La Época de Napoleón
La Época de Napoleón
La Época de Napoleón
La era de napoleón
El 18 brumario (12 de noviembre) señalo el comienzo de la época de
Napoleón, en la que pueden distinguirse tres periodos: el consulado
(1800 a 1804), el Imperio (1804 a 1814) y los cien Días (1815).
Napoleón se presento como continuador de la Revolución, cuyos
principios fundamentales, dijo convertiría en realidad. Consolido la
igualdad, abriendo caminos para la ambición individual, hizo de la
clase media, el núcleo vital de la nueva Francia. Pero anuló al
gobierno autocrático y centralizado, llevo además de un confín a otro
de Europa los principios de nuevo régimen, y destruyo los últimos
reductos del feudalismo.
Durante el periodo imperial, napoleón conquisto casi la mitad de
Europa, desde España a Rusia, tuvo que enfrentarse a varias
coaliciones representadas por estados que no tuvieron bajo la
dominación napoleónica.
El poder napoleónico en 1810
El poder napoleónico culmino afines de 1810 Francia dominaba en el
occidente y el centro de Europa; su aliada Rusia, en el este. El Gran
Imperio comprendía Francia, Bélgica, holanda, los países alemanes
ribereños del mar del norte hasta la Elba, la Prusia renana, le
Luxemburgo, una parte de suiza y una tercera parte de Italia, la
extendida entre Apeninos y el tirreno, hasta más allá de Roma.
Además, las provincias Llirias, desde el fondo del Adriático hasta
Montenegro. Este formidable Imperio en que se hallaba francés,
alemán, holandés, italiano, y croata, era solo una parte del dominio de
napoleón, quien poseía además de los títulos de rey de Italia,
mediador de la confederación del Rin. Su hermano José era rey de
España; su hermano Jerónimo, rey de Westfalia; su cuñado Murat, rey
de Nápoles. Más de la mitad de Europa y más de 70 millones de
personas dependían así de su voluntad imperial.
Napoleón tenía, además, como aliados, al zar de Rusia, al emperador
de Austria, al rey de Prusia y al rey de Dinamarca. Suecia acaba de
adherirse al bloqueo continental con el que napoleón pretendió
eliminar a Inglaterra tal aplicación debilito a Francia y favoreció a
Inglaterra y de adoptar al, como heredero al trono, al mariscal
napoleónico Bernadotte.
Imperio Napoleónico
Sin embargo, le poder napoleónico era mas aparente que real. Todo
ese enorme imperio se mantenía por la fuerza. El bloqueo continental
paralizaba en el comercio. Las guerras constantes significaban una
tremenda sangría en hombres y en dinero, para Francia y sus aliados.
Un inesperado conflicto con Rusia iba a precipitar la ruina del
Imperio.
El trabajo de la restauración
La Restauración fue un intento por parte de los países vencedores de
Napoleón de borrar del recuerdo la revolución liberal, queriendo dar
la impresión de que nada había sucedido. Para ello se le devolvió su
poder al rey y al clero. Se rehizo el mapa de Europa y se invocó la
legitimidad de la autoridad establecida y la jerarquía tradicional, se
volvió al poder ejercido por delegación divina. Se buscó la
espiritualidad cristiana anterior por su valor de acatamiento.
Aparentemente la Restauración devolvió el orden, pero la idea de
regresar a lo que hubo anteriormente era impracticable sin la fuerza.
Tenían en contra, aparte del pasado, una revolución lenta y constante
que propiciaba el progreso económico y el crecimiento del tercer
estado.
Luis XVIII, proclamado rey, aspiraba a un gobierno tranquilo, pues
estaba rodeado por un séquito intransigente. Francia deseaba
vivamente la paz, y Luis XVIII, aparecía como el más indicado para
considerarla. Luis XVIII otorgó y concedió una Carta constitucional,
que sirvió de constitución a Francia en la restauración.
La expresión otorgo y concedió calificaba un acto de su voluntad,
revocable en cualquier momento, y la fechada en el “año diecinueve
de su reinado”, desconociendo a Napoleón y a la revolución. Esto
contribuyó a crear un ambiente propicio para el retorno de Napoleón,
que se produjo en los llamados Cien Días.
Congreso de Viena
En septiembre de 1814 se reunieron en Viena los representantes de las
potencias afectadas por Napoleón. El zar de Rusia, Alejandro I
(Nasserolde), el emperador de Austria, Francisco I, y el rey de Prusia,
Federico Guillermo III, figuraban entre los principales monarcas del
Congreso. El canciller austriaco Metternich, los ministros ingleses
Castlereagh y Wellington y el francés Talleyrand, completaron las
grandes figuras de la importante reunión.
