulidad del despido incausado como sancin impuesta por el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, Tesis de Postgrado en: Trabajo y Derechos
Fundamentales, ed. Indita, Universidad de Castilla, La Mancha, Campus de Toledo, Espaa,
Enero de 2010.
Doctrina
(12) Lombardi, Juan C.; su demanda modulo; como planteo judicial pretendiendo la nulidad
del despido incausado y la reinstalacin del trabajador ha circulado en reiteradas oportunidades por la red Grupo 14 bis, dirigido por Antonio J. Barrera Nicholson.
57
c. En estos casos, la sancin es, a opcin de la vctima (el trabajador), la ineficacia con reinstalacin, o una indemnizacin sustitutoria; sin defecto de la reparacin integral de los daos en los
casos que corresponda.
d. Que este principio se formula con fundamento en lo preceptuado por el art. 7, #d., del Protocolo de San Salvador, interpretado
en forma sistmica con los dems textos internacionales citados y la doctrina de los organismos internacionales.
e. Que este principio se formula adems, como derivacin de
principios bsicos de la teora general del Derecho de los Derechos Humanos y por tanto se expone como conclusin vlida
para todos los ordenamientos constitucionales ().
Obviamente que la defensa argumental de esta conclusin excede el objetivo que nos hemos planteado en este trabajo, por lo que nos remitimos
a los trabajos antes citados; sin embargo, aqu sealamos a modo de breve sntesis que la conclusin expuesta se asienta, sin mayores esfuerzos
argumentales, en lo normado expresamente en el art. 7., d. del Protocolo
adicional de San Salvador, que textualmente precepta:
Artculo 7. Condiciones Justas, Equitativas y Satisfactorias de Trabajo
Los Estados partes en el presente Protocolo reconocen que el derecho al trabajo, al que se refiere el artculo anterior, supone que toda persona goce del
mismo en condiciones justas, equitativas y satisfactorias, para lo cual dichos
Estados garantizarn en sus legislaciones nacionales, de manera particular:
() d. la estabilidad de los trabajadores en sus empleos, de
acuerdo con las caractersticas de las industrias y profesiones
y con las causas de justa separacin. En casos de despido injustificado, el trabajador tendr derecho a una indemnizacin o
a la readmisin en el empleo o a cualesquiera otra prestacin
prevista por la legislacin nacional;
Oportunamente tambin, hemos sostenido que esta conclusin que surge
de lo normado a texto expreso por la norma del Protocolo, resulta abonada por elementales razones de teora general del derecho(14):
(14) Bechetti, Csar, op. cit.
58
(15) Ermida Uriarte, Oscar, Conferencia sobre Los Derechos laborales, como Derechos Humanos, Postgrado Trabajo y Derechos Fundamentales, versin desgrabada indita, Universidad de Castilla, La Mancha, Campus de Toledo, viernes 22 de Enero de 2010.
Doctrina
59
(20) Machado, Jos D., op. cit. Llama la atencin la afirmacin de este lcido jurista, quien
luego de admitir que la interpretacin es gramaticalmente posible, le parece polticamente
extravagante, cimentando dicha conclusin en que ninguno de los pases que ha ratificado
el Protocolo, admite la triple opcin en sus ordenamientos internos. Un argumento tal, desconoce principios elementales de interpretacin del ms moderno Derecho Universal de los
DD.HH., que hemos citado siguiendo a Ermida Uriarte, Gialdino, entre otros de otro modo
no se explica cmo una interpretacin que resulta ser amplia de los derechos conferidos
por las normas puede resultarle polticamente extravagante. Pero adems, como el propio
autor lo reconoce, se aparta de lo normado expresamente por el texto internacional, que, por
conducto del bloque de constitucionalidad es tan derecho, como el ordenamiento infraconstitucional; por tanto, el argumento parece viciado por una falacia de peticin de principios,
falacia argumental que nace cuando se desconoce carcter autoaplicable e inmediatamente
Doctrina
61
operativa a la norma del Protocolo; cuyas reglas de interpretacin por lo dems, no son
polticas, sino estrictamente jurdicas (ver arts. 31 y ss. de la Convencin de Viena sobre
Derecho de los Tratados la mencin al objeto y fin de los tratados no deja dudas sobre
la absoluta pureza tcnico-jurdica de las reglas de interpretacin de los mismos, arts. 1
y ss. de la Convencin Americana sobre Derechos Humanos, entre muchas otras normas
que sientan reglas de interpretacin de los Tratados sobre derechos humanos y que han
sido expuestas sistemticamente por Gialdino en los trabajos reiteradamente citados en
esta colaboracin).
(21) Barrera Nicholson, Antonio J., Hacia un nuevo paradigma en la interpretacin del Derecho Del Trabajo, Ponencia en las Jornadas celebradas por la Fundacin 14 bis, en Rosario,
julio de 2010: En otros casos la interpretacin de la norma directamente modifica su texto,
ello sin explicacin ni justificacin alguna.
62
prolijamente sistematizadas por Zas y Gianibelli(22); y que la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en su Opinin Consultiva OC-18/03 del
17 de septiembre de 2003, sobre Condicin jurdica y derechos de los
migrantes indocumentados, va a sostener a texto expreso en su considerando 156. Importa detenerse en esta Opinin Consultiva, por cuanto
la doctrina internacionalista(23) le va a adjudicar efectos revolucionarios,
en materia interpretativa de normas del derecho Universal de los DDHH,
al influjo del notable jurista brasileo Antonio Cancado Trindade. Dicha
opinin consultiva, produce una profunda revolucin y convulsin en el
sistema de reglas, fuentes, aplicacin y articulacin del Derecho Interno
con el internacional, al establecer y resolver dos principios: El principio
pro homine y la incorporacin de la Doctrina de Dritwirkung del Tribunal
Constitucional Alemn; y, en lo que al acotado marco de nuestra argumentacin interesa, seala con categrica claridad: 156. Este Tribunal
seala que son numerosos los instrumentos jurdicos en los que se regulan los derechos laborales a nivel interno e internacional, la interpretacin de dichas regulaciones debe realizarse conforme al principio de la
aplicacin de la norma que mejor proteja a la persona humana, en este
caso, al trabajador. Esto es de suma importancia ya que no siempre hay
armona entre las distintas normas ni entre las normas y su aplicacin,
lo que podra causar un perjuicio para el trabajador. As, si una prctica
interna o una norma interna favorece ms al trabajador que una norma
internacional, se debe aplicar el derecho interno. De lo contrario, si un
instrumento internacional beneficia al trabajador otorgndole derechos
que no estn garantizados o reconocidos estatalmente, stos se le debern respetar y garantizar igualmente (...).
Luego, ninguna otra reflexin resulta necesaria para refutar la interpretacin que impugnamos, que, adems de apartarse del texto expreso de la
norma del Protocolo, prescinde de la regla del pro homine.
Sentada esta premisa, corresponde abordar lo que constituye el ncleo
de este trabajo: la propuesta que, en los casos de trabajo sin registrar, el
(23) Mijngos y Gonzlez, Javier, La doctrina del Drittwirkung der Grundrechte en la Jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Teora y Realidad Constitucional
N 20, Publicacin de la Universidad Carlos III de Madrid, 2007.
Doctrina
(22) Zas, Oscar y Gianibelli, Guillermo, Estado Social en Argentina: modelo constitucional y
divergencias infraconstitucionales, Ed. Bomarzo Latinoamrica.
63
obrero en lugar de romper el contrato, reclame su cumplimiento efectivo con fundamento en las normas infraconstitucionales previstas en los
arts. 78 LCT y 505 inc. 1 del Cdigo Civil.
(29) Vzquez Vialard, Antonio, Deberes y derechos de las partes en la Ley de Contrato de Trabajo, Legislacin del Trabajo XXIII, A, p. 118 y La responsabilidad en el Derecho del Trabajo,
Bs. As., Astrea, 1988, p.184: () acreditada la negativa del empleador a dar ocupacin, el
trabajador tiene derecho a reclamar por las consecuencias que surgen de esa actitud. Dado
que una parte impide que la otra cumpla su prestacin, puesta su capacidad a disposicin
de ella (que no la acepta) y probada esa circunstancia la ltima queda liberada temporariamente de cumplir su dbito, bastando al efecto, la intimacin practicada de la que surge la
intencin de satisfacerlo (...). Como consecuencia de la situacin, el trabajador que no puede
satisfacer su dbito que constituye la condicin normal para hacerse acreedor al salario (arg.
art. 103 in fine LCT) tiene derecho a percibir una suma similar con sus acrecidos (plus), y que
se efecten los aportes a cargo del empleador para el rgimen jubilatorio, obra social, etc.
a la que le hubiera correspondido si el empleador se hubiera allanado a satisfacer su dbito.
(30) Cmara Nacional Trabajo, Sala VII, 29/09/1987, Navarro Alberto c. Astillero Ministro
Manuel Domecq Garcia S.A., en Derecho Trabajo, 1988, A, 394.
Doctrina
(28) Maza, Miguel ., Ley de Contrato de Trabajo comentada, en La Ley, Bs.As., 2006, p.129:
() el deber contractual de dar ocupacin consiste en recibir el aporte laborativo que compromete el dependiente.
65
3. 2 | Inconstitucionalidad de
la interpretacin negativa del art. 78 LCT
No obstante lo dicho arriba, existe una minoritaria interpretacin negativa
del derecho a trabajar, expresada en cierta jurisprudencia y doctrina.
As, un viejo fallo de la SC de la Provincia de Buenos Aires(33) expresa:
el dependiente no tiene derecho a exigir judicialmente al empleador el cumplimiento del deber de ocupacin efectiva conforme al art. 78 de la LCT, porque en el supuesto de incumplimiento injustificado o injurioso del principal de su obligacin
contractual de otorgar tareas slo le asiste, invocando tal circunstancia, la posibilidad de colocarse en situacin de despido
indirecto en los trminos del art. 242 de la misma.
En igual sentido, hace varias dcadas el profesor Uruguayo Pl Rodrguez
sostuvo que normas como las consagradas en el art. 78 no consagraban
una obligacin de hacer, que la reinstalacin en el puesto no corresponde
a una obligacin de hacer que integre el contrato de trabajo. Que el empleador est obligado a abonar una remuneracin, lo que constituye una
obligacin de dar, y que cuando el trabajador pone la fuerza de trabajo a
disposicin del empleador puede reclamar el cumplimiento de la obligacin de dar (abonar los salarios), pero que ello no debe confundirse con la
pretensin de la obligacin de hacer que legitima la reinstalacin(34).
Dichas interpretaciones son, en el actual contexto jurdico, atravesado e
incoordinado por la constitucionalizacin del Derecho Internacional de los
Derechos Humanos, inaceptables por inconstitucionales.
(33) SCJ de Bs. As., Lencina Francisco c. Frigorfico Meatex S.A. del 27/12/1991, Trabajo y
Seguridad Social, 1992, p. 411.
(34) Pl Rodrguez, Amrico, Principios de Derecho del Trabajo, p. 178.
Doctrina
En tal contexto, por tanto, quedan dos caminos: aceptar esa inteligencia
restrictiva de la norma y, en tal caso, declarar su inconstitucionalidad, o,
como bien tiene resuelto pacficamente la doctrina de la CSJN, en materia
de hermenutica jurdica, entre dos interpretaciones posibles de una norma, cabe estar a aquella que compatibiliza su sentido con la Constitucin.
67
Veremos cmo este ltimo camino aborda Cornaglia, contestando las interpretaciones restrictivas.
Como sealamos, dicha doctrina resumida en el fallo precitado de la Corte de Buenos Aires, pero que es la expresin de un sector de las usinas
ideolgicas doctrinarias, es inconstitucional, repugnante a principios elementales incoordinados en nuestra Carta Magna, por:
1- violentar el principio de igualdad: en el actual contexto de la evolucin
jurdica, no se puede sostener seriamente que el obrero no tenga iguales
derechos a todos los contratantes de la Repblica Argentina y que, por
tanto, no puede ser discriminado por su sola condicin de trabajador.
2- el principio de progresividad: Constitucin Nacional(35), Convencin
Americana sobre Derechos Humanos: Pacto de San Jos de Costa Rica(36),
Pacto Internacional de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales(37);
(35) Art. 75, inc. 22: La Declaracin Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; la
Declaracin Universal de Derechos Humanos; la Convencin Americana sobre Derechos Humanos; el Pacto Internacional de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales; el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos y su Protocolo Facultativo; la Convencin sobre la
Prevencin y la Sancin del Delito de Genocidio; la Convencin Internacional sobre la Eliminacin de todas las Formas de Discriminacin Racial; la Convencin sobre la Eliminacin de
todas las Formas de Discriminacin contra la Mujer; la Convencin contra la Tortura y otros
Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes; la Convencin sobre los Derechos del
Nio; en las condiciones de su vigencia, tienen jerarqua constitucional, no derogan artculo
alguno de la primera parte de esta Constitucin y deben entenderse complementarios de los
derechos y garantas por ella reconocidos.
(36) Convencin Americana sobre Derechos Humanos: Pacto de San Jos de Costa Rica,
22 de noviembre de 1969, aprobada por la Repblica Argentina por Ley 23.054, L.A., 1994B-1615, art. 26: (Desarrollo progresivo). Los Estados partes se comprometen a adoptar providencias, tanto a nivel interno como mediante la cooperacin internacional, especialmente
econmica y tcnica, para lograr progresivamente la plena efectividad de los derechos que
se derivan de las normas econmicas, sociales y sobre educacin, ciencia y cultura, contenidas en la Carta de la Organizacin de los Estados Americanos, reformada por el Protocolo
de Buenos Aires, en la medida de los recursos disponibles, por va legislativa u otros medios
apropiados.
(37) Pacto Internacional de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales, Naciones Unidas,
Asamblea General, Resolucin 2200 A ( XXI ), 16 de diciembre de 1966, vigente desde el
3 de enero de 1976, aprobado por la Repblica Argentina por ley 23.313 ( B.O.13/05/1986,
L.A., 1986-A-3 ), art. 2 : Cada uno de los Estados parte en el presente Pacto se compromete
a adoptar medidas, tanto por separado como mediante la asistencia y la cooperacin internacional especialmente econmicas y tcnicas, hasta el mximo de los recursos de que disponga para lograr progresivamente, por todos los medios apropiados, inclusive en particular
la adopcion de medidas legislativas,la plena efectividad de los derechos aqu reconocidos.
68
Principios de Montreal sobre los Derechos Econmicos, Sociales y Culturales de las Mujeres(38); CSJN Aquino(39), Gialdino(40); Cornaglia(41), Giani-
(38) Diciembre 2002, art.26: Medidas Regresivas. La adopcin de medidas regresivas que
reduzcan o restrinjan el acceso o goce de los derechos econmicos sociales o culturales por
parte de las mujeres constituye una violacin.
(39) CSJN, Aquino, Isacio c/ Cargo: Ahora bien, este retroceso legislativo en el marco de
proteccin, puesto que as cuadra evaluar a la LRT segn lo que ha venido siendo expresado,
pone a sta en grave conflicto con un principio arquitectnico del Derecho Internacional de
los Derechos Humanos en general, y del PIDESC en particular. En efecto, este ltimo est
plenamente informado por el principio de progresividad, segn el cual, todo Estado Parte
se compromete a adoptar medidas [...] para lograr progresivamente [...] la plena efectividad
de los derechos aqu reconocidos (art. 2.1). La norma, por lo pronto, debe interpretarse a la
luz del objetivo general, en realidad la razn de ser, del Pacto, que es establecer claras obligaciones para los Estados Partes con respecto a la plena efectividad de los derechos de que
se trata. ()De su lado, el Consejo Constitucional francs, con referencia a los objetivos de
valor constitucional, tiene juzgado que, aun cuando corresponde al legislador o al Gobierno
determinar, segn sus competencias respectivas, las modalidades de realizacin de dichos
objetivos y que el primero puede, a este fin, modificar, completar o derogar las disposiciones
legislativas proclamadas con anterioridad, esto es as en la medida en que no se vean privadas las garantas legales de los principios de valor constitucional que dichas disposiciones
tenan por objeto realizar (Dcision n 94359 DC del 19/01/1995, Recueil des dcisions du
Conseil Constitutionnel, Pars, Dalloz, 1995, pp. 177/178, prr. 8). Es esta una muestra de la
jurisprudencia llamada du cliquet (calza que impide el deslizamiento de una cosa hacia atrs),
que prohbe la regresin, mas no la progresin.
Doctrina
(40) Gialdino, Rolando E., El derecho al disfrute del mas alto nivel posible de salud, en Investigaciones 3, 2001, Secretaria de Investigacin de Derecho Comparado de la CSJN, pp. 493/537
y del mismo autor: Dignidad, Justicia Social, Principio de progresividad y Ncleo duro interno.
Aportes del Derecho Internacional de los Derechos Humanos al Derecho del Trabajo y al de la
Seguridad Social.
69
En tal sentido, seala el distinguido camarista que es clsica e inexplicablemente olvidada la enunciacin y conceptualizacin de Justo Lpez(47)
de los distintos modos de proteccin contra el despido arbitrario.
Es evidente que esgrimir como bice a la propuesta propugnada en este
trabajo, una interpretacin como la postulada en torno al art. 78 LCT, contradice adems la recepcin que de los mentados principios ha efectuado
la jurisprudencia de la CSJN, en el caso Vizzoti en los siguientes trminos:
10) Que sostener que el trabajador es sujeto de preferente atencin
constitucional no es conclusin slo impuesta por el art. 14 bis, sino
por el renovado ritmo universal que representa el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, que cuenta con jerarqua constitucional
a partir de la reforma constitucional de 1994 (CN, art. 75, inc. 22). Son
pruebas elocuentes de ello la Declaracin Universal de Derechos Humanos (arts. 23/5), la Declaracin Americana de los Derechos y Deberes
del Hombre (art. XIV), el Pacto Internacional de Derechos Econmicos,
Sociales y Culturales (arts. 6 y 7), a lo que deben agregarse los instrumentos especializados, como la Convencin sobre la Eliminacin de todas las
Formas de Discriminacin contra la Mujer (art. 11) y la Convencin sobre
los Derechos del Nio (art. 32).
(47) Lpez, Justo, Despido arbitrario y estabilidad, L.T. XXI-289 y ss. El clebre jurista distingua al respecto tres sistemas: 1) de validez e ilicitud, 2) de ineficacia y 3) de propuesta de
despido. En virtud del primer modelo, el ordenamiento jurdico reconoce la validez del despido arbitrario, pero lo considera un acto ilcito y lo sanciona, por ejemplo, con el pago de
una indemnizacin al trabajador despedido. Desde esta perspectiva, hablar de un despido
vlido pero ilcito tanto vale como decir que un determinado comportamiento humano es
ilcito y, sin embargo, apto para crear una norma vlida derogatoria de la que origin la relacin individual de trabajo. Este es el sistema general adoptado por el ordenamiento jurdico
laboral argentino y al que algunos califican de estabilidad relativa impropia. En el sistema
de ineficacia la voluntad arbitraria del empleador de despedir al trabajador no podra nunca
lograr su propsito pues nunca se traducira en un acto disolutorio de la relacin de trabajo.
Por ltimo, en el sistema de propuesta de despido, la derogacin de la norma individual que
origin la relacin de trabajo y la consiguiente extincin de sta son resultado de un acto
complejo en el cual el empleador participa con su iniciativa, pero no puede ponerlo por s
mismo, sino que queda subordinado a una instancia superior, sea sta judicial, administrativa
o interprofesional.
(48) CSJN, A. 1023. XLIII, lvarez, Maximiliano y otros c/ Cencosud S.A. s/ accin de amparo, 07/12/2010, en elDial.com, AA665A.
Doctrina
Que, sin embargo, por si todo ello no fuera suficiente, la lectura del considerando X del fallo lvarez(48) no deja lugar a dudas sobre lo que cons-
71
(49) Aquino [Fallo en extenso: elDial.com - AA242F], cit., p. 3778, y Madorrn [Fallo en extenso: elDial.com - AA3CFF], cit., p. 2004.
72
trabajador desarrolle sus aptitudes, habilidades y potencialidades, y logre sus aspiraciones, en aras de alcanzar su desarrollo integral como ser
humano(50), ni dejar de asumir, por el otro, como lo prev la LCT, que [e]
l contrato de trabajo tiene como principal objeto la actividad productiva
y creadora del hombre en s, de manera que [s]lo despus ha de entenderse que media entre las partes una relacin de intercambio y un fin
econmico en cuanto se disciplina por esta ley (art. 4). Y todo ello pesa
sobre el empleador, pues as lo impone, adems de lo expresado sobre
el Drittwirkung o los efectos horizontales de los derechos humanos, el
precepto de jerarqua constitucional, segn el cual, los hombres deben
comportarse fraternalmente los unos con los otros(51), lo cual supone,
al menos, el cumplido respeto y realizacin de los derechos humanos
en las relaciones laborales: la obligacin de respeto y garanta de esos
derechos, que normalmente tiene sus efectos en las relaciones entre los
Estados y los individuos sometidos a su jurisdiccin, tambin proyecta
sus efectos en las relaciones interindividuales, lo cual alcanza al marco
de la relacin laboral privada, en la que el empleador debe respetar
los derechos humanos de sus trabajadores(52). Despus de todo, si la
persona cuyos derechos y libertades hayan sido violados, tiene derecho
a la concesin de un recurso efectivo ante una instancia nacional, aun
cuando la violacin hubiera sido cometida por personas que actuaban
en ejercicio de sus funciones oficiales(53), a fortiori, dicho recurso tambin
corresponde si la comisin proviene de personas privadas(54). Nada hay,
ni en la letra ni en el espritu de la Constitucin, que permita afirmar
que la proteccin de los llamados derechos humanos porque son los
(50) Condicin Jurdica y -Derechos de los Migrantes, op. cit., prr. 158
(51) Declaracin Universal de Derechos Humanos, art. 1; asimismo: Declaracin Americana
de los Derechos y Deberes del Hombre, prembulo, prr. 1.
(52) Condicin Jurdica y Derechos de los Migrantes, cit., prr. 146 y 151. El jus cogens,
al acarrear obligaciones erga omnes, las caracteriza como siendo dotadas de un carcter
necesariamente objetivo y, por lo tanto, abarcando a todos los destinatarios de las normas
jurdicas (omnes), tanto a los integrantes de los rganos del poder pblico como a los particulares dem, voto concurrente del juez Canado Trindade, prr. 76 y 77.
(54) Vasak, Karel, Les principes fondamentaux dinterprtation et dapplication des Droits
de lhomme, en Boutros Boutros-Ghali Amicorum discipulorumque liber, Bruselas, Bruylant,
1998, p. 1425, a propsito de anloga norma art. 13 contenida en la Convencin Europea
de Derechos Humanos.
Doctrina
(53) Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos, art. 2.3.a; Convencin Americana
sobre Derechos Humanos, art. 25.1.
73
3- el principio de la inherente dignidad del ser humano: Gialdino(59); Ermida Uriarte(60). El principio de la inherente dignidad del ser humano, como
seala Gialdino tiene mltiples proyecciones, entre las que cabe destacar
que, en los trminos de lo garantizado por el art. 6, 1. del PIDESC, y de su
interpretacin autorizada, por la Observacin General N 18 del Comit
de Derechos Econmicos Sociales y Culturales, el trabajo digno es aquel
que, entre otros estndares, asegura la estabilidad real en el trabajo. Gialdino lo seala en el comentario a la mencionada Observacin General N
18 del citado Comit en trminos que no dejan dudas:
() La obligacin de respetar y, sobre todo, de proteger, por la cual,
de acuerdo con lo que veremos (VII), el Estado debe adoptar medidas
para velar porque las empresas o los particulares no priven a las personas
del derecho al trabajo, conduce, necesariamente, a que aqul imponga
la debida proteccin contra todo tipo de despido injustificado. El derecho al trabajo tambin se concreta en el derecho a la continuidad o
estabilidad en el empleo, es decir, a no ser despedido si no existe una
justa causa. As lo sostuvimos en una investigacin ya recordada(61). La
OG. 18 confirma este criterio: el mencionado derecho incluye el derecho
a no ser privado del trabajo de forma injusta (unfairly arts. 4 y 6), ilegtima (unlawfull art. 34) o injustificada (unjustified art. 11)(62) ()
Recordamos, por lo dems, que la tutela contra el despido injustificado
puede asumir, dentro del PIDESC, la forma de la reinstalacin(63), tal como
(59) Gialdino, Rolando E., El derecho al disfrute del mas alto nivel posible de salud, op. cit.,
pp. 493/537 y Dignidad, Justicia Social, Principio de progresividad y Ncleo duro interno.
Aportes del Derecho Internacional de los Derechos Humanos al Derecho del Trabajo y al de
la Seguridad Social, op. cit.
(60) Ermida Uriarte, Oscar, Proteccin, igualdad, Dignidad, Libertad y no discriminacin, trabajo pstumo.
(62) El PIDESC impone claramente a cada Estado Parte la obligacin de adoptar todas
las medidas necesarias para asegurar que todas las personas estn protegidas frente a la
(...) inseguridad (insecurity) en el empleo (OG. 18, art. 37). Ver CSJN, Vizzoti, sent. del
14/09/2004, Fallos 327:3677, 3690 (JA 2004-IV-199), consid. 10.
(63) Craven, Matthew, The International Covenant on Economic, Social and Cultural Rights,
Oxford, Ed. Clarendom, 1998, p. 223.
Doctrina
75
lo precisa nuestra OG. 18 (art. 48), as como los arts. 10 del Convenio OIT.
158 y 7, d. Protocolo de San Salvador ()(64).
Es evidente, a la luz de lo expuesto, que una interpretacin como la propugnada antao en torno a la imposibilidad de exigir, reclamar y pretender la dacin de trabajo efectivo en los trminos del art. 78, no tolera el
ms elemental test de constitucionalidad.
Resumiendo las consideraciones expuestas, podemos afirmar que el operador jurdico debe, inexorablemente, seguir la interpretacin sustentada,
Doctrina
77
(67) Mosset Iturraspe, Jorge, Contratos, Santa Fe, Ed. Rubinzal Culzoni, 1995.
(68) Definicin que se atribuye a la doctrina de los post-glosadores.
Doctrina
Va de suyo que si en cualquier contrato de contenido patrimonial el trabajador puede reclamar su cumplimiento in natura, conforme resulta de los
79
citados arts. 505, inc. 1, 1204 del Cdigo Civil; cuanto mayor fundamento
reviste dicha pretensin si se trata del contrato de trabajo, cuyo objeto lo
constituye nada menos que la prestacin de un Derecho humano fundamental, en palabras de la LCT: () la actividad productiva y creadora del
hombre en s () art. 4, prr. 2, LCT.
Que si dicho cumplimiento se puede reclamar por va de reinstalacin en
los casos de mediar un acto ilcito expreso discriminacin, segregacin
injustificada, de igual modo, el trabajador puede reclamar dicho cumplimiento cuando lo que media es un acto ilcito implcito, no expresado
de modo expresis verbis desconocimiento y negativa del contrato de
trabajo.
Por todo ello, sostenemos que, frente a la pretensin concreta articulada
por el trabajador, por la que reclama la registracin del contrato, el cumplimiento del mismo en su ncleo central obligacin de dar trabajo efectivo, art. 78 LCT, corresponde a condicin, obviamente, de la prueba
del mismo acoger dicha pretensin, declarar la existencia del contrato
de trabajo y condenar a la demandada a la dacin efectiva de trabajo en
los trminos de lo normado por las ya citadas normas de fuente interna
e internacional: arts. 505, inc. 1 y 1204 del Cdigo Civil, art. 78 y 103 LCT,
arts. 6 del PIDESC, art. 7, d. del Protocolo de San Salvador y, en su caso, la
condena al pago de los salarios cados o de tramitacin.
4 | Conclusiones: Hacia un
definitivo cambio de paradigma
Proponemos una alternativa a los caminos tradicionales de combate contra el trabajo sin registrar, en fraude a la ley.
Asumir la provocativa propuesta expuesta, como sealamos, exige alzarse contra mitos, dogmas prolijamente instalados en el discurso jurdico y
que, hasta no hace poco tiempo, parecan tener pretensin de perpetuidad, en el altar de nuestras academias.
No pretendemos convencer a quienes no quieren ser convencidos de
nada. Nos abriga la absoluta certeza de que, aunque nuestros argumentos tuvieran la fuerza conmovedora como para convencer a las piedras,
80
aun as sera difcil convencer a los ciegos del corazn de los que habla
el evangelio.
Sin embargo, la lucha ha de abrirse a fuerza de punta de lanza como
seala el gran jurista rosarino Jorge Peyrano; y porque estamos convencidos de que el combate no ha de ser solitario, sino que ha de abrirse
paso en el marco de la conviccin colectiva, lo hacemos animados por el
pensamiento del gran jurista italiano Luigi Ferrajoli: () puede afirmarse
tranquilamente que, en la historia del hombre no ha habido ningn derecho fundamental que haya descendido del cielo o nacido en una mesa de
despacho () todos son fruto de conflictos, a veces seculares y han sido
conquistados con revoluciones y rupturas, al precio de transgresiones, represiones, sacrificios, y sufrimientos: () ms recientemente el derecho de
huelga y los derechos sociales (). Fruto de opciones y la expresin de
necesidades histricamente determinadas y, sobre todo, el resultado de
luchas y procesos largos, disputados y trabajosos(69).
