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Pintura Argentina (Banco Hipotecario)

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11112

PINTURA ARGENTINA
I N I C I A T I V A
C U L T U R A L
L O S E S T U D I A N T E S Y E L A R T E

Kenneth Kemble (1923-1998)


Sin ttulo, 1961
Tela y enduido sobre tela, 21,5 x 20 cm
Coleccin privada

En tapa: Fortunato Lacmera (1887-1951)


Desde mi estudio. leo sobre hardboard, 70,5 x 50,5 cm
Coleccin privada

En contratapa: Luis Fernando Benedit (1937-2011)


Sin ttulo, ca. 1967-1968. Esmalte sobre madera, 202 x 136 cm
Coleccin privada

En retiracin de tapa: Carlos Enrique Pellegrini (1800-1875)


Recova y arco, 1829. Acuarela sobre papel, 41 x 31 cm
Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires

En retiracin de contratapa: Antonio Segu (1934)


Una esquina, 2004. leo sobre tela, 55 x 46 cm
Coleccin privada

PINTURA ARGENTINA
I N I C I AT I VA C U L T U R A L
L O S

E S T U D I A N T E S

E L

A R T E

a juventud es el mayor capital que tiene cualquier pas. Es el


futuro, es la esperanza.

Por eso, consustanciados con la que siempre ha sido la misin del Banco Hipotecario, apostamos y trabajamos por el futuro con esta publicacin destinada esencialmente a los jvenes.
Aun cuando una pequea parte de la edicin ser ofrecida como material bsico de consulta y de introduccin al conocimiento de la pintura argentina para el pblico en general, la parte fundamental de ella
est dirigida a aquellos jvenes que culminan sus estudios secundarios.
Es complicado llegar a todos como hubisemos querido, pero la tecnologa es, una vez ms, la herramienta que nos abre las puertas hacia
incontables destinos.
La publicacin consiste en un acotado panorama de la pintura argentina, entendindolo como uno de los muchos posibles dada la gran
diversidad artstica propia de nuestro pas. Tiene por fin inculcar en
los jvenes familiaridad y afecto hacia la pintura.
Fomentar el inters por las diferentes expresiones artsticas la msica,
la literatura, la pintura, el teatro, etc. abre una dimensin espiritual
en el carcter de las personas, y a travs de este libro queremos contribuir al desarrollo de la juventud.
Este pequeo aporte apenas un grano de arena en la inmensa tarea
por realizar ratifica nuestro compromiso con la sociedad argentina,
en ocasin del 129 Aniversario del Banco Hipotecario.
Eduardo Elsztain
Presidente

www.hipotecarioarte.com
3

Prilidiano Pueyrredn (1823-1870)


Retrato de Elvira Lavalleja de Calzadilla, 1859
leo sobre tela, 125,5 x 100,5 cm
Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires

La pintura argentina
Laura Malosetti Costa

l arte de la pintura tiene una fuerte tradicin en la Argentina, aun cuando no hubo
aqu una academia hasta fines del siglo XIX
y fueron muy espordicos los viajes de pintores a la regin, como artistas de paso o como
inmigrantes.
La pintura, por otra parte, cumpli funciones muy diferentes en la vida social a lo largo
del tiempo. Tuvo durante siglos un importante
lugar consagrado al culto religioso. Pero adems,
antes de la invencin de la fotografa, fue el
modo de preservar, reproducir y trasmitir la apariencia de las personas y los rasgos de ciudades,
paisajes, plantas y animales.
Muchas imgenes que hoy valoramos como
obras de arte, conservadas en museos y colecciones privadas, tuvieron como finalidad ser
copiadas en grabado para lbumes y revistas,
ilustrar relatos de viajes o acompaar estudios cientficos. Es el caso de las acuarelas de
Carlos Enrique Pellegrini, Lon Pallire, Ernest
Charton y Giuseppe Aguyari, entre otros.
Esos artistas europeos crearon un universo de
imgenes de gauchos, labores rurales, paisajes y escenas urbanas que se inscribieron en el
gnero de trajes y costumbres, que circul
alrededor del planeta en el siglo XIX y aliment la curiosidad de los pblicos ms diversos por
conocer la apariencia de personajes y territorios imaginados, lejanos y legendarios.

