Panorama Linguistico de La Ribagorza
Panorama Linguistico de La Ribagorza
Panorama Linguistico de La Ribagorza
IV
La chominera Inllada ye ben encancaramellada. Qu la desencancaramellar? El desencancaramellad que la sepie desencancaramell buen desencancaramellad ser. Trabalenguas benasqus
Liminar
El propsito de este captulo es esbozar una sntesis de los estratos y componentes lingsticos que podemos descubrir en las diversas variedades habladas en Ribagorza. Pese al necesario tono divulgativo de estas pginas, no parece tarea sencilla si consideramos las diferencias de informacin entre unas zonas y otras tanto en el campo de la onomstica como en el de las hablas vivas, la complejidad intrnseca de los diversos estratos prerromanos, la enorme imbricacin de los fenmenos lingsticos aragoneses y catalanes o la paulatina penetracin del castellano que ha ido modificando el estado de cosas antiguo. Sin embargo, si hay un territorio interesante en la Pennsula Ibrica desde el punto de vista dialectolgico y toponmico, ese es sin duda el que nos ocupa. As que quizs esto pueda servir de acicate o simplemente de excusa.
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todo, la presencia de una hidronimia de corte netamente indoeuropeo en este territorio (vase apartado siguiente) tienden a sugerir que se ha producido una cierta exageracin de las tesis pidalianas, pero esto es algo que solo un anlisis concienzudo de la toponimia prerromana pirenaica en su conjunto podr confirmar.
Germanismos
Pese a que durante el siglo V d. C. se producen diversas irrupciones de pueblos germnicos sobre un Imperio Romano que se desmorona, los elementos germnicos de las lenguas romnicas, en general, no proceden de este perodo, sino que remontan a los contactos que en los dos siglos anteriores haban establecido con ellos los legionarios romanos. Se confirman voces de germana en toda Ribagorza: bllanco blanco, rob robar, rost asar, socarrar; y en lo que respecta a las variedades especficamente de transicin de las que se habla en un apartado posterior parecen haberse introducido, en alguna medida, desde el cataln. Vanse, por ejemplo, los verbos benasqueses escarn escarnecer, forn suministrar y guarn guarnecer. En la Alta Ribagorza y tambin en la zona oriental es muy significativa la presencia de una onomstica de origen germnico, especialmente dentro de la
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oiconimia (nombres de casas): Arnaldet (Eresu), Bernat (Cerler, Arn, Betesa), Betrn (Sesu, Veri, Laspales), Bringu (Eresu, Cha, Arn), Galino (Cha), Guillem (Gabs, Seira), Remundet (Benasque).
Arabismos
La impronta rabe sobre el lxico ribagorzano, en trminos absolutos, no es demasiado significativa, ya que como es bien sabido no se produjeron asentamientos importantes en estas latitudes, aunque s hay un cierto nmero de arabismos prcticamente generales: alfals ~ alfalz alfalfa, alforcha alforja, almut almud, arroba, chabaln jabal Incluso llegamos a encontrarlos en la parte ms septentrional del antiguo condado (Alto sera): afalag halagar, albeitre veterinario, asucre azcar, cafs cahz, cotn algodn, chipn jubn, faneca hanega, rfel alero, sclla acequia, tafarra ataharre
Un protorromance ribagorzano?
