Buscando La Paz Interior
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Qu admirable,
el que no piensa: la vida es fugaz
al ver el relmpago!
Matsuo Bash
INTRODUCCIN
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C A PTULO
ESCUCHANDO
VOZ
I
LA
INTERIOR
L A MEDITACIN COMO
ESENCIA: L A VIRTUD
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esto es, comportarse segn el justo medio. La virtud es inherente al ser, y en este sentido, le corresponde, ticamente, el
desarrollo continuo de las mismas como fin de humana perfeccin. De esta manera, enfocamos el concepto de autorrealizacin, la realizacin de nuestras virtudes, capacidades.
San Agustn se refiri a este trmino de la siguiente forma:
la virtud es una buena cualidad de la mente mediante la cual
vivimos derechamente, cualidad de la que nadie puede abusar y que Dios produce a veces en nosotros sin intervencin
nuestra.
La meditacin, como hemos deducido, es una manera muy
apropiada de desarrollo de la virtud. Observarnos a nosotros
mismos significa descubrir lo que somos, nuestra parte divina
o perfecta que puede emerger materializada en actos, comportamientos, eticidad.
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L A VACUIDAD DE L A MENTE
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mpecemos por recordar la Pirmide de las necesidades que formul Abraham Maslow. De abajo a arriba
de la pirmide tenemos:
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br aham Maslow, en su obra El hombre autorrealizado. Hacia psicologa del Ser, expresa lo siguiente: No
hay otro lugar hacia el que volverse excepto al interior,
hacia el yo, como lugar donde obtener valores. Las deficiencias
del individuo (neurosis) pueden ser eliminadas cuando el hombre se autorrealiza. Siguiendo a Maslow, las personas sanas o
autorrealizadas participan de las siguientes cualidades:
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advierte Maslow: la satisfaccin de las deficiencias evita la enfermedad; la satisfaccin del desarrollo produce salud positiva.
La meditacin es, no cabe duda, una satisfaccin del desarrollo. Se comprende la unicidad por encima de la dualidad, se
desarrolla el amor-del-Ser por encima del amor deficitario, esto
es, un amor altruista por encima de un amor egosta.
Estamos, como vemos, ante una ciencia del desarrollo, una
ciencia del conocimiento del Ser, conocimiento que se define
como no comparativo, no valorativo, no judicativo. Este conocimiento agudiza la percepcin de las cosas, se acerca con
mayor fidelidad a la naturaleza del objeto mismo, enriquece la
percepcin. La percepcin trasciende el ego.
Como hemos visto antes la virtud tiene que ver con un descubrimiento de los valores del Ser. Resulta complejo establecer
una lista de estos valores, por resultar tremendamente amplia
y subjetiva. Pero, echemos un vistazo a los valores recopilados por Maslow, por considerarse, ciertamente, de una gran
amplitud.
1.- Totalidad (unidad, integracin, tendencia a la unicidad,
interconexin, simplicidad, organizacin, estructura, superacin de la dicotoma, orden)
2.- Perfeccin (necesidad, justicia, determinacin, inevitabilidad, conveniencia, equidad, plenitud, inmejorabilidad)
3.- Consumacin (terminacin, finalidad, justicia, estar terminado, realizacin, finis y telos, destino, hado)
4.- Justicia (rectitud, orden, legitimidad, autenticidad)
5.- Vida (proceso, no estar muerto, espontaneidad, autorregulacin, funcionamiento pleno)
6.- Riqueza (diferenciacin, complejidad, intrincacin)
7.- Simplicidad (honestidad, desnudez, esencialidad, estructura abstracta, esencial, esquemtica)
8.- Belleza (rectitud, forma, vida, simplicidad, riqueza, totalidad, perfeccin, terminacin, unicidad, honestidad)
9.- Bondad (rectitud, apetecibilidad, inmejorabilidad, justicia, benevolencia, honestidad)
10.- Unicidad (idiosincrasia, individualidad, ausencia de
comparabilidad, novedad)
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11.- Carencia de esfuerzo (facilidad, ausencia de fatiga, empeo o dificultad, atractivo, funcionamiento perfecto)
12.- Alegra (diversin, placer, gozo, viveza, humor, exhuberancia, carencia de esfuerzo)
13.- Verdad, honestidad, realidad (desnudez, simplicidad, riqueza, rectitud, belleza, puro, limpio y carente de adulteracin,
consumacin, esencialidad)
14.- Autosuficiencia (autonoma, independencia, carencia
de necesidad de ser otro que uno mismo a fin de ser uno mismo, autodeterminacin, trascendencia del medio, separacin,
vivir de acuerdo con las propias reglas).
El conocimiento del Ser es ms pasivo y receptivo que activo, es una conciencia carente de deseo como ha expresado
Krishnamurti. Una, en palabras de Freud atencin que flota
libremente o como expresa la tradicin taosta (como luego
veremos) un dejad ser.
La meditacin puede entenderse, en el sentido maslowniano, como una experiencia cumbre, entendida sta como la
perdida completa, aunque momentnea, de todo temor, ansiedad, inhibicin, defensa y control. La espiritualidad, en definitiva, busca la realizacin plena del ser humano en el plano
del espritu. Entendiendo espritu, en su dimensin filosfica,
como todas las mltiples maneras de ser que trascienden lo
vital. Para Platn los valores son los que definen al ser verdadero. Son cualidades irreales, porque carecen de materia, y, a
menudo, vienen a configurar una tica de los valores. La espiritualidad aboga por el encuentro de esos valores dentro de uno
mismo, el descubrimiento de lo que uno mismo es como ser
dotado de espritu. Recordemos la mxima de Pndaro: Llega
a ser el que eres.
Sobra decir que esta exposicin de lo valores del Ser es subjetiva y, en ningn modo, han de entenderse como valores nicos e inamovibles, sino como una aproximacin arquetpica a
la estructura moral y tica del Ser, como luego veremos con la
tica de los valores aristotlica, budista y confucionista.
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egn Hesodo, el principio de todo fue el Caos, despus la Tierra de amplio seno, base eterna e inquebrantable de todas las cosas, y el Amor. El hombre espiritual
sabe que el amor es la base de todas las cosas, el principio de
su vida. Vivimos en un tiempo en que parece que esta palabra
est de ms usarla, y cuyo sentido se ha perdido por completo.
Como dice Erximaco al principio de El Banquete de Platn:
Cmo, pues, puede explicarse que en este ardor de alabar tantas cosas, nadie hasta hoy haya emprendido la tarea de celebrar
dignamente al Amor y que haya olvidado a un dios tan grande?
S, podramos decir que los poetas continuamente cantan al
amor, pero, acaso, no todos los seres humanos somos poetas
de nuestra vida? Parece un error identificar a los poetas como a
una especie diferente, cuando todos, con el slo hecho de estar
vivos, actuando, somos creadores de nuestra existencia y todos,
en mayor o menor medida, hemos conocido el amor.