La pintura trasmiti tambin valores, ideas,


creencias. El gnero alegrico cre imaginarios
republicanos y acompa la formacin de las
naciones americanas a lo largo del siglo XIX.
Pero tal vez su funcin ms importante en las
sociedades burguesas antes de la difusin de la
fotografa haya sido el retrato, aunque no cualquiera poda acceder a ese privilegio. La pintura de retratos estuvo reservada a personajes
destacados del gobierno y de la guerra, o bien
a quienes fueran suficientemente ricos como
para pagarlos. Fue sa la principal actividad
de los pintores europeos que se radicaron en la
Argentina y de los primeros pintores nacionales,
entre los que se destaca Prilidiano Pueyrredn,
miembro de la alta sociedad portea y educado
en Pars.
La ilusin, la captacin del parecido con la
realidad, la capacidad de asombrar con los detalles o deslumbrar con la grandilocuencia fueron los motores principales que garantizaron la
enorme difusin de las imgenes que producan
el dibujo y la pintura y que derivaron a mediados de siglo XIX en la invencin de dispositivos mecnicos: la fotografa y ms tarde el cine.
Desde entonces, la pintura, emancipada de sus
antiguos roles, tom caminos nuevos y diversos.
Se torn pura expresin, abstraccin, se volvi
cubista, surrealista, informalista, se contamin
de otras artes, se expandi, explot.

Sobre el fin del siglo XIX la Argentina adquiri fama mundial por la riqueza de sus campos;
fue el destino de millones de emigrantes europeos que llegaron con expectativas de progreso y
felicidad. Buenos Aires se convirti en unas pocas dcadas en una metrpolis moderna, tal vez
la ms europea de Sudamrica. Se construyeron
y decoraron palacios y viviendas burguesas, se
abrieron anchas y modernas avenidas y se fundaron los primeros museos. Llegaron de Europa
artistas, dibujantes, caricaturistas, ilustradores,
tallistas y decoradores de techos. Tanto las industrias grficas como las artes aplicadas tuvieron en ese fin de siglo un extraordinario impulso.
La pintura y la escultura tambin se transformaron: varios jvenes argentinos viajaron
para formarse como artistas en las prestigiosas
academias de Francia, Italia y Espaa. En su
mayora, esos jvenes eran hijos de inmigrantes.
Entre ellos se destacaron Eduardo Svori,
Eduardo Schiaffino, ngel Della Valle, Ernesto
de la Crcova. Esos artistas fueron fundamentales, no solo por haber realizado obras que se
volvieron emblemticas del naciente arte nacional, sino tambin porque fueron quienes fundaron el Museo de Bellas Artes, la Academia y otras
instituciones artsticas.
El arte argentino comenz a valorarse y a
mirarse en el espejo del arte internacional.
Se generaron debates en los diarios, empezaron a formarse un pblico y un gusto por las
exposiciones de arte. Se iniciaba una tradicin
local de salones, museos y galeras en Buenos
Aires y, un poco ms tarde, en otras ciudades como Rosario y Crdoba, pero esos artistas tambin vincularon el naciente arte nacional con los escenarios europeos y americanos.