(69) Ferrajoli, Luigi, Derecho y razn. Teora del garantismo penal, Madrid, Ed. Trotta, pp.
944 y ss.
(70) Ferrajoli, Luigi, Derechos y garantas. La ley del ms dbil, Ed. Trota.
Doctrina
81
Trabajo clandestino
como virus cultural
(1)
1 | Introduccin
El trabajo clandestino y las modalidades fraudulentas en la contratacin se
han convertido en una especie de enfermedad, una especie de virus que
carcome la esencia misma de la sociedad.
Nos encontramos frente a un dilema jurdico, pero que tiene un fuerte
trasfondo tico, y el propsito de este trabajo es el abordaje de la problemtica desde las distintas pticas, as como de los elementos jurdicos
que permiten, en alguna medida, sanear la cuestin.
2 | Trabajo clandestino
2.1 | Conceptos-supuestos
Segn la OIT el trabajo clandestino incluye todo trabajo remunerado (por
ejemplo tanto autoempleo como empleo asalariado) que no est regis-
(2) Abogada (UNT). Profesora universitaria de grado y post-grado (Universidad San Pablo T,
Tucumn Univ. Nac. de Catamarca Universidad Nacional de Buenos Aires). Conjuez provincial. Integrante de la Comisin Reformadora del Cdigo Procesal Laboral de la Provincia
de Tucumn. Integrante de varios Jurados para la seleccin de magistrados en el mbito del
Consejo Asesor de la Magistratura Tucumn. Directora del Instituto de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social del Colegio de Abogados de Tucumn. Integrante del Consejo
Doctrina
83
luisa g. contino
mineros de casiterita y el trabajo forzado y mano de obra infantil en la Repblica Democrtica del Congo denunciados ambos por Global Witness,
comercializados por empresas britnicas.
La clandestinidad laboral en la Unin Europea estrechamente vinculada a
los inmigrantes: legales y, fundamentalmente, ilegales. Con respecto a estos ltimos, gener la directiva de retorno en el ao 2008 y otras medidas
que se han ido agravando por la crisis que acecha la regin.
Tampoco se queda atrs en esta prctica, tambin vinculada a la inmigracin ilegal, los E.E.U.U., especialmente con los ciudadanos de origen
latinoamericano.
Ni que decir los tigres asiticos con su fabricacin masiva en condiciones
de in-dignidad, material difundido por la web mostraba como en Indonesia, la fabricacin de zapatos de alta calidad, se realiza en especies de
galpones muy estrechos donde los trabajadores duermen, comen y producen el calzado que es vendido en grandes y lujosas tiendas por miles
de dlares.
En nuestro pas, tal como fuera mencionado lo que surge de la experiencia
en la prctica diaria, el trabajo clandestino y las otras formas se desarrollan
en todas las regiones, en el Gran Buenos Aires (GBA), Pampeana (Pampa),
Cuyo, Noreste (NEA), Patagonia y Noroeste (NOA), tanto en la industria,
comercio, servicios, transportes y especialmente en la actividad agrcola.
Siguiendo el anlisis como fenmeno social, el trabajo clandestino deriva
de un conjunto complejo de conductas, y para entenderlo no debe ser
analizado nica y exclusivamente desde el punto de vista jurdico, sino
desde el sistemismo.
Doctrina
Mario Bunge(3) nos dice que esta mirada de la realidad desalienta la fragmentacin tradicional de las ramas del conocimiento y favorece su integracin. Esto tiene particular importancia, en el caso de los estudios sociales,
cuya divisin tradicional en antropologa, sociologa, economa, politologa, historia, y campos afines, es artificial y nociva. Para el sistematismo to-
85
luisa g. contino
Sin hacer un viaje en el tiempo, ni a una pgina de un libro de historia, nadie olvida los conceptos del Dr. Norberto Oyarbide, quien argument no
hace mucho tiempo, en relacin a los talleres clandestinos verificados en
Buenos Aires, que eran una herencia de costumbres y pautas culturales
de los pueblos originarios del Altiplano Bolviano, de donde provienen la
mayora de los talleristas y costureros. Que se trata de un grupo huma-
Doctrina
Analizada la cuestin dentro de nuestro pas y los pases limtrofes, pareciera que existen resabios de aquellos sistemas como la encomienda, la
mita y el yanaconazgo. O ms cercano en el tiempo, el pen de ingenio
que se le pagaba por su prestacin laboral con una especie de moneda
que slo poda ser canjeada en los almacenes del patrn.
87
luisa g. contino
(7) Stringa Domingo Alberto C/Unilever de Argentina S.A. S/Despido 23/10/2000 sentencia definitiva 53533- Del voto del Dr. Rodolfo Capn Filas.
88
Doctrina
89
luisa g. contino
Tasas de
rea
geogrfica
Actividad Empleo
Desocupacin
Subocupacin
Subocupacin demandante
Subocupacin no
demandante
Gran Buenos
Aires
47,2
43,6
7,5
8,6
5,3
3,3
Cuyo
41,6
39,8
4,4
5,0
4,5
0,5
Noreste
(NEA)
37,6
36,7
2,4
1,3
1,0
0,3
Noroeste
(N0A)
42,4
39,3
7,2
6,4
5,6
0,7
Pampeana
46,1
42,4
7,9
7,4
5,4
2,0
Patagnica
44,9
42,2
6,0
3,4
2,4
1,0
La regin del NOA abarca las provincias de Jujuy, Salta, Catamarca, Santiago del Estero y Tucumn que suman una superficie de 333.833 km2. La
poblacin total del NOA es aproximadamente 4.931.795 habitantes, un
12,3% de la poblacin total del pas, segn las cifras del Censo Nacional
de Poblacin y Vivienda de 2010.
Las actividades que se desarrollan en la regin son la minera metalfera
por los proyectos Bajo de la Alumbrera (cobre y oro) y Salar del Hombre
Muerto (litio).
Existe adems un gran desarrollo en el sector agropecuario, cultivos como
la soja, maz, trigo, girasol, man, crtamo, tabaco, algodn, poroto, azcar, limn, frutillas, arndanos. Cra de ganado vacuno, bovino, caprinos y
camlidos.
El desarrollo industrial se encuentra vinculado a los cultivos arriba mencionados. La industria azucarera, de ensamble, las papeleras, son algunos de
los sectores ms desarrollados.
90
Doctrina
El resultado de este plan de lucha contra la informalidad laboral, y las verificaciones realizadas arrojaron los siguientes resultados: se constat que
el comercio present un 32% de empleados no registrados, la Industria un
48%, los mayores ndices de anomalas laborales se registraron en la construccin, con el 59%, y en servicios, con el 52%. No se relev la actividad
agrcola por la dificultad de acceso a las zonas de trabajo, y su carcter
estacional.
91
luisa g. contino
Adems de la no registracin de los trabajadores que se seala en el punto anterior, el fraude o simulacin genera trabajo informal.
As, en todas las actividades abunda el uso de pasantas fraudulentas a
travs de fundaciones que prestan su nombre y certificados, con escasos
controles, y que permiten el uso irregular de la figura.
Las empresas de servicios eventuales, aun las transnacionales, proveen
personal para la realizacin de trabajos que no revisten tal naturaleza, en
gastronoma, en comercio e industria.
En la construccin se revela el ms alto ndice de informalidad, acompaado por una importante siniestralidad laboral en trabadores no registrados,
que no encuentran cobertura de las lesiones que sufren, y ms aun de
los causa-habientes que son sometidos a un largo proceso judicial para
hacerse de sus acreencias.
En el comercio se defrauda con el uso y abuso de la jornada parcial, aplicndola a trabajadores que no slo trabajan ms de las dos terceras partes
de jornada, sino mas de las 48 hs. semanales.
Desde fines del siglo XIX, las provincias del noroeste argentino han sido
en su mayora productoras de caa de azcar. Dicha actividad se transform con los aos, especialmente en la provincia de Tucumn, en la organizadora de un mercado de trabajo y de una estructura agraria con
fuerte presencia campesina, y distintas formas de contratacin. As la
encomienda se desarroll como primera forma de utilizacin de mano de
obra indgena en la regin, a mediados del siglo XIX, y con la produccin
de caa como actividad central, comienzan a aparecer nuevas formas de
reclutamiento de fuerza de trabajo diferenciadas por etnia: se discriminaba a los trabajadores permanentes los criollos o blancos, de los
transitorios los indgenas.
Doctrina
93
luisa g. contino
de higiene y de seguridad en las labores, las malas condiciones de vivienda, los castigos corporales y los distintos descuentos por desobediencia o
errores, eran algunas de las prcticas que se implementaban como formas
de control sobre los trabajadores.
En los aos '50, se mejoran las condiciones laborales de algunos trabajadores rurales con la instauracin del Estatuto del pen; este solamente
favoreca a los trabajadores estables, quedando excluidos los trabajadores
transitorios que se dedicaban a las cosechas u otras actividades estacionales.
En la dcada del '60, la decisin poltica del gobierno de facto de turno,
provoc el cierre de varios ingenios.
En cuanto a la actividad citrcola, su origen se remonta a los tiempos de
la colonia; las primeras plantaciones se realizaron en 1920, se caracteriz
por tener un perfil familiar, quintas de horticultores inmigrantes espaoles
o italianos que a principios de siglo se instalaron como arrendatarios, e
implantaron ctricos destinados al mercado interno. La actividad tuvo su
primer esplendor en 1940, pero fue con las crisis del sector azucarero del
ao '60 que muchos productores abandonaron el monocultivo y grandes
extensiones de plantaciones de caa fueron sustituidas por el citrus. Tambin se generaron ciertos incentivos estatales para el desarrollo industrial
local mediante planes promocionales, crditos oficiales a tasas preferenciales que tenan como objetivo paliar la fuerte crisis de empleo que haba
producido el cierre de los ingenios. Ya para 1970 se produce el primer
embarque hacia el mercado externo.
En la actualidad, se concentra en Tucumn el 60% del rea citrcola del
NOA. Hasta el ao 1985, la superficie cultivada con limn era inferior a las
12.000 hectreas, expandindose en forma ininterrumpida hasta alcanzar
las 27.000 hectreas actuales. La excelente calidad de la fruta producida
en esta zona libre de cancrosis, permiti un desempeo exitoso en el mercado internacional. La crisis de la citricultura espaola impuls una suba
de precios en el mercado internacional y esto, a su vez, foment una mayor expansin del cultivo en Tucumn.
Argentina es uno de los principales productores mundiales de limones y el
90% de esa produccin tiene como origen la provincia de Tucumn, a tra94
4 | Trabajo clandestino
e informalidad en la actividad citrcola
4.1 | Orgenes del problema
En la actividad citrcola tanto para la cosecha como en el packing, se verifica la existencia de trabajo clandestino.
(9) Vazquez Laba, Vanesa, (Sociloga. Becaria CONICET. Instituto de Investigaciones Gino
Germani, UBA), Revista de Estudios Sobre Cambio Social ao IV, n 14, invierno 2004.
Doctrina
95
luisa g. contino
(10) Alfaro, Mara Ins, (Sociloga. Docente Investigadora. Grupo de Estudios Rurales. Instituto Gino Germani. Facultad de Ciencias Sociales. UBA), trabajo publicado en www.iader.
org.ar
Doctrina
Otro factor determinante, y al cual apunta este trabajo, son los mecanismos de intermediacin de la mano de obra, que podan entenderse dice
como una estrategia empresaria destinada a bloquear conflictos potenciales entre otras cosas porque la figura de los contratistas de mano de
obra o de las cooperativas de trabajo contribuan precisamente a diluir
la imagen del antagonista, y slo la posibilidad de la construccin de
antagonismos dice es capaz de desplegar una protesta adecuada.
97
luisa g. contino
4.2.2. Tercerizacin
Las empresas que desarrollaban actividades agrcolas, en especial citrcolas, utilizaron la modalidad de contratar y sub-contratar a terceros
que carecan de infraestructura organizativa propia e independiente,
centro de labores, mquinas e instrumentos de trabajo, establecimiento propio, organizacin jerrquica, bienes de transporte, contratistas.
Es decir, no revestan el carcter de empresa en tanto no se trataba
de una organizacin productiva o prestadora de servicios que utiliza la
capacidad laborativa del trabajador dependiente para, precisamente,
incorporarla en sus procesos productivos o prestadores, con fines de
lucro o sin ellos.
Como dice Arias Gibert(12) no es empresa aquella que no posee los medios de produccin, entendiendo por tales los materiales, inmateriales y
personales. La empresa se encuentra constituida por capital ya sea como
mercanca o como dinero, quien no posee capital para sus propios fines
no puede ser empleador. En definitiva, no puede ser considerado empresario quien carece de los medios de produccin y est respecto de ellos
en una relacin de tenencia precaria.
Este tipo de contratistas, desprovistos de estructura fueron sucedindose
en el suministro de personal, con alto grado de fraude, traducido en posterior insolvencia que dejaba a los trabajadores librados a su propia suerte. He conocido casos de personas que estuvieron tercerizadas, trabajando para la misma empresa durante 30 aos, con ms de 10 empleadores
directos, entre cooperativas y otros.
5 | Rgimen legal
de la actividad agraria
Doctrina
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luisa g. contino
Los trabajadores ocupados en cosecha y/o empaque de frutas se regan por la LCT desde la sancin de la ley 23.808 que agrega el inc. f
al art. 6 de la ley 22.248. No obstante a ello, la cosecha de arndanos
por Resolucin (Com. Nac. Trabajo Agrario) 10/2011 que aprueba el
acuerdo sobre condiciones de trabajo para la Actividad, los inclua en
la ley 22.248.
Por doctrina legal de la Corte Suprema de Justicia de Tucumn a la actividad azucarera, en los conflictos individuales o pluri-individuales, se le
aplicaba la LCT.
Las reformas introducidas por la ley 26.727 implican desterrar las prcticas
irregulares dentro de la actividad rural:
la responsabilidad de los contratantes tanto en relacin a las actividades principales como accesorias.
la consagracin del plenario Ramrez.
la eliminacin del requisito de fraude en las empresas subordinadas o relacionadas que constituyan grupos permanentes.
la solidaridad de las que constituyan grupos transitorios.
extremar los controles en las cooperativas respecto a sus propios empleados,
as como respecto a los socios que se desempeen en fraude a la ley en cuyo
caso sern considerados trabajadores de quienes contrataron.
denuncias especficas para la aplicacin de las sanciones a las cooperativas que
acten en fraude a la ley.
prohibicin expresa a las cooperativas de actuar como empresas de provisin
de trabajadores para los servicios temporarios.
prohibicin a las empresas de provisin de servicios temporarios o agencias
de colocacin de proporcionar persona para las tareas y actividades contempladas en la ley.
6 | Conclusin
Como vemos, el trabajo clandestino en todas sus formas, es un virus cultural y, como tal, debe ser erradicado.
Hay que partir de la premisa bsica de que el derecho a trabajar es un
derecho humano, as debe ser entendido, como la necesidad del hombre
de obtener el pan de cada da, su sustento y el de su familia con el fruto de
su trabajo. As tambin que ese trabajo debe ser realizado en condiciones
de libertad, equidad, seguridad y dignidad humana, dentro de un marco
de proteccin y dilogo social, libertad sindical, negociacin colectiva y
participacin, es decir, dentro del paradigma del trabajo decente.
Debemos apartarnos del modelo de sociedad que expele a los hombres
como desechos, y crear una sociedad inclusiva orientada a la solidaridad,
la justicia social y la cooperacin y, para ello, imaginar un Modelo de desarrollo con rostro humano.
Los documentos internacionales reconocen como derechos humanos: el
derecho a condiciones dignas de trabajo, seguridad social, no discriminacin, remuneracin justa, jornada laboral limitada, descanso, vacaciones
pagas, proteccin contra el desempleo, a la organizacin sindical, a la negociacin sectorial, participar en la toma de decisiones. Derechos vedados a quienes se encuentran en condiciones de clandestinidad.
Es necesario dejar de lado la lectura econmica del derecho, y seguir en la
ruta de la lectura humanista sealada por la CSJN en los fallos Vizotti y
Madorrn, entre otros, apegados a la Constitucin Nacional enmarcada
como est en el constitucionalismo social, pero es eso solo, un paso.
Doctrina
101
luisa g. contino
Alertar a las empresas cumplidoras sobre la prctica comercial desleal generada por aquellas, que tienen trabajadores clandestinos, para que tomen medidas dentro de sus propias organizaciones representativas.
Mantener las sanciones por incumplimientos establecidas por las distintas
leyes.
Controles efectivos y cruzados entre los organismos para detectar la presencia de trabajadores no registrados.
Priorizar tanto en lo legislativo cuanto en los procedimientos llevados a
cabo en consecuencia, la regularizacin de los trabajadores, ms que las
sanciones pecuniarias a favor del erario pblico.
Establecer un registro de empresas incumplidoras a los fines de detectarlas y tenerlo en cuenta en orden a la entrega de crditos o cualquier otro
beneficio vrg. participacin en licitaciones, concesiones estatales.
Monitoreo de los planes establecidos desde el Ministerio de Trabajo para
promover el trabajo para jvenes y otros similares y as evitar el fraude.
Procedimientos de control efectivos a las empresas de servicios eventuales respecto a las tareas del personal que proporcionan.
Agudizar los procedimientos de control de los contratos de pasanta.
Los sindicatos deben desarrollar junto con la autoridad de aplicacin, polticas para el control y erradicacin del trabajo no registrado.
Los jueces deben construir sus sentencias con los derechos humanos
como herramientas, para concretar la justicia en cada caso concreto.
La clandestinidad y las empresas incumplidoras deben ser sancionadas severamente por el Poder Judicial y, en los lmites de su competencia, informar al Ministerio de Trabajo y a la Organizacin Internacional del Trabajo.
102
El trabajo esclavo
por M. CECILIA HOCKL(1)
1 | Introduccin
Lejos de ser neutral, la titulacin precedente intenta articular dos conceptos bien definidos: en primer lugar, el trabajo, como categora sociolgica que, en condiciones de dependencia, anuda necesariamente una relacin de poder limitada por normas protectorias dirigidas al subordinado;
por el otro, la esclavitud, adjetivada con relacin al trabajo, como una
forma de dominacin extrema e inmoral, tanto en sus ancestrales como en
sus ms novedosas manifestaciones.
(1) Secretaria Letrada de la Corte Suprema de Justicia de la Nacin. Doctora en Derecho (Trabajo, Previsin y Derechos Humanos) de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Especialista en Planificacin y Gestin de Polticas Sociales (Universidad de Buenos Aires-Facultad
de Ciencias Sociales) Magister en Polticas Sociales (Universidad de Buenos Aires-Facultad
de Ciencias Sociales) Profesora Regular Adjunta de Derecho del Trabajo y de la Seguridad
Social de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Autora y coautora de diversas obras jurdicas en materia de derecho constitucional y laboral. Profesora, expositora,
ponente, coordinadora y participante en cursos, congresos y jornadas en temas de derecho
constitucional y/o laboral, en el mbito nacional, provincial e internacional.
Doctrina
103
m. cecilia hockl
c. toda institucin o prctica en virtud de la cual un nio o un joven menor de dieciocho aos es entregado por sus padres, o uno de ellos, o por su tutor, a otra
persona, mediante remuneracin o sin ella, con el propsito de que se explote
la persona o el trabajo del nio o del joven.
Estos enunciados merecen algunas precisiones. Con la expresin esclavitud asumen una innegable pertinencia otros conceptos, marcadamente
interconectados con ella y a la par, entremezclados desde lo conceptual:
trabajo forzoso, trata de personas y servidumbre por deudas. stos, a su
vez, han sido objeto de diferentes regulaciones que, directa o indirectamente, involucran al trabajo esclavo tanto de orden internacional como
del interno de diversos pases.
El trabajo forzado o forzoso(3) representa, en principio, la categora ms
genrica o el concepto ms agregado en trminos sociolgicos. El trabajo forzoso es, innegablemente, un problema laboral; sin embargo, sus
manifestaciones pueden exceder la temtica estrictamente apegada al
trabajo propiamente dicho, entendido genricamente y en condiciones
ticas, como un acuerdo de voluntades regulado con mayor favorabilidad
respecto del dependiente.
La OIT, entre las posibles manifestaciones del trabajo forzoso, incorpora la mencionada servidumbre por deudas: se da cuando una persona
(2) La mencionada Convencin fue ratificada por nuestro pas en 1962.
(3) En los prrafos subsiguientes se aludir a ambas expresiones de manera indistinta.
104
el trabajo esclavo
(5) En el ao 2000, las Naciones Unidas emitieron tres documentos centrales para diagnosticar
y luchar contra la trata de personas, como una modalidad del crimen organizado. Se trata
de la "Convencin contra el Crimen Organizado Trasnacional" y dos de sus protocolos:
el "Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas", especialmente
mujeres y nios, y el "Protocolo contra el trfico ilcito de migrantes". Estos ltimos se
encuentran supervisados por la ACNUR, la Agencia de la ONU para los refugiados, cuyas
bases fundacionales se encuentran en la Convencin de 1951 y el Protocolo de 197 sobre
el Estatuto de los refugiados de la organizacin internacional (disponible en http://www.
acnur.org/t3/el-acnur/). La Argentina ratific la Convencin y sus Protocolos en 2002, y
posteriormente, en abril de 2008, aprob la ley 26.364, de Prevencin y sancin de la trata de
personas y asistencia a sus vctimas.
(6)En http://www.ilo.org/global/about-the-ilo/press-and-media-centre/news/WCMS_182014/
lang--es/index.htm.
Doctrina
(4) OIT, Trata de seres humanos y trabajo forzoso como forma de explotacin. Gua sobre
la Legislacin y su Aplicacin, Ginebra, Oficina Internacional del Trabajo, 2006, pp. 20 y 26.
105
m. cecilia hockl
(7) OIT, La realidad detrs de las cifras: los rostros del trabajo forzoso, texto disponible en
http://www.ilo.org/global/about-the-ilo/press-and-media-centre/news/WCMS_181995/lang-es/index.htm, 01/06/2012.
(8) Los aludidos relativismos se refieren a la resignacin o el acostumbramiento de los
grupos involucrados o a las prcticas ancestrales de tamaos crmenes que justificaran, para
algunos, un tratamiento ms flexible para su erradicacin. En su muy famoso artculo Pobre,
en trminos relativos, Amartya Sen comenta a Peter Townsend pionero en el enfoque
relativista sobre la pobreza y cita un texto de este ltimo que provee la base conceptual de
la definicin de pobreza de Towsend (Sen, Amartya, Premio Nobel de Economa 1998),
en Revista Comercio Exterior, Mxico, D.F., vol. 53, N 5, 2003, pp. 413/416): (c)ualquier
conceptualizacin rigurosa de la determinacin social de la necesidad disuelve la idea de
necesidad absoluta y una relatividad total se aplica al tiempo y al lugar. Los satisfactores
necesarios para la vida (necessities of life) no son constantes. Estn siendo continuamente
adaptados e incrementados en la medida que ocurren cambios en una sociedad y en sus
106
el trabajo esclavo
real y sincera voluntad de los Estados y la comunidad mundial de eliminar las prcticas enunciadas. Valga recordar, como ejemplo de tal aserto,
el caso de los denominados Cdigos de conducta, que son documentos
emanados de las propias empresas referidos a condiciones de trabajo,
como respuesta a las presiones de ONGs y consumidores. Sin embargo,
son muchas las crticas que se formulan a estas normas autoimpuestas,
pues se las suele considerar un maquillaje, que sirven para tranquilizar
la conciencia de los consumidores () las grandes marcas no se hacen
cargo de los gastos que demanda, por ejemplo, la instalacin adicional
de matafuegos o sanitarios () la mayora de las mejoras que exigen los
Cdigos tienen que costearlas las empresas proveedoras () los empresarios quieren que los obreros trabajen todava ms duro para recuperar
esos gastos (...) las normas de conducta slo sirven a efectos de su propia
propaganda. Los obreros estn peor que antes. Las compaas exigen determinados estndares, pero no ponen el dinero para costearlos.... Sabido es que uno de los efectos de la globalizacin es la deslocalizacin de
la produccin desde los pases ricos en tecnologa hacia los pases ms
pobres, en busca de trabajo a costos nfimos: Esto supone una amenaza
para las pequeas y medianas empresas proveedoras y fabricantes de los
pases tecnolgicamente mejor posicionados, cuyos grandes clientes se
inclinan hacia pases donde la mano de obra es barata(9).
Doctrina
107
m. cecilia hockl
el trabajo esclavo
o en convenios de la OIT, stos ltimos de categora supralegal), el tratamiento podra ser diferenciado. Y los jueces laborales deben asumir un
rol protagnico en este aspecto, de acuerdo con las proposiciones que
al final de esta investigacin se efectuarn sobre las bases conceptuales y
materiales a desarrollar.
5. Convencin suplementaria sobre la abolicin de la esclavitud, la trata de esclavos y las instituciones y prcticas anlogas a la esclavitud (1956).
(12) En la causa J.A. y otros, s/ pta. inf. ley 26.364 (sent. del 09/06/2012), la Cmara Federal
de Baha Blanca precis que el ejercicio de la prostitucin no implica per se el delito de trata.
Doctrina
Este convenio define las prcticas anlogas a la esclavitud que los miembros de la ONU deben comprometerse a prevenir en sus pases: [t]odo
109
m. cecilia hockl
(13) Nuestro pas aprob dicho convenio mediante la ley 25.255, promulgada por el decreto
609/00. En una causa fallada el 17 de agosto de 2011, F.T.C. y otra s/spta. inf. ley 26.364 por
la Cmara Federal de Comodoro Rivadavia, se hizo mrito de dichas normas en el caso de
una nia de 12 aos de edad captada, acogida y engaada para traerla al pas y una vez
aqu se la oblig a trabajar, sin remuneracin, viviendo en el mismo lugar donde trabajaba, sin
documentos, recibiendo alimentacin cuando los dueos de casa as lo decidan, sin poder
acceder a estudio o atencin mdica () El ncleo de la figura pasa por () las violaciones
a la libertad de autodeterminacin bien jurdico protegido en las que se incluyen como
en el caso sub examine los derechos laborales y la libertad misma con reduccin a la servidumbre. El fin perseguido por los imputados, y en lo que aqu interesa por F.T., no era la
explotacin sexual, era el trabajo forzoso de la menor, que el nombrado haya aprovechado
ese contexto para cometer otro delito el abuso sexual de la menor de doce aos no
deviene en la conexidad de los mismos, ambos delitos son escindibles y no concursan idealmente entre s. As, imprescindible resulta la adopcin de medidas de proteccin y asistencia
especial en todo mbito y carcter, minimizando el posible dao que el proceso penal pueda
causar. De este modo, la entrevista mediante Cmara Gesell, la reunin con psiclogos o
investigadores especializados con o sin videofilmacin, la exploracin psicolgica, son herra110
el trabajo esclavo
mientas con las que cuenta el fuero provincial para dar un adecuado tratamiento a la cuestin,
con profesionales avezados en temas que tratan cotidianamente, deficiencia que no puede
soslayarse en este fuero de excepcin. Juega aqu el inters superior del nio, la experiencia
que se viene desarrollando, bsicamente en torno de la creacin de organismos o reas de
proteccin y asistencia a la vctima y una consecuente especializacin de los rganos pblicos
encargados de su investigacin y procura de justa represin legal () Por ltimo, y a mayor
abundamiento, los intereses en juego la integridad sexual de la menor () ameritan un
conocimiento jurdico penal independiente al de trata y una respuesta especfica a este tema
que no se encuentra ni subsumido ni alcanzado por el delito de trata por el que el imputado
se encuentra procesado. Tal afirmacin sera un menoscabo histrico padecido por el gnero,
apreciado dentro de otros parmetros de anlisis, donde el abuso va de la mano de la violencia domstica, el acceso al trabajo domstico forzado, etc. (nfasis agregado).
Doctrina
111
m. cecilia hockl
5)
el trabajo esclavo
3 | La esclavitud
desde una perspectiva histrica
3.1 | En general
Desde cualquier enfoque epistemolgico, la esclavitud constituye la forma ms inhumana de las relaciones interpersonales. Se trata de la sujecin de un hombre a otro, de manera entera, total, con la despersonalizacin absoluta del sometido(14). De tal forma, si durante el medioevo, se
instal el vocablo tripalium (y ste aluda a un mecanismo de tres palos,
usado como instrumento de tortura(15)), obligado es reconocer que el trabajo actual reconoce su antecedente ms remoto, muy precisamente, en
la esclavitud(16). Es bien conocido el pretexto utilizado para justificar su
aparicin y desarrollo: ante la derrota del enemigo en los continuos enfrentamientos entre las hordas humanas, result una idea muy conveniente el sometimiento del vencido antes que su muerte; de esa dominacin
irrestricta, el triunfador obtena una ventaja adicional de caractersticas
exponenciales. El conquistado y toda su prole se convertan en dominio
del vencedor. La esclavitud y el trabajo en ciertos tiempos parecen ser
trminos sinnimos, de tal manera que no se concibe la actividad productora manual separada de un sujeto que se encuentra sometido a otro(17).