El verdadero amor es el amor altruista o amor al Alma. se
es el amor espiritual, el que suelen celebrar los poetas de todos los tiempos. El amante de un alma bella permanece fiel
toda la vida porque ama lo que es duradero, se dice durante
El Banquete. El cuerpo es fruto del tiempo, se marchita como
las rosas, la belleza exterior es una ilusin de los sentidos, pero
el amor al Alma, al interior del ser humano, es verdadero. Se
sigue diciendo: Procuremos, pues, merecer la benevolencia y
el favor de este dios [Amor], y l nos har encontrar la parte de
nosotros mismos, felicidad que hoy da no alcanzan ms que
poqusimas personas [] [El Amor] es el que aproxima a los
hombres impidindoles ser unos extraos. As es, qu es si no
la hermandad? Es fruto del amor desinteresado de los hombres.
Es lo que posibilita, en este sociedad casi deshumanizada, encontrar la unin, la chispa de identidad de un ser con otro. Re-
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ESPIR ITUALIDAD
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ada instante de dolor conforma el espritu inquebrantable del individuo. Cabra suponer segn
esta sentencia- que si el dolor ayuda a fortalecer a la
persona no debera de ser considerado ste como algo negativo
o indeseable. Pero he aqu la cuestin. Es necesario el sufrimiento para llegar al verdadero aprendizaje emocional del ser?
Desde luego el dolor no es algo necesario ni deseable pero
s inevitable. Una muerte repentina, una enfermedad sin remedio, incluso un desengao amoroso son sucesos que fcilmente
acontecen en nuestra vida, y que contra ellos nada (o todo) se
puede hacer. Aqu es donde llega el verdadero aprendizaje, en
la actitud que toma cada uno para hacer frente a su desgracia.
Si pensamos que ante las adversidades, bajar la cabeza y resignarse es la mejor solucin, eso nos llevar antes o despus a
un vaco espiritual ms grave incluso que la enfermedad fsica o
el tormento amoroso. Si por el contrario tomamos una actitud
heroica o ignoramos el problema creyendo que ste as desaparecer antes o despus sentiremos que nos estamos engaando
a nosotros mismos y habremos olvidado quienes somos. Porque la realidad est presente en todo momento menos cuando
dormimos, y es imposible dormir eternamente.
Por lo tanto ambas actitudes radicales navegan en un mismo ro y desembocan en un mismo mar. Y esa agua desbordar
el ro si fluye con gran apogeo o terminar en sequa si su curso
es demasiado lento.
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BUDISMO Y MEDITACIN
l pilar centr al del budismo, desde donde se sustenta toda su base prctica, es la meditacin. El ejercicio de la
meditacin supone un tiempo sagrado para el practicante
budista, el cual se sita frente a s mismo, frente a su atman, y
camina en la quietud del silencio por el no-tiempo que todo
segundo envuelve, disipndolo, anulndolo, para hacer de l un
nico instante, una eternidad csmica remando por la consciencia vaca y serena de su Ser.
Si bien se ha discutido mucho -en la teorizacin budistaacerca de la existencia del Yo (recordemos la tercera de las caractersticas del ser o devenir formulada por Buda: anatman,
esto es, ausencia de Yo) no podemos, sin embargo, dejar de hablar del Ser, con maysculas, como sustrato del Yo y esencia del
mismo. El Ser es una esencia mientras que el Yo un accidente.
La meditacin trabaja con el Ser y disipa las sombras del Yo, las
que etiquetan, adjetivizan, nombran, categorizan, seleccionan...
Todo eso no importa en el camino espiritual budista, lo primero es el reconocimiento de la ausencia de un Yo, en sentido
biogrfico, para trasladarlo a un Yo-Ser del que no se habla, sobre el que no se estudia, sino que se le guarda silencio. Esa es la
mayor ofrenda que se le puede hacer al S-Mismo: el silencio de
la meditacin, y, por supuesto, la ofrenda de la compasin (Om
Mani Padme Hum) en la que el individuo meditador se funde
con la humanidad en su esperanza por la liberacin del sufrimiento para todos los seres sintientes del planeta. Que as sea.
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n el Sutr a Buddhavamsa (tradicin Theravada) se exponen las Diez Perfecciones (dasa pramiyo) que el budista ha de desarrollar con el fin de purificarse y alcanzar la
Iluminacin (nirvana). Como vemos, aluden a valores del Ser:
1. Dna parami: generosidad
2. Sla parami: virtud, moralidad, honestidad, conducta
apropiada
3. Nekkhamma parami: renuncia
4. Pa parami: sabidura
5. Viriya parami: energa, esfuerzo
6. Khanti parami: paciencia, tolerancia, receptividad
7. Sacca parami: sinceridad
8. Adhitthana parami: determinacin, resolucin
9. Mett parami: amor, bondad, amabilidad
10. Upekkh parami: ecuanimidad, serenidad
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uenta la leyenda que Buda alcanz la Iluminacin mediante esta prctica. Est compuesta por tres
sencillos pasos y trae como consecuencia un cuarto estado, el del conocimiento del Ser. Voy a tratar de describirlos siguiendo al maestro espiritual Osho, pues considero de todas
las descripciones de esta meditacin que he ledo- que es quien
mejor se acerca a la esencia de la misma.
1.- Observacin del cuerpo. El sentido literal de la palabra
vipassana es mirar. Esto es, sencillamente lo que tenemos
que hacer. Par realizar esta meditacin no es necesario estar
sentado en la postura del yogui, puedes hacerla mientras caminas, mientras comes, mientras ests tumbado en la cama, etc.
Comienza por estar completamente atento a los movimientos
de tu cuerpo, al movimiento de la mano, de la cabeza. Trata
de observar la poeticidad que subyace a todo movimiento, en
comunin con la respiracin, observando la dualidad entre movimiento y quietud, como si fueses observador de una danza
corporal. No trates de dirigir el cuerpo sino de sentirte dirigido
por l.
2.- Observacin de los pensamientos. Una vez que aprendes a observar los actos del cuerpo tendrs que adentrarte en el
divn del pensamiento. La nica condicin es no juzgar estos
pensamientos, observar cmo llegan y se van y t te conviertes
en el observador de los mismos. Poco a poco se irn disipando,
a medida que relajas tu mente, que no tratas de forzar nada los
pensamientos igual que vienen se van. Como dice Osho, slo
hay que observar los pensamientos como si fuesen nubes pasando por el cielo. El observar de este modo hace que te conviertas en un espejo de ti mismo.
3.- Observacin de las emociones. Conforme tu pensamiento se vaya disipando vers tus propias emociones ms reales. Trata de no participar de ellas. Puede que te sientas triste,
alegre, melanclico Mirando el corazn te conviertes en ob-
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servador imparcial de tus emociones, solamente te haces consciente de que estn ah, no te identificas con ellas, solamente
las sientes, sientes tu corazn.
4.- Del corazn al Ser. Es tu corazn el que palpita, el que
se funde con tu Ser y no tratas de cambiarlo, de interferir en
l. Slo tienes que esperar. Entonces tu Ser se desvela y emana
libre de todo. Simplemente sucede, accedes a la esencia de ti
mismo.
