Pintura Argentina (Banco Hipotecario)
Pintura Argentina (Banco Hipotecario)
Pintura Argentina (Banco Hipotecario)
PINTURA ARGENTINA
I N I C I A T I V A
C U L T U R A L
L O S E S T U D I A N T E S Y E L A R T E
PINTURA ARGENTINA
I N I C I AT I VA C U L T U R A L
L O S
E S T U D I A N T E S
E L
A R T E
Por eso, consustanciados con la que siempre ha sido la misin del Banco Hipotecario, apostamos y trabajamos por el futuro con esta publicacin destinada esencialmente a los jvenes.
Aun cuando una pequea parte de la edicin ser ofrecida como material bsico de consulta y de introduccin al conocimiento de la pintura argentina para el pblico en general, la parte fundamental de ella
est dirigida a aquellos jvenes que culminan sus estudios secundarios.
Es complicado llegar a todos como hubisemos querido, pero la tecnologa es, una vez ms, la herramienta que nos abre las puertas hacia
incontables destinos.
La publicacin consiste en un acotado panorama de la pintura argentina, entendindolo como uno de los muchos posibles dada la gran
diversidad artstica propia de nuestro pas. Tiene por fin inculcar en
los jvenes familiaridad y afecto hacia la pintura.
Fomentar el inters por las diferentes expresiones artsticas la msica,
la literatura, la pintura, el teatro, etc. abre una dimensin espiritual
en el carcter de las personas, y a travs de este libro queremos contribuir al desarrollo de la juventud.
Este pequeo aporte apenas un grano de arena en la inmensa tarea
por realizar ratifica nuestro compromiso con la sociedad argentina,
en ocasin del 129 Aniversario del Banco Hipotecario.
Eduardo Elsztain
Presidente
www.hipotecarioarte.com
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La pintura argentina
Laura Malosetti Costa
l arte de la pintura tiene una fuerte tradicin en la Argentina, aun cuando no hubo
aqu una academia hasta fines del siglo XIX
y fueron muy espordicos los viajes de pintores a la regin, como artistas de paso o como
inmigrantes.
La pintura, por otra parte, cumpli funciones muy diferentes en la vida social a lo largo
del tiempo. Tuvo durante siglos un importante
lugar consagrado al culto religioso. Pero adems,
antes de la invencin de la fotografa, fue el
modo de preservar, reproducir y trasmitir la apariencia de las personas y los rasgos de ciudades,
paisajes, plantas y animales.
Muchas imgenes que hoy valoramos como
obras de arte, conservadas en museos y colecciones privadas, tuvieron como finalidad ser
copiadas en grabado para lbumes y revistas,
ilustrar relatos de viajes o acompaar estudios cientficos. Es el caso de las acuarelas de
Carlos Enrique Pellegrini, Lon Pallire, Ernest
Charton y Giuseppe Aguyari, entre otros.
Esos artistas europeos crearon un universo de
imgenes de gauchos, labores rurales, paisajes y escenas urbanas que se inscribieron en el
gnero de trajes y costumbres, que circul
alrededor del planeta en el siglo XIX y aliment la curiosidad de los pblicos ms diversos por
conocer la apariencia de personajes y territorios imaginados, lejanos y legendarios.
Sobre el fin del siglo XIX la Argentina adquiri fama mundial por la riqueza de sus campos;
fue el destino de millones de emigrantes europeos que llegaron con expectativas de progreso y
felicidad. Buenos Aires se convirti en unas pocas dcadas en una metrpolis moderna, tal vez
la ms europea de Sudamrica. Se construyeron
y decoraron palacios y viviendas burguesas, se
abrieron anchas y modernas avenidas y se fundaron los primeros museos. Llegaron de Europa
artistas, dibujantes, caricaturistas, ilustradores,
tallistas y decoradores de techos. Tanto las industrias grficas como las artes aplicadas tuvieron en ese fin de siglo un extraordinario impulso.