Debe aclararse que no se pretende, con esta afirmacin, sino indagar las
races ms profundas del trabajo como una forma de relacin que, en la
actualidad en especial, gracias a la prolfica labor de la OIT reconoce
un contenido diferente al mencionado en la conciencia internacional y que
promueve por su intermedio la cohesin social y la dignificacin personal(18).
(14) Santilln Nez, Margarita D., Acciones noxales y responsabilidad por el hecho del
esclavo, en Boletn de la Facultad de Derecho y C. Sociales, Crdoba, ao XXIX, N 4, 1965,
pp. 157/167.
(15) Mda, Dominique, El trabajo. Un valor en peligro de extincin, Barcelona, Gedisa, 1998, p. 48.
Doctrina
113
m. cecilia hockl
el trabajo esclavo
ser razonable. En la filosofa griega se observa, pues, un persistente empeo por alejar la animalidad del hombre y cultivar lo que Grecia acaba de
descubrir: la razn(21).
No cambi significativamente el panorama en Roma, cuando en los aos
293-304 d.C. Diocleciano y Maximiano afirmaban: si un esclavo, ignorndolo su seor, o sabindolo o no pudindolo impedir, hubiera robado por
fuerza cosas tuyas, puedes demandar a su seor () con la accin noxal
por el cudruplo, si an no transcurri un ao til y por el simple importe
si transcurri este tiempo y si no hubiere preferido entregar el esclavo por
la noxa ()(22). Estas reglas jurdicas dejan al descubierto el cuidadoso esmero por los tiempos de la prescripcin de las acciones y por los importes
resarcitorios. La concepcin del esclavo como un objeto material, dados
los valores a garantizar, queda absolutamente ratificada.
La mutacin de esclavo a siervo tom forma concreta en la poca del
feudalismo. Y antes del descubrimiento de Amrica, el trfico de esclavos
ya tena unas proporciones muy reducidas. Esta conquista, sin embargo,
poco dur: las primeras incursiones en frica reinstalaron el sistema: a partir de 1502 los primeros cargamentos de esclavos llegaron a Amrica y
comenz otro debate: el de la esclavizacin de los africanos y de los indgenas americanos(23).
Dados los lmites de esta investigacin, slo se sealar que, ms que
ideas humanitarias, han sido motivaciones de carcter prctico las que
impulsaron a la abolicin de la esclavitud. Cuando la gran industria, con
el telar, la mquina de vapor y la segadora, advirti que la mano de obra
libre era ms rentable que el trabajo esclavo al que haba que alimentar
y hasta socorrer en caso de enfermedad ganaron terreno las primeras
manifestaciones libertarias por parte de los Estados. As, Gran Bretaa
aboli la esclavitud en 1833; Mxico, en 1827; Francia, en 1848; Portugal, en 1858; Espaa, en 1868. En Estados Unidos, el abolicionismo slo
(22) Santilln Nez, op. cit., p. 164 y 166. Para Gaius, en tal hiptesis, y si por cualquier
razn, el esclavo mora, la entrega del cuerpo del que muri libera tambin. Esta ltima
asercin por el enorme poder, incluso fsico, que detentaba el amo sobre el siervo
resulta atroz.
(23) AA.VV., Enciclopedia Jurdica Omeba, op. cit., p. 570.
Doctrina
115
m. cecilia hockl
el trabajo esclavo
Erradicada as la esclavitud como nos recuerda Aspell, de las diferentes formas de manumisin previas a su dictado, la guerra fue la que ms
contribuy al fin de la oprobiosa institucin al precio de la aniquilacin
de los esclavos(26), las diversas olas inmigratorias, tambin por llamado
de nuestra Ley Fundamental, generaron situaciones dignas de destacarse.
Seala Cornaglia(27) al respecto: [e]n la segunda mitad del siglo XIX, se
instrument en el pas una vigorosa poltica inmigratoria, reclutndose en
Europa a los proletarios expulsados por el hambre o por la represin al
servicio de la restauracin imperante en aquellas sociedades (...). Comenz as a manifestarse la intermediacin, [que] desde sus inicios demostr
profundas vinculaciones con prcticas corruptas. La contratacin intermediada comenzaba en Europa y se prolongaba en el interior en las colonias
agrarias (...). Por su parte, todos los gobiernos de las provincias avalaban
a los conchabadores mediante el pago de una patente que autorizaba sus
funciones: los ingresos de este impuesto provenientes del trabajo obrero
componan buena parte de la recaudacin fiscal (). De esta manera, el
salario era desmembrado en cuatro partes, de las cuales el trabajador apenas se llevaba una: el ingenio con sus vales retena una parte, la comisin
de los conchabadores otra y los gobiernos provinciales, indirectamente a
travs de las patentes, completaban la expoliacin. Segn un informe de
la Cmara de Diputados de 1914 los trabajadores regresaban a sus hogares tan pobres como se haban ido(28).
Julio Mafud seala: [en] el trabajo del puerto, a los intermediarios se los
llamaba contratadores y lucraban de tal manera, que podan ganar en un
da lo que el estibador en un mes. El mismo proceder se dio en la construccin de ferrocarriles. Uno de esos trabajadores relat su experiencia
personal de esta manera: [r]ecin al otro da vino un empresario contratista, un ingeniero alto, barbudo, y nos llev al trabajo de desmonte en
piedra dura. All nos dijo que trabajaramos 10 horas al da (en el sol abra-
Aires, 1947, pp. 347/348, autor citado en AA.VV., Enciclopedia Jurdica Omeba, op. cit.,
p. 575, nota 67).
(27) Cornaglia, Ricardo, La tercerizacin en la relacin laboral, L.L., t. 2010-F, Sec. Doctrina,
pp. 1067 y ss.
(28) Idem nota (27).
Doctrina
(26) Aspell, Marcela, La luz que distingue los colores. El trabajo esclavo en la primera mitad
del siglo XIX, en Cuadernos de Historia, Crdoba, vol. 19, pp. 111/119.
117
m. cecilia hockl
sador) y que ganaramos $1,50 al da, deducindonos $15 al mes por racionamiento. A nuestra protesta contra este proceder arbitrario y tirnico, nos
amenaz con la autoridad y la crcel, y como all haba militares cuyo jefe
ejerca las veces de autoridad, y no sabamos a quin dirigirnos en aquella soledad e inmensa montaa, nos sujetamos y nos metimos a trabajar
noms. Despus supimos que la empresa Clark contrataba estos trabajos
con empresarios subcontratistas a buen precio, y stos nos hacan trabajar.
De tal modo, ganaban de nuestro trabajo: primero el subcontratista, despus el proveedor que nos racionaba, despus Clark y Ca., y despus los
accionistas de Londres de la compaa FCT (ferrocarril transandino). Era
tambin frecuente la intermediacin abusiva en las grandes ciudades, en
la casa del contratista o en la del obrero. No cesaba ni siquiera en los conventillos, cuando las tareas se llevaban a cabo en sus mseras e insalubres
habitaciones. Todo el trabajo a domicilio era lucrado por los subcontratistas, al servicio de las incipientes industrias de la poca(29).
Esta ltima etapa encarna una mixtura entre trabajo esclavo y trata
de personas, con las caractersticas que sern abordadas en el captulo
que sigue.
4 | La trata de personas y
el trabajo forzoso. Un llamado urgente
Dado que, como se adelant, la servidumbre por deudas se encuentra claramente subsumida en las figuras descriptas, cabra abocarse a delimitar,
en lo posible, los dems conceptos.
Seala la OIT que, teniendo en cuenta la gravedad de estos delitos, los Estados y otros agentes han considerado con frecuencia que el mejor modo de
(29) Mafud, con cita de Eduardo Gutirrez, en Juan Moreira, nos recuerda que [e]l gaucho, en
el estado de criminal abandono en que vive, est privado de todos los derechos de ciudadano
y de hombre; sobre su cabeza est eternamente levantado el sable del comandante militar
y de la partida de plaza a quienes no puede resistirse, porque entonces, para castigarlo,
habr siempre un cuerpo de lnea. Ve para s cerrados los caminos del honor y del trabajo,
porque lleva sobre su frente este terrible anatema: hijo del pas. En la estancia, como en el
puesto, prefieren al suyo el trabajo del extranjero, porque el hacendado que tiene peones
del pas est expuesto a quedarse sin ellos cuando se moviliza la guardia nacional, o cuando
son arriados como carneros a una campaa electoral (Mafud, Julio, La vida obrera en la
Argentina, Buenos Aires, Proyecccin, 1976, p. 21).
118
el trabajo esclavo
encarar el trabajo forzoso y la trata de seres humanos es velando por el cumplimiento del derecho penal y aplicando procedimientos penales, en vez de
acudir a la legislacin y la administracin del trabajo y a la justicia laboral(30).
Trata de personas: recuerda el Organismo que con relacin a la trata de
personas, el Protocolo de Palermo de 2000 otorga una definicin bsica
en la que se hace una distincin entre sta y el contrabando, centrndose
en los elementos de explotacin, engao y coercin. De acuerdo con este
Protocolo: [p]or trata de personas se entender la captacin, el transporte, el traslado, la acogida o la recepcin de personas, recurriendo a
la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coaccin, al rapto, al
fraude, al engao, al abuso de poder o de una situacin de vulnerabilidad o a la concesin o recepcin de pagos o beneficios para obtener el
consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines
de explotacin. Esa explotacin incluir, como mnimo, la explotacin de
la prostitucin ajena u otras formas de explotacin sexual, los trabajos o
servicios forzados, la esclavitud o las prcticas anlogas a la esclavitud, la
servidumbre o la extraccin de rganos. Apunta la OIT que esta definicin
es bastante compleja, pero subraya los siguientes puntos fundamentales:
Actividades: incluyen cada fase del ciclo de la trata: captacin, transporte,
traslado, acogida u hospedaje de personas.
(30) Con fecha 26 de junio de 2012, "la relatora especial de la ONU sobre trata de personas
urgi a los gobiernos de todos los pases a adoptar leyes claras que tengan como base los
derechos humanos de las vctimas para responder a ese delito de manera justa. En su Informe
anual al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Joy Ngozi Ezeilo asever que,
en general, la respuesta de la justicia penal a la trata no tiene como prioridad las garantas
fundamentales de las personas que han sufrido ese flagelo. Por este motivo, Ezeilo llam
a los Estados a elaborar legislaciones que penalicen la trata y las actividades relacionadas,
adems de proveer proteccin y apoyo a las vctimas y obligar a los traficantes a pagarles una
compensacin. La experta reconoci que muchos pases han logrado avances importantes
pero record que la penalizacin no garantiza el fin de ese delito, sino que debe cumplirse la
ley cabalmente y se deben imponer castigos adecuados a los responsables de trata. Adems,
pugn por enjuiciar a quienes cometan delitos relacionados con la trata, como pueden ser
la corrupcin, el lavado de dinero, la servidumbre por deuda, la obstruccin de la justicia y
la participacin en redes criminales". (Ver texto completo en: http://www.cinu.mx/noticias/
mundial/experta-de-la-onu-aboga-por-ju/).
Doctrina
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(31) En http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/@ed_norm/@declaration/documents
instructionalmaterial/wcms_115415.pdf.
(32) Cilleruelo, Alejandro, Esclavitud Moderna. Trata de Personas, Posadas, Ministerio de
Derechos Humanos de Misiones, 2008, p. 17.
(33) En http://www.ilo.org/empent/areas/business-helpdesk/WCMS_151999/lang--es/index.
htm.
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el trabajo esclavo
poder adquirir productos de primera necesidad en la tienda del empleador y a precios exorbitantes, lo que conduce a una espiral de servidumbre
por deudas. En pases del primer mundo, grupos mafiosos con posibles
vnculos con la trata de personas se dedican a proporcionar trabajadores temporales en la agricultura y la horticultura. Trabajan siete das a la
semana y de sus reducidos ingresos deben deducir sus gastos de viaje,
alojamiento y alimentacin. Son vctimas de aislamiento, malos tratos y se
los amenaza con represalias contra los familiares que dejaron en casa. En
otros pases, es notorio el recurso sistemtico y generalizado al trabajo
forzoso dando muestras de un total desprecio hacia la dignidad humana.
Se producen muertes frecuentes por enfermedades y accidentes laborales en proyectos de obras pblicas, los porteadores del ejrcito son utilizados envindoselos por delante en los campos que se sospechan estar
minados, y los que resultan heridos o caen enfermos son abandonados en
medio de la selva. Las personas que realizan trabajos forzosos no reciben
alimentos y son vctimas de asesinatos, malos tratos y abuso sexual. Asia
y el Pacfico, Amrica Latina y el Caribe, as como el frica sub-sahariana
siguen siendo las tres regiones con mayor incidencia de trabajo forzoso
en relacin con su poblacin. En determinados pases, muchas personas
siguen siendo tratadas como esclavos por sus amos ancestrales, dedicndose esencialmente a cuidar el ganado, realizar labores agrcolas o
las tareas domsticas. No cobran un salario y reciben raciones de comida
exiguas(34).
5 | Conceptos y contenidos
Doctrina
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la enfermedad, vgr., del explotado, la estrategia es desecharlo, para suplantarlo inmediatamente por otra vctima. Sin embargo, cabe aclarar:
1. La prohibicin del trabajo esclavo es absoluta; tambin lo es la trata de personas y el trabajo forzoso en tanto entraen, precisamente, prohibiciones.
En este sentido, toda norma internacional negativa que pueda invocarse
desde ya, asumiendo su ratificacin por parte de los Estados(36) asume,
a su vez, el carcter de autoejecutiva, toda vez que nada hay que reglamentar cuando el propio Estado impone una abstencin. Claro est, ello vale
tanto para s mismo, como Estado(37), como para combatir inmediatamente
desde su lugar de autoridad tan aberrantes prcticas con relacin a las
industrias o a las personas con suficiente poder de dominacin para incurrir
en ellas(38).
(36) Salvedad hecha con los denominados Ocho Convenios Fundamentales de la OIT,
que se aplica a todos los Estados que pertenecen a la OIT, hayan o no ratificado los
convenios fundamentales.
(37) Los propios Estados, mediante grupos armados, frecuentemente son los victimarios del
trabajo forzoso. Histricamente, algunos gobiernos han utilizado dicho trabajo en obras
pblicas, como la construccin de caminos (Jordan, op. cit.).
(38) En C.M.V. y otro s/ procesamiento, sent. del 13/04/2010, la Sala II de la Cmara Nacional
en lo Criminal y Correccional Federal sostuvo que V.C.M. y L.C.V. redujeron a servidumbre
a siete ciudadanos bolivianos que trabajaban y vivan en su vivienda-taller textil, ubicado en
esta ciudad. Se comprob la inexistencia, en el taller, de condiciones mnimas de salubridad
e higiene, un prolongadsimo horario laboral que se extenda de lunes a viernes de 7.30
a 22.30 hs. y sbados de 7.30 a 14 hs., salarios muy bajos (entre $1, 20 y $ 4, por prenda),
pagados irregularmente, todo ello acompaado de malos tratos. A su vez, las caractersticas
de la vivienda mencionada, tales como la falta de higiene e instalaciones mnimas, ausencia
de ventilacin y calefaccin, humedad, habitaciones sin ventana, con una sola cama de dos
plazas compartidas por familias con dos o tres hijos, un solo bao con deficiencias funcionales
y sin agua caliente para los siete adultos mencionados y cinco nios, terminan de configurar
un estado compatible con la situacin de servidumbre a la que alude el juez de grado y
comparte este Tribunal. Se resalt que del informe elaborado por la Oficina de Rescate y
Acompaamiento a personas damnificadas por el delito de trata, dependiente del Ministerio
de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, surgen circunstancias que refuerzan el encuadre
legal de la conducta imputada, vinculada a la explotacin laboral: "largas jornadas de trabajo
diaria, insuficiente e inadecuada alimentacin, remuneraciones insuficientes y no cobradas,
generacin de deudas, malos tratos y amenazas, condiciones precarias de limpieza e
infraestructura, alto grado de hacinamiento. Seal el Tribunal que ms all de que algunos
de los empleados sealaron que las salidas del taller se hallaban restringidas, lo cierto es
que la reduccin a servidumbre no implica necesariamente la privacin de la libertad fsica
de la vctima. Se sostiene que el mentado tipo penal no resguarda la incolumidad de la
libertad de desplazamiento de la persona, sino que el mbito de tutela proporcionado por
esta norma alcanza la condicin de dignidad y libertad inherente a la persona () en este
punto, el consentimiento de la vctima carece de todo efecto jurdico que permita legitimar
este tipo de relaciones serviles (Aboso, Gustavo, Cdigo Penal y normas complementarias.
Anlisis doctrinal y jurisprudencial, en Baign, David y Zaffaroni, Eugenio (dir.), Buenos
Aires, Hammurabi, 2008, t. V, pp. 183/185, con cita de Ricardo Nez). Del mismo modo se
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el trabajo esclavo
Doctrina
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el trabajo esclavo
TRABAJO FORZADO
(prohibicin absoluta)
6 | Herramientas normativas
e institucionales previstas para
encuadrar las situaciones planteadas
(42) La Cmara Federal de Salta, con fecha 29/05/2012, confirm la sentencia de grado que
haba condenado a la directora de una escuela albergue y a su esposo por un caso de trata
de personas y reduccin a la servidumbre en perjuicio de cinco alumnos de entre 8 y 9 aos
(Expte. N 857/11, O., E. y C.,W.C. s/ Infraccin a la ley 26.364 trata de personas, texto
disponible en: http://www.cij.gov.ar/buscador-de-fallos.html).
Doctrina
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el trabajo esclavo
Doctrina
(45) En http://www.mpf.gov.ar/Institucional/UnidadesFE/PGN-28-2007.pdf.
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el trabajo esclavo
Desde el rea de la Oficina de Rescate y Acompaamiento (Ministerio de Justicia y DDHH), el foco est colocado en la prevencin e investigacin del delito
de trata de personas, a la vez que acompaa y brinda asistencia jurdica a las
personas damnificadas hasta el momento de su declaracin testimonial. Est
integrada por un equipo interdisciplinario, conformado por las divisiones especficas de las fuerzas de seguridad, profesionales en Psicologa, Trabajo Social
y Abogaca. El equipo profesional interviene conjuntamente con las fuerzas
de seguridad desde el momento en que se realiza el primer contacto con una
vctima, ya sea porque ha sido rescatada o porque ha logrado escapar de sus
captores. Las vctimas, segn lo dispone la ley, deben prestar testimonio en
condiciones especiales de proteccin y cuidado. Por ello, la intervencin del
equipo de profesionales radica en asegurar que las condiciones en que la vctima preste declaracin testimonial d cumplimiento a lo dispuesto por ley
26.364 y por la Convencin Internacional sobre los Derechos del Nio y su
Protocolo Facultativo relativo a la venta de nios, la prostitucin infantil y la
utilizacin de los nios en la pornografa. Las vctimas cuentan con asistencia
psicolgica, mdica y jurdica gratuitas antes de prestar declaracin testimonial y las psiclogas dictaminan si las mismas estn en condiciones de declarar
y bajo qu forma. Si el estado de la vctima lo requiere, las profesionales in-
Doctrina
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7 | Conclusiones y propuestas
Son variadsimos los instrumentos normativos e institucionales que se han elaborado para conjurar el denominado trabajo esclavo, en sus diversas manifestaciones. Es evidente que la Argentina ha planificado sobre la cuestin
y se encuentra gestionando la eliminacin de estas formas de degradacin
del individuo, posicin en la que participa la conciencia universal, mediante
polticas de compromisos internacionales que intentan conjurar los males investigados.
Las empresas multinacionales que utilizan la estrategia de la tercerizacin no
deberan desentenderse por los hechos de trata y trabajo forzoso en su cadena
de suministro. La bsqueda y utilizacin de mano de obra de bajo costo tiene el lmite de la dignidad humana; de tal modo, los proveedores locales no
pueden erigirse en los nicos responsables de las atrocidades descriptas. Los
gobiernos deberan intervenir para evitar el comercio de bienes producidos
con menoscabo a las normas internacionales como las examinadas y condicionar los acuerdos comerciales y de inversin al respeto por las prcticas de
derechos humanos de las empresas.
No debe soslayarse que, en la mayora de las hiptesis descriptas del trabajo esclavo, se verifican situaciones de trabajo prohibido caso de trabajo
infantil, migrantes en situacin irregular, etc. cuyos crditos laborales se encuentran protegidos, ya que la interdiccin est siempre dirigida al empleador,
resultando inoponibles a la vctima la consecuencias de aqulla en lo referente
a sus derechos a la percepcin de la remuneracin y de las indemnizaciones
por despido (art. 40 LCT).
Ms compleja es la situacin de las personas esclavizadas para el comercio
sexual, que representa una clara situacin de trabajo ilcito para nuestra LCT.
En estos casos, deberan asegurarse, para la vctima, las reparaciones derivadas
del art. 1072 del Cdigo Civil (queda claro que las crueles prcticas de sometimiento a trabajo esclavo se hacen a sabiendas y con la intencin de provocar
el trabajo esclavo
La mencionada ley 26.364 y las normas concordantes con ella han generado un cambio notorio y altamente positivo para la erradicacin de la obscenidad que representa el trabajo esclavo. Desde su sancin, la actividad
jurisdiccional se ha dinamizado notoriamente y ello, gracias a las acciones
de las instituciones gubernamentales y de la comunidad toda, que proporcionaron las bases fcticas para la punibilidad del trabajo servil. Por lo dems, el componente disuasivo que entraa un pas cauteloso frente a tales
prcticas ya representa un logro de enormes dimensiones. Sin embargo, es
innegable que la prevencin, mediante polticas de inspeccin y monitoreo
constantes apuntaladas por el marco institucional descripto, que revela
una verdadera poltica de Estado dirigida a combatir estas formas de dominacin, seguir siendo imperativa. Asumiendo las palabras de Herbert
Spencer (1820-1903), nadie puede ser perfectamente libre hasta que todos
lo sean.
Doctrina
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Bibliografa
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1976.
Doctrina
133
El trabajo informal
Su impacto en el financiamiento
de la Seguridad Social
por ADRIANA A. MICALE(1)
Mientras se individualiza al desempleo como una de las causas ms visibles del desfinanciamiento de los sistemas contributivos que integran la
Seguridad Social, el trabajo informal plantea un desvo en los registros,
oculta el anlisis de sus causas y genera una derivacin de recursos para
asignaciones no contributivas, que slo deberan alcanzar a quienes no
pueden obtener empleo por razones de enfermedad, avanzada edad o
situaciones particulares que se consideren, segn los casos para su otorgamiento.
Se ha dicho sobre el particular que en Amrica Latina y el Caribe, el contexto para el anlisis de la viabilidad de los modelos de seguridad social
y sus instituciones est caracterizado por tres elementos principales: una
elevada inequidad en la distribucin del ingreso y la riqueza, que no parece mejorar, o no lo suficiente ; altos ndices de pobreza; y predominio
de una economa informal creciente como generador de empleo. Los tres
(1) Abogada. Magister. en Seguridad Social de la O.I.S.S. y la Universidad de Alcal de Henares.
Doctrina
Si bien los sistemas de reparto asistidos cuentan con los aportes de los trabajadores y contribuciones de los empleadores a esto se suma los aportes
del tesoro que intentan resolver el dficit presupuestario del sistema, en
tanto ese aporte es prcticamente paritario en los guarismos, se desnaturaliza la asistencia, formando parte sustancial en su sostenimiento.
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adriana a. micale
fenmenos se refuerzan mutuamente y se correlacionan con otros elementos del entorno socioeconmico y demogrfico, y, en conjunto, conforman
un escenario complejo y difcil de afrontar desde el punto de vista de las
polticas pblicas de extensin de la proteccin social y de la viabilidad
de los modelos e instituciones de seguridad social. Y frente a un proceso
de globalizacin que deja como balance un mercado laboral informal extendido y en franco proceso de crecimiento, una pregunta fundamental
que se plantea es: Qu pueden hacer las instituciones de seguridad social
para garantizar su viabilidad y la viabilidad de los modelos de seguridad
social que las sustentan, en especial en trminos del cumplimiento de su
misin de brindar proteccin y a la vez contar con el suficiente apoyo de la
poblacin para desarrollarse en el tiempo.
Para que las instituciones de seguridad social mejoren su perfil de viabilidad poltica, econmica y financiera actuarial han de tener la capacidad de ser partcipes del cambio en el modelo de proteccin social bajo
el cual funcionan, de una manera preactiva, lo cual siempre requerir la
aplicacin de una fuerte dosis de autocrtica e innovacin(2).
De este modo si se revisa la legislacin actual, slo el trabajo registrado
ampara mayoritariamente a los individuos y a su grupo familiar, salvo el
pago de la asignacin universal por hijo o embarazo.
Tambin en algunos casos la proteccin llegar a pesar de la informalidad cuando tras plantear una accin judicial declarativa para probar la
existencia y modalidades de la relacin laboral, conforme lo establece la
Ley de Riesgos del Trabajo, se logra la cobertura. Sin embargo la accin
declarativa, an cuando tramite mediante un procedimiento sumarsimo,
seguramente demandar un tiempo excesivo, generalmente incompatible con la necesidad del damnificado, en definitiva sin cumplimiento del
principio de INMEDIATEZ, relevante para los principios de la Seguridad
Social. De igual modo algunas reglas de probatoria de servicios impartidas por la Administracin Nacional de la Seguridad Social, permitirn a
(2) Fabio Durn Valverde, Especialista en Seguridad Social en Oficina Subregional para los Pases Andinos. Oficina Internacional del Trabajo El impacto de un mercado laboral informal en
la viabilidad de las instituciones de seguridad social, Mercado laboral informal y estrategias
para aumentar la viabilidad de las instituciones de seguridad social.
136
Ese obrar diligente implica en principio que la iniciativa de tal comportamiento est a cargo del dador de trabajo. Se dice en principio porque
no podr reprochrsele al empleador la frustracin de determinados beneficios, frente a la negligencia o desidia del trabajador, que por ejemplo
omite cumplir con ciertas cargas como entregar en tiempo oportuno certificados que hacen al estado civil de su persona, del nacimiento de sus
hijos, de las constancias de la regularidad escolar etctera, como requisitos previos e indispensables para hacerse acreedor a ciertas asignaciones
Doctrina
El artculo por su parte impone al principal la obligacin de un obrar diligente, para posibilitar que el prestador de servicios pueda gozar de los
beneficios que las normas del Derecho del trabajo y de la Seguridad Social
ponen al alcance de ste.
137
adriana a. micale
Las obligaciones al Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones, emanadas del art. 12 de la ley 24.241, que expresa que - Son obligaciones de
los empleadores, sin perjuicio de las dems establecidas en la presente
ley: a) Inscribirse como tales ante la autoridad de aplicacin y comunicar a la misma toda modificacin en su situacin como empleadores, en
los plazos y con las modalidades que dicha autoridad establezca; b) Dar
cuenta a la autoridad de aplicacin de las bajas que se produzcan en el
personal; c) Practicar en las remuneraciones los descuentos correspondientes al aporte personal, y depositarlos a la orden del SUSS; d) Depositar en la misma forma indicada en el inciso anterior las contribuciones
a su cargo; e) Remitir a la autoridad de aplicacin las planillas de sueldos y aportes correspondientes al personal; f) Suministrar todo informe
y exhibir los comprobantes justificativos que la autoridad de aplicacin
les requiera en ejercicio de sus atribuciones, y permitir las inspecciones,
investigaciones, comprobaciones y compulsas que aquella ordene en los
lugares de trabajo, libros, anotaciones, papeles y documentos. g) Otorgar
a los afiliados y beneficiarios y sus derechohabientes, cuando stos lo
soliciten, y en todo caso a la extincin de la relacin laboral, las certificaciones de los servicios prestados, remuneraciones percibidas y aportes
retenidos, y toda otra documentacin necesaria para el reconocimiento
de servicios u otorgamiento de cualquier prestacin; h) Requerir de los
trabajadores comprendidos en el SIJP, al comienzo de la relacin laboral,
en los plazos y con las modalidades que la autoridad de aplicacin establezca, la presentacin de una declaracin jurada escrita de si son o no
beneficiarios de jubilacin, pensin, retiro o prestacin no contributiva,
con indicacin, en caso afirmativo, del organismo otorgante y datos de individualizacin de la prestacin; i) Denunciar a la autoridad de aplicacin
todo hecho o circunstancia concerniente a los trabajadores, que afecten
o puedan afectar el cumplimiento de las obligaciones que a stos y a los
empleadores imponen las leyes nacionales de previsin; j) En general,
dar cumplimiento en tiempo y forma a las dems disposiciones que la
presente ley establece, o que la autoridad de aplicacin disponga. Las
reparticiones y organismos del Estado mencionados en el apartado 1 del
inciso a) del artculo 2, estn tambin sujetos a las obligaciones enumeradas precedentemente.
