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Secuelas Emocionales en Víctimas de Abuso Sexual en La Infancia

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Secuelas emocionales en vctimas de abuso sexual en la infancia.

Emotional consequences in victims of sexual abuse in childhood.

E. Echebura1 y P. de Corral2
RESUMEN En este estudio se hace un anlisis sobre las consecuencias del abuso sexual a corto y largo plazo, as como sobre el impacto inmediato de la victimizacin y de las repercusiones a largo plazo en la salud mental. Se revisan asimismo las situaciones de alto riesgo y los factores protectores que pueden amortiguar el impacto del abuso sexual. Se comentan las implicaciones de este estudio para la investigacin clnica y la prctica forense. ABSTRACT In this study the immediate and long-term impact of sexual abuse in children and the psychological consequences on their mental health during adult life are reviewed. High-risk situations, as well as protective factors that may minimize the impact of sexual abuse, are analyzed. Implications of these findings for clinical research and forensic practice are commented upon.

Palabras clave: Abuso sexual. Revelacin. Impacto psicolgico. Factores de alto riesgo. Factores protectores.
Cuad Med Forense 2006; 12(43-44):75-82

Key words: Sexual abuse. Self-disclosure. Psychological impact. High-risk factors. Protective factors.

Correspondencia: Enrique Echebura. Facultad de Psicologa. Universidad del Pas Vasco. Avda. de Tolosa, 70 20018 San Sebastin. Correo electrnico: enrique.echeburua@ehu.es. 1 Catedrtico de Psicologa Clnica. Facultad de Psicologa de la Universidad del Pas Vasco. 2 Profesora Titular de Psicologa Clnica. Facultad de Psicologa de la Universidad del Pas Vasco.

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INTRODUCCIN: El abuso sexual de menores se refiere a cualquier conducta sexual mantenida entre un adulto y un menor. Ms que la diferencia de edad -factor, sin duda, fundamental que distorsiona toda posibilidad de relacin libremente consentida-, lo que define el abuso es la asimetra entre los implicados en la relacin y la presencia de coaccin -explcita o implcita-. No deja, por ello, de ser significativo que el 20% del abuso sexual infantil est provocado por otros menores.(1) Las conductas abusivas, que no suelen limitarse a actos aislados, pueden incluir un contacto fsico (genital, anal o bucal) o suponer una utilizacin del menor como objeto de estimulacin sexual del agresor (exhibicionismo o proyeccin de pelculas pornogrficas) [1]. No es fcil determinar la incidencia real de este problema en la poblacin porque ocurre habitualmente en un entorno privado -la familia- y los menores pueden sentirse impotentes para revelar el abuso [2]. Segn la primera encuesta nacional de Estados Unidos, llevada a cabo en adultos, sobre la historia de abuso sexual, un 27% de las mujeres y un 16% de los hombres reconocan retrospectivamente haber sido vctimas de abusos sexuales en la infancia [3]. La tasa de prevalencia de abusos sexuales graves propiamente dichos, con implicaciones clnicas para los menores afectados, es considerablemente menor (en torno al 4%-8% de la poblacin). Las vctimas suelen ser ms frecuentemente mujeres (58,9%) que hombres (40,1%) y situarse en una franja de edad entre los 6 y 12 aos, si bien con una mayor proximidad a la pubertad. Hay un mayor nmero de nias en el abuso intrafamiliar (incesto), con una edad de inicio anterior (7-8 aos), y un mayor nmero de nios en el abuso extrafamiliar (pederastia), con una edad de inicio posterior (11-12 aos) [4]. No hay una correspondencia directa entre el concepto psicolgico y el jurdico de abuso sexual. En primer lugar, el concepto psicolgico -y hasta coloquial- de abuso sexual se refiere al mbito de menores. Sin embargo, en el vigente Cdigo Penal de 1995 esta figura delictiva se limita a aquellos actos no consentidos que, sin violencia ni intimidacin, atenten contra la libertad sexual de una persona, sea esta mayor o menor. AGRESORES SEXUALES, TIPOS DE ABUSOS Y VCTIMAS DE RIESGO: En la mayor parte de los casos el abuso sexual infantil suele ser cometido por familiares (padres, hermanos mayores, etc.) -es el incesto propiamente dicho- o por personas relacionadas con la vctima (profesores, entrenadores, monitores, etc.). En uno y otro caso, que abarcan del 65% al 85% del total y que son las situaciones ms duraderas, no suelen darse conductas violentas asociadas [1]. Los abusadores sexuales, que frecuentemente muestran un problema de insatisfaccin sexual, se ven tentados a buscar espordicas satisfacciones sexuales en los menores que tienen ms a mano y que menos se pueden resistir. En estos casos los agresores pueden mostrar distorsiones cognitivas para justificarse ante ellos mismos por su conducta: "mi nia est entera", "la falta de resistencia supone un deseo del contacto", "en realidad, es una forma de cario", etc. La situacin habitual incestuosa suele ser la siguiente: un comienzo con caricias; un paso posterior a la masturbacin y al contacto buco genital; y, solo en algunos casos, una evolucin al coito vaginal, que puede ser ms tardo (cuando la nia alcanza la pubertad). En otros casos los agresores son desconocidos. Este tipo de abuso se limita a ocasiones aisladas, pero, sin embargo, puede estar ligado a conductas violentas o a amenazas de ellas. No obstante, la violencia es menos frecuente que en el caso de las relaciones no consentidas entre adultos porque los nios no ofrecen resistencia habitualmente.
(1) Los datos de prevalencia expuestos en esta introduccin se refieren a los estudios, ya clsicos, llevados a cabo en EE.UU por Finkelhor y en Espaa por Lpez en la dcada de los 90, que, aun siendo relativamente antiguos, siguen vigentes. De hecho, no ha habido otros estudios ms recientes de ese alcance que hayan invalidado esos datos.

