Valeria Cortez Dice
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El autor Bernabé Tierno, quien se ha dedicado por muchos años a analizar las
causas del bajo rendimiento estudiantil, plantea en su artículo “El fracaso escolar”
(www.lafamilia.info) que las causas de un desempeño insuficiente en la escuela –de
acuerdo a un estudio realizado por la Inspección Básica de Navarra– pueden ser:
Thomas C. Conway, durante su periodo como docente y director del área de Estudios
Sociales en Stonewall Jackson High School, VA, escribió sobre este tema y expuso la idea de
que un docente verdaderamente comprometido con su labor debe ponerse en el lugar del
estudiante y tratar de responder algunas interrogantes clave, especialmente a la hora de
elaborar sus planificaciones, tanto a nivel general como en lo referente a las actividades
diseñadas para cada clase en particular. Esto, según lo afirma el autor, podría evitar, al
menos en un porcentaje considerable, el bajo desempeño estudiantil (Conway, “Why
students don’t do well”).
Las interrogantes a las que el autor hace alusión podrían resumirse en las siguientes:
3) ¿Llegó a plantearse por qué tenía que aprender algunos de los contenidos
que sus profesores insistían en impartirle?
Frente a esto, nosotros creemos indispensable reconocer que los estudiantes tienen
diferentes habilidades y maneras de expresar sus intereses. El docente debe
involucrar al estudiante en un tema específico y aplicar dicho tema a su materia. De
igual manera, a un alumno que se sienta extremadamente incómodo al hacer una
presentación oral, podría dársele la oportunidad de escribir un ensayo al respecto; a
un estudiante que le gusta mucho dibujar, se le podría permitir un proyecto serio
alrededor de cierto contenido, utilizando el dibujo como una de las formas de
expresión más fuertes del trabajo.
Por otra parte, en estos tiempos se da –con frecuencia– el caso de que “muchos
estudiantes se incorporan a la escuela a una edad en la que otros ya saben leer y
han desarrollado adecuadamente sus aptitudes y destrezas motrices, intelectuales y
sociales. Así, empiezan en inferioridad de condiciones y esto conduce, de manera
más o menos directa, al fracaso escolar” (Tierno, www.lafamilia.info).
Esta situación exige un gran esfuerzo por parte del docente, quien tendrá que
identificar las necesidades de cada uno de sus estudiantes y aprender a reconocer el
porqué de su desempeño (exitoso o no).
Pese a todo lo dicho, Tierno plantea que las limitaciones intrínsecas del sujeto (esto
es, el hecho de que sus capacidades “se encuentren por debajo de lo normal”)
constituyen, en gran medida, la base del bajo rendimiento en la escuela. Esto se ve
agravado por el hecho de que apenas un 20% de estos niños reciben la ayuda
necesaria para adaptarse a la vida académica y llevarla con mayor eficacia.
Por último, el mismo autor habla del fracaso escolar circunstancial, ocasionado por
problemas momentáneos, de orden personal o familiar, que afectan la auto-
confianza del estudiante e inciden en su desempeño académico, aún si se tratase de
alumnos interesados en el aprendizaje y acostumbrados a obtener buenas
calificaciones. Además, la falta de comunicación entre docentes y padres de familia
podría agravar enormemente esta situación.
Fuentes:
Tierno, Bernabé. (Julio 2008). “El fracaso escolar”. Recuperado el 29 de agosto de 2008 en www.lafamilia.info.
Conway, Thomas C. (Octubre 1998). “Why students don’t do well”. Stonewall Jackson Magazine. Virginia
Faculty Press. EEUU.