Don Veridico
Don Veridico
Don Veridico
hombre que supo carecer de un inter�s por lo diminuto, laber�ntico simple. pero
una ma�ana, va y se levanta, y antes de mirarse al espejo, de mientras se lavaba
la cara en la palangana, ve una cosa que se mueve en un rinc�n. era una cosa
menuda, como quien dice una cosita. nada como pa salir corriendo, ni pa llamar a
los vecinos, pero cuando uno ve que algo se mueve, y m�s si se mueve en un rinc�n,
y si no es com�n que algo se mueva en ese rinc�n que uno conoce, porque es uno m�s
de los rincones de la casa, de los tantos conque uno convive sin prestarle
atenci�n porque un rinc�n, salvo que tenga algo que se mueve, no se destaca como
un espacio interesante, es normal, entonces, que uno se agache, que laber�ntico se
agachara a ver aquello que se mov�a. el hecho de que se haya agachado, est�
diciendo a las claras que era un rinc�n de los de abajo, de los que van contra el
piso. cuando el hombre fij� la atenci�n en aquello, no dud� de que se trataba de
un bichito de la humedad, conocido tambi�n como "bolita", por su capacid� pa
convertirse en pelotita. y eso fue lo que le hizo el bichito a laber�ntico en
cuantito lo agarr� y lo puso en la palma de la mano. el hombre tuvo ganas de
aplaudirlo, pero se fren�, y �l, que tantas veces hab�a visto bichitos similares,
lo puso sobre la mesa, y mientras preparaba el mate lo miraba de reojo. de pronto
se empez� a abrir, y le llam� la atenci�n la cantidad de patitas que ten�a el
diminuto: "�pa dir a d�nde precisar� tanta pata?", se pregunt� y le pareci�
injusto que el hombre, que tiene que andar de un lau pal otro de la ma�ana a la
noche, cargando semejante cuerpo como es el humano en general, tuviera solo dos.
lo fue a tocar, y el bichito vuelta a cerrarse. lo agarr� sin apretar y enderez�
pal boliche el resorte. lleg�, dentr�, salud�, puso el bichito arriba del
mostrador, lo se�al� y dijo: "cuando tiene miedo se cierra, y cuando supone que
pas� el peligro se abre. �pero de qu� tiene miedo, y en qu� se basa pa suponer que
pas� el peligro?".
hubo un silencio y algunos se arrimaron a mirarlo de cerquita.
el tape olmedo, lo mir� apenas, y despu�s de un trago arm� un tabaco, volvi� a
mirar al bichito con mas detenimiento, y afirm� como pa no dejar lugar a dudas.
- siempre fue un misterio.
y no se habl� m�s del asunto. no daba.
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hombre que supo quedar af�nico de la parte de la garganta de la voz humana, fue un
tal franelo frenillo. hombre malo, enojoso, camorrero y ligero para el grito
destemplado y mand�n.
casado supo estar, con semejanta tajante, muy dada a la lectura ella, que gustaba
tomar sopa de letras pa formar poemas en el borde del plato y recitarlos de
sobremesa. un plomo.
y una vuelta que estaba armando un verso de lo m�s rom�ntico y rid�culo, acert� a
pasar un tal moquete gofio, y va y le sacude el plato y le entrevera el
pensamiento trabajosamente escrito letrita por letrita en la orilla de loza.
derrumb�se la poeta orillera. desalent�se. sinti� que la vida era un insulto.
deprimi�se. llor� sobre su plato, y la sopa aguachent�se.
el marido, enter�se. malo era franelo frenillo, lo dijimos ya, y ligero para el
grito. persigui� a moquete gofio y le quiso gritar su furia, pero el grito se
trab� en su garguero, se le ahorc� en sus cuerdas vocales, y frustr�sele.
no hay cosa m�s peligrosa que un camorrero af�nico, y eso era entonces franelo
frenillo, el enojoso. cuando lleg� al boliche el resorte a comprar pastillas,
entr� y se acod� sin saludar. lo miraron mal, porque el que llega saluda o es un
grosero y all� estaba la duvija, y se la not� molesta. el fumigador, de avioneta
atada al palenque, le hizo una gui�ada y ella se olvid� del mal educadito.
franelo frenillo aprovech� el polvo que hab�a en una punta del mostrador, y con el
dedo escribi�: "pastilla de ucalito,�hay?".
fue azulejo verdoso el que le escribi� abajo: "pastilla no, pero ucalito tenemo un
monte ah� nom�s".
volvi� Franelo con su dedo escritor y dej� dicho: "h�blenme, bobetas, que estoy
af�nico pero no soy sordo".
le hablaron todos. aquello era un esc�ndalo porque quien m�s quien menos le quer�a
dar un consejo para curarlo de la garganta, un remedio casero, una direcci�n de
m�dico, de curandera y hasta de empresa f�nebre por si se empeoraba. alguien
coment� que habr�a que tener cuidado no fuera cosa que el hombre tuviera el virus,
y el de la avioneta, comedido, se le ofreci� pa fumigarlo. fue el tape olmedo el
que le hizo abrir la boca y se le asom� con un gargarescopio, y lo mira as�, en lo
profundo de la garganta, y le ve aquello y comenta.
- tiene un grito trabado entre dos cuerdas, una vocal y la otra consonante. hay
que darle vino del especial.
alguien fue y trajo un vinito de la casa a�ejado a fuerza de darle disgustos,
porque los disgustos envejecen.
se le aflojaron las cuerdas, zaf� el grito, y sali� con tanta fuerza y enojo, que
la mortadela que colgaba del techo qued� chicoteando de un lau pal otro. al verla,
el barcino le salt�, se le prendi�, y en aquel ir y venir, se hamacaba y se
hamacaba.
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