Fue un momento de gran optimismo que sent las bases para un movimiento, que no se
detuvo nunca, de intercambio con las grandes
metrpolis, de polmicas y, a la vez, de afianzamiento de una identidad y un patrimonio
artstico.
Cndido Lpez, uno de los integrantes de esa
generacin, valorado hoy por la originalidad de
sus pinturas de batallas, poco convencionales,
en extraordinarios paisajes, no fue, sin embargo,
apreciado como tal en su momento. Le llamaron el manco de Curupayt, pues perdi su
mano derecha en esa batalla de la Guerra del
Paraguay, en 1866. Se haba formado como pintor en Buenos Aires con el italiano Baldassare
Verazzi y fue como voluntario a esa contienda,
la ms devastadora de las muchas que enfrentaron las naciones del Cono Sur. En 1885 y 1893
present, en su calidad de lisiado de guerra, dos
series de pinturas que ni su autor ni el pblico
de ese momento consideraron arte, sino documentos visuales, testimonios verdaderos de un
protagonista de aquellos sucesos.
En la primera dcada del siglo XX el impulso
nacionalista que acompa la celebracin del
primer Centenario de la Revolucin de Mayo
incentiv de diversas maneras el arte nacional:
se celebr una importante exposicin de pintura
y escultura en 1910, luego de la cual siguieron
realizndose salones nacionales peridicos, que
continan hasta el da de hoy. Pero, adems, los
pintores empezaron a indagar y discutir cules
seran los rasgos de un arte nacional. Si antes
se pensaron las ciudades como baluartes de civilizacin sobre la barbarie, en el comienzo del
siglo XX se concibi la ciudad como una nueva
barbarie que vena de ultramar con los millones

de inmigrantes, el materialismo mercantil y la


nueva pobreza urbana. El espritu nacional se
busc en las costumbres gauchas y en el paisaje.
Desde Martn Malharro hasta la mayora de los
integrantes del grupo Nexus Fernando Fader,
Cesreo Bernaldo de Quirs, entre otros encararon sus bsquedas formales y cromticas
pintando paisajes de la pampa, de las sierras
de Crdoba, escenas gauchescas. Po Collivadino, en cambio, inaugur una nueva tradicin
de paisajes urbanos de Buenos Aires que pronto tendra un importante desarrollo en la obra
de Benito Quinquela Martn y los llamados
pintores de la Boca del Riachuelo. sa fue la
barriada de los italianos, el puerto de llegada de
inmigrantes y del trabajo en la carga y descarga
de barcos. Desde los aos treinta, artistas como
Vctor Cnsolo, Fortunato Lacmera, Horacio
March, entre otros, plasmaron escenas de una
rara serenidad, casi metafsica, de esas calles
y conventillos de la ribera. All, en la Boca, y
en Barracas, barrios de trabajadores y de
sindicatos anarquistas y socialistas, surgi el grupo conocido como Artistas del Pueblo, quienes
se dedicaron fundamentalmente al grabado
para intervenir con sus obras en las luchas y reclamos sociales.
Desde la dcada de 1920, los artistas que
regresaban de largas estadas en Europa, de
vida bohemia y vinculacin con los crculos
de la vanguardia, introdujeron el lenguaje de
las nuevas tendencias del siglo XX en sus obras
y transformaron, en una interaccin fecunda con poetas e intelectuales, el clima artstico
de Buenos Aires y de otras ciudades que tambin se modernizaban rpidamente: Rosario,
Mar del Plata, La Plata, Crdoba y Mendoza.

