La Guerra Ilustrada 077
La Guerra Ilustrada 077
La Guerra Ilustrada 077
:V. ••«fe.
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AUGUSTO RIERA
LA SITUACIÓN trincheras de los Alj)es Dolomitas y rechazaron ataques
en el Trentino. Esos combates dennieslran que Austria no
lian caído abiindanics las primcnis nieves en los Cáv- puede desguarnecer el frente italiano para llevar más gen-
])alos y en los Alpes. A pesar de ello prosigue encarniza- te al sector oriental amenazado ]ioi' Brussilov. Patentiza
da la lucha en unos y oLros montes. asinúsmo la intención de pelear mientras se pueda.
Los ilvilianos han oblenido grandes ventajas en el Cai'- En los Cárpatos no cesan los rusos de atacar a sus con-
so, pues lomaron formidables posiciones. Por defendei'- ti-arios, renovando así la lucha atroz que sostuvieron a
las demasiado tiempo los austríacos pudieron ser envuel- principios de 1915 en la misma i'egión. El frío, la nieve
tos y quedaron prisionei'os después de vencidos. En dos ni el hielo no les impiden avanzai'. El enenngo se ve, pues,
jornadas, las del 10 y 11 de Octubre, apresaron las tropas obligado a permanecer en su puesto, ya (pie, de l(j contra-,
de Italia a 6,237 austro-húngaros y se apoderaron de 21 ca- rio, los moscovitas penetrarían en Hnngi'ía.
ñones y 76 ametralladoras. Conquistaron también unas En Transilvania, a pesar de las nieves luchan con (ui-
El obispo de Londres dirigiendo la palabra a los feligreses de Saint Botolph, con cuyo acto inaugura la serie de conferencias al aire libre
que ha de celebrar en su diócesis ^Foí. Central News}
1210 LA GUERRA ILUSTRADA
cono alemanes y rumanos, atacando aquéllos y ganando enorme de municiones y iio pocos millares de vidas y qui-
terreno, retrocediendo y defendiéndose éstos. En pocos zá no produce a los asaltantes todos los resultados que de
' días han reconquistado las tropas alemanas de Palkenhayn ella se prometían antes de empezarla. Los alemanes se
todo el terreno que ocuparon los rumanos al principiar la defienden con un tesón magnífico; pero a pesar de su
campaña, y los descendientes de las legiones de Dacia se valor y de su pericia retroceden de continuo. Los ataques,
aprestan a defender su territorio después de evacuar el precedidos de una preparación de artihería que subvierte
ajeno. el suelo, arrasa las trincheras y sepulta a sus defensores,
Los alemanes creen que dentro de dos meses a lo sumo, resultan irresistibles y cuestan, relativamente, pocas pér-
se habrán apoderado de Rumania y que tal acontecimien- didas, pues en el momento de la embestida ya no están
to, descorazonando a los aliados, acortará la duración de los defensores en estado de combatir.
la guerra. Sería en verdad un golpe tremendo para la Cuá- Ese método ha producido" tan buenos resultados a los
druple la realización de esa esperanz.a alemana. Así deben aiiglo-franceses, que no se muestran dispuestos a variarlo
comprenderlo los gobiernos de los aliados cuando ya ha- ni a modificarlo siquiera. La fabricación de cañones y mu-
blan de socorrer a los rumanos, los cuales, por la traza, niciones aumeiiLa todos los días en la Gran Bretaña y en
están un tanto apurados y se han visto obligados a cam- Francia, a fin de poder rechazar al enemigo por medio
biar ©1 plan de campaña que adoptaron al intervenir en de una lluvia de hierro. Tan espantosa es ya la cantidad
la contienda. de proyectiles de todo calibre que disparan las baterías
Algún periódico francés ha dicho que la culpa de lo anglo-francesas en el sector de Somme, que los alemanes,
que ocurre en Rumania la tienen los rumanos. ¿Por qué? maestros en la materia, confiesan que jamás se vio tal
Por haber querido hacer «su guerra», es decir," acometer derroche de municiones, y que nunca hubo tropas some-
a los austríacos por Transilvania y ocupar así el territorio tidas, como las alemanas, a un fuego tan destructor.