En el extremo oriental de Ribagorza y tambin en el Pallars y el valle de Arn un anlisis somero de la toponimia nos revela un tipo de material lingstico romnico caracterizado entre otros aspectos por la conservacin de las vocales /e/ y /o/ finales (La Valle, Escalado), la diptongacin de /e/ breve acentuada latina (Castiero) o el mantenimiento de ciertas consonantes como la /l/ inicial y la /n/ final (Lobino, Puifalcn); en suma, un modelo muy diferente del que suponen las distintas hablas actuales de esos espacios, plenamente catalanas o gasconas. El hecho ya fue puesto de manifiesto por Corominas y es tan llamativo que difcilmente puede obviarse su significacin. En una dimensin concreta y cindome al mbito ribagorzano, este material no puede catalogarse como una forma de cataln arcaico, pues qu sentido tendra denominar cataln a una sustancia lingstica que no solo carece todava de los rasgos que lo fundamentarn andando el tiempo, sino que los contraviene sistemticamente: cat. La Vall, escalat, castell, llop, falc? Por lo tanto, hay que pensar inexcusablemente en la existencia de un antiguo dialecto romnico anterior a la implantacin del cataln en este territorio, lo que desde luego le otorga un grado de complejidad mayor al proceso romanizador de esta regin del Pirineo. Asuntos ya muy diferentes son si ese protorromance ribagorzano estuvo extendido por toda Ribagorza, lo que se me antoja difcil de demostrar debido a algunas divergencias de peso (conservacin de /o/ breve acentuada latina en la cuenca del Noguera frente a los diptongos /ue/ ~ /ua/ al oeste: costa / cuesta ~ cuasta), y si las directrices que se desprenden del estudio toponmico de las cuencas del sera e Isbena pueden asimilarse, sin ms, a lo que hoy conocemos como aragons. Pero son aspectos que exceden por completo el marco divulgativo del presente trabajo.
Variedades lingsticas de La Ribargorza (Elaboracin de M.a Antonia Martn Zorraquino y Jos Mara Enguita Utrilla)
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Tal es, a grandes rasgos, el panorama lingstico actual en Ribagorza, a la luz de los datos de que disponemos. Pero nos faltan estudios ms profundos de los valles de Campo y del Isbena, antes de que desaparezcan los moradores de muchas de sus aldeas, y tanto la Universidad de Zaragoza como el Gobierno de Aragn deberan tener un empeo moral con este verdadero patrimonio cultural de todos los aragoneses.
importantes por su repercusin en el sistema de la lengua. De esta manera, por aspectos como la diptongacin y la presencia de /n/ final el benasqus se asimila al aragons (bieco barbilla, martuall fresa silvestre / anayn arndano, folln holln), pero por la palatalizacin de toda /l/ inicial o por el seseo se integra en el cataln (llart grasa, llusco cegato / sella ceja, sern separar la harina del salvado). Y aun as ser difcil porque nuestro conocimiento diacrnico es limitado, por ejemplo cmo considerar las alternancias benasquesas del tipo bllanco / bllancs, saco / sacs, rato / rats? o, ya en un orden ms general, no siempre la ausencia de seseo en un habla la convertir indefectiblemente en aragonesa, ya que el sonido [], que escribimos en castellano con la letra zeta (z), es tambin patrimonial del cataln en ciertas zonas de frontera: t poz = t pots puedes, seze diecisis (Laguarres).
Miniatura de El Cancionero de Pedro Marcuello: si bien la castellanizacin de los textos aragoneses es acusada desde el siglo XV, el proceso no puede hacerse extensivo a la lengua popular. En Ribagorza slo se cataliza desde la segunda mitad del siglo XX
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De todos modos, la situacin lingstica ribagorzana admite necesariamente algunas puntualizaciones complementarias. En primer lugar, debe dividirse en consonancia con lo avanzado antes en dos grupos a los hablantes: a) monolinges castellanos (segmento poblacional que va en aumento tanto por la incuria de los hablantes de variedades ribagorzanas que no las transmiten a sus hijos como por el factor inmigracin registrado en algunos puntos); b) bilinges (con mayor competencia ya en aquellas ya en castellano, normalmente en funcin del factor edad). En segundo lugar, el grado de castellanizacin no es uniforme en todas las localidades, de modo que en aquellas ms sujetas a tal proceso tenemos que el castellano se usa por una parte de la poblacin como lengua formal, pero tambin informal; la otra parte, en cambio, usa las modalidades ribagorzanas en contextos informales y, si no las utiliza en contextos tenidos por formales, es muchas veces porque en ellos entran personas que suelen desconocerlas (notarios, mdicos, farmacuticos).