Es aconsejable hacer esta meditacin mientras se camina
lentamente, preferiblemente por el campo. Observando tus pasos, liberndote de tus ideas mentales, centrando todo tu Ser
en el corazn, experimentando el xtasis de las emociones hasta que stas se convierten en una sola, en conciencia plena de
uno mismo, en pura contemplacin. Buda dijo: Es parte de mi
meditacin siempre caminar como si estuvieras adentrndote
en un ro de agua fra en invierno... despacio, alerta, porque el
agua del ro est muy fra; alerta porque la corriente es muy
fuerte; observando cada uno de los pasos porque puedes resbalar con las piedras del ro. El caminar se convierte en una bella
experiencia metafsica contemplativa.
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n el hinduismo y en ciertas culturas asiticas se entiende por chakras a unas zonas energticas situadas en
diferentes partes sutiles del cuerpo humano. Esta dimensin energtica del cuerpo es llamada kama rupa (forma del
deseo) o linga sharira (cuerpo simblico). Ah se concentra
la energa o prana. Hay siete zonas o chakras.
El chakra 1, llamado muladhara, se localiza entre el ano y
los genitales y tiene que ver con la supervivencia y necesidades
fsicas. El chakra 2, swadhisthana, se sita en el abdomen inferior, entre el ombligo y los genitales y est relacionado con el
equilibrio emocional y la sexualidad. El chakra 3, manipura,
entre el ombligo y la base del esternn, tiene que ver con el
poder personal y la fuerza de voluntad. El chakra 4, anahata, centro del pecho, con el amor y las relaciones, el chakra 5,
centrado en la base del cuello, vishuddha, se relaciona con la
comunicacin y la autoexpresin, el chakra 6, por encima del
entrecejo, ajna, con la intuicin y la sabidura, y finalmente el
chakra 7, parte superior de la cabeza, llamado sahasrara, est
relacionado con la espiritualidad.
Segn se asciende, puede observarse, parcialmente, una
correspondencia con la Pirmide de necesidades de Maslow.
Vemos que el ltimo chakra, que identificamos en la pirmide
con el de autorrealizacin, es el de la dimensin espiritual. Para
un desarrollo completo debe existir un equilibrio energtico en
cada chakra, cuando no hay equilibrio aparecen las disfunciones y patologas.
Veamos a continuacin un mtodo energtico que opera en
el equilibrio y desarrollo espiritual del individuo a partir del
trabajo en cada zona prnica o chakra.
El Reiki fue descubierto o mejor dicho, redescubierto- por
el maestro japons Mikao Usui, en el siglo XIX, y es, en esencia, un mtodo de sanacin energtica por aplicacin de manos.
Las manos canalizan la energa universal, sirven de canal para
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EL SER ILUMINADO
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un receptor de lo existente, y vas guiando la mirada hacia donde tu corazn desea dirigirse. Este es el poder de la meditacin,
saber dirigir el corazn hacia la esencia del Ser, de lo existente.
T eres el Ser Iluminado, hazte consciente de esa premisa y
aprende a dirigir tu mente hacia ese manantial de vida. Cuando
te diriges desde la paz del pensamiento, en la no-mente, aprendes a ver el sentido de las cosas que aparentemente parecan
ordinarias. Te das cuenta de que todo lo que sucede, todo movimiento que realizas es trascendente, porque todo lo que ocurre es nico e irrepetible. Lo captas, y desaparece. Pero como
apunt Borges: Slo una cosa no hay. Es el olvido. Y ah es
donde pretendemos llegar. Ya es hora de dejar de hacer cosas
como mquinas, como simples autmatas que no son conscientes de su estar haciendo. Todo lo que nos ocurre merece
ser recordado.
Aprende, por tanto, a suspender tu mente en el vaco. Intntalo unos segundos, luego un minuto, luego diez, veinte,
No te digas nada, no intentes nada. Solamente estate presente,
atento, pero vaco. No hace falta que cierres los ojos, puedes
observar la habitacin donde ests, dejar la mirada fija en un
punto o mirar globalmente un espacio. No importa. Lo importante es que tu mente viva la quietud atenta, y que ningn pensamiento obstruya esa inmensa y gratificante sensacin que
es Estar Siendo. Eso es la Iluminacin. As de sencillo. As de
maravilloso.
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xiste una facultad del Ser que llamamos pensamiento, esta facultad rige casi todos nuestros actos, consiste en producir discurso dentro de nuestra mente. El Yo
se identifica con el pensamiento, le otorga un valor de identidad, unas credenciales de existencia. Al pensar ponemos en
juego nuestros conocimientos, nuestras experiencias y valores,
lo llevamos todo al dominio de la razn, de la lgica. Tratamos
de dar legitimidad al Yo en funcin de lo que el Yo es capaz de
producir lingsticamente. La acumulacin de conocimientos,
el saber, se considera un bien ganancial, algo que nos faculta
a pensar mejor, con ms conocimiento de causa. Pero, todos
conocemos la diferencia que existe entre conocimiento y sabidura. Siempre se identifica sabidura con experiencia, con un
conocimiento madurado, personal, con identidad propia. La
sabidura no la da solamente el conocimiento, solemos decir,
sino la vida.
El sabio conoce la verdad de la vida, su experiencia le lleva a
entender las cosas por s mismas, a sustraer esa verdad esencial
de la existencia que l ha meditado y comprendido individualmente. El sabio es aquel que, en ltima instancia, dice no s
nada, que simplifica lo complejo y es, por consiguiente, sencillo y directo en sus afirmaciones, en su modo de vida, en su
enfrentamiento a los problemas. Es, como adverta Aristteles,
prudente. Y es feliz, porque nada desea.
Sin embargo, la felicidad como la entiende Aristteles- es
un fin, diramos el fin de los fines, al que aspiramos. Para Aristteles la vida contemplativa representa la forma de alcanzar
la felicidad. La prctica de la virtud es el camino del sabio, prctica racional y pensante con la que se discierne y distingue lo
bueno de lo malo, la virtud del vicio. Esta virtud contemplativa
hace que el hombre sea bueno, que haya alcanzado su desarrollo como ser pensante. Esta virtud se consigue mediante la vo-
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El hombre perfecto [ching-tche] alcanza esa ley sin ningn auxilio extrao; no tiene necesidad de meditar, de reflexionar mucho
tiempo para obtenerla; llega a ella con calma y tranquilidad;
ah est el hombre santo [ching-jin]. Aquel que tiende constantemente a su perfeccionamiento es el sabio que sabe distinguir el
bien del mal, escoge el bien y se apega fuertemente a l para no
perderlo jams.
Como vemos, el camino del sabio es un camino de perseverancia, tender siempre hacia el bien, eso define al ser ilustrado.
La perfeccin moral supone la alta luz de la inteligencia. Una
inteligencia que se adquiere mediante el perfeccionamiento del
camino medio, el camino del bien, el camino perfecto. Lo perfecto es el principio y fin de todos los seres.