Doctrina
2 | La ley previsional
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adriana a. micale
3 | La ley de empleo
El art. 7 de la ley nacional de Empleo 24.013 obliga al empleador a registrar
la relacin laboral. Se considera cumplida cuando se inscribe al trabajador
en el libro especial del art. 52 de la LCT o en la documentacin laboral que
haga sus veces (se refiere a los libros o documentacin exigidos o permitidos por los distintos regmenes particulares). El Registro nico de personal
que crea el art. 86 de la ley 24.467 para las pequeas empresas. La seccin
especial establecida en el art. 13, apartado 1 del decreto 342/92 para las
empresas de servicios eventuales y para las usuarias de tales servicios. Los
libros establecidos por la ley 12.713 de Trabajo a Domicilio y a su decreto
reglamentario 188.755/42. El libro especial del art. 122 del rgimen nacional de Trabajo Agrario, Ley 22.248 etc.
5 | Fondo de desempleo
Por su parte el art. 28 del decreto mencionado en el punto anterior, establece un aporte a cargo de los empleadores del sistema Integrado de
140
8 | Obligaciones asegurables
El decreto 1567/74, instituy un seguro de vida a cago del empleador,
quien debe contratarlo de manera obligatoria por cada trabajador dependiente a su cargo. Se cubre la muerte, no la invalidez aunque fuera
total y los beneficiarios son los que denuncia el trabajador y en su defecto los herederos declarados legalmente.
En Argentina si bien se ha profundizado la formalizacin con la promocin
de regmenes como los de los pequeos contribuyentes, (monotributistas)
rgimen para el personal de servicio domstico, la reimplementacin de
los convenios de corresponsabilidad gremial, por ejemplo, con otras medidas se ha producido un mayor desfinanciamiento, como se ha analizado
en ocasin de de la vigencia del art. 6 de la ley 25.877(3).
Doctrina
Por su parte, la implantacin de las polticas de inclusin han sido emergentes necesarios para profundizar la redistribucin, sin embargo las herramientas que se han ideado no han sido lo suficientemente eficaces
como para desestimular el fraude, por el contrario profundizan el desfi-
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Sin embargo, estuvieron alcanzadas por este beneficio muchas ms empresas que las encuadradas en la calificacin realizada por el art. 83 de la
ley 24.467, y por tanto consideradas como pequeas empresas. Segn
los datos arrojados por el Censo Industrial de 1993, el 96,5% de los locales censados tena menos de cincuenta trabajadores ocupados. En consecuencia, como el beneficio se extendi a empresas que ocupen hasta
ochenta trabajadores, quedan alcanzadas prcticamente la totalidad de
las empadronadas(7).
Por otra parte, la reglamentacin, hacindose eco del mandato conferido por la propia ley estableci que seran beneficiadas con la exencin
parcial del pago de contribuciones, aquellas empresas que realicen contrataciones con posterioridad a la entrada en vigencia de la ley 25.877,
cuando dichas contrataciones impliquen un crecimiento nominal en la
cantidad de trabajadores empleados bajo las formas contractuales previstas en las leyes de Contrato de Trabajo (n 20.744, t.o. 1976), de trabajo
agrario (n 22.248) y de la industria de la construccin (22.250), con la sola
excepcin del contrato de trabajo eventual, previsto en el art. 99 de la
referida ley laboral comn.
Cuando una empresa en condiciones de peticionar la aplicacin de la exencin parcial, lo aplic, pudo tomar en cuenta la Declaracin Jurada de
Aportes y Contribuciones destinados a los regmenes nacionales de la Seguridad Social y Obras Sociales, declarados en el mes inmediato anterior.
La reglamentacin en su momento excluy del beneficio a aquellas empresas que hubieren producido despidos colectivos en el segundo semestre del ao 2003, como a las que poseyeron un nmero base de empleados inferior al registrado en el mes de enero de 2004, impidindoles, en
tales casos, la referida reduccin en sus contribuciones.
(7) Lozano, Claudio, citado por Meguira, Horacio D. y Garca, Hctor O., La Ley de Ordenamiento Laboral o el discreto retorno del Derecho del Trabajo, Reforma Laboral Ley 25.877,
suplemento especial La Ley, marzo de 2004, p. 23.
Doctrina
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Doctrina
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8.4 | El recurso
Claramente agraviado por el fallo de la Sala II , el actor present un Recurso Extraordinario planteando que, la legislacin para el caso, impone una
obligacin de imposible cumplimiento para el trabajador, pues recae en el
empleador cumplir con el pago de los aportes y contribuciones.
Sostuvo el recurrente que poner en cabeza del trabajador la obligacin de
denunciar al empleador incumplidor, implica el riesgo de sufrir un despido
y en el caso, encontrndose el actor en situacin de avanzada edad, y no
gozar de otros ingresos ni contar con capacitacin para obtener un nuevo
empleo, no se garantiza el principio de igualdad porque nada le asegura
al trabajador la proteccin y su fuente de trabajo.
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Doctrina
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esta exigencia se encuentra firme, que el razonamiento de la Cmara implica soslayar cuestiones ya decididas sobre cuyo acierto no corresponde expedirse en esta instancia, en una sentencia pasada en autoridad
de cosa juzgada en sede laboral. Entendi la Corte que los excesos y omisiones sealados, pues, bastan para sostener que la actitud del sentenciador no condice con la extrema cautela con que deben actuar los jueces,
en el tratamiento de beneficios de orden alimentario, ordenando as que
se debe declarar procedente el recurso extraordinario y dejar sin efecto la
sentencia. En virtud de ello, se admiti la queja, declar procedente el recurso y se procedi a dictar, por quien corresponde, nueva sentencia, que
garantizar definitivamente el derecho del jubilado a contar para el clculo
de su haber con los montos otrora no remunerativos y considerados con
dicho alcance por el juez en lo laboral.
9 | Conclusiones
La lucha contra el trabajo informal, sin registro alguno o con sub registro
es la batalla a favor de la proteccin social del trabajador que mantiene
un ingreso regular, no engrosa las filas del desempleo real, pero carece de
los beneficios de la Seguridad Social y se hace beneficiario de los beneficios no contributivos que deben slo alcanzar a quienes no cuentan con
ingresos.
(14) Lapaco, Miguela c/ ANSES s/ reajustes varios Cmara Federal de la Seguridad Social,
Sala I, 12/6/09 orden que se recalculara la jubilacin de un trabajador teniendo en cuenta las
sumas no remunerativas que estuvo percibiendo en estos aos. La ANSES apel el fallo,
pero la Corte desestim ese recurso, quedando el fallo firme. De acuerdo al fallo, la ANSES
deber re-liquidar con retroactividad la jubilacin de la actora mdica, esta vez incorporando
los suplementos no remunerativos de su sueldo en actividad, lo que implica un incremento
aproximado del 20%. En los fundamentos del fallo, los camaristas sostienen que la ley de
jubilaciones sostiene que a los fines previsionales, remuneracin es todo ingreso que recibe
un trabajador en retribucin o compensacin por su actividad personal prestados en relacin
de dependencia, incluidos los suplementos que tengan el carcter de habituales y regulares.
En este caso los suplementos percibidos por Lapac eran habituales y regulares, por lo que
deben ser tomados en cuenta para el clculo jubilatorio. 1. Los suplementos por funcin
jerrquica y de productividad se encuentran comprendidos del art. 6 de la ley 24.241,
Doctrina
Un notable avance generan algunas acciones judiciales como la comentada, toda vez que si bien hay otros antecedentes jurisprudenciales, con
intervencin de la Corte Suprema, en los que se hace lugar al reconocimiento de los conceptos no remunerativos(14) como base del clculo en las
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adriana a. micale
disposicin que considera remuneracin a los fines del SIJP, todo ingreso que percibiere
el afiliado en dinero o en especie susceptible de apreciacin pecuniaria, en retribucin o
compensacin o con motivo de su actividad personal, en concepto de sueldo, sueldo anual
complementario, salario, honorarios, comisiones, participacin en las ganancias, habilitacin,
propinas, gratificaciones y suplementos adicionales que tengan el carcter de habituales y
regulares, viticos y gastos de representacin, y toda otra retribucin, cualquiera fuere la
denominacin que se le asigne percibida por servicios ordinarios o extraordinarios prestados
en relacin de dependencia. 2. Al precisar el concepto de remuneracin a los fines del
SIJP, el art. 6 de la ley 24.241 se refiere, entre otros ingresos que percibe el afiliado, a las
gratificaciones y suplementos adicionales, en la medida en que los mismos revistan el carcter
de habituales y regulares. Es decir que las caractersticas de habitualidad y regularidad son
determinantes para que esa entrega suplementaria de dinero sea considerada remunerativa
y forma parte integrante del salario del trabajador. 3. La enumeracin que efecta el art.
6 de la ley 24.241 no es taxativa sino ejemplificativa, se complementa con una precisin
que expresa con claridad la intencin del legislador de que nada quede fuera del cuadro
de remuneraciones sujetas a tributacin previsional cuando incluye a toda otra retribucin
cualquiera fuere la denominacin que se le asigne, percibida por servicios ordinarios o
extraordinarios prestados en relacin de dependencia.
(15) Art. 56 y 57 de la ley 24.241
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(1) Abogado (UNLP). Magister en Empleo, Relaciones Laborales y Dilogo Social en Europa
(UCLM, Espaa). Especialista en Constitucionalismo del Estado Social (UCLM, Espaa). Especialista en Jurisdiccin Social y Nuevo Derecho del Trabajo (Escuela Judicial de Espaa). Especialista en Derecho Laboral (UBA). Profesor Ordinario Adjunto de Derecho Social, Secretario del Instituto de Derecho Social y de la Especializacin en Derecho Social (UNLP). Profesor
Visitante en las Universidades de Castilla- La Mancha (Espaa), Catlica de Cuenca (Ecuador)
y San Carlos (Guatemala). Subsecretario de la Secretaria Laboral de la Suprema Corte de
Justicia de Buenos Aires.
Doctrina
Como es sabido, la aparicin del Estado Social como formacin polticoconstitucional (una de cuyas principales manifestaciones la constituy el
surgimiento de los derechos sociales) respondi al reconocimiento de
que la apropiacin libre e ilimitada del trabajo ajeno, propia de la primera etapa del capitalismo (Estado Liberal, en el cual no exista regulacin
jurdica alguna de las relaciones de trabajo, que se dejaban libradas a las
151
juan i. orsini
(2) Sobre la peor situacin, en el plano material, de los trabajadores libres en el capitalismo
liberal previo al Estado Social, en comparacin con las relaciones de trabajo propias de los
sistemas esclavista y feudal, ver Supiot, Alain, Crtica del Derecho del Trabajo, trad. de Jos
Luis Gil y Gil, Madrid, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, 1996, p. 97; Prez Rey, Joaqun,
Estabilidad en el empleo, Madrid. Ed. Trotta, 2004, pp. 30/31; Cornaglia, Ricardo J., Derecho
Colectivo del Trabajo. Derecho Sindical, Buenos Aires, Ed. La Ley, 2004, p. 69.
152
(3) Sin que ello implique desconocer que el Derecho de la Seguridad Social, materializando
el principio de universalidad, ampara a sujetos que no necesariamente revisten la condicin
de trabajadores dependientes, no es posible soslayar que a buena parte de los subsistemas
de la seguridad social, de base eminentemente contributiva, solo se puede acceder a partir
de aqulla condicin laboral.
Doctrina
(4) Castel, Robert, La inseguridad social Qu es estar protegido, Viviana Ackerman (trad.),
Buenos Aires, Ed. Manantial, 2004, p. 42/47.
153
juan i. orsini
(9) Lpez, Justo, en Lpez, Justo, Centeno, Norberto y Fernndez Madrid, Juan C., Ley de
Contrato de Trabajo Comentada, Buenos Aires, Ed. Contabilidad Moderna, 1978, T I, pp.
138/139.
Doctrina
(8) Toda vez que sostenerlo supondra la negacin misma del Derecho del Trabajo, que naci
para limitar en alguna medida la libertad (patrimonial) y la propiedad (privada) de los empresarios para poder garantizar un mnimo de libertad (individual) y de propiedad (social) a los
trabajadores desprovistos de aqullos derechos. Cuadra en ese contexto volver a repasar las
preciosas palabras de la Corte Suprema: toda vez que la libertad de contratar del empleador entre en conflicto con la libertad contra la opresin del empleado u obrero, esta ltima
debe prevalecer sobre aqulla, porque as lo requieren los principios que fundan un ordenamiento social justo, doctrina que (inspirada en los conceptos vertidos por la Corte Suprema
de los Estados Unidos en el famoso caso West Coast Hotel c. Parrish), fue plasmada por
la Corte Federal en la causa Prattico c/ Basso y Ca (sent. del 20/5/1960, Fallos 246:345) y
replicada en numerosos precedentes posteriores hasta la actualidad (Alvarez c/ Cencosud,
sent. del 7/12/2010, La Ley, 2011-A, p. 177).
155
juan i. orsini
(10) En ese sentido, ha sostenido la jurisprudencia: En el marco jurdico que proveen los artculos 7 y 18 inc. a) de la ley 24.013, corresponde hacer lugar a la indemnizacin prevista en el
art. 8 de esa ley cuando la registracin de la relacin de trabajo fue slo realizada en el libro
del artculo 52 de la Ley de Contrato de Trabajo, incumpliendo as la prescripcin contenida
en el inc. b) del art. 7 de la Ley de Empleo y determinando la operatividad del ltimo prrafo
de ese artculo. SCBA, Ledesma c/ Villar (sent. del 14/10/2009), Juba, L. 89.731.
Doctrina
Ello ocurre con idnticos alcances en todos los casos en los que un vnculo
que objetivamente rene las notas tipificantes del contrato o de la relacin de trabajo (prestacin de servicios en un rgimen de ajenidad y dependencia a cambio de una remuneracin, arts. 21/22, L.C.T.), no ha sido
registrado por el empleador, sin que tenga ninguna relevancia la intencionalidad de quien se beneficia con el trabajo ajeno. De modo tal que, a los
efectos que venimos analizando, debe considerarse no registrado el vnculo tanto en el caso en el que el empleador decide deliberadamente no
inscribirlo para sustraerse de los costos que ello implica, o pretende evadir
157
juan i. orsini
intencionalmente ese deber a travs de mecanismos de fraude (v.g., interposicin de personas) o simulacin (v.g., aparentando normas contractuales
no laborales), como en el supuesto en el que el dador de empleo no registra
la relacin entablada con un tercero por haber considerado aun de buena fe, pero errneamente que no revesta carcter laboral (v.g., al haber
credo que se trataba de una relacin comercial, o de trabajo autnomo).
En relacin a esto ltimo, cuadra precisar que, por aplicacin del principio
de primaca de la realidad, deben prevalecer los hechos y la sustancia por
sobre las formas jurdicas que los revisten, de modo tal que la responsabilidad patronal por el incumplimiento o la evasin de las normas laborales se
produce siempre objetivamente, sin necesidad de demostrar una conducta subjetivamente reprochable por parte del empleador para imputarle las
consecuencias del accionar antijurdico(11).
Por lo dems, por ms extenso que haya sido el perodo durante el cual
la relacin laboral haya permanecido clandestina, en modo alguno puede
considerarse que el mero transcurso del tiempo pueda computarse para
plantear que el trabajador pudo haber consentido el carcter no laboral
del vnculo y la consecuente falta de registracin, confirmando o purgando la conducta ilcita del empleador. Ello es as (an prescindiendo del
dato evidente de que el trabajador no registrado est en una situacin de
precariedad e inestabilidad maysculas, lo que explica y justifica su silencio como una derivacin del temor al despido, impidiendo que se lo tome
en cuenta como una declaracin espontnea de voluntad), no slo porque la ilicitud es continuada (es decir, se sigue cometiendo mientras no se
registre la relacin), sino tambin, porque, al estar en juego una cuestin
de orden pblico, el incumplimiento del deber de registracin laboral no
podra ser vlidamente consentido por el trabajador ni siquiera en forma
expresa, por lo que mucho menos an podra considerrselo tcitamente admitido por su silencio y la falta de reclamos(12). Mxime cuando la
(11) En ese sentido, con toda precisin ha declarado la SCBA: Por imperio del principio que
rige en materia laboral de primaca de la realidad deben prevalecer los hechos verificados en
la causa sobre las formalidades o apariencias, ms all de lo que las partes hayan pactado o
entendido convenir y an sin necesidad de examinar el grado de intencionalidad o responsabilidad de cada una de ellas, SCBA, Abbondanza c/ Pacha Kin S.R.L (sent. del 3/8/1993),
JUBA, L. 50.911; SCBA, Maciel c/ Sancor Cooperativas Unidas Ltda. (sent. del 9/5/2012),
JUBA, L. 97.480.
(12) Al respecto, ha resuelto la casacin bonaerense: Resulta desacertado computar como
dato relevante para la calificacin del contrato el consentimiento que implcitamente habra
158
Doctrina
prestado el actor derivado del silencio y la falta de reclamaciones al respecto toda vez
que, en caso de que se verifiquen los requisitos legalmente establecidos para la configuracin de un contrato o relacin de trabajo (arts. 21 y 22 de la L.C.T.), la circunstancia expuesta
en modo alguno puede enervar la calificacin del vnculo como laboral, ya que por imperio
de los principios de irrenunciabilidad y primaca de la realidad que imperan en la disciplina
(art. 39 inc. 3 de la Const. Prov. y 12 y 14 de la L.C.T.) la eventual falta de reclamos y el
pretendido consentimiento resultan por completo irrelevantes a los fines de definir el linaje
del contrato, SCBA, Garca Cambn c/ Clnica Coln S.R.L, (sent. del 1/10/2008), JUBA,
L. 90.373; SCBA, Urrutia c/ Usina Pop. Cooperativa (sent. del 29/2/2012), JUBA, L. 97.962.
159
juan i. orsini
(16) Proceso llevado a cabo en Argentina, fundamentalmente a travs de las leyes 24.013,
de 1991 (que foment la contratacin temporal descausalizada y reestableci el tope a la
indemnizacin por despido), 25.103, del ao 1998 (que redujo las indemnizaciones por despido injustificado) y 25.250, de 2000 (que ampli la duracin del perodo de prueba con
despido libre sin indemnizacin, llevndolo en algunos casos hasta 6 y 12 meses). El camino
regresivo trazado por esas normas fue parcialmente desandado por la ley 25.877, de 2004.
Esa poltica de destruir la estabilidad en el empleo est siendo reiterada actualmente por
los gobiernos de algunos pases europeos (v.g., Espaa, Italia), fundndose en el mito neoliberal de que despedir barato permite crear empleo, lo que ha sido categricamente
desmentido por la realidad y las estadsticas: en Argentina el desempleo pas del 6% en
1991 al 18,3% en 2001.
Doctrina
(17) El modelo neoliberal necesita para ser exitoso una tasa de desempleo elevada,
es decir un paro estructural permanente, y por ello es que expulsa deliberadamente a
un gran cantidad de la poblacin del acceso al empleo y a los bienes y servicios esenciales (Capella, op. cit. p. 292). En la misma lnea, el historiador Perry Anderson seala que
uno de los caracteres fundamentales del neoliberalismo es que tuvo el xito de crear
niveles completamente nuevos de desocupacin a los que luego calific de naturales
(Anderson, Perry, En qu nos parecemos a la sociedad feudal?, en Clarn, Buenos Aires,
2/10/1994, p. 20).
161
juan i. orsini
Mediante la generalizacin del trabajo clandestino se produce una verdadera huda del Derecho del Trabajo(20), desde que amparados por polticas estatales que promovieron y alentaron esa situacin, demostrativas
de una situacin de ilegalidad tolerada(21) los empresarios comenzaron
a encubrir o mantener en la clandestinidad las relaciones de trabajo, tanto
mediante el incumplimiento liso y llano, cuanto a travs de la deslaboralizacin, es decir, el encubrimiento de relaciones de trabajo por medio de
distintos mecanismos (en algunos casos vestidos con un ropaje legal) de
evasin de la normativa laboral imperativa.
Esa combinacin explosiva de alto desempleo y elevados niveles de trabajo informal provoc un crculo vicioso(22) que coloc a buena parte de los
trabajadores argentinos en la, ciertamente, poco envidiable alternativa de
convertirse en desocupados o trabajadores clandestinos, segmentndose definitivamente la homogeneidad virtuosa del mercado de trabajo con
pleno empleo que haba caracterizado a la etapa dorada del Estado Social.
Con el neoliberalismo aparecen entonces mercados de trabajo duales,
pues por un lado existe un sector de trabajadores (a los que se denomina(20) Baylos Grau, Antonio, La huida del Derecho del Trabajo: tendencias y lmites de la deslaboralizacin, en AA. VV. Manuel Alarcn Caracuel y Mara Mirn Hernndrez (coords.), El
trabajo ante el cambio de siglo: un tratamiento multidisciplinar (Aspectos laborales, fiscales,
penales y procesales), Madrid, Ed. Marcial Pons, 2000.
(21) Una prueba de ello lo demuestra el vaciamiento de la inspeccin del trabajo operada
durante la dcada del noventa, que, segn lo ha sealado el actual Ministro de Trabajo
prcticamente haba desaparecido (Tomada, Carlos, Hay que terminar con el trabajo esclavo, en Pgina 12, 24/8/2008). Otra medida funcional al aumento del trabajo clandestino
fue la rebaja de contribuciones patronales a favor de los empresarios, realizada declamando otro mito neoliberal (bajar los costos de las cargas sociales contribuye a crear empleo
registrado) que tambin ha sido completamente desmentido por las estadsticas: entre
1991 y 2001, en un contexto de fuerte reduccin de las contribuciones patronales, la tasa
de empleo no registrado se increment del 34% al 38% (Datos del Ministerio de Trabajo,
Pgina 12, 23/10/2007). Como lo seal el Ministro en la nota referida No existe evidencia
emprica en ningn lugar del mundo que la rebaja de aportes ayude a generar empleo o a
crear empleo formal.
(22) En efecto, las estadsticas demuestran que una buena parte de los nuevos desocupados
de los aos noventa en Argentina provenan de inserciones laborales precarias y clandestinas, y oscilaban entre el desempleo y nuevos empleos informales, al punto que, para 1995,
dos de cada cinco desocupados provenan de trabajos no registrados, proporcin que se
elevaban a tres de cada cinco (62%) en el Gran Buenos Aires. Ver Murmis, Miguel y Feldman,
Silvio, De seguir as, en AA.VV., Luis Beccaria y Nstor Lpez (comps.), Sin trabajo. Las caractersticas del desempleo y sus efectos en la sociedad argentina, Buenos Aires, UNICEF/
Losada, 2 ed., 1997, pp. 205/206.
162
(26) El trabajo no registrado descendi del 49,7% de 2003, al 44,3% en 2006, al 39,3% en 2007
y al 36,5% en 2008, ubicndose en el 32,8% en el primer trimestre de 2012.
(27) Premici, Sebastin, El ncleo duro del trabajo en negro, en Pgina 12, 19/6/2012.
Doctrina
163
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(30) Precisamente para minimizar ese riesgo, y hacindose cargo de que la desigualdad del
trabajador no cesa al traspasar las puertas de los tribunales de justicia, la Ley de Contrato de
Trabajo no slo establece una regla de facilitacin de la carga de la prueba en su favor, a travs de la presuncin de laboralidad de las prestaciones de servicios (arts, 23 y 50, L.C.T.), sino
que tambin le impone a los jueces que, en caso de duda sobre la valoracin de la prueba
en los casos concretos, deben resolver esa ausencia de certeza en favor del trabajador (art. 9,
L.C.T., texto segn ley 26.428, mediante la cual el parlamento de la democracia reestableci
en 2009 la redaccin original de la ley 20.744, inconstitucionalmente modificada en 1976 por
la dictadura cvico-militar mediante la regla estatal mal llamada ley 21.297).
Doctrina
to jurdico, mas no de iure, de modo tal que, una vez que logre demostrar la existencia del
vnculo laboral, tendr derecho a reclamar el cumplimiento de todos ellos.
165
juan i. orsini
trabajador (vctima principal de la clandestinidad), a una serie de damnificados indirectos (Estado, beneficiarios del sistema de seguridad social,
sindicatos, empleadores cumplidores), con la nica excepcin del propio
empresario clandestino, que en cambio, mientras permanece impune
se beneficia mezquinamente, obteniendo una ganancia adicional ilegal a
costa de los trabajadores y del resto de la sociedad a travs de una prctica que desbarajusta la estructura econmica y social del pas.
6 | La clandestinidad laboral
como acto discriminatorio que niega
la condicin de sujeto trabajador
Ms all de lo sealado en los apartados anteriores, pareciera que las tremendas consecuencias que provoca el trabajo clandestino que hemos reseado, no alcanzan todava para dar cuenta cabalmente de la dimensin
del problema en lo que respecta a la inconmensurable afectacin de los
derechos del trabajador.
Doctrina
167
juan i. orsini
sonas que deben afrontar una contingencia social que son los derechos de
la Seguridad Social.
En otras palabras, el trabajo clandestino destruye el paradigma virtuoso
del Estado Social del trabajo con derechos para mutarlo en un trabajo sin
derechos, colocando al trabajador en una situacin de inseguridad social y
precariedad permanentes que, amn de degradar su situacin en el plano
material, provoca, paralelamente, una corrosin del carcter(32) que genera
efectos deletreos en su integridad psquica.
El trabajo clandestino niega la condicin de sujeto trabajador (que es lo
que define, precisamente, su modo de participacin en la estructura social, al estar imposibilitado de producir para s mismo), ocultando as su
propia identidad al segregarlo al inframundo laboral de la precariedad.
As como los sistemas esclavistas negaron la condicin de sujeto a los productores directos del trabajo (reificando a los trabajadores, al convertirlos
en un medio de produccin sujeto al derecho de dominio, privndolos
de los derechos que tenan los hombres libres), como los nazis pretendieron negar la condicin de sujetos a aquellos que consideraban seres
inferiores (judos, gitanos, comunistas, etc., en los que no reconocan la
condicin humana, justificando as su sometimiento a campos de trabajo
forzoso y al exterminio, privndolos de los derechos que correspondan a
la raza superior), el empleador que mantiene clandestino al operario le
niega la condicin de sujeto trabajador y por ese conducto lo priva
del goce efectivo de buena parte de los derechos reconocidos a los trabajadores registrados, sometindolo al trabajo sin derechos, que debe
ser aceptado como la nica alternativa ante el abismo del desempleo y la
completa desafiliacin social.
Si los paralelismos efectuados podran en algn punto parecer exagerados, no lo son si (salvando, por evidentes, las diferencias histricas y
la magnitud de los fenmenos) se repara en el hecho de que existe en
todos los casos un denominador comn inocultable, que es la finalidad
econmica que justifica instrumentalmente la negacin de la condicin
de sujeto de derechos del otro: obtener mayores ganancias econmicas
(32) Sennett, Richard, La corrosin del carcter, Daniel Majmas (trad.), Las consecuencias
personales del trabajo en el nuevo capitalismo, 9 ed., Barcelona, Ed. Anagrama, 2006.
168
Doctrina
(33) Como mencionamos al inicio, cuando las condiciones se lo permiten, algunos empresarios llegan incluso materializando la variante ms grave de la clandestinidad laboral a
someter a trabajo forzoso a los trabajadores, lo que evidencia hasta qu punto la finalidad
de aumentar los niveles de ganancia justifica en esa lgica economicista perversa la
negacin de la condicin de sujeto trabajador.
169
juan i. orsini
comprendida en dicha normativa, que consagra, acertadamente, un concepto amplio de discriminacin(35), cualquier posible duda queda zanjada a poco que se recuerde que con argumentos contundentes, en
una pieza jurdica de antologa la Corte Interamericana de Derechos
Humanos ha sealado categricamente que el incumplimiento de los
derechos sociales de los trabajadores migrantes clandestinos constituye
un acto discriminatorio violatorio de un derecho humano fundamental
que integra el jus cogens, como lo es el derecho a la igualdad y a la no
discriminacin(36).
despido injusto, no garantizando la readmisin del trabajador que no coloc un motivo para
perder el empleo, por lo que no protege adecuadamente contra el despido arbitrario (art 14
bis, CN), ni garantiza eficazmente el derecho al trabajo (art 6, PIDESC). Para un anlisis crtico
de este sistema, se puede consultar Orsini, Juan I. y Quinteros, Vernica, Los sistemas indemnizatorios de los despidos injustificados y la desnaturalizacin de la garanta constitucional
de proteccin contra el despido arbitrario, en Doctrina Laboral, N 215 (julio de 2003), pp.
632/645; Orsini, Juan I., La estabilidad en el rgimen jurdico vigente, en Doctrina Laboral y
Previsional, n 263 (julio de 2007), pp. 646/664.