Planificacin lingstica
Con independencia de la vigencia de las teoras de Darwin en la propia biologa y de su ulterior aplicacin a las lenguas indoeuropeas, estimo que hoy cada vez ms puede concebirse a las lenguas minoritarias como especies lingsticas en vas de extincin. O, en otras palabras, si se suele decir con razn que las lenguas son algo vivo, resulta palmario el carcter amenazado y regresivo de tales modalidades. Cmo mantener, por tanto, esta biodiversidad lingstica?. Ardua cuestin. Por lo que a La Ribagorza se refiere, cabra sugerir tres lneas de actuacin. a) Investigadora. Solo un conocimiento exhaustivo de la realidad lingstica de este territorio nos puede permitir establecer propuestas normativas y ortogrficas, as como llevar a cabo una recuperacin de elementos ya relegados o en vas de prdida. Por eso, un estudio de las hablas vivas, de la toponimia, de la documentacin antigua y de la ntima interrelacin entre lengua y cultura me parece requisito necesario antes de emprender cualesquiera otras medidas atingentes al tema que nos ocupa. Todo ello condicionar los trabajos gramaticales, lexicolgicos, ecolingsticos y pedaggicos que de las anteriores premisas se derivan. b) Divulgativa. Que sea vehculo natural de las variedades escritas a travs de publicaciones peridicas (diarios, revistas, etc.) y de textos literarios (cuadernos, libros), en un momento en que la literatura apuesta decididamente por la calidad. c) Poltica. Conducente a la adopcin de una serie de decisiones efectivas que posibiliten la introduccin obligatoria de estas modalidades en los centros de enseanza primaria y secundaria, as como su presencia en los medios de comunicacin locales (radio, televisin). Naturalmente, ninguna de estas iniciativas y otras que pudieran surgir son factibles sin recursos econmicos. Esto lo sabemos muy bien quienes sin apoyo ins-
titucional y contra el reloj trabajamos en la investigacin y la edicin del benasqus, pero supongo que estaba tambin en el espritu del legislador, cuando escribi las siguientes palabras:
Las diversas modalidades lingsticas de Aragn gozarn de proteccin, como elementos integrantes de su patrimonio cultural e histrico.
Y en este punto no caben medias tintas: o dejamos morir las escasas lenguas an vivas del Pirineo aragons con lo cual sugiero que se suprima el mencionado artculo 7 del Estatuto de Autonoma, o se demuestra fehacientemente su amparo por medio de una voluntad poltica clara. Todo lo dems es pura palabrera huera de contenido.
A modo de conclusin
Tal como yo lo entiendo, nos hallamos ante un conflicto de resonancias casi trgicas, puesto que, si por una parte el romanticismo nos impele a defender y conservar las lenguas minoritarias heredadas de nuestros antepasados, al margen de cualquier inters bastardo (poltico, econmico), por la otra, un fro pragmatismo nos recuerda el hecho de que en el Alto Aragn una nica lengua (el castellano) basta. Y si digo trgicas es, adems, porque el respeto hacia la libertad que debiera presidir todas nuestras manifestaciones humanas y tambin la eleccin que cada cual hace de su credo lingstico, parece llevar aparejada de manera ineluctable la desaparicin de estas pequeas lenguas. Por eso, no es extrao que en las comunidades en que ello es posible desde un punto de vista poltico (Catalua, Galicia, Pas Vasco), se discriminen positivamente. Ahora bien, si hay un territorio aragons en que ello es todava posible y auspiciable, en virtud de la vitalidad de sus hablas, ese es Ribagorza. He aqu el verdadero punto de partida de una adecuada poltica lingstica que debiera promover el Gobierno de Aragn, cosa que hasta ahora ha rehusado cumplir.
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