Pero el sabio, adems de perfeccionarse as mismo, tiene el
deber de perfeccionar a los dems, de instruir y de predicar con
el ejemplo. Esa sera la tarea del gobernante y del maestro, el
que trabaja en el perfeccionamiento de los otros.
Segn este texto el sabio:
Como hemos visto, es la conciencia del sabio la que discierne el camino medio, por tanto, es nuestro deber el prestar una
seria atencin a nuestras acciones y a nuestros pensamiento
interiores secretos, esto es, a la conciencia, para de ella, entre-
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TICA Y MOR AL
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el problema es un hecho, aunque la palabra dios podra sustituirse por cualquier cosa. Tambin dijo Zaratustra: Debis
tener solo enemigos que haya que odiar. Pero no enemigos que
haya que despreciar, es necesario que estis orgullosos de vuestro enemigo. Es, acaso, esta mxima un principio tico? Al
menos, se plantea como tal, pero la lectura es mltiple. Como
ya he sealado la conciencia es la protagonista de su libertad.
El individuo fundamenta sus valores ticos en la cultura, por
ejemplo en la Filosofa. Su ethos tiende al equilibrio, o al menos, requiere de l. Pero la entropa es siempre el comienzo, el
desorden, el caos.
Si reflexionamos en torno a la tica y la moral hemos de preguntarnos primeramente quin reflexiona. La conciencia parte
de uno mismo (el individuo) y slo en s misma se completa.
Terminar con otras palabras de Zaratustra, para ilustrar
mi conviccin del problema que planteo: Pues, hermanos mos:
lo mejor debe dominar, lo mejor quiere tambin dominar Y
donde se ensea otra cosa, all falta lo mejor.
La tica es voluntad, y la moral es la imposicin de un querer dominar la tica. La moral se superpone a ella: limitndola
y obligndola a exceder los lmites de su conciencia.
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ersonas, de todos los lados del mundo, recordndose unas a otras. Existir finalmente una Historia del
Recuerdo o todo quedar en el existencial olvido? Existe
una verdad entre todos los recuerdos que los haga ser lo mismo? Existe la verdad, nica, de la memoria?
En el fluir de las relaciones van quedando recuerdos, as
como en el fluir de las soledades, lugar, propicio, por otro lado,
para la evocacin. La soledad se evoca as misma en el recuerdo, el recuerdo es soledad para persistencia, vida. La vida es el
recuerdo de la soledad.
Aristteles dijo que la finalidad del arte es dar cuerpo a la
esencia secreta de las cosas, no el copiar su apariencia. El arte
da forma a la esencia del recuerdo, no al recuerdo mismo. La
esencia del recuerdo posibilita al arte de formas.
Est en la memoria descrita la verdad o es en la verdad donde nace la memoria? Es, precisamente, su apariencia de verdad
la que se hace existir? Seguramente est escrita por todos lados
y slo la memoria particular establece una forma, previa al arte.
Una forma de verdad susceptible de estetizarse cuando otros
mecanismos de la mente y el cuerpo actan, incluido el intelecto, en la configuracin del molde o estructura inicial abierta al
apelativo esttico. Es as el retornar de la materia, hacia la memoria desde su presente fenomenolgico, desde su acontecer
hacia su aconteci.
El tiempo no tiene olvido. Verdad viene del griego aleteia,
cuya etimologa est marcada por el prefijo de cantidad sin y
el sustantivo abstracto olvido. La verdad es as, en su significado etimolgico, un fenmeno que no tiene olvido, esto es, un
no-fenmeno.
No obstante, los no-fenmenos, precisamente por su no
ocurrir, por carecer de espacio, pueden ser percibidos directamente, en el tiempo presente, o indirectamente, en el tiempo
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pasado. El futuro queda desvinculado de esta apreciacin fenomenolgica aunque no pierde su entidad de ente abstracto
sin espacio. El pasado es la esfera del tiempo ms inmediata a
su vinculacin perceptiva con el no-fenmeno. Pero el pasado
requiere del anclaje del presente para llegarse as mismo. Para
atarse en un espacio del tiempo.
Pero a veces el regreso no es deseado. Volver equivale a sufrir, al reencuentro doloroso. Tal vez el cerebro no nos haga
conscientes de nuestra enfermedad para evitar el sufrimiento
consciente. La anosognosia es una alteracin cerebral orgnica que impide a los pacientes aceptar su enfermedad. No es
un impulso mental de defensa, algo psicolgico sino una alteracin del cerebro. Pues todo reconocimiento es primeramente
mental, racional. As se nos muestra la experiencia a primera
vista. Lo esencial de la experiencia para Aristteles radica en el
conocimiento de lo propiamente individual. No hay experiencia sin ese tipo de conocimiento. No hay orgullo sin la derrota
asumida en silencio.
Nuestro aliento vital (thyms) respira de la experiencia y del
aprendizaje. Del latir, del ritmo que acoge los instantes. El tiempo y el espacio son asumidos en sus mltiples apariencias. Pero
la verdad muchas veces acta como verdugo, nos somete a la
experiencia radical de su explicitud. El yo se resiste a admitir
sus penas, se redime de la verdad o trata de hacerlo- confrontndola con la hiptesis, asumindola en lo relativo, desestructurando sus ntidas fases, advirtiendo errores en la operacin
algebraica de nuestras vidas.
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EL SUEO DE L A R A ZN
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ilagrosamente estamos aqu. Hemos nacido en un tiempo y desde ese tiempo hemos empezado a comenzado a ser. Hemos nacido entre los
hombres, estamos conectados fsica y espiritualmente- unos
a otros. Todos formamos un crculo de conexin (relacin) ms
o menos amplio con otras personas. Es imposible vivir absolutamente aislado del mundo, vivimos en la otredad (familia,
amigos, compaeros de trabajo, ). Los vnculos unas veces
se refuerzan, se multiplican y otras veces se disipan. Unos prefieren la soledad, otros la compaa. Pero todos compartimos
la misma realidad: la existencia y la muerte. Por eso, todos los
humanos estamos embarcados en un terreno comn, en un
mismo proyecto. Aunque unos estn -espiritualmente- ms
despiertos que otros. Como dijo Jung, nuestra vida ha sido
asignada por destino. Y el hombre espiritual empieza a serlo
cuando es consciente no slo de su relacin divina con los otros
hombres sino con Dios. Entendamos Dios no en el terreno de
una religin concreta ni como algo humanizado sino como la
Fuerza Primigenia, el Principio de Todo. Unos lo llaman Tao,
otros el Ser Supremo, etc. Antes dijimos que Dios est dentro
de ti, por tanto no hay que buscarlo fuera. Fuera podremos encontrar seales, pistas Pero si te fijas bien todas ellas se diri-
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CONCETE A TI MISMO
La recta comprensin consiste en entender las cosas como son, no como
parecen. Significa examinarse y observarse as mismo.
Piyadassi Thera
Concete a ti mismo era el lema que rezaba en el frontispicio del templo de Apolo en Delfos. Esa es la gran tarea a
la que nos aventuramos como hombres, saber quines somos
y por qu estamos aqu. La ignorancia es la causa del sufrimiento. El deseo es ignorancia, apego a algo que no se conoce, algo
que se proyecta en la mente pero que no se puede materializar.