Metternich Talleyrand Alejandro I
Principios teóricos de la Restauración
Contrario al Liberalismo:
Principio de legitimidad: Solo tenían derecho a estar en el poder
aquellos a los que Dios había elegido por su herencia real, por lo que
no importaba si el gobernante no fuera de la misma nacionalidad que
sus súbditos. Esta legitimidad monárquica llevo de regreso al trono a
las dinastías reinantes antes de 1789 especialmente a los Borbones en
Francia.
Contrario al Nacionalismo:
Principio de equilibrio: se concretó en un reparto proporcional de
territorios entre las potencias vencedoras.
Presidió el Congreso de Viena el canciller austriaco Klemens von
Metternich, y asistieron Francisco I por Austria, Federico Guillermo
III por Prusia, Alejandro I por Rusia, Lord Castlereagh por Gran
Bretaña, y Talleyrand por Francia. El ministro francés, gracias a su
habilidad, consiguió varios éxitos para Francia pese a su derrota.
El resultado fue un nuevo mapa del continente europeo, con el que se
pretendía asegurar la paz y la estabilidad. Francia retrocedió a sus
fronteras de 1789, y se crearon pequeños Estados para impedir
cualquier tipo de expansión francesa. Gran Bretaña, que mantenía su
poderío naval, se convirtió en la gran potencia. Tras la derrota
definitiva de Napoleón en Waterloo, los acuerdos del Congreso se
hicieron efectivos.
Absolutismo: Al obtener el monarca su poder de Dios, no debía ser
frenado por ninguna constitución ni el principio de soberanía
nacional.
Intervencionismo: Las potencias se comprometían a intervenir en
aquellos territorios que, perteneciendo a otra potencia, surgieran
movimientos populares que pusieran en peligro los otros principios
señalados. Esto condujo a un sistema de alianzas y la realización de
congresos.
Congresos: Fueron foros donde se discutieron las formas de resolver
los conflictos internacionales y evitar que se empleara el recurso de la
guerra para resolver disputas entre naciones. Este fue un principio que
tuvo una enorme repercusión en la diplomacia internacional.
Asistieron al congreso quince miembros de las familias reales,
doscientos príncipes y doscientos dieciséis representantes de misiones
oficiales. Durante su celebración se realizaron numerosos festejos,
recepciones, bailes, conciertos y banquetes, creando un ambiente
frívolo en el que se desarrollaron intrigas políticas y de espionaje.
Los representantes de la pequeñas potencias solo conocieron esta
faceta del congreso, porque las decisiones importantes eran tomadas
exclusivamente por Gran Bretaña, Austria, Rusia y Prusia. Francia
pudo influir gracias a la habilidad política de su representante
Talleyrand
“Si los dos pilares básicos del Antiguo Régimen son
una monarquía absoluta y una Iglesia prepotente-el
trono y el altar- es preciso devolverles sus antiguas
atribuciones”.
“En algunos casos el retorno al pasado va más allá,
hasta llegar a concepciones medievales: el soberano
no es “propietario” legítimo de la nación y, por tanto,
puede hacer lo que le pazca con sus “propios
negocios” (Von Haller). Este “legitimismo” le
permitirá actuar como un verdadero autócrata sin
tener que rendir a nadie. La soberanía nacional, es
por tanto, una verdadera herejía política y el
parlamentarismo una intromisión intolerante de los
súbditos en al esfera real. La restauración de la
Iglesia se inicia inmediatamente. Se suspende la
desamortización en los países donde tuvo efecto y se
devuelve a la jerarquía eclesiástica atribuciones
mutiladas en el período revolucionario”. (Palomares,
Jesús., Alcuña, Celso., Martínez, Mateo., Rueda,
German. Historia del mundo contemporáneo, Pág.
122)
Confederación Germánica
Quedó formada por 39 Estados, de los cuales Prusia y Austria fueron
los más poderosos
Rusia
Obtuvo Finlandia antigua posesión sueca, Besarabia y una gran parte
de Polonia
Suecia
Perdió Finlandia, pero fue compensada con Noruega. Lo anterior para
evitar que Dinamarca controlara tos accesos al mar Báltico.
Francia
Redujeron su territorio y se estableció una barrera con Estados tapón
en torno a ella: aL norte el Reino Unido de Los Países Bajos con la
incorporación de Bélgica a Holanda; al este con la anexión de
Renania a Prusia y la Confederación Suiza, y al sur el reino Piamonte-
Cadeña.
Península Itálica
Quedó dividida en siete Estados: al norte los reinos de Piamonte ~
Lombardía-Veneto; al centro tos ducados de Parma, Módena y
Toscana, y Los Estados Pontificios; al sur, el reino de Dos Sicilias
que devolvieron a los Borbones de Francia.}
Este trabajo de reorganización geopolítica provocó una serie de
problemas que mantuvieron un clima de fuerte tensión en la vida de
los europeos durante la mayor parte del siglo XIX, entre ellos:
Rivalidades cada vez más acentuadas entre las potencias.