codiciado. Pero tal afirmación se compagina mal con las I^a enorme ventaja que daba a los alemanes al princi-
cláusulas publicadas hace un mes por la prensa francesa pio de la guerra su artillería gruesa y la cantidad de sus
relativas a las obligaciones o condiciones que impuso Ru- cañones de pequeño calibre, ya no existe en la actualidad.
mania a los aliados para entrar en campaña. Ahora pelean los adversarios con armas iguales. No sería
Una de esas cláusulas decía que los rusos enviarían posible hoy día la toma de Amberes. Lo ocurrido delante
gente bastante para invadir Bulgaria por Dobrucha. Otra Verdún lo demuestra.
estipulaba que el ejército mandado por Sarrail acometería En esa guerra de «maquinismo» se adelantaron los tu-
a los búlgaros empujándolos hacia su patria antes que los descos, pero les igualan ya sus adversarios y procuran
rumanos atacaran a los austro-húngaros. No es culpa, sobrepujarles. De lo cual resulta una pugna cada día más
pues, de los rumanos que los rusos y el ejército de Saló- atroz y que, en el Somme, prosigue con desventaja para
nica no hayan podido cumplir lo que prometieron.
LAS HORDAS
La ofensiva franco-inglesa del Somme continúa sin in- Si la omnipotencia relativa no ofuscara el buen senti-
terrumpirse. Es lenta, pero continua. Cuesta una cantidad do de los gobernantes, advertirían en la ocasión presente
LA GUERRA ÍLUSTÍlAiDA l2if
los de Europa y los de otras tierras el enorme, el colosal su tribu. Pero a eso se reducían sus pérdidas. El enemigo
disparale cometido cuando por primera vez se ordenó, des- no les causó otro daño que el de arrebatar la existencia a
de las esferas gubernamentales, el servicio obligatorio pa- muchos de los suyos. La Tierra, no acotada aún por una
ra todos los hombres de una nación que tuvieran de dieci- casta determinada de hombres, les daría sus frutos para
nueve a cuarenta y cinco años. Verdad es que de tal ma- alimentarse, sus bosques para guarecerse, sus fuentes
nera se conseguía disponer de un contingente mucho ma- para calmar su sed, sus extensiones, todavía no medidas,
yor de soldados, gracias al cual se podía imponer la propia para cultivar granos y legumbres. Los vencedores no po-
voluntad a los países vecinos; pero no se tuvo en cuenta díian apoderarse de una moneda que no existía, ni arrasar
las consecuencias forzosas que acarreada la adopción de casas y edificios aun no levantados, ni destruir un comer-
tal sistema. cio que no había iniciado sus transacciones, ni una indus-
La nación armada es una concepción que no inventa- tria que estaba por fundar.
ron los prusianos. Es tan antigua como las primeras so- Entonces la lucha de todos con tria todos era racional
ciedades humanas. La practicaron los pueblos primitivos una vez iniciado el conflicto. Cada cual defendía su vida y
para defenderse contra las naciones rivales, contra los Es- anhelaba cobrar la ajena.
lados fronterizos. Pero en aquella época a las naciones se ¡Pero ahora! Los gobernantes de los países más cultos,
les llamaba hordas. Cuando el jefe declaraba la guerra a de los que dicen y pregonan que marchan a la cabeza de
otro país requerían las armas todos los hombres, seguían la civilización, decretan, a pesar de los Parlamentos y del
sus huellas los viejos, las mujeres, los niños, cuantos po- scl¡-government, la leva de todos los ciudadanos, resuci-
dían valerse, y no quedaban en las covachas o las tiendas tan los procedimientos de la horda y arrojan sobre las na-
sino los enfermos y los niños de pecho. Todo el que ser^ ciones enemigas mihones de combatientes, que asuolnn
vía para pelear, para inferir heridas, para causar daño si- todo a su paso.