Cuando se materializa, se deja de desear, porque ya se ha obtenido. Es lo que los budistas llaman klesa o pasiones. El que se
deja llevar por las pasiones no conoce la realidad, es vctima de
su ignorancia. El hombre dionisaco se ve abocado al abismo de
su imposibilidad de autocontrol. El que se conoce a s mismo
sabe que el deseo es una ilusin. El deseo nace del instinto, y
hay deseos que son necesarios, como el hambre. Sin ellos no
podramos vivir. Por eso, el sabio conoce sus deseos, no los niega, pero tampoco es vctima de ellos. Desear es estar vivos, sin
deseos seramos como mquinas. Ser conscientes de esta verdad nos hace posible reconocer que, como humanos que somos,
compartimos con los animales una naturaleza intrnseca, y no
debemos apartarnos de ella. Pero, sin duda, somos algo ms que
animales. Y he ah la naturaleza del hombre sabio, aquel que es
consciente de sus limitaciones, pero tambin de sus virtudes.
En qu consiste examinarse y observarse as mismo? Es
algo muy difcil y muy sencillo al mismo tiempo. Difcil porque
requiere cierta voluntad y fcil, porque con esa voluntad ya lo
has conseguido.
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FELICIDAD ES NO NECESITAR L A
Llamamos felicidad a un conjunto de
circunstancias que posibiliten el regocijo; llamamos regocijo al estado mental y memorial que nada requiere para
sentirse feliz.
Andr Gide
neca dijo: Felicidad es no necesitarla. Cuando surge el anhelo de felicidad comienza el sufrimiento
(dukkha), la resistencia a ser lo que somos. Nuestro diccionario lo expresa muy bien, esta es la definicin de felicidad:
Estado de nimo que se complace en la posesin de un bien. Es
as que si buscamos la felicidad, es decir, si buscamos la posesin de un bien entramos en el insatisfactorio terreno del deseo,
donde las cosas no son como son sino como creemos que deberan ser, ilusionamos, deformamos, la realidad.
El dharma (o ley natural) nos ensaa que un estado slo es
cuando se est experimentando, todo ocurre en el presente. Es
un error fijar la mente en una meta, en un conseguir, porque
dejamos de estar presentes a la verdadera enseanza, que es el
momento presente. La felicidad es una estimulacin del Ego, del
sistema lmbico, es decir, aquel que gestiona en nuestro cerebro
respuestas fisiolgicas ante estmulos emocionales. El Ego es
una ilusin de nuestra conciencia. Una representacin que hacemos y alimentamos de nosotros mismos. Lo que se consigue
en la meditacin puede llamarse felicidad si queremos. La paz
interior puede llamarse felicidad, pero en el momento en que
la designamos deja de estar presente. En el momento en que
hacemos consciente el Yo de tal posesin la hemos perdido, entramos en el pensamiento, en la consciencia ordinaria, en el
discurso mental. El Ego es el reflejo de m mismo proyectado
por la mente. La imagen real es el S-Mismo; pero el S-Mismo
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no lo puede mirar la mente, pues lo convierte en reflejo. El SMismo slo puede ser visto por el propio S-Mismo. Y el SMismo es puro silencio, no-identificacin.
Si quieres comprender la palabra felicidad, tienes que entenderla como recompensa y no como fin, dijo Antoine de
Saint-Exupery. Es un error realizar una meditacin con la idea
preconcebida de buscar en ella la felicidad. La meditacin es
un dejar estar, un camino sin principio ni fin que pone ante
nosotros la verdad en su manifestacin real, esto es, no conceptualiza, sino experimentada. Verdad procede etimolgicamente- de la palabra griega aletheia que significa sin olvido.
Es decir, meditar es recordar lo que est ah, la realidad primera de nuestro ser, lo que no se puede olvidar. Nuestro diccionario define verdad como la conformidad de las cosas con el
concepto que de ellas forma la mente. Este es el problema de la
designacin, en la designacin participa la mente, es ella la que
ubica su conformidad. Como sabemos, la palabra est formada
por el significante (conjunto de fonemas) y el significado (contenido semntico), esta unin crea el signo lingstico que reconoce la mente. El conjunto de fonemas (c-a-s-a), con un valor
significativo aislado, refiere a un sentido. Ambas estructuras,
la fontica y la semntica, han de ser aprendidas previamente,
explicadas. As el nio no nace sabiendo leer, la palabra no se
reconoce por intuicin sino por didaccin. Como vemos, la
verdad es una construccin mental a la que previamente hemos
llenado de significado, hemos creado una correspondencia lgica. Salir de ese laberinto es entrar en la meditacin. Dijo John
Stuart Mill: Pregntate si eres feliz y dejars de serlo.
Osho ense una prctica meditativa que contiene una verdad poderosa acerca de la impermanencia. Esta prctica est
solamente reservada a los fumadores. Es muy sencilla. Enciende un cigarro y fmalo conscientemente. Inspira con plena
consciencia y observa cmo entra y sale el humo por tu boca y
nariz. Hazlo muy lentamente, observando el humo y cmo se
va consumiendo el cigarro. No pienses, no juzgues, slo cntrate en el viaje del cigarro del cenicero a los labios, y en cmo va
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consumindose el cigarro y va dando paso a la ceniza. Finalmente se consume, no hace otra cosa que consumirse, no existe la permanencia en l, es constante disipacin de una realidad.
Haz la prueba. Habrs tomado conciencia del tiempo. Y quiz
te ayude a dejar de fumar.
La felicidad es pasajera, como el cigarro, como el tiempo.
Pero, sin duda, al ser una palabra, hay muchas maneras de darle
sentido. La felicidad tambin tiene un sentido tico, como dijo
Aristteles: la verdadera felicidad consiste en hacer el bien. Se
puede obtener ofreciendo. Y posiblemente, sta sea la mejor manera de entenderla. Me gusta cmo lo expresa Andr Maurois:
Qu hace falta para ser feliz? Un poco de cielo azul encima de
nuestras cabezas, un vientecillo tibio, la paz del espritu.
As llegamos a la doble dimensin de esta palabra tan equvoca. La felicidad interior y la exterior, y como vemos ambas actan en reciprocidad. Slo desde la paz de espritu podemos exteriorizarla. Si en nuestro interior hay desasosiego, infelicidad,
sta es proyectada al otro. Por eso, trabajar por uno mismo es
trabajar por el prjimo. La felicidad es perdonarse y perdonar.
Darse a los dems y prestarse as mismo, advirti Montaigne.
As que, dir Boecio, Por qu buscis la felicidad, oh, mortales,
fuera de vosotros mismos?.
