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Panorama Linguistico de La Ribagorza

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La huella de sus gentes

IV

Pgina anterior: Antiguo camino a Villacarli con el Turbn al fondo

Panorama lingstico de Ribagorza


JOS ANTONIO SAURA RAMI

La chominera Inllada ye ben encancaramellada. Qu la desencancaramellar? El desencancaramellad que la sepie desencancaramell buen desencancaramellad ser. Trabalenguas benasqus

Liminar
El propsito de este captulo es esbozar una sntesis de los estratos y componentes lingsticos que podemos descubrir en las diversas variedades habladas en Ribagorza. Pese al necesario tono divulgativo de estas pginas, no parece tarea sencilla si consideramos las diferencias de informacin entre unas zonas y otras tanto en el campo de la onomstica como en el de las hablas vivas, la complejidad intrnseca de los diversos estratos prerromanos, la enorme imbricacin de los fenmenos lingsticos aragoneses y catalanes o la paulatina penetracin del castellano que ha ido modificando el estado de cosas antiguo. Sin embargo, si hay un territorio interesante en la Pennsula Ibrica desde el punto de vista dialectolgico y toponmico, ese es sin duda el que nos ocupa. As que quizs esto pueda servir de acicate o simplemente de excusa.

Elementos atribuidos a un sustrato preindoeuropeo


En consonancia con ideas establecidas ya por Menndez Pidal, hay ciertos apelativos y no pocos nombres de lugar ribagorzanos que se vienen explicando a partir del vasco, en la idea de que en esta parte del Pirineo se habl, hasta la romanizacin, un tipo de dialecto vascnico primitivo, que, sin embargo, diferira bastante de los tipos actuales. Se trata, por ejemplo, de sustantivos como agerro otoo o ibn lago de alta montaa. Hoy sabemos que algunas de las voces tradicionalmente atribuidas a este sustrato son, en realidad, indoeuropeas; es el caso de basa balsa o del benasqus ruello arroyo caudaloso. Este aspecto y, sobre

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todo, la presencia de una hidronimia de corte netamente indoeuropeo en este territorio (vase apartado siguiente) tienden a sugerir que se ha producido una cierta exageracin de las tesis pidalianas, pero esto es algo que solo un anlisis concienzudo de la toponimia prerromana pirenaica en su conjunto podr confirmar.

Reliquias de un mundo indoeuropeo precelta


Como puede inferirse fcilmente de la mera experiencia personal, no todos los nombres de lugar (topnimos) de una regin reciben explicacin satisfactoria a travs de la lengua hablada all en un momento determinado. Algunos resultan ya opacos por haber desaparecido el estrato responsable de su forjacin, pero el que hayan pervivido en el seno de otras lenguas superpuestas los convierte en poderosos detectores del pasado lingstico e histrico. Pues bien, de todos ellos, son los nombres de ros (hidrnimos) los que, en funcin de su naturaleza larga y cambiante a lo largo del espacio, suelen ofrecer un mayor grado de perdurabilidad al ser incorporados como puntos de referencia esenciales por parte de los pueblos invasores. Naturalmente, esto no significa ni que la hidronimia sea inmutable (ah estn, por ejemplo, las mltiples denominaciones rabes de ros), ni que los dems elementos toponmicos carezcan de valor. Pero s que esa tenacidad les confiere valga la expresin un valor aadido. En este orden de cosas, parece difcil obviar la importancia de que dos de los tres nombres de los ros que configuran los principales ejes hidrogrficos de Ribagorza se compadezcan bien con races y modelos de derivacin tpicamente indoeuropeos. En efecto, dejando al margen el caso del Noguera Ribagorzana, de probado origen latino, tanto el sera, a occidente, como su afluente el Isbena, en la zona central, remontan a la raz hdrica *is- que est en la base de numerosos hidrnimos europeos, entre los que destaca por su evidente paralelismo el francs Isre, afluente del Rdano. Pero con ser importante esta perspectiva, no acaban ah los argumentos, puesto que otros topnimos se pliegan a un origen similar. As nombres de canales escarpadas o de barrancos como Garantes (valle de Benasque) y Caranto ~ Garanto (Arn) proceden del radical *kar- roca, nombres de entidades de poblacin como Sahn, Castanesa, Abi o Tolva se asimilan sin aparente dificultad a las races indoeuropeas *segfuerte, poderoso, *kast- elevado, alto, *ab- agua y *tol- llano. Otras muchas unidades y un cierto nmero de apelativos como cabana cabaa, esgalapati gatear, tuca pico, etc. podran citarse que vendran a enriquecer este profundo y fecundo nivel onomstico, el cual deja entrever que la indoeuropeizacin de Ribagorza comenz ya en poca muy antigua, al menos en el II milenio antes de Cristo.