quiera leve, marchaba contra el enemigo. Y la lucha se Los que van a la guerra abandonan su trabajo si son
enlabiaba sangrienta, feroz, larga, encarnizada, pues sa- obreros; sus familias, que pasan hambre; abandonan sus
l)ían los contendientes que no podían espeiür cuartel los negocios si son comerciantes, sus talleres si industriales,
vencidos, y preferían morir luchando a perecer entre el su regalo si propietarios, su clienlela si ejercen profesio-
escarnio de los vencedores. Después de la derrota venía nes liberales. Y las fábricas y talleres quedan desiertos,
la fuga, la huida desesperada hasta donde lo consentían las máquinas y útiles sin movimiento; los buques no sur-
las menguadas fuerzas. can los mares, cruzados únicamente por barcos de guerra;
Entonces se contaban los vencidos y apreciaban el las cosechas se pudren en la tierra por falla de brazos; dis-
daño que en ellos produjo el combate. Si antes de la batalla minuye el tráfico ferroviario por falla de mercancías; so
eran 50,000 y después de ella sólo quedaban 25,000, habían cierra a cal y canto las fronteras por temor a que desapa-
perdido la mitad de su nación, de su raza, de su horda, de rezcan los escasos recursos de que se dispone; se oculta
El zar de Kusia revistando una seoción de cosacos en un punto de la línea del ferrocarril de Galitzia
(Fot, Central New»)
1212 LA GUERRA ILUSTRADA
Sección de artillería de montaña griega saliendo de los acantonamientos de Salónica (Fot. Central News)
Vendedores ambulantes griegos ofreciendo su mercancía a los soldados británicos del campamento de Stavr
(fot. Central Newa)
LA GUERRA ILUSTRADA
1213
Soldados ingleses dirigiéndose a colocar alambradas en el terreno recién conqtiistado (Fot. Central News)
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M.MONBRU DIB.
MAPA DEL F E E N T E A U S T K O - I T A L I A N O E N LAS E E 6 I 0 N E S GOEITZIA-CAESO, Y EN E L CUAL HAN OBTENIDO SEÑALADOS T E I U N P O S LOS ITALIANOS, A PESAR DE TENER QUE LUCHAR CON
D E S V E N T A J A A CAUSA DE LOS I N N Ü M E E A B L E S OBSTÁCULOS QUE OFRECÍA EL TERRENO Y LO PODEROSAMENTE FORTIFICADO QUE ESTABA
A v a n c e s d e los i t a l i a n o s a p a r t i r d e l d í a 5 de Agosto
5 de A g o s t o ^ " ^ " i " ^ ^ " " 15 d e A g o s t o « • ^ K> I B • • 15 de O c t u b r e • • • • • •
LA GUERRA ILUSTRADA
TBOZOS DE ÜIÍIFOBMES, COEEEAJES, ARMAS y QTEOS AEEEOS ABANDONADOS POE EL ENEMIGO EN EL CAMPO DE LA LUCHA X BECOGIPOS POR WS SOLDADOS CANADIENSES
_:- "- -^ QUg COMBATEN EN EL FRENTE DE EBANCIA (Pot, Central ífews)
LA GUERRA ILUSTRADA
1217
el numerario acometido de un miedo invencible; pierde
el papel moneda gran parle de su valor, con lo cual au- ejércitos dejan en pos de sí, el hambre de millones de se-
menta la miseria; la carestía hace que únicamenle las cla- res y el desprecio que los pocos que piensan manifiestan
])or los que acarrearon tales calamidades.
ses ricas puedan alimentarse como es debido; un enloque-
cimiento colectivo deja en suspenso la vida social. Dijé-
rase que el cuerpo de nación, herido morlahnenle por la CARTA DE AUSTRIA
guerra, se desmaya y no siente ni reacciona contra el azote
que atormenta y aniquila. nena. Septiembre de 1916.