(38) Capella, op. cit., p. 294.
Doctrina
171
juan i. orsini
admitir prueba en contrario)(41) que el despido directo injustificado dispuesto por el empresario dentro del lapso temporal indicado, obedeci a
la intimacin cursada por el trabajador para que lo registrara. Circunstancia que por lo dems, y a contrario de lo que suele creerse diferencia
radicalmente a la indemnizacin del art. 15 de la ley 24.013 de la prevista
en el art. 1 de la ley 25.323(42).
Sin embargo, si es indudablemente valioso que el derecho positivo recepte el despido-represalia por reclamar la registracin del contrato como
un despido injustificado agravado, no lo es tanto que siguiendo la
desprotectoria lgica establecida en la legislacin laboral nacional para
casi todos los restantes supuestos de despidos agravados que contempla(43) disponga como nica sancin el agravamiento de la indemniza-
(42) En efecto, a diferencia del art. 15 de la ley 24.013 (que pretende sancionar y disuadir al
despido-represalia por reclamar la registracin, y no el trabajo clandestino en s mismo, de lo
que se ocupan los arts. 8, 9 y 10 de esa ley), el art. 1 de la ley 25.323 (en cuanto dispone que la
indemnizacin debe ser incrementada al doble cuando, al momento del despido, la relacin
laboral no estaba registrada o lo estaba de modo deficiente) intenta reprimir exclusivamente
el trabajo clandestino (y no un despido agravado), de modo tal que la sancin all contemplada es una indemnizacin (tarifada) por los daos derivados del trabajo no registrado que se
torna exigible con el despido pero en modo alguno se dirige a castigarlo ms enrgicamente. Esta ltima circunstancia demuestra que es cuestionable que la indemnizacin del art. 1
de la ley 25.323 no resulte procedente cuando se produce la extincin del contrato por otras
causales diferentes del despido, como correctamente se establece en el proyecto de reforma
que obtuvo media sancin de la Cmara de Diputados de la Nacin en 2010.
(43) En los despidos agravados por causa de enfermedad (art. 213, LCT), o por causa de
embarazo o matrimonio (arts. 178/182, LCT), la ley mantiene la eficacia extintiva del distracto,
Doctrina
(41) Ello surge indiscutible no slo de la redaccin del primer prrafo del art. 15 de la ley
24.013 (en cuanto establece que si el empleador despidiere sin justa causa el trabajador
que pidi la registracin tendr derecho a percibir el doble de las indemnizaciones), sino
tambin, al reparar en que el segundo prrafo de la norma expresa que la duplicacin de
las indemnizaciones tambin tiene lugar cuando el trabajador haga denuncia fundada del
contrato dentro del plazo bienal indicado, salvo que la causa invocada por el trabajador
no tuviera vinculacin con la registracin del vnculo y el empleador acreditare de modo
fehaciente que su conducta no tuvo por objeto inducir al trabajador a colocarse en situacin de despido. Ergo -atento la expresa posibilidad asignada al empleador para poder
probar en contra que, presente en el segundo prrafo, est ausente del primero- en el caso
del despido indirecto (justificado) ocurrido dentro de dos aos de cursada la intimacin a
registrar, la ley presume iuris tantum que el distracto estuvo motivado en la solicitud de registracin (recayendo sobre el empleador la carga de demostrar que respondi a un motivo
ajeno a dicha circunstancia), mientras que -por el contrario- en el caso del despido directo
(injustificado), la presuncin no admite prueba en contrario: verificado que la intimacin fue
justificada (porque el trabajador no estaba registrado o lo estaba de manera deficiente) y el
despido, ocurrido dentro de los dos aos de cursada aquella, fue injustificado, debe necesariamente considerarse que obedeci a una represalia, resultando procedente la sancin
agravada all prevista.
173
juan i. orsini
aumentando la cuanta de la tarifa. En los despidos agravados por ruptura ante-tempus del
contrato sin relacin de trabajo (art. 24, LCT) y del contrato de trabajo a plazo fijo (art. 95,
LCT) tampoco se priva de eficacia al despido, aunque se admite la reparacin integral de daos con piso tarifado garantizado. Por el contrario, en el caso del despido de los delegados
y representantes sindicales, la legislacin prev expresamente la alternativa de la nulidad
del despido (arts 48/52, ley 23.551). Sobre esta diversidad de tratamiento jurdico de los
despidos injustificados agravados, ver Orsini, Juan I., Nulidad e ineficacia extintiva de los
despidos discriminatorios antisindicales, en AA.VV., Juan J. Formaro, (dir.), Jurisprudencia
Laboral, Buenos Aires, Hammurabi, 2012, T II, pp. 217/271.
(44) Poder disuasivo cuya eficacia es ms que dudosa, a juzgar por la innumerable cantidad
de casos de trabajadores clandestinos que reclaman judicialmente, con xito, la indemnizacin del art. 15 de la ley 24.013.
174
(48) C.S.J.N., Alvarez c/ Cencosud S.A. (sent. del 7/12/2010), La Ley, 2011-A, p. 177; CSJN,
Arecco c/ Praxair Argentina S.A. (sent. del 23/6/2011); CSJN, Parra Vera c/ San Timoteo
S.A. (sent. del 23/8/2011).
Doctrina
(47) Para un anlisis de esta cuestin, incluyendo una resea detallada de las posturas judiciales y doctrinarias, me remito a: Orsini, Juan I., Hacia un nuevo paradigma en materia de
proteccin de la estabilidad y del derecho al trabajo: la nulidad de los despidos injustificados
agravados como clave para la democratizacin de las relaciones laborales, en AA.VV, Luis
E. Ramrez (coord.), Derecho del Trabajo y Derechos Humanos, Buenos Aires; B de F, 2008,
pp. 113/154.
175
juan i. orsini
(53) Por aplicacin de este criterio, sera incuestionablemente nulo en nuestro derecho un
despido motivado por la interposicin de una accin judicial contra el empleador, a tenor
del rango fundamental que tienen las garantas judiciales en nuestro ordenamiento (arts 18,
C.N., y 8, C.A.D.H.).
Doctrina
(52) Entre otras: Tribunal Constitucional de Espaa, STC N 140/1999 (sent. del 22/7/1999);
STC N 168/1999 (sent. del 27/9/1999); STC N 191/1999 (sent. del 25/10/1999); STC N
101/2000 (sent. del 10/4/2000); STC N 38/2005 (sent.del 28/2/2005; STC N 144/2005 (sent.
del 6/4/2005).
177
juan i. orsini
(54) TCE, STC N 144/2005 (publicada en el B.O.E. del 8/7/2005), fundamento jurdico 3,
prrafos 1 y 2. La referencia al ejercicio de derechos a los que el trabajador se crea asistido demuestra, por lo dems, que ni siquiera es imprescindible para decretar la nulidad del
despido que el reclamo laboral que motiv el despido-represalia fuera fundado, pues lo que
se sanciona es el acto autoritario de romper el contrato en represalia a la peticin.
(55) Montoya Melgar, Alfredo, Despido en represalia por haber ejercitado el trabajador el
derecho a la tutela judicial efectiva (Comentario a la STC 101/2000, de 10 de abril), en Manuel Alonso Olea y Alfredo Montoya Melgar (dir.) Jurisprudencia Constitucional sobre Trabajo y Seguridad Social, T XVIII, Madrid, 2000; Rodrguez-Pieiro y Bravo-Ferrer, Miguel, Tutela
judicial efectiva, garanta de indemnidad y represalias empresariales, Efrn Borrajo Dacruz,
Juan M. Ramrez Martnez, y Toms Sala Franco (coords.). Derecho vivo del Trabajo y Constitucin, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Madrid, La Ley, 2003, pp. 635/662; Souto
Prieto, Jess, Los despidos por violacin de derechos fundamentales y libertades pblicas,
en Cuadernos de Derecho Judicial, Consejo General del Poder Judicial, n 5, Madrid, 2003,
pp. 13/42; Alvarez Alonso, Diego, La garanta de indemnidad del trabajador frente a represalias empresariales, Albacete, Ed. Bomarzo, 2005.
(56) TCE, STC N 14/93 (sent. del 18/1/1993).
(57) TCE, STC N 191/99 (sent. del 25/10/1999) y STC N 101/2000 (sent. del 10/4/2000).
(58) TCE, STC N 55/2004 (sent. del 19/4/2004); Alvarez Alonso, op. cit., p. 83.
178
A lo sealado cabe aadir que en el mbito del derecho antidiscriminatorio comunitario europeo tambin se ha consagrado enfticamente la garanta de indemnidad contra represalias.
En efecto, el art 9 de la la Directiva 2000/43 del Consejo Europeo, relativa
a la igualdad de trato de las personas independientemente de su origen
racial o tnico (29/6/2000), obliga a los Estados miembros de la Unin Europea a garantizar las medidas para evitar cualquier tipo de represalias
contra las personas que hubieren presentado una reclamacin o iniciado
un procedimiento denunciando trato discriminatorio.
Esa garanta de indemnidad genrica (aplicable a las cuestiones laborales),
se transforma directamente en una garanta especfica de indemnidad contra el despido represalia en la posterior Directiva 2002/73, del Parlamento
Europeo y el Consejo (del 23/9/2002), que modific la Directiva 76/207/
CEE del Consejo relativa a la aplicacin del principio de igualdad de trato entre hombres y mujeres en lo que se refiere al acceso al empleo, a la
formacin y a la promocin profesionales, y a las condiciones de trabajo.
En ese sentido, el art. 1.6. de la Directiva 2002/73 incorpora al art. 7 de la
Directiva 76/207 la garanta de indemnidad del trabajador vctima de trato
discriminatorio contra el despido o cualquier otro trato desfavorable del
empresario como reaccin ante una reclamacin efectuada en la empresa
o ante una accin judicial promovida para hacer efectivo el principio de
igualdad de trato(59).
Ninguna duda puede caber que el despido del trabajador ante el reclamo
de registracin de la relacin laboral, constituye una reclamacin efectuada en la empresa, por lo que encuadrara dentro de esa normativa.
(59) Los Estados miembros introducirn en sus ordenamientos jurdicos nacionales las medidas que resulten necesarias para proteger a los trabajadores, incluidos los que sean representantes de los trabajadores segn las leyes y/o prcticas nacionales, contra el despido o
cualquier otro trato desfavorable del empresario como reaccin ante una reclamacin efectuada en la empresa o ante una accin judicial destinada a exigir el cumplimiento del principio de igualdad de trato.. Sobre esta cuestin, se pude consultar Orsini, Juan I., El acoso
moral en el trabajo y su regulacin jurdica en el derecho espaol y comunitario europeo,
Doctrina Laboral y Previsional, N 294 (febrero de 2010), pp. 153/179.
Doctrina
179
juan i. orsini
Parece evidente que esa solucin constituye una de las tantas medidas
necesarias para contribuir a combatir el trabajo clandestino, flagelo que
sigue manteniendo a un tercio de los trabajadores argentinos en el lmite
de la desafiliacin social.
Bibliogrfia
Doctrina
181
juan i. orsini
El seguro
de desempleo
por JAVIER B. PICONE(1)
1 | Introduccin y evolucin
del seguro de desempleo en Argentina
Uno de los objetivos principales de la Ley Nacional de Empleo fue el de
organizar un sistema eficaz de proteccin a los trabajadores desempleados. El mismo se instrument mediante la creacin del Sistema Integral
de Prestaciones por Desempleo. En el presente trabajo, nos proponemos
fundamentalmente realizar un breve anlisis, partiendo de la evolucin y
alcance de la cobertura sin dejar de hacer mencin a los distintos programas de proteccin al desempleo previstos.
Doctrina
183
javier b. picone
el seguro de desempleo
El pago de los beneficios previstos por las normas enunciadas asignaciones familiares y el subsidio especial por desempleo estaban a cargo
de la Caja de Subsidios Familiares en la que el empleador se encontraba
o debiera encontrarse inscripto a la fecha de la extincin del contrato de
trabajo.
Doctrina
185
javier b. picone
Como se observ, estas medidas fueron de carcter transitorio respondiendo a la realidad de la seguridad social de aquel entonces, pero significaron un gran avance en la materia y fueron construyendo las bases para
la institucionalizacin del desempleo.
A fines del ao 1991, entr en vigencia la ley 24.013 que en Ttulo IV denominado De la proteccin de los trabajadores desempleados, aborda la
temtica en comentario.
El sistema, aplicable en el mbito nacional, alcanza a todos los trabajadores cuyo contrato de trabajo se rija por la Ley de Contrato de Trabajo. Excluyendo, expresamente, a los trabajadores comprendidos en el Rgimen
Nacional de Trabajo Agrario(2), a los trabajadores del servicio domstico y
a quienes hayan dejado de prestar servicios en la Administracin Pblica
Nacional, provincial o municipal afectados por medidas de racionalizacin
administrativa. Tambin, vale agregar, se encuentran exceptuados de su
mbito de aplicacin, los trabajadores de la industria y construccin, que
gozan de una cobertura especfica(3).
Para tener derecho a las prestaciones por desempleo, los trabajadores
deben acreditar encontrarse en situacin legal de desempleo y disponible
para ocupar un puesto de trabajo adecuado (situacin que se configura de
conformidad a lo que establece la propia ley en su articulado); estar inscriptos en el Sistema Unico de Registro Laboral o en el Instituto Nacional
de Previsin Social hasta tanto aqul comience a funcionar; haber cotizado al Fondo Nacional del Empleo durante un perodo mnimo de 6 meses
durante los 3 aos anteriores al cese del contrato de trabajo que dio lugar
a la situacin legal de desempleo; y no percibir beneficios previsionales, o
prestaciones no contributivas.
(2) Vale poner de resalto que por ley 25.191 y ms recientemente por ley 26.727 que instruye
el nuevo rgimen de trabajo agrario, se erigi un Sistema Integral de Prestaciones por
Desempleo especfico, estableciendo la prestacin econmica por desempleo; prestaciones
mdico-asistenciales de acuerdo a lo dispuesto por las leyes 23.660 y sus modificatorias y
23.661; pago de las asignaciones familiares que correspondieren a cargo de la Administracin
Nacional de la Seguridad Social (ANSES); y el cmputo del perodo de las prestaciones a los
efectos previsionales, con los alcances de los incisos a) y b) del artculo 12 de la ley 24.013.
(3) Mediante la ley 25.371 se cre un sistema de prestaciones por desempleo, con caracteres
propios, para los trabajadores comprendidos en el Rgimen Nacional de la Industria de la
Construccin.
186
el seguro de desempleo
En cuanto a las prestaciones, el sistema prev dos tipos: una principal pecuniaria y las prestaciones complementarias indicadas en el artculo 119,
a saber: prestaciones mdico-asistenciales de acuerdo a lo dispuesto por
las leyes 23.660 y 23.661; pago de las asignaciones familiares que correspondieren a cargo de las cajas de asignaciones y subsidios familiares; y
cmputo del perodo de las prestaciones a los efectos previsionales, con
los alcances de los inc. a) y b) del art.12 de esta ley.
El goce de ambas va a estar supeditado al perodo de cotizacin previa y
su cobro se extender desde los dos meses para una cotizacin de seis a
once meses, a los doce meses para aquellos que hubieren contribuido por
treinta y seis o ms meses. Por decreto 267/06 se estableci para trabajadores de cuarenta y cinco o ms aos de edad, la posibilidad de gozar del
seguro por desempleo por seis meses adicionales, por un valor equivalente al 70% de la prestacin original. Asimismo se estableci, como condicin de acceso a la prrroga, la obligacin de participar en los programas
destinados al fomento del empleo y la capacitacin que le proponga el
Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social.
Para establecer el monto de la prestacin en dinero, el art. 118 acord
como mecanismo de clculo un porcentaje del importe neto de la mejor
remuneracin mensual, normal y habitual del trabajador en los seis meses
anteriores al cese del contrato de trabajo que dio lugar a la situacin de
desempleo. El porcentaje aplicable durante los primeros cuatro meses de
la prestacin sera fijado por el Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mnimo, Vital y Mvil.
Sin perjuicio de la frmula dispuesta para la determinacin de la prestacin, su valor fue estimado entre los $150 a $300 de conformidad a lo
establecido por Resolucin N 2/94 del Consejo Nacional del Empleo,
la Productividad y el Salario Mnimo, Vital y Mvil y se mantuvieron fijos
hasta el ao 2006, momento en que por imperio del decreto 267/06, se
incrementaron los montos mnimo y mximo de la prestacin mensual por
Doctrina
187
javier b. picone
el seguro de desempleo
Conviene aclarar que son dos las variables consignadas por la norma con
caracteres y objetivos fcilmente diferenciables, la primera, reglada por los
arts. 1 a 5 claramente se inscribe dentro de la rbita de los beneficios por
desempleo que analizamos, utilizando al sistema previsional para definir
requisitos y haberes. El objetivo principal de esta prestacin se circunscribe
al compromiso de mitigar la situacin de desempleo de aquellos trabajadores que por su edad se encuentran comprometidos para reinsertase en
el mercado laboral. Quienes cumplan los requisitos se vern favorecidos
con el 50% del valor que corresponda al beneficio de jubilacin que tengan
derecho al cumplir la edad requerida de acuerdo a la ley 24.241. Es por ello
que se exige acreditar la situacin de desempleo al 30 del mes de noviembre de 2004 y el beneficio es incompatible con la realizacin de actividades
(5) Prorrogada hasta el 31 de diciembre de 2013 por ley 26.729.
Doctrina
No podemos dejar de formular algunas precisiones en torno a los beneficios creados por la ley 25.994. Mediante esta norma, se cre la prestacin
de Jubilacin Anticipada, conforme expresamente lo prescribe el art. 1.
189
javier b. picone
el seguro de desempleo
TABLA
2003
Mes
Enero
Julio
Agosto
Setiembre
Octubre
Noviembre
Diciembre
SMVM
SD mnimo
SD mximo
200,00
250,00
260,00
270,00
280,00
290,00
300,00
150,00
150,00
150,00
150,00
150,00
150,00
150,00
300,00
300,00
300,00
300,00
300,00
300,00
300,00
Porcentaje
75 a 150
60 a 120
57 a 115
55 a 111
53 a 107
51 a 103
50 a 100
Enero
350,00
150,00
300,00
42 a 85
Setiembre
450,00
150,00
300,00
33 a 66
2004
2005
Enero
450,00
150,00
300,00
33 a 66
Mayo
510,00
150,00
300,00
29 a 58
Junio
570,00
150,00
300,00
26 a 52
Julio
630,00
150,00
300,00
23 a 47
2006
Enero
630,00
150,00
300,00
23 a 47
Marzo
630,00
250,00
400,00
39 a 63
Agosto
760,00
250,00
400,00
33 a 52
Setiembre
780,00
250,00
400,00
32 a 51
Noviembre
800,00
250,00
400,00
31 a 50
Enero
800,00
250,00
400,00
31 a 50
Agosto
900,00
250,00
400,00
27 a 44
Octubre
960,00
250,00
400,00
26 a 41
Diciembre
980,00
250,00
400,00
25 a 40
Enero
980,00
250,00
400,00
25 a 40
Agosto
1200,00
250,00
400,00
21 a 33
250,00
400,00
20 a 32
250,00
400,00
18 a 28
2007
2008
2009
Enero
1240,00
Agosto
1400,00
2010
Enero
1500,00
250,00
400,00
16 a 26
Agosto
1740,00
250,00
400,00
14 a 22
Enero
1840,00
250,00
400,00
13 a 21
Agosto
2300
250,00
400,00
11 a 17
Doctrina
2011
191
javier b. picone
2 | Conclusiones
La estructura que analizamos, en lo que a la proteccin contra el desempleo cabe, se manifiesta cuando este ya se ha producido. Y se enmarca
en las instituciones que incluyen seguros de desempleo, compensaciones
de bienestar y sistema de reentrenamientos y capacitacin. Su objeto es
amortiguar el impacto del desempleo producido sobre la persona y la familia; y lo ms importante, permitir su reinsercin laboral mediante la capacitacin para las nuevas exigencias de la tecnologa. Las formas tpicas
de esas polticas consisten en un subsidio de ingresos a los desempleados
y la instrumentacin de servicios de empleo, esto es, tratar de conectar y
combinar la demanda de trabajadores con la oferta de ellos.
A esto hay que agregar la cantidad de planes de proteccin al desempleo
que se enunciaron, cuyos beneficios no dependen de la extincin de la
relacin laboral, sino simplemente de acreditar la situacin de desempleo
y/o precariedad.
(6) Para ms datos ver Bertranou, Fabio M. y Paz Jorge A., ob. cit.
192
el seguro de desempleo
Doctrina
193
javier b. picone
Bibliografa
194
Robert, Castel, El ascenso de las incertidumbres. Trabajo, protecciones, estatuto del individuo, trad. de Victor Goldstein, Fondo de
Cultura Econmica, 2010.
La inspeccin laboral
en el mbito rural
Los nuevos paradigmas legales
exigen nuevas estrategias
fiscalizadoras
por LVARO D. RUIZ(1) y ALEJANDRO SENYK(2)
Doctrina
De all la infravalorizacin del trabajo rural que, sin temor a exagerar, fue
concebido como un bien menos tutelable u objeto de preocupacin que
otros que confluan en la produccin rural (la tierra, los animales y los instrumentos o maquinarias de labranza). Por lo cual, no puede sorprender
la ausencia de normativa legal reguladora de las relaciones de empleo
agrario hasta mediados del siglo XX, en comparacin con la registrada
195
dares de la LCT; normativa sta que adems resulta de aplicacin supletoria eliminando as la exclusin dispuesta por la ley de facto 22.248.
2 | Organismos concernidos
en la fiscalizacin
Muchos son los organismos de distintas jurisdicciones y niveles polticosadministrativos vinculados a la inspeccin y la fiscalizacin del cumplimiento de la normativa laboral del sector agrario. Ello conlleva la implementacin de mltiples esquemas y acciones que, por lo general, tienen un nulo
o escaso nivel de articulacin; razn por la cual no podemos hablar de la
existencia de un real sistema coordinado y coherente para la materia. A
ello, debemos sumar tambin la intervencin de distintos actores sociales
vinculados a la actividad que van desde carteras y organismos de Estado
con diversas competencias y objetivos relacionados con diferentes aristas
del sector, hasta organizaciones empresarias y sindicales, as como otras
asociaciones civiles que con variados grados de incidencia pugnan por ser
tomadas en cuenta.
Es dable poner de resalto la sancin de la ley 25.877 (2004) Sistema Integral de Proteccin del Trabajo y de la Seguridad Social, que con el objetivo de tornar ms eficiente el control y la fiscalizacin del cumplimiento
de las normas del trabajo y de la seguridad social en todo el territorio
nacional, avanza en el sentido de asignar mayores facultades al Ministerio de Trabajo de la Nacin, quien a partir de entonces y sin perjuicio de
las atribuciones de las carteras provinciales, tiene la facultad de realizar
en todo el territorio nacional acciones coordinadas con las respectivas jurisdicciones tendientes a erradicar el trabajo infantil. La norma asimismo
Doctrina
197
Doctrina
199
des empresarias CRA, SRA, FAA, CONINAGRO, CAME y FONAF (stas dos
ltimas de reciente incorporacin, dando por finalizada la representacin
hegemnica que investan las entidades de la Mesa de Enlace) y por el sector trabajador, la entidad sindical con personera gremial UATRE se trata
de un mbito propicio para la expresin de los distintos intereses que operan sobre el sector, los que encuentran un direccionamiento especfico en
funcin a las particularidades y a la heterognea complejidad del mismo.
En razn de ser un organismo de carcter netamente normativo, y de resultar sus regulaciones obligatorias para todos los trabajadores y empleadores comprendidos en el mbito de aplicacin del Rgimen Estatutario
instituido por la ley 26.727, stas cobran especial relevancia pues constituyen los mnimos indisponibles que las relaciones laborales tienen que
observar y los organismos concernidos en la inspeccin deben tener en
consideracin para el cumplimiento de sus funciones.
La informalidad se presentaba como la regla y la actuacin de diferentes agentes de intermediacin en la contratacin o colocacin de trabajadores, junto a las frecuentes migraciones laborales tanto internas como
desde los pases vecinos, unido a la existencia de dispositivos dbiles en
materia de responsabilidades laborales, favorecan el fraude y el mantenimiento de la situacin descripta. En ese sentido, la ley 26.727 importa un
sustancial cambio de paradigma, tanto al propender a una mayor estabilidad y consecuente mejor calidad del empleo rural, al elevar los niveles de
proteccin de los trabajadores creando nuevas o fortaleciendo antiguas
obligaciones patronales, como al ampliar los mrgenes de responsabilidad directa e indirecta de todos los que se benefician de las prestaciones
de los obreros rurales.
Doctrina
201
4 | Un cambio necesario
en las estrategias fiscalizadoras
Como sealbamos precedentemente, la recuperacin del RENATEA fue
un tema relevante considerado por el Poder Ejecutivo Nacional al impulsar el Nuevo Estatuto del Pen Rural. Es por ello que urge activar el diseo y la implementacin concreta de medidas que, con sustento en la nueva normativa, permitan hacer realidad los objetivos planteados y mejorar,
a su vez, el desempeo y rendimiento de los Programas de Fiscalizacin
propios de la cartera laboral mediante su coordinacin con las acciones
del Registro.
Doctrina
203
mecanismo de inspecciones originalmente pensadas para el mbito urbano, pero que en el caso del trabajo agrario deben realizarse en vastas extensiones territoriales, en lugares de difcil acceso y expuestos a peligros
especficos, que denotan en la prctica un escaso impacto para atacar el
problema de fondo.
Todo ello, puesto aun ms de manifiesto a poco que advirtamos que la
disminucin del trabajo no registrado operada en la ltima dcada nos
presenta un nuevo desafo, activar con eficacia sobre el ncleo duro del
trabajo informal e ilegal. Fenmeno de clara expresin laboral, pero cuya
raz est fuertemente ligada a la estructura econmica de cada sector, a
las diversas producciones regionales y a la economa nacional en general.
Que, obviamente, se potencia en el sector agrario.
Es por todo ello que consideramos que, en primer trmino, correspondera definir y analizar las estructuras productivas de los cultivos arquetpicos
de las distintas regiones y, en segundo lugar, estudiar la distribucin de la
renta a su interior.
Hecho esto, veremos, seguramente con ms facilidad y rapidez, ciertos
patrones comunes que van desde la connivencia de operadores estatales
hasta la ausencia de acciones eficaces en el mbito local y la insuficiencia en la asignacin de recursos y diagramacin de polticas nacionales.
Situacin que evidencia falta de informacin cruzada, dobles o triples
subsidios, estmulos costosos y con pobres resultados, asistencia estatal a
actividades rentables, falta de planificacin o sostenimiento de producciones inviables, entre otras cuestiones que exigen revisin porque conspiran
contra una eficiente accin inspectiva.
La inarticulada adopcin de nuevas polticas de estmulo, sin un diagnstico previo y sin intervenir en la estructura econmica y de poder que existe
tras cada actividad regional, seguramente no lograr resultados significativos, porque los estmulos slo provocarn un incremento en la rentabilidad de los sectores que vienen acumulando ganancia en detrimento de
los trabajadores.
Por consiguiente, es preciso direccionar los estmulos a quienes verdaderamente lo necesiten y estn en condiciones de producir, retirar subsidios
204
a quienes ocupan trabajadores no registrados; acompaado de una reconversin productiva, la promocin del asociativismo con control estatal
especialmente para aquellas producciones regionales basadas en unidades de pequea escala y el rediseo de las inspecciones, entre otras cosas. Todo lo que constituye medidas ineludibles para no colisionar con los
lmites que parece imponer la estructura econmico-poltica del ncleo
duro del empleo no registrado.
Primero, a travs del establecimiento de un Plan Maestro para el RENATEA, que contemple una poltica integral para el sector, que pueda sostenerse en el tiempo y que se complemente con la determinacin de un rea
especfica de inspeccin agraria a nivel nacional dependiente de la cartera
laboral con la funcin decoordinar y articular las facultades del Ministerio
de Trabajo de la Nacin con las del RENATEA, a efectos de no duplicar
competencias y mejorar la eficacia inspectiva.
Segundo, implementar un sistema gil y compartido para evitar el otorgamiento de subsidios mltiples o asignados por distintas organismos de
Gobierno con fines similares; establecer un severo rgimen sancionatorio
para las faltas graves, como son los casos de trabajo infantil, la trata y trfico de personas o su reduccin a servidumbre, que junto con las medidas
precitadas constituyen elementos imprescindibles para lograr los objetivos planteados.
A su vez, promover la convocatoria a los empresarios y a las organizaciones patronales que nuclean a productores rurales a que asuman compromisos concretos en el impulso del trabajo digno en toda la cadena de
contratacin agraria. Medidas de este tipo ya han mostrado resultados
promisorios, como ha sido el caso de la aplicacin de la Resolucin CNTA
N 11/11 (de Condiciones Laborales para Trabajadores Temporarios) y la
posterior adecuacin a sectores especficos con participacin activa de las
Cmaras empresarias respectivas (vgr.: Resoluciones CNTA N 46/11 para
Semilleros y Cereales y Oleaginosas y N 76/11 para Arndanos).