Irrumpa una sensibilidad moderna que las


revistas culturales ponan en escena. Discusiones
estticas y polticas, gestos desafiantes, burlas y
manifiestos alimentaron las pginas de revistas como Martn Fierro, Prisma, Inicial, Plus Ultra,
Claridad, Campana de Palo y, ms tarde, Arturo y
la muy influyente Ver y Estimar. Fueron revistas
producidas y ledas con avidez por artistas, intelectuales y crticos, que acompaaban sus bsquedas y que produjeron no solo polmicas, sino
tambin sintonas con el escenario internacional.
En 1924 volvan de su estada europea
Emilio Pettoruti y Alejandro Xul Solar, con importantes novedades formales e iconogrficas.
Poco ms tarde regresaban Alfredo Guttero y
los artistas del llamado Grupo de Pars: Raquel
Forner, Alfredo Bigatti, Horacio Butler, Aquiles
Badi, Antonio Berni, Hctor Basalda, Lino
Enea Spilimbergo, Juan Del Prete, entre ellos.
Nuevos lenguajes e ideas se pusieron en juego en
sus cuadros, y si bien se ha hablado de cubismo,
surrealismo, figuracin lrica, etc., respecto de sus
diversos estilos, el vnculo de los artistas argentinos con las vanguardias europeas nunca fue de
alineamiento estricto con ninguna de ellas. Ms
bien se percibe a lo largo de todo el siglo XX una
interaccin crtica con las novedades europeas y
americanas, tanto del norte como del sur.
En este sentido, el viaje del mexicano David
Alfaro Siqueiros en 1933 y el regreso de
Joaqun Torres Garca a Montevideo en 1934
significaron hitos para el desarrollo de proyectos de vanguardia en clave regional. Antonio
Berni y Lino Enea Spilimbergo formaron parte del
Taller de Arte Mural que trabaj con Siqueiros
en Ejercicio plstico, una pintura que abarcaba
paredes, piso y techo de un espacio privado.

Las polmicas que se desataron acerca del


muralismo y su funcin social alimentaron el estilo de Berni en los aos posteriores, cuando hizo
grandes telas de asunto social como Manifestacin, Desocupados y Chacareros. Spilimbergo, por
su parte, desarroll una figuracin ms serena
e introspectiva, con un manejo extraordinario
del color.
En los aos cuarenta se formaron grupos que
sostuvieron otras ideas, antagnicas, respecto
del carcter y funcin del arte. La pintura no deba copiar ni expresar nada fuera de s: deba ser
algo concreto, inventar mundos nuevos a partir de una actitud analtica rigurosa y sin rastros
de subjetivismo de ningn tipo. As, en sintona
con los movimientos abstractos e invencionistas
internacionales que opusieron sus geometras
severas a la grandilocuencia retrica de la guerra y la apelacin a las grandes masas, en 1945
surgieron Arte Concreto Invencin y Mad:
Toms Maldonado, Lidy Prati, Ral Lozza,
Edgar Bayley y Alfredo Hlito, entre otros, formaron el primer grupo, en tanto que Gyula
Kosice, Martn Blaszko, Rhod Rothfuss y el uruguayo Carmelo Arden Quin integraron Mad.
No haba rastros de pinceladas ni efusiones sentimentales en sus cuadros de colores planos y
lneas netas, ni los marcos conservaron su forma
tradicional, sino que se recortaron siguiendo los
ritmos y tensiones de la obra que contenan.
A fines de los cincuenta y comienzos de los
sesenta, el concepto de pintura se ampli an
ms: adems del collage y las tcnicas mixtas
ms diversas introducidas en el arte nacional
por Antonio Berni, los artistas informalistas
Alberto Greco y Mario Pucciarelli entre ellos y,
poco despus, el grupo Nueva Figuracin Luis

Felipe No, Rmulo Macci, Ernesto Deira y


Jorge de la Vega tensaron al mximo sus posibilidades expresivas en obras que buscaban demoler todas las convenciones burguesas, las taras de
la sociedad de consumo y del entretenimiento
superficial; sacudir al pblico con sus exposiciones, happenings y performances. Telas rasgadas y
arrugadas formando volmenes empapados en
pintura, desechos industriales, objetos encontrados en la basura y otros materiales inslitos
abrieron un panorama nuevo de posibilidades
expresivas y crearon una nueva potica para el
arte figurativo, que, en nuestro medio, pocas veces estuvo desvinculado de la poltica, las utopas
transformadoras y las preocupaciones sociales.
Ese impulso revolucionario sufri el peso
de las dictaduras y la mordaza de la censura.
Los aos setenta impusieron condiciones difciles
para las artes, que, sin embargo, lograron conservar su espritu crtico en nuevos lenguajes plenos de metforas y acciones desafiantes, muchas
veces desde el exilio. Las obras de Len Ferrari,
Antonio Segu, Pablo Surez, Marcia Schvartz,
Fermn Egua, Roberto Aizenberg, as como las
coloraciones verdes de Nicols Garca Uriburu,
representan algunas de esas mltiples manifestaciones hasta los tempranos ochenta, cuando el
retorno de la democracia abri nuevos caminos
para el arte. Desde entonces, varias generaciones de artistas continan explorando los lenguajes de la pintura, estableciendo dilogos crticos
con las tradiciones, inventando nuevos universos
y horizontes. Este libro rene a varios de los ms
destacados creadores argentinos, aunque hubiera sido necesario mucho ms espacio para hacer
justicia a un arte que sigue desplegndose, rico y
variado, en nuestro medio.