Cabana de Les Riberes en el alto valle de Eriste

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Algunos elementos celtas


Se admite comnmente que el Pirineo aragons no es tierra de celtas, frente a algunas regiones de Espaa (Castilla, Galicia) u otras zonas de Aragn (pinsese en Botorrita). Y permaneciendo vlido este planteamiento, ya Corominas sealaba la posibilidad de que algunos celtas hubieran atravesado los puertos de los Pirineos centrales (siglos VIII-VI), lo que muy bien pudiera dar cuenta de algunas huellas toponmicas ribagorzanas: Rins (seoro del Alto Isbena en las inmediaciones de Laspales) relacionable con el celta RINOS ro, La Casana (paraje de la alta montaa de Barbaruens) que recuerda el galo CSSABarga (Esps Alto) NOS roble, Els Balads (partida de Anciles, valle de Benasque) etimologizable en virtud de una base *BLATO que ha generado diversas denominaciones para la retama en las lenguas celtas, quiz tambin La Bodiga (Anciles) que reaparece con diversas variantes como Buiga (Arn) para designar pequeas parcelas que se gana al monte, etc. Adems, convendra contar con ciertos apelativos que se han adecuado perfectamente a las coordenadas de la evolucin fontica local, cuya extensin no puedo precisar en todo el mbito ribagorzano en cuestin, pero de los que s me consta su vigencia segura en benasqus: barga almiar, brueco variedad enana de brezo, bruixuelo bocio, carcano especie de bayarte, cumo pila en que come el cerdo, tano nudo de la madera

Germanismos
Pese a que durante el siglo V d. C. se producen diversas irrupciones de pueblos germnicos sobre un Imperio Romano que se desmorona, los elementos germnicos de las lenguas romnicas, en general, no proceden de este perodo, sino que remontan a los contactos que en los dos siglos anteriores haban establecido con ellos los legionarios romanos. Se confirman voces de germana en toda Ribagorza: bllanco blanco, rob robar, rost asar, socarrar; y en lo que respecta a las variedades especficamente de transicin de las que se habla en un apartado posterior parecen haberse introducido, en alguna medida, desde el cataln. Vanse, por ejemplo, los verbos benasqueses escarn escarnecer, forn suministrar y guarn guarnecer. En la Alta Ribagorza y tambin en la zona oriental es muy significativa la presencia de una onomstica de origen germnico, especialmente dentro de la

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oiconimia (nombres de casas): Arnaldet (Eresu), Bernat (Cerler, Arn, Betesa), Betrn (Sesu, Veri, Laspales), Bringu (Eresu, Cha, Arn), Galino (Cha), Guillem (Gabs, Seira), Remundet (Benasque).

Arabismos
La impronta rabe sobre el lxico ribagorzano, en trminos absolutos, no es demasiado significativa, ya que como es bien sabido no se produjeron asentamientos importantes en estas latitudes, aunque s hay un cierto nmero de arabismos prcticamente generales: alfals ~ alfalz alfalfa, alforcha alforja, almut almud, arroba, chabaln jabal Incluso llegamos a encontrarlos en la parte ms septentrional del antiguo condado (Alto sera): afalag halagar, albeitre veterinario, asucre azcar, cafs cahz, cotn algodn, chipn jubn, faneca hanega, rfel alero, sclla acequia, tafarra ataharre