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L A INTUICIN: CONOCIMIENTO
DESVEL ADO
Ren Descartes
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L A CONCIENCIA DEL YO
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contigo, te comprendo, etc. El Ego, a fin de cuentas, es el carn de identidad con el que salimos al mundo para reivindicar
nuestra individualidad. Por eso, el Ego sufre, porque muchas
veces no puede salir, no se puede alimentar as mismo, no puede dominar. Por esta razn es tan importante la prctica de la
meditacin, no para eliminar el Ego, ya que es una labor casi
imposible, sino para conciliarlo, aliviarlo y, en ltimo trmino, desprendernos de l hasta que vuelva a aparecer, pero, y he
ah el milagro, teniendo la capacidad de reconocerlo y decirle:
Desaparece. El Ego es muy astuto, opera en el inconsciente, y
por eso resulta tan difcil detectarlo.
Entramos nuevamente- en el terreno del deseo. El deseo
de ser oscurece al Ser. Shivananda dir: Aniquila tus deseos y
conocers de inmediato la paz ms absoluta. En la paz absoluta es donde el Ego desaparece, porque la mente no se identifica con nada, con ninguna imagen, con ningn pensamiento.
Al practicar el za-zen (meditacin sentada) frente a una pared
blanca, slo vers la pared blanca. Estars atento en esa contemplacin hasta que t mismo te conviertas en esa pared
blanca. Esa ser tu nica identidad durante la meditacin, es lo
nico con lo que puedes identificarte. Y de esta manera comprenders que esa pared tambin es ilusoria cuando termines
la meditacin porque desaparecer de tu mente cuando dirijas
la atencin a otra cosa. As es el Ego, una pared ilusoria que
desaparece cuando dejas de mirarla.
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TODO ES SUEO
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En definitiva, todo es sueo ergo todo es realidad. Qu difcil resulta distinguir una cosa de la otra. Qu es verdad y
qu es fantasa, mentira? No es acaso todo verdad? Soar no
es real? Por supuesto que s. El sueo resuena como metfora
del hombre, el cual suea su mundo para tratar de mejorarlo.
La vida est compuesta de sueos. Lo cantar Machado: Yo
voy soando caminos / de la tarde. Las colinas / doradas, los
verdes pinos, / las polvorientas encinas!... / Adnde el camino
ir?. Saber cmo soamos nos acerca a saber quines somos,
descubrir la materia de nuestros sueos equivaldra a desvelar
de qu est hecha la materia de la vida. Pues como escribi Sor
Juana Ins de la Cruz: El sueo todo, en fin, lo posea; / todo,
en fin, el silencio lo ocupaba. Todo le pertenece al sueo, incluso este artculo, que t, lector inquieto, acabas de soar.
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mente ninguno, llegamos as a la doctrina del no-obrar (wuwei). Aunque comprendes todas las cosas, comprtate como
si nada supieses, he ah la esencial actitud del sabio, el Tao es
causa del no-ser de todo. La mente quieta comprende esa nocausalidad, esa liberacin del karma. El principio de causalidad
funcionada por si solo, nuestros deseos hacen que las causas se
multipliquen, que se nos configuren como una tarea inacabable
creada por nosotros mismos. Aquel que obtiene ser completamente vaco de deseos, conserva la paz firme. [] El que conoce
lo eterno est iluminado. Conocer lo eterno significa comprender esta maraa encadenada de principios y causas. No es,
en consecuencia, quedarse quieto y no hacer nada, es, hacerlo,
sencillamente, porque es necesario; y no hacerlo, cuando no es
necesario.
Quien se conoce a s mismo es iluminado. Este conocerse
implica ser consciente de las limitaciones y aceptarlas. El Tao
es el principio de todo y este principio es la espontaneidad, el
surgimiento no condicionado. El Tao continuamente no obra,
y sin embargo no hay nada que no sea su obra, todo surge y
cesa sin necesidad de controlarlo, de resistirse, de negarlo. El
sabio se adapta al principio del Tao, porque est libre de las ataduras de la mente. Todas las cosas tiene su principio en la Unidad del Tao. Esta unidad existe por s sola, es una no-dualidad
de la percepcin fenomenolgica. Es la naturaleza la que tiene
sus propias leyes de accin y la virtud consiste en comprender
la naturaleza de las cosas. Todas las cosas tienen su ser, cuyo
principio o ley es su no-ser. El no-ser radica en una mente que
observa el movimiento desde la quietud, que observa a maya
(la apariencia). Todo es vaco en la meditacin, vacuidad. Esto
significa asumir el papel de espectador sin interferir en la obra.
El que es sabio no hable, y quien habla no sabe. As que, sera
mejor guardar silencio y escuchar directamente el Tao de todas
las cosas.
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ntre las novedades editoriales se encuentran muchos de los llamados libros de autoayuda, algo que ya se
ha convertido en un gnero. Estos libros responden a la
frmula del llamado manual, en el que un autor establece una
serie de preceptos encaminados a orientar al lector. Resulta
curioso que el prefijo auto se aada al de ayuda, pues, a mi
entender, estos libros dejan poca libertad al lector a la hora de
decidir por s mismo, ya que se le imponen modos de conducta,
se le condicionan pensamientos e, incluso, sentimientos.
Habra que distinguir, en primer lugar, entre los libros de
autoayuda y los libros orientados al crecimiento espiritual del
lector que recogen una tradicin literaria, filosfica, religiosa
bien fundamentada, no superficial. Y que dejan, verdaderamente, una parcela amplia de intervencin al lector, pues de lo que
se trata es de que uno se encuentre a s mismo y no de que otro
lo encuentre por l.
Pero, cmo distinguirlos? Las ciencias del espritu como la
psicologa o la filosofa se han servido de este gnero y este gnero se ha servido de ellas. Muchos han hecho, incluidos prestigiosos psiclogos, negocio, aplicando ciertos preceptos de una
forma banal o sacada de contexto. En definitiva, los libros de
autoayuda tratan de ofrecer una utilidad pragmtica, esto es,
que sirvan al lector como receta para enfrentarse a los problemas de la vida. Una especie de analgsico rpido, un prozac de
urgencia para superar el estrs y los trastornos depresivos.
Por eso, considero que el gnero autoayuda est desprestigiado, es decir, se ha desprestigiado a s mismo por la cantidad
de obras que bajo este membrete aparecen, cuyo contenido literario espiritual, psicolgico, filosfico- es nulo. Y entendamos
literario, sencillamente, como un bien decir, tanto en el fondo
como en la forma. Ya que este tipo de obras, las buenas, pertenecen ms que nada al gnero literario del ensayo, dentro del
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C A PTULO
EL
XTA SIS
II
MSTICO
odra decirse que el fin ltimo del hombre autorrealizado es su plena identificacin con Dios. Al llegar
a este punto inefable el hombre parece alcanzar su realizacin ms alta en trminos espirituales. La mstica es, en
esencia, la relacin de amor con Dios, el sagrado encuentro o
bsqueda del encuentro- con la presencia divina. Esta relacin
representa la cota ms alta, el ideal mismo de la experiencia
amorosa. Es un amor de plena entrega, de vaciamiento del Yo
para entregarse a Lo Todo. Es un anhelo de unin, de dicha
ltima a travs de lo sagrado.