La pintura y la escultura tambin se transformaron: varios jvenes argentinos viajaron
para formarse como artistas en las prestigiosas
academias de Francia, Italia y Espaa. En su
mayora, esos jvenes eran hijos de inmigrantes.
Entre ellos se destacaron Eduardo Svori,
Eduardo Schiaffino, ngel Della Valle, Ernesto
de la Crcova. Esos artistas fueron fundamentales, no solo por haber realizado obras que se
volvieron emblemticas del naciente arte nacional, sino tambin porque fueron quienes fundaron el Museo de Bellas Artes, la Academia y otras
instituciones artsticas.
El arte argentino comenz a valorarse y a
mirarse en el espejo del arte internacional.
Se generaron debates en los diarios, empezaron a formarse un pblico y un gusto por las
exposiciones de arte. Se iniciaba una tradicin
local de salones, museos y galeras en Buenos
Aires y, un poco ms tarde, en otras ciudades como Rosario y Crdoba, pero esos artistas tambin vincularon el naciente arte nacional con los escenarios europeos y americanos.
Fue un momento de gran optimismo que sent las bases para un movimiento, que no se
detuvo nunca, de intercambio con las grandes
metrpolis, de polmicas y, a la vez, de afianzamiento de una identidad y un patrimonio
artstico.
Cndido Lpez, uno de los integrantes de esa
generacin, valorado hoy por la originalidad de
sus pinturas de batallas, poco convencionales,
en extraordinarios paisajes, no fue, sin embargo,
apreciado como tal en su momento. Le llamaron el manco de Curupayt, pues perdi su
mano derecha en esa batalla de la Guerra del
Paraguay, en 1866. Se haba formado como pintor en Buenos Aires con el italiano Baldassare
Verazzi y fue como voluntario a esa contienda,
la ms devastadora de las muchas que enfrentaron las naciones del Cono Sur. En 1885 y 1893
present, en su calidad de lisiado de guerra, dos
series de pinturas que ni su autor ni el pblico
de ese momento consideraron arte, sino documentos visuales, testimonios verdaderos de un
protagonista de aquellos sucesos.
En la primera dcada del siglo XX el impulso
nacionalista que acompa la celebracin del
primer Centenario de la Revolucin de Mayo
incentiv de diversas maneras el arte nacional:
se celebr una importante exposicin de pintura
y escultura en 1910, luego de la cual siguieron
realizndose salones nacionales peridicos, que
continan hasta el da de hoy. Pero, adems, los
pintores empezaron a indagar y discutir cules
seran los rasgos de un arte nacional. Si antes
se pensaron las ciudades como baluartes de civilizacin sobre la barbarie, en el comienzo del
siglo XX se concibi la ciudad como una nueva
barbarie que vena de ultramar con los millones
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Po Collivadino (1869-1945)
Riachuelo
leo sobre tela, 68 x 80 cm
Coleccin privada
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Albertina Batlle Planas, Giselle Batlle Planas, Silvia Batlle Planas, Juan Bec, Julin Benedit, Jos Antonio e Ins Berni, Silvia Bloise y
Antonio Belaustegui, Juan Jos Cambre, Cyntia Cohen, Marina De Caro, Ramn de la Vega, Ana Eckell, Nicols Garca Uriburu,
Max Gmez Canle, Nieves Gramajo Gutirrez, Silvia Gurfein, Sonia Hlito, Julieta Kemble, Guillermo Kuitca, Benito Laren, Rmulo Macci,
Toms Maldonado, Mondongo, Nora E. Mller, Luis Felipe No, Marcelo Pombo, Dolores Rubio, Antonio Segu, Eduardo Stupa. Fundacin Augusto y Len Ferrari, Fundacin Forner-Bigatti, Fundacin Pan Klub - Museo Xul Solar, Fundacin Pettoruti www.pettoruti.com,
Fundacin Soldi, Fundacin Spilimbergo.