Raymond Auguste Quinsac de Monvoisin (1790-1870)


Soldado de Rosas, 1842
leo sobre cuero, 156 x 133,5 cm
Coleccin privada

Juan Lon Pallire (1823-1887)


Caravana de gauchos con sus carros cruzando la pampa
leo sobre tela, 45 x 78 cm
Coleccin privada

10

Juan Lon Pallire (1823-1887)


Idilio criollo, ca. 1861
leo sobre tela, 100 x 140 cm
Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires

11

Prilidiano Pueyrredn (1823-1870)


Los capataces
leo sobre tela, 62 x 81 cm
Coleccin de Arte Amalia Lacroze de Fortabat, Buenos Aires

12

ngel Della Valle (1852-1903)


La vuelta del maln, 1892
leo sobre tela, 186,5 x 292 cm
Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires

13

Cndido Lpez (1840-1902)


Campamento argentino en los montes de la costa del ro Paran frente a Itapir, 12 de abril de 1866,
Provincia de Corrientes, entre 1876 y 1885
leo sobre tela, 41 x 108 cm
Museo Histrico Nacional, Buenos Aires
14

15

Ernesto de la Crcova (1866-1927)


Sin pan y sin trabajo, 1893-1894
leo sobre tela, 125,5 x 216 cm
Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires

16

Eduardo Svori (1847-1918)


Retrato o Retrato de la esposa o La esposa del pintor, 1906
leo sobre tela, 90,5 x 64 cm
Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires

17

Cesreo Bernaldo de Quirs (1881-1968)


Hortensias, 1912
leo sobre tela, 94 x 104 cm
Coleccin privada

18

Ernesto de la Crcova (1866-1927)


El banco del jardn, 1927
leo sobre tela, 78 x 92 cm
Coleccin privada

19

Martn Malharro (1865-1911)


Las parvas o La pampa de hoy, 1911
leo sobre tela, 65,5 x 82 cm
Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires

20

Fernando Fader (1882-1935)


La tarde (serie La vida de un da), 1917
leo sobre tela, 80 x 100 cm
Museo Castagnino+macro, Rosario

21

Po Collivadino (1869-1945)
Riachuelo
leo sobre tela, 68 x 80 cm
Coleccin privada

22

Horacio March (1899-1978)


Fbricas, 1933
leo sobre tela, 85 x 61 cm
Coleccin privada

23

Alfredo Guttero (1882-1932)


Cargadores ligures, 1926
Lpiz graso, leo y tiza sobre tela, 190 x 150 cm
Coleccin privada

24

Emilio Pettoruti (1892-1971)


Quinteto, 1927
leo sobre madera, 149,5 x 131,5 cm
Coleccin privada
Derechos reservados Fundacin Pettoruti
25

Lino Enea Spilimbergo (1896-1964)


Terraza, 1930
leo sobre madera, 114 x 58 cm
Coleccin Eduardo F. Costantini

26

Antonio Berni (1905-1981)


La siesta y su sueo, 1932
leo sobre tela, 52,5 x 69 cm
MALBA - Fundacin Costantini, Buenos Aires

27

Alfredo Gramajo Gutirrez (1893-1961)


Por mis pueblos, 1927
leo sobre cartn, 51 x 44,5 cm
Museo de Artes Plsticas Eduardo Svori, Buenos Aires