La crisis producida por la guerra es, relativamente, Dentro de media hora llegaré a la capital. El tren no IIPV. «I
breve; los efectos de esa crisis, duraderos y desastrosos. retraso. Un comisario de policía pa.a de coche en coche v J d t f T " '
mentos de identidad a los viajeros. Es la séptima v e f l e se n .""",
No solamente arriesga su existencia un Estado por los pe- pasaporte. La primera se nos sometió a un i n t e ^ r l a t o r ^ o l n ""'^ "'
ligros de la guerra, sino lambién por las consecuencias eco- de eauipaies que no se podía pedir nada meior l h o " a vue,"" " ^ " " ™
nómicas de la lucha. Esta puede coslarle la amputación Buntarme. Respondo con precisión y rapide., p„es ya me T] ^ •"•""
de una o varias provincias, el pago de una indemnización las preguntas y cómo he de contestarlas. El comTs..^o un, """"""''
enorme; las consecuencias económicas pueden reducirle siquiera no me haya visto nunca, y comprendo Z ' ^ X ^ r T " " " ' " ' '
.encia en el tren. El telégrafo y el teléfono f u n c i ó n : admirablemente"""
Llegada al campamento británico de un fuerte contingente de soldados alema^es hechos prisioneros en un combate del Sonóme
(Fot. Central News)
a una condición subalterna respecto de otros Estados- La policía austríaca está bien organizada. Aparece en todas partes,
pueden arruinar para siempre su industria y su comercio' averigua muchas cosas, evita muchos delitos, se porta de un modo, gene-
La miseria y el hambre ocasionan más muertes que las ralmente, correcto.
balas. La intranquilidad, el miedo del mañana, el espec- Esto se puede decir de la policía del interor del Imperio, cuando se está
l;ícuIo del ajeno padecimiento agravado por el sufrimiento lejos de la zona de guerra En las regiones de la periferia la policía, ade^
más de omnipresente es omnipotente también. Quien t r a t a de internarse
propio, es más intolerable que el horror de los campos de en los vedados confines bélicos, cae en las garras de la policía militar y
batalla. i ya está fresco !
Por algo tenemos los ojos en la cara y no en el cogote. • * «
. Debemos mirar a lo por venir y no a lo pasado; hacia'^ade- He recorrido varios centenares de kilómetros sin descubrir el rostro
lante y no hacia atrás. Así lo ha querido la naturaleza, así feroz de la guerra. En el tren hay bastantes oficiales, muchos soldados y
es y así debe ser. Cuantas veces contradicen los hombres no pocas mujeres. Hasta hay mujeres con uniforme de ferroviario. Todos
esa ley que quiere que miremos a lo futuro, una calami- los trenes llevan un pasaje parecido : muchos soldados y mujeres; pero
pocos paisanos. Quisiera preguntar tantas cosas... Pero en todos loa com-
dad espantosa cae sobre ellos. Resucitan la guerra de partimientos hay avisos que ponen en guardia contra los indiscretos. Los
hoi'das y trastornan a toda la sociedad humana Miren los hay también en las estaciones, restaurants, cafés, bars, tranvías. Señalan
que tienen ojos y sepan ver. Miren y abominen de lo aue penas gravísimas para quien pregunta, para quien responde y para quien
ven. Miren y escarmienten. Renieguen de la horda y no no denuncia a los culpables. La presencia de un agente de policía con-
firma la prohibición y me induce a respetarla.
quieran volver a la barbarie. Sírvanles de escarmiento h
irisleza de estos días, la sangre que corre, los incendios A lo largo de la ferrovia se trabaja en muchos puntos para ensanchar
andenes, cambiar traviesas, limpiar la entrevia. Me extraña no encontrar
quo llamean, el odio estúpido desatado, las ruinas que los trenes militares. Parece que se aprovecha las horas de la noche para
transportar tropas. También la Cruz Eoja prefiere las tinieblas.