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Por otra parte, los nios con mayor riesgo de victimizacin son aquellos con una capacidad reducida para resistirse o revelarlo, como son los que todava no hablan y los que muestran retrasos del desarrollo y discapacidades fsicas y psquicas. Asimismo son tambin sujetos de alto riesgo los nios que se encuentran carentes de afecto en la familia, que pueden inicialmente sentirse halagados por la atencin de la que son objeto, al margen de que este placer con el tiempo acabe produciendo en ellos un profundo sentimiento de culpa [5] [6]. DETECCIN DEL ABUSO SEXUAL: Las conductas incestuosas tienden a mantenerse en secreto. Existen diferentes factores que pueden explicar los motivos de esta ocultacin: por parte de la vctima, el hecho de obtener ciertas ventajas adicionales, como regalos, o el temor a no ser creda, junto con el miedo a destrozar la familia o a las represalias del agresor; y por parte del abusador, la posible ruptura de la pareja y de la familia y el rechazo social acompaado de posibles sanciones legales [7]. A veces la madre tiene conocimiento de lo sucedido. Lo que le puede llevar al silencio, en algunos casos, es el pnico a la pareja o el miedo a desestructurar la familia; en otros, el estigma social negativo generado por el abuso sexual o el temor de no ser capaz de sacar adelante por s sola la familia. De ah que el abuso sexual pueda salir a la luz de una forma accidental cuando la vctima decide revelar lo ocurrido -a veces a otros nios o a un profesor- o cuando se descubre una conducta sexual casualmente por un familiar, vecino o amigo. El descubrimiento del abuso suele tener lugar bastante tiempo despus (meses o aos) de los primeros incidentes.
TABLA I: Indicadores fsicos, comportamentales y de tipo sexual en los menores vctimas de abuso [19].

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En realidad, solo en el 50% de los casos los nios revelan el abuso; nicamente el 15% se denuncia a las autoridades; y tan solo el 5% se encuentran envueltos en procesos judiciales. Al contar los menores con muchas limitaciones para denunciar los abusos sexuales y no presentar habitualmente manifestaciones fsicas inequvocas (debido al tipo de conductas sexuales realizadas: caricias, masturbaciones, etc.), los indicadores ms habituales figuran indicados en la tabla 1. Son probablemente los indicadores sexuales los que ms estn relacionados con la experiencia traumtica. En todo caso, los indicadores deben valorarse de forma global y conjunta, ya que no se puede establecer una relacin directa entre un solo sntoma y el abuso. De hecho, lo ms til puede ser estar pendientes de los cambios bruscos que tienen lugar en la vida del nio [8] [3]. Las situaciones familiares de mayor riesgo para el abuso sexual estn expuestas en la tabla 2.
TABLA II: Caractersticas del abusador y de la familia en que se produce el abuso sexual [8].