Un protorromance ribagorzano?
En el extremo oriental de Ribagorza y tambin en el Pallars y el valle de Arn un anlisis somero de la toponimia nos revela un tipo de material lingstico romnico caracterizado entre otros aspectos por la conservacin de las vocales /e/ y /o/ finales (La Valle, Escalado), la diptongacin de /e/ breve acentuada latina (Castiero) o el mantenimiento de ciertas consonantes como la /l/ inicial y la /n/ final (Lobino, Puifalcn); en suma, un modelo muy diferente del que suponen las distintas hablas actuales de esos espacios, plenamente catalanas o gasconas. El hecho ya fue puesto de manifiesto por Corominas y es tan llamativo que difcilmente puede obviarse su significacin. En una dimensin concreta y cindome al mbito ribagorzano, este material no puede catalogarse como una forma de cataln arcaico, pues qu sentido tendra denominar cataln a una sustancia lingstica que no solo carece todava de los rasgos que lo fundamentarn andando el tiempo, sino que los contraviene sistemticamente: cat. La Vall, escalat, castell, llop, falc? Por lo tanto, hay que pensar inexcusablemente en la existencia de un antiguo dialecto romnico anterior a la implantacin del cataln en este territorio, lo que desde luego le otorga un grado de complejidad mayor al proceso romanizador de esta regin del Pirineo. Asuntos ya muy diferentes son si ese protorromance ribagorzano estuvo extendido por toda Ribagorza, lo que se me antoja difcil de demostrar debido a algunas divergencias de peso (conservacin de /o/ breve acentuada latina en la cuenca del Noguera frente a los diptongos /ue/ ~ /ua/ al oeste: costa / cuesta ~ cuasta), y si las directrices que se desprenden del estudio toponmico de las cuencas del sera e Isbena pueden asimilarse, sin ms, a lo que hoy conocemos como aragons. Pero son aspectos que exceden por completo el marco divulgativo del presente trabajo.

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Entre Escila y Caribdis


Ribagorza, por su propia historia y quiz aun ms por su intrahistoria, es decir, por las relaciones socioeconmicas y el devenir de los movimientos demogrficos de sus gentes a lo largo del tiempo, es un territorio de frontera lingstica en que muchos elementos definidores de lo aragons y de lo cataln se interpenetran para dar lugar a diversos tipos bastante bien definidos. En la cuenca del sera, al sur del valle de Benasque, perviven diversas variedades aragonesas en torno a las localidades de Barbaruens, Campo y Graus. No obstante, con independencia del grado diverso de castellanizacin que las embarga, tambin en ellas pueden descubrirse notables elementos catalanes como la palatalizacin de /l/ inicial (llabr labrar, llana lana) o el indefinido perifrstico (va torn volvi). En la cuenca del Noguera Ribagorzana tenemos un modelo lingstico que se corresponde plenamente con el cataln occidental. A este debe adscribirse tambin el Alto Isbena (Laspales, Esps), por ms que muestre una convergencia algo ms acusada con el aragons: ausencia de /s/ sonora (casa), plurales femeninos en /as/ (crabas cabras, donas mujeres). Entre ambas zonas se puede trazar una franja integrada por modalidades de carcter verdaderamente mixto, dado el relativo equilibrio de los elementos aragoneses y catalanes que las configuran. Su delimitacin abarca el valle de Benasque, varios pueblos de la cuenca media del Isbena (Merli, las proximidades de Roda, Gel, Laguarres) y, ms al sur, Juseu y Aler, hasta la zona de La Litera (Calasanz, Azanuy y San Esteban).

Variedades lingsticas de La Ribargorza (Elaboracin de M.a Antonia Martn Zorraquino y Jos Mara Enguita Utrilla)

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Tal es, a grandes rasgos, el panorama lingstico actual en Ribagorza, a la luz de los datos de que disponemos. Pero nos faltan estudios ms profundos de los valles de Campo y del Isbena, antes de que desaparezcan los moradores de muchas de sus aldeas, y tanto la Universidad de Zaragoza como el Gobierno de Aragn deberan tener un empeo moral con este verdadero patrimonio cultural de todos los aragoneses.