1218 LA GUERRA ILUSTRADA
Lo que queda de la refinería de azúcar de Dompiérre, que ha pasado de nuevo a manos de los franceses (Fot. Branger)
En un tren que se cruza con el que me lleva en Amatetten, veo bastan- La primera invasión galitziana de los rusos trajo aquí oleadas enormes
tes oficiales búlgaros. No parecen heridos ni enfermos. ¿Van al frente del de fugitivos. Ante aquella marea, cuyo recuerdo aun asusta a los vieneses,
Isonzo? ¿Son búlgaros auténticos? la ciudad comprendió de cerca la gravedad del peligro rtiso. La innúmera
y haraposa grey, infecta y repugnante que llenó pi*imeramente las impro-
visadas fondas, los barracones, las plazas y calles, y luego hasta muchas
Viena. Nos apeamos. Salgo de la estación. Veo numerosos agentes de casas particulares, trastornó el servicio de víveres, acabó con todo orden
policía secreta. Sus caras les delatan. Algunos faquines. En la amplia y puso en riesgo la salud pública. La reconquista de Lemberg fué acla-
plaza que se extiende ante la estación de la Südbahn hay una docena de mada porque libraba a los vieneses de los galitzianos. Ahora la emigra-
coches tirados por rocinantes, una berlina con dos caballos y seis taxíme- ción de las provincias se reanuda., y Viena teme que reaparezca el azote.
tros. Tomo uno de éstos y voy a la fonda. El cochero cobra siete coronas La tempestad de la guerra ha congestionado la capital de fugitivos. Vie-
por el viaje. na se ha convertido en una ciudad babilónica, en la capital del imperio
En la fonda debo declarar quién soy sin pérdida de momento. Enseño de las cien lenguas. -Las levas quitan gente, las autoridades expulsan cuan-
el pasaporte. El fondista, consciente de la responsabilidad en que puede tos pueden; pero los ricos y los listos se quedan.
incurrir, pregunta sin descanso. Estoy seguro de que mañana recibiré la La guerra, con sus vastas y profundas repercusiones industriales y eco-
visita de un agente o de un inspector que se disculpará amablemente, pero nómicas, ha hecho surgir una poderosa centralización que el partícula^
que por centésima vez registrará mis baúles. rismo y el provincialismo administrativo desconocían. Aquí está el mer-
cado agrario, bancario, industrial; aquí afluyen todos los víveres que lue-
• « « go son distribuidos por el imperio entero.
Salgo al oscurecer. En la puerta topo con el hostelero, que procura sa- Goritzia, Trieste y otras provincias invadidas o amenazadas han en-
ber adonde voy. Se lo digo, le aviso también la hora aproximada a que viado aquí sus institviciones económicas y políticas; los ministerios han
volveré, y me marcho. aumentado el número de sus empleados; las grandes casas líroductoras
La Karntnerstrasse, que es lo mejor de lo mejor de la cijidad, conser- tienen un trabajo enorme; aquí están centralizadas las instituciones de
va su aspecto seductor. Las tiendas se iluminan y centellean. Venus socorro, de beneficencia y los numerosos servicios auxiliares de la guerra.
procaces lanzan ojeadas fascinadoras a los transeúntes, entre los cuales Una población nueva se ha sobrepuesto a la antigua. En la Leopoldktadt,
figuran muchos oficiales de infantería y caballería. Pero la llinastrasse, el barrio de los comerciantes judíos, y en las calles vecinas, pulula una mu-
esa magnífica arteria que circunvala toda la parte antigua de Viena, no chedumbre de hombres torpes, barbudos, sucios, enfundados en unas túni-
presenta su animación tumultuosa de otro tiempo. cas asquerosas. Escaparon ante las tremendas derrotas austríacas del 14, y
todavía no se han marchado.
Los tranvías pasan a menudo y con bastantes pasajeros, pero es la
hora de salir del trabajo. Los faroles están encendidos hasta las once,
hasta que los municipales ordenan apagar casi todas las luces, dejando
las calles poco menos que a oscuras. Los cafés, los característicos cafés GRECIA
vieneses, son todavía puntos de cita, salones de lectura, de juego, de con-
ciertos para un público acostumbrado a llenarlos. Los panecillos con man-
teca han desaparecido,, el café con leche, cuando hay leche, sólo puede Salónica, Octubre de 1916.