SECUELAS EMOCIONALES EN LAS VCTIMAS DE ABUSO SEXUAL: Los menores muy pequeos pueden no ser conscientes del alcance del abuso sexual en las primeras fases, lo que puede explicar la compatibilidad de estas conductas con el cario mostrado al adulto por el menor. As, por ejemplo, hay nios que verbalizan el abuso sexual de la siguiente forma: "mi pap hace un pip blanco", "yo no me enteraba porque estaba dormido", "me dice que no se lo diga a nadie", etc. a) Consecuencias a corto plazo: Al menos un 80% de las vctimas sufren consecuencias psicolgicas negativas. El alcance del impacto psicolgico va a depender del grado de culpabilizacin del nio por parte de los padres, as como de las estrategias de afrontamiento de que disponga la vctima. En general, las nias tienden a presentar reacciones ansioso-depresivas; los nios, fracaso escolar y dificultades inespecficas de socializacin, as como comportamientos sexuales agresivos [9] [10]. Respecto a la edad, los nios muy pequeos (en la etapa de preescolar), al contar con un repertorio limitado de recursos psicolgicos, pueden mostrar estrategias de negacin de lo ocurrido. En los nios un poco mayores (en la etapa escolar) son ms frecuentes los sentimientos de culpa y de vergenza ante el suceso. El abuso sexual presenta una especial gravedad en la adolescencia porque el padre puede intentar el coito, existe un riesgo real de embarazo y la adolescente toma conciencia del alcance de la relacin incestuosa. No son por ello infrecuentes en la vctima

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conductas como huidas de casa, consumo abusivo de alcohol y drogas, promiscuidad sexual e incluso intentos de suicidio (tabla 3).
TABLA III: Principales consecuencias a corto plazo del abuso sexual en nios y adolescentes [19].

b) Consecuencias a largo plazo: Los efectos a largo plazo son menos frecuentes y ms difusos que las secuelas iniciales, pero pueden afectar, al menos, al 30% de las vctimas (tabla 4). Los problemas ms habituales son las alteraciones en la esfera sexual -disfunciones sexuales y menor capacidad de disfrute, especialmente-, la depresin y el trastorno de estrs postraumtico, as como un control inadecuado de la ira (en el caso de los varones, volcada al exterior en forma de violencia; en el de las mujeres, canalizada en forma de conductas autodestructivas) [11]. En otros casos, sin embargo, el impacto psicolgico a largo plazo del abuso sexual puede ser pequeo (a menos que se trate de un abuso sexual grave con penetracin) si la vctima no cuenta con otras adversidades adicionales, como el abandono emocional, el maltrato fsico, el divorcio de los padres, una patologa familiar grave, etc. Desde el punto de vista del trauma en s mismo, lo que predice una peor evolucin a largo plazo es la presencia de sucesos traumticos diversos en la vctima, la frecuencia y la duracin de los abusos, la posible existencia de una violacin y la vinculacin familiar con el agresor, as como las consecuencias negativas derivadas de la revelacin del abuso (por ejemplo, romperse la familia, poner en duda el testimonio del menor, etc.) [3].
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TABLA IV: Principales secuelas psicolgicas en vctimas adultas de abuso sexual en la infancia [19]].

FACTORES MEDIADORES DEL ABUSO SEXUAL INFANTIL: No todas las personas reaccionan de la misma manera frente a la experiencia de victimizacin, ni todas las experiencias comparten las mismas caractersticas. El impacto emocional de una agresin sexual est modulado por cuatro variables: el perfil individual de la vctima (estabilidad psicolgica, edad, sexo y contexto familiar); las caractersticas del acto abusivo (frecuencia, severidad, existencia de violencia o de amenazas, cronicidad, etc.); la relacin existente con el abusador; y, por ltimo, las consecuencias asociadas al descubrimiento del abuso. En general, la gravedad de las secuelas est en funcin de la frecuencia y duracin de la experiencia, as como del empleo de fuerza y de amenazas o de la existencia de una violacin propiamente dicha (penetracin vaginal, anal o bucal). De este modo, cuanto ms crnico e intenso es el abuso, mayor es el desarrollo de un sentimiento de indefensin y de vulnerabilidad y ms probable resulta la aparicin de sntomas. Respecto a la relacin de la vctima con el agresor, lo que importa no es tanto el grado de parentesco entre ambos, sino el nivel de intimidad emocional existente. De esta forma, a mayor grado de intimidad, mayor ser el impacto psicolgico, que se puede agravar si la vctima no recibe apoyo de la familia o se ve obligada a abandonar el hogar. Por otro lado, en lo que se refiere a la edad del agresor, los abusos sexuales cometidos por adolescentes resultan, en general, menos traumatizantes para las vctimas que los efectuados por adultos. Por ltimo, no se puede soslayar la importancia de las consecuencias derivadas de la revelacin del abuso en el tipo e intensidad de los sntomas experimentados. La reaccin del entorno