Doctrina
Una medida complementaria sera la creacin de un Registro de Incumplidores Laborales y la necesidad de una certificacin extendida por ese
organismo para poder acceder a subsidios estatales (tanto en el orden
nacional, provincial o municipal) y para calificar para el otorgamiento de
crditos bancarios con fines ligados a la actividad agraria.
205
5 | Un nuevo escenario
y una nueva cultura en el campo
A esta altura constituye un lugar comn sealar que el trabajo agrario estuvo histricamente a la saga del desarrollado en mbitos urbanos, haya
sido ste de ndole comercial o industrial. Sin embargo, an es pertinente
seguir remarcndolo, ya que la economa de nuestro pas reconoce una
fuerte vinculacin con esa clase de labores.
En igual sentido, es preciso advertir la singularidad del trabajo rural, que
justifica una regulacin legal especfica y la consagracin de un rgimen
estatutario que, sin pretender abstraerse de instituciones bsicas y comunes a todo el Derecho del Trabajo (de all la aplicabilidad supletoria de la
Ley de Contrato de Trabajo), refleje las peculiaridades del sector y de las
relaciones laborales que se desenvuelven en el medio rural.
Sin embargo, tal reconocimiento para nada implica aceptar el aislamiento
normativo que pretendi la dictadura cvico-militar instaurada en 1976 con
la sancin de la ley de facto 22.248; mucho menos, sostener la visin idlica
propuesta por las corporaciones patronales acerca de las relaciones de
empleo en el campo, como si se tratara de vnculos cuasi familiares entre
obreros y patrones sustentados en intereses compartidos.
No slo que el trabajo rural participa de las caractersticas comunes de la
estructura de produccin capitalista, en donde subyacen conflictos emergentes de las contradicciones propias de los intereses diversos de los representantes del capital y del trabajo; sino que coexiste con vestigios de
antiguas formas de organizacin de las labores y arcaicos sistemas de relaciones sociales e interpersonales con un alto grado de sometimiento a los
propietarios de la tierra.
En ese contexto, mal puede pensarse que prime el espritu de colaboracin obrero-patronal y el sentido comunitario en la empresa rural, con
prescindencia de los intereses divergentes de los actores de la produccin
agraria. En tal caso, una razonable convergencia de intereses slo puede
plantearse como punto de llegada y no de partida, en tanto se instalen
mecanismos de participacin efectiva tanto en orden a la gestin productiva como en cuanto a la distribucin de lo producido.
206
Doctrina
207
208
Trabajo infantil:
un punto de partida
en la tipificacin
de los delitos sociales
por ANDREA RUS(1) y ANA M. SALAS(2)
1 | La erradicacin
del trabajo infantil como objetivo
El reconocimiento de la dignidad humana encuentra una mxima proteccin en la prohibicin del trabajo realizado por menores.
Hablar de trabajo infantil implica reconocer la existencia de una inequidad
social producto de la falta educacin. No es un fenmeno que pueda abor-
(2) Juez de la Sptima Cmara del Trabajo de Mendoza. Asesora Legal de la Subsecretara
de Trabajo y Seguridad Social de la provincia de Mendoza (1990-1998) Relatora de la Suprema Corte de Justicia de la Sala II con competencia laboral (2005-2009). Profesora de grado
y posgrado de Prctica Profesional y del Derecho del Trabajo (Universidad de Mendoza y
UNC). Integrante de la Comisin Asesora en materia laboral del Consejo de la Magistratura
de Mendoza (1998-2000 y 2003-2005) Representante titular en el Jurado de la Comisin de
Seleccin de Magistrado del Consejo de la Magistratura de la Nacin. Autora de publicaciones de la especialidad en obras colectivas e individuales.
Doctrina
209
darse de forma aislada ya que se considera que es tanto una causa como
una consecuencia de la pobreza y de los bajos niveles de bienestar social.
En efecto, el trabajo infantil perpeta el crculo vicioso de la pobreza al impedir que los nios adquieran las calificaciones y la educacin, necesarias
para asegurarse un futuro mejor, y al mismo tiempo lesiona la economa
de un pas porque este flagelo de base terminar incidiendo en la prdida
de competitividad, productividad e ingresos potenciales(3).
Es un tema que ha concentrado la atencin mundial, lo que constituye un
buen punto de partida porque una forma decomenzar a solucionar un
problema es reconocer su existencia.
El trabajo infantil ha merecido el abordaje de diversos organismos internacionales preocupados en su tratamiento en vista de su eliminacin. As
la Convencin Internacional sobre los Derechos del Nio, adoptada por la
Asamblea General de Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989, seala que (...)todo nio tiene derecho a ser protegido contra la explotacin
econmica y contra todo trabajo que ponga en peligro su salud, su educacin o su desarrollo integral. El Estado tiene la obligacin de establecer
edades mnimas para empezar a trabajar y de especificar las condiciones
laborales. En el mismo sentido se expide La Declaracin Americana de
los Derechos y Deberes del Hombre (art. VII); La Declaracin Universal de
Derechos Humanos ; El Pacto Internacional de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales (art. 103); El Pacto Internacional de Derecho Civiles y
Polticos (art. 24.1); La Convencin Americana sobre Derechos Humanos
(art.19); el prembulo de la Constitucin de la Organizacin Internacional
del Trabajo (OIT) seala que una de las condiciones para alcanzar la justicia
social y la paz universal permanente es la proteccin de los nios y de los
adolescentes.
En el mbito de la OIT se han concertado una serie de convenios que
unidos a los informes y recomendaciones emitidos por sus organismos
tcnicos han permitido establecer las herramientas idneas para la operatividad de ese principio. Por ello el presente trabajo se centrar en la
actividad desplegada en tal sentido por la Organizacin Internacional del
(3) Ver El trabajo infantil en la Argentina. Anlisis y desafos para la poltica pblica. 1 edicin. Buenos Aires, Oficina de la OIT en Argentina. Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad
Social, 2007.
210
Trabajo (OIT) donde para lograr el objetivo propuesto se instituy El Programa Internacional para la Erradicacin del Trabajo Infantil (IPEC), creado
en el ao 1992 y su objetivo general fue la erradicacin progresiva del trabajo infantil, para lo cual se propuso como medio idneo el fortalecimiento de la capacidad de los pases para ocuparse del problema y promovi
un movimiento mundial de lucha contra este mal.
Este programa exige esfuerzos significativos para luchar contra el trabajo
infantil en las cadenas de produccin, reconociendo el papel esencial que
las empresas deben desempear para alcanzar el objetivo, generndose
as la llamada Responsabilidad Social Empresarial (RSE). Ya que las empresas estn cada vez ms preocupadas por la presencia de trabajo infantil
en sus cadenas de produccin. Lo ven como incompatible con los valores
de una empresa y como una amenaza a su imagen y a su capacidad para
reclutar y retener a los mejores empleados, as como para la sostenibilidad
de su cadena de produccin.
Doctrina
211
2 | Qu se entiende
por trabajo infantil
En forma preliminar corresponde definir qu se entiende por trabajo
infantil. Este trmino suele definirse como todo trabajo que priva a los
nios de su niez, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su
desarrollo fsico y psicolgico.
As en trminos genricos se hace referencia al trabajo que pone en
peligro el desarrollo, fsico, mental o moral del nio ya sea porque es
peligroso y perjudicial para el bienestar fsico, mental o moral del nio;
o porque interfiere con su escolarizacin puesto que le priva de la posibilidad de asistir a clases o lo obliga a abandonar la escuela de forma
prematura, o le exige combinar el estudio con un trabajo pesado y que
insume mucho tiempo.
Ahora bien, no todas las tareas realizadas por los nios deben clasificarse
como el trabajo infantil que se ha de eliminar. Por lo general la participacin de los nios o los adolescentes en trabajos que no atentan contra su
salud y su desarrollo personal ni interfieren con su escolarizacin se considera positiva. Entre otras actividades, cabe citar la ayuda que prestan a
sus padres en el hogar, la colaboracin en un negocio familiar o las tareas
que realizan fuera del horario escolar o durante las vacaciones para ganar
dinero producto de su propio esfuerzo. Este tipo de actividades son provechosas para el desarrollo de los pequeos y el bienestar de la familia; les
Doctrina
213
Este convenio fue adoptado como un instrumento general que reemplaz las disposiciones contenidas en los primigenios parciales convenios,
que eran aplicables a sectores econmicos limitados sobre la edad mnima (industria), 1919; Convenio sobre la edad mnima (trabajo martimo),
1920; Convenio sobre la edad mnima (agricultura),1921; Convenio sobre
214
Trabajo peligroso
Ninguna persona menor de
18 aos debe realizar trabajos
que atenten contra su salud
o su moralidad.
Edad mnima lmite
La edad mnima de admisin al
empleo no debe estar por debajo
de la edad de finalizacin de la
escolarizacin obligatoria, por
lo general, los 15 aos de edad.
Edad mnima
autorizada para
que los nios
comiencen a trabajar
Posibles excepciones
para algunos pases
en desarrollo
18 aos
(16 aos siempre que
se cumplan estrictas
condiciones)
18 aos
(16 aos siempre que
se cumplan estrictas
condiciones)
15 aos
14 aos
Doctrina
TABLA 1
215
Trabajo ligero
Los nios de entre 13 y 15 aos
de edad podrn realizar trabajos
ligeros, siempre y cuando ello no
ponga en peligroso su salud o su
seguridad, ni obstaculice su
educacin, su orientacin vocacional ni su formacin profesional.
Edad mnima
autorizada para
que los nios
comiencen a trabajar
Posibles excepciones
para algunos pases
en desarrollo
Entre
13 y 15 aos
Entre
12 y 14 aos
La utilizacin, el reclutamiento o la oferta de nios para la realizacin de actividades ilcitas, en particular la produccin y el trfico de estupefacientes, tal
como se definen en los tratados internacionales pertinentes.
El trabajo que, por su naturaleza o por las condiciones en que se lleva a
cabo, es probable que dae la salud, la seguridad o la moralidad de los
nios. Este tipo de trabajo debe ser determinado por las autoridades nacionales.
Exige que cada Estado Miembro que ratifica el Convenio disee y ejecute
programas de accin para eliminar, como medida prioritaria, esas peores
formas de trabajo infantil.
Si bien muchos pases han establecido planes de accin nacionales que
constituyen marcos para lograr ese objetivo, se ha observado que la participacin de los nios en la fuerza de trabajo es infinitamente variada y
cambiante porque responde a los cambios sociales y del mercado, y a
ello se agrega la flexibilidad de la enorme y desprotegida potencial fuerza de trabajo infantil. Sin lugar a dudas la pobreza y la exclusin social,
la movilidad de la mano de obra, la discriminacin y la falta de suficiente
proteccin social y de oportunidades de educarse inciden en la situacin
del trabajo infantil.
En este contexto y como primera medida se ha trabajado en la delimitacin del mapa laboral donde se detecta trabajo infantil y en funcin de
ello se determina el plan de accin a seguir que resulta ms idneo y pertinente. En funcin de ello se han podido distinguir tres sectores: el de la
agricultura, el industrial y el de los servicios.
Doctrina
217
jo, educacin universal y proteccin social, junto con una mejor comprensin de las necesidades y derechos de los nios, puede reducir de forma
significativa el trabajo infantil, un problema persistente que, incluso si se
supera en ciertos lugares o sectores, tender a reaparecer en modalidades
nuevas y a menudo imprevisibles por ello la respuesta al problema debe
ser tan verstil y adaptable como el propio trabajo infantil dado que no
existen las frmulas sencillas y rpidas para solucionarlo ni un programa
de accin de aplicacin universal.
3.1.3. Informes de la Comisin de Expertos
en la aplicacin de Convenios y Recomendaciones
3.1.3.1. Referidos al Convenio N 138
En la aplicacin de este Convenio la Comisin de Expertos ha emitido varias recomendaciones como la N 146, 041 y 052. En las mismas se establecen pautas de utilidad destinadas a lograr el marco econmico-social que
permita cumplir con la edad mnima autorizada para acceder al empleo,
la regulacin de las condiciones labores referidas a la jornada laboral, los
descansos, las remuneraciones, los controles mdicos, etc., comprendiendo tambin los supuestos de trabajos ligeros, en espectculos pblicos
o artsticos y en las empresas familiares. Tambin se hace referencia a la
necesidad de un adecuado control a travs del servicio de inspeccin de
las autoridades laborales y los registros necesarios para facilitar su control.
En la Recomendacin N 146 se ha destacado que para lograr el xito de
la poltica nacional a la que alude el artculo 1 del Convenio sobre la edad
mnima, las polticas y los planes nacionales de desarrollo deberan atribuir
elevada prioridad a la previsin de las necesidades de los menores y a la
satisfaccin de dichas necesidades, as como a la extensin progresiva y
coordinada de las diversas medidas necesarias para asegurar a los menores las mejores condiciones para su desarrollo fsico y mental(5).
A tal efecto se consider que la mayor atencin deba centrarse, entre
otros, en los siguientes temas: a) Lograr el pleno empleo, de acuerdo con
el Convenio y la Recomendacin sobre la poltica del empleo de 1964, y la
(5) Sobre el tema ver tambin la Declaracin Socio-Laboral del Mercosur del 10 de diciembre
de 1998.
218
Para dar efecto al art. 7, prrafo 3 del Convenio, se debera prestar especial atencin a: a) La fijacin de una remuneracin equitativa y su proteccin, habida cuenta del principio salario igual por trabajo de igual valor;
b) La limitacin estricta de las horas dedicadas al trabajo por da y por
semana, y la prohibicin de horas extraordinarias, de modo que quede
suficiente tiempo para la enseanza o la formacin profesional (incluido
el necesario para realizar los trabajos escolares en casa), para el descanso
durante el da y para actividades de recreo; c) El disfrute, sin posibilidad
de excepcin, salvo en caso de urgencia, de un perodo mnimo de doce
horas consecutivas de descanso nocturno y de los das habituales de descanso semanal; d) La concesin de vacaciones anuales pagadas de, por lo
menos, cuatro semanas, y que no debern ser en caso alguno inferiores a
aquellas de las que disfrutan los adultos; e) La proteccin por los planes
Doctrina
219
En el mismo sentido y para proteger la moral de los nios, debera prohibirse a las personas que hayan sido condenadas por ciertas faltas graves
o que se entreguen habitualmente a la bebida, el empleo de nios que
Doctrina
Entre los trabajos que presentan un carcter peligroso para la vida, salud
o moralidad de las personas empleadas en ellos pueden incluirse ciertos
empleos en los espectculos pblicos, tales como los de acrbatas; todo
trabajo en los hospitales, clnicas y sanatorios que entrae un peligro de
contagio o infeccin, y el servicio a los clientes en los establecimientos
de bebidas alcohlicas. Las edades mnimas para estos empleos deberan
fijarse segn los peligros particulares de cada empleo y, en ciertos casos,
la edad exigida para la admisin de las menores mujeres debera ser superior a la exigida para los varones.
221
no sean hijos suyos, incluso cuando estos nios hagan vida en comn con
dichas personas.
Por ltimo, la Conferencia en la Recomendacin N 052 ha aconsejado a
los Miembros de la Organizacin que deberan hacer todo lo posible por
aplicar la legislacin sobre la edad mnima de admisin a todas las empresas industriales, incluidas las empresas familiares.
3.1.3.2. Referidos al Convenio N 182
que ejercen una actividad independiente estn, por derecho, tambin cubiertos por el campo de aplicacin del Convenio N 182(6).
La Comisin teniendo en cuenta las observaciones efectuadas por el
Comit de los Derechos del Nio de las Naciones Unidas, seal especialmente su preocupacin por la situacin de los nios guaranes que
viven en condiciones de servidumbre, padecen el trabajo forzoso y son
vctimas de abuso. Se recomend adoptar las medidas necesarias para
garantizar que las personas que recurren al trabajo infantil de los menores de 18 aos en las explotaciones de caa de azcar en condicin de
servidumbre por deudas o de trabajo forzoso, sean enjuiciadas y que se
les impongan sanciones eficaces y disuasorias.
En situaciones como sta la Comisin solicit la elevacin de informes
sobre la aplicacin de las disposiciones de la legislacin nacional relativas a estas peores formas de trabajo infantil, facilitando especialmente
estadsticas sobre el nmero y la naturaleza de las infracciones sealadas,
las investigaciones realizadas, los enjuiciamientos llevados a cabo, y las
condenas y sanciones penales impuestas.
Tambin requiri que se intensifiquen los esfuerzos para reforzar la capacidad de la inspeccin del trabajo y para garantizar que se lleven a cabo visitas regulares, incluidas las visitas no anunciadas, para garantizar una mejor
vigilancia del trabajo infantil, especialmente en la cosecha de la caa de
azcar as como en el sector minero(7).
Doctrina
En cuanto a la explotacin sexual de nios con fines comerciales, la Comisin destac que la mayora de las disposiciones de los Cdigos Penales relativas a los delitos sexuales se refieren nicamente a las nias y no
parecen existir disposiciones similares para proteger a los nios. Por ello
ha solicitado a los pases la adopcin de medidas para garantizar la prohibicin de la utilizacin, el reclutamiento o la oferta de nios y nias a los
fines de la prostitucin incluyendo la produccin de material pornogrfico.
Se requiri que la normativa tambin debe sancionar penalmente a toda
persona que induzca, coaccione o aliente a un nio a ejercer la prostitucin, o que induzca, coaccione o aliente a una persona para que prostituya
223
Como colofn y en forma especial en la Recomendacin N 035 la Comisin ha destacado que es conveniente evitar recurrir a los diversos medios
indirectos que tengan por efecto agravar artificialmente la presin econmica que impulsa a ciertos sectores actores de la poblacin hacia el
trabajo asalariado y como consecuencia de: a) Imponer a las poblaciones
cargas fiscales tan pesadas que tengan por efecto obligarlas a buscar trabajo asalariado en las empresas privadas; b) Poner tales restricciones a la
posesin, ocupacin o uso de la tierra que conlleven a dificultades reales
para el trabajador que desee atender a sus necesidades mediante el cultivo libre; c) Dictar leyes sobre los permisos de circulacin que tengan por
efecto poner a los trabajadores que se encuentren al servicio de un tercero en una situacin desventajosa en relacin con los dems trabajadores;
entre otros.
La trascendental reforma constitucional de 1994, incorpor entre los Tratados Internacionales que hizo suyos, a la Convencin sobre los Derecho
de Nio aprobada por ley 23.849 pero su inclusin en la Carta Magna lo
sita en un lugar especial, ya que irradia una clara poltica a la que deben
adecuarse no solo el resto de las leyes, sino tambin la conducta de todos
los sectores institucionalizados gubernamentales y no gubernamentales,
Doctrina
La intencin tuitiva de los menores se ha visto reflejada en las leyes ratificadoras de los convenios al respecto de la OIT: la ley 24.650 que ratifica el
Convenio N 138 y la ley 25.255 por la que se ratifica el Convenio N 182.
225
como tambin todos los sujetos que se encuentran involucrados cualquiera sea el lugar en el escenario del trabajo humano.
En cumplimiento de esta manda constitucional se dict en 1999 la ley
25.212, que unifica el sistema de infracciones y sanciones de la normativa
laboral y clasifica como infraccin muy grave la violacin de las normas
relativas al trabajo de menores (art. 4, inc. e-), estableciendo como sancin, adems de multas pecuniarias, la posibilidad de clausura del establecimiento, la inhabilitacin para acceder a licitaciones pblicas y la
suspensin de los registros de proveedores o aseguradores del Estado
Nacional, Provincial y de la Ciudad Autnoma de Buenos Aires, en los
supuestos de reincidencia(11).
Como nota de inters corresponde destacar que expresamente se estableci la responsabilidad solidaria de los directores, gerentes, sndicos,
miembros del consejo de vigilancia, administradores, mandatarios o representantes que hubiesen intervenido en el hecho sancionado cuando el
infractor fuera una persona jurdica (art. 10).
La Ley de Contrato de Trabajo N 20.744 (t.o. por Decreto 390/76) regulaba en su Ttulo VIII todo lo relativo al trabajo de menores y estableca, en
cuanto a la edad, la prohibicin del trabajo de menores de 14 aos. La Ley
26.390 (B.0. 25-06-08) introdujo importantes cambios en el ttulo que pas
a denominarse De la prohibicin del trabajo infantil y de la proteccin
del trabajo adolescente.
Esta ley, en consonancia con esta pauta protectoria establecida en el Convenio N 138 de la OIT, elev la edad mnima para la admisin en el empleo a los 16 aos (con autorizacin de los padres)(12). De forma tal que
qued prohibido a los empleadores ocupar personas menores de diecisis (16) aos en cualquier tipo de actividad, persiga o no fines de lucro,
con las consecuencias legales establecidas en el art. 40 de la LCT.
(11) Esta ley fue ratificada por la Provincia de Mendoza a travs de la ley N 6956.
(12) En Mendoza la Subsecretara de Trabajo y Seguridad Social ha dictado la Resolucin
N 4109/11 por la que se reglamenta la autorizacin para trabajar de estos menores incluidos
los supuestos de trabajo en empresa familiar como la contratacin de infantes para realizar
trabajos de tipo artstico.
226
Doctrina
227
(art. 55), certificado de escolaridad (art. 57), tipos de tareas y jornada que
se encuentran vedadas (art. 59 y 62), presuncin de responsabilidad del
empleador en el caso de enfermedades o accidentes de trabajo como
consecuencia de la ejecucin de tareas prohibidas o efectuadas en condiciones que signifiquen infraccin a la ley, en consonancia con idntica
disposicin contenida en el art. 195 de la LCT.
Por su parte el art. 64 incorpora la manida obligacin, pero no por ello
menos importante, del empleador respecto a los espacios de cuidado y
contencin de los nios a cargo del trabajador que se desempea en el
establecimiento, durante todo el tiempo que dure la jornada laboral. Estos
espacios deben estar a cargo de personal calificado y/o con experiencia
en el cuidado de la infancia y tendr por objeto atender a los nios y nias
que an no han cumplido la edad escolar y tambin, en contra turno, a
los que asisten a la escuela hasta cubrir la jornada laboral de los adultos a
cuyo cargo se encuentren. Queda sujeta a la reglamentacin los requisitos
mnimos que debern cumplir estos espacios as como la nmina salarial
que determina su exigencia.
De esta manera se reconoce el hecho que la realidad nos aporta especialmente en la creciente cantidad de mujeres que son contratadas en este
sector y que se ven obligadas a concurrir a prestar su dbito laboral en
compaa de sus hijos menores. Estos nios an sin trabajar se encuentran
expuestos a agentes nocivos y/o riesgos propios de la actividad (ruidos,
mquinas peligrosas, hacinamiento, gases txicos, etc).
A la secuencia meramente referencial efectuada se le deba agregar las
estrategias llevadas a cabo por el gobierno nacional y provincial para la
erradicacin del trabajo infantil (13).
(13) En el tema detenta gran importancia los relevamientos que hasta el momento no se
han realizado en forma sistemtica. El primer relevamiento oficial publicado sobre trabajo infantil a nivel nacional se realiz en el ao 2004 en el Gran Buenos Aires, Noroeste Argentino, Noreste Argentino y Mendoza. Ver Barmetro de la deuda social de la
infancia-Argentina 2004-2008: Condiciones de vida de la niez y adolescencia Observatorio de la Deuda Social Argentina. Pontificia Universidad Catlica Argentina. Ao 2011.
En la Provincia de Mendoza la primera medicin sobre trabajo infantil se realiz en el mes
de noviembre de 2003 en el rea del Gran Mendoza ( 5 municipos de los 18 que tiene la
provincia, a saber: Capital, Guaymalln, Godoy Cruz, Las Heras, Maip, Lujn). y en el circuito
del sistema educativo formal, por ello tiene carcter parcial, es decir, no es representativa de
la situacin de toda la provincia. Se realizaron encuestas en 185 escuelas urbano marginales
y rurales. Se encuest en forma annima a los nios de 6 a 14 aos de esas escuelas y para
228
As, entre otras lneas de accin, el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social en el ao 2011 instituy el Plan Nacional para la Prevencin
y Erradicacin del Trabajo Infantil, Repblica Argentina 2011- 2015. En
respuesta al mismo las distintas jurisdicciones han llevado a cabo planes
especiales destinados a realizar un abordaje social del trabajo infantil. A
modo de ejemplo en la Provincia de Mendoza se puso en funcionamiento el Programa Buena Cosecha por el que se promueve la creacin
de centros socio-educativos de contencin, destinados a nios y nias
de hasta 15 aos, hijos de trabajadores, mediante la gestin asociada
del Estado (nacional, provincial y municipal), los sindicatos, empresas y
Organizaciones de la Sociedad Civil . Este programa cuenta en la actualidad con 70 centros que albergan a aproximadamente 3200 nios, nias
y adolescentes, llegando as a 2300 familias, con la afectacin de 214
cargos docentes.
ello se tomaron 565 casos que arrojaron los siguientes ndices: a) S/ niveles educativos: El 37
% corresponde a nios escolarizados en la EGB.1,el 28% en EGB 2; el 35% en EGB.3 ; b) S/
sexo: El 44% son masculinos y el 56% femeninos.; c) S/ edad: De 12 a 14 aos el 44%, de 9 a
11 el 33%, de 6 a 8 el 23%. d) S/ trabajo un 32,56% la mayora en Maip seguido de Las Heras
y Godoy Cruz; e) S/ actividad: El 41,3% trabajan en actividades rurales, el 22,2 % en comercio
y servicios, el 17,4 % en economa informal, el 13,6 % en construccin y hornos de ladrillo,
el 3,3% en trabajo domstico, el 2,2% en sector manufacturero: f) S/ el distrito: Actividades
rurales: 1 Maip, sigue Lujn y despus Las Heras.; Comercio y servicios:1 Guaymalln, 2
Las Heras, 3 Maip, 4 Godoy Cruz; Economa informal: 1 Godoy Cruz, 2 Las Heras, 3
Guaymalln: Trabajo domstico: 1 Las Heras, 2 Lujn; Construccin y hornos de ladrillo: 1
Las Heras, 2 Guaymallen. Sector manufacturero: Guaymallen y Lujn. g) S/ horario de trabajo
La mayora trabajan entre 4 a 8 horas, entre 6 y 7 das a la semana durante 9 a 12 meses; h) S/
edad inicial: Comienzan a trabajar entre los 5 y 9 aos el 56,52%.Reciben a cambio dinero un
56%, ropa y comida un 32%, un 12% nada. El 59,78% de los nios que trabajan lo hacen con familiares adultos. El 13,58% con familiares nios. Colaboran con las tareas del hogar un 79,29%.
Doctrina
229
(14) Informacin suministrada por la Lic. Brbara Simn. Asesora de la Subsecretara de Trabajo Direccin de Empleo de Mendoza. rea Trabajo Infantil.
(15) En este orden de ideas constituye un ejemplo el trabajo de investigacin llevado a cabo
en los hornos de ladrillo de la provincia de Mendoza, donde la actividad laboral comercial de
los padres se realiza en el mismo lugar donde vive la familia. Aqu la peligrosidad se configura por la sola presencia de los nios en el lugar de trabajo sin perjuicio del trabajo infantil
efectivamente prestado. En este sector la mayora de los padres conocen las consecuencias
del trabajo infantil en la salud y escolaridad de sus hijos pero el contexto socio-econmicocultural no favorece la orientacin en forma definitiva de las actividades de los nios hacia
horizontes que presenten mejores posibilidades de desarrollo. Ver sobre el tema Trabajo
infantil y adolescente en los hornos de ladrillo de Las Heras, Provincia de Mendoza. Diagnstico y propuestas a partir de una estudio rpido Ao 2011 Autora de los Sres. Jorge Asso,
Mara Laura Raa, Mara Emilia Pez, Mara Soledad Raa, funcionarios de la Subsecretara de
Trabajo de Mendoza.
230
adolescentes a la educacin y reconocer su derecho a trabajar con las restricciones que imponen la legislacin vigente y los convenios internacionales sobre erradicacin del trabajo infantil, debiendo ejercer la inspeccin
del trabajo contra la explotacin laboral de las nias, nios. Funcional a
este objetivo el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, a travs
de su Subsecretara de Fiscalizacin del Trabajo y de la Seguridad Social
ha dictado la Resolucin N 141/12 ( B.O. 6/06/2012) mediante la cual se
ha aprobado los modelos de formularios a utilizar en las acciones de fiscalizacin que se realicen en materia de trabajo infantil y adolescente conforme los Anexos que la integran(16).
La somera referencia de la normativa que regula el tema pone en evidencia que nuestro pas posee especiales normas tuitivas del trabajo infantil
al prohibir el trabajo de menores de 16 aos y regular las condiciones
del trabajo adolescente, asegurando siempre la instruccin escolar bsica
obligatoria. Desde la Carta Magna a las leyes que regulan el trabajo en relacin de dependencia en sus distintas actividades (ley 20.744, ley 26.727,
Dto ley 326/56, ley 26.390. entre otras) como as tambin la ley que regula
la inspeccin y sanciona las infracciones laborales (Ley 25.212), se procura
concretar un especial marco de proteccin de este sector.