28

Antonio Berni (1905-1981)


Jujuy, 1937
leo sobre arpillera, 190 x 285 cm
Museo de la Patagonia Francisco P. Moreno, Bariloche

29

Ral Soldi (1905-1994)


El bao en el lago, 1932
leo sobre tela, 110 x 75 cm
Fundacin Soldi, Glew, provincia de Buenos Aires

30

Raquel Forner (1902-1988)


El drama, 1942
leo sobre tela, 125,5 x 174 cm
Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires

31

Alejandro Xul Solar (1887-1963)


Nana Watzin, 1923
Acuarela sobre papel, 25,5 x 31,5 cm
Coleccin Eduardo F. Costantini
Derechos reservados Fundacin Pan Klub - Museo Xul Solar
32

Juan Batlle Planas (1911-1966)


Tribunal de pintores juzgando los elementos de la naturaleza, 1938
Tmpera sobre papel, 28,5 x 46 cm
Coleccin privada

33

Vctor Cnsolo (1898-1937)


Paisaje de la Boca, 1931
leo sobre hardboard, 69,5 x 99,5 cm
Coleccin privada

34

Fortunato Lacmera (1887-1951)


Vuelta de Rocha o Pedro de Mendoza y Del Crucero, ca. 1937
leo sobre tela, 83 x 110 cm
Coleccin privada

35

Toms Maldonado (1922)


Sin ttulo, 1945
Tmpera y esmalte sobre cartn, 79 x 60 cm
Coleccin privada

36

Ral Lozza (1911-2008)


Pintura N 27 de estructura clsica, 1945
leo sobre madera terciada, 61 x 40 cm
Coleccin privada

37

Lidy Prati (1921-2008)


Concret A4, 1948
leo sobre hardboard, 81,5 x 58 cm
Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, Buenos Aires

38

Emilio Renart (1925-1991)


Sin ttulo, 1954
leo y arena sobre tela, 184 x 144 cm
Coleccin privada

39

Luis Wells (1939)


Jerry que fue Nathaniel, 1961
Maderas y tinta de lustre, 160 x 80 x 8 cm
Museo de Arte Moderno de Buenos Aires

40

Roberto Aizenberg (1928-1996)


Fiesta (serie Padres e hijos), ca. 1962
leo sobre hardboard, 43,5 x 32,5 cm
Coleccin privada

41

Antonio Berni (1905-1981)


Carnaval de Juanito, 1962
Aguada, madera, metales, cartn, encaje y otros materiales sobre aglomerado, 141 x 163 cm
Coleccin privada

42

Luis Felipe No (1933)


El incendio del Jockey Club, 1963
leo y collage sobre tela, 199,5 x 150 cm
Coleccin Magaly Capriles

43

Rmulo Macci (1931)


Crcel = Hombre, 1961
leo y esmalte sinttico sobre tela, 250 x 200 cm
Coleccin privada

44

Jorge de la Vega (1930-1971)


Music hall, 1963
leo, tela encolada, metal y monedas sobre tela, 260 x 195 cm
Coleccin Magaly Capriles

45

Nicols Garca Uriburu (1937)


El jardn de las cotorras, 1967
leo sobre tela, 180 x 200 cm
Coleccin privada

46

Jorge de la Vega (1930-1971)


Sin ttulo, 1967
Panel de dptico, acrlico sobre tela, 150 x 150 cm
Coleccin privada

47

Vctor Magarios D. (1924-1993)


Sin ttulo, dcada del 70
Acrlico y yeso sobre hardboard, 90 x 90 cm
Coleccin privada

48

Carlos Silva (1930-1987)


Agoo, 1965
leo sobre madera, 180 x 180 cm
Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires

49

Ana Eckell (1947)


El escarmiento, 1984
leo sobre tela, 140 x 200 cm
Coleccin privada

50

Marcia Schvartz (1955)


Florista, 1979
Acrlico y calcomanas sobre tela, 100 x 70 cm
Coleccin privada

51

Len Ferrari (1920-2013)