Una de las expresiones ms bellas de este amor cargado
de erotismo- lo encontramos en la Biblia, en El Cantar de los
Cantares de Salomn.
Oh, si l me besara con besos de su boca! Porque mejores
son tus amores que el vino, canta la esposa (Sulamit). Por las
noches busqu en mi lecho al que ama mi alma; lo busqu y no
lo hall. La bsqueda es espiritual (no lo puede hallar porque
resulta inefable), busca a quien ama su alma. Y el amado expresa el placer del encuentro con su amada como el encuentro con
los frutos de la naturaleza: He comido mi panal y mi miel, mi
vino y mi leche he bebido. Comed, amigos; bebed en abundancia, oh amados. Es un encuentro con los placeres todos, porque el Amor Divino se representa as como dicha suprema de
los placeres sensuales. La amada (Naturaleza) busca al amado
(Cielo, Dios), pena por l, se le escapa inefablemente. A dnde
se ha ido tu amado, oh la ms hermosa de todas las mujeres. Y
se entrega toda Yo soy de mi amado. Los atributos de la amada son comparados a los frutos de la naturaleza, pechos como
racimos de vid, su paladar como el buen vino, el aroma de
su boca como la manzana. La naturaleza es el escenario, la
metfora del acto amoroso: Ven, oh amado mo, salgamos al
campo, moremos en las aldeas, veamos si brotan las vides, si
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San Juan expresa en su poesa una experiencia de trascendencia de la propia razn, un llegar a lo inefable donde toda
ciencia queda lejos, un entender no entendiendo, un saber
no sabiendo, un subido sentir / de la divina esencia. xtasis
de toda contemplacin sagrada es lo que invade la experiencia
potica de San Juan, una entrada al conocimiento rebelado de
aquella vivencia que escapa a todo sentido racional. Entrme
donde no supe,/ y quedme no sabiendo, / toda ciencia trascendiendo. Es la entrada a la experiencia de Dios en su directa y
espiritual emocin sagrada, un ascenso a la cumbre, a la ascensin ms alta del alma: el xtasis divino.
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mirar y mirar esta farsa de esta vida tan mal concertada, a gastar el dinero en
cumplir con el cuerpo, durmiendo y comiendo! Todo la cansa, no sabe cmo
huir, vese encadenada y presa. Entonces siente ms verdaderamente el cativerio
que traemos con los cuerpos, y la miseria de la vida [...] Es con tan gran mpetu
muchas veces, que parece se quiere salir el alma del cuerpo a buscar esta libertad,
ya que no la sacan. Anda como vendida en tierra ajena, y lo que ms le fatiga es no
hallar muchos que se quejen con ella y pidan esto, sino lo ms ordinario es desear
vivir. Oh, si no estuvisemos asidos a nada ni tuvisemos puesto nuestro contento en cosa de la tierra, cmo la pena que nos dara vivir siempre sin l templara
el miedo de la muerte con el deseo de gozar de la vida verdadera!
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EL MSTICO SILENCIO
Qu admirable,
el que no piensa: la vida es fugaz
al ver el relmpago!
Matsuo Bash
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espera recopensa a su silencio, sabe que el silencio es su recompensa, su S-Mismo, segn Ramana Mahasrhi.
La libertad, dice Krishnamurti, es el cese absoluto del llegar a ser. En esa libertad -donde todo es ya dado- descubrimos
que el silencio emerge como luz que apacigua y serena la noche
oscura del maana. Ya no hay maana, slo presente, en la conciencia libre del Ser.
El la Biblia leemos: Permite que la paz de Dios gobierne en tu
corazn (Colonenses 3:15), en esa paz se desvela todo de cuanto noble, justo, puro, amable, amoroso hay en nuestro corazn.
Accedemos a la esencia antes de ser razonada, de convertirla en
valor, simplemente la experimentamos en nosotros naciendo
del interior. En otro lugar de la Biblia leemos: Pondr mi ley en
tu interior y sobre los corazones la escribir (Jeremas 31,33). Y
as es, ingresamos a lo escrito en nuestro ser, se nos resuelve lo
que somos: nuestra sabidura, nuestro entendimiento no condicionado por el temor que nos impone querer llegar a un punto.
Dijo Bertrand Russel que vencer el miedo es el principio de la
sabidura. No hay miedo cuando somos libres, y somos libres
cuando el pensamiento aprende a razonar con el corazn, con
el nima (esa es la verdadera inteligencia) moviendo el ser con
la espontaneidad del espritu en su nacimiento de instante a
instante, en cada respirar la luz de lo inefable: el resplandor del
silencio resonando en la ms apaciguada quietud interior.
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C A PTULO
LA
III
ESPER A NZ A
DEL
MISTERIO
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nadie sabe nada, porque la realidad rebasa siempre lo que sabemos de ella. El saber de la realidad queda negado porque la
realidad no est ah, todo lo contrario, es materia intrnseca propia de los sueos o de las esperanzas. La esperanza, en
Zambrano, es un sentimiento humano necesario del individuo
que explica el origen de las creencias. Hemos de entender que a
esperanza debe unrsele desesperanza, pues un sentimiento
contiene inexorablemente el opuesto. Este sentimiento puede
crear una realidad que no sea real, esto es, que no sea verdad
(altheia), pero que le encamine a la bsqueda de ella. Debemos concluir, atendiendo a lo sealado, que no nos es posible
llegar a lo real desde la realidad ya que esta es una creacin
personal. Por tanto, no podemos quedarnos slo en la definicin de los caracteres de la realidad, que segn Lan Entralgo
son el ser ineludible, resistente, asombrosa, inteligible y
poseble, pues niegan otras cualidades de la realidad, ya que
ciertamente estn aunque no seamos poseedores conscientes
de ellas. Tras estas reflexiones en las que hemos valorado conceptos tales como realidad, verdad, creencia y esperanza, nos
vemos abocados a una consecuente reflexin: el problema de
Dios. Atentos a despejar ese misterio que ha creado el hombre,
reconocemos en Mara Zambrano la afirmacin de la causa de
esta creacin humana como una consecuencia del temor, esto
es, de la desesperanza. Nietzsche definira el reino de los cielos
como un estado del corazn. La experiencia divina segn el filsofo alemn es esencialmente ntima. Esta intimidad sagrada
que se manifiesta en esperanza, resulta verificada al desechar el
sentimiento de temor primigenio: la esperanza rescatada de la
fatalidad es la libertad verdadera, realizada, viviente.
