Historia de La Civilizacion
Historia de La Civilizacion
Historia de La Civilizacion
UNIVERSIDAD DE CARTAGENA
SEPTIEMBRE DE 2010
El Renacimiento fue el periodo de la historia europea caracterizado por un renovado
interés por el pasado griego y romano clásico y especialmente por su arte. El
renacimiento comenzó en Italia en el siglo XIV y se difundió por el resto de Europa
durante los siglos XV y XVI. En este periodo, la dividida sociedad feudal de la edad
media, caracterizada por una economía básicamente agrícola y una vida cultural e
intelectual dominada por la Iglesia, se transformó en una sociedad dominada
progresivamente por instituciones políticas centralizadas, con una economía urbana y
mercantil, en la que se desarrolló el mecenazgo de la literatura, la educación, de las
artes y de la música.
Durante los siglos de la Edad Media la Religión había guiado todo movimiento filosófico
y científico. La decadencia de la Escolástica, llevada por un verbalismo exagerado, la
influencia de pensadores árabes, sobre todo Averroes, y la interpretación naturalista de
Aristóteles prepararon el camino de la ciencia renacentista. Durante la Edad Media se
habían producido posturas aisladas de libertad de pensamiento de cara a la realidad de
la vida, como las sustentadas por Rogelio Bacon y Ramón Llull, incluso dentro del
campo de la ortodoxia, pero dado el momento en que vivieron otros pensadores de los
siglos XV y XVI. La gran revolución científica del siglo XVII fue preparada por los
hombres de ciencia del Renacimiento. Nicolás Copérnico (1473-1543) era un canónigo
y médico polaco, cosas que en aquel tiempo eran compatibles. Ideó su teoría
heliocéntrica, según la cual todos los planetas giraban alrededor del Sol. Esta teoría,
que muchos espíritus juzgaron contraria a las Sagradas Escrituras y calificaron de
heterodoxa, pronto se abrió camino. Tres grandes pensadores la apoyaron y
confirmaron con sus experiencias: Ticho Brahe, de nacionalidad danesa, que estudió
los eclipses, Juan Kepler, que determinó las tres leyes fundamentales de la revolución
planetaria, y Galileo Galilei, el más genial de los sabios renacentistas. Galileo (1564-
1642) fue el constructor del primer telescopio con el cual estudió los astros. Invitada la
Señora de Venecia a contemplar con su instrumento la entrada de los buques en el
Gran Canal, quedó maravillada, pero muchos de sus compañeros se negaron a
comprobar con sus propios ojos la realidad y prefirieron negarlo. Galileo estudió las
leyes del péndulo, inspirado por los movimientos de una lámpara que oscilaba en la
catedral de Pisa, descubrió el anillo de Saturno y realizó numerosas investigaciones
astronómicas. Ciego, perseguido y moralmente derrotado, tuvo que negar su fe en la
teoría copernicana del heliocentrismo a instancias de la Inquisición. Anterior a él vivió
Leonardo de Vinci (1452-1519) hombre inquieto, gran artista y también notable
científico.
Sus dibujos sobre la posibilidad de conseguir que un hombre volara gracias a unas
alas, su idea del tanque, y de numerosas máquinas nos muestran como una creación
perfecta del hombre del Renacimiento. Entre los primeros químicos, tiznados aún de
alquimistas, se encuentra Paracelso, suizo. Entre los médicos, el gran Vesalio, que fue
el primero en practicar la disección y la vivisección, corriendo por esta razón peligro de
perder la vida. Los descubrimientos anatómicos de Falopio de Modena y Bartolomé
Eustaquio son recordados porque algunos órganos de nuestro cuerpo se conocen con
sus nombres (trompas de Eustaquio, de Falopio, etc.). Pero los dos investigadores más
geniales en el campo de la Medicina fueron el español Miguel Servet (1511-1593),
descubridor de la circulación pulmonar de la sangre, asesinado por el fanatismo de
Calvino y el inglés Harvey, que estudió la circulación general del cuerpo humano y las
funciones del corazón. Los descubrimientos y exploraciones en América reportaron un
progreso extraordinario en el campo de la Geografía y la Historia Natural. No es posible
detallar el número de especies nuevas que se conocieron y el avance experimentado
por la Cartografía, que pasó de los incompletos y limitados mapas medievales a los
casi perfectos portulanos o mapas del Mediterráneo, y a los grandes mapa-mundis que
lentamente iban reduciendo las áreas en blanco de los países recién descubiertos. Las
observaciones de Galileo, por ejemplo, permitieron perfeccionar los relojes; en Holanda
la industria óptica se dedicó a la construcción de gafas, y en Venecia el arte del cristal y
el espejo alcanzó gran perfección. La transformación de la vida cotidiana era patente y
se experimentaba la sensación de vivir en un mundo renovado.
Muchos de los aportes y avances logrados en la época renacentista son aun motivo de
orgullo, ya que sin ellos nuestra época moderna no sería la que conocemos, a lo mejor
aun estaríamos cultivando la tierra como labriegos y pensando que la tierra es plana.