Cuadro escrito, 1964
Tinta china sobre papel, 64 x 48 cm
Coleccin Eduardo F. Costantini

52

Guillermo Kuitca (1961)


Plano de Madrid, 1987
Acrlico sobre tela, 143,5 x 138 cm
Coleccin privada

53

Juan Jos Cambre (1948)


Sin ttulo, 2014
Acrlico sobre tela, 130 x 170 cm
Coleccin del artista

54

Silvia Gurfein (1959)


Sin ttulo (serie Ensayo sobre la imposibilidad de ver), 2005
leo sobre tela, 150 x 150 cm
Coleccin privada

55

Eduardo Stupa (1951)


Sin ttulo, 2012
Grafito, carbonilla, lpiz, acrlico, tinta y esmalte sinttico sobre tela, 100 x 100 cm
Coleccin privada

56

Marina De Caro (1961)


Retos rojos, 2008
Tinta, pastel tiza y leo sobre papel, 150 x 220 cm
Coleccin privada

57

Juan Bec (1980)


Flores (serie Universos quemados), 2010
leo sobre tela, 230 x 180 cm
Coleccin privada

58

Marcelo Pombo (1959)


Paisaje gris, 1997
Esmalte sobre madera, 39,5 x 59,5 cm
Coleccin privada

59

Benito Laren (1962)


Me hice un 7 (serie Un 7), 2012
Acrlico sobre vidrio, 50 x 60 cm
Coleccin privada

60

Max Gmez Canle (1972)


Sin ttulo, 2015
leo sobre tela, 50 x 50 cm
Coleccin privada

61

Mondongo (colectivo, 1999)


12/12, 2013
Plastilina sobre madera, 201,5 x 201,5 x 21,5 cm
Coleccin privada

62

Cynthia Cohen (1969)


E13, 2005
leo y esmalte sobre tela, 300 x 200 cm
Coleccin privada

63

Este proyecto es una iniciativa de Ricardo Esteves


Editor: Ricardo Esteves
Editor adjunto: Mara Torres
Administracin: Hctor Torre
Diseo: Ricardo Esteves
Asistencia en diseo: Melania Macchi
Fotografa: Csar Caldarella, Patricio Pueyrredn
Asistencia editorial: Manuela Otero
Consultores: Mercedes Casanegra
Viviana Usubiaga
Correccin: Alicia Di Stasio y Mario Valledor
Retoque digital: Carlos Asset
Digitalizacin de imgenes: Artpress S.A.
AG R A D E C I M I E N TO S