Mara Zambrano nos define la necesidad de trascendencia
del hombre como un estado de padecimiento que posee una
doble dimensin: el propio padecimiento sagrado y la ausencia
de su propio padecer transformado en cualquier forma de obsesin. En definitiva, slo le queda la esperanza del misterio para
librarse de la angustia de su circunstancia. Mara Zambrano
niega el cogito ergo sum, se opone taxativamente a Descartes
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para construir una definicin de la razn-pasin como explicacin del sujeto viviente. Esta razn-pasin es verdaderamente la razn-potica, el logos sumergido: razn amplia y
total, razn potica que es, al par, metafsica y religiosa. Encontrar una razn que integre en ella su crtica permanente es un
paso certero, segn Zambrano, para acercarse a esa razn total,
razn construida sobre los cimientos de un relativismo positivo aunque no escptico. En palabras de Chantal Maillard:
La razn-potica es [] un mtodo mediante el que se trata de
descubrir el ser [] del hombre mediante el contacto ntimo de
su accin reflexiva con las circunstancias, en principio ajenas
al pensar, que conforman la vida. Por tanto, el mtodo de la
razn-potica explica algo que le es inherente al sujeto y que se
funda en su necesidad de autoconocimiento, de construccin
de s mismo, tarea creadora capaz de instalar los medios para el
descubrimiento del misterio que rige su total existir.
El sentido del ser, a partir del mtodo fenomenolgico de
Heidegger, puede conocerse solamente desde el existir, esto
es, desde la temporalidad, que es el lugar donde transcurre el
ser. Por tanto, hay que llegar a una explicacin originaria del
tiempo, segn Heidegger, entendido ste como horizonte de la
comprensin del ser desde la temporalidad, como ser del existir.
Mara Zambrano recoge esta herencia ideolgica de Heidegger
y se ocupa -en muchos lugares de su obra- de la definicin del
tiempo, esto es, del anlisis del existir: el tiempo es laberntico,
porque posee plurales dimensiones, y no slo las del tiempo sucesivo, que no son sino una de las modalidades del tiempo. El tiempo es esencialmente mltiple. Revelar la realidad, salvarla, exige
un tiempo mltiple. Estas palabras nos recuerdan a las clebres
definiciones borgianas del tiempo, sobre todo por el empleo del
concepto laberntico y por el tono potico empleado para la
reflexin filosfica. Y es que, cuando el filsofo se acerca a las
cuestiones esenciales, la palabra potica es instrumento necesario para transmitir la bsqueda simblica de lo indecible. En
este caso el smbolo sera el laberinto.
Cules son las dimensiones del tiempo que no correspon-
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a idea est sujeta a la emocin ya que parte de la experiencia, mientras que la emocin es algo que surge de la
ausencia de experiencia por lo que su valor es ms puro
y virgen pero ms universal y natural. La idea sin embargo al
ser un proceso en el que est implcita la emocin ya vivida y
racionalizada, puede crear nuevas emociones pues crea nuevas
realidades.
De este modo la poesa que surge y tiene como finalidad la
expresin de la idea a travs de la lengua- es la expresin ms
alta y singular ya que busca nuevas significaciones y realidades
necesarias por la propia experiencia, de naturaleza evolutiva, es
decir, naturaleza como capacidad de encontrar nuevas emociones partiendo de la experiencia de las previas.
Una idea no puede valorarse ni por su fin ni por su origen,
sino por el proceso mismo que la constituye. Encontrar el
porqu de los mecanismos que se producen para partir de la
emocin a la idea, es algo difcilmente descifrable. Un proceso
importante y categrico en todo sujeto es la experiencia, pues
es la cadena de conocimientos que nos sita en un lugar desde
donde tenemos la necesidad de dar un paso ms para contemplar el paisaje en su plenitud, lo que nos constituye y lo que nos
aferra a lo material ya que nosotros mismos y lo que nos rodea
lo es.
Ese paisaje tiene en cada individuo colores distintos, olores
distintos, sentimientos distintos. Para unos slo habr blanco o
negro o dulce y amargo pero para otros ir amplindose segn
cada percepcin sea correctamente asimilada e identificable.
Lo que nos hace crear es el instinto de ampliar la significacin de lo universal. Tal significacin tendr valor una vez
sentida apriorsticamente y posteriormente experimentada y
asimilada. El artista trata de darle forma y expresin por medio
del sentimiento esttico visto este como una proyeccin de una
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EL SENTIDO DE L A VIDA
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C A PTULO
VER SOS
IV
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y la v disiparse inexplicablemente.
Despus slo quedan sus destellos intiles.
Pero si alguna vez te has sentido eterno, no es eso una
prueba de su existencia?
Slo s que si no logramos alzarnos cuando llega el impulso adecuado, si hay en nosotros una fatal condicin que no
nos permite ser eternamente nuestra propia esencia,
todo lo que realicemos ser imperfecto
y por lo tanto imperecedero.
Yo no digo que la eternidad sea la perfeccin. Tampoco
la eternidad puede consistir en un estado de felicidad
permanente, no crees?
Tal vez lleves razn. Sin embargo el hombre invent a Dios
y si pensamos que Dios es sinnimo de eternidad,
en l todos vemos perfeccin y felicidad. Y quizs
Dios nos hizo humanos para que tuvisemos
algo por lo que luchar siempre, la nica lucha verdadera
que como sabes es nuestra certeza de que antes o despus
moriremos.
Cmo permanecer impasibles ante tal realidad desoladora?
SEGURAMENTE DIOS NOS ENTREG UNA RAZN
PARA QUE SIEMPRE
ESTUVISEMOS BUSCANDO. SI LA ETERNIDAD
NOS ES DADA DESDE UN PRINCIPIO
DNDE QUEDARA EL INMENSO ALIVIO DE ESE
POSIBLE Y ANHELADO ENCUENTRO?
Veo que llegamos a conclusiones muy parecidas. T
desde tu optimismo y claridad misteriosa
y yo desde una oscuridad irremediable.
ESA OSCURIDAD PRONTO DEJAR DE EXISTIR.
CUANDO LA DUDA
TE GOLPEE FUERTE Y TE SIENTAS DESPROTEGIDO,
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MENTE NO NACIDA
AMANECER
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EL VIEJO SIDDHARTHA
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SILENCIO ODO
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EL CAMINO
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DIVINO ADENTRO
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LA BATALLA INTERIOR
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MISTERIOS
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PLENITUD
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NDICE
INTRODUCCIN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
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LA VACUIDAD DE LA MENTE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
EL LTIMO PELDAO DE LA PIRMIDE . . . . . . . . . . . . 20
LOS VALORES DEL SER . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
LA RELACIN ESPIRITUAL CON DIOS . . . . . . . . . . . . . . 25
EL AMOR ESPIRITUAL EN UNA SOCIEDAD SIN AMOR . . . 27
ESPIRITUALIDAD . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
DE CMO EL DOLOR NOS VISITA . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
BUDISMO Y MEDITACIN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34
BUDISMO: LA LIBERACIN DEL SUFRIMIENTO . . . . . 35
LAS DIEZ PARAMITAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
SER EN EL OTRO: LA COMPASIN . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
MEDITACIN VIPASSANA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
LA TEORA DE LOS CHAKRAS Y EL REIKI . . . . . . . . . . . 43
EL SER ILUMINADO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46
TICA DEL SABIO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
TICA Y MORAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54
LA VERDAD DE LA MEMORIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56
EL SUEO DE LA RAZN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
EL ESPRITU NO RAZONA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60
VIVIR LA ESPIRITUALIDAD . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61
CONCETE A TI MISMO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
FELICIDAD ES NO NECESITARLA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66
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