(16) En la Provincia de Mendoza a partir del ao 2008 se han sistematizado las inspecciones
contra el trabajo infantil y se intensificaron la cantidad de medias al respecto que dieron lugar
a la imposicin de onerosas multas. As desde dicho ao y al 10-06-12 se han realizado un
total de 556 inspecciones que permitieron constatar 79 infracciones con un total de 220 nios
involucrados. Cabe destacar que cualquier empresa que necesite acceder a un subsidio del
Estado deber presentar un certificado de Libre de mano de obra infantil . Informacin
suministrada por la Lic. Brbara Simn. Asesora de la Subsecretara de Trabajo Direccin de
Empleo de Mendoza. rea Trabajo Infantil.
(17) Informe de la Oficina Internacional del Trabajo. Ginebra. Primera Edicin 2012.
Doctrina
231
4 | La penalizacin
del trabajo infantil
La regulacin actual del trabajo infantil en la Repblica Argentina permite
su tipificacin como un delito con la consiguiente determinacin de las
sanciones penales especficas a la utilizacin y aprovechamiento personal
del trabajo infantil que ayuden a desnaturalizar su existencia y erradicarlo
definitivamente de nuestra sociedad.
En este sentido corresponde destacar que en el Congreso Nacional se
est trabajando en un proyecto de ley por el que se pretende incorporar
en el Captulo VII, del Ttulo I del Libro Segundo: De los delitos del Cdigo Penal, la siguiente reforma:
Art. 108 bis: Ser reprimido con prisin de 1(uno) a 4 (cuatro)
aos, el que promoviere, facilitare, aprovechare o explotare
econmicamente el trabajo de un nio o nia en violacin de
las normas nacionales que prohben el trabajo infantil, siempre
que el hecho no importe un delito ms grave.
Cuando el hecho hubiere sido ejecutado en perjuicio del nio o
nia, en nombre, con la ayuda o en beneficio de una persona de
existencia ideal, la pena de prisin se aplicar a los directores o
gerentes de la sociedad, administradores, sndicos o miembros
de la comisin fiscalizadora que hubieren consentido de cualquier modo que el nio o nia trabajare en provecho de aqulla.
No ser punible el padre, madre, tutor o guardador de la vctima que incurriere en la conducta descrita, cuando mediaren
circunstancias de una economa familiar de subsistencia.
La pena de prisin ser de 3 (tres) a 6 (seis) aos cuando:
1. Las vctimas fueran 3 (tres) o ms.
2. El hecho fuere cometido con el concurso de 3 (tres) o ms personas en forma
organizada.
3. El hecho fuere cometido por un funcionario pblico; en cuyo caso sufrir adems la inhabilitacin especial por el doble del tiempo de la condena.
232
Doctrina
233
permite seguir este avance sin tener que cambiar la legislacin penal que
es la mutacin ms lenta (19).
Pero se advierte que puede genera problemas concursales con otros tipos
penales ya sea por el concurso aparente de normas o ideal o aparente
de delitos, dado que la conducta de las personas descriptas por la norma puede quedar atrapada en acciones claramente subsumibles en otros
tipos regulados en el Cdigo Penal (estafa, defraudaciones, trata de personas, abuso de firma en blanco, desbaratamiento de derechos, etc) y ello
podra malograr la utilizacin eficiente de esta figura penal.
5 | El punto de partida
para la tipificacin
de los llamados delitos sociales
Consideramos que la iniciativa legislativa tratada pone en debate la necesidad de trabajar en mayor profundidad en la proteccin penal de los
derechos laborales dando lugar a la posible regulacin de los llamados
delitos sociales.
Se observa con frecuencia que la conducta de los empleadores queda
atrapada en la accin penal, que en las infracciones laborales se encuentra un clara conducta de carcter delictivo y no obstante ello los autores
de tales comportamientos slo son sancionados en sede administrativa y
eventualmente condenados en los pleitos que se sustancien en el fuero
laboral. La falta de abordaje de esa dimensin penal genera en la prctica
una injusta impunidad.
A modo meramente ejemplificativo podra mencionarse los supuestos de
ausencia o deficiente registracin, omisin del ingreso de los aportes a
la seguridad social, firma en blanco de recibos, cese de actividad o cierre de establecimientos simulados para desentenderse del pago de las
indemnizaciones; trfico de mano de obra participando de migraciones
clandestinas con el objeto concretar contrataciones fuera del sistema y
(19) Sainz Cantero, Jos A. Los delitos laborales (), 1976, y En torno a los delitos contra
la libertad y seguridad en el trabajo Murcia 1972.
234
(20) La Audiencia Provincial de Palma de Mallorca en una sentencia dictada el 24-07-73 conden penalmente al empleador con fundamento en el art. Art 499 bis del Cdigo Penal
que sanciona los delitos contra la libertad y seguridad en el trabajo. Para as decidir tuvo en
cuenta que conociendo las obligaciones legales inherentes a su condicin de empleador, de
forma voluntaria y con la especfica intencin de faltar a tales deberes no dio cumplimiento
al pago de los aportes al sistema de seguridad social. Consider que el comportamiento del
procesado estuvo dirigido a colocar a los obreros fuera de la esfera protectoria de la seguridad social, propsito que apareca claro cuando se consideraba que ni siquiera dispona
el acusado del libro de sueldos dejando al trabajo de los dependientes en la ms absoluta
clandestinidad. Este hecho dificultaba tambin la actividad administrativa fiscalizadora del
cumplimiento de las obligaciones empresariales para con la seguridad social. Citado por Gomez Aranda, Proteccin penal de los derechos laborales: el llamado delito social, p. 113 y ss.
Doctrina
235
Debe tenerse presente que ley penal tiene como primordial funcin la
proteccin de los valores que son fundamentales para el individuo o la
sociedad y que esa tutela la realiza castigando con pena criminal las conductas que atenten contra esos valores fundamentales. Entonces la intervencin del Derecho Penal se justifica cuando no queda otro recurso para
proteger estos valores que son fundamentales.
A travs de esta propuesta no se busca castigar todas las infracciones laborales sino slo las socialmente intolerables, los ataques de una especial
intensidad, dejando las otras a la sancin de la inspecciones del trabajo
en el ambito adminitrativo y justicia laboral. Se trata de conseguir que la
norma penal cumpla su funcin primaria de carcter tico-social: la tipificacin y castigo de esas conductas debe formar en los ciudadanos un
sentir jurdico de cumplir con las obligaciones que las leyes laborales les
imponen como empresarios(21).
La tutela penal no pude ni debe dispensarse frente a cualquier clase de
ataque sino slo frente a los ataques de ms intensidad, los otros, los ms
inocuos, deben prevenirse y reprimirse en la vertiente administrativa. El
lmite o frontera entre lo que es ilcito penal y lo que constituye ilcito administrativo debe hacerse en el tipo penal claramente, sin dejar lugar a la
confusin, con trminos claros, precisos e inequvocos como el proyecto
de ley propuesto en materia de trabajo infantil.
Este puede constituir otro tema de agenda en la concrecin de la tutela
efectiva de los derechos laborales.
(21) Gomez Aranda, Luis Proteccin penal de los derechos laborales: El llamado delito social
Madrid, 1975, Morene Manglano, Carlos El delito social, Revista de Poltica Social, Espaa,
Octubre-Diciembre 1973.
236
Las pasantas:
uno de los ropajes bajo
los cuales se puede ocultar
una relacin laboral
por RICARDO FRANCISCO SECO(1)
1 | Introduccin.
Ubicacin histrica del tema
La dcada de los 90 estuvo plagada de neoliberalismo. Esa ideologa se
col en todos los rdenes de la vida y, por cierto en el Derecho del Trabajo, con su ideal de flexibilizacin entendida en este caso como relajamiento y reduccin de los derechos de los trabajadores en aras de la promesa
neoliberal de mayor empleo(2), o sea flexibilidad de desproteccin.
Se encarn en una serie de normas destinadas a reducir los costos laborales de las empresas, como sea, las que se dieron en esa dcada hasta el
colapso de 2001.
Doctrina
(1) Abogado y notario (UCC), doctor en Derecho y Ciencias Sociales (UNC), profesor de
DTySS e investigador(UCC), director por la UCC de la carrera Especializacin en Derecho
Laboral , convenio UNL-UNC y UCC, Vocal de la Cm.Civ.,Com. y del Trabajo, Cruz del Eje,
Provincia de Crdoba.
237
ricardo f. seco
Vzquez Vialard por aquel entonces sealaba la existencia de nuevas formas contractuales cuyo objeto acumula una prestacin de carcter laboral
y otra pedaggica que recepta el trabajador (pasantas, residencias mdicas, aprendizaje, prctica laboral, trabajo formacin, etc.). Postulaba que
no quedaran reguladas como si slo respondieran a una sola modalidad
contractual. Deca que esa realidad requera que la normativa admita
esa situacin distinta de la que se da en otros casos en que el objeto es
exclusivamente de carcter laboral(3).
Empero la flexibilidad de adaptacin (sumamente plausible) mut en el
caso en flexibilidad de desproteccin.
La precariedad laboral que se vivi en esa poca reconoce dos vertientes: una, propia del modelo econmico, el altsimo desempleo; y otra,
propia de la regulacin (o ms propiamente desregulacin), la temporalizacin del empleo ley 24.013, perodo de prueba, reduccin de indemnizaciones por despido y la deslaboralizacin del contrato de trabajopasantas, adelgazamiento de la nocin de subordinacin, etctera. La
externalizacin de la actividad econmica resulta una muy clara estrategia
del capital destinada a la fragmentacin o segmentacin de los colectivos
laborales, con imposicin de condiciones peyorativas a crecientes grupos
de trabajadores que se desgajan de la empresa que los emplea aunque no
los contrata directamente(4).
El proceso de deslaboralizacin lleg, entre otros ejemplos, con las pasantas. Pero sobre este tipo de figura legal atpica que es la pasanta,
pesa la ominosa carga de haber nacido en una poca dcada finisecular signada por la intencin desprotectora (va flexibilizacin laboral y
desregulacin, fundamentalmente legislativa, aunque tambin doctrinaria
y jurisprudencial) de la normativa nacida bajo la gida de una ideologa
dominante en la que prim los valores materiales por sobre la dignificacin del ser humano que trabaja (mancillando el principio tico que reza
que el trabajo no es una mercanca arg. art. 4 LCT), con lo cual se torna
(3) Vzquez Vialard, Antonio, El concepto de dependencia laboral frente a nuevas prcticas
contractuales. Debe desaparecer o transformarse?, RLSS, Ao I, N 11, enero 1996, p.1181.
(4) Meik, Moiss- Gianibelli, Guillermo, UCLAM, Aspectos que exigen tratamiento hacia un
sistema de relaciones del trabajo tutelar y democrtico, en Red Catorce Bis, Barrera Nicholson (coordinador).
238
(7) Recalde, Hctor y Recalde, Mariano, Nueva ley de pasantas educativas, ms herramientas
contra el fraude, Revista de Derecho Laboral, Actualidad, Santa Fe, Rubinzal Culzoni, Boletn de enero de 2009 on line, Debates de actualidad.
(8) Recalde, H. y Recalde, M., ob.cit.
Doctrina
239
ricardo f. seco
(9) Depetris, Eduardo A., "Aplicacin de las normas constitucionales al Derecho de los Trabajadores. Los Derechos Humanos en la nueva doctrina de la CSJN", Revista Digital EFT, 2008.
(10) Recalde, H. y Recalde M., ob.cit.
240
Doctrina
241
ricardo f. seco
(19) Juzgado del Trabajo N 46, CABA, a cargo del Dr. Enrique Arias Gibert, 18/07/02, Acosta Daniel Isaac c/Heckett Multiserv S.A. y otro Dif. de Salarios, citado por Quiroga Contreras, Juan F. Moreno, Santiago H., Fraude laboral, ponencia no oficial en Primeras Jornadas
de Derecho Laboral del Centro de la Repblica, Asociacin Argentina de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social , Filial Crdoba , Crdoba, 11y 12 de octubre de 2002 ,Fraude
laboral.
(20) Contreras-Moreno, ob.cit.
Doctrina
(18) Salpeter, Pablo, Sujetos del contrato de trabajo, Tratado de Derecho del Trabajo,
Ackerman (Dir.), Tosca (Coord.), Santa Fe, Rubinzal Culzoni, 2005, Tomo II, p.115, con cita
de PEPE, Carlos, El rgimen de pasantas, una nueva forma de flexibilizacin, DT-1999,-B,
p. 2266.
243
ricardo f. seco
El fraude en el mbito laboral se manifiesta de diversas formas, en general, basado en el abuso de figuras jurdicas, algunas veces, relacionadas
con el derecho del trabajo directamente y otras relacionadas indirectamente, se encontraran dentro de las primeras las becas, pasantas, programas de empleo subsidiados por el Estado como son el Plan Primer
Paso y Volver al Trabajo, los contratos de aprendizaje, el empleo temporario y en algunos casos los retiros voluntarios, que no tiene mucho de
voluntario y s de despido encubierto(21).
Toselli considera que puede darse un tpico caso de fraude laboral, ya que
tanto los becarios como los pasantes realizan tareas propias de una organizacin laboral ajena a la que son incorporados, pero carecen de los beneficios del contrato de trabajo, basado fundamentalmente en la promesa a
futuro de contratacin formal una vez concluida la experiencia formativaprobativa y que en definitiva resulta ser un mecanismo barato y sin riesgo
de contratacin de trabajadores en muchos casos sumamente calificados.
Aade que becarios y pasantes universitarios sobrepasan, en muchas ocasiones los estndares comunes del perfil exigido a los trabajadores estables
de la empresa y constituyen adems una fuente de alta discordia, por esta
especie de competencia desleal entre el becario y el pasante que quieren
ingresar a la organizacin empresaria y el trabajador permanente que ve
peligrar su fuente de trabajo y que de esa manera, es sometido al chantaje de tener que aceptar nuevas condiciones peyorativas de su contrato
laboral, especialmente en pases donde no existe la estabilidad absoluta.
Formula el profesor cordobs un comentario crtico a todas estas pasantas que se comparte diciendo que hubo indebida utilizacin de las
mismas, que en definitiva implic contar con personal calificado, sin que
estuviese vinculado por una relacin de dependencia, soportando costos
econmicos mnimos (asignacin estmulo para transporte, cobertura de
salud y de riesgos del trabajo) y que en la mayora de los casos no tuvo
realmente en miras el objetivo de formacin y capacitacin que estaba
determinado en las leyes y decretos que autorizaron el funcionamiento de
esta modalidad(22).
(21) dem nota anterior.
(22) Toselli, Carlos A., Los fraudes en las relaciones laborales, ponencia en Primeras Jornadas de Derecho Laboral del Centro de la Repblica, Asociacin Argentina de Derecho
244
Se ha sealado el uso lamentablemente desviado de esta figura, encubrindose bajo la apariencia de una pasanta, un verdadero contrato de
trabajo. Es que un rgimen de pasantas debe, ineludiblemente, encontrarse dirigido a la educacin prctica completando as las enseanzas
tericas que puede adquirir el educando, objetivo que en los hechos muchas veces se encontraba desvirtuado al excederse los plazos legales, o al
ocupar al pasante en un cometido ajeno a todo atisbo de aprendizaje o
de prctica. Por ello resulta determinante, para descartar la existencia de
fraude, el cumplimiento de cada una de las disposiciones y condiciones
pedaggicas que hacen a la formacin del pasante y que estn dirigidas al cumplimiento de los objetivos del sistema. Ello es as por cuanto si
an cuando estemos frente a una tpica vinculacin de pasanta resulta
muchas veces dificultoso fijar un lmite entre ese instituto y el contrato
de trabajo, dadas sus numerosas notas comunes (subordinacin, prestacin de trabajo, cierta contraprestacin econmica, poder de direccin
del principal), menos an podra permitirse la aplicacin de ese rgimen
excepcional cuando no se cumplen con los extremos exigidos por el propio legislador o se encomiendan tareas que no reportan enseanza alguna
para el pretendido pasante(23).
Las pasantas, en diversas modalidades y alcances, se encontraban previstas en al menos veinte convenios colectivos vigentes o ultraactivos, algunos de cercana homologacin(24).
del Trabajo y de la Seguridad Social, Filial Crdoba , Crdoba, 11y 12 de octubre de 2002,
Fraude laboral.
(24) Ver http://www.laleyonline.com.ar, consultada el 26/12/2006, en DT on line. Ver gastronmicos, CCT 401/2005, vigencia inicial: 21/01/2005, fecha de vencimiento: 21/01/2007, parte sindical: Unin de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronmicos de la Repblica
Argentina (UTHGRA); parte empresarial: Cmara Argentina de Servicios de Comedores y
Refrigerios (C.A.C.y.R.), fecha de homologacin: 21/01/2005, que refiere : 9. -Modalidades
de colaboracin no laboral: Las empresas podrn organizar programas de pasantas, con el
objeto de contribuir a la formacin prctica de estudiantes de carreras afines a la actividad,
y al mismo tiempo posibilitar una alternativa de seleccin y bsqueda para los casos en que
requiriera de la contratacin de nuevo personal bajo alguna de las diferentes modalidades
reguladas a travs del presente. Estos programas debern en su caso estar organizados en
base a las pautas, condiciones, requisitos y derechos de los participantes establecidos en las
Leyes 25.013 y 25.165 y sus normas reglamentarias, o en los regmenes provinciales o municipales vigentes. Los participantes de programas de pasantas o de becas de formacin (artculo 7, ley 24.241 y Decreto 491/97) no adquirirn en consecuencia la condicin de empleado
Doctrina
245
ricardo f. seco
Aunque con algunos avatares, la mayora de los pronunciamientos judiciales anteriores a la nueva ley fueron descartando la aplicacin de la figura
ante supuestos de fraude laboral(25).
Por ejemplo ello sucede cuando se ocup a la contratada como pasante
en tareas propias de su giro empresarial, ya que atenda los reclamos del
112, actividad que no requiere capacitacin especial y que ninguna ventaja comportaba a quien se encontraba en la carrera de psicologa (CNAT,
Sala X,24/11/04, Bessio, Julia c/ Telecom Argentina Stet France Telecom
SA s/ despido; o cuando hubo carencia de fiscalizacin de una entidad
educativa (CNAT, Sala IV,6/10/00, Wasserman, Alejandro c/ Prada Fernndez, Manuel s/ despido); o por carencia de celebracin de un convenio de
acuerdo a las previsiones de la ley 25.165 y su registro (arts. 5 y 6) (CNAT,
Sala V, 30/3/07, Novoa, Ral c/ La Mercantil Andina SA y otro s/ despido); o cuando se entendi que constituye un presupuesto ineludible para
la consideracin de un contrato de pasanta brindar experiencia prctica
complementaria de la formacin terica elegida y que en la medida en que
la prestacin de tareas difiera de tal objeto no puede hablarse de pasanta
sino de contrato de trabajo (CNAT, Sala X, 6/10/06, Moreno, Nlida c/ Tren
de la Costa SA s/ despido); o cuando se da carencia de acreditacin de la
suscripcin de un convenio con la entidad educacional a la cual perteneca
el actor y que dicha entidad controlaba y fiscalizaba el cumplimiento de los
objetivos de la pasanta para adquirir conocimientos dentro del rea propia
de la formacin e instruccin que vena recibiendo el pasante (CNAT, Sala
VII, 23/8/06, Iramaz, Virgilio c/ Sistemas Electrnicos de Registracin SA s/
despido); o se acredit exceso en la duracin y en el horario(CNAT, Sala IX,
27/4/04, Roggero, Jorge c/ Bansud SA s/ despido); aunque se hubiera
demostrado que el actor tena una flexibilidad horaria y una carga menor a
la de otros empleados de la demandada y que el mismo haba recibido una
capacitacin a su ingreso, no puede concluirse que haya existido contrato
de pasanta si las tareas desarrolladas por el mismo no estaban dirigidas
a su formacin educacional e instructiva (en el caso se trataba de un estudiante de informtica que realizaba tareas de repositor en un supermercaen relacin de dependencia. En todos los casos, deber observarse como tope mximo el
previsto en el decreto reglamentario de la Pasanta establecida por Ley 25.013.
(25) Ver los fallos citados de la Cmara Nacional de Apelaciones del Trabajo en Boletn Temtico de Jurisprudencia Contratos formativos Contrato de aprendizaje. Rgimen de pasantes
y becarios, Oficina de Jurisprudencia, setiembre 2007.
246
Doctrina
247
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el actor los conocimientos necesarios para el cumplimiento de tales funciones (CNAT, Sala III, 14/3/06 De Cicco, Facundo c/ Formatos Eficientes SA s/
despido); no se configura la pasanta cuando a una estudiante de derecho
se le asigna tareas anlogas con la actividad desplegada por cualquier operario del sector de marketing (CNAT, Sala VII, 24/10/03 Pellegrino, Mara c/
Publicom SA y otro s/ despido).
En el centro del pas, por ejemplo, se ha considerado que se configura
fraude cuando un estudiante de la carrera de Contador Pblico de la Facultad de Ciencias Econmicas de la UNC para una pasanta que tena
como objetivo realizar tareas administrativas y contables, desde su ingreso
y hasta julio de 2003, se lo asign a prestar tareas como cajero y cobranzas de los alumnos, actividad que no evidencia conducencia o idoneidad
para la prctica educativa en tareas administrativas contables (objetivo
de la pasanta), actividades que realiz hasta diecinueve meses despus
de finalizada la pasanta (Cmara nica del Trabajo de Crdoba, Sala IX,
1/11/2005, Pizarro lvaro c/ Asociacin de Investigaciones Tecnolgicas
Ordinario Despido, Sala Unipersonal: vocal Tosto)(26).
(26) Ver Actualidad Jurdica de Crdoba - Derecho Laboral, Vol.64,p.4907. Ver tambin los
abundantes casos jurisprudenciales que menciona Dowhaluk, Christian S., Las pasantas y el
fraude laboral, Doctrina, jurisprudencia. Modelos, Garca Alonso, Buenos Aires, 2008, p.180
y ss.
(27) Ver su comentario en Seco, Ricardo F., Nueva ley de pasantas educativas: ms pros que
contras, RDL-Actualidad, 2009-2, Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 2009, p. 361.
248
b. El decreto 1374/2011 (B.O.,19/9/2011) que aprob el Rgimen General de Pasantas que regir en todo el mbito del Nivel de Educacin Secundaria del
Sistema Educativo Nacional.
Nos ceiremos slo a comentar algunos temas del fraude laboral referido
a ellas.
(28) Litterio, Liliana H., La ley 26.427: Nuevo Marco jurdico para las pasantas educativas,
Revista de Derecho Laboral, Actualidad, Santa Fe, Rubinzal Culzoni, 2009, Boletn informativo
enero de 2009 on line.
Doctrina
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Doctrina
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(31) Alejandro, Sergio J., Novedades en los sistemas de pasantas a partir de la ley 26.427,
DT-2009-A.148.
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Doctrina
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Doctrina
Como la nueva ley refuerza (...) el nfasis puesto en anteriores para sustraer de toda connotacin laboral a los contratos de pasanta (...) cuando
no se cumplan todos estos requisitos o no se demuestre la existencia de
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un carcter preponderantemente educativo, debe considerarse que la relacin habida entre un estudiante que realiza actos a favor de una empresa
u organismo no es una pasanta y que cabe enmarcarla dentro del rgimen
laboral comn (...) El aspecto educativo es precisamente el que justifica (al
menos en el plano jurdico), la existencia de esta figura. Entendemos que
debe acreditarse acabadamente la concrecin de cada una de las condiciones que exige la ley en este sentido para descartar la existencia de una
relacin laboral disimulada bajo la apariencia de una situacin de pasanta (...) para desechar la existencia de un contrato de trabajo debe exigirse
el riguroso cumplimiento de cada uno de estos extremos que son esenciales para la configuracin de una real pasanta. Es que si la pasanta es una
extensin de la enseanza en las tareas prestadas por estudiantes bajo
esta denominacin, deben estar presentes todos los elementos (al menos
los previstos en la ley) que hacen al cumplimiento de esta finalidad(40).
El Rgimen General de Pasantas secundarias expresa en su art.15 la nulidad de toda clusula o disposicin de un Convenio/Acta Acuerdo Individual de Pasantas que contravenga los trminos y condiciones mnimas
de ese rgimen y los modelos de convenios que se aprueban, o que de
cualquier modo menoscabe los derechos de los pasantes.
4 | Conclusin
a. Las pasantas educativas son (...) una herramienta de indiscutible utilidad para
la formacin de estudiantes, futuros profesionales, ya que brinda la posibilidad
de obtener una mejor y ms completa formacin terico-prctica, adquiriendo
competencias que facilitan su posterior insercin en el mercado laboral(43).
Sin embargo que esta figura puede dar lugar a una incorrecta utilizacin,
an con la nueva ley(44) y decreto que aprueba el rgimen de pasantas a
nivel secundario.
Se trata de una figura que se presta como pocas a su utilizacin fraudulenta, y los hechos dan acabada cuenta de ello(45).
b Consideramos positiva a la ley 26.427 en cuanto unifica el rgimen aplicable
para figura, establece mejor los recaudos que deben cumplirse para entrar en
el rgimen excepcional y las sanciones en caso negativo o de duda.
Doctrina
257
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El decreto que aprueba el rgimen de pasantas a nivel secundario, precisamente porque se dirige a regular pasantas de estudiantes de ese nivel y
normalmente de otras edades, casi siempre menores que los que regula la
ley, en cambio es ms genrico, abierto y sin tantas precisiones normativas
que las que tiene la ley.
c. Los cerrojos antifraude que la ley 26.427 contiene y las aclaraciones que hace
respecto de las normas anteriores deben ser valoradas de modo positivo en
cuanto pretenden la preservacin de las que por disposicin legal son relaciones no laborales genuinas y combatir el fraude que con esta figura excepcional puede darse, tutelando a las que son verdaderas relaciones laborales.
Incluso ellos podran aplicarse analgicamente mutatis mutandis a las pasantas secundarias.
258
Proyectos
legislativos
Proyectos Legislativos
El pasado 7 de agosto, las Comisiones de Legislacin Penal, de Legislacin del Trabajo y de Familia, Mujer, Niez y Adolescencia de la Honorable
Cmara de Diputados de la Nacin, aprobaron un dictamen unificando
los proyectos de ley presentados por los Diputados Recalde, Sabbatella,
Basteiro, Heller, Rivas e Ibarra y de la Diputada Diana Conti, referidos al
trabajo infantil, ms especficamente, sobre delitos contra la libertad individual y trabajo de menores de edad.
261
Captulo VII
Delitos contra la integridad de los menores
Art. 108 bis: Ser reprimido con prisin de 1 (uno) a 4 (cuatro) aos, el que promoviere, facilitare, aprovechare o explotare econmicamente el trabajo de un nio o
nia en violacin de las normas nacionales que prohben el trabajo infantil, siempre que el hecho no importe un delito ms grave.
Cuando el hecho hubiere sido ejecutado en perjuicio del nio o nia, en nombre,
con la ayuda o en beneficio de una persona de existencia ideal, la pena de prisin
se aplicar a los directores o gerentes de la sociedad, administradores, sndicos
o miembros de la comisin fiscalizadora que hubieren consentido de cualquier
modo que el nio o nia trabajare en provecho de aqulla.
No ser punible el padre, madre, tutor o guardador de la vctima que incurriere en
la conducta descrita, cuando mediaren circunstancias de una economa familiar de
subsistencia.
La pena de prisin ser de 3 (tres) a 6 (seis) aos cuando:
3. El hecho fuere cometido por un funcionario pblico; en cuyo caso sufrir adems la inhabilitacin especial por el doble del tiempo de la condena.
La pena de prisin ser de 4 (cuatro) a 8 (ocho) aos cuando la utilizacin de la
prestacin laboral del nio o nia se efectuare en actividades riesgosas, inseguras
o peligrosas, conforme la calificacin que sobre las mismas determinen las normas
sobre higiene y seguridad en el trabajo.
Art. 2 - Comunquese al Poder Ejecutivo.
Proyectos Legislativos
263
INFORME
Honorable Cmara:
Las comisiones de Legislacin Penal, de Legislacin del Trabajo y de Familia, Mujer, Niez y Adolescencia al considerar los proyectos de ley del seor Diputado
Recalde; del seor Diputado Sabbatella y otros seores legisladores y de la seora
Diputada Conti, sobre delitos contra la libertad individual y trabajo de menores de
264
edad, creen innecesario abundar en ms detalles que los expuestos en los fundamentos que los acompaan por lo que los hacen suyos y as lo expresan.
Juan C. Vega.