Coleccin de Arte Amalia Lacroze de Fortabat, Buenos Aires; MALBA - Fundacin Costantini, Buenos Aires; Museo Castagnino+macro,
Rosario; Museo de Arte Moderno de Buenos Aires; Museo de Artes Plsticas Eduardo Svori, Buenos Aires; Museo de Arte Tigre; Museo de la
Patagonia Dr. Francisco P. Moreno, Bariloche; Museo Histrico Nacional, Buenos Aires; Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires.
Christies, las galeras Maman Fine Art, Palatina, Traba y Vasari de Buenos Aires.
Alejandro Blaquier y Mara Mazzini, Santiago Blaquier y Carolina Eiras, Ana Bertollo, Alberto Bodini, Carlos Braun, Andrs Buhar,
Magaly Capriles, Stella Crcano, Marcela Cardillo, Cristina Carlisle, Eduardo F. Costantini, Jorge Helft, Mara Jos Herrera, Gabriel Levinas,
Daniel Maman, Fabio Miniotti, Joaqun Molina, Victoria Noorthoorn, Marina Pellegrini, Norma Quarrato, Ricardo Romegialli, Daniel Soldi,
Claudio Stamatto, Gustavo Teller, Gabriel Traba.
Un agradecimiento especial de los editores a Guillermo Jaim Etcheverry y Esteban Tedesco.
C R D I TO S F OTO G R F I C O S
Csar Caldarella: retiracin de tapa, pp. 4, 9, 13, 14-15, 16, 18 a 20, 22 a 25, 27, 28, 30 a 36, 38, 47 I Equipo de fotografa del Museo Nacional de Bellas
Artes: p. 49 I Ignacio Iasparra: p. 57 I Gustavo Lowry: p. 40, gentileza Silvia Gurfein: p. 55 I Will Michells, The Museum of Fine Arts Houston,
gentileza MALBA: p. 42 I Patricio Pueyrredn: contratapa, retiracin de contratapa, pp. 2, 17, 37, 39, 41, 50, 52 a 54, 56, 58 a 61 I Norberto Puzzolo:
gentileza Museo Castagnino+macro: p. 12 I RES, gentileza de Untref - Muntref: p. 48 I Gustavo Sosa Pinilla: tapa, pp. 11, 26, 44, gentileza Mondongo: p. 62 I Carlos Germn Rojas: pp. 43, 45 I Fotos sin crdito: gentileza Christies: p.10, gentileza Coleccin de Arte Amalia Lacroze de Fortabat:
p.12, gentileza Fundacin Garca Uriburu: p. 46 I gentileza Gabriel Levinas: p. 51 I gentileza Daniel Maman: p. 63 I gentileza Museo de la Patagonia
Dr. Francisco P. Moreno: 29 I 2015 Marcia Schvartz/ SAVA, Buenos Aires
Nota de los editores: La presente seleccin de pinturas inclua un cuadro de Benito Quinquela Martn, a quien consideramos un artista fundamental del arte argentino, pero no fue posible alcanzar un acuerdo con la sucesin del pintor, duea de los derechos de reproduccin de su obra.
Producido en la Argentina en 2014 y 2015 por RIEM S.R.L.
Responsable editorial y legal: RIEM S.R.L., Rodrguez Pea 450, piso 3 B, Buenos Aires.
Impreso en Argentina en 2015 por Arcngel Maggio S.A.
BANCO HIPOTECARIO SA 2015 todos los derechos reservados
Pintura Argentina
ISBN 978-987-29989-4-3
La presente publicacin carece de fines comerciales y ha sido propiciada por el Banco Hipotecario con el
objetivo de contribuir a la difusin del arte nacional. Por consiguiente, cualquier ingreso proveniente de la eventual
venta de ejemplares ser destinado por el Banco Hipotecario al fomento del quehacer artstico y cultural.
P a r a o b t e n e r i n f o r m a c i n a d i c i o n a l o d e s c a r g a r e s t e l i b r o : h i p o t e c a r i o a r t e. c o m
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