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desempea un papel fundamental. El apoyo parental -dar crdito al testimonio del menor y protegerlo-, especialmente de la madre, es un elemento clave para que las vctimas mantengan o recuperen su nivel de adaptacin general despus de la revelacin. Probablemente la sensacin de ser credos es uno de los mejores mecanismos para predecir la evolucin a la normalidad de los nios vctimas de abuso sexual. En ocasiones, la respuesta de los padres ante la revelacin del abuso puede ser ms intensa que la del propio nio, sobre todo en los casos en que la madre se percata del abuso sexual a su hijo protagonizado por su propia pareja. Los sentimientos de vergenza y culpa, de clera y pena, de miedo y ansiedad, pueden afectar a los padres de tal manera que se muestran incapaces de proteger al nio adecuadamente y, en los casos ms graves, pueden llegar incluso a culparlo de lo sucedido. No deja de ser significativa la influencia de situaciones de estrs adicionales, como consecuencia de la revelacin del abuso, sobre la estabilidad emocional de la vctima. En concreto, la posible ruptura (legal o de hecho) de la pareja, el encarcelamiento del padre o padrastro, la salida de la vctima del hogar (nica va a veces para garantizar su seguridad, pero que supone un coste emocional y de adaptacin importante) o la implicacin en un proceso judicial (con las posibles consecuencias penales para el abusador) son algunas de estas situaciones. Respecto al ltimo punto sealado, los juicios largos, las testificaciones reiteradas y los testimonios puestos en entredicho suponen una victimizacin secundaria y ofrecen un peor pronstico. CONCLUSIONES: El abuso sexual en la infancia es un fenmeno invisible porque se supone que la infancia es feliz, que la familia es protectora y que el sexo no existe en esa fase de la vida. Sin embargo, el abuso sexual infantil puede llegar a afectar a un 15%-20% de la poblacin (a un 4%-8% en un sentido estricto), lo que supone un problema social importante y que afecta a uno y otro sexo (especialmente a nias). Los menores no son, sin embargo, solo vctimas de las agresiones sexuales, sino que tambin pueden ser agresores. De hecho, el 20% de este tipo de delitos est causado por otros menores [12]. Las consecuencias de la victimizacin a corto plazo son, en general, devastadoras para el funcionamiento psicolgico de la vctima, sobre todo cuando el agresor es un miembro de la misma familia y cuando se ha producido una violacin. Las consecuencias a largo plazo son ms inciertas, si bien hay una cierta correlacin entre el abuso sexual sufrido en la infancia y la aparicin de alteraciones emocionales o de comportamientos sexuales inadaptados en la vida adulta. No deja de ser significativo que un 25% de los nios abusados sexualmente se conviertan ellos mismos en abusadores cuando llegan a ser adultos. El papel de los factores amortiguadores -familia, relaciones sociales, autoestima, etc.- en la reduccin del impacto psicolgico parece sumamente importante, pero est an por esclarecer [13]. Desde la perspectiva de la evaluacin, el diagnstico precoz, por un lado, tiene una enorme importancia para impedir la continuacin del abuso sexual, con las consecuencias que ello implica para el desarrollo del nio [14]. Por otro, el anlisis de la validez del testimonio desempea un papel fundamental. Las implicaciones legales y familiares de este problema, as como la corta edad de muchas de las vctimas implicadas, requieren una evaluacin cuidadosa, en donde se analicen con detalle -y mediante procedimientos mltiples- la capacidad de fabulacin y la posible distorsin de la realidad, as como la veracidad de las retractaciones. En concreto, hay una tendencia al aumento del abuso de las denuncias de abuso, sobre todo en el caso de mujeres que denuncian a sus ex parejas
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con acusaciones hechas en litigios por la custodia de los hijos, por un deseo de venganza o por una situacin de despecho. Se echa en falta una mayor finura en los procedimientos de diagnstico actualmente disponibles [14] [15] [16] [17]. Por ltimo, un reto de futuro es ahondar en el papel mediador de los factores de vulnerabilidad y de proteccin. Solo de este modo se puede abordar una toma de decisiones adecuada entre las distintas alternativas posibles y no necesariamente excluyentes: el tratamiento de la vctima, la salida del agresor del hogar, la separacin del menor de los padres, el apoyo social a la familia, la terapia del agresor, etc. [18].
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