Sometimiento de algunos pueblos como: Irlanda a Inglaterra, Bélgica
a
Holanda, Noruega a Suecia, y Polonia a Austria, Prusia y en su mayor
parte a Rusia, sin tomar en cuenta sus intereses y características
étnicas y culturales. Esta situación impulsó el desarrollo del
sentimiento nacionalista.
Conformación plurinacional de dos imperios:
- Austriaco, donde convivían alemanes, italianos, checos, croatas,
eslovenos, y húngaros, entre otros.
- Otomano, integrado por turcos, griegos, búlgaros, servios y
albaneses, entre otros.
• División política de los territorios de los pueblos italiano y alemán,
los cuales serían las semillas de los futuros movimientos nacionalistas
con carácter de unificación.
El acta definitiva del Congreso fue acompañada de otros decretos
como los que garantizaban la neutralidad de Suiza y la libre
navegación de los ríos de Europa. Los aliados, satisfechos de su labor
en los aspectos político y geográfico, establecieron el compromiso de
reunirse periódicamente para decidir las medidas necesarias para
mantener la paz europea, en caso de que las corrientes revolucionarias
volvieran a alterar a Francia y amenazaran la paz de los demás
Estados
La independencia de Bélgica.
El reino de los Países Bajos (Bélgica y Holanda), gobernado por
Guillermo II, era uno de los ejemplos más claros de anacronismo
creado por el Tratado de Viena. Poco tenían en común holandeses y
belgas pero lo importante en 1814 era crear un Estado fuerte que
impidiera la expansión francesa.
Las causas que dieron lugar al estallido revolucionario fueron:
a. Desde el punto de vista religioso el enfrentamiento entre una
Bélgica católica y una Holanda calvinista.
b. Diferencias lingüísticas notables: el flamenco y el francés frente al
holandés.
c. Políticamente los holandeses eran más favorecidos (4/5 de los
cargos eran reservados a los holandeses).
d. Finalmente, existían diferencias económicas notables: una
burguesía industrial belga ansiosa de poder participar en la política
frente a una burguesía comercial holandesa.
Estallada la guerra civil que obligó a los holandeses a replegarse hacia
el norte tuvo lugar la reunión de un Congreso nacional belga que
establecía la Constitución y elegía rey a Leopoldo I
El triunfo de la revolución fue posible gracias al apoyo de Luis Felipe
de Orleans que obligó a la no injerencia interna. Guillermo II había
acudido a los monarcas de la Restauración, pero Prusia temió la
guerra contra Francia, Rusia tenía un grave problema en Polonia y
Austria tenía que intervenir en la Italia sublevada. Inglaterra por su
parte veía bien una independencia de los belgas de su rival comercial:
Holanda.
Los fracasos de la revolución
Polonia.
Polonia, que en Viena había pasado al zar de Rusia, había recibido del
monarca absolutista una Carta otorgada de las más avanzadas de
Europa con amplias garantías de libertades individuales, de prensa y
de religión.
Fue, sin embargo, en Polonia, tantas veces fragmentada, donde el
sentimiento nacionalista impulsó las primeras insurrecciones de 1830
con la confianza de una ayuda francesa o la distracción de Rusia en
Bélgica, hechos que no sucedieron . Las tropas elegidas del zar
aplastaron fácilmente la rebelión y Polonia sufrió una dura represión y
la supresión de la Carta de 1815.
Alemania
Contrariamente a lo que ocurría en Polonia, en los Estados alemanes
no existía hacia 1830 un sentimiento nacional ni un programa
revolucionario. En torno a 1830 solamente en algunos Estados se
produjeron tumultos de carácter liberal que fueron fácilmente
dominados.
Italia
Tampoco tuvieron, en su origen, carácter nacionalista las
insurrecciones de los Estados italianos. Fueron dirigidas contra el
absolutismo de los gobernantes. Su única esperanza de triunfar se
apoyaba en la posible ayuda francés, que no se produjo. Austria
redujo los levantamientos aunque su intromisión avivó el sentimiento
nacionalista.
España.
La oleada revolucionaria de 1830 tuvo también sus repercusiones en
España. El general Torrijos, figura destacada del trienio liberal,
exiliado en Gran Bretaña desde el regreso de Fernando VII, intentó en
1830 sublevar a las ciudades del sur de España buscando el apoyo de
sus florecientes burguesías al igual que lo había intentado en 1820
Riego. Torrijos, consciente de que era la periferia del país la única
que contaba con una sociedad burguesa de tipo europeo, confiaba en
que el levantamiento se propagaría por la costa obligando al gobierno
de Madrid a un cambio de régimen. La expedición terminó en el
fracaso y Torrijos y sus compañeros fueron fusilados en Málaga en
1831 sin que hubiera mediado juicio.