Albertina Batlle Planas, Giselle Batlle Planas, Silvia Batlle Planas, Juan Bec, Julin Benedit, Jos Antonio e Ins Berni, Silvia Bloise y
Antonio Belaustegui, Juan Jos Cambre, Cyntia Cohen, Marina De Caro, Ramn de la Vega, Ana Eckell, Nicols Garca Uriburu,
Max Gmez Canle, Nieves Gramajo Gutirrez, Silvia Gurfein, Sonia Hlito, Julieta Kemble, Guillermo Kuitca, Benito Laren, Rmulo Macci,
Toms Maldonado, Mondongo, Nora E. Mller, Luis Felipe No, Marcelo Pombo, Dolores Rubio, Antonio Segu, Eduardo Stupa. Fundacin Augusto y Len Ferrari, Fundacin Forner-Bigatti, Fundacin Pan Klub - Museo Xul Solar, Fundacin Pettoruti www.pettoruti.com,
Fundacin Soldi, Fundacin Spilimbergo.
Coleccin de Arte Amalia Lacroze de Fortabat, Buenos Aires; MALBA - Fundacin Costantini, Buenos Aires; Museo Castagnino+macro,
Rosario; Museo de Arte Moderno de Buenos Aires; Museo de Artes Plsticas Eduardo Svori, Buenos Aires; Museo de Arte Tigre; Museo de la
Patagonia Dr. Francisco P. Moreno, Bariloche; Museo Histrico Nacional, Buenos Aires; Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires.
Christies, las galeras Maman Fine Art, Palatina, Traba y Vasari de Buenos Aires.
Alejandro Blaquier y Mara Mazzini, Santiago Blaquier y Carolina Eiras, Ana Bertollo, Alberto Bodini, Carlos Braun, Andrs Buhar,
Magaly Capriles, Stella Crcano, Marcela Cardillo, Cristina Carlisle, Eduardo F. Costantini, Jorge Helft, Mara Jos Herrera, Gabriel Levinas,
Daniel Maman, Fabio Miniotti, Joaqun Molina, Victoria Noorthoorn, Marina Pellegrini, Norma Quarrato, Ricardo Romegialli, Daniel Soldi,
Claudio Stamatto, Gustavo Teller, Gabriel Traba.
Un agradecimiento especial de los editores a Guillermo Jaim Etcheverry y Esteban Tedesco.
C R D I TO S F OTO G R F I C O S
Csar Caldarella: retiracin de tapa, pp. 4, 9, 13, 14-15, 16, 18 a 20, 22 a 25, 27, 28, 30 a 36, 38, 47 I Equipo de fotografa del Museo Nacional de Bellas
Artes: p. 49 I Ignacio Iasparra: p. 57 I Gustavo Lowry: p. 40, gentileza Silvia Gurfein: p. 55 I Will Michells, The Museum of Fine Arts Houston,
gentileza MALBA: p. 42 I Patricio Pueyrredn: contratapa, retiracin de contratapa, pp. 2, 17, 37, 39, 41, 50, 52 a 54, 56, 58 a 61 I Norberto Puzzolo:
gentileza Museo Castagnino+macro: p. 12 I RES, gentileza de Untref - Muntref: p. 48 I Gustavo Sosa Pinilla: tapa, pp. 11, 26, 44, gentileza Mondongo: p. 62 I Carlos Germn Rojas: pp. 43, 45 I Fotos sin crdito: gentileza Christies: p.10, gentileza Coleccin de Arte Amalia Lacroze de Fortabat:
p.12, gentileza Fundacin Garca Uriburu: p. 46 I gentileza Gabriel Levinas: p. 51 I gentileza Daniel Maman: p. 63 I gentileza Museo de la Patagonia
Dr. Francisco P. Moreno: 29 I 2015 Marcia Schvartz/ SAVA, Buenos Aires
Nota de los editores: La presente seleccin de pinturas inclua un cuadro de Benito Quinquela Martn, a quien consideramos un artista fundamental del arte argentino, pero no fue posible alcanzar un acuerdo con la sucesin del pintor, duea de los derechos de reproduccin de su obra.
Producido en la Argentina en 2014 y 2015 por RIEM S.R.L.
Responsable editorial y legal: RIEM S.R.L., Rodrguez Pea 450, piso 3 B, Buenos Aires.
Impreso en Argentina en 2015 por Arcngel Maggio S.A.
BANCO HIPOTECARIO SA 2015 todos los derechos reservados
Pintura Argentina
ISBN 978-987-29989-4-3

Malosetti Costa, Laura


Pintura argentina. - 1a ed. - Ciudad Autnoma de Buenos Aires :
Banco Hipotecario, 2015.
64 p. : il. ; 33x24 cm.
ISBN 978-987-29989-4-3
1. Arte. I. Ttulo
CDD 759.82

La presente publicacin carece de fines comerciales y ha sido propiciada por el Banco Hipotecario con el
objetivo de contribuir a la difusin del arte nacional. Por consiguiente, cualquier ingreso proveniente de la eventual
venta de ejemplares ser destinado por el Banco Hipotecario al fomento del quehacer artstico y cultural.

P a r a o b t e n e r i n f o r m a c i n a d i c i o n a l o d e s c a r g a r e s t e l i b r o : h i p o t e c a r i o a r t e. c o m
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