Cenasdasdcienta
Cenasdasdcienta
Cenasdasdcienta
Hubo una vez una joven muy bella que no tena padres, sino madrastra, una
viuda impertinente con dos hijas a cual ms fea. Era ella quien haca los
trabajos ms duros de la casa y como sus vestidos estaban siempre tan
manchados de ceniza, todos la llamaban Cenicienta.
Un da el Rey de aquel pas anunci que iba a dar una gran fiesta a la que
invitaba a todas las jvenes casaderas del reino.
- T Cenicienta, no irs -dijo la madrastra-. Te quedars en casa fregando el
suelo y preparando la cena para cuando volvamos.
Lleg el da del baile y Cenicienta apesadumbrada vio partir a sus
hermanastras hacia el Palacio Real. Cuando se encontr sola en la cocina no
pudo reprimir sus sollozos.
- Por qu ser tan desgraciada? -exclam-. De pronto se le apareci su
Hada Madrina.
- No te preocupes -exclam el Hada-. Tu tambin podrs ir al baile, pero con
una condicin, que cuando el reloj de Palacio d las doce campanadas
tendrs que regresar sin falta. Y tocndola con su varita mgica la
transform en una maravillosa joven.