El ornitorrinco o la apoteosis de lo inclasificable


Por ms que Ribagorza sea un territorio paradigmtico desde el punto de vista de la transiTopica Pyrenaica, obra de J. A. Saura cin lingstica, no hay que olvidar tampoco en que se consideran algunas modalidades ribagorzanas que esta es un hecho suprarribagorzano, en el sentido de que contina en alguna medida al oeste por tierras de Sobrarbe (valles de La Fueva, Gistan y Bielsa) y, muy especialmente, al sur por la comarca de la Litera. Por otro lado, convendr precisar que el que un sistema lingstico determinado tenga un carcter mixto no lo hace en s mismo mejor o peor, ms o menos valioso o prctico para el objetivo prioritario de la comunicacin. De hecho, todas las lenguas son ms o menos mixtas y, sin ir ms lejos, probablemente pocas lo sean tanto como el ingls, conformado al menos desde un punto de vista estadstico por un sustancial equilibrio de elementos germnicos y romnicos. Pues bien, en relacin con esa franja intermedia a la que aludamos en el apartado anterior, ya seal Joan Corominas que la atribucin de sus hablas al cataln o al aragons tena algo de subjetivo; pero si ha habido un territorio disputado en tal sentido este ha sido el valle de Benasque, el cual ha venido considerndose a lo largo del siglo pasado muchas veces con argumentos que ms ataen a lo patriotero e hilarante tanto cataln como aragons. Aunque no sera razonable entrar en excesivos detalles aqu, lo cierto es que hasta poca reciente la clasificacin de las hablas mixtas como pertenecientes a uno u otro mbito lingstico se haca sobre la base de unos pocos rasgos caracterizadores, aspecto que no se compagina demasiado bien con lo cientfico. Est claro que conviene considerarlos todos o, al menos, todos los

Diccionario del benasqus, de ngel Ballarn

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importantes por su repercusin en el sistema de la lengua. De esta manera, por aspectos como la diptongacin y la presencia de /n/ final el benasqus se asimila al aragons (bieco barbilla, martuall fresa silvestre / anayn arndano, folln holln), pero por la palatalizacin de toda /l/ inicial o por el seseo se integra en el cataln (llart grasa, llusco cegato / sella ceja, sern separar la harina del salvado). Y aun as ser difcil porque nuestro conocimiento diacrnico es limitado, por ejemplo cmo considerar las alternancias benasquesas del tipo bllanco / bllancs, saco / sacs, rato / rats? o, ya en un orden ms general, no siempre la ausencia de seseo en un habla la convertir indefectiblemente en aragonesa, ya que el sonido [], que escribimos en castellano con la letra zeta (z), es tambin patrimonial del cataln en ciertas zonas de frontera: t poz = t pots puedes, seze diecisis (Laguarres).

La irrupcin del castellano


Las diversas modalidades ribagorzanas estn sacudidas hoy en da por un hecho relativamente reciente, pero de gran trascendencia como es el impacto del castellano. En efecto, con las divergencias de rigor entre unos puntos y otros, lo cierto es que en las generaciones ms jvenes se empieza a poner en crisis la transmisin lingstica por una serie combinada de razones de ndole muy variada, en cuya explicitacin no entrar aqu (el prestigio de la lengua oficial, un cierto pragmatismo, etc.). De ah la coexistencia de dos registros lingsticos en inestable y desigual equilibrio: a) Uno formal, el de la escuela, la Iglesia, la milicia, la Administracin, los medios de comunicacin..., con una doble dimensin hablada y escrita, el castellano. b) Otro familiar, el de la mera oralidad conversacional y que manifiesta una reducida dimensin escrita, las variedades ribagorzanas. En consecuencia, en Ribagorza, las hablas autctonas y el castellano se revisten de connotaciones y usos diferentes; as, las primeras se consideran de menor prestigio frente al peso cultural del segundo, hecho nada novedoso por otro lado, puesto que el propio Sarohandy lo destacaba ya en sus indagaciones dialectales por la zona del oriente aragons a principios del siglo pasado. Ahora bien, diferente puede ser la consideracin de las mismas en trminos absolutos, en tanto que han permitido y permiten la comunicacin entre sus usuarios.

Miniatura de El Cancionero de Pedro Marcuello: si bien la castellanizacin de los textos aragoneses es acusada desde el siglo XV, el proceso no puede hacerse extensivo a la lengua popular. En Ribagorza slo se cataliza desde la segunda mitad del siglo XX

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De todos modos, la situacin lingstica ribagorzana admite necesariamente algunas puntualizaciones complementarias. En primer lugar, debe dividirse en consonancia con lo avanzado antes en dos grupos a los hablantes: a) monolinges castellanos (segmento poblacional que va en aumento tanto por la incuria de los hablantes de variedades ribagorzanas que no las transmiten a sus hijos como por el factor inmigracin registrado en algunos puntos); b) bilinges (con mayor competencia ya en aquellas ya en castellano, normalmente en funcin del factor edad). En segundo lugar, el grado de castellanizacin no es uniforme en todas las localidades, de modo que en aquellas ms sujetas a tal proceso tenemos que el castellano se usa por una parte de la poblacin como lengua formal, pero tambin informal; la otra parte, en cambio, usa las modalidades ribagorzanas en contextos informales y, si no las utiliza en contextos tenidos por formales, es muchas veces porque en ellos entran personas que suelen desconocerlas (notarios, mdicos, farmacuticos).