tomarse a ciertas horas; pero el viejo camarero o las Itellnerinas, que han
Invadido los cafés de la capital, os ofrecen una taza pequeña de un líqui-
do pardusco y un terrón, digo uno, de azúcar. El te, el chocolate sin le^ No sé si has notado, amigo Diclc, que hemos consegui-
che, las limonadas, los sorbetes, valen doble o triple, según los sitios, que do ya importantes ventajas en la patria de Godro y Leóni-
en tiempos normales. das. La breve, delicada revolución que aquí inició el te-
Los teatros funcionan. La música italiana no fué prohibida. El lUoo-
letto, CavallcTia y otras óperas del mismo jaez gustan todavía. niente Tzalvonas y redondearon los coroneles Zimbraka-
¿Periódicos?... Se les encuentra en abundancia, pero bien espurgados kis y Mazarkis, se ha extendido con la deseada rapidez,
por la censura. Los de Suiza sólo se reciben de vez en cuando, «obre todo y ya tenemos dos gobiernos en Grecia, o, por decirlo me-
cuando no dicen nada interesante.
jor, tres. Si el rey Constantino manda y hasta gobierna
en Atenas, si el triunvirato Venizelos, Cunduriotis, Dan-
En las calles por cada diez soldados encontraréis un hombre adulto con glis impera en Salónica y en Macedonia entera, los mi-
traje de paisano. Parece que los paisanos han emigrado en masa. nistros plenipotenciarios de Francia e Inglaterra, el gene-
LA GUERRA ILUSTRADA
1219
ral Sarrail y el almirante Pournet disponen a su antojo de La última operación realizada a costa de la marina
las fuerzas de mar y tierra de Grecia. griega y de las baterías costeñas ha sido sencilla y admi-
Quejábanse alg-unos griegos gruñones del mal gobier- rable. No hubo ni la sombra de una protesta. Todo mar-
no de Skoludis; ponían el grito en el cielo diciendo que chó como sobre carriles, cosa que se comprende, puesto
se les obligaba a esto y a aquello. Les ha pasado lo que a que también se trataba de incautarse de algunas ferrovías.
las ranas que pedían rey. Ahora pueden escoger entre tres A consecuencia de todo lo ocurrido, Grecia ha quedado
gobiernos; pero algunos me han asegurado al oído que sin ejército, sin marina y sin gobierno. ¡Cualquiera sabe
preferirían una opresión decente a esa omnímoda libertad. quién manda en Ática y Macedónia ! ¡Cualquiera sabe si
De esa abundancia de gobiernos dimana una verdadera existe Grecia!
anarquía. Hace cada cual lo que le viene en gana, y si hay Por lo que hace a la campaña contra los búlgaros pa-
muchos que mandan, son pocos los que obedecen. Tene- rece que la operación no lleva trazas de realizarse tan
mos dos ministros de la Guerra : uno en Aleñas y otro en pronto como se decía. Los contingentes ingleses se han
Salónica. Y los soldados optan por no hacer caso a nin- limitado, hasla ahora, a reconocimientos y tanteos. Nin-
guno de los dos. Se va a su casa—con armamento y todo— guna acción formal se ha emprendido.
el que quiere ; se queda en las filas el que prefiere la vida del Anoche, hablando de la situación de este país con un
cuartel; hay quien jura fidelidad a Constantino, y no po- ateniense amigo de Venizelos, pero bastante escéptico,
cos escapan hacia Salónica para pelear contra los búlgaros. me decía, después de beber a mi salud unas copas de
Se creería estar en Jauja. Cada cual hace lo que más Chipi'e :
le cuadra. El rey Constantino tiene sus ministros y con- —Francia, Rusia e Inglaterra nos ayudaron a conquis-
t'núa su política abstencionista. Venizelos, a quien el Rey tar la independencia; ahora casi nos la quitan: qui le
negó el poder, se lo ha tomado por sí mismo y persiste en (écil te defécit.
la ]iolítica aliadófila, que lan excelentes resultados le ha Y me propuso jugar a las cartas,
producido hasla la hora presente. Los contribuyentes, no . JOHN PIKE.
sabiendo a punto fijo a quién han de pagar, se inclinan al
abstencionismo y no pagan a nadie. Y como los gobiernos
nacionales no disponen de una di'acma. ni los soldados ni HECHOS CULMINANTES
los empleados cobran.