FUNDAMENTOS
1
Seor Presidente:
Mediante el presente proyecto se agrega un nuevo captulo el captulo I bis
al ttulo V del Cdigo Penal, Delitos contra la libertad, en el cual se incorporan
los artculos 149 quater y 149 quinque, los que reprimen con prisin de 2 (dos) a
4 (cuatro) aos a las personas fsicas que utilizaren a un menor de diecisis (16)
aos para trabajar en provecho propio o de un tercero. Se establecen tambin
tres excepciones, referidas la primera a los casos contemplados en el artculo
189 bis de la ley 20.744 caso de los menores que trabajen en empresas familiares, y las dos restantes a los casos contemplados en los artculos 23 y 24 de
la ley 26.390, atinente el primero a que la edad mnima para el trabajo infantil
se reputar de quince aos hasta el 25 de mayo de 2010, y el segundo a que la
prohibicin de la contratacin de menores de 16 aos que la norma regula, no
ser aplicable a los contratos de trabajo celebrados con anterioridad a la promulgacin de dicha ley.
Proyectos Legislativos
Cabe destacar que la prohibicin a la que hace referencia el artculo 149 quater
que se propone, no representa en modo alguno un recorte en los ingresos familiares, toda vez que con fecha 29/10/2009 se sancion el decreto 1602/2009 (B.O.
30/10/2009) sobre Asignacin Universal por Hijo para proteccin social. Las polticas pblicas adoptadas desde el ao 2003 han producido una recuperacin del
poder adquisitivo de los salarios, incrementado los niveles de empleo, y disminuido los de desempleo, de marginalidad y pobreza. No obstante ello, ante la subsistencia de situaciones de exclusin de diversos sectores de la poblacin, el Poder
Ejecutivo Nacional dict el decreto 1602/2009 estableciendo un umbral mnimo de
ingresos para mejorar la situacin de los menores y adolescentes en situacin de
vulnerabilidad social. Frente al amplio alcance del rgimen creado por el decreto
mencionado ya nadie puede justificar el trabajo de menores de edad inferior a la
que las leyes vigentes exigen para trabajar, ni aun so pretexto de que el menor
acerca algn ingreso al grupo familiar en situacin de vulnerabilidad.
265
Proyectos Legislativos
267
Seor Presidente, el trabajo infantil es una prctica que debe ser definitivamente
desnaturalizada en funcin de los perjuicios que implica tanto para el desarrollo
del nio o nia como para el desarrollo de la sociedad en su conjunto.
Es necesario comprender que el trabajo infantil en cualquiera de sus condiciones y
tanto en el contexto urbano como rural vulnera los derechos del nio o nia en la
medida en que necesariamente implica una tensin con sus actividades educativas
Proyectos Legislativos
De la misma forma, cuando el hecho sea cometido por una persona jurdica se
establece una pena de tres a seis aos de prisin para todo director, sndico, administrador, miembro de la comisin fiscalizadora o gerente de la sociedad que consintiere de cualquier modo que el menor trabaje en provecho de aqulla. Cuando
el autor del delito sea un funcionario pblico cabe su inhabilitacin especial durante el doble del tiempo de la condena.
269
y ldico-recreativas. Esta tensin en mayor o menor medida acta como un determinante de las situaciones de exclusin social y de inequidad entre los nios que
provienen de hogares pobres y el resto de la sociedad. De esta forma, el trabajo
infantil lejos de ser un remedio para las familias pobres intensifica y perpeta su
vulnerabilidad(2).
El establecimiento de penalidades para el trabajo infantil responde a la necesidad
de profundizar su erradicacin definitiva. Esta aspiracin es posible gracias a los
avances que se han dado en la Argentina tanto en el plano material como jurdico.
La senda de desarrollo con equidad que transita nuestro pas desde el ao 2003
ha logrado una considerable reduccin de la pobreza socavando las condiciones
en las que el trabajo infantil se constitua como una condicin necesaria de subsistencia. Pero es sin duda la implementacin de la Asignacin Universal por Hijo
un punto de inflexin en este sentido, en la medida en que establece un umbral
de ingresos para los menores, permitiendo a las familias liberar a sus hijos de las
actividades laborales y volcarlos a la escolarizacin.
En el plano jurdico, el trabajo de los menores est actualmente regulado por las
normas de la Constitucin Nacional, la Convencin sobre los Derechos del Nio,
los Convenios 138 y 182 de la OIT ratificados por la Repblica Argentina y la ley
26.390 de Prohibicin del Trabajo Infantil y Proteccin del Trabajo Adolescente.
La Constitucin Nacional establece en su artculo 75 inciso 23 que el Congreso de
la Nacin deber: Legislar y promover medidas de accin positiva que garanticen
la igualdad real de oportunidades y de trato, y el pleno goce y ejercicio de los derechos reconocidos por esta Constitucin y por los tratados internacionales vigentes sobre derechos humanos, en particular respecto de los nios; el mismo inciso
agrega: Dictar un rgimen de seguridad social especial e integral en proteccin
del nio en situacin de desamparo, desde el embarazo hasta la finalizacin del
perodo de enseanza elemental.
La Convencin sobre los Derechos del Nio, adoptada por la Asamblea General de
las Naciones Unidas en 1989 y ratificada por la Repblica Argentina por ley 23.849
(B.O. 22/10/1990), en su artculo 32 establece textualmente: 1. Los Estados Partes
reconocen el derecho al nio a estar protegido contra la explotacin econmica y
contra el desempeo de cualquier trabajo que pueda ser peligroso o entorpecer
su educacin, o que sea nocivo para su salud o para su desarrollo fsico, mental,
espiritual, moral o social. 2. Los Estados Partes adoptarn medidas legislativas,
administrativas, sociales y educacionales para garantizar la aplicacin del presente
artculo. Con ese propsito y teniendo en cuenta las disposiciones pertinentes de
otros instrumentos internacionales, los Estados partes, en particular: a) fijarn una
edad o edades mnimas para trabajar; b) dispondrn la reglamentacin apropiada
(2) El trabajo infantil en la Argentina. Anlisis y desafos para la poltica pblica 1 ed., Buenos
Aires, Oficina de la OIT en Argentina. Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, 2007.
270
(3) Conste que, preguntado el seor Diputado Nacional don Jorge Rivas si era su voluntad
ser cofirmante del presente proyecto de ley, asinti. Oscar Morales, subdirector, Direccin
Secretara, Honorable Cmara de Diputados de la Nacin.
Proyectos Legislativos
Seor Presidente:
271
del trabajo infantil y proteccin del trabajo adolescente fijando la edad mnima de
admisin al empleo en 16 aos.
Ahora, considero que debe darse un nuevo paso y disponerse sanciones penales
especficas a la utilizacin y aprovechamiento personal de lo que ha sido definido
como peores formas de trabajo infantil.
Al respecto, debe tenerse en cuenta que la Organizacin Internacional del Trabajo
en el Convenio 182, ratificado por la ley 25.255, prohibi la realizacin de determinadas actividades calificadas como explotacin y violencia contra los nios. Estas
actividades son: a) todas las formas de esclavitud o las prcticas anlogas a la esclavitud, como la venta y el trfico de nios, la servidumbre por deudas y la condicin de siervo, y el trabajo forzoso u obligatorio, incluido el reclutamiento forzoso
u obligatorio de nios para utilizarlos en conflictos armados; b) La utilizacin, el reclutamiento o la oferta de nios para la prostitucin, la produccin de pornografa
o actuaciones pornogrficas; c) La utilizacin, el reclutamiento o la oferta de nios
para la realizacin de actividades ilcitas, en particular la produccin y el trfico de
estupefacientes, tal como se definen en los tratados internacionales pertinentes; y
d) El trabajo que, por su naturaleza o por las condiciones en que se lleva a cabo, es
probable que dae la salud, la seguridad o la moralidad de los nios (artculo 3).
Desde ya, los primeros tres incisos, segn mi interpretacin, quedan cubiertos por
figuras ya previstas en el Cdigo Penal; sin embargo, la explotacin de nios en
trabajos insalubres o inseguros, cuando no configura un delito por la afectacin a
la integridad personal del joven, resulta atpica. Tngase en cuenta que este Convenio, en su artculo 7, y la Recomendacin 190 de la OIT, que lo complementa,
disponen el deber del Estado de prohibir y eliminar este tipo de explotacin de los
nios con carcter de urgencia. Por ello, considero que debe incorporarse un tipo
penal que expresamente incluya estas formas de explotacin infantil. Lo cual resulta compatible con el artculo 32 de la Convencin sobre los Derechos del Nio
donde se reconoce el derecho del nio a estar protegido contra la explotacin
econmica y contra el desempeo de cualquier trabajo que pueda ser peligroso o
entorpecer su educacin, o que sea nocivo para su salud o para su desarrollo fsico, mental, espiritual, moral o social, y se prev que los Estados deben estipular
penalidades u otras sanciones apropiadas para asegurar la aplicacin efectiva del
presente artculo.
A fin de precisar las actividades laborales insalubres o inseguras tuvimos en cuenta
la Recomendacin 190 de la OIT, que expresa: 3. Al terminar y localizar dnde
se practican los tipos de trabajo a que se refiere el artculo 3, d), del Convenio,
debera tomarse en consideracin, entre otras cosas: a) Los trabajos en que el nio
queda expuesto a abusos de orden fsico, psicolgico o sexual; b) Los trabajos que
se realizan bajo tierra, bajo el agua, en alturas peligrosas o en espacios cerrados;
c) Los trabajos que se realizan con maquinaria, equipos y herramientas peligrosos,
o que conllevan la manipulacin o el transporte manual de cargas pesadas; d) Los
272
ANTECEDENTES
1
PROYECTO DE LEY
El Senado y Cmara de Diputados,
Artculo 1 - Incorprese como captulo I bis al ttulo V, Delitos contra la libertad,
del Cdigo Penal, el siguiente:
Captulo I bis. Delitos contra la integridad de los menores.
Artculo 149 quater: Ser reprimido con prisin de 2 (dos) a 4 (cuatro) aos el que
utilizare a un menor de diecisis (16) aos para trabajar en provecho propio o de
un tercero.
Artculo 149 quinque: Cuando se tratare de una persona jurdica, todo director,
sndico, administrador, miembro de la comisin fiscalizadora o gerente de la sociedad que consintiere de cualquier modo que el menor trabajare en provecho de
aqulla, ser reprimido con la misma pena.
Art. 2 - Comunquese al Poder Ejecutivo.
Hctor P. Recalde.
Proyectos Legislativos
La pena prevista en el prrafo precedente no ser aplicable en los casos contemplados en el artculo 189 bis de la ley 20.744 (t. o. 1976) y sus modificatorias, y
artculos 23 y 24 de la ley 26.390.
273
2
PROYECTO DE LEY
El Senado y Cmara de Diputados,
Artculo 1 - Incorprese como artculo 145 quater del ttulo V Delitos contra la
libertad individual del Cdigo Penal el siguiente:
Artculo 145 quater: Ser reprimido con prisin de 1 (uno) a 3 (tres) aos el que
utilizare a un menor de diecisis (16) aos para realizar cualquier tipo de trabajo en
beneficio propio o de un tercero. La pena ser 2 (dos) a 4 (cuatro) aos de prisin
cuando la vctima fuere menor de 13 (trece) aos.
En cualquiera de los supuestos anteriores, la pena ser de 3 (tres) a 6 (seis) aos
cuando:
(4) Conste que, preguntado el seor Diputado Nacional don Jorge Rivas si era su voluntad
ser cofirmante del presente proyecto de ley, asinti. Oscar Morales, subdirector, Direccin
Secretara, Honorable Cmara de Diputados de la Nacin.
274
3
PROYECTO DE LEY
El Senado y Cmara de Diputados,
INCORPORACIN DEL ARTCULO 145 QUATER DEL TTULO V DELITOS CONTRA LA LIBERTAD INDIVIDUAL DEL CDIGO PENAL - EXPLOTACIN MENORES DE EDAD
Artculo 1 - Incorprese como artculo 145 quater del ttulo V, Delitos contra la
libertad individual, del Cdigo Penal, el siguiente:
Artculo 145 quater: Ser reprimido con prisin de uno (1) a tres (3) aos, el que
utiliza o el que se beneficia de la explotacin de una persona menor de 18 aos de
edad en una actividad laboral insalubre o insegura, si el hecho no constituyere un
delito ms severamente penado.
Se considerarn actividades laborales insalubres o inseguras a:
a. Los trabajos que se realizan bajo tierra, bajo el agua o en alturas peligrosas;
b. Los trabajos que se realizan con maquinaria, equipos y herramientas peligrosas
o que conllevan la manipulacin o el transporte manual de cargas pesadas;
c. Los trabajos realizados en un medio insalubre en el que los nios estn expuestos a sustancias, agentes o procesos peligrosos o a temperaturas o niveles
d. Los trabajos que implican condiciones especialmente difciles, como los horarios prolongados o nocturnos.
La pena ser de dos (2) a cuatro (4) aos de prisin cuando la vctima fuere menor
de diecisis (16) aos.
En cualquiera de los supuestos anteriores, la pena ser de tres (3) a seis (6) aos
cuando:
Diana B. Conti.
Proyectos Legislativos
275
Dictamen
de Aprobacin
SALA DE LAS COMISIONES, 7 DE AGOSTO DE 2012.INFORME.HONORABLE CMARA:
Las Comisiones de Legislacin Penal, de Legislacin del Trabajo y de Familia, Mujer, Niez y Adolescencia al considerar los proyectos de ley de los
seores Diputados Recalde, Sabbatella y otros seores legisladores y de la
seora Diputada Conti, sobre delitos contra la libertad individual y trabajo
de menores de edad; habiendo analizado los aspectos fundamentales de
los proyectos a estudio, consideran que corresponde unificar los mismos
en un nico texto, lo que as expresan.
Oscar Albrieu
Mediante el presente proyecto se agrega un nuevo Captulo el Captulo
I bis al Ttulo V del Cdigo Penal Delitos contra la Libertad, en el cual
se incorporan los artculos 149 quater y 149 quinque, los que reprimen con
prisin de 2 (dos) a 4(cuatro) aos, a las personas fsicas que utilizaren a
un menor de diecisis (16) aos, para trabajar en provecho propio o de un
tercero. Se establecen tambin tres excepciones, referidas la primera a los
casos contemplados en el art. 189 bis de la ley 20.744 caso de los menores que trabajen en empresas familiares, y las dos restantes a los casos
contemplados en los arts. 23 y 24 de la ley 26.390, atinente el primero a que
la edad mnima para el trabajo infantil se reputar de quince aos hasta el
25 de mayo de 2010 y el segundo, a que la prohibicin de la contratacin
de menores de 16 aos que la norma regula, no ser aplicable a los contratos de trabajo celebrados con anterioridad a la promulgacin de dicha ley.
Cabe destacar que la prohibicin a la que hace referencia el art. 149 quater
que se propone, no representa en modo alguno un recorte en los ingresos familiares, toda vez que con fecha 29/10/2009 se sancion el Decreto 1602/09 (B.O. 30/10/2009) sobre Asignacin Universal por Hijo para Proteccin Social. Las polticas pblicas adoptadas desde el ao 2003 han pro276
ducido una recuperacin del poder adquisitivo de los salarios, incrementado los niveles de empleo, y disminuido los de desempleo, de marginalidad
y pobreza. No obstante ello, ante la subsistencia de situaciones de exclusin
de diversos sectores de la poblacin, el Poder Ejecutivo Nacional dict el
Decreto 1602/09 estableciendo un umbral mnimo de ingresos para mejorar
la situacin de los menores y adolescentes en situacin de vulnerabilidad
social. Frente al amplio alcance del rgimen creado por el decreto mencionado, ya nadie puede justificar el trabajo de menores de edad inferior a
la que las leyes vigentes exigen para trabajar, ni aun so pretexto de que el
menor acerca algn ingreso al grupo familiar en situacin de vulnerabilidad.
Con la figura penal que se pretende introducir, se tiende a prevenir y sancionar el acuciante problema del trabajo infantil que repercute tan negativamente en lo econmico y social, y en el mbito de los derechos humanos, atentando contra el desarrollo fsico, mental, espiritual, moral y social
de nios y adolescentes, originando graves consecuencias como el dao
definitivo de su cuerpo en crecimiento, y la desercin escolar.
As, con la Constitucin Nacional de 1994, se ha otorgado jerarqua constitucional a la Convencin sobre los Derechos del Nio (aprobada por la
Asamblea General de las Naciones Unidas el 20/11/1989 y aprobada por la
Repblica Argentina por la ley 23.849 (B. O. 22/10/1990) (Adla, L-D, 3693).
A los efectos de esta Convencin, se entiende por nio todo ser humano
menor de dieciocho aos de edad, salvo que, en virtud de la ley que le
sea aplicable, haya alcanzado antes la mayora de edad (conf. art. 1). De
las diversas clusulas contenidas en el convenio aludido, surge que los
Estados Parte reconocern a todos los nios el derecho a beneficiarse de
la seguridad social, incluso del seguro social, y adoptarn las medidas necesarias para lograr la plena realizacin de este derecho de conformidad
con su legislacin nacional; y que las prestaciones deberan concederse,
cuando corresponde, teniendo en cuenta los recursos y la situacin del
nio y de las personas que sean responsables del mantenimiento del nio,
as como cualquier otra consideracin pertinente a una solicitud de pres-
Proyectos Legislativos
277
Proyectos Legislativos
Sobre el tema, el prembulo de la Constitucin de la Organizacin Internacional del Trabajo (OIT) seal que una de las condiciones para alcanzar
la justicia social y la paz universal permanente es la proteccin de los nios
y de los adolescentes.
279
infantil y a la elevacin progresiva de la edad mnima para ingresar al mercado de trabajo (art. 6.2); c) El trabajo delos menores ser objeto de proteccin especial por los Estados Parte, especialmente en lo que concierne a la
edad mnima para el ingreso al mercado de trabajo y a otras medidas que
posibiliten su pleno desarrollo fsico, intelectual, profesional y moral (art.
6.3); d) La jornada de trabajo para esos menores, limitada conforme a las
legislaciones nacionales, no admitir su extensin mediante la realizacin
de horas extras ni en horarios nocturnos (art. 6.4); e) El trabajo de los menores no deber realizarse en un ambiente insalubre, peligroso o inmoral,
que pueda afectar el pleno desarrollo de sus facultades fsicas, mentales y
morales (art. 6.5); y f) La edad de admisin a un trabajo con alguna de las
caractersticas antes sealadas no podr ser inferior a los 18 aos (art. 6.6).
La sancin de la ley nacional 26.390 (B.O. 25/06/2008) que introdujo significantes cambios en el rgimen de trabajo de menores, modificando la
ley de Contrato de Trabajo 20.744 (t. o. 1976) (t.o. DT, 1976-238), las leyes
22.248 del Rgimen Nacional del Trabajo Agrario, 23.551 de Asociaciones Sindicales (DT, 1988-A, 808) y 25.013 de Reforma Laboral (DT, 1998- B,
1888), as como el decreto-ley 326/56 sobre Rgimen de Trabajo y Previsin del personal de servicio domstico, ha venido a ajustar la legislacin
nacional a los compromisos internaciones de la Repblica Argentina.
Para lograr una aplicacin efectiva de todo el plexo normativo existente,
relativo a la prohibicin del trabajo infantil, se hacen necesarios no slo
medios de vigilancia, contralor o inspeccin sino medidas que hagan totalmente eficaz su cumplimiento, tales como la figura penal que se pretende introducir.
Por lo expuesto, solicito a los seores diputados, me acompaen con la
aprobacin de la presente iniciativa.
Proyectos Legislativos
Texto Ordenado
281
Art. 149 quater: Ser reprimido con prisin de 2 (dos) a 4 (cuatro) aos, el
que utilizare a un menor de diecisis (16) aos, para trabajar en provecho
propio o de un tercero.
La pena prevista en el prrafo precedente no ser aplicable en los casos
contemplados en el artculo 189 bis de la Ley 20.744 (t.o. 1976) y sus modificatorias, y artculos 23 y 24 de la Ley 26.390.
Art. 149 quinque: Cuando se tratare de una persona jurdica, todo director,
sndico, administrador, miembro de la comisin fiscalizadora o gerente de
la sociedad, que consintiere de cualquier modo que el menor trabajare en
provecho de aqulla, ser reprimido con la misma pena.
Artculo 2: Comunquese al Poder Ejecutivo.
282
Fuentes
citadas
FUENTES CITADAS
Fuentes citadas
285
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288
NDICE TEMTICO
ndice Temtico
42, 44, 45, 47, 48, 69, 89, 96, 101, 209, 268
P. 20, 27, 39, 45, 65, 78, 101, 114, 128,
135, 138, 139, 140, 145, 146, 148, 150, 162, 166, 186, 200, 236
C
CMARAS DE LAVADEROS DE ROPA
P. 39
CERTIFICADO DE TRABAJO
P. 16, 138
indemnizacin por falta de entrega P. 10
requisito de intimacin previa
P. 10, 14
CDIGO PENAL
234, 235, 236, 237, 263, 265, 266, 273, 274, 275, 276
CONSTITUCIN NACIONAL
D
DECLARACIN UNIVERSAL DE LOS
DERECHOS HUMANOS
P. 109
DELITOS SOCIALES
DESEMPLEO
135, 137, 140, 144, 149, 161, 162, 163, 164, 166, 169, 172,
182, 187, 188, 189, 190, 191, 192, 194, 195, 196, 202, 204,
P. 5, 6,
7, 9, 13, 52, 68, 74, 88, 101, 116, 123, 168, 190, 243, 256,
240, 266
seguro de desempleo
DESPIDO
P. 185
P. 6, 18, 50, 51, 56,
59, 60, 67, 75, 86, 130, 145, 146, 151, 158, 171, 172, 178, 179,
CONTRATISTA
P. 117, 118
CONTRATO DE TRABAJO
P. 3, 7, 18,
20, 28, 138, 143, 144, 151, 152, 157, 159, 164, 172, 173, 181,
188, 189, 229, 245, 247, 248, 249, 254, 257, 258
perodo de prueba
relacin laboral
21, 26, 27, 32, 36, 39, 42, 43, 44, 73, 84, 88, 117, 136, 139,
64, 70, 71, 116, 130, 144, 145, 150, 157, 161, 173, 174, 175,
176, 177, 187, 236, 240, 242, 255, 256, 257
DIGNIDAD HUMANA
P. 240
140, 148, 149, 150, 155, 158, 165, 174, 179, 180, 186, 187,
DISCRIMINACIN
191, 194, 195, 231, 233, 239, 243, 244, 246, 248, 251, 255,
99, 101, 110, 170, 178, 219, 221, 242, 268, 269
P. 3, 4,
5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 15, 17, 18, 31, 52, 53, 55, 57, 58, 60,
EMPLEADOR
18, 19, 20, 21, 22, 27, 28, 31, 32, 34, 35, 36, 40, 41, 43, 45, 48,
52, 53, 56, 64, 65, 67, 70, 71, 72, 73, 74, 77, 79, 86, 87, 99, 105,
121, 130, 135, 137, 138, 139, 140, 141, 142, 144, 145, 146,
147, 148, 154, 155, 156, 157, 158, 160, 164, 165, 166, 167,
169, 170, 171, 173, 174, 175, 176, 177, 178, 180, 183, 187,
194, 195, 200, 201, 202, 203, 205, 209, 213, 215, 222, 228,
ndice Temtico
APORTES
negociacin colectiva
289
NDICE TEMTICO
P. 14
P. 10, 12, 13
ESTADSTICAS LABORALES
P. 31, 84,
MENORES
211, 212, 213, 214, 215, 216, 217, 218, 219, 220, 221, 222,
223, 224, 225, 226, 228, 229, 230, 231, 232, 233, 234, 235,
257, 260, 263, 264, 265, 266, 267, 268, 269, 270, 271, 272,
EXPLOTACIN SEXUAL
P. 105, 109,
110, 111, 119, 124, 129, 218, 224, 225, 226, 273
F
FRAUDE
102, 119, 126, 141, 155, 203, 241, 242, 244, 247, 248, 249
fraude a la ley
fraude laboral
interposicin fraudulenta
P. 245
principio de primaca de la realidad
P. 158, 259
tcnicas antifraude P. 250, 252, 253, 254, 255, 260
I
INDUSTRIA DEL PAPEL
P. 38
INFRACCIONES LABORALES
P. 205, 233,
236, 237
P. 33
J
JORNADA LABORAL
156, 165, 202, 220, 229, 230, 241, 243, 249, 254, 269
M
MDICO Vase PROFESIONALES DE
LA SALUD
290
95, 104, 105, 110, 114, 120, 122, 125, 126, 127, 129, 133, 165,
P. 111, 227
P. 29, 87, 89
funcin resarcitoria
P. 4, 5, 6, 12
interpretacin de las multas
P. 14
mora en el pago de las indemnizaciones
P. 10
naturaleza jurdica
P. 3, 4, 12
plazo de la prescripcin
P. 12
N
NACIONES UNIDAS Vase ORGANIZACIN DE LAS NACIONES UNIDAS
O
OBLIGACIONES DE LA SEGURIDAD
SOCIAL
P. 7
contingencia social
P. 8, 9, 168, 185
prestaciones de la seguridad Social P. 8
OBLIGACIONES PUNITORIAS
P. 6, 9, 14
OBLIGACIONES RESARCITORIAS
P. 7,
8, 9, 12
ORGANISMOS EDUCATIVOS
P. 253
Obligaciones de los organismos educativos
P. 253
NDICE TEMTICO
ORGANIZACIN
DEL TRABAJO
31, 35, 37, 39, 45, 67, 93, 101, 104, 110, 117, 120, 121, 124,
87, 88, 89, 102, 104, 105, 106, 108, 109, 110, , 112, 113, 114,
130, 140, 145, 146, 147, 148, 149, 150, 157, 159, 165, 168,
118, 119, 120, 122, 128, 129, 154,182, 212, 213, 214, 215, 216,
INTERNACIONAL
PASANTAS
REMUNERACIN
SANCIONES ADMINISTRATIVAS
sanciones conminatorias
253, 260
PROFESIONALES DE LA SALUD
P. 42,
Vase
EXPLOTA-
R
REGISTRACIN DE LA RELACIN LABORAL
P. 18, 19, 28, 32, 33, 45,
136, 163
flexibilidad de contratacin
P. 161, 219,
P. 10,
156, 157
trabajo no registrado
SIMULACIN
simulacin ilcita
SINDICATOS
P. 3, 21, 22, 39
T
TIPO PENAL
TRABAJADOR
18, 19, 20, 28, 31, 39, 43, 44, 51, 52, 53, 55, 56, 57, 58, 63, 65,
P. 9, 10, 12, 13, 25,
67, 68, 71, 72, 73, 74, 75, 76, 77, 78, 79, 80, 86, 88, 91, 98, 99,
26, 27, 30, 31, 33, 34, 36, 37, 38, 39, 40, 44, 46, 47, 48, 51, 85,
105, 117, 120, 123, 124, 137, 138, 140, 141, 144, 146, 148,
88, 91, 92, 101, 102, 159, 160, 162, 164, 165, 166, 167,169,
149, 150, 152, 153, 155, 156, 157, 158, 159, 163, 164, 165,
171, 174, 175, 183, 202, 204, 205, 206, 210, 237, 255, 256, 257
166, 167, 168, 169, 171, 172, 173, 174, 175, 176, 177, 178,
ndice Temtico
PROSTITUCIN
CIN SEXUAL
P. 236,
237
291
NDICE TEMTICO
179, 180, 181, 182, 183, 185, 186, 187, 188, 189, 194, 197,
TRATA DE PERSONAS
203, 227, 230, 237, 240, 242, 245, 246, 254, 256, 257
108, 109, 111, 114, 118, 119, 120, 121, 122, 124, 125, 126,
TRABAJO AGRARIO
100, 131, 143, 188, 197, 203, 205, 206, 208, 229
actividad citrcola
P. 94, 95, 96, 97
trabajadores agrarios P. 197, 198, 202, 204, 205
trabajadores temporarios P. 198, 201, 202
128, 129, 132, 213, 215, 216, 217, 220, 221, 222, 224, 228,
236, 266, 269, 272, 273, 274
TRABAJO INFANTIL
129, 130, 200, 207, 211, 212, 218, 219, 225, 227, 229, 230,
231, 232, 233, 234, 238, 262, 263, 264, 266, 267, 268, 269,
270, 271, 272, 273
105, 106, 108, 110, 111, 112, 113, 114, 115, 117, 118, 119,
120, 121, 122, 123, 125, 130, 131, 132, 133, 154, 162, 169,
217, 220, 221, 222, 224, 228, 266, 269, 272, 273, 274
218, 273
TRABAJO ESCLAVO
P. 104,
P. 234
105, 106, 108, 109, 110, 112, 118, 119, 120, 121, 122, 123,
TRABAJO INFORMAL
124, 125, 128, 131, 132, 201, 207, 218, 225, 273
37, 38, 46, 47, 84, 86, 91, 92, 95, 135, 144, 149, 163, 168, 175,
TRABAJO FORZADO
106, 108, 109, 110, 111, 112, 119, 120, 121, 122, 123, 124,
TRATADOS INTERNACIONALES
111
292
P. 129,
P. 109,