Planificacin lingstica
Con independencia de la vigencia de las teoras de Darwin en la propia biologa y de su ulterior aplicacin a las lenguas indoeuropeas, estimo que hoy cada vez ms puede concebirse a las lenguas minoritarias como especies lingsticas en vas de extincin. O, en otras palabras, si se suele decir con razn que las lenguas son algo vivo, resulta palmario el carcter amenazado y regresivo de tales modalidades. Cmo mantener, por tanto, esta biodiversidad lingstica?. Ardua cuestin. Por lo que a La Ribagorza se refiere, cabra sugerir tres lneas de actuacin. a) Investigadora. Solo un conocimiento exhaustivo de la realidad lingstica de este territorio nos puede permitir establecer propuestas normativas y ortogrficas, as como llevar a cabo una recuperacin de elementos ya relegados o en vas de prdida. Por eso, un estudio de las hablas vivas, de la toponimia, de la documentacin antigua y de la ntima interrelacin entre lengua y cultura me parece requisito necesario antes de emprender cualesquiera otras medidas atingentes al tema que nos ocupa. Todo ello condicionar los trabajos gramaticales, lexicolgicos, ecolingsticos y pedaggicos que de las anteriores premisas se derivan. b) Divulgativa. Que sea vehculo natural de las variedades escritas a travs de publicaciones peridicas (diarios, revistas, etc.) y de textos literarios (cuadernos, libros), en un momento en que la literatura apuesta decididamente por la calidad. c) Poltica. Conducente a la adopcin de una serie de decisiones efectivas que posibiliten la introduccin obligatoria de estas modalidades en los centros de enseanza primaria y secundaria, as como su presencia en los medios de comunicacin locales (radio, televisin). Naturalmente, ninguna de estas iniciativas y otras que pudieran surgir son factibles sin recursos econmicos. Esto lo sabemos muy bien quienes sin apoyo ins-

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titucional y contra el reloj trabajamos en la investigacin y la edicin del benasqus, pero supongo que estaba tambin en el espritu del legislador, cuando escribi las siguientes palabras:
Las diversas modalidades lingsticas de Aragn gozarn de proteccin, como elementos integrantes de su patrimonio cultural e histrico.

Y en este punto no caben medias tintas: o dejamos morir las escasas lenguas an vivas del Pirineo aragons con lo cual sugiero que se suprima el mencionado artculo 7 del Estatuto de Autonoma, o se demuestra fehacientemente su amparo por medio de una voluntad poltica clara. Todo lo dems es pura palabrera huera de contenido.

A modo de conclusin
Tal como yo lo entiendo, nos hallamos ante un conflicto de resonancias casi trgicas, puesto que, si por una parte el romanticismo nos impele a defender y conservar las lenguas minoritarias heredadas de nuestros antepasados, al margen de cualquier inters bastardo (poltico, econmico), por la otra, un fro pragmatismo nos recuerda el hecho de que en el Alto Aragn una nica lengua (el castellano) basta. Y si digo trgicas es, adems, porque el respeto hacia la libertad que debiera presidir todas nuestras manifestaciones humanas y tambin la eleccin que cada cual hace de su credo lingstico, parece llevar aparejada de manera ineluctable la desaparicin de estas pequeas lenguas. Por eso, no es extrao que en las comunidades en que ello es posible desde un punto de vista poltico (Catalua, Galicia, Pas Vasco), se discriminen positivamente. Ahora bien, si hay un territorio aragons en que ello es todava posible y auspiciable, en virtud de la vitalidad de sus hablas, ese es Ribagorza. He aqu el verdadero punto de partida de una adecuada poltica lingstica que debiera promover el Gobierno de Aragn, cosa que hasta ahora ha rehusado cumplir.

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