Esto tiene sus inconvenieiilcs; pero ¿hay algún cua- 6 de Octubre. — Los rusos y auslro-olrmtmes ¡iclnin cn-
dro sin sombras, alguna dicha completa? Uno de los in- carnizadumenle cerca de Vladimir Vulliinskij.
convenientes de esa situación poco clara consiste en que, Los ruso-rumanos persisten en su o[ensiva en ]Jo-
de vez en cuando, los soldados, que no reciben ni rancho brucha.
ni dinero, y que a toda costa quieren comer, imitan al se- Los búlgaros abandonan algunas posiciones en Mace-
ñor Venizelos, arrebatan lo que no se les da de buena gana, donia.
y los contribuyentes que no pagan al Estado han de su- 7 de Octubre. — Los rusos toman unas trincheras ene-
frir el saqueo de la soldadesca. migas al sur de Przesany.
Transporte de heridos por n.edio de cameUos a una ambulancia de la Cru. Eoja en Egipto
(Fot. Central News)
1220 LA GUERRA ILUSTRADA
Los rumanos evacúan algunas posiciones en Transil- Dura pelea en el Somme entre franceses y alemanes.
vania y se retiran hacia la frontera. 12 de Octubre. — Los italianos conquistan nuevas posi-
Los italianos atacan en el Avisio y ganan bastante te- ciones en el Carso y hacen 1,740 prisioneros.
rreno. Los austro-alemanes atacan las posiciones rumanas al
8 de Octubre. — Las tropas servias prosiguen su avan- este de Kronstadt y toman algunas de ellas.
ce hacia Monaslir. 13 de Octubre. — El almirante Vournel, que manda las
Los rumanos retroceden ante las tropas mandadas por fuerzas navales aliadas que hay en el Pirco, envia una Nata
el general Falkenhayn. al gobierno griego pidiendo que sean desarmados los bu-
9 de Octubre. — Los servios vencen de nuevo a los búl- ques de guerra griegos, que se desmonte las baterías de la
garos en la ovilla izquierda del Czerna. costa y que los aliados intervengan en las estaciones de los
El e¡écito rumano que había entrado en Kronstadt ha ferrocarriles.
sido derrotado por los austro-alemanes y obligado a re- Los italianos avanzan y cogen 400 prisioneros.
troceder hasta la frontera. Los alemanes se apoderan de Ablaincourt, en el Som-
Los italianos rechazan varios ataques auslriacos. me, después de prolongada lucha.
10 de Octubre. — Continúa la lucha entre rusos y aus- 14 de Octubre. — El rey de Grecia accede a las exigen-
tro-alemanes en las cercanías de Vladimir Volhinsky. cias de los aliados. Venizelos nombra un «ministerio na-
Los italianos toman unas posiciones enemigas en el cional» en Salónica.
monte Pasubio. 15 de Octubre. — Los ingleses se apoderan de una po-
En Macedonia avanzan algo los aliados. sición enemiga en Thiepval y hacen 300 prisioneros.
11 de Octubre. — Los italianos., después de una larga Los servios avanzan obligando a los búlgaros a evacuar
preparación de artillería dan un ataque general a las posi- sus posiciones.
ciones austriacas, se apoderan de ellas y hacen 5,214 pri- Los italianos se apoderan de toda una batería enemiga
sioneros. Cobran mucho material de guerra. en Cosmagnon.
E n el próximo número publloaremoa el retrato del general A v e r e s c o : l o s mapas de Albania, con la situación de l a s tropas
Italianas, y el de la frontera greoo-sfervla, con la situación de los ejércitos beligerantes, e n colores, y retratos y grabados
de actualidad en n e g r o
HISTORIA DE LAS NACIONES
El constante interés con que hemos seguido siempre el movimiento literario contemporáneo nos ha puesto en
presencia de una producción única en el mundo, que con verdadero placer presentamos al público español e his-
panoamericano : LA HISTORIA DE LAS NACIONES, publicada en Londres por la casa Hiilchinson y Co.
El asunto tratado en esta obra realmente exlriiordiiiai'iii, bnsla va por sí solo para atraer y cautivar hasta el más
alto grado la atención de todos los lectores. La hislorin de la Ci\ilización desde su origen en el valle del Nüo; la
del Arle desde sus cunas de Grecia e Italia; la de las Ciencias a partir de los primeros pasos dados por los pueblos
orientales; la de las Conquistas realizadas por los reyes egipcios, por los em|)eradortís romanos, por los capitanes
de la lídad media, por los más famosos guerreros de niiosLros tiempos, las proezas de AU'idudio el Grande, ú& Julio
César, de Carlomagno, de Gonzalo de Córdoba, de Hernán Cortés, de ^a¡lok•óll• I, de Federico de l'rnsiü; el reíalo de los
Descubrimientos Geográficos, las atrevidas expediciones de Ilannón, Marco Polo, Vasco de Gama, Cristóbal Colón, Cook,
Pearij, Scott; la Historia Religiosa de los pueblos asiáticos, Uic Cruzadas, los conflictos entre el l'uiilificado y el Imperio,
las luchas de la Beforma; la crónica de las grandes Conmociones Polilicas, la calda del Imperio Uomano, las invasiones
de los bárbaros, árabes y mongoles, la Guerra de Treinla Años, la lucha de los Pueblos Americanos por su Independen-
cia, la Revolución Francesa, la Guerra Europea comenzada en 1914..., he aquí algunos de los interesantísimos episo-
dios que el lector verá desarrollarse ante sus ojos como cuadros vivos puestos en movimiento por la magia de una
pluma elocuente y una ilustración espléndida.
El texto original de la HISTOKIA DE LAS NACIONES fué confiado a especialistas eminentes, a verdaderas celebridades
que por su preparación y aptitudes p;frliciilares se enconlraban en estatlo de unir la más riguiosa exactitud docu-
mental a un estilo conciso, claro y pintoresco. Logrado este olijeto por aquellos editores, sólo nos i'estaba el cuidado de
elegir un colaborador que por .su ilustración, criterio y perfecto conocimienlo de las lenguas inglesa y castellana,
pudiese trasladar fielmente a esta última tan valioso tesoro científico y literario. Creemos haberlo conseguido plena-
mente al confiar la traducción de la HISTORIA DE LAS NACIONES al distinguido abogado y publicista don Guillermo de
Roladeres Ibern.
Nos creemos igualmente con derecho para llamar la atención del público sobre la notabilísima y abnndanlisima
ilustración que la acompaña. Nuestros grabados son en gran parte reproducciones de las obras maestras de la pininra.
La belleza de nuestra ilustración está a la misma altura que su inestimab'e valor documental.
Otro motivo de orflcn menos elevado, pero de positiva imporlancia práctica, nos permite recomendar al público
esta obra: su extremada baratura. Lo mismo que en su día lo dijo la casa Hulchinson y Co., podemos decir ahora
imsotros, que sólo la enorme tirada ejecutada nos permite ofrecer la serie completa de 130 cuadernos al precio
reducidísimo de 65 pesetas. Nunca se ha presentado en el mercado editorial una obra de tan considerable extensión y
precioso valor por un precio tan limitado.
CONDICIONES DE SUSCRIPCIÓN
La obra completa comprenderá 130 cuadernos, siendo de regalo los que excedan de dicho número, cada uno de los
cuales constará de 16 páginas d e texto, e ilustraciones en papel «conché» y una magnífica tricromía, reproducción
de un cuadro célebre o mapa histórico. Aparecerá un cuaderno cada semana, al precio único de
DOS R E A L E S C U A D E R N O
A fin de que el público pueda formarse una idea aproximada del considerable desarrollo de nuestra HISTORIA DE
LAS NACIONES, incluímos a continuación la lista completa de los países que son objeto de un estudio especial, por el
orden en que están tratados :
Según queda indicado, el final de la obra está consagrado a la narración, llevada hasta el día, de los episodios
que constituyen esta lucha única en la Historia.
Pídase en todas las librerías, centros de suscripciones y kioscos